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Primera parte
Como era muy astuto y charlatán, comenzó a ser conocido como "el Sheij
del Nayd". Para aumentar su fama, acudió a las conferencias de los sabios
hambalis en Medina y, posteriormente, en Damasco y, tras su regreso al
Nayd, escribió muchos libros.
Su libro, Kitâb at-Tawhid, fue refutado por los sabios de Meca con muchas
y preciosas respuestas, aportando contundente documentación que fue
recopilada en una colección titulada Saif ul-Yabbar, en 1221 y
posteriormente impresa en Pakistán. Fue reproducida por Isik Kitabevi en
Estambul, en 1395 (1975).
Kitâb at-Tawhid fue comentado por su nieto ‘Abd ur-Rahmán y, con sus
comentarios interpolados, fue publicado en Egipto con el título Fatj al-
Mayid, por un wahabi llamado Muhammad Hamid.
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que, a sabiendas, ocultan la Verdad revelada. Dijo que aquel que visitase
la tumba de un profeta o de un wali, y se dirigiese al él diciendo: "¡Ia Nabi
ul-lah (¡Oh profeta de Dios), o, por ejemplo, "¡Ia ‘Abdel Qader!, devendría
mushrik (politeísta).
Según el punto de vista wahabi, el que diga que alguien cercano a Dios
no puede ser un politeísta, será un kafir. Por ejemplo, si alguien dijese:
"Tal o cual medicina alivian el dolor" o "Dios acepto mi oración junto a la
tumba de tal profeta o tal wali" devendría incrédulo.
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Todo musulmán sabe que Allah Ta’ala es quien solamente da la vida y la
quita, como dice en la aleya 56 de la sura Iusuf: "Él sólo es quien da y
toma la vida" y en la aleya 42 de la sura az-Zumar dice:
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Él no explica que el sentido de wali aplicado a un hombre es mayazí. De
la misma forma el verdadero auxiliador es Él, pero Él llama auxiliador
(mu’in) a un hombre, de manera figurada, como hace en la aleya segunda
de la sura al-Máidah:
El genuino Señor (rabb) es Allah Ta’ala, pero algún otro puede ser
llamado señor figuradamente, como hace Allah Ta’ala decir a Iusuf (a.s.)
dirigiendose al copero, en la aleya 32 de la sura de su mismo nombre:
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mediación de las medicinas o esperar la victoria de Allah usando
cañones, bombas, helicópteros y aviones. Esos son causas. Allah Ta’ala lo
ha creado todo mediante causas. Usar de estos medios no es hacer shirk
(politeismo). Los profetas de Dios siempre se han servido de estos
medios.
De la misma manera en que vamos a una fuente a beber el agua que Dios
nos envía; a la panadería a por el pan que Allah ha creado y fabricamos
armamento y entrenamos a nuestras tropas para que Allah nos de la
victoria, enviamos nuestro corazón junto al alma de un profeta o un santo
(wali), con la intención de que Allah acepte nuestra oración, gracias a la
intercesión de ellos.
Usar la radio para escuchar los sonidos que Allah ha creado mediante
ondas electromagnéticas, no significa abandonar a Allah por un cajón
parlante, porque somos conscientes de que es Allah quien otorga su
peculiaridad, su poder, al aparato de radio.
Loa Wahabis utilizan cualquier medio que les conviene para alcanzar sus
objetivos mundanos. Satisfacen sus deseos sensuales por cualquier
medio, pero llaman politeísmo a procurarse los medios para ganar la otra
vida. ¿Qué concepción del tawhid tan extraña es esa?
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Emir de Dar’iyya, Muhammad ibn Sa’ud, transformándose en soldados
que atacaron las propiedades, las vidas y la honra de los no-Wahabis.
" y quién está más equivocado que aquellos que, en lugar de invocar a
Allah, invocan a quienes no van a escucharles hasta el Día de la
Resurrección, indiferentes a sus invocaciones."
Siendo así que todas las exégesis coránicas indican que estas dos aleyas ,
y sobre muchas otras semejantes, han sido enviadas contra los politeístas.
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"Los que han tomado amigos en lugar de Él dicen: Sólo lo hacemos para
que nos acerquen a Allah."
Esta aleya cita las palabras de los politeístas que adoran ídolos. Los
Wahabis identifican a los musulmanes que piden la intercesión de su
profeta y de sus santos ante Allah, con los idólatras e, intencionadamente,
dicen que también los idólatras creen que sus ídolos no tienen poder para
crear y que sólo Allah es el Creador.
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Y en la aleya 87 de la sura az-Zuhruf dice:
y, por ello dicen: "También los idólatras saben que Allah es el único
creador. Adoran ídolos que no podrán interceder por ellos en el Día del
Juicio. Por ello devienen politeístas e incrédulos."Pero existen tafsires que
hacen la exégesis de cada aleya coránica, en los que se evidencia que la
utilización que los Wahabis hacen de las aleyas coránicas no es correcta.
No se pueden usar contra los musulmanes aleyas que Allah dirige contra
los politeístas, pues los muslmanes nunca hemos adorado a los profetas o
a los auliiah de Allah, ni decimos que sean compañeros o socios de Allah.
Sino que creemos que ellos son criaturas de Allah, seres humanos creados
por Él y, por tanto, que no son dignos de adoración. Creemos que ellos
son los seres más amados por Dios y que, por ese amor que Él les tiene,
Allah puede tener compasión de nosotros, el resto de las criaturas. De
Allah son el beneficio y el perjuicio. Sólo Él es digno de adoración. Los
polireístas piensan que sus ídolos no son creados y por tanto son dignos
de ser adorados y, por eso precisamente, los adoran. Eso es lo que les
hace ser politeístas. No lo serían si dijesen que utilizan a esos ídolos para
pedirles que intercedan por ellos ante Allah. Eso sería superstición, una
falsa creencia. Esa creencia se aleja de las creencias islámicas, pero no se
denomina politeísmo.
"Han perdido el camino recto. Han aplicado a los musulmanes las aleyas
que descendieron para los incrédulos."
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"Lo que más temo para mi nación (ummah) es que interpreten el Corán
conforme a sus propias opiniones y lleguen a conclusiones fuera de
lugar."
Otro de los que se dio cuenta del carácter herético de las ideas de
Muhammad ibn ‘abd el-Wahhab y de lo dañinas que podrían llegar aser,
fue Muhammad ibn Suleimán al Madaní, fallecido en Medina en 1194
(1779) uno de los grandes sabios de Medina. Era un faqih de la escuela
shafi’í y escribió muchos libros, siendo muy famosos sus comentarios al
libro de Hayyar al-Makkí, At-Tuhfa al-Muhtaj. En Al-Fatáwa, su obra en
dos tomos refutando al Wahabismo, dice:
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Ash-Shahistaní escribió en su famosa obra Al-Milal wan-Nihal:
"Los sabios sunnis tienen dicho unánimemente que los actos de adoración
no forman parte de los principios doctrinales. El que no practique los
ritos obligatorios por pereza, aun sabiendo que son obligatorios, no
deviene descreído por ello. Aunque, en el caso de aquellos que no
practican la oración obligatoria, no existe unanimidad. La escuela
Hambali considera que aquel que no realiza la oración obligatoria por
pereza, deviene descreído." (versión turca, p. 63, El Cairo, 1070 a.H.)
