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Los Incendios Forestales han arrasado con más de 41 mil hectáreas.

El Fenómeno
Oscilación del Sur El Niño, esta cada día ocasionando mas estragos en Venezuela, ya
que al solo darse dos estaciones en el país (seco y lluvioso) el fenómeno afecta con las
corrientes de aire ocasionando menos precipitaciones.

Tal es la situación en Venezuela, que las temperaturas han aumentado


considerablemente, llegando a sobrepasar en algunas zonas los 40º centígrados,
donde normalmente la temperatura variante es entre 25º a 35º. Las zonas montañosas
han sido muy afectadas, perdiendo en gran parte incluyendo parques nacionales su color
verde representativo de zonas templadas lluviosas, a pasado ahora presentar paisajes
descoloridos que antes no se llegaron a ver y generándose gran cantidad incendios
forestales diariamente tan solo en al Cordillera de la costa

El nivel de agua bajó en la Represa El Guri


Los daños mas graves que se pueden resaltar, es la baja de los niveles de agua en los
embalses y represas importantes del país. La principal represa llamada El Guri, donde
se genera más del 80% de electricidad nacional, ha bajado su nivel de agua unos 17
metros, por lo que se han tomado medidas de razonamiento eléctrico en todo el país, ya
que si el nivel llega a bajar mas, podría colapsar el Sistema Eléctrico en Venezuela y
quedar esta sin electricidad en su mayoría. Ademas por la falta de lluvias, y con los
embalses bajando su nivel, también se procedió a aplicar racionamiento al servicio de
agua.

Lago Artificial de Uribante Caparo


La represa Uribante Caparo es una obra de ingeniería hidráulica destinada a generar
energía eléctrica para el occidente de Venezuela. Para su construcción se tuvo que
evacuar a los lugareños que vivían en un pueblo llamado Potosí, para poder inundarlo
artificialmente. El recuerdo del pueblo se podía vivir al tan solo observar que lo único
que sobresalía de las aguas del lago artificial, era la cruz de la iglesia. Hoy en día por el
efecto del fenómeno el niño se pueden observar fácilmente los restos del pueblo y la
iglesia entera.

Desaparición del Rayo del Catatumbo


De los efectos del fenómeno en las maravillas naturales mas impactantes es la
desaparición del Rayo del Catatumbo. Evento natural que se da 170 días al año
promedio, el cual en 7 horas diarias, realiza 45 descargas eléctricas por minuto, en la
zona de la cabecera del río Catatumbo, de allí su nombre, ubicado en el Estado Zulia.
Estas descargas son una de las fuentes naturales mas productora de Ozono en el
mundo.

Se registra que desde finales del mes de Enero, no se ha dado más el evento, esta es su
desaparición más larga en 104 años de registro.
El Salto Ángel se seca
El que más afecta al orgullo de la nación es el estado de la caída de agua o cascada más
alta del mundo con 980 metros sobre el nivel del mar, el Churún Merú, mejor
conocido como el Salto Ángel, a pesar de estar en su época anual mas seca (Diciembre-
Marzo), esta presenta una baja enorme en su caída de agua, casi desaparecida, por culpa
del fenómeno del niño. Lo que es una imagen espectacular en todos sus sentidos el
observar esta magnifica y gigante cascada, hoy en día es algo que impacta y ocasiona
conmoción en los Venezolanos.

El fenómeno del Niño como causa de los cambios


climáticos
Ante la matriz de opinión que han tratado de generar factores de oposición en contra del
Gobierno venezolano, al querer atribuirle la culpa del problema eléctrico que se ha
generado a raíz de las altas sequías provocadas por el Fenómeno del Niño, que ha
influido en el cambio climático no solamente en Venezuela sino en muchos países del
mundo, es necesario que nuestro pueblo conozca a mayor profundidad esta situación,
por lo que me he tomado la molestia de escribir éste articulo de opinión para
presentárselo a nuestra colectividad y que tiene que ver con este fenómeno.

En primer lugar es de hacer saber que el Niño, es un fenómeno de interacción océano-


atmósfera que se da en el Pacífico y cuyo origen mantiene relación con el nivel de la
superficie oceánica y sus anomalías térmicas. Es un fenómeno de grandes repercusiones
sobre la vida, tanto del océano como del continente, ya que conlleva fuertes sequías e
inundaciones.

El nombre de éste fenómeno fue dado por los pescadores del Perú, llamado así por la
aparición de las aguas cálidas en las proximidades de la navidad.

Por otra parte en cuanto su origen se tiene, que éste se origina en el Océano Pacífico
Tropical (cerca de Australia e Indonesia); alterándose la presión atmosférica en zonas
dispersas, cambia la dirección y velocidad de los vientos y las zonas de lluvia se
desplazan a regiones tropicales. Pero existe otro fenómeno oceánico en las costas de
América del Sur, denominado “Surgencia” (aguas profundas que emergen a la
superficie, cerca de la costa); esto se produce por la acción conjunta de los vientos y la
rotación de la Tierra. Las aguas, producto de la surgencia, son frías y ricas en nutrientes,
lo que permite pescas productivas.

Los cambios de temperatura repercuten en la salinidad de las aguas, trayendo como


consecuencia, cambios en las condiciones ambientales de los ecosistemas marinos. Esto
afecta la población de peces y por consiguiente la actividad pesquera, especialmente en
las áreas correspondientes al Pacífico sur.

La presencia de El Niño implica que muchas regiones normalmente húmedas, llegan a


ser secas y otras que se han caracterizado por su sequedad, se vuelven húmedas. Los
cambios en la disponibilidad y abundancia de la población de peces, tiene otros efectos
adversos como inundaciones, erosión costera, alteración en el anidamiento de aves
marinas y en los arrecifes de coral, presencia de tormentas tropicales, etc.
Asimismo este fenómeno hace su aparición cada cierto intervalos de tiempo, de los
eventos que se tiene información existen investigadores que concluyen que se trata de
un evento totalmente aperiódico (no tiene patrón definido), otros señalan un período de
ocurrencia de 2 a 6 años y de hasta 7 años. La diversidad de opiniones en el tiempo de
ocurrencia es muy amplia.

