Este es un trabajo realizado por una alumna de 5ºB de nuestro colegio, Mia Wellington que ha conseguido ser finalista en la categoría de primaria en el Concurso de Relatos Cortos del Ayuntamiento de San Roque, en este curso 2009-2010.
Este es un trabajo realizado por una alumna de 5ºB de nuestro colegio, Mia Wellington que ha conseguido ser finalista en la categoría de primaria en el Concurso de Relatos Cortos del Ayuntamiento de San Roque, en este curso 2009-2010.
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Este es un trabajo realizado por una alumna de 5ºB de nuestro colegio, Mia Wellington que ha conseguido ser finalista en la categoría de primaria en el Concurso de Relatos Cortos del Ayuntamiento de San Roque, en este curso 2009-2010.
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cocina, pequeño como la nariz de mi hermana Emily, y agradecido cual la lluvia en primavera.
Le gustaba estar tranquilo. Era dormilón,
apacible y con muchos botoncitos, tanto que si fuese humano no le cabria espacio para tener más pecas. Le encantaba quedarse dormido y ver la tele que estaba enfrente de él, pero con su dueño, Equipito se encontraba muy nervioso. Esto era así porque a Philip, su dueño, le encantaba el rock and roll y el reggaeton. - ¿Te gusta a tí?- Pues a nuestro protagonista sin duda, no. Él era muy romántico, soñador y tierno. Le gustaba otro tipo de música. Adoraba a Bach, Beethoven, Tchaikoswky, Grieg y Mozart... Su canción preferida era la “Sinfonía de los Juguetes” y “Para Elisa”...
Equipito dormía la siesta deleitándose
con la “Cantata del Café” y también con “Nocturnos “de Chopin. Pero su salud iba siendo cada vez peor.
Después de escuchar reggaeton, nuestro
amigo comenzaba a toser y estornudar sin parar. Le entraban escalofríos, y parecía tener fiebre. Philip se daba cuenta de ello y todas las noches le ponía una mantita para calentarlo, cual una mamá gallina a sus bebés pollitos. A veces, también le ponía una bolsita de agua caliente, pero cada vez era más grande su preocupación. Equipito no mejoraba.
Así fue como Philip, decidió llevarlo al
doctor Felipe Arreglaequipos. Le hicieron cientos de radiografías, analizaron sus cables, pusieron el termómetro, y hasta lo operaron. Philip estaba muy preocupado ya que amaba a Equipito profundamente, no imaginaba su vida sin él, y no quería por nada del mundo que le sucediese algo. Ahora estaban operando a su enseñable amigo, y desgraciadamente podría perderlo para siempre...
Pasaron horas y horas, y al final, el doctor
regresó de la sala de operaciones para hablar con Philip: - Buenos días caballero, ¿es usted familiar de Equipito?
- Si, si.... dijo con voz temblorosa
Philip.
- Bien, quería decirle que su amigo
ha sido operado y...
- ¿Qué le pasa doctor, qué ...QUÉ ?
- Pues que necesita tranquilidad,
descansar de tanta música agitada, menos reggaeton y más música clásica. Le vendría muy bien escuchar los pájaros cantando, ruiseñores entonando suaves melodías, escuchar al viento susurrar, conciertos de Mozart, oír música de “Los chicos del coro”, voces dulces y tiernas... Equipito tiene su corazón alterado, está muy nervioso y debe usted cuidarlo como le estoy diciendo. - Haré todo lo que usted dice, doctor. Equipito es mi mejor amigo, mi compañero del alma. No imagino mi vida sin la música que él me proporciona. Todos los días me siento junto a él y lo escucho, pero no me había dado cuenta de que también él, necesita descansar... no le he prestado atención estos últimos años... ¡POBRE EQUIPITO!
Así fue como los dos amigos dejaron de
un lado sus gustos personales, para también escuchar los del otro. Ahora Philip también escuchaba por las mañanas a Mozart y Chaikowsky, y sólo a veces ponía reggaeton y rock and roll. Los amigos aprendieron a escuchar distintos tipos de música y hasta empezaron a amar melodías que antes detestaban...
Comenzaban a conocerse mejor, y eso les
hacía sentir ternura hacia el otro. Reforzaron así la amistad y el amor, y nunca más fueron egoístas... y colorín colorado, este cuento se ha acabado.