2º Los Wahabis dicen que aquel que busca la intercesión (shafa’) ante los
profetas o los amigos de Dios (awliah) o visita sus tumbas y reza junto a
ellas, considerándolos intermediarios ante Dios y que el hecho de que
estén muertos no tiene importancia, deviene un descreido.
Nuestro Profeta (s.) siempre decía en sus oraciones: "Allah humma. Inni
as’aluka bi haqqi sa’alima alaika." (¡Oh Dios mío, te ruego por el derecho
que tienen ante Ti aquellas personas a las que Tú has otorgado siempre lo
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que Te han pedido) y recomendó a los musulmanes suplicar a Allah de
esa misma manera.
(¡Oh Dios mios, perdona a mi madre (pues vivió muchos años con ella y
la consideraba como su madre y decía que siempre cuido de él mejor que
de sus propios hijos) Fátima hija de Asad y haz amplia su última morada.
Acepta de mí esta oración por el derecho que tiene ante Ti tu Profeta y los
profetas anteriores. Ciertamente, Tú eres el Más Misericordioso de los
Misericordiosos.)
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Segunda parte
"No es correcto decir que los awliia’ dirigen los asuntos mundanos tras su
muerte, curando enfermedades, rescatando a quienes están a punto de
ahogarse, ayudando a los que están frente al enemigo y encontrando las
cosas perdidas. Es erróneo decir que, dado que los awliia’ tienen una gran
posición espiritual, Allah les ha permitido realizar esas tareas, y de esa
manera, ellos pueden hacer lo que deseen y que quien se refugia en ellos
no está equivocado. Pero lo que sí es cierto es que, entre sus awliia’, Allah
bendice a quienes Él quiere y por su generosidad (karamat) Él cura a los
enfermos, rescata a los que están a punto de ahogarse, ayuda a quienes
están frente al enemigo y hace que se encuentre las cosas perdidas. Es
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lógico y también el Corán nos lo enseña." Sheij ‘Alî Mahfud, Al-Ibda’, pág.
213, El Cairo 1956.
Hadrat ‘Abdel Gani an-Nabulusí escribió: "un hadiz qudsi que Al-Bujarí
recogió de Abu Hurairah, dice que dijo el Profeta (s.): Dios Altísimo
declaró: "mis siervos humanos no pueden acercarse a Mí con nada mejor
que realizando sus deberes obligatorios (fard). Cuando se esfuerzan en la
realización de actos de adoración suplementarios, eso me agrada tanto
que Yo soy el que oye por sus oídos, ve por sus ojos, toma por medio de
sus manos y camina por sus pies y les daré lo que me pidan. Si ellos
confían en Mí, Yo les protegeré."
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mismo, los awliia’ continúan siendo awliia’ después de muertos igual que
cuando estaban vivos. Aquel que no lo cree es un ignorante.
Hemos probado en otra obra nuestra que los awliia’ poseen karamat tras
su muerte igual que las poseyeron en vida. (Al-Hadiqa, pág. 230).
Estas tres obras fueron publicadas juntamente con Ad-durar as-sauniiah fir-
raddi ‘alal wahabiiah de Hadrat Ahmad Zaimi Dahlan, en el Cairo, el año
1319 (1901) y en 1347 (1928). Reproducción fotográfica de Isik Kitabevi,
Estambul, en 13396 (1976).
Los hadices:
Se ha vuelto lícito (halal) para mí interceder por aquellos que visiten mi tumba
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Y:
En el Día del Juicio, yo intercederé por aquellos que vinieron a Medina a visitar
mi tumba.
Aquel que realice el Hayy y después visite mi tumba, será como si me hubiese
visitado cuando estaba vivo.
Los rechaza como hacen todos los Wahabis, a pesar de que la cadena de
transmisión de todos ellos esta recogida en el octavo volumen de los
comentarios a Al-Mawahib de Az-Zarkami y al final del cuarto volumen
de Wafa al-Wafa de As-Samhudi. En estos libros se recoge que estos
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hadices son correctos (hasan) y que los comentarios de Ibn Taimiiah
carecen de fundamento.
"Si una persona recita salawat en mi tumba, Allah envía a un ángel que me
informa de ello y yo intercederé por él el Día del Juicio."
Un hadiz transmitido por Ibn Abid Dunya así lo recoge y añade: "y el
muerto se siente feliz"
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y les responden, Rasulullah (s.) no pueda hacerlo? Así como el sol en el
firmamento ilumina el mundo entero, Rasulullah (s.) responde al mismo
tiempo a todos los que le saludan. En un hadiz se recoge que dijo el
mensajero: "Tras mi muerte, oiré como oigo cuando estoy vivo". Otro hadiz
transmitido por Abu Ya’la dice: "Los profetas están vivos en sus tumbas y
rezan la oración obligatoria."
El gran maestro islámico Jahl ad-Din as-Suyut escribió el libro Sharaf al-
muhkam en respuesta a una pregunta de si era cierto que Sayyid Ahmad
ar-Rifa’i había besado la santa mano de Rasulullah. En este libro, él
prueba mediante evidencias tradicionales que Rasulullah estaba vivo en
su santuario y que el oía y rspondía alos saludos. Y cuenta como en la
noche del Mi’ray (viaje del Profeta a los cielos en cuerpo y alma)
Rasulullah vio a Hadrat Moises rezando junto a su tumba.
Un hadiz relatado por Aisha relata que dijo el Mensajero de Dios (s.):
"Sufro las consecuencias de la comida envenenada qie ingerí en Jaibar.
Por culpa de ese veneno mi aorta casi no funciona." Este hadiz demuestra
que, además de la profecía, Allah a otorgado a Hadra Muhammad (s.), el
mejor de los seres creados, el maqam del martirio.
Allah dice en la surah Ale Imran, aleya 169: Y no consideréis que aquellos
que fueron matados en el camino de Dios están muertos, sino que están
vivos juntos y mantenidos junto a su Señor.
Sin duda, este gran profeta, que fue envenenado en la senda de Dios, se
encuentra en lo alto de esta honorable posición que esta aleya menciona.
El hadiz transmitido por Ibn Hibban dice que dijo el Mensajero de Dios:
El santo cuerpo de los profetas no se pudrirá jamás. Si un musulmán recita
salawat para mí, un ángel me lo comunica y dice. Fulano el hijo de fulano te
envía salawat y te saluda. Hadrat Abu Darda uno de los que estaban
acompañando en ese momento al Mensajero de Dios (s.) le preguntó:
¿También te lo comunicará tras tu fallecimiento? Y el Profeta (s.) le
contestó: Sí, también estaré informado de ello tras mi muerte, pues le está
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prohibido a la tierra descomponer el cadáver de los profetas. Ellos están
vivos después de su fallecimiento y están protegidos.