En cuanto sus impactos climáticos globales, el efecto más notorio sobre el clima durante
un evento de El Niño se manifiesta principalmente en la forma de ocurrencia de exceso
o déficit pluviométrico. El desplazamiento hacia el este de la región con mayor
desarrollo de nubosidad en el Pacífico ecuatorial occidental (siguiendo el
desplazamiento de las aguas relativamente más cálidas) produce intensas
precipitaciones en la región ecuatorial cercana a 180 grados de longitud y un fuerte
déficit pluviométrico en gran parte de Oceanía y el sector nororiental de Australia.

En América del Norte la presencia de El Niño se manifiesta en una tendencia a lluvias


invernales anormalmente abundantes en la costa oeste y en los estados juntos al Golfo
de México.

Otro impacto notable se observa en la región central del continente cuyos inviernos
tienden a ser relativamente benignos (altas temperaturas y menos acumulación de
nieve).

En América del Sur las regiones afectadas por excesos pluviométricos son la región sur
de Ecuador y norte de Perú durante el verano y el otoño, la región central de Chile
durante el invierno y el sector suroriental del continente (sur de Brasil, Uruguay, sur de
Paraguay y el noreste de Argentina) durante la primavera. Por otra parte la ocurrencia
de estos eventos suele asociarse con déficit pluviométricos en el sector norte,
particularmente en las Guyanas y regiones aledañas, en la región andina de Colombia y
Venezuela, en el Altiplano y en el noreste de Brasil.

En relación al efecto producido por éste fenómeno específicamente en Venezuela se


puede decir, que los estudios relativos a las consecuencias climáticas del fenómeno El
Niño en Venezuela son recientes y demuestran que su influencia probablemente
depende de la región y otras condiciones ambientales. Así se tiene que en la región
sureste se puede presentar sequía, hacia el occidente se observa un patrón de caudales
bajos en los ríos y fechas tardías en la entrada de las lluvias, a diferencia de la región
centro-oriental donde a la fecha no se ha observado un patrón definido

Se puede citar el impacto de El Niño 1997-1998, en el cual se observaron cambios en la


precipitación, especialmente en la región sureste (Cuenca del Caroní) que trajeron como
consecuencia un déficit de 40% en el mes de diciembre en el caudal que llega al
embalse Guri, y para enero alcanzó un déficit de 55% menos que la medida histórica
(CVG, 1998.).

De las situaciones meteorológicas que se sucedieron durante el evento del “El Niño”
1997-98 se puede citar las siguientes:

- La influencia de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) del Atlántico tendió a


ubicarse por debajo de su latitud habitual sin embargo esto no fue permanente ya que
entre septiembre y noviembre de 1997 (en pleno evento “Niño”) la ZCIT del Atlántico
alcanzó los 15° norte que es una posición muy alta.

- Durante el evento “El Niño” 1997-98 se apreció un muy frecuente eje de vientos
máximos en la altura procedente desde Colombia y el Pacífico que produjo cambios en
el patrón de lluvias y de las Ondas Tropicales en el Caribe

- Durante “El Niño” 1997-98 la alta presión del Atlántico pareció haber aumentado en
intensidad y ubicarse en una posición mas al sur con una mayor influencia en generar
déficit de lluvias sobre Venezuela durante los meses de temporada seca.

A pesar de no existir un patrón definido sobre las influencias del fenómeno de “El
Niño” en Venezuela se puede decir que cuando ocurre la presencia del fenómeno este
tiende a reforzar la temporada por ejemplo si estamos en época de lluvia esta se hace
mas intensa y por el contrario cuando estamos en temporada de sequía esta se hace mas
fuerte.

Actualmente se ha evidenciado un calentamiento en aguas del pacífico sur y se presume


la presencia del fenómeno de “El Niño” afectando a países como Bolivia y Perú donde
los índices de precipitación han alcanzado niveles muy altos. Si comparamos esto con la
fuerte temporada de sequía que esta viviendo el país podríamos reafirmar la teoría
anteriormente descrita por lo que habrá que prepararnos también para una disminución
de los índices pluviométricos para el presente año.

Con ésta sencilla explicación, producto de algunas investigaciones que realice sobre éste
fenómeno, espero contribuir en algo al entendimiento por parte de nuestro pueblo de las
medidas preventivas que hoy toma el gobierno nacional con finalidad de evitar daños en
nuestras vidas y que esto no es un problema en Venezuela nada más como lo quieren
hacer ver, sino que es escala mundial.

AMBIENTE-VENEZUELA: El Niño quita agua, luz y comida


Una merma en la producción de alimentos, y racionamientos en el suministro de agua potable y
electricidad en este país petrolero que se precia de ser potencia energética, son en parte
consecuencia de la reaparición del fenómeno climático El Niño.

"En las zonas donde fallan los servicios públicos nos va peor con el clima, que parece un poco
loco", dijo a IPS Martínez, de 64 años, mientras empleaba algo de su agua para riego en "al
menos salvar las trinitarias (buganvillas), que adornan y alegran la casa".

Más al sur, en las llanuras centrales donde se produce buena parte de los alimentos de
Venezuela (que importa dos de cada tres kilogramos de lo que consume) el problema
doméstico de Martínez se multiplica y merma la producción masiva de cereales.

"La sequía ha afectado entre 70 y 80 por ciento de las siembras de maíz, arroz y sorgo en
Guárico (estado del centro-norte, de 65.000 kilómetros cuadrados), se han perdido 60.000
hectáreas de maíz y otras 60.000 están severamente afectadas", dijo el presidente de la
Asociación de Productores Cerealeros de la región, Vicente Figuera.

En la mayor parte de Venezuela el período lluvioso, o "invierno", va de abril o mayo a octubre o


noviembre, mientras que el resto del año es "verano" o estación seca, pero en 2009 la sequía
se ha prolongado y las lluvias han sido menos intensas.
La meta gubernamental, de producir unos 22 millones de toneladas de alimentos este año, se
aleja a partir de las previsiones sobre cereales. Mientras se esperaba cosechar 1,5 millones de
toneladas de maíz blanco, los productores calculan conseguir un millón de unidades, 300.000
kilos menos que en el ciclo precedente.

De maíz amarillo, básico para la alimentación de animales, se cosecharían apenas 700.000


toneladas, medio millón menos que el año pasado. Otro dirigente agrario, Antonio Pestana, dijo
que la cosecha de arroz estará entre 3.500 y 4.000 kilogramos por hectárea, siendo que el año
pasado promedió en el país 4.500 kilos/hectárea.

