You are on page 1of 72

TEMUCO, ABRIL 2010

Amanecer

Hincho mi corazón para que entre


Como cascada ardiente el universo
El nuevo día llega y su llegada
Me deja sin aliento

Canto como la gruta que es colmada,


canto mi día nuevo.
Por la gracia perdida y recobrada
humilde soy sin dar y recibiendo
hasta que la Gorgona de la noche
va, derrotada, huyendo.

Gabriela Mistral

Liwen

Apolken ta ñi piwke, ta ñi konaam


We trayenko wenu mapu mew
We antü akuy, Akuymi
Nüyu kelan
Ül kantuken Apol lolo reke
We antü ülkatun

Ñamley ta ñi mogen ka wef kuy


Potregen elukelan ka elukegen
Akuy pun Gorgona mew,
Ñumtuy ka amukuntuy.

Traducción de Cristian Kalfuman

2
“Amargo como un sorbo de mares”
Gabriela Mistral

3
A nuestra Gabriela Mistral

Fuiste el viento que sacudió el rosal


para cubrir con pétalos la calle de los niños.
¿Cuántos sueños dormidos quedaron
en tus sienes?
¿Cuántas caricias olvidadas en tus manos?,
mas la palabra persiste en tus labios dormidos
y en tu rostro casi exento de belleza
se trasluce el encanto de los lirios
¡Si no fuiste madre!
¿Cómo pudiste derramar tantas caricias?
¿O es que en tu alma llevas dormido
algún pequeño,
que llenó de caricias tus mejillas?
Porque al leer tus poemas se refleja
a la madre derramando su cariño.
¿O es que guardas el secreto de otro amor desconocido?,
¿de un amor pequeñito y verdadero
que encubrió el tiempo y el olvido?
¿Dónde está el velloncito de tu carne?
¿Dónde está aquel que inspiró tu cariño?
Mi querida maestra…
¡Yo te admiro por todo ese amor desconocido!
Y si fuiste verdaderamente madre…
¡Grítalo a mi oído!
Porque sabré callarlo,
si sé que llega alguna vez a nuestra
alma tu olvido.

Vicky Sáez
Ganadora del concurso Gabriela Mistral 2009

4
ilumina

5
BAÑOS

La primera vez se vieron en un país extranjero. El calor del desierto


se metió en la medina de la ciudad y ya no supo salir del laberinto de
una bandeja de cobre batido. A ella le apeteció entrar en las aguas de
aquellos ojos. Nadó agitando los brazos con un movimiento circular, y al
volver a la superficie llevaba adheridas algunas gotas azules de las
pupilas del hombre que acababa de conocer.
A partir de ese día se encontraron con asiduidad. Al caer la tarde,
ella lo esperaba en una esquina del callejón de los curtidores. Él
aparecía aún con el gesto encorvado que mantenía al dibujar sólo las
cosas posadas en el suelo: sombras de cedros, cubas de cal, cortezas,
arenisca.
Pasaron meses recorriendo en silencio mercados de tapices de
nudos.
Regresaron por separado a sus tierras. La mujer puso sus pocas
pertenencias en un automóvil y rodó por ciudades de idioma
desconocido. Coincidía con él en algún punto del viaje. Luego abandonó
las carreteras para refugiarse en un barco. Nuevas ausencias con
ocasionales escalas en las que el hombre repetía sus visitas de
costumbre. A veces la mujer permanecía desnuda en la fosa del velero
y, pasado el tiempo, observó que los rastros de los iris del amigo en su
piel habían perdido fuerza. Vino la vejez montada sobre un banco de
peces.
Fue también el momento en que supo que la enfermedad destruía el
cuerpo y el coraje del dibujante, y acudió a despedirse. Se miraron
intensamente. Ella volvió a sumergirse, como en un primer encuentro
renovado, en los ojos del hombre. Estiraba y flexionaba
simultáneamente las piernas en el agua. Cuando él se calló, la mujer
nadaba de espaldas, sus brazos se movían alternativamente como un
molino en los ojos del agonizante. Todo para absorber el azul regresado.

FRANCISCO JAVIER IRAZOKI

6
7
EL ARTE DE NOMBRAR

La ausencia del calor se llama frío;


la ausencia del amor no tiene nombre.

SOLEDAD DE LAS COSTAS


(abarrotadas de bañistas al sol)

Hoy
te quiero
tanto como te
quisiera si fueras tú
el único bikini
de esta
playa.

LIGHT-YEARS AWAY

Perseguían mis ojos


la luz de tu amor
y tu amor
no era más que una estrella apagada;
y su luz
sólo el último rayo
dirigido hacia mí
desde el confín del tiempo,
a años luz de distancia.

Miguelángel Zorrilla Larrea.

8
Miguelángel Zorrilla Larrea.

9
SER CHILENA O CHILENO IMPLICA:

Haber nacido al final del mundo o al principio de él


Danzar al compás de las olas o al vaivén de sismos imprevisibles
Caminar de norte a sur o viceversa, con un ramo de copihues de los
embelesados bosques sureños
Sentir la sonrisa hermana del que resistió la dureza de sables
Cruzarse abajo, con bandadas de patos silvestres que rompen el
viento con sus graznidos
Resistir junto al fogón la pérdida de bosques y pasado
Tocar un trozo de hielo glacial que vaga impertérrito entre los
desgranados archipiélagos queriendo llegar a su origen
Sentir el sol abrazador del norte que curte piel y monte
Cruzar la cordillera y dispersarse por el mapa con un trozo de
esperanza en el capazo
Saber que aquí o allá nos reconocen por el ímpetu de entrega que
ponemos cuando hacemos o encontramos el camino

¡Ser chilena o chileno implica pactar con la vida al final de la tierra!