El califa ‘Umar, tras la conquista del Quds (jerusalen) fue al santuario del
Profeta (s.), visitó su tumba y le saludó.
‘Umar ibn ‘Abdel Aziz, que fue un gran wali de Allah, solía enviar
oficiales de Damasco a Medina con la misión de recitar salawat ante el
santuario del Profeta (s.).
Qadi ‘Iad, autor del libro Shifa’, Imam Nawawí, sabio de la escuela
Shafi’i, e Ibn Humam, sabio de la escuela Hanafi, recogen que existe un
acuerdo general en la ummah, sobre que es necesario visitar la tumba del
Profeta. Algunos sabios dicen que es obligatorio (wayib). De hecho,
visitar las tumbas en una sunna profética.
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También se nos ha ordenado visitar el santuario del Mensajero (s.) y
pedirle que interceda por nosotros ante Dios Altísimo. Existe un hadiz
que recoge que dijo el Mensajero de Dios (s.): "Es conveniente que una
persona salga para un largo viaje con el único objeto de visitar tres mezquitas".
Se refiere a la Mezquita sagrada de la Meca, la Mezquita del Mensajero en
Medina y la Mezquita Lejana (Al-Aqsa) en Jerusalen. Por esa razón,
aquellos que hacen el Hayy y no van a visitar la tumba del Profeta (s.),
serán privados de su recompensa.
"No consideréis que es suficiente con visitar mi tumba solamente una vez al año,
como un día festivo ¡Tratad de visitarla continuamente!"
Dice el Imam Abu Hanifa que la visita a la tumba del Profeta (s.) era la
costumbre mas valiosa, y hay algunos maestros que dicen que es
obligatorio (wayib), por ello visitar la tumba del Profeta (s.) es
considerado una ofrenda en la escuela Shafi’i.
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¡Oh Muhammad! Si Yo no te hubiese creado, no habría creado nada.
As-Seied Ahmad ibn Zaini Dahlan, mufti de la Meca, fue un gran sabio y
el Sheij al-Kutaba’ en la escuela Sahfi’i. Escribió muchas obras, tales como:
Julasat ul-Kalám fi baiani umara’i balad al-Harám, Fir raddi ‘alal Wahhabiiati
atba’u madhabi Ibn Taimiiah, Ad-Durar as-Saniiah fi raddi ‘alal Wahabiiah, en
los que denunció el verdadero propósito de los Wahabis y probó con
aleyas coránicas y hadices que estaban desviados.
"Es aceptable y permisible pedirle a Dios por mediación del Mensajero (s.) una
vez fallecido, igual que cuando estaba vivo, de la misma manera que es permisible
pedir a Dios por mediación de los awliiah y de los musulmanes píos, como lo
muestran los hadices."
Las páginas 167, 170, 191, 208, 248, 353, 414, 416, 482,486 y 505 de la obra
wahabi Fath ul-Mayid, son una sátira contra los musulmanes. Los sabios
de Ahl us-Sunnah dicen que es únicamente Allah quien crea, otorga el
beneficio o el perjuicio y la aniquilación. El no tiene socio. No los profetas,
ni ningún otro ser vivo o muerto pueden crear, beneficiar o perjudicar.
Sin embargo, al ser amantes siervos de Allah, nos beneficiamos de las
bendiciones que ellos reciben. Los Wahabis creen que eso es válido para
los vivos, pero no para los muertos. En la obra Fath ul-Mayid, pág 504,
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leemos: "Quien pide a una persona muerta, o viva pero ausente, deviene
politeísta. Una persona puede ser requerida para aquello que tiene poder, pero no
esta permitido solicitar de alguien lo que sólo pertenece al poder de Allah"
"Es politeísmo pedir a los muertos lo que uno necesita, o rogar a través de
los muertos. Pedirle a una persona muerta es ignorancia y Dios no lo
permite, ya que ellos no han sido designados intermediarios para
interceder ni se les ha permitido hacerlo. El requisito previo para la
intercesión es la fe, pero la persona que interroga a los muertos
solicitándoles su intercesión es un politeísta y eso le incapacita para
recibir clemencia."
Eso muestra la simpleza de decir que los profetas y los awliia’ no sienten,
cuaando, por otro lado, se reconoce que las montañas y las rocas y
columnas sienten y son conscientes.
Los Wahabis devienen politeístas al decir que los vivos pueden hacer de
intermediarios ante Dios, pero los muertos no, pues ello significa que los
vivos oyen y sienten, pero no los muertos y por acusar de politeísmo a
quienes que creen esto, cuando la realidad es que es solamente Dios quien
siente y crea y que las personas, vivas o muertas, son únicamente
intermediarios entre las personas y Dios.
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El rumor que atribuye a Abu Hanifa la prohibición de pedir a Allah por
mediación del Mensajero (s.), como dice la obra Los comentarios al Corán
de ‘Alusi’s, es falso ya que ningún sabio de la ummah ha recogido jamás
ese comportamiento en Abu Hanifa. Al contrario, todos los sabios han
recogido en sus obras que está permitido.
"El Día del Juicio las gentes pedirán primero la intercesión de Hadrat
Adán."
Hadrat Bilal ibn Hariz, uno de los notables compañeros del Mensajero,
fue una vez junto a él (s.) y le dijo: "¡Oh Mensajero de Dios! ¡Te pido en
beneficio de tu Ummah que llueva! Y llovió.
Los idólatras, que dicen que los ídolos pueden interceder por ellos,
adoran a los ídolos, pero los creyentes que piden la intercesión de los
profetas o de los awliia’, no les adoran.
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"Yo intercederé el Día del Juicio. Diré: ¡Oh Dios mío! Pon en el Paraíso a
aquellos que tienen fe del tamaño de un grano de mostaza."
"Cuando una persona que esté sola en el desierto pierda algo ha de decir: ¡Oh
siervos de Allah, ayudadme! Pues Allah posee siervos a los que no puedes ver."
Como fue transmitido por Abu Daud y por muchos otros, el Mensajero
de Dios (s.) una tarde en que estaba viajando, dijo: "Oh tierra de Dios,
pongo mi confianza en Allah contra tus enemigos." (Julasat ul-Kalam, Bab
us-Salam, Mecca, 1305; Isik Kitabevi, Estambul 1395 (1975)
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encontré. El eminente Sheij estaba frente a la tumba del Profeta y de
espaldas a la qibla, luego se marchó."
"Al visitarla, después de hacer una oración de dos raka’t y de rogar cerca
del mimbar, debe uno situarse en el lado enqiblado de Huyrat as-Sa’ada,
dejando a la izquierda la bendita cabeza del Mensajero (s.) a dos metros
de distancia de la pared de al-Marqad ash-Sharif (el noble mausoleo del
profeta (s.), entonces, dejando atrás la pared de la qibla y volviendose
lentamente hasta encarar el Muwayahat as-Sa’ada deberás saludarle. Esto
es así en todas las escuelas (madáhib)."