"También se observa en cultivos como el café en los Andes de Venezuela, Colombia y otros
países de la región, pues los cafetos presentan una floración temprana, alterándose los ritmos
fenológicos de las plantas como consecuencia de la sequía", observó a IPS Eulogio Chacón,
director del Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas de la Universidad de Los Andes, en
el sudoeste venezolano.

Esto sucede porque "desprenderse de hojas y florecer es un mecanismo de respuesta de las


plantas al estrés hídrico o falta de agua, observable en Venezuela en árboles de nuestros
bosques como el bucare (Erythrina poeppigiana), que tradicionalmente florece en abril y
todavía este octubre vemos muchos ejemplares en flor", explicó Chacón.

Por ello seguramente han resistido para mostrar su belleza las trinitarias de color rojo y violeta
que Martínez exhibe a la entrada de su casa.

La sequía que azota a Venezuela viene del océano Pacífico, "como consecuencia de la
variabilidad climática más importante del planeta, el fenómeno El Niño", señaló a IPS el
geógrafo venezolano Rigoberto Andressen.

Andressen integra el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC,


por sus siglas en inglés), que ganó en 2007 el premio Nobel de la Paz junto con el ex
vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore (1993-2001). El Niño, recordó Andressen, se
produce con "el recalentamiento de las aguas del Pacífico sur, lo que lleva a un
desacoplamiento de la atmósfera sobre ese océano y masas de aire cálido se desplazan al
centro y al este, sobre América del Sur, en reemplazo de la corriente de Humboldt, que es de
aguas frías".

"La alteración en los sistemas de circulación de aire en la atmósfera se traduce en sequías


prolongadas en unas áreas o lluvias torrenciales e inesperadas en otras", explicó Andressen, y
recordó que mientras hay seca en casi todo el norte y centro de América del Sur, en Uruguay y
otras zonas sudorientales se han registrado lluvias más fuertes.

El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) se presenta desde hace miles de años, su aparición anterior
data de 2006, y esta vez puede prolongarse hasta el primer semestre de 2010. En tiempos
recientes su recurrencia se asocia al cambio climático global que favorece el recalentamiento
del Pacífico.

La más dañina aparición del fenómeno en las últimas décadas se registró en 1997-1998,
cuando provocó lluvias e inundaciones en distintos puntos del planeta que causaron la muerte
de más de 24.000 personas y pérdidas materiales estimadas en al menos 30.000 millones de
dólares, según un estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados
Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).

En la vecina Colombia, después de una irrupción de La Niña, fase fría de ENOS, en 2007-2008,
que dejó 120.000 damnificados por aguaceros e inundaciones, este año El Niño ha disminuido
el caudal de ríos, causado una ola de calor y alentado incendios de vegetación.

Chacón hizo notar que los incendios en Colombia alcanzan incluso los páramos andinos, por
tener una vegetación más rica en pajonales que se resecan con la falta de agua, por contraste
con los páramos venezolanos, más ricos en arbustos.
Otra consecuencia sobre la producción de alimentos es que en las áreas de pastos, los
campesinos y pequeños criadores todavía prenden fuego a los pastizales resecos para inducir
el rebrote de las plantas, con consecuencias dañinas en materia de erosión de suelos, observó
Chacón.

Para Andressen, a Venezuela le aguardan dificultades en los meses próximos por el menor
cauce de sus ríos, incluido el portentoso Caroní, en el sudeste, que alimenta en su curso bajo
varias represas con una capacidad eléctrica instalada de 12.500 megavatios/hora. "ENOS
también se puede aprovechar como un mecanismo de predicción climática, aunque se
requieren para ello buenos servicios meteorológicos, a fin de prever la construcción de
embalses o represas que eviten los desastres de las lluvias y ayuden a conservar el recurso
para tiempos de sequía", estimó Andressen.

En lo inmediato, la sequía se ha traducido en Venezuela en racionamiento de agua potable en


Caracas y otras ciudades, y cortes de energía eléctrica en casi todo el país, que las compañías
generadoras y distribuidoras, en manos del Estado, prometen dosificar equitativamente en las
áreas residenciales e industriales.

Los apagones han generado protestas callejeras, la mayoría de pequeños grupos de vecinos
afectados en todo el territorio, y comienzan a surgir asociaciones de usuarios para debatir el
tema con las autoridades.

La sequía asociada a El Niño ha agravado el problema de este país que tiene una demanda de
17.300 megavatios/hora, con un crecimiento de entre seis y siete por ciento anual, y que
debería ser soportada con unos 24.000 megavatios/hora de capacidad instalada y en buenas
condiciones de funcionamiento, para prevenir fallas o emergencias, según José Aller, docente
de la caraqueña Universidad Simón Bolívar.

Pero la capacidad que la planta eléctrica venezolana está en condiciones de generar es de


16.400 megavatios/hora y las redes de distribución adolecen de escaso mantenimiento.

Algunas salas de la principal maternidad de Caracas se quedan a veces sin electricidad


durante una jornada completa, productores como Pestana se quejan de fallas eléctricas en los
silos que demoran la recepción del maíz cosechado, y establecimientos comerciales registran
mayor demanda de generadoras de toda dimensión, desde modestas que valen 3.000 dólares
hasta las que cuestan más de dos millones de dólares. (FIN/2009)

LOS FENÓMENOS DE EL NIÑO Y LA NIÑA:

El Niño y La Niña son los nombres de dos fenómenos atmosféricos-oceánicos que se


presentan cíclicamente en períodos variables de 2 a 7 años. Tienen mayor incidencia en el
océano Pacífico y sus alrededores, a la latitud del ecuador. Sus efectos son de alcance regional
y global, pues transforman el estado del clima de casi toda la Tierra. Por ejemplo, durante el
episodio de El Niño 1997-98 la temperatura en Mongolia alcanzó los 42°C y las precipitaciones
en el centro de Europa ocasionaron una de las mayores inundaciones del siglo.

