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Literatura renacentista

Introducción
Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España desde la
mitad del siglo XV, hicieron que existiera un amplio intercambio cultural entre estos
dos países. El papado de dos ilustres valencianos, Calixto III y Alejandro VI, sirvió para
estrechar las relaciones culturales entre Castilla, el Reino de Aragón, Cataluña y Roma.
En Italia se editaban o traducían las obras literarias españolas de mayor relieve, como el
Amadís de Gaula, La Celestina, Cárcel de Amor o las composiciones poéticas de Jorge
Manrique e Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, así como las
compilaciones de producciones populares como los villancicos y los romances. Otro
tanto sucedía en España con obras italianas, como la Jerusalén liberada, de Torcuato
Tasso.

Estas relaciones hispano-italianas fueron muy importantes, ya que trajeron a la


Península las inquietudes y gustos que propiciaron el Renacimiento español.

Ideología

La mentalidad renacentista responde a la doctrina del humanismo, que se caracteriza


por:

1. La valoración del mundo grecolatino, en el que se busca una nueva escala de


valores basada en el individuo.
2. El antropocentrismo; el hombre es el centro del universo, capaz de dominar el
mundo y crear su propio destino.
3. Se antepone la razón al sentimiento y prevalece el equilibrio, la mesura y la
armonía (Aurea mediocritas).
4. El nuevo ideal del hombre es el de El cortesano de Castiglione, el perfecto
caballero hábil como poeta y guerrero.
5. Un nuevo ideal de belleza; la naturaleza, la mujer, el amor se presentan
idealizadas. Se describe el mundo no como es, sino como debería ser .

El humanismo en España

A pesar de que en 1492 la Reconquista había finalizado con la toma de Granada, el


último reino musulmán, y los judíos habían sido expulsados de la península Ibérica con
el Edicto de Granada, seguían conviviendo las tres religiones; el judaísmo, el islam y el
cristianismo, esta última mayoritaria y ostentadora del poder político. Es así como la
Inquisición pasa a ser un órgano dependiente del Estado y no sólo de la Iglesia, y ejerce
presión para que se termine expulsando a los antes tolerados.

La situación de España siempre fue muy compleja pero aun así el humanismo logró
mantener su carácter innovador, a pesar de las interferencias que limitaron el estudio de
los clásicos.
Puede hablarse de erudición con los Reyes Católicos, dentro de este período el primer
autor importante es Antonio de Nebrija (1442-1522), con su Grammatica.
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Por otra parte, el gran mecenas durante el humanismo fue el cardenal Gonzalo Jiménez
de Cisneros, lo que contrasta en parte con el resto de su prelado por su origen humilde y
su carácter austero y el haber puesto su mayor empeño en reformar las costumbres de
indisciplina entre las órdenes religiosas. La reforma tenía que ser fruto de una reforma a
la educación, y aunque no fuera erudito fue el máximo protector de los nuevos estudios.
En 1498 fundó la Universidad de Alcalá de Henares, que superó en prestigio e
influencia a todas las demás excepto la de Salamanca, su mayor rival.

La orientación de su reforma coincidía en parte con las ideas de Erasmo en un momento


en que el erasmismo era la doctrina pujante en Europa y en España por supuesto,
protegida por el rey Carlos I.

También durante la época era común una obra como la de Pedro Mexía, quien recopiló
una miscelánea de información científica. Es un ejemplo de la tendencia renacentista a
la idealización, pues se tenía la convicción de que la sabiduría puede extraerse de la
gente común, cuya pura tradición la ha conservado, porque el pueblo está y siempre
estuvo cerca de la naturaleza.