Lucy Sepúlveda Velásquez

10
COLORANTE

11
El caminante

Camina, sobre la madera enferma y el espliego,


sobre telares rotos
y huesos que se muerden, camina,
como animal sin lengua
sobre la cicatriz del aire, trazos de mar
lento, como el olvido, palpitando, tal vez
entre los fósforos
y el miedo.
Hay un techo guardando la soledad del sur,
el lugar donde tu corazón gotea
un niño y una hogaza.
Chile roto y largo, camina.

Sara Castelar Lorca

12
13
Elegía
Lloro en la soledad del árbol y el madero,
bajo la luz que escribe la sal y la tiniebla,
bajo la extensa noche que habita bajo el mar.
Lloro la tierra fértil que expulsa sus raíces,
el desgastado lomo donde el esfuerzo es vano
y en su recuerdo lamen el barro y la miseria.
Lloro el ladrido errante de los perros nocturnos,
el óxido del zinc que arrastra la memoria,
la puerta y la pared que trazan lo terrible.
Lloro el pulmón que olvida y el cuerpo que interrumpe,
la orilla que atraviesa el mar junto a sus muertos
para encender la muerte y atravesar mi canto.
Lloro la habitación que el sueño no pronuncia,
el párpado y la carne donde amanece el miedo,
las ramas que limitan el aire con lo oscuro.
Lloro el amor del hombre, del hijo y de la madre,
el escombro del mundo, la bicicleta hundida,
y el llanto que la edad extingue en sus relojes.
Lloro la tierra, el grito, el pronombre y el hambre,
la réplica que sangra en los hijos de Chile,
el llanto y la miseria de mi pueblo dolido.

Benjamín León

14
15
AMOR NO TE VAYAS

Si no fuera el tenerte cada día

enganchado a la sed de verte cerca

y amarte con razón tan dulce y terca

sabiendo que sin ello moriría.

Si no fuera la luz que sonreía

por tu boca perenne como alberca

con luceros abriéndonos la cerca

para un sol que en tu seno no cabría.

Quedaría apagado el sentimiento,

dolería mi amor sin tu presencia,

lloraría tu marcha aquel momento.

Partiría llorando mi carencia,

acabaría en ti todo el sustento

y me iría hacia el mundo por tu ausencia.

Javier Arnaiz

16
RAÍZ CUADRADA

17
Oleaje

están sonando
entre los escombros
entre las algas y arena
provistas de vagos recuerdos
anécdotas de barcos fluctuantes
que yacen silenciosos y ahogados

tan sólo la orquesta acompaña


a suaves tambores
descienden sus notas del cielo
efímero pero hermoso
estallan al roce

tan tranquilo y sereno


ensordece el tiempo al presente
nada existe en este minuto
ni los segundos se salvan
del oleaje travieso
que todo lo lleva
regreso a su origen
hacia ese horizonte sin marcos
donde se pierden conceptos
se olvidan recuerdos

cómo llevarse aquel silencio ruidoso

sólo quedaron las nubes


diluidas en las despintadas olas
que enceguecen al andante de turno

sólo las nubes y el agua


mezcladas y separadas

Paulina Contreras

18
19
Miraré y veré las ramas
desnudas.

Llueve, el techo se baña,


en el hogar se oyen relámpagos
que se tragan la noche.

Arbustos flameando,
pájaros refugiados.

Llueve, en el invierno, llueve,


nubes caudalosas,
desde el pasado, llueve.

TARDE OTOÑAL

Rebosa la gota crepúscula


en los caminos.
Sopla el viento aún joven
en la tarde otoñal.

Consuelo Martínez Astorga

20
Gerardo Araneda, Taller Sayenco.

21
DISCRIMINACIÓN

22
AMANECER

Los gallos amanecen y tú duermes.


Nadie veló mi vigilia.
Soy mi único testigo.
Las sombras abandonan los tejados
Y los mirlos van recogiendo
Las primeras luces.
Hoy quiero ver tus ojos abrirse.
Amaneceré en tu almohada.
Por tus cejas saldrá el sol.
Silencio. Dulce espera.
Amanece.

Perfecto Herrera.

23
EL POZO DEL OLVIDO

24
EX ÁRBOLES

Alguien rompió sus cálidas arterias


Y cerró los cauces de su savia.
¿Hachas, fuego, homicidas?
Porque tu muerte es también la nuestra.
En la colina azul
Abre sus poros la selva.
Pero aquí
Se alzan los brazos inertes,
Tu estatura convertida en carbón
Y avanza el follaje yerto,
Cunde la tierra desnuda del austro,
la madera rota,
el desmonte…
¿hasta cuándo?