Este fenómeno afecta severamente la vida social, económica y política de los países, alterando
su ciclo productivo y el crecimiento económico-social. En las áreas normalmente húmedas se
originan prolongadas sequías, en las zonas áridas se producen torrenciales lluvias y olas de
frío o de calor en distintos lugares del mundo.
Por lo general, esto representa graves pérdidas en las actividades económicas, sobre todo en
las actividades primarias, por lo que afectan mucho más a los países en desarrollo donde éstas
constituyen la base de su economía. Por ejemplo:

• las sequías, aumentan la mortandad del ganado y los incendios forestales que contaminan el
ambiente y provocan pérdida de la biodiversidad;

• las lluvias torrenciales provocan graves inundaciones y aluviones de barro y rocas;

• el aumento de la temperatura de las aguas aleja de algunos bancos pesqueros especies


ictícolas muy importantes por su valor comercial por lo que se perjudica la actividad pesquera;

• otra actividad afectada es el turismo, fuente de ingreso para estos países.

Ahora bien, ¿Cómo es la circulación atmosférica-oceánica en tiempos normales?

Los vientos alisios soplan de Este a Oeste y arrastran las aguas cálidas superficiales del
océano Pacífico hacia su sector occidental. Por esta razón, en las costas asiáticas y
australianas, el mar se encuentra alrededor de 50 cm. más alto y con 70 C a 90 C más de
temperatura que en las costas americanas. Esto provoca que:

• frente a las costas del Sudeste Asiático, durante el verano, haya mayor evaporación de las
aguas. Los vientos monzónicos transportan la humedad provocando las lluvias sobre el
continente, y permiten la práctica de la agricultura intensiva, que proporciona el alimento de
millones de personas;

• frente a las costas americanas, donde circulan las corrientes frías de California y de
Humboldt, se dificulta la evaporación. Esto produce que el clima en las costas sea árido y que
las aguas cálidas superficiales sean de poco espesor. Este proceso permite el ascenso de las
aguas profundas con los nutrientes que alimentan a la abundante fauna marina, generando una
de las áreas pesqueras más productivas del mundo.

Entonces, ¿Qué sucede cuando se presenta El Niño?

Cuando El Niño se presenta se produce una alteración en la presión atmosférica sobre el


océano Pacífico, que disminuye cerca de Tahití y aumenta al norte de Australia. Los vientos
alisios se debilitan o incluso desaparecen provocando, tanto en la atmósfera como en los
océanos, grandes anomalías. Los vientos alisios no tienen fuerza para arrastrar las aguas
cálidas superficiales hacia las costas asiáticas, entonces regresan a las costas americanas
formando la contracorriente El Niño. Ello origina efectos atmosféricos y oceánicos contrarios a
los tiempos normales. Es decir, en las costas asiáticas aparecen las sequías, los incendios en
los bosques, etcétera. A su vez, en las costas americanas se desatan grandes temporales
tropicales, que acarrean aluviones e inundaciones.

Finalmente, ¿Qué pasa cuando aparece La Niña?

La niña por su parte, origina un mecanismo inverso al que produjo El Niño: la presión
atmosférica sube en Tahití y baja en Australia, restableciendo la dirección de la circulación
normal pero con más fuerza. Los vientos alisios soplan con más intensidad que la normal y
arrastran hacia el Pacífico occidental mayor volumen de agua, provocando que aflore más
cantidad de agua fría en el Pacífico oriental. Esto produce precipitaciones superiores a las
normales en Asia, Australia e inclusive en África del Sur. Mientras tanto, desciende la
temperatura sobre las costas americanas y aumenta la aridez y la frecuencia de los huracanes
en la planicie central de Estados Unidos

El cambio climático llegó a Venezuela

Desde hace algunos años el Gobierno ejecuta programas orientados a minimizar el


impacto ambiental de las actividades económicas. Pero hasta la fecha no hay una
política estructurada para corregir las emisiones de gases de efecto invernadero

Lo que para muchos no era más que una extraña conjetura parecida a la predicción sobre el
milenio y la desaparición del mundo, hoy es una realidad: a Venezuela llegaron los cambios
climáticos producto del calentamiento global. El proceso no se inició hace unos meses ni un par
de años. De hecho, el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero se siente
desde hace varias décadas.

Uno de los primeros casos estudiados por los especialistas es la disminución del número de
glaciares en la Sierra Nevada de Mérida: de los 10 que existían y que cubrían cerca de 10 km2,
4 desaparecieron, cinco redujeron sus tamaños y del último apenas quedan manchas.

Otro de los efectos más visibles es la variación de las precipitaciones, según Juan Carlos
Sánchez, asesor técnico de la Convención de Cambios Climáticos de la Organización de las
Naciones Unidas y del Protocolo de Kyoto. "Se han reducido casi 30 por ciento tierra adentro,
donde hace más calor debido a la subida de las temperaturas. Mientras que en las costas hay
mayor evaporación y se generan lluvias más intensas. Ejemplo de esto es lo que ocurrió en
Vargas, donde llovió en cuestión de horas lo que llueve en meses", señala.

Y con el tiempo podrían venir más cambios. "El progresivo deshielo de los polos provocaría el
avance del agua de los océanos a las costas, lo cual inundaría comunidades e infraestructuras
ahí apostadas", continúa Sánchez. Algunas de las zonas más vulnerables del territorio nacional
son la Laguna de Tacarigua, en Miranda; Chichiriviche, Morrocoy y Tucacas, en la costa
oriental de Falcón; las plantas de procesamiento de petróleo liviano de José, en Anzoátegui;
algunas zonas de Juan Griego, en Nueva Esparta; la ciudad de Tucupita, y hasta el Delta del
Orinoco.

Por estas y muchas otras razones, vale la pena preguntarse: ¿qué medidas se están tomando
para mitigar los efectos del calentamiento global y adaptarse a los cambios climáticos?
Situación actual

Las actividades económicas que se desarrollan en Venezuela son responsables de 0,48 por
ciento del total mundial de emisión de GEI, según el primer Inventario Nacional de Emisiones
de Gases de 1999. Esta cifra se distribuye en las siguientes áreas: 77 por ciento en el sector
energía (55 por ciento en quema de combustibles fósiles y 21,7 por ciento en venteos de gas a
la atmósfera en la producción petrolera); 14,9 por ciento en la actividad agrícola, cambio del
uso de la tierra y silvicultura; 4,9 por ciento en los procesos industriales, y 3,3 por ciento en la
descomposición de desechos orgánicos.