Dentro del idealismo y el humanismo del Renacimiento están muy bien representadas
las controversias de la actividad colonial de España en el nuevo mundo. El principal
promotor fue el fraile dominico Bartolomé de las Casas (1474-1566), quien tenía como
principios básicos: que la guerra es irracional y contraria a la civilización; que no debe
emplearse fuerza alguna contra los nativos, pues incluso la conversión forzosa al
cristianismo es reprochable; que la irracionalidad y la libertad del hombre exige que la
religión y todo lo demás solo se enseñe mediante una suave y amable persuasión. El
resurgimiento del nuevo espíritu se ve encarnado por Francisco de Vitoria (1483-1546),
teólogo dominico, profesor de Salamanca, que rechazó toda argumentación basada en
puras consideraciones metafísicas por estar a favor del estudio de los problemas reales
que planteaba la vida política y social contemporánea. Fue el primero en establecer los
conceptos básicos del derecho internacional moderno, basándose en la regla del derecho
natural. Afirmaba así las libertades fundamentales como la palabra, de comunicación,
comercio y tránsito por los mares, siempre que las naciones y razas no se perjudicaran
mutuamente. Pero estas libertades eran inherentes a la sociedad humana, dentro de la
cual los indígenas no estaban considerados por pertenecer a comunidades
subdesarrolladas, sin organización política ni medios de comercio. En consecuencia
Vitoria propugnaba un sistema de mandato donde las etnias inferiores debían ser
gobernadas por las superiores, doctrina basada en el servilismo natural, por lo tanto si
las naciones incivilizadas se negaban a someterse voluntariamente, la guerra era
moralmente legítima. Con Erasmo en España muere el espíritu de tolerancia, pues no se
llegó a ninguna reconciliación ni compromiso entre protestantes y católicos, comenzaba
la Contrarreforma; una vez se perseguía la unidad religiosa, solo que ahora dentro del
mismo Cristianismo, había terminado el Renacimiento. Sin embargo la religiosidad
española mantuvo sus propios parámetros gracias a una nueva orden, la Compañía de
Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola (1491-1556). A España llegó procedente de
Italia e`l neoplatonismo. Platón basó su filosofía del amor en la elevación en la cual el
espíritu es trasportado por su amor a la belleza. El humanismo propone como tarea
lograr la pureza auténtica del mensaje cristiano, lograr la unidad de los mejores
pensamientos humanos en torno a una filosofía de Cristo donde el hombre moderno
puede encontrar la alegría y la felicidad, pero Erasmo no pretendió divinizar al hombre
ni poner el Renacimiento al servicio de los hombres. Sí reconoce que el hombre es
razón y lenguaje, por eso su trabajo es el de reconocer la palabra como la mejor parte de
la naturaleza pues constituye el ser del hombre, este estudio le corresponde al
Humanismo.

La poesía renacentista
La poesía de este período se dividió en dos escuelas: la Salmantina (Fray Luis de León)
y la Sevillana (Fernando de Herrera).

La Escuela Salmantina, tiene como rasgos distintivos:

 Concisión en el lenguaje;
 Llaneza en la expresión;
 Realismo en el pensamiento;
 Preferencia por la estrofa corta;
 La naturalidad y la sencillez.

La Escuela Sevillana, en cambio, es:

 Grandilocuente;
 Pule en extremo la forma;
 Su obra es más de meditación que de sentimiento, más de documentación que de
observación de la naturaleza y de la vida;
 Prefiere la estrofa larga y la composición extensa
 Usa abundantemente los adjetivos y el ornato retórico.

No obstante, esta escuela sirvió de base inmediata y de puente necesario para enlazar
con los movimientos poéticos que en el siglo XVII se englobaron bajo la denominación
general de Barroco.

Orígenes

La lírica renacentista se origina a partir de:

 La tradición, que perpetúa temas y formas de la lírica medieval. Esta tradición se


compone tanto de la lírica tradicional, oral y popular (villancicos, canciones de
amor...) y la lírica no-escrita que transmitía el romancero, como la lírica culta
(de autores como Juan de Mena o el Marqués de Santillana) y la lírica cortesana
de raíz trovadoresca recogida en los cancioneros el más famoso de los cuales fue
el de Hernando de Acuña.