Selva Saavedra, El claro oficio eterno de la vida, Ediciones UFRO

RENKE EM

Yniy katxenmayu tañi eñum mollfvn


Ka katxvy chef amulen renke ñi ko
Toki, kvtxal, lagvmchefe?
Tami lan, inchegey ka fey.
Feychi kalfu winkul mew
Nvlay ñi fiztxawa ta mawiza.
Welu faw
Witxam pvrrami ñi langechi lipag
Tami txemvn kuyum kechiletuy
Amuley ñi alvg tapvl,
Yafvlugtuy txiltxan willi Mapu,
Txafoley tayiñ mamvll
Afi ta mawiza
Rumel Feleay am?

Traducción de Juan Ñanculef

25
CONSUNCIÓN

26
ALUD

Que no se acuerden de ti quiere decir calle peligrosa. Ya no encuentras

otro motivo que el de bendecir con lágrimas la historia de los tiempos. Te

han buscado por las páginas del cielo encapuchado, pero al parecer

llegan muy pero que muy tarde, tú ya habías robado al viejo Caronte su

maldita barca, y Caruso reventaba con su voz doliente los más bellos

crisoles de las horas, pero has de saber que lo último que veas sean

palabras muy lejanas, que lo último que beses sean labios de veneno,

que lo último que toques sea la aldaba de tu nombre donde ya no vive

nadie, ni la sombra tan siquiera que siempre te aguardaba en el 7º beso,

ni las buenas noches que que ya jamás serán miel de tus oídos; reinaré

para ti y hasta que muera todas las islas de los suicidios.

De niño, paraíso tomado por las despedidas, lágrima capaz de no ser

jamás llorada, peregrinaje hacia los carnavales de los ensueños...di con

todos los tesoros, saqueé todos los palacios, me fugué de todas las

prisiones, padecí otro abecedario, quemé todos los hogares, desaté

todos los instintos, enterré todos los secretos.

De niño... de niño... de niño... llorar, quiero llorar solo. Rodeado de

fuego, tumbado en las nubes, dentro de los pozos. Llorar, llorar solo.

Cubierto de nieve, llevado por el viento, salpicado de estrellas. Llorar,

llorar solo. Sobre todas las raíces, llorar. Llorar al fin, hacia el vertiginoso

abismo donde se encuentra un mundo.

¿A qué la llave si los guardianes empalados a las puertas? ¿Cuándo no

el verdugo limpió el hacha con hartazgo sin quitarse la capucha? ¿De

dónde la emigración de esas vocales portuarias que todo lo unen?

27
¿Cómo el sonido de los timbales y su congregación bajo otra mano

distinta a la tuya? ¿Quién sus propósitos dicta en las cimas de nuestro

ser con tanta ira? ¿En qué momento de la orgía decidió el sabio la

música propicia para el suicidio? ¿Cuál la condena de morder la blancura

inusitada de unos muslos tanto o más dulces que la noche?

Hemos crecido juntos. Yo estuve a tu lado en las infatigables horas de

fiebre, ¡oh alborada!, ¡ay arco sobre mis cuerdas!, y tú reverberabas sin

ataduras. Hoy te hago llegar mi dolor en un amanecer de zapatos viejos.

Cuanto anduve a lomos del elefante de fuego se me olvidó en el país de

tus labios. En 1937 en una casa de reposo Isolda arrodillada reza a unas

gafas de sol, y es que solamente regresa un trueno, tan sólo uno de los

corderos marcados con tu inicial en mi purgatorio, y es que en el pecho

viaja un polizón, un polizón embarcado hasta nuestras últimas horas

desde antes que nacemos. Tu silencio me desvela como un telefonazo

de madrugada en el caserón de los ancianos mudos, ¡está bien, grávido

cielo! no hablaré más de ti, respetaré tu ausencia. Ahora sí que sé que

soy una puerta que solamente puede cerrarse por dentro, que ya en el

tiempo a sombra enamorada que fuimos, como único testigo, la muerte

abrevia.

Sergio Oiarzabal

28
29
Imposible poesía.

Este alma de mar, tan llena de vacío,


este toro de mar que muge y que salpica,
este rayo de sol que en lo cimero
reverbera, fluye, huye…
y esta palabra muerta que no acaba…
Este alma de ansia, de mares infinitos,
este temblor de sol de sombras y delirios,
este jugar a árbol que dobla y no se quiebra:
¿Dónde se habrá de ir, cuando la niebla
frene el resplandor y se haga piedra?

Porqué seguir esta búsqueda imposible.

De nada sirve ya llorar si no contestas


al urgente grito de mi ansia.
Poesía, te repudio.
Tú sabes cómo te he buscado
hiriendo el subsuelo de mi alma.
Ahora callaré, pues que te muestras
anodina y errática.

Qué doloroso placer era buscarte.


Qué gozosa espina clavándose en el centro de la carne
hasta arrancar la sangre,
hasta verter la esencia misma de sentirte viva.

Algo se ha muerto entre nosotros.


Me voy, ya no hay camino.
Cerrado está el cuaderno
y quedarán sus páginas en blanco.

Octavio Fernández Zotes.

30
31
No escribo nada, pero me dan ganas.

No escribo nada, pero me dan ganas. Tengo la mente


como un diccionario, llena de palabras que tengo que
mantener vivas.

