Como quisiera jamás haberte conocido Jorge Muro

COMO QUISIERA JAMÁS

HABERTE CONOCIDO
REFLEXIONES DE MI ALMA AGOBIADA

JORGE MURO

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Como quisiera jamás haberte conocido Jorge Muro

Como quisiera jamás haberte conocido ¡aunque sé que mi propio

problema soy yo! Sabes, algo en mí está mal y es imposible
corregirme. Nunca crecí y sigo siendo un niño.
Cuando era pequeño sentía que era feliz cuando mis caprichos
se cumplían, ahora soy más grande y no me asusta la crueldad
del mundo, pues me asusto más yo mismo, sigo teniendo
caprichos y uno de ellos es tener tu amor.
Creo que es imposible ser feliz y tengo ganas de derramar
lágrimas, pero recuerdo lo tonto e inútil que es eso y me
contengo, entonces me odio.
Y cuando estas cerca y veo tus ojos siento muchas ganas de
besarte, y me pregunto ¿Qué se siente besar? ¿Por qué parece
que a todos les gusta besar a quien aman?, y no lo sé, porque
yo nunca he besado. ¿Qué es lo que siento? ¿Te quiero? ¿Te
amo? ¿Qué me ocurre? Quisiera meterte en una caja de cristal
tenerte para mí solo. No quiero que nadie hable contigo, no
quiero que hables con nadie quiero que pienses sólo en mí y
cuando yo tenga ganas de verte y abrazarte sacarte de la caja
de cristal y volverte a guardar para que nadie te arranque de
mí. Sentir esto ¿es sentir amor por ti?, si sentir celos de todos
es amarte, entonces te amo.
Quiero que alguien me comprenda y que me acompañe cuando
coma de mi triste plato. Porque nadie me acompaña a la hora de
la comida y eso es horrible, y me desgasta estar pensando en
eso. Aunque sé que para muchos el comer decentemente a la
mesa lo sería todo, pues no tienen que comer, ¡pero que me
importan ellos! ¿Por qué tengo que preocuparme por ellos?
¿Acaso los pobres de este mundo no estarán ahí siempre?
Quiero que seas tú quien me acompañe y que me sonría y quien
me diga ¡te quiero!
Y si alguien te quiere tocar, que caiga muerto. Y si alguien más
te quiere amar, que desaparezca de este mundo. Que se vallan
todos, que no quede nadie más que tú y yo. Pero sé que no
puedo decirte que te amo, porque creo es imposible que alguien
pueda amar a una persona como yo. Y no tengo valentía
siquiera para preguntarte si fuera posible que me ames.
Entonces comprendo que no es amor lo que siento por ti, yo no
te amo, no puedo amar a nadie ¡yo también estoy incapacitado
para el amor!
Quiero arrancarme el corazón y dejar de sentir, morir sin dolor,
dejar de existir y no sufrir. No quiero seguir desperdiciando

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este aire, que alguien más que tenga la fortaleza necesaria para
ser feliz lo respire para que sea bien aprovechado. ¿Qué caso
tiene que yo viva si nadie necesita de mí? Me prometí que no te
amaría, pero al verte veo mis debilidades en su máxima
fortaleza y quiero ser tú. Quiero despertar y que todos los días
me hagas sentir que me necesitas, ahora quiero vivir por ti,
¿pero cuanto me durará el gusto? No se ama para siempre.
Por lo que yo veo a veces en mí y en todos los hombres, amar a
una mujer es sentir ganas de tocarla, de sentir su cuerpo tibio y
desnudo entre nuestros brazos y disfrutar del placer sexual en
todos sus sentidos. Pero yo no siento ahora eso por ti, lo único
que busco es que me mires y me sonrías sinceramente y me
digas ¡te amo! Y que estés cerca de mí para no sentirme solo.
Y me doy cuenta que si tu me amaras sufrirías mucho, porque
yo no podría comprenderte. No puedo comprender a nadie, solo
quiero que me comprendan a mí. Quiero alabanzas, quiero que
me tengan por un ser superior a todos y que digan cuando me
vean ¡Él es un gran hombre! ¡Él se merece todos los honores
posibles! ¡Él se merece construir un nuevo mundo, y tener los
amores de quien él ame! Pero no es posible. Nada hago para
hacerlo posible. Ahora esto lo escribo porque quiero que
alguien lo lea y diga, ¡el autor de esto es un alma iluminada!
¡Esta lectura me encanta y es lo mejor que se ha escrito! ¡Lo
que él siente son verdaderos sentimientos!...pero sé que soy
abominable, y que algunos me van a odiar y la mayoría de la
gente se reirá de mí, y dirán es sólo un tonto más.

Me siento solo... y eso me afecta. La soledad ha sido la fiel

acompañante de mi vida y la odio, pero no puedo apartarme de
ella. Me persigue a donde voy, y me oscurece con su sombra y
pudre mi corazón y me hace odiar a todo los seres de los que
quise compañía y no la obtuve.

Yo creo que si tu me acompañaras yo sería feliz, pero la verdad

es que me equivoco. Yo buscaría aun más cosas y nunca
quedaría satisfecho. Algún día me enfadaría de ti y quisiera no
volverte a ver nunca y buscar a alguien más a quien amar.

Otras veces he creído que estaba enamorado, ¡que gran

equivocación! Yo ya había sentido que amaba a otras mujeres y
sentía lo mismo que siento por ti, y también deseaba tenerlas y

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besarlas y que me dijeran ¡te amo! Y ahora por ellas no siento

nada, ya no las amo y creo que pasará lo mismo contigo.
¿Amar a una persona es estar pensado todo el día en ella? Eso
es lo que dicen las canciones románticas y lo que yo a veces
creo que es el verdadero amor.
He oído también que el verdadero amor es una entrega total,
dar la vida por que alguien más pueda ser feliz ¿pero si yo te
quiero amar como puedo dar la vida por ti? No puedo
comprender, mi pobre espíritu no puede abarcar algo tan
profundo y definitivo.
Entonces me digo a mi mismo que deje de pensar en ti, que no
te ame, y veo que tú no me amas y entonces te odio y odio a
todos los que pueden amarte y a todos los que tú puedes amar,
y me confundo y me odio a mí mismo. Y quiero llorar como un
chiquillo y desaparecer para siempre.

Todos sufren, ¿qué valor tiene entonces la vida? ¿Acaso nadie

puede ser feliz? Creo que es un delito seguir teniendo hijos,
seguir trayendo “inocentes al mundo” pues nadie de nosotros
ha pedido venir a este mundo. Entonces tú dirás que yo soy
abominable y que no somos nosotros los que traemos inocentes
al sufrimiento, que es Dios quien los manda. No se como
planteártelo, ¿tu crees que Dios te hizo “nacer” o fueron tus
padres? ¿Entonces es Dios el culpable de tanto sufrimiento? ¿Si
acabásemos con la raza humana, acabaríamos con los
sufrimientos? Tal vez sí, tal vez me vuelvo a equivocar como
suele sucederme.

Jamás estamos satisfechos, ansiamos el conocimiento, amamos

nuestras ciencias y nos odiamos a nosotros mismos, queremos
descubrir el origen del universo al mismo tiempo que planeamos
como destruirlo, ahora mismo alguien esta derrochando dinero
en placeres, otros gastan millones en armas y satélites espías y
muchas personas en el mundo totalmente desconocidos muere
de hambre.
Nos reprochamos nuestra propia infelicidad y decimos ¡Dios no
existe porque si existiera no dejaría morir tanto niño en África!
Pero no nos queremos dar cuenta que también nosotros no
estamos haciendo nada por esos pobres niños, tal vez nos falta
comprender que ¡nosotros somos Dios! ¡Que Dios actúa a
través de nuestras manos! ¿Pero que puedo decirte yo? ¿Cómo

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puedo quejarme de esto si yo tampoco hago nada por los que

sufren? ¿Cómo puedo hacer algo por los demás cuando no soy
ni capaz de hacer algo por mi mismo? ¿Cómo puedo mar si no
soy capaz de amarme a mi mismo? Albergo tanto odio en mi
corazón y por eso creo que yo soy el culpable de todo. ¡Y lo
soy! Soy autor de mi propia infelicidad y tú amada mía no eres
el problema ¡como quisiera jamás haberme conocido!