Esta poesía tradicional está ligada al empleo del verso corto, especialmente el
octosílabo.
 La corriente innovadora de raíz petrarquista y, por tanto, italianizante, que
madurará gracias a Boscán y a Garcilaso. Esta corriente bebe en realidad de las
mismas fuentes que la anterior: la lírica provenzal. Manejan por tanto una misma
concepción del amor como servicio que dignifica al enamorado.

Características

 En cuanto a la métrica utilizada, se adoptan versos (endecasílabo y heptasílabo)


y estrofas (lira, silva, octava real, tercetos encadenados,soneto) procedentes de
Italia.

 Asimismo, aparecen géneros característicos como la égloga (los protagonistas


son pastores idealizados), la oda (para asuntos graves) o la epístola (poema en
forma de carta).
 La lengua en esta época está dominada por la naturalidad y la sencillez, huyendo
de la afectación, del amaneramiento y de la frase rebuscada. Así el léxico y la
sintaxis serán sencillos.

 Los temas preferidos por la poesía renacentista son, fundamentalmente, el amor,


concebido desde el punto de vista platónico; la naturaleza, como algo idílico
(bucolismo); la mitología, utilizada como tema central o como ornamento para
un asunto amoroso y la belleza femenina, siguiendo siempre un mismo ideal
clásico.

 En relación con estos temas mencionados, existen varios tópicos renacentistas,


tomados del mundo clásico algunos de ellos:

-El Carpe Diem, cuya traducción sería "atrapa el día" o "aprovecha el


momento". Con él se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la
vejez.
-El "Descriptio puellae", descripción de la belleza ideal de la mujer.
-El Beatus Ille o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a
la vida de la ciudad, con sus peligros e intrigas.
-El Locus amoenus o descripción de una naturaleza perfecta e idílica.
-El "Aurea mediocritas", gusto y satisfacción por lo sencillo, lo que se posee...
frente al deseo desmesurado de riquezas

Imitación y originalidad en la poética renacentista

El poeta renacentista se servía de los modelos de la Naturaleza, sobre esta base no ponía
en duda la necesidad de imitar pues estos procedimientos se justificaban por proceder
no de la reproducción de modelos, sino que del mismo espíritu que ha recogido otros
pensamientos y se ha nutrido de ellos. Si lo ajeno, forzosamente disperso al ser múltiple,
se vértebra y refunde en un organismo único, y si en este resplandece el espíritu del
escritor, nadie podrá negarle el dictado de original. Dentro del esfuerzo por establecer
influencias, traducciones o adaptaciones hay un componente de autocomplacencia ya
que daba prestigio a quien las descubría. Esas rudezas eran en su mayor parte un rastreo
que significó una pugna entre antiguos y modernos, para exhibir la propia cultura. El
escritor de esa época asume la imitación como centro de su actividad. La originalidad
absoluta constituye un ideal remoto que no se niega, pero no se postula exigentemente,
porque es un privilegio concedido a poquísimos, y existe además, la posibilidad de
alcanzarla con el medio imitativo. En la imitación se debe acudir a varias fuentes que
deben trasformarse y reducirse a unidad, es decir convertirse al sentimiento personal
que permite obtener el resultado patentemente original (no es la expresión pura del
sentimiento, antes es un rodeo la memoria lectora)

Poesía amorosa

En la poesía lírica de la primera mitad del siglo XVI, la crítica reconoce varias
corrientes paralelas que confluyen en dos grandes líneas.

 Tradicional: que perpetúa los temas y formas procedentes de la tradición


medieval. Recoge tanto la lírica tradicional (villancicos, cancioncillas de amor,
textos romanceriles, etc.) como las de la poesía de cancionero del siglo XV en su
vertiente amorosa y didáctica moral. Ligada al uso de metros cortos,
especialmente el verso octosílabo.
 Italianizante: más innovadora, introduce en España modelos poéticos de
inspiración petrarquista vigentes en la Italia del Renacimiento. Refleja el
desarrollo de las innovaciones de Juan Boscán y Garcilaso, según el patrón de la
lírica culta italiana de su tiempo. Ligada al empleo del endecasílabo, soneto y de
diversas formas estróficas derivadas de la canción petrarquista.