En el altillo viven un murciélago y una araña enorme. No


me dan miedo. Están ahí. Subo poco, a prender o apagar
la luz, a buscar un juguete, o a nada, a mirar a la araña.
Tengo la fantasía de que el murciélago se quiere comer a
la araña, pero como no se mueve, el murciélago no la
encuentra, aunque la siente. Frente a mi ventana hay un
árbol de manzanas, sí, con manzanas. A la tarde se llena
de loros y loras. Es lo único que se oye a esa hora. Miro el
manzano y por detrás asoma la montaña, que parece mirar,
a su vez, hacia acá. Hay palomas. Pero son como gallinas.
Duermen la siesta en el tejado.

Cristina Cambareri.

32
33
Viento del sur.
Aún no ha salido el sol.
Olor a pan.

Se abre en la flor
el contenido beso
de la raíz.

Un picaflor
suspendido en el aire
¡y ya no está!

También sus ojos


recorrieron un día
los mismos versos.

Nieto y abuelo,
luna llena en sus ojos:
la misma edad.

Noche estival.
En medio del silencio
cae una fruta.

Juan Carlos Durilén.

34
35
Mitad mentira

Vuelvo a mentir con gracia.


Estos días han sido luminosos
como si el cielo raso no existiera
y todas las moléculas del sol
vinieran a instalarse aquí en tu ausencia.
No extraño nada, una libertad fresca
me circunda energizada.
Pero a veces, cuando pienso en ti
y fallece como piedra la esperanza
vuelvo a mentir: me siento bien,
tan sólo mis pestañas sostienen
una vaga inclinación de tristeza
y acallan el pequeño rumor de un llanto
abandonado en esa almohada.
Pasan los días y camino
casi con alegría, casi sin rabia,
lejos de ti, con mi sonrisa,
como una bandera
de mentiras necesarias.

Carmen Hernández Burgos.

36
37
El haz dorado

Los momentos me vencen.


Imaginación... libérate de
ese viejo lastre arraigado.

Sí...
Veo tenue luz,
lechos de seda roja
y caricias bajo las sombras.
Yo lo hago con amor,
con amor.
Amor con cuentagotas,
amor por segundos,
segundos eternos
y yo perdida en el tiempo.

El segundo Chakra fluye


en espiral por mi columna
hasta sentir un hormigueo en
el vértice de la corona.
Medito, transciendo
y sucumbo en el cosmos,
¿puedes ver el haz dorado...?

Innana Tammuz
(1.996)

38
OJO PORQUE TE VE

39
Con ganas de retorcerle un dedo a la muerte

Con ganas de retorcerle un dedo a la muerte,


de arrancarle con un pellizco
nuevamente un grito a la vida,
de no cuestionarme hoy, ya tarde,
por qué dejé de hacer o de practicar aquello
en que fui tan bueno.

Ansioso por experimentar de nuevo,


las mismas o nuevas emociones,
volveré a ensayar delante del espejo
aquel gesto casual y desenfadado
antes de que se convierta
en tremendamente patético.

Daré cuerda para atrás a los relojes,


-o mejor- les extirparé las manecillas,
vencido el interés por esperar en su puerta
para obtener del pasado
una confesión de culpabilidad.

Óscar Alberdi Sáenz.

40
41
Tendré lluvias de otoño en verano

¿Dónde están las campanas


de otoño que recogí cuando llovía?
¿Dónde están las verdades
de una arena llena de huellas?
¿Dónde quedaron las cortinas de invierno
Que con los pensamientos tejí?

¿Dónde encuentro las respuestas de los sueños centelleantes?


Tengo lluvias de otoño en verano,
Tengo un reloj lleno de cristales cocidos,
Encontré los sueños en el pacto del firmamento.

Pero… ¿dónde están las guitarras


De las llamas con manos estiradas?
¿Dónde viven los corazones desconsolados?
¿Dónde están las palmas de los padres que se van con el mar?
¿Dónde están los recuerdos que danzan?
Solemnes en la escritura de una tinta desgastada.
Los sentimientos tocan violines ahora junto al cajón rojo.
Los ojos creen más que el oído,
Los afectos abrazan más que las manos.
Pero… aún tengo dudas cautivas.
¿Dónde está la voz cautelosa,
Pastoril, libertadora?
Está en el trono de quien quiere vivir con emociones,
De quien quiere aceptar su piel,
De quien llena su vida de agua de río.
Muy bien,
Tendré entonces lluvias de otoño
En verano toda la vida.

Consuelo Martínez Astorga

42
43
Esencia de hermanos
Lucía es una pequeña niña encontrada en un barco, ya hace una hora que su
padre junto a su hermano habían salido de la habitación en la cual se
encontraban , Lucía llora desesperada, sale de la habitación, ve a mucha
gente corriendo sin dirección alguna, gritan desesperados. Lucía se acerca a
una señora que se encuentra sentada, no corre ni grita; le pregunta qué es lo
que sucede y ella desconcertada le dice, “el barco se incendia, hay que salir
de aquí”, y corre sin destino, Lucía corre por su padre y su hermano grita
por todos los pasillos pero no los encuentra por ningún lado.

