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CONTEXTO HISTÓRICO
El siglo XVII es de un esplendor sin parangón, debido a que permite este
tiempo desligarse de las ataduras provenientes de la Edad Media. El
Renacimiento del siglo XVI es la puerta de entrada para que en los
100 años que corrieron de 1600 a 1700 la sociedad pudiese zafarse
del viejo molde que implantaba métodos rígidos de comportamiento
y actuación especialmente impuestos por la Iglesia.
Al romper estos viejos moldes se permitió salirse de la rigidez de las
estructuras lineales e imprimir nuevas formas de movimiento especialmente en
el campo de las artes como podrían ser la pintura, escultura y arquitectura.
Este adelanto de imprimir movimiento, rescatar las formas celestiales por
medio de la ornamentación, y el paso de lo estático a lo dinámico se contempla
como el estilo barroco, que es un estilo moderno que deja atrás al manierismo
del siglo precedente.
BIOGRAFÍA
Nacido en Westport (ahora parte de Malmesbury), Wiltshire, el 5 de abril de
1588, Hobbes estudió en el Magdalen Hall de la Universidad de Oxford. En
1608 se convirtió en tutor de William Cavendish, más tarde conde de
Devonshire; en los años siguientes realizó varios viajes a Francia e Italia
acompañado por su alumno y, después, por el hijo de éste. En sus viajes,
Hobbes se relacionó con diversos pensadores avanzados de su época, entre
ellos Galileo, René Descartes y Pierre Gassendi. En 1637, estando en
Inglaterra, Hobbes se interesó por la disputa constitucional entre el rey Carlos I
y el Parlamento. Redactó entonces un pequeño tratado en defensa de las
prerrogativas reales. Esta obra circuló en secreto en 1640 bajo el título
Elementos del derecho natural y político (1650). Hobbes temía que el
Parlamento decretara su arresto a causa de haber escrito el libro, y marchó a
París, donde permaneció en el exilio voluntario durante 11 años.
En 1642 terminó De Cive (Tratado del ciudadano), una exposición de su teoría
sobre el gobierno. Desde 1646 hasta 1648 ejerció como profesor de
matemáticas del príncipe de Gales, más tarde rey Carlos II, que también vivía
exiliado en París. La obra más conocida de Hobbes, Leviatán (1651),
constituye una exposición vigorosa de su doctrina de la soberanía. El trabajo
fue interpretado por los seguidores del príncipe exiliado como una justificación
del régimen de la Commonwealth instaurado en Inglaterra y despertó las
sospechas de las autoridades francesas por su ataque implícito al Papado. Por
temor a ser detenido, Hobbes regresó a Inglaterra.
En 1660, cuando en Inglaterra se produjo la restauración monárquica y su
antiguo alumno accedió al trono, Hobbes contó de nuevo con su favor. En
1666, sin embargo, la Cámara de los Comunes aprobó una relación que incluía
el Leviatán entre los libros investigados a causa de sus supuestas tendencias
ateas. La medida provocó que Hobbes quemara muchos de sus papeles y
demorase la publicación de tres de sus obras: Behemoth: Historia de las
causas de la guerra civil en Inglaterra; Diálogos entre un filósofo y un
estudiante de Derecho consuetudinario inglés; y una extensa Historia
eclesiástica. A los 84 años de edad, Hobbes escribió una autobiografía en
verso latino; durante los tres años siguientes tradujo al inglés los versos de la
Iliada y la Odisea de Homero. Murió el 4 de diciembre de 1679 en Hardwick
Hall.
APORTES
El pensamiento de Tomas Hobbes recibe gran influencia tanto del contexto
social en el que vive como su cercanía a Pierre Gassendi, Francis Bacon o su
gran interés por Galileo y Aristóteles; en su desarrollo científico destaca
también la influencia de Copérnico, Kepler y Harvey.
Hobbes planteó que la base del conocimiento es el conocimiento sensorial, en
términos generales, Hobbes fue determinista ya que, para él, la tarea
fundamental de la filosofía era servir a la vida práctica de los hombres para
crear “la cantidad de bienes vitales”; fue mecanicista ya que rechazaba la idea
de un mundo policromo y lleno de cualidades reduciéndolo todo a términos
matemáticos y mecánicos; fue materialista porque consideraba a la materia
como principio de toda realidad y negaba la existencia de sustancias
espirituales y fuerzas sobrenaturales. Fue ateo, odiaba al clero, defendía su
idea de que la religión era producto de la ignorancia humana.