Los estudios de José Manuel Blecua y Rafael Lapesa demuestran la improcedencia de


toda rígida dicotomía entre las dos corrientes ya que ambos descienden de una fuente
común de la poesía provenzal. En la lírica española existía ya un clima “petrarquista”
procedente del fondo trovadoresco que los poetas del dolce stil nuovo habían recogido
en Italia. El surgimiento de la lírica italianizante tiene un fecha clave, en 1526 Navagero
insta a Juan Boscán a probar en lengua castellana sonetos y otras trovas usadas por los
buenos poetas de Italia. A su vez en Italia el entusiasmo por las letras grecolatinas
repercute en el resurgimiento del bucolismo, junto al sueño pastoril de la Edad de Oro y
otros mitos clásicos que pudieran servir para la comunicación del sentimiento amoroso.

Garcilaso de la Vega

Artículo principal: Garcilaso de la Vega


Garcilaso de la Vega (1501-1536) cortesano y soldado de la época del emperador Carlos
V. Es prácticamente imposible rehacer su vida externa sin detalles autobiográficos
inspirados en mayor parte por la portuguesa Isabel Freire, pasando primero por los celos
de su boda, y después por el dolor de su muerte. La poesía garcilasiana se vincula con
tres nombres principales: Virgilio, Petrarca y Sannazaro (de Virgilio rescata la
expresión del sentimiento, de Petrarca, la métrica y la indagación en los estados de
ánimo y de Sannazaro, su nivel artístico). Se destacó por la riqueza expresiva de sus
versos ejemplificados por Dámaso Alonso en la égloga II, perfecta imbricación de
recursos técnicos para acercar al lector a la comprensión en plenitud del lenguaje
poético. Hay tres motivos esenciales: la dulzura, la tristeza y la gravedad. Parker destacó
su simetría, y Clarke su perspectiva psicológica, etc. La materia poética de Garcilaso
está constituida por las vivencias de un espíritu agitado entre impulsos contradictorios,
sumido en la conformidad o refugiado en sueños de hermosura. Pero estos estados del
alma se han encontrado con moldes propios de la tradición literaria, que han actuado
sobre el contenido sentimental y sobre la expresión, intensificándolos o filtrándolos.
Garcilaso comienza preocuparse de la belleza del mundo exterior, de la hermosura
femenina, después del paisaje. Pero nunca desaparecen rasgos hispánicos característicos
como la gravedad y la digna contención, o la voluntad de perderse. Están presentes
elementos del dolce stil nuovo, que le impulsan a idealizar el amor presentándolo como
estímulo de la espiritualidad

Castillejo

Dentro de la llamada línea tradicional destaca la figura de Cristóbal de Castillejo, de


quien se han tomado muy rígidamente sus poemas amorosos, ajustados a los tópicos del
amor cortés, y sus sátiras. Ha sido percibido como un espíritu imbuido del ideal
erasmista y dotado de una superioridad moral por encima de la bajeza cortesana. En su
obra hay mezcla de jocosidad y moralismo. Estuvo en contra de la escuela italianizante,
por estar encabezando la defensa de la lengua nacional del nuevo imperio, quien
postulaba que esta lengua superaría y revitalizaría la insustancialidad y amaneramiento
de las coplas castellanas de su tiempo, ya alejadas de los modelos anteriores. Este
vitalismo suponía la incorporación de elementos folclóricos y tradicionales, la tendencia
populista erasmista del refrán y del coloquio y el nacionalismo lingüístico literario.

Juan Boscán
Artículo principal: Juan Boscán

Juan Boscán Almogaver (o Joan Boscà i Almogàver, Barcelona, 1493 - Perpiñán,


1542), poeta y traductor catalán en lengua castellana del Renacimiento.

De familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte de


los Reyes Católicos y después en la del emperador Carlos I de España. Fue preceptor
del Duque de Alba. En la Corte conoció a otro gran poeta amigo suyo, don Diego
Hurtado de Mendoza; éste le dirigió la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se
casó con una culta dama valenciana, doña Ana Girón Rebolledo. Viajó a Italia como
embajador español. Allí encontró al caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien
entabló una gran amistad; seguramente al aprecio que Boscán sentía por la obra del
poeta valenciano Ausiàs March se deben las reminiscencias de éste que hay en algunas
de las composiciones del poeta manchego.

Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica


cancioneril, introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava real,
terceto encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos blancos
y los motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se persuadió de
ello en una conversación con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea
Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que
éste le animó a intentar esa experiencia poética. Convenció de esta novedad también a
sus amigos Garcilaso de la Vega y don Diego Hurtado de Mendoza y escribió el
manifiesto de la nueva estética italianizante del Renacimiento en una epístola
nuncupatoria dirigida "A la duquesa de Soma" que puso como prólogo a uno de sus
volúmenes de poesías. Otros caballeros, sin embargo, tenían un concepto más
nacionalista del Renacimiento, como por ejemplo Cristóbal de Castillejo, e hicieron ver
amablemente su disconformidad en sátiras contra el nuevo estilo. La novedad del
endecasílabo, sin embargo, arraigó al lado del octosílabo como el verso más usado en la
lírica española y desde entonces el dodecasílabo, con un ritmo machacón y menos
flexible que el del endecasílabo, fue arrinconado y preterido en favor del endecasílabo
cuando había que tratar temas importantes. La poesía castellana quedó así enriquecida
con nuevos versos, estrofas, temas, tonos y recursos expresivos.

El poema Hero y Leandro de Boscán es el primero que trata de temas legendarios y


mitológicos clásicos. Por otra parte, su Epistola a Mendoza introduce en España el
modelo de la epístola moral como un género poético imitado de Horacio, donde se
expone el ideal del sabio estoico con su prudente moderación y equilibrio.

Estudios modernos han desterrado la idea infundada de la dureza y sequedad de sus


versos con el pretexto de que no era un hablante nativo de castellano. Fuera de un
amplio cancionero petrarquista, Boscán demostró su dominio del castellano traduciendo
además Il libro del cortegiano (1528) del humanista italiano Baldassare Castiglione con
el título de El Cortesano (1534) en una modélica prosa renacentista esmaltada de
germinaciones ciceronianas. Además, preparó la edición de las obras de su amigo
Garcilaso de la Vega junto a las suyas, si bien murió antes de poder culminar el
proyecto, por lo que su viuda imprimió la obra en 1543 en el taller de Carles Amorós,
en Barcelona, con el título Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega

Literatura religiosa
El Renacimiento impone una división entre lo natural y lo sobrenatural, frente a la Edad
Media en que se mezclaban de una forma que Dios, la Virgen y los Santos intervenían
en todo tipo de asuntos mundanos con apariciones y milagros. En esta nueva época, hay
escritores mundanos, como Garcilaso de la Vega, y autores que únicamente expresan
sentimientos religiosos, tanto en verso como en prosa. En el Renacimiento se
desarrollan y manifiestan ampliamente estos sentimientos, fuertemente impulsados por
la Contrarreforma, lucha contra la Reforma protestante, en la que se empeñaron la
Iglesia y la Corona españolas.

Ascética y mística

Artículo principal: Misticismo#Mística española

La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre materias


espirituales (como Los nombres de Cristo, de Fray Luis de León), o bien en poemas
cargados de espiritualidad (San Juan de la Cruz). De ambas maneras se expresaron las
principales vivencias religiosas de la época; la Ascética y la Mística.