Luego llega a la parte de la cocina, y ve el


cuerpo de su padre al lado de mucha gente
muerta , se acerca al cuerpo de su padre que aún
sigue vivo, y le dice , “Lucía busca a tu hermano
él esta vivo” , la mano del padre que tenía
puesta en la cara de Lucía , cae hasta el suelo,
Lucía grita: “¡No…!” y llora al lado del cuerpo de
su padre por unos segundos y piensa en lo que
le dijo su padre y se va a buscar a su hermano,
grita con todo su aliento, Joaquín , Joaquín, pero
no lo encuentra , pasan unas horas y llega la
ayuda al barco un policía toma en brazos a
Lucia y Lucía le dice: “mi hermano”, pero el
policía no toma en cuenta lo que dice, la

suben a un barco en el que sólo iban niños, esa noche era helada, a Lucía
le pasan una manta y se envuelve con ella , se quedó pensando en Joaquín
y al final se durmió de puro cansada, a la mañana siguiente a Lucía la llevan
a un orfanato y después de un mes la adopta una familia de un régimen
muy estricto.

A Joaquín también lo llevan a un orfanato pero a él lo adoptan después de


unas semanas, Joaquín llega a una familia de muy buen
dinero; cuando llega a su nueva
casa ve su pieza, tiene una cama y
muchos cuadros de pintores
argentinos y españoles ya que a sus
padres adoptivos les gustaba
mucho el arte. Mientras que Lucía
llegó a una casa muy grande y
oscura; cuando subió a
su habitación vio muchas fotos pegadas en la pared y Lucía preguntó a su
nueva madre Ursula “¿Quiénes son?” El padre le contesta, “son tus
antepasados”. Joaquín tenía todas las regalías que Lucía no podía tener.

44
Los padres adoptivos en lo único que acertaron fue en inscribirlos en el
mismo Liceo, el Liceo Jorge Luis Borges. Lucía ya a esa fecha tenia 15 y
Joaquín 16, pasaron muchos años y los dos habían cambiado mucho, pero
ninguno de los dos se olvidaban que tenían un hermano perdido, los dos se
destacaban por sus notas y talentos: Joaquín se destacaba por componer
poemas y canciones y Lucía por cantar bailar y actuar. Lo malo era que en la
familia que llegó Lucía no le dejaban actuar porque los padres creían que era
algo muy vulgar, bailar, decían, era muy provocativo y cantar podía pero sólo
canciones de la iglesia mientras que Joaquín podía hacer lo que quisiera.
Joaquín con Lucía no se han visto ya que el liceo donde van es muy grande
pero Susana su amiga en común un día jueves los presenta. Joaquín con
Lucía se quedan mirando y Susana se va anhelando que sus amigo sean
novios pero cuando Lucía con Joaquín se miran en sus ojos sólo se muestra
una ternura muy bonita; ese día fueron a tomar un café a un restaurante que
queda cerca del liceo y Lucía le pregunta a Joaquín, “¿y donde vives?”, y él
le responde, “En una villa llamada Orquisia, ¿y tu?” y ella, “en Villa Martina”, y
pasan toda la tarde conversando y después Joaquín la va a dejar a su casa y
a los padres de Lucía no les gusta que ella tenga amigos

hombres pero creo que Joaquín les gustó a los padres de Lucía pero ella les
dejó bien en claro que él era sólo un amigo.

Pasan dos años y Lucía con Joaquín son muy amigos, se tienen mucha
confianza y mucho respeto entre ellos y Susana todavía sigue creyendo que
entre ellos podría haber una relación ya que ella no cree en la amistad entre
un hombre y una mujer. Pero Joaquín le dice, “pero entre una amistad entre
hermanos sí”. Susana le dice “¿Qué?”, y lucía contesta: “¿Qué estas
diciendo?” “Soy tu hermano, Lucía”. “No, no puede ser tú mi hermano
siendo mi mejor amigo… ahora sos mi hermano te extrañé tanto…”, y él,
“Yo igual” y Susana no queda entendiendo nada pero lo único que dice es
que la esencia de hermano no se va nunca y los dos le preguntan “¿por qué
dices eso?” Y Susana, finalmente: “Porque ustedes pasaron mas de 12 años
y ahora se dan cuenta de que son hermanos”. Joaquín dice, “bueno como
dices tú la esencia de hermano nunca se va, aunque pase una eternidad”.

Katherine Antipe Ruiz

45
46
Gerardo Araneda, Taller Sayenco.

47
Distancia

Si no existieran fronteras,
Te aseguro
Estaríamos juntos,
Y nuestro amor
Sería tan grande como el mar
Más limpio que el viento cordillerano
Que golpea nuestros rostros
Morenos al atardecer.

Si la distancia
que nos separa
fuera menos extensa,
nuestro amor sería libre,
y podría volar
como aquellas gaviotas
que aún añoras de tu infancia
por los bosques sagrados
de mi alma.

Si no estuviéramos
Tan lejos el uno del otro,
Nuestro añor sería una bendición
Como la intensa lluvia
Para la tierra sureña.

Daniela Barrenechea Neculqueo

48
49
RECETA POÉTICA
La página Difícil de juglar propuso en su día una receta para hacer un poema
que cocinamos en el taller: en el primer verso, vertemos un sustantivo; en el
segundo, disponemos dos adjetivos separados por “o” o “pero”; en el tercero,
añadimos un verbo y un adverbio; en el cuarto, una comparación que comience
por “como”; para terminar, decoramos con un último verso que empiece “Si tan
sólo…”. He aquí algunos de los platos resultantes. Los que van sin firmar son
colectivos. Bon appetit.