Como se ve, los sabios musulmanes dicen que está permitido rogar a Dios
amparándose en el derecho y el amor que Dios ha concedido a Sus
amados. Ningún sabio a dicho que pueda ser politeísmo que alguien
realice un ruego con la idea de que el hombre posee derechos sobre Dios.
Sólo los Wahabis lo dicen.
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han rogado "por el amor de aquellos a los que Tú das cuando ellos Te piden" y
"Por el derecho de Muhammad al-Ghazali y de quien escriba estas
oraciones en sus libros." (Hadimi, Bariqa, Estaambul, 1284).
Los Wahabis escriben: "Imam Zain ul-‘Abidin vio a un hombre rezando ante la
tumba del Profeta (s.) y le interrumpió citándole el hadiz: Recita salaawat por mí.
Dondequiera que estés, tus saludos me serán transmitidos." El evento se sigue
relatando incorrectamente para concluir: "por tanto, está prohibido ir junto a
la tumba y rezar y recitar salawat, para evitar que las tumbas se transformen en
lugares festivos. A todos aquellos que van a la tumba del Profeta a rezar la
oración ritual obligatoria, les está prohibido aproximarse a su tumba con
intención de saludarle. Ninguno de sus compañeros lo hizo y previnieron contra
aquellos que lo intentasen." Fath al-Mayid, pág. 259. En él también se dice
que el gobierno saudí colocará soldados junto a la tumba del Profeta (s.)
para evitar que los musulmanes lo hagan. (pág. 234).
"Los actos de la ummah del Profeta(s.) le son comunicados cada mañana y cada
tarde" (pág. 88 y 106) y "Cuando el califa al-Mansur se encontraba visitando la
tumba del Profeta (s.) preguntó a Imam Malik: ¿Debo ponerme de cara a la qibla
o la tumba del Mensajero? A lo que Imam Malik le respondió: ¿Cómo puedes
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apartar tu cara del Mensajero de Dios" Por él, tú y tu padre Adán seréis
perdonados." (pág. 89 y 116)
El Imam An-Nawawi dice en su Adhkar, pág, 98: "Es sunnah visitar las
tumbas del Profeta (s.) y de los musulmanes pios y permanecer en ellas un largo
rato."
Ibn Humam en su Fath al-Qadir, pág. 100, recoge el hadiz transmitido por
ad-Dar al-Qutni y al-Bazzar, que transmite que dijo el Mensajero de Dios
(s.): "Si alguien viene a mi tumba con la única intención de visitarme, tendrá
derecho a que yo interceda por él el Día de Juicio."
Dios favoreció a los awliia’ con karamat (poderes milagrosos). Sus poderes
se mantienen tras su muerte, con frecuencia. Están capacitados para
ayudar, incluso después de muertos. Es permisible tomarlos como
intercesores ante Dios, pero se les debe pedir de forma correcta. No es
permisible decir: "Te daré esto o lo otro si tú me concedes lo que te pido o
curas la enfermedad de mi pariente" como dicen algunas gentes
ignorantes. De todas formas, esto no puede considerarse un acto de kufr,
pues incluso la gente ignorante sabe que el wali no puede realizar por sí
mismo lo que le pide, sino que lo hace por que Dios se lo permite. Piensa
que el wali es un ser humano amado por Dios y dice: "Por favor, pide a
Dios que me conceda lo que Le pido, pues Él no rechaza tus ruegos." De hecho,
el Mensajero de Dios dijo: "Existe mucha gente que es considerada común y
sin mérito, pero que son criaturas amadas por Dios y, cuando desean algo, Dios
se lo concede."
Imam Ahmad, As-Shafi’i, Malik y Abu Hanifa, dijeron que está bien (jair)
obtener báraka visitando las tumbas de las gentes pías. Aquellos que
dicen pertenecer a Ahl us-Sunnah o que pertenecen a una de las escuelas
(madáhib) sunnis deben atenerse a lo que estos imames dicen. Si no lo
hacen así, no se puede decir que ellos sean gente de la sunnah.
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otra persona. Por tanto se puede entregar a otra persona la recompensa obtenida
por la oración, el ayuno, la limosna, la perefrinación, la recitación del Corán, el
dikr, las visitas a las tumbas de los profetas, mártires y musulmanes píos, de
amortajar a un cadáver y de todos los actos de caridad y buenas acciones." Por
este párrafo se comprende de paso que visitar las tumbas de los cercanos
a Dios permite obtener recompensa.
Los Wahabis dicen: "Es causa de kufr y de shirk construir un mausoleo sobre
una tumba; que aquellos que rinden culto o aquellos que sirven en los mausoleos,
enciendan lamparillas de aceite o velas y ofrendar limosnas por las almas de los
muertos." Según ellos, los habitantes de al-Haramain (Meca y Medina)
han venido adorando los mausoleos y los muros desde hace mucho
tiempo.
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Profeta (s.) no se construyeron cúpulas sobre las tumbas, ni se colocaron
sobre ellas sarcófagos de piedra o de madera, ni se cubrieron con ropajes,
pero ninguno de ellos estuvo en contra de enterrar al Profeta (s.) y a sus
dos primeros califas en una habitación.
Al final del libro Halabi-i Kabir, leemos: "Si una persona decide hacer un
cementerio en un terreno de su propiedad y en él hay un espacio libre, es
permisible que alguien construya en él un mausoleo con cúpula con la idea de
enterrar cuerpos. En caso de que no hubiese sitio en el cementerio para enterrar
más cuerpos, ese mausoleo deberá ser demolido para habilitar más espacio a las
tumbas, ya que ese espacio pertenece a la fundación que gobierna el cementerio y
fue destinado para enterramiento de las personas." Si el construir mausoleos
con cúpulas hubiese estado considerado señal de politeísmo, o si se
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hubiese considerado que las tumbas con bóvedas eran ídolos, nunca se
hubiese considerado permisible su construcción.
El famoso libro Wahabi Fath al-Mayid dice en la pág. 133: "¿Quien intente
conseguir bendiciones (tabarruk) con un árbol, una piedra, una tumba o algo
similar, deviene politeísta. Las tumbas han sido convertidas en ídolos al haber
construido cúpulas sobre ellas. La gente de los tiempos pre-islámicos (Yahilía)
también solía adorar a las personas pías y las estatuas. Hoy en día, en las tumbas
y los mausoleos se hace eso y cosas peores. Intentar obtener bendiciones en las
tumbas de las personas pías es como adorar al ídolo Al-Lat. Esos politeístas
imaginan que los awliia’ escuchan y responden sus oraciones y súplicas. Dicen
que se aproximan a los muertos para hacer ofrendas y dar limosnas. Todos esos
actos son un grave politeísmo. El politeísta es politeísta incluso si se denomina a
sí mismo de otra manera. Rogando a los muertos con respeto y ternura,
degollando animales, realizando ofrendas y actos similares, cometen politeísmo,
no importa como ellos lo denominen. Los politeístas de estos tiempos le llaman a
eso "ta’zim" (mostrar respeto) y "tabarruk" (obtener bendiciones) para que
parezca tolerable lo que hacen."
He recogido en mis libros las respuestas que los ‘ulama’ islámicos dan a
esas acusaciones calumniosas y ofensivas con que los Wahabis insultan a
Ahl us-Sunnah. Mencionaré un parrafo del libro Al-usul al-arba’ fi tardid
al-Wahabiiah (Los cuatro pilares para refutar a los Wahabis) para mostrar al
lector como los Wahabis se desvían y engañan a sí mismos y llevan a los
musulmanes a la ruina: "El Corán, el hadiz, los dichos y hechos de Salaf
as-Salihin y de la mayoría de los sabios, señalan que es permisible
monstrar respeto (ta’zaim) a otro que a Allah subhana hu wa ta’ala. La
aleya 32 de la surat ul-Hayy, establece:
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Como se deduce claramente de esta aleya, las colinas de Safa y Marwa no
son las únicas señales de Dios Altísimo. Existen más y no sólo en ‘Arafat,
Muzdalifa y Mina.
Por esa razón, los awliia’ se encuentran también entre las señales. Si las
colinas de Safa y Marwa situadas junto a la Kaaba, entre las cuales
caminó la madre del profeta Ismail, Hadrat Hayyar (a.s.) se encuentran
entre las señales de Allah y son motivo de que recordemos a esa bendita
madre ¿Por qué los sitios donde Hadrat Muhammad, que es la mejor de
las criaturas y el Amado de Dios Altísimo, nació y creció, los sitios donde
adoró a Dios Altísimo, emigró, hizo la oración y pasó, así como su tumba
bendita, la de su familia purificada y sus nobles compañeros, no han de
contarse entre la señales?
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Estas súplicas muestran que es permisible poner como intermediarios a
aquellos que Dios ama, y rezar a Dios diciendo: "¡Oh Dios mío, por el
amor que Tu les tienes concédeme lo que Te pido!"
"No es correcto decir que los awliia’ dirigen los asuntos mundanos tras su
muerte, curando enfermedades, rescatando a quienes están a punto de
ahogarse, ayudando a los que están frente al enemigo y encontrando las
cosas perdidas. Es erróneo decir que, dado que los awliia’ tienen una gran
posición espiritual, Allah les ha permitido realizar esas tareas, y de esa
manera, ellos pueden hacer lo que deseen y que quien se refugia en ellos
no está equivocado. Pero lo que sí es cierto es que, entre sus awliia’, Allah
bendice a quienes Él quiere y por su generosidad (karamat) Él cura a los
enfermos, rescata a los que están a punto de ahogarse, ayuda a quienes
están frente al enemigo y hace que se encuentre las cosas perdidas. Es
lógico y también el Corán nos lo enseña." Sheij ‘Alî Mahfud, Al-Ibda’, pág.
213, El Cairo 1956.
Hadrat ‘Abdel Gani an-Nabulusí escribió: "un hadiz qudsi que Al-Bujarí
recogió de Abu Hurairah, dice que dijo el Profeta (s.): Dios Altísimo
declaró: "mis siervos humanos no pueden acercarse a Mí con nada mejor
que realizando sus deberes obligatorios (fard). Cuando se esfuerzan en la
realización de actos de adoración suplementarios, eso me agrada tanto
que Yo soy el que oye por sus oídos, ve por sus ojos, toma por medio de
sus manos y camina por sus pies y les daré lo que me pidan. Si ellos
confían en Mí, Yo les protegeré."
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amor de Dios y sus ruegos serán aceptados." ‘Abdel Gani an-Nabulusí, Al-
Haqiqat an-Nadiyya, pág. 182, Estambul, 1290.
Hemos probado en otra obra nuestra que los awliia’ poseen karamat tras
su muerte igual que las poseyeron en vida. (Al-Hadiqa, pág. 230).
Estas tres obras fueron publicadas juntamente con Ad-durar as-sauniiah fir-
raddi ‘alal wahabiiah de Hadrat Ahmad Zaimi Dahlan, en el Cairo, el año
1319 (1901) y en 1347 (1928). Reproducción fotográfica de Isik Kitabevi,
Estambul, en 13396 (1976).
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decir al Profeta: Interceder por aquellos que visiten mi tumba será obligatorio
para mí.
Los hadices:
Se ha vuelto lícito (halal) para mí interceder por aquellos que visiten mi tumba
Y:
En el Día del Juicio, yo intercederé por aquellos que vinieron a Medina a visitar
mi tumba.
Aquel que realice el Hayy y después visite mi tumba, será como si me hubiese
visitado cuando estaba vivo.
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Y ad-Dara Qutmi recoge este otro, alusivo a quienes, cuando hacen el
Hayy, no visitan la tumba del Mensajero de Dios (s.) sin tener una excusa
válida:
Los rechaza como hacen todos los Wahabis, a pesar de que la cadena de
transmisión de todos ellos esta recogida en el octavo volumen de los
comentarios a Al-Mawahib de Az-Zarkami y al final del cuarto volumen
de Wafa al-Wafa de As-Samhudi. En estos libros se recoge que estos
hadices son correctos (hasan) y que los comentarios de Ibn Taimiiah
carecen de fundamento.
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"Yo oiré el salawat (Allah humma sal.li ’ala Muhammadin wa Ali
Muhammad- Oh Allah, bendice a Muhammad y a la familia de
Muhammad) recitado en la distancia"
"Si una persona recita salawat en mi tumba, Allah envía a un ángel que me
informa de ello y yo intercederé por él el Día del Juicio."
Un hadiz transmitido por Ibn Abid Dunya así lo recoge y añade: "y el
muerto se siente feliz"
El gran maestro islámico Jahl ad-Din as-Suyut escribió el libro Sharaf al-
muhkam en respuesta a una pregunta de si era cierto que Sayyid Ahmad
ar-Rifa’i había besado la santa mano de Rasulullah. En este libro, él
prueba mediante evidencias tradicionales que Rasulullah estaba vivo en
su santuario y que el oía y rspondía alos saludos. Y cuenta como en la
noche del Mi’ray (viaje del Profeta a los cielos en cuerpo y alma)
Rasulullah vio a Hadrat Moises rezando junto a su tumba.
Un hadiz relatado por Aisha relata que dijo el Mensajero de Dios (s.):
"Sufro las consecuencias de la comida envenenada qie ingerí en Jaibar.
Por culpa de ese veneno mi aorta casi no funciona." Este hadiz demuestra
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que, además de la profecía, Allah a otorgado a Hadra Muhammad (s.), el
mejor de los seres creados, el maqam del martirio.
Allah dice en la surah Ale Imran, aleya 169: Y no consideréis que aquellos
que fueron matados en el camino de Dios están muertos, sino que están
vivos juntos y mantenidos junto a su Señor.
Sin duda, este gran profeta, que fue envenenado en la senda de Dios, se
encuentra en lo alto de esta honorable posición que esta aleya menciona.
El hadiz transmitido por Ibn Hibban dice que dijo el Mensajero de Dios:
El santo cuerpo de los profetas no se pudrirá jamás. Si un musulmán recita
salawat para mí, un ángel me lo comunica y dice. Fulano el hijo de fulano te
envía salawat y te saluda. Hadrat Abu Darda uno de los que estaban
acompañando en ese momento al Mensajero de Dios (s.) le preguntó:
¿También te lo comunicará tras tu fallecimiento? Y el Profeta (s.) le
contestó: Sí, también estaré informado de ello tras mi muerte, pues le está
prohibido a la tierra descomponer el cadáver de los profetas. Ellos están
vivos después de su fallecimiento y están protegidos.
El califa ‘Umar, tras la conquista del Quds (jerusalen) fue al santuario del
Profeta (s.), visitó su tumba y le saludó.
‘Umar ibn ‘Abdel Aziz, que fue un gran wali de Allah, solía enviar
oficiales de Damasco a Medina con la misión de recitar salawat ante el
santuario del Profeta (s.).
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Qadi ‘Iad, autor del libro Shifa’, Imam Nawawí, sabio de la escuela
Shafi’i, e Ibn Humam, sabio de la escuela Hanafi, recogen que existe un
acuerdo general en la ummah, sobre que es necesario visitar la tumba del
Profeta. Algunos sabios dicen que es obligatorio (wayib). De hecho,
visitar las tumbas en una sunna profética.
"No consideréis que es suficiente con visitar mi tumba solamente una vez al año,
como un día festivo ¡Tratad de visitarla continuamente!"
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De hecho, no está permitido realizar la obligación obligatoria en el
cementerio. Se ha dicho que este hadiz podría significar: "No fijéis un día
señalado para visitar mi tumba, como si fuera un lugar de fiesta."
Dice el Imam Abu Hanifa que la visita a la tumba del Profeta (s.) era la
costumbre mas valiosa, y hay algunos maestros que dicen que es
obligatorio (wayib), por ello visitar la tumba del Profeta (s.) es
considerado una ofrenda en la escuela Shafi’i.
As-Seied Ahmad ibn Zaini Dahlan, mufti de la Meca, fue un gran sabio y
el Sheij al-Kutaba’ en la escuela Sahfi’i. Escribió muchas obras, tales como:
Julasat ul-Kalám fi baiani umara’i balad al-Harám, Fir raddi ‘alal Wahhabiiati
atba’u madhabi Ibn Taimiiah, Ad-Durar as-Saniiah fi raddi ‘alal Wahabiiah, en
los que denunció el verdadero propósito de los Wahabis y probó con
aleyas coránicas y hadices que estaban desviados.
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En su obra Julasat ul-Kalam, menciona como engañaron a los ignorantes
de entre los muslmanes y refuto sus argumentos uno a uno, probando
que sus palabras eran mentiras y calumnias. En él leemos:
"Es aceptable y permisible pedirle a Dios por mediación del Mensajero (s.) una
vez fallecido, igual que cuando estaba vivo, de la misma manera que es permisible
pedir a Dios por mediación de los awliiah y de los musulmanes píos, como lo
muestran los hadices."
Las páginas 167, 170, 191, 208, 248, 353, 414, 416, 482,486 y 505 de la obra
wahabi Fath ul-Mayid, son una sátira contra los musulmanes. Los sabios
de Ahl us-Sunnah dicen que es únicamente Allah quien crea, otorga el
beneficio o el perjuicio y la aniquilación. El no tiene socio. No los profetas,
ni ningún otro ser vivo o muerto pueden crear, beneficiar o perjudicar.
Sin embargo, al ser amantes siervos de Allah, nos beneficiamos de las
bendiciones que ellos reciben. Los Wahabis creen que eso es válido para
los vivos, pero no para los muertos. En la obra Fath ul-Mayid, pág 504,
leemos: "Quien pide a una persona muerta, o viva pero ausente, deviene
politeísta. Una persona puede ser requerida para aquello que tiene poder, pero no
esta permitido solicitar de alguien lo que sólo pertenece al poder de Allah"
"Es politeísmo pedir a los muertos lo que uno necesita, o rogar a través de
los muertos. Pedirle a una persona muerta es ignorancia y Dios no lo
permite, ya que ellos no han sido designados intermediarios para
interceder ni se les ha permitido hacerlo. El requisito previo para la
intercesión es la fe, pero la persona que interroga a los muertos
solicitándoles su intercesión es un politeísta y eso le incapacita para
recibir clemencia."
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Pero, en la página 200 se contradice con estas valoraciones y dice:
"Los cielos temen a Dios. Dios ha dotado de sentido a los cielos y estos
poseen capacidad de percepción. Esta declarado en el Corán que la tierra
y los cielos alaban a Dios. Los compañeros del Profeta (s.) escuchaban a
las rocas rezar y alabar a Dios cuando el Mensajero las tomaba en sus
benditas manos.. La columna de la mezquita del Profeta, llamada
Hannana, gemía y su base rezaba y alababa a Dios."
Eso muestra la simpleza de decir que los profetas y los awliia’ no sienten,
cuaando, por otro lado, se reconoce que las montañas y las rocas y
columnas sienten y son conscientes.
Los Wahabis devienen politeístas al decir que los vivos pueden hacer de
intermediarios ante Dios, pero los muertos no, pues ello significa que los
vivos oyen y sienten, pero no los muertos y por acusar de politeísmo a
quienes que creen esto, cuando la realidad es que es solamente Dios quien
siente y crea y que las personas, vivas o muertas, son únicamente
intermediarios entre las personas y Dios.
"El Día del Juicio las gentes pedirán primero la intercesión de Hadrat
Adán."
Hadrat Bilal ibn Hariz, uno de los notables compañeros del Mensajero,
fue una vez junto a él (s.) y le dijo: "¡Oh Mensajero de Dios! ¡Te pido en
beneficio de tu Ummah que llueva! Y llovió.
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Los idólatras, que dicen que los ídolos pueden interceder por ellos,
adoran a los ídolos, pero los creyentes que piden la intercesión de los
profetas o de los awliia’, no les adoran.
"Yo intercederé el Día del Juicio. Diré: ¡Oh Dios mío! Pon en el Paraíso a
aquellos que tienen fe del tamaño de un grano de mostaza."
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En cambio, el Profeta (s.) solía decir: "¡Oh Muhammad, me estoy acercando a
mi Señor al ponerte a ti como intermediario." Tras su fallecimiento, los
compañeros solían recitar esta oración frecuentemente.
"Cuando una persona que esté sola en el desierto pierda algo ha de decir: ¡Oh
siervos de Allah, ayudadme! Pues Allah posee siervos a los que no puedes ver."
Como fue transmitido por Abu Daud y por muchos otros, el Mensajero
de Dios (s.) una tarde en que estaba viajando, dijo: "Oh tierra de Dios,
pongo mi confianza en Allah contra tus enemigos." (Julasat ul-Kalam, Bab
us-Salam, Mecca, 1305; Isik Kitabevi, Estambul 1395 (1975)
"Al visitarla, después de hacer una oración de dos raka’t y de rogar cerca
del mimbar, debe uno situarse en el lado enqiblado de Huyrat as-Sa’ada,
dejando a la izquierda la bendita cabeza del Mensajero (s.) a dos metros
de distancia de la pared de al-Marqad ash-Sharif (el noble mausoleo del
profeta (s.), entonces, dejando atrás la pared de la qibla y volviendose
lentamente hasta encarar el Muwayahat as-Sa’ada deberás saludarle. Esto
es así en todas las escuelas (madáhib)."
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esto, porque se ha dicho que ninguna criatura tiene derechos adquiridos
ante Dios, es decir, que Dios no está obligado a hacer lo que cualquiera
desea."
Como se ve, los sabios musulmanes dicen que está permitido rogar a Dios
amparándose en el derecho y el amor que Dios ha concedido a Sus
amados. Ningún sabio a dicho que pueda ser politeísmo que alguien
realice un ruego con la idea de que el hombre posee derechos sobre Dios.
Sólo los Wahabis lo dicen.
Los Wahabis escriben: "Imam Zain ul-‘Abidin vio a un hombre rezando ante la
tumba del Profeta (s.) y le interrumpió citándole el hadiz: Recita salaawat por mí.
Dondequiera que estés, tus saludos me serán transmitidos." El evento se sigue
relatando incorrectamente para concluir: "por tanto, está prohibido ir junto a
la tumba y rezar y recitar salawat, para evitar que las tumbas se transformen en
lugares festivos. A todos aquellos que van a la tumba del Profeta a rezar la
oración ritual obligatoria, les está prohibido aproximarse a su tumba con
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intención de saludarle. Ninguno de sus compañeros lo hizo y previnieron contra
aquellos que lo intentasen." Fath al-Mayid, pág. 259. En él también se dice
que el gobierno saudí colocará soldados junto a la tumba del Profeta (s.)
para evitar que los musulmanes lo hagan. (pág. 234).
"Los actos de la ummah del Profeta(s.) le son comunicados cada mañana y cada
tarde" (pág. 88 y 106) y "Cuando el califa al-Mansur se encontraba visitando la
tumba del Profeta (s.) preguntó a Imam Malik: ¿Debo ponerme de cara a la qibla
o la tumba del Mensajero? A lo que Imam Malik le respondió: ¿Cómo puedes
apartar tu cara del Mensajero de Dios" Por él, tú y tu padre Adán seréis
perdonados." (pág. 89 y 116)
El Imam An-Nawawi dice en su Adhkar, pág, 98: "Es sunnah visitar las
tumbas del Profeta (s.) y de los musulmanes pios y permanecer en ellas un largo
rato."
Ibn Humam en su Fath al-Qadir, pág. 100, recoge el hadiz transmitido por
ad-Dar al-Qutni y al-Bazzar, que transmite que dijo el Mensajero de Dios
(s.): "Si alguien viene a mi tumba con la única intención de visitarme, tendrá
derecho a que yo interceda por él el Día de Juicio."
Dios favoreció a los awliia’ con karamat (poderes milagrosos). Sus poderes
se mantienen tras su muerte, con frecuencia. Están capacitados para
ayudar, incluso después de muertos. Es permisible tomarlos como
intercesores ante Dios, pero se les debe pedir de forma correcta. No es
permisible decir: "Te daré esto o lo otro si tú me concedes lo que te pido o
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curas la enfermedad de mi pariente" como dicen algunas gentes
ignorantes. De todas formas, esto no puede considerarse un acto de kufr,
pues incluso la gente ignorante sabe que el wali no puede realizar por sí
mismo lo que le pide, sino que lo hace por que Dios se lo permite. Piensa
que el wali es un ser humano amado por Dios y dice: "Por favor, pide a
Dios que me conceda lo que Le pido, pues Él no rechaza tus ruegos." De hecho,
el Mensajero de Dios dijo: "Existe mucha gente que es considerada común y
sin mérito, pero que son criaturas amadas por Dios y, cuando desean algo, Dios
se lo concede."
Imam Ahmad, As-Shafi’i, Malik y Abu Hanifa, dijeron que está bien (jair)
obtener báraka visitando las tumbas de las gentes pías. Aquellos que
dicen pertenecer a Ahl us-Sunnah o que pertenecen a una de las escuelas
(madáhib) sunnis deben atenerse a lo que estos imames dicen. Si no lo
hacen así, no se puede decir que ellos sean gente de la sunnah.
Los Wahabis dicen: "Es causa de kufr y de shirk construir un mausoleo sobre
una tumba; que aquellos que rinden culto o aquellos que sirven en los mausoleos,
enciendan lamparillas de aceite o velas y ofrendar limosnas por las almas de los
muertos." Según ellos, los habitantes de al-Haramain (Meca y Medina)
han venido adorando los mausoleos y los muros desde hace mucho
tiempo.
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destrucción, sólo lo consideran makruh (desaconsejable). Si se piensa que
un ladrón o un animal puede destruir su interior, es permisible, pero no
debe hacerse de ello un lugar de visita. No debe decirse que deben ser
visitados en ciertos momentos y menos hacer tawassul (pedir intercesión)
o recitar Corán por el muerto si se pasa por delante de una tumba.
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editadas en una sola obra por Isik Kitabevi, con el título Al-Minhat al-
Wahabiiah, en Estambul, 1974.
Al final del libro Halabi-i Kabir, leemos: "Si una persona decide hacer un
cementerio en un terreno de su propiedad y en él hay un espacio libre, es
permisible que alguien construya en él un mausoleo con cúpula con la idea de
enterrar cuerpos. En caso de que no hubiese sitio en el cementerio para enterrar
más cuerpos, ese mausoleo deberá ser demolido para habilitar más espacio a las
tumbas, ya que ese espacio pertenece a la fundación que gobierna el cementerio y
fue destinado para enterramiento de las personas." Si el construir mausoleos
con cúpulas hubiese estado considerado señal de politeísmo, o si se
hubiese considerado que las tumbas con bóvedas eran ídolos, nunca se
hubiese considerado permisible su construcción.
El famoso libro Wahabi Fath al-Mayid dice en la pág. 133: "¿Quien intente
conseguir bendiciones (tabarruk) con un árbol, una piedra, una tumba o algo
similar, deviene politeísta. Las tumbas han sido convertidas en ídolos al haber
construido cúpulas sobre ellas. La gente de los tiempos pre-islámicos (Yahilía)
también solía adorar a las personas pías y las estatuas. Hoy en día, en las tumbas
y los mausoleos se hace eso y cosas peores. Intentar obtener bendiciones en las
tumbas de las personas pías es como adorar al ídolo Al-Lat. Esos politeístas
imaginan que los awliia’ escuchan y responden sus oraciones y súplicas. Dicen
que se aproximan a los muertos para hacer ofrendas y dar limosnas. Todos esos
actos son un grave politeísmo. El politeísta es politeísta incluso si se denomina a
sí mismo de otra manera. Rogando a los muertos con respeto y ternura,
degollando animales, realizando ofrendas y actos similares, cometen politeísmo,
no importa como ellos lo denominen. Los politeístas de estos tiempos le llaman a
eso "ta’zim" (mostrar respeto) y "tabarruk" (obtener bendiciones) para que
parezca tolerable lo que hacen."
