Es sorprendente como uno de los problemas más antiguos y estudiados de la
humanidad, como es el fenómeno de la corrosión, se continúe investigando tan exhaustivamente hasta nuestros días, sin llegar aún a ser comprendido completamente, sin embargo, esto tiene su razón de ser. La corrosión atmosférica es un fenómeno electroquímico de vasta complejidad, que involucra factores fundamentales fácilmente medibles como lo son la temperatura y la humedad relativa, y otros un tanto difíciles de cuantificar como la concentración de electrolitos o la dirección y velocidad del viento. Si agregamos, además, el factor tiempo tendremos un sistema que puede resultar caótico a primera vista, pero en realidad obedece a leyes naturales que permiten su investigación por medio del método científico, es por esta razón que los esfuerzos para lograr su total entendimiento persisten y seguirán existiendo por un largo periodo de tiempo.
La corrosión es un fenómeno de naturaleza electroquímica que obedece las leyes
de la termodinámica, por esto inhibir enteramente el proceso de corrosión en un material es termodinámicamente imposible, ya que éstos siempre encontrarán la manera de llegar a su fase más estable. En otras palabras, la corrosión será un problema que acompañará a la humanidad durante mucho tiempo y que requiere un esfuerzo significativo para su estudio y análisis, no solo porque su similitud con los acertijos puede entretener a científicos y académicos, sino porque afecta significativamente el desarrollo tecnológico y el bienestar de los seres humanos, desde perspectivas tan diversas como lo son la apariencia estética o costos asociados a reparación de estructuras.
Multitud de industrias se han percatado de esta situación y en los últimos años se
ha invertido gran esfuerzo en el estudio fenomenológico de la corrosión atmosférica y en la selección de recubrimientos que ayuden a combatirla. Éste tópico es de gran interés debido a que dichos estudios son usados para optimizar tiempos y frecuencias de mantenimiento, extender la vida útil de las estructuras al brindar información relevante de los factores que afectan y hallar correlaciones que sirven para determinar si los recubrimientos en cuestión aplican o no a un área geográfica determinada. El uso de pinturas como protección contra la corrosión es uno de los métodos más extendidos, y debido al continuo desarrollo y surgimiento de nuevos recubrimientos en el mercado, las empresas deben mantenerse a la vanguardia evaluando continuamente estas tecnologías como potenciales mejoras a sus sistemas. La forma de aplicación de los recubrimientos anticorrosivos incide de manera drástica en su rendimiento, y debe ser tenida en cuenta como un factor influyente. Por ejemplo, el acabado superficial del metal, tiempos de secado y curado, la humedad relativa y la temperatura son factores que influyen significativamente con el desempeño anticorrosivo de los recubrimientos y demandan ser tenidos en cuenta en la evaluación de las pinturas anticorrosivas.
Como se mencionaba en un inicio, la evaluación de la corrosión atmosférica es
difícil de determinar debido a la gran cantidad de factores que inciden en ella. Desde hace algunas décadas se han venido desplazando estas investigaciones al área de laboratorio, donde se puede controlar algunas de sus variables y/o acelerar el proceso de corrosión, y así, establecer correlaciones que ayuden a identificar variables críticas del proceso. Sin embargo, debido a su misma complejidad, aún resulta imposible hacer análisis enteramente a nivel de laboratorio por lo tanto los estudios en campo siguen siendo parte fundamental en el análisis de la corrosión de los materiales.
Colombia es un país con gran cantidad de microclimas, debido a su gran
diversidad geográfica, la caracterización de estos y los ensayos en campo son fundamentales para entender el proceso de corrosión, especialmente en aquellas regiones donde se haga uso de estructuras metálicas, por ejemplo torres para transmisión de energía, las cuales pueden extenderse incluso a territorio de países extranjeros y que prestan un servicio fundamental: distribución de energía eléctrica; esta cualidad geográfica no debe entenderse como una dificultad sino más bien como una oportunidad para explorar el fenómeno de corrosión a múltiples condiciones; con los análisis que pueden obtenerse de dichos resultados es posible extender el desempeño y la vida útil de los recubrimientos usados en estas estructuras, además, pueden ser útiles cuando se requiere extrapolar el efecto de la corrosión en condiciones atmosféricas no estudiadas.
En investigaciones como ésta, se hace evidente la necesidad de establecer un
efecto sinérgico entre la industria y la investigación, los resultados obtenidos con esta combinación superan los que podrían lograrse por separado, y además, aportan conocimiento que puede ser aplicado en otros campos de la ciencia.
Se llega pues a la conclusión, que el estudio del fenómeno de la corrosión,
especialmente a nivel atmosférico, y los medios para detenerlo inciden directamente en el desarrollo científico e industrial, porque proporciona conocimiento aplicado que mejora la calidad de vida de las personas y del medio ambiente, en últimas este es el objetivo al cual apunta la humanidad entera.