Guitarra
Paloma Silenciosa o maravillosa
Sencilla pero libre Cantas suavemente
Vuelas rápidamente Como un ave en la mañana.
Como el fénix al renacer de las
cenizas Si tan sólo pudiera tocarte.

Si tan sólo mi alma tuviese alas… Nicol Calfunao

Karina Campos
Copihue
Rojizo pero sutil,
Gato Floreces apasionadamente
Tierno pero salvaje Como si fuese primavera.
Acaricias suave
Como las hojas sobre el árbol ¡Si tan sólo pudiese acariciarte!

Si tan sólo pudiera verte…


Muñeca
Consuelo del Río Bella pero despiadada
Sentirte y verte continuamente
Como mi propio dolor.
Flor
Hermosa pero peligrosa Si tan sólo dejaras de ser hermosa…
Giras tranquilamente
Como el sol que nos alumbra. Denise Fuentes

Si tan sólo tus lágrimas me vieran…

Mailen Sepúlveda. Lápiz


Mordido o cabizbajo
Escribes interminablemente
Golondrina Como los ríos de aguas tronantes.
Bellísima pero chillona,
Giras vertiginosamente Si tan sólo contaras en tu tinta mi
Como un avión enloquecido. sangre…

Si tan sólo en mi mano sosegaras tu


vuelo…

50
GOLONCHILLA

51
NO CUENTES.

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 vamos de nuevo
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 no logras contener las lágrimas
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 de nuevo piensas en contar tu historia
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 no a todos les parece impactante
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 nadie te conoce bien
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 todos saben pero nadie quiere enfrentar la realidad
1, 2, 3, 4, 5, 6 las mismas preguntas cada día
1, 2, 3, 4, 5 no entiendes tus pensamientos y menos tus sentimientos
1, 2, 3, 4 queda poco para arrepentirte
1, 2, 3 no sabes qué hacer
1, 2 tu mente y tu corazón ya no dan más
1, 2 tú serás fuerte
1, 2, 3 tú sabes de dónde sacar fuerzas cuando ya no das más
1 te esperaré hasta que quieras venir a mí
0 comienza de nuevo Felicidad, tristeza, risas fingidas
de esa manera nadie se da cuenta de tu dolor

Bárbara Mora

52
53
DOS POEMAS DE AMOR DE DOS JÓVENES ESPERANZADAS

Mira, amor mío:


Desata el nudo que nos cierra el paso a ser felices.
Pero, amor mío, si lo desato
¿te podré volver a ver?
¿O acaso nuestro amor morirá si desato aquel nudo?

No importa, amor mío.


Nuestros sentimientos con caricias estarán.

Dame un beso para que aquel nudo


que desates con tu dulce boca
sea el estruendo que deje surgir el amor.

Nicol Calfunao, 2ºA

Amor mío:
Seguiré soñando con ese día,
Seguiré pidiéndole a Dios por un momento a tu lado,
Por una caricia de tus manos,
Por un beso de tus labios.

Y si Dios no puede concederme ese deseo,


Seguiré deseándote en el silencio de mi alma,
Seguiré dibujando tu rostro en mi almohada,
Y encontraré la forma en que algún día se unan tus ganas y las mías
En un abrazo tan dulce, tan apretado,
Que lo triste y lo temido habrán desaparecido
para dar paso a la mayor felicidad de mi vida…

Haberte conocido en cuerpo y alma.

Mailen Sepúlveda, 7ºA.

54
55
PARA NO OLVIDARLO
Hoy he visitado la tumba de mi padre.
En veinticinco años es la segunda vez
que lo hago. La primera, fue un día
del padre, dos años después de
perderlo.
Aquel día lo planeé. Miré los papeles
que tenía guardados mi madre. Entré
en el cementerio, pregunté dónde
estaba el módulo de San Casiano.
Izquierda, columna uno, fila dos.
Cuando llegué ante su lápida ni
siquiera me impresioné. Iba
acompañada y no soy amiga de
exhibir mis sentimientos.
Hoy ni lo he pensado. Tenia cita con
mi médico. Al salir, vi el cementerio a
lo lejos. Mis pies me han llevado
corriendo hasta los pies de su tumba.
Hoy no he preguntado ni me he
perdido. He ido derechita, como
cuando de pequeña, mi padre me
llamaba con su potente silbido. Allí
donde yo estuviera,
mis pies se ponían en marcha hacia él, hacia sus brazos de padre, hacia sus
besos de padre, hacia mi seguridad absoluta.
He limpiado su lápida con un pañuelo de papel. Con el mismo pañuelo he
secado mis lágrimas. Tenía que hablar con él. Todos mis amigos me
aconsejan, me dicen haz esto o aquello, es lo mejor. Pero yo necesito la
opinión de mi padre. Yo no creo en Dios pero siempre he creído en mi padre.

He hablado con él. Se lo he contado todo. Veía su sonrisa a través de la piedra.


No me ha juzgado. Me decía “Sé feliz, hija”. Hija…él me llamaba así, no me
decía niña, ni chiquilla, ni cariño. Me decía “hija…”. Si le pedía consejo me
decía “¿Qué quieres que te diga, hija?” Para decirme "te quiero" me decía “hija
de mis entretelas…”

Al llegar a casa, he guardado el pañuelo en mi cajón. Polvo de su lápida y


lágrimas de mis ojos. He escrito en un papel todo lo que nos hemos dicho hoy.
Para no olvidarlo.