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He recogido en mis libros las respuestas que los ‘ulama’ islámicos dan a
esas acusaciones calumniosas y ofensivas con que los Wahabis insultan a
Ahl us-Sunnah. Mencionaré un parrafo del libro Al-usul al-arba’ fi tardid
al-Wahabiiah (Los cuatro pilares para refutar a los Wahabis) para mostrar al
lector como los Wahabis se desvían y engañan a sí mismos y llevan a los
musulmanes a la ruina: "El Corán, el hadiz, los dichos y hechos de Salaf
as-Salihin y de la mayoría de los sabios, señalan que es permisible
monstrar respeto (ta’zaim) a otro que a Allah subhana hu wa ta’ala. La
aleya 32 de la surat ul-Hayy, establece:
Por esa razón, los awliia’ se encuentran también entre las señales. Si las
colinas de Safa y Marwa situadas junto a la Kaaba, entre las cuales
caminó la madre del profeta Ismail, Hadrat Hayyar (a.s.) se encuentran
entre las señales de Allah y son motivo de que recordemos a esa bendita
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madre ¿Por qué los sitios donde Hadrat Muhammad, que es la mejor de
las criaturas y el Amado de Dios Altísimo, nació y creció, los sitios donde
adoró a Dios Altísimo, emigró, hizo la oración y pasó, así como su tumba
bendita, la de su familia purificada y sus nobles compañeros, no han de
contarse entre la señales?
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Tercera parte
¡Creyentes! ¡No elevéis vuestra voz por encima de la voz del Profeta!
¡No le habléis en voz alta, como hacéis entre vosotros! Os expondríais a
hacer vanas vuestras obras, sin daros cuenta.
(aleyas 1 a 5)
Es evidente, para aquel que lee y reflexiona sobre estas cinco aleyas, lo
mucho que Dios Altísimo pide que se respete (ta’zim) a Su amado Profeta
(s.) y la importancia de Su orden a la Ummah, para que seamos
respetuosos y modestos ante él. La importancia de ello puede medirse
por la recompensa que obtiene quien se dirige al Mensajero (s.) en un
tono bajo y respetuoso. Estas aleyas descienden como una reprimenda
para los setenta miembros de la tribu de Banu Tamim, quienes habían
interpelado al Profeta (s.) en Medina, gritándole irrespetuosamente,
desde el exterior de su casa.
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Los Wahabis dicen hoy que ellos pertenecen a la tribu de Banu Tamim.
Quizás fue por esa razón que el Mensajero de Dios (s.) dijo señalando a la
región del Nayd:
"La gente violenta y tortuosa está en el Este y desde allí comenzará el Satán su
labor de desunión."
Los creyentes solían decirle al Profeta (s.) "Râ’inâ" (Mira por nosotros)
pero "Râ’inâ" también significa "arruinar", "estropear" en hebreo y los
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judíos usaban esta palabra para dirigírsela al Profeta (s.) en este sentido.
Al tener este doble significado, Dios Altísimo prohibió a los creyentes su
uso, protegiendo así al Profeta (s.) de que se le faltase el respeto. Para que
esta orden abarcase a todos los musulmanes hasta el fin de los tiempos,
utilizó la frase: ¡Oh aquellos que creéis!.
Ellos destruyen los lugares benditos heredados del Mensajero de Dios (s.)
Dicen que estos lugares hacen a la gente caer en el politeísmo. Si fuera
politeísmo rezar a Dios Altísimo en los lugares sagrados, Él no habría
ordenado acudir al Hayy (pergrinación a la Meca); el Mensajero de Dios
(s.) no habría besado la Piedra Negra (Al-Hayyar al-Aswad) mientras
realizaba el tawaf (las circunvalaciones rituales a la Kaaba, La Casa de
Dios); nadie debería rezar en ‘Arafat y en Muzdálifa, lanzar piedras en
Mina y caminar entre Safa y Marwa y estos lugares santos no deberían
haber sido respetados.
Cuando Sa’ad ibn Ma’az, el cabecilla de los Ansar, llegó donde los
musulmanes estaban reunidos con el Profeta (s.), éste dijo: "Poneos en pie
ante vuestro líder."
Esta orden pretendía hacer los honores a Sa’ad. Es un error decir que
venía motivada por que Sa’ad estaba enfermo y necesitaba que se le
ayudase a bajar de su montura. Si así hubiese sido, el Mensajero (s.)
habría dirigido su orden a uno o dos de ellos y le habría llamado Sa’ad y
no "vuestro líder".
Cada vez que ‘Abdullah ibn ‘Umar iba de Median a la Meca para realizar
el Hayy, paraba y rezaba y suplicaba en los santos lugares en los que el
Mensajero se había sentado, esperando obtener bendiciones por ello. Solía
poner sus manos en el mimbar (púlpito) del Mensajero de Dios (s.) y
después las pasaba por su rostro.
También Imam Ahmad ibn Hambal solía besar el mimbar, para obtener
bendiciones (tabarruk)
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Los Wahabis dicen, por un lado, que son Hambalis, pero por otro,
califfican de politeísmo lo que hacía el Imam del madhab que dicen
seguir. Luego su pretensión de ser Hambalis es falsa.
"Los compañeros solían buscar bendiciones en las cosas que habían pertenecido al
Mensajero (s.): el agua que él usaba para hacer la ablución, su bendita camisa,
sus zapatos, su anillo, en resumen, por acariciar cualquiera de las cosas por él
utilizadas.
Los ‘ulama’ del hadiz y del fiqh toleran estos actos y los consideran legítimos,
pero los Wahabis los prohiben y califican de politeísmo e incredulidad." (Al-Usul
al-arba’a, parte I)
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apostasía, los dictadores y los tiranos, esclavos de su ego, han dado gran
apoyo a estas corrientes. El número de ‘ulama’ y de awliia’ ha decrecido
considerablemente y se ha convertido en algo obligatorio acudir a las
tumbas y a los objetos heredados de los awliia’ para obtener bendiciones.
Los ‘ulama islámicos son unánimes al considerar que estas prácticas son
legales y no deben ser dificultadas por los gobernantes. Los escritos de los
‘ulama sobre este asunto están recogidos en Ad-Durar as–Saniiah fir raddi
‘alal Wahabiiah de Ahmad ibn Zaini Dahlau, Egipto 1319 y 1347.
Reproducción fotográfica de Isik Kitabevi. Estambul 1395 (1975).
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