De acuerdo con el documento, en esa fecha se producían 99,78 millones de toneladas de


dióxido de carbono (de las cuales 89,9 por ciento provenía de combustibles fósiles en el sector
energía y el resto de procesos industriales y fugas); 2,95 millones de toneladas de metano
(61,4 por ciento de las fugas y venteos de gas natural en actividades de extracción,
almacenamiento y transporte de petróleo y gas natural, y 9,7 por ciento de la descomposición
de desechos orgánicos); 52 mil toneladas de óxido nitroso (96 por ciento viene del sector
agrícola), y 396 mil toneladas de óxidos de nitrógeno.

Estas cifras podrían parecer insignificantes, pero si se mira las emisiones per cápita, Venezuela
aparece como el líder de la región latinoamericana (ver cuadro Emisiones de CO2 pércapita
por países, pag. 80). Por ello, adquirió algunos compromisos al firmar el Protocolo de Kyoto.

En el documento, Venezuela se ubica en el anexo I, con el resto de los países en vías de


desarrollo, y entre sus atribuciones figura realizar un inventario nacional de emisiones de
gases, en el que se detallen los niveles de producción de las sustancias reguladas y los
sectores que las generan; elaborar una comunicación nacional en cambio climático, en la que
se describa la situación y origen de las emisiones y las estrategias para su control; divulgar
información sobre el tema, y crear un sistema nacional que vigile el cumplimiento de las
estrategias.

Sin cifras

Mientras que los países del anexo I están obligados a entregar un inventario anual de sus
emisiones, los que están en vías de desarrollo no tienen una periodicidad de entrega
establecida. En Venezuela, el primero se realizó en 1999 sobre la base de las emisiones de
1990, y sólo se incluyeron cuatro: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y óxidos de
nitrógeno. Pero hoy se sabe que hay otros involucrados: hidrofluorocarbono y
clorofluorocarbono, que deberían ser incluidos en el próximo documento.

Según la viceministra de ordenación y administración del ambiente, Merly García, la cartera ya


está trabajando en la cuantificación de emanaciones y se espera tener los resultados
preliminares entre octubre y noviembre. "Estamos realizando monitoreos en todo el país. Por
ejemplo, con la implementación de los vertederos de basura podemos reducir 15 por ciento las
emisiones de metano y se prevé que en diciembre alcancemos 35 por ciento. En el parque
automotor hemos reducido 10 por ciento el escape de dióxido de carbono. En agricultura y
cambio del uso de la tierra, pensamos que vamos por 25 por ciento de las emisiones", asegura
García sin proporcionar cifras concretas.

A pesar de esto, Sánchez encuentra una dificultad: el poco seguimiento que se hace a las
emisiones de GEI de cada sector y la incertidumbre en la producción actual de petróleo
imposibilita la realización de un inventario confiable.

Lo que sí es seguro, según Sánchez, es que las emanaciones de GEI han aumentado en los
últimos años, debido a dos factores: "El acelerado crecimiento del parque automotor y la
introducción en el inventario de los impactos que producen las cuatro mejoradoras de crudo
pesado". Estos elementos le permiten concluir que, una vez se actualice el segundo
documento, Venezuela estará sobre 0,48 por ciento. Lo que se contrapone a la meta de 0,36,
según reveló a PRODUCTO una fuente del ministerio.

La situación con respecto a la Comunicación Nacional de Cambio Climático no dista de lo que


ocurre con el Inventario Nacional de Emisión de Gases. Mientras que la mayoría de los países
vecinos han entregado su tercer documento, Venezuela entregó el primero a finales de 2005.
Su costo fue de 450 mil dólares (el Banco Mundial aportó 350 mil y el Ministerio del Ambiente
100 mil dólares).

Por su parte, la viceministra admite que "no nos podemos comprometer con algo hasta que no
estemos muy seguros de poder responder. Nuestro retraso viene desde la firma, porque fuimos
uno de los últimos países en sumarnos al convenio". Agrega que ya se está trabajando en la
segunda, que podría ser entregada en 2009, pero aún no ha asignado un presupuesto.

Centro descentralizado

Otro de los aspectos que incluye el Protocolo de Kyoto es la creación de la Oficina Nacional de
Cambio Climático, que vigilaría las fuentes emisiones de GEI en cada nación. Aunque el
convenio no exige a los países en vías de desarrollo el cumplimiento de esta norma, Venezuela
es el único que no cuenta con esta dependencia.

En la gestión de Ana Elisa Osorio como titular de ambiente se creó el proyecto y definió su
estructura. Pero, cuando se dio el cambio de ministros, no se materializó la idea. "Eso se echó
a la basura", comenta Osorio, que se encarga de la Gerencia Corporativa de Ambiente e
Higiene Ocupacional de Pdvsa.

Lo cierto es que la creación de la oficina no está en los planes de la actual gestión: "Eso
llevaría a la negociación de los bonos de carbono y de la soberanía nacional, y no estamos
dispuestos", afirma la ministra del ambiente, Yuviri Ortega. Y la viceministra la secunda: "El
tema se ha convertido en una función transversal del Ministerio del Ambiente. No podemos
decir que hay un presupuesto destinado sólo eso".

Esto deja claro que en la práctica el Ministerio del Ambiente no centraliza estrategias para
controlar las emisiones de gases de cada sector ni los presupuestos. En realidad, los proyectos
se elaboran desde cada ministerio o empresa responsable y, una vez aprobado por el
despacho, se ejecutan.

Estos factores le permiten a Sánchez concluir que no hay una política nacional para ajustarse
al cambio climático: "El tema es multidisciplinario en la gestión pública, y creo que no fue
correcto dejarlo únicamente a ese despacho. Están involucradas muchas industrias de
diferentes áreas. El control debe ser una acción coordinada y no sólo desde el área energética
y ambiental. Mientras no exista la oficina, tampoco habrá una política nacional orquestada",
argumenta Sánchez.

Posiciones enfrentadas

Una de las alternativas que propone el Protocolo de Kyoto para que los países desarrollados
reduzcan sus emisiones son los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL). Son instrumentos
financieros para los países en vías de desarrollo para recibir plataformas tecnológicas
extranjeras y controlar las emanaciones.

El estado venezolano decidió no aplicarlos, pues se entienden como un mecanismo mercantil


que da valor económico a los bonos de carbono. La ministra considera que condicionan el
desarrollo del país: "Tenemos nuestros recursos, capacidad técnica y voluntad política. Si se
acepta, se pierde la soberanía nacional de por vida", asegura.