Según Marx, fue “sintetizador del materialismo baconiano” al buscar un sistema
filosófico general dejando de lado, lo que consideraba, las ligerezas teológicas
de Bacon. Estuvo en contra de la escolástica de la época feudal, los sistemas
idealistas de su tiempo y la metafísica de Descartes.
Entre los aspectos que caracterizan su aporte resaltan tres puntos: La Filosofía
Natural, la Filosofía Civil y la Teoría del Conocimiento.
LA FILOSOFÍA NATURAL
Hobbes estudia la materia, increada e indestructible, en el espacio y tiempo; el
espacio como extensión objetiva de un cuerpo y el tiempo como la expresión
del movimiento los cuerpos como sustancias únicas, es así que concibe el
mundo como un “conjunto de cuerpos, pues nada incorpóreo existe” 1.
Hobbes explica que los cuerpos externos afectan al cuerpo humano, es decir,
si un cuerpo externo impulsa a otro, y este impulso no es contenido por un
esfuerzo opuesto, se transforma en movimiento, considerando al movimiento
como el desplazamiento de un cuerpo en el espacio. En cuanto al mundo
externo, Hobbes catalogó las sensaciones como modificaciones del sujeto
afectado y no como propiedades de las cosas.
1
S.a., Historia e la filosofía: El desarrollo de la filosofía Euro-Occidental, Editorial Progreso, segunda
edición, Moscú, 1983, p. 211.
El filósofo consideraba al ser humano como un ser corpóreo, sin una sustancia
espiritual o alma. Ya que carece de extensión y figura, reduciendo lo espiritual
a sutiles movimientos corpóreos.
FILOSOFÍA CIVIL
Para desarrollar esta teoría Hobbes parte del “estado natural” del hombre,
donde creía que todos los seres humanos son iguales por naturaleza, pero
pensaba en la igualdad como la causa de conflictos entre ellos ya que los
consideraba egoístas y crueles, capaces de buscar su propio bien sin
importarle si tienen que aniquilar a otros, regidos únicamente por la ley de
supervivencia; pensaba que si se agrupaban era solo por los beneficios que
pudiesen obtener. A raíz de esta teoría surge su famosa frase “el hombre el
lobo del hombre”
Para salir de este estado al estado social a través de un acuerdo mutuo, a lo
que él llama “contrato social”, donde el ser humano renuncia a sus derechos
naturales y los delegan a un solo organismo, que resulta ser el Estado
centralizado y de ilimitado poder estatal; Hobbes compara al estado con el
Leviatán, un monstruo mítico, donde los ciudadanos son esclavos que no
pueden revelarse, solo el estado puede decidir lo que es legal, promulgar las
leyes, hacerlas respetar, determinar lo moral, lo religioso y garantizar la paz, a
fin de encausar a los hombres a un objetivo común.
2
Historia de la Filosofia de la antiguedad a comienzos del siglo XIX, pag. 330
en tres medios: la comparación, la combinación y la división de las ideas para
llegar a un conocimiento real de las cosas singulares.
CONCLUSIÓNES
El siglo en el que vive Hobbes es ideal para el desarrollo de su pensamiento ya
que existe una ruptura con las convicciones y pensamientos de la época
medieval, aunque a pesar de ello es catalogado como ateo y sus obras son
destruidas.
Hobbes fue un hombre de grandes ideas que, principalmente en el ámbito
político, causó gran conmoción, no solo por darle al estado un origen bastante
humano, sino porque, al igual que Maquiavelo, puso en duda el origen divino
del mismo; su posición materialista, atea, mecanicista, entre otras
características, fueron la causa de controversias y oposiciones que le trajeron
más de un problema; de cualquier forma, Tomas Hobbes aportó con nuevos
conocimientos para una sociedad en medio de grandes conflictos y búsqueda
de desarrollo.
El pensamiento filosófico de Hobbes es de carácter materialista lo cual se
acerca a la teoría contemporánea puesto que pone en consideración a la
materia y al movimiento como promotora de la naturaleza o del mundo, lo cual
es un conocimiento que se maneja hasta hoy en día dejando de lado casi los
criterios que no son probables como la existencia de la almas o la fe en Dios
que solo son producto de nuestra imaginación.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
TOMAS HOBBES
Barreiro Daniela
Proaño Evelyn
Sigcha Adriana
Quito – 10-03-2010