 La ascética trata de perfeccionar a las personas incitándolas al cumplimiento


estricto de las obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Escritores
importantes son fray Luis de Granada (1504-1588), San Juan de Ávila (1500-
1569) y fray Juan de los Ángeles (1536 -1609).

 La mística trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados


experimentan en su propia alma al entrar en comunicación con Dios. La forma
de expresión más cultivada es el verso, cuyo más grande representante es San
Juan de la Cruz, mientras que Santa Teresa de Jesús es la más importante
prosista.

San Juan de la Cruz

Artículo principal: San Juan de la Cruz

Nació en Fontiveros (Ávila), en 1542, probablemente el 24 de junio. Tras estudiar


Humanidades,su intención era hacerse cartujo, pero tras conocer a Santa Teresa ingresa,
a los veintidós años, en la orden de los carmelitas descalzos, cambiando su nombre,
Juan de Yepes, por el de Juan de la Cruz. Sus intentos de reforma de la orden le
supusieron numerosas enemistades e incluso prisión; fue desplazado y encarcelado en
un convento de Toledo por sus hermanos carmelitas en 1577, durante un período de
ocho meses, tiempo en el que compuso su Cántico Espiritual.En 1578 huyó de la cárcel.

Durante el resto de su vida desempeñó numerosos cargos en la orden carmelita, siempre


en Andalucía; fue prior del Calvario (Jaén), rector del colegio de Baeza, director
espiritual de las carmelitas de Beas, prior de los cármenes y confesor de las carmelitas
en Granada (para ellas compondrá el comentario de Cántico Espiritual), Vicario
provincial de Andalucía y fundador de varios conventos. En 1591 cesa en todos sus
cargos y, ya enfermo, se traslada a Úbeda (Jaén), donde muere el 14 de diciembre del
mismo año. Es autor de algunas composiciones de corte tradicional, escritas en su
mayoría en octosílabos, pero su obra más importante son tres grandes poemas que
expresan experiencias místicas:
Noche Oscura del Alma , breve poema formado por ocho liras en el que describe
simbólicamente el proceso de unión del alma con dios, por medio de una alegoría: la
amada (el alma) sale de su casa en una noche oscura para encontrarse con su amado
(Dios) y unirse a él (éxtasis místico).
Cántico espiritual, subtitulado Canciones entre el alma y el Esposo, es el más extenso
de sus poemas. En las cuarenta liras que lo componen se describen, también por medio
de una alegoría, las tres vías Místicas: vía purgativa: la esposa (el alma) sale a buscar a
su esposo (Dios), preguntando por él a la naturaleza; vía iluminativa: la esposa
encuentra al esposo reflejado en una fuente y entabla con él un diálogo amoroso; vía
unitiva: se produce la unión amorosa de los dos esposos, símbolo de la unión mística
entre el alma y Dios.
Llama de Amor Viva, el más breve de los tres poemas, consta de veinticuatro versos
en seis estrofas que expresan el sentir del alma abrasada por el amor divino.

Para explicar el significado simbólico de estos tres poemas, escribió posteriormente


cuatro tratados en prosa, a modo de comentario, en los que expone lo esencial de su
doctrina mística: Subida al Monte Carmelo, que comenta las dos primeras estrofas de
Noche Oscura; Noche Oscura del Alma, que comenta esas mismas estrofas y el
principio de la tercera, y Llama de Amor viva, que comenta el poema del mismo
nombre.

La prosa renacentista
Como es lógico, buena parte de los subgéneros narrativos del siglo XV siguen vivos a lo
largo del XVI; sin embargo, hay tres que merecen especial atención:

La Novela Pastoril

La Novela Pastoril es de origen italiano, como la Sentimental. Al mediar el año de 1558


apareció el primer texto español perteneciente a este género: La Diana, escrita por Jorge
de Montemayor. El éxito de este tipo de narrativa hizo que grandes autores de finales
del XVI y principios del XVII como Lope de Vega (La Arcadia) o Miguel de Cervantes
(La Galatea) lo cultivaran.

La prosa didáctica y religiosa.

Durante el reinado de Felipe II, que abarca los años de 1557 a 1597, la Literatura
Religiosa en España tuvo su mayor auge. La religiosidad del monarca, el espíritu de la
Contrarreforma y las costumbres de la época fueron parte en la extraordinaria
importancia que ésta alcanzó. La Literatura Didáctica y Religiosa es muy vasta, pues
incluye:

1. La Apologética, la cual presenta argumentos en pro de la religión,


2. La Ascética, que tiende a inculcar los preceptos de la moral y
3. La Mística, que procura el conocimiento de Dios dentro del propio espíritu, por
medio de la contemplación y la meditación. La producción de los místicos del
siglo XVI es de gran importancia, principalmente para el crecimiento y robustez
del idioma.
El Lazarillo de Tormes

Portada de la edición de Medina del Campo de 1554, impresa por Mateo y Francisco del
Canto.
Artículo principal: Lazarillo de Tormes

La novela picaresca, como género literario, posee las siguientes características:

1. El relato es autobiográfico con una narración dirigida a una tercera persona que
se encuentra en una posición social superior a la del narrador.
2. La narración sigue un orden cronológico.
3. La ironía y el diálogo son dos de los recursos más empleados para desarrollar el
argumento y expresar la crítica en el libro.
4. El protagonista es un pícaro; es decir:

a. pertenece a la clase social baja, su protagonista es un antihéroe cuyo objetivo


es medrar, mejorar;
b. se mueve inducido por el hambre o la necesidad de medrar;
c. busca la manera de mejorar de vida;
d. carece de ideales.

El Lazarillo, de autor anónimo, se publicó en 1554 y narra la vida de un muchacho,


Lázaro de Tormes, desde su nacimiento hasta que se casa en Toledo con la criada de un
arcipreste. Durante todo ese tiempo sirve a varios amos que le maltratan y apenas le dan
de comer.

Como ya se ha dicho, inaugura la novela picaresca y destaca dentro de la producción de


la literatura del Siglo de Oro por su originalidad ya que representa una literatura basada
en la realidad frente al idealismo o la religiosidad de la literatura de la época e
inmediatamente anterior (libros de caballerías, novela sentimental, etc.)

En cuanto a la técnica empleada, se ha de destacar el hecho de articular los episodios a


través del hilo conductor de la vida del pícaro.
El teatro [editar]
Véanse también: Lope de Rueda, Juan de la Cueva, Miguel de Cervantes y Corral de
comedias

El siglo XVI es un periodo de la mayor importancia para el teatro español, por cuanto
supone un auténtico renacimiento artístico de aquél frente a los espectáculos rituales de
la Edad Media.

A lo largo de ese tiempo, en efecto, el teatro se consolida como hecho literario y se


organiza como espectáculo y actividad profesional. Los autores toman conciencia de
dramaturgos, se configuran los principales géneros dramáticos (égloga, comedia,
tragedia, auto) y se establecen las formas de puesta en escena del teatro moderno.

Este libro es un estudio en profundidad y amplitud de aquella etapa fundamental del


teatro español. Sus límites cronológicos van exactamente desde los años 1490, cuando
comienza a representar Juan del Encina, iniciador del moderno teatro renacentista, a la
década de 1580, cuando se va agotando la fórmula clasicista e irrumpe en los tablados la
comedia nueva de Lope de Vega. Pretende ser un estudio histórico literario, en el que se
van analizando los fenómenos teatrales en su evolución y desarrollo.

Desde esa perspectiva, puede apreciarse mejor cómo se gestan y transforman los
géneros dramáticos, qué lugar y situación ocupan los distintos autores o cómo va
cambiando en sucesivos momentos la vida y espectáculo teatral. Todo ello resulta del
mayor interés en este capítulo inicial de la historia del teatro español

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