Pero Osorio piensa diferente: "Comparto que es una salida mercantilista. Pero podríamos
utilizarlos como una forma de certificar nuestras reducciones y no venderlos, porque en
Venezuela se están ejecutando proyectos con los que está controlando las emanaciones",
puntualiza, y considera que el Estado debería reevaluar la decisión, pues se pueden obtener
beneficios. "Nos hemos planteado la idea de modernizar las plantas de compresión de gas y
sustitución de tuberías, lo cual provoca fugas de metano, que es muy valioso. Y con esos
recursos podríamos crear un fondo para propiciar la adaptación del cambio climático de los
países más pobres del Caribe", finaliza.

Futuro poco claro

A pesar de que desde hace algunos años se ejecutan proyectos orientados al ambiente, el
Gobierno no tiene una política para prevenir los efectos del calentamiento global y de
adaptación a los cambios climáticos. Tampoco se cuenta con un presupuesto para las
estrategias que deben implementar los sectores industriales y empresariales.

El Protocolo de Kyoto es apenas el primer resultado de la Convención de la ONU sobre cambio


climático. A fines de este año comenzarán las negociaciones para el segundo, que se estima
termine el próximo año en Dinamarca.

"Se habla de algunos países en vías de desarrollo que tendrán que empezar a reducir sus
emisiones, como Brasil, México y Suráfrica. Y aunque Venezuela no ha salido a la luz, sí se
comenta que hay que vigilar a los productores y exportadores de petróleo", afirma Sánchez.

El Calentamiento global y sus efectos sobre el planeta

Nuestro planeta se está calentando y, de mantenerse este comportamiento, en los


próximos años podría profundizarse el derretimiento de glaciares, sequías severas,
trastornos de hábitats y lluvias prolongadas. En consecuencia, habrá escasez de
agua y de alimentos, según reportan distintos informes de movimientos
ambientales en el mundo.

En 1996, la fundación The World Wide Fund for Nature (WWF) indicó que la
mayoría de los expertos están de acuerdo en que los seres humanos ejercen un
impacto directo sobre el calentamiento global, el cual se conoce como efecto
invernadero.

Por su parte, el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC, por sus
siglas en inglés) explica que el calentamiento global se produce por efectos de
gases como el dióxido de carbono, los clorofluorocarbonos (CFC) y otros
contaminantes del aire.

Dichos contaminantes se acumulan en la atmósfera formando una capa cada vez


más gruesa que atrapa el calor del sol y causa el calentamiento del planeta. Si el
grosor de la capa aumenta, el calor retenido se eleva y, por tanto, la temperatura
interior sube.

«Si este proceso continúa, en los próximos años la temperatura habrá crecido entre
1.5 y 4.5 grados centígrados, habrá inviernos más cortos y templados, veranos
largos y cálidos, el nivel de los mares podrá elevarse hasta un metro sobre el nivel
actual, los desiertos crecerán y en las zonas húmedas se duplicarán las
precipitaciones», advierte el NRDC.
El magazine Waste ideal.es refiere que desde el año 1981 se observa la existencia
de un agujero en la capa de ozono, la cual protege a todos los seres vivos de los
rayos solares ultravioletas, actuando como un filtro.

«Los responsables del agujero en la capa de ozono son 800 toneladas de gases CFC
liberados anualmente que, al descomponerse, desprenden átomos libres de cloro,
dañinos para el ozono», señala Waste ideal.

Dichos gases se encuentran en aerosoles, refrigerantes y acondicionadores de aire,


por lo que en medio siglo podría no quedar filtro. Los efectos cancerígenos de los
dañinos rayos ultravioletas son ya muy evidentes, sobre todo en el incremento de
cáncer en la piel.

Con relación a la producción de gases contaminantes, la viceministra de


Ordenamiento y Administración Ambiental de Venezuela, Nora Delgado, declaró el
año pasado que el Ejecutivo nacional adelanta proyectos destinados a incrementar
el desarrollo y consumo de energías limpias, como la producción del 75% de
energía hidráulica y la gasolina sin plomo.

«Venezuela consume sólo un 0,4% de gases de efecto invernadero, en significativo


apoyo a los programas destinados a disminuir el cambio climático», precisó
Delgado.

La funcionaria recordó que los mayores productores de gases contaminantes o de


efecto invernadero como los Estados Unidos y Australia no suscribieron el protocolo
de Kyoto, entre otros acuerdos y programas para detener el envío de dichos gases
a la atmósfera.

Efectos del calentamiento global


perjudican la salud del hombre

Afecciones cardíacas, respiratorias, de piel, cáncer, así como enfermedades


transmitidas por mosquitos como cólera, dengue, fiebre tifoidea o malaria, son
los quebrantos que en el hombre acarrea este fenómeno ambiental

Son muchas las informaciones que se elaboran acerca del calentamiento global y sus
consecuencias en el medio ambiente, pero pareciese que aún no existe una
conciencia conservacionista del hábitat que nos rodea, puesto que a diario, el hombre
ejecuta acciones que continúan agrediendo al planeta, haciendo caso omiso del
pensamiento de que la naturaleza es sabia y que los maltratos que recibe del ser
humano le son devueltos.

Así como el ecosistema está afectado, los habitantes de la Tierra, deben saber que las
anomalías que conlleva el caldeamiento de la corteza de terrestre, también ocasionan
secuelas en su salud.
De acuerdo con estudios hechos por la Organización Mundial de la Salud, el aumento
de las temperaturas ocasionará el incremento o movilización de mosquitos
transmisores del dengue o la malaria hacia regiones donde no es convencional la
presencia de estos insectos.

Las zonas del mundo donde se produzca un alza mayor de la temperatura, será donde
más se propagará este tipo de patologías, puesto que estos insectos se reproducen
más rápido en las regiones de clima caliente.

Asimismo, el calentamiento global será el causante de la contaminación de las aguas,


efecto que vulnerará la salud de los habitantes, al resurgir males como la fiebre
tifoidea y el cólera, transmitidas también por mosquitos.

Debido a las variaciones que sufrirá el ecosistema, el rendimiento agrícola disminuirá,


por ende, mermará el consumo de los frutos de la tierra, utilizados por el hombre como
parte de su dieta diaria.

Igualmente, los trabajadores y trabajadoras de sectores como el agrícola, ganadero,


pesquero, entre otros, se verán afectados por el detrimento de las condiciones de
trabajo, como el aumento de la temperatura y la exposición a riesgos biológicos al
momento de trabajar a la intemperie.

Directo al corazón

Los malestares cardíacos, serán otro factor de riesgo para la población mundial,
provocados por el calentamiento global.

Las olas de calor que a futuro está vaticinado que se generen, acelerarán las
enfermedades del corazón, especialmente en ancianos o personas con sistemas
cardíacos débiles.

La contaminación de la atmósfera, sumado a la ausencia de áreas verdes en las


grandes ciudades y las variaciones en las temperaturas, específicamente en las altas,
acentuará la posibilidad de que la gente sufra daños en este órgano.

No obstante, el corazón no será el único perjudicado, puesto a que por las mismas
razones se agudizarán las molestias respiratorias crónicas.
Es necesario recalcar que las sustancias como dióxido de carbono o de azufre, que
emanan grandes sectores industriales como el petrolero y eléctrico, originan
enfermedades cardiovasculares, respiratorias, alérgicas, dermatológicas, irritación
ocular, incluso cáncer, tanto por los trabajadores como por la comunidad que los
rodea.

Nunca es tarde

El mundo está viviendo una crítica situación por causa de estos cambios climáticos,
cuyos impactos negativos en la Tierra no se reducirán, hasta tanto cada uno de sus
habitantes no coloque su grano de arena para esta lucha.

Lo importante de este asunto es que los pobladores del planeta comprendan que en la
medida en que se conserve el medio ambiente, mayor será la calidad de vida y la
preservación de su salud.

Desde el hogar y en los centros, se deben aplicar las recomendaciones que sirven
para disminuir los daños que causan el calentamiento global, no sólo en el ecosistema,
sino en el buen estado de salud de las personas.

Industrialización indiscriminada del mundo enardece efectos del


calentamiento global

Subida de los niveles del mar, sequías e inundaciones son parte de las
consecuencias del fenómeno meteorológico. Presidente de la República, Hugo
Chávez, considera que esta situación evidencia las secuelas nocivas que ha
marcado el capitalismo en la humanidad. Es importante aplicar las
recomendaciones en el hogar y centro de trabajo para disminuir los impactos
que aceleran este mal ecológico
El calentamiento global, término que se ha enraizado y se ha hecho común en
el día a día de los habitantes de la Tierra, significa el ascenso de la
temperatura de la corteza del planeta, generada por la utilización irracional de
los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) emanados de las
industrias y que a su vez producen los denominados gases de efecto
invernadero.
El dióxido de carbono, monóxido de carbono, metano, óxido nitroso y
clorofluorocarbonos, son los gases de efecto invernadero que se acumulan en
la atmósfera.
Uno de los más conocidos es el dióxido de carbono (C02). Su presencia en la
atmósfera contribuye a que la corteza terrestre mantenga el calor adecuado
para la vida del hombre.
Este gas retiene los rayos ultravioleta o radiaciones infrarrojas que el sol
impacta sobre el planeta, sin embargo el exceso de su concentración en la
atmosfera ha contribuido al aumento de la temperatura de la Tierra,
generándose modificaciones ambientales poco favorables para la Tierra, por
ende, para la existencia de los seres vivos y hábitat que la conforman.
Daños por siglos
La Revolución Industrial, período histórico que data de la mitad del siglo XVIII y
principios del XIX, y que propició el uso de máquinas para las actividades
económicas que anteriormente se llevaban a cabo de forma artesanal,
ciertamente representó un avance de las sociedades del mundo, sin embargo
con el paso del tiempo aumentó de manera abrupta la producción industrial,
motivada por fines económicos, obviándose la preservación del equilibrio
ambiental.

La modernización de las tecnologías permitió mayor producción de productos,


por ende, más ganancia para los empresarios. Lo grave del asunto es que
estos avances, como está demostrado, se han hecho a costa de daños
irreversibles a la naturaleza.

El petróleo, carbón y gas natural son los combustibles fósiles emanados de las
industrias que producen el calentamiento global

En la Cumbre de Copenhague no se realizaron acuerdos relacionados con la


reducción de los combustibles fósiles

La siembra de árboles es una de las medidas ecológicas que debe aplicarse


para salvar el planeta
Presente y futuro
El clima de nuestro planeta es de difícil predicción, debido a la existencia de
factores como la lluvia, vientos, luz solar y temperatura.
Se estima que a mediano y largo plazo, el calentamiento global ocasione en la
Tierra severos males, muchos de ellos, ya perceptibles, y con tendencia a
agudizarse a corto plazo.
Una de las principales consecuencias de este fenómeno es la presencia de
fuertes sequías e inundaciones. El mayor ejemplo de esta situación la
representa el fenómeno meteorológico El Niño, que se formó en las aguas del
Pacífico.

Se caracteriza por ocasionar alteraciones en la presión atmosférica, así como


en la dirección y velocidad de los vientos.
América del Sur ha sufrido en varias oportunidades los embates de El Niño. En
Ecuador y Perú, por ejemplo, ha generado inundaciones fatales, mientras que
en Venezuela o Colombia, ha sucedido lo contrario, distorsionándose los ciclos
de lluvia y verano.

Actualmente, Venezuela atraviesa una coyuntura difícil por las escasas


precipitaciones que han caído sobre el territorio nacional durante los últimos
meses.

Producto de esta irregularidad climatológica, el nivel de los distintos embalses


que surten de agua a la población han mermado, situación que también
acarreó dificultades en el Sistema Energético Nacional.
Otras repercusiones del calentamiento global en el mundo lo representa el
incremento hasta 0,6° centígrado en la temperatura media de la corteza
terrestre. Durante este siglo está estimado que la temperatura ascienda entre
1° y 5° centígrados.
Se espera además que el nivel del mar suba entre 9 y 88 centímetros.
Estudios confirman que los casquetes de hielo del Polo Norte y de la Antártida
se fundirán, motivo por el que se acrecentará la cota de los océanos.

Esta situación conllevará a anegaciones en tierras fértiles, afectando las


actividades agrícolas y ganaderas de aquellas regiones que resulten
perjudicadas por los excesos de agua. Se espera la erosión y salinización de
las costas.