Ana María Díaz Pérez

56
YO

57
NOTICIA DE CARMEN BOLEROS

Nacida en 1964 en New York, Carmen Boleros creció entre autos de lujo y
mayordomos. Siendo educada para ser una respetada dama de la alta
sociedad, una que nunca llego a ser pues por mas profesores de todo tipo de
áreas que se pusieron a su disposición su espíritu aventurero y salvaje no se
pudo silenciar y mucho menos opacar.

Aun cuando con el fin de complacer a sus padres entró a la carrera de


medicina no pudieron evitar lo inevitable: ese nublado día de 1988 cuando
Carmen Boleros encontró aquello que desde infante sintió perdido, se
encontraba en la pileta de una plaza cualquiera, una simple botella con un
poema dentro titulado "A quien me encuentre". Cada palabra, cada verso
armónica e ingeniosamente escrito conmovieron en lo más profundo el corazón
de Carmen para llevarla luego a las últimas letras que resonaron en su cabeza
"Autor: El soñador". Fue en ese mismo momento en que su destino cambió,
abandonando su carrera al día siguiente de tan mágico suceso e ingresando al
mundo de los poemas, las tertulias y las interminables tardes frente al lápiz y
papel llegando contra la voluntad de su entorno cada vez más alto, siendo
reconocida por todo aquel que se detenía a leer sus poemas no sólo en libros
sino mas frecuentemente en los bancos, las murallas o hasta la delicada hoja
de entre las cientos de un árbol primaveral.

Finalmente en 1992 como era característico de su personalidad se esfumó


como el aire dejando un mensaje en la pata de la silla de su estudio "En busca
del soñador".

Paulina Contreras

58
59
VOLVER

Es grato regresar.
Siempre es grato volver a los lugares blancos
que siente la orfandad
del fermento que añora
cada estación que pasa como ave migratoria.

Es grato recorrer
las calles y las plazas
que la resaca inunda con intimismo fértil,
rescatando secretos
que ya no son exactos,
temblando entre la espuma que se agita,
que cambia, que se pliega,
en una deserción que se va yendo
y llega hasta la calma inmóvil de la contemplación.

Es grato revivir
ese misterio, esa transformación involuntaria
que sucede en el alma
mientras se vuelve sorda y temeraria,
ese recuerdo atado a una antigua condena
que fue lugar de encuentro,
destello y paraíso
de otro instante al que salvas de los instantes muertos.

Se hace grato ese olor,


ese sabor a olvido que la memoria evoca,
ese sentir la dicha de la vida
que en la desdicha pugna por ser cierta,
ese gozar ingrato que acorrala y sorprende
sin conmiseración.
Y en esa gratitud regreso, vuelvo,
recorro los rincones alumbrados

60
por una luz distinta,
igual que un fuego nuevo
que busca en las ciudades
sus cenizas prensadas en los ángulos muertos
de esquinas permanentes,
revivo mutaciones
de cada primavera y cada otoño,
aspiro la intemperie de la rosa cortada
como pálida ofren da
que agónica se encoge entre las manos,
saboreo las lágrimas
que la hojarasca pone
junto al frío del tiempo,
aceptando su azar perecedero.

Porque volver tiene algo


de ese negar la sombra consumada,
de ese espantar los gestos
que anidan la costumbre
para reconocer la irrealidad
que a fuerza de ahuyentar nos acompaña
en patios escondidos y ateridos,
lejos ya de lugares
que ya no son iguales
a aquellos en que fue grato vivir.

Julián Borao

61
Nombrando

No inventes otro lenguaje.

Mi nombre es
ayer,
hoy,
siempre,
el mismo rodar de muertos
por la garganta.

***

Para nombrarte digo

PIEDRA

y se arremolina grava
por el cauce abrupto de mi boca.

Elisa Berna Martínez

62
63
Chile, levántate,
y aun cojeando, avanza,
y aun dolorido, vence.
Chile tenaz. Oh, llamarada
vivaz: oh fuego en pie. Chile exultante.
Chile invencible. Aliento indomeñable.
Tierra de fuego, voluntad ardiente.

Por más muerte que sople, tú más vivo.


Por más piedras que caigan, tú más fuerte.
Por más días de sombra, tú más día.

Javier Aguirre

64
EL INFIERNO SON LOS OTROS

65
INUTILIDADES

En un baúl de paisajes
encontré un arrecife de bordadas soledades.
Con su espuma me vestí,
con sus crespos roquedos adorné mi cabeza,
y me fui a buscar llanuras
que diesen testimonio de mayores claridades.

Los huecos llorosos de mundos primigenios


acogieron las congojas de heridas lacerantes,
y al acercarse el crepúsculo
recibí el finiquito del declinar de las ideologías.

Ya no lloro, ya no río,
ya de plata y púrpura
enmascara el espanto
sus manos descarnadas.

Quisiera ensordecer al mundo


y solo hallo desgarro y desafío,
miserias y fortunas encadenadas.

¿Por qué? – pregunto –


y una voz pagana contesta:
porque tus rosas encarnadas,
tus casas de pájaros, tus quimeras,
tus amores,.. son trasuntos,
porque sólo eres un hombre
que arroja, sordamente, rocas desde la montaña.

En el agua de mi sueño
solo han florecido espléndidas inutilidades.

Perfecto Herrera.

66
67
TELÚRICO

(Temuco, 1920).

Lucila Godoy Alcayaga, directora del liceo que se llamará en su honor


Gabriela Mistral, iza su mirada severa para ver entrar en su despacho a un
adolescente delgado como un suspiro que escribe poemas. Tímidamente,
el cabro –tiene apenas dieciséis años- deposita una cuartilla autografiada
sobre la mesa de la admirada maestra. De pronto, el escritorio se sacude,
oscila, traquetea violentamente. Ambos se afirman en él, con los ojos muy
abiertos, hasta que cede el temblor. Lucila mira el texto: “Esto que
escribes tiene mucha fuerza, Neftalí”.

REUNIÓN DE EXTREMOS

Sentada en un banco de la Plaza de Armas de Temuco Cecilia leía


ensimismada. Cuanto más avanzaba en la narración, más se desligaba de
su entorno. Giraba el mundo, el tráfico, paseantes y sombras, y ella
permanecía inmóvil, inmersa en su aventura. De pronto, todo estaba
detenido. Y en el silencio blanco, dos esculturas se desperezaron. El
guerrero mapuche y el conquistador extremeño se le acercaron y,
dejando a un lado lanza y cruz, se sentaron flanqueándola, fijando sus
ojos atónitos en las páginas del libro. Cecilia les sonrió y siguió leyendo
La Araucana.

Javier Aguirre

68
69
Bases del Certamen Literario Gabriela Mistral 2010

1. Podrán participar estudiantes de 6º Básico a 4º Medio, tanto del Liceo


Gabriela Mistral de Temuco, como de otros establecimientos, ya sean de
Chile o del extranjero; en este caso las edades de los concursantes
habrán de estar comprendidas entre los 10 y los 20 años.
2. El tema de los trabajos presentados deberá estar relacionado con la
figura o la obra de la poetisa Gabriela Mistral, en cualquiera de sus
facetas, como pensadora, educadora, poeta, siempre gran mujer.
3. Los trabajos no tienen límite de extensión.
4. El género de los trabajos presentados es libre. Se pueden presentar
narraciones, poemas, ensayos, poemas visuales… se valorará la
originalidad.
5. El plazo final para la presentación de los trabajos será el 31 de mayo de
2010 al mediodía.
6. Un jurado deliberará y otorgará un Primer Premio y las menciones que
considere oportunas, y se hará entrega de los mismos en una ceremonia
que será convenientemente anunciada.
7. Los trabajos a concurso se podrán enviar presentar en el Laboratorio de
Inglés del Liceo Gabriela Mistral o directamente en mano a los
profesores del departamento de Lenguaje y Comunicación, con los datos
personales en sobre aparte cerrado, en el que se lea el título de la obra
y seudónimo, o por e-mail a sayencotaller@yahoo.es adjuntando los
datos personales y el trabajo en archivos separados, señalando en el
asunto “Concurso Gabriela Mistral”.
8. Las obras ganadoras serán incluídas en una publicación en honor de
Gabriela Mistral.

70
Ilustraciones y poemas visuales (páginas): Miguelángel Zorrilla (7,37,49,63,67)
Andrea Sierpe (páginas 3,17,22,23,26,45,55,66); Felicidad Pérez Perea (9,18);
Consuelo Martínez (19); Nancy Cifuentes Palma (16,25,46); Karina Campos (43);
Gerardo Araneda (21, 47); Romina Fernández (53); Javier Aguirre (1,2,4,5,6,10,11,
15,24,30,31,32, 33,36,38, 39,40,41, 48,50,51,52,54,57, 59,60, 61,62,64,65). Alberto
Giacometti, “El caminante”, escultura. (12); Julio Cabezas (68); imágenes tomadas
de los blogs de los propios poetas: (40,56,68).

Poemas y cuentos: Gabriela Mistral, “Amanecer” (2); Traducción al mapudundun:


“Liwen” Cristian Kalfuman (2); Vicky Sáez, “A nuestra Gabriela Mistral” (4); Francisco
Javier Irazoki, “Baños”, poema en prosa (6); Miguelángel Zorrilla Larrea, Poemas de
Extasis de bolsillo (8) y “Terpsícore” (9); Lucy Sepúlveda, “Ser chilena o chileno” (10);
Sara Castelar Lorca, “El caminante” (12): Benjamín León, “Elegía” (14); Javier Arnáiz,
“No te vayas” (16); Paulina Contreras, “Oleaje” (18); Consuelo Martínez Astorga,
“Miraré…” y “Tarde Otoñal” (20); Gerardo Araneda, “Cuando se enojan…” (21);
Perfecto Herrera Ramos, “Amanecer” (23); Selva Saavedra, “Ex árboles” , con su
traducción al mapudungun de Juan Ñanculef (25); Sergio Oiarzabal, “Alud” (27);
Octavio Fernández Zotes, “Imposible poesía” (30); Cristina Cambareri “No escribo
nada, pero me dan ganas”, (32); Juan Carlos Durilén, “Hojas de Haiku” (34); Carmen
Hernández Burgos, “Mitad mentira” (36); Inanna Tammuz (Nadