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Érase una vez un gato que no tenía amigos.

Todos los demás animales tenían amigos, con quien jugaban todo el día.
El gato Daniel estaba muy triste y muy solo.
Pasados unos minutos, Daniel se encontró a un par de ratones.
-¿Queréis jugar conmigo?- les pregunto Daniel. Los ratones se fueron a
todo correr muertos de miedo.
Daniel cada vez estaba mas triste. El quería tener amigos y una familia
muy agradable. Pasaron muchos meses y Daniel seguía muy triste y solo.
Un día Daniel iba caminando y se sorprendió al ver que era Navidad.
Ahora ya no estaba triste y siguió caminando muy contento pensando en
la gata de sus sueños. Casi pasan las navidades y Daniel todavía no tenia
amigos. Hasta que un día se encuentra a una gatita ¡era igual que la de
sus sueños! ¡Sabía que la iba a encontrar!- gritó Daniel muy
entusiasmado. Pero Daniel no se dio cuenta de que esa gatita que tanto le
gustaba, estaba en medio de la carretera y la iba a pillar un coche.
Pasaron dos segundos y Daniel se lanzo hacia ella y la salvó. En ese
mismo instante los dos se dieron un gran beso.
El día de Noche Vieja, se casaron e invitaron a sus familiares y a sus
amigos.
Unos días después tuvieron 9 gatitos, tres blancos, tres marrones y tres
negros. Cuando crecieron un poco los gatitos eran muy bonitos y
juguetones. Cada uno tenía un juguetito distinto y un pequeño cuarto.
Los padres eran muy felices aunque estaban un poco cansados.
Pasaron unos cuantos meses, los gatitos crecieron y ya no querían que les
acompañase un gato adulto a todos los lados.
Y como en todas las historias los gatos se echaron
novias.
Y como en todos los cuentos las gatas comieron ratas.

Sofía 3º de Primaria

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