En este sentido, los animales se desplazarán hacia ecosistemas similares al de


sus lugares de origen para asentarse.
Los fenómenos meteorológicos se suscitarán con mayor frecuencia e
intensidad.

Intenciones en papel
El Protocolo de Kioto sobre el Cambio Climático, fue suscrito el 11 de diciembre
de 1997 en esta localidad de Japón.

Con este consenso las naciones industrializadas adquirieron el compromiso de


reducir la quema de combustibles fósiles entre los años 2008 y 2012.

El objetivo principal del Protocolo de Kioto fue disminuir la emisión de los


combustibles fósiles, 5% menos que en la década de los 90. Su ejecútese se
cristalizó el 16 de febrero de 2005, después de que Rusia ratificara su
participación y acatamiento del acuerdo internacional.

En Canadá, durante ese mismo año, se realizó una reunión para el seguimiento
del Protocolo de Kioto. En esa oportunidad se conformó un grupo de trabajo
para crear las futuras responsabilidades que debían adoptar estos países. Dos
años más tarde, tuvo lugar en Bali, Indonesia, el tercer encuentro de chequeo
del Protocolo de Kioto, así como la XIII Cumbre del Clima.

En diciembre de 2009, Copenhague, Dinamarca, fue el escenario de la XV


Cumbre del Clima, en la que el Presidente de la República, Hugo Chávez,
durante su intervención hizo una reflexión acerca del capitalismo y su voraz
incidencia en la devastación del planeta.

En esta reunión no se suscribieron acuerdos para profundizar en el tema de la


reducción de los gases efecto invernadero y actualizar el Protocolo de Kioto,
sólo quedó contemplado el otorgamiento de ayuda financiera a los pueblos más
pobres para que afronten el calentamiento global.
El Jefe de Estado venezolano concluyó que la medida denota la arraigada
desigualdad económica, política y social existente en el mundo y que la visión
capitalista pretende mantener para siempre.
Recuperación sin capitalismo

“No cambiemos el clima, ¡cambiemos el sistema! Y en consecuencia


comenzaremos a salvar el planeta”, expresó el Presidente de la República,
Hugo Chávez, el 16 de diciembre de 2009, en el discurso que pronunció en la
XV Conferencia Internacional de la Organización de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático, realizada en Copenhague, Dinamarca.
Reiteró el impacto negativo del capitalismo en el mundo, no sólo desde el punto
de vista socio-económico, sino también ambiental.
Expresó que el cambio climático es el peor mal ecológico de este siglo, porque
los países son castigados por inundaciones, sequías, terremotos, huracanes,
olas de calor, aumento de los niveles del mar.
“El objetivo (…) de reducir la emisión de gases y lograr un acuerdo de
cooperación (…) parece haber fracasado por ahora. (…) La razón es la actitud
irresponsable y la falta de voluntad política de las naciones más poderosas del
planeta”, comentó.
Instó a los demás pueblos a trabajar para vencer al capitalismo y construir un
sistema económico más equitativo y justo, en el que la producción sea
distribuida de forma igualitaria para derribar las barreras económicas que sitúan
a gran parte de la población mundial en el lado de la pobreza.
Salvación desde la casa
Aunque aún falta mucho camino que recorrer para resarcir los daños que la
mano indiscriminada del hombre ha causado al planeta, son muchas las
acciones que podemos tomar en la casa o centro de trabajo para coadyuvar a
que la Tierra no continúe destruyéndose.
Algunas de estas recomendaciones son las siguientes:
Evita el uso de productos en aerosol o “spray”, ya que contienen compuestos
de cloro que dañan la capa de ozono. Está comprobado que un átomo de cloro
destruye aproximadamente mil moléculas de ozono.
Evita adquirir productos que sean expendidos con exceso de envoltorio, puesto
que estos insumos se transforman en desechos sólidos que tardan mucho
tiempo en descomponerse. De esta forma se generará menos basura. Es
aconsejable, comprar víveres envasados en vidrio, ya que este material es
reciclable.
Antes de desecharlos a la basura, corta los anillos plásticos en los que se
insertan las latas de algunas bebidas para ser expendidas al consumidor.
Debemos prestar mucha atención a esta recomendación cuando visitemos
nuestras playas, puesto que en estas mallas pueden quedar atrapadas peces,
tortugas o aves.
No botes aceite por los desagües. Esta sustancia es un factor contaminante del
agua. Es aconsejable que lo deposites en la basura, vertiéndolo previamente
en un frasco de vidrio.
Al descartar pilas y baterías, hazlo en los depósitos diseñados exclusivamente
para este fin en lugar de arrojarlas al cesto de la basura. Estos objetos
contienen sustancias tóxicas como el mercurio y sólo una, puede contaminar
600 mil litros de agua.
Reutiliza las bolsas o preferiblemente lleva contigo una de tela cuando vayas a
hacer tus compras. Una bolsa plástica tarda en degradarse alrededor de 150
años.
Cocina alimentos frescos y no congelados, puesto que para la cocción de estos
productos procesados se gasta 10 veces más energía.
Sustituye los bombillos incandescentes por los ahorradores.
Desconecta los equipos eléctricos mientras no los utilices. Mantén la luz
apagada, así como los aires acondicionados cuando permanezcas fuera de los
espacios de tu casa o de la oficina.
Utiliza agua caliente sólo en los momentos que realmente la amerites. Coloca
la ropa lavada en un tendedero para secarla al aire libre.
Si se trata de conducir tu carro, hazlo de forma eficiente, procurando no circular
con el auto en distancias cortas o a horas pico. Si vas a hacer recorridos en
puntos cercanos, efectúalos a pie o utiliza medios de transporte público.
Revisa con frecuencia los cauchos de tu automóvil, la presión adecuada de las
llantas incide de forma positiva en el consumo de combustible.
Siembra un árbol. Está demostrado que por cada hectárea de árbol plantada se
elimina, en un año, la contaminación por dióxido de carbono que generan
cuatro familias durante ese período de tiempo.
Aplica estas medidas junto con tus familiares, amigos, vecinos, y compañeros
de trabajo, así, se multiplicará no sólo la información, sino el esfuerzo para
recuperar la Tierra.

La gran amenaza para la humanidad

*Los hechos superan las predicciones realizadas años atrás por ecologistas y climatólogos
acerca de los efectos, del calentamiento global y el cambio climático, sobre todas las especies
vivientes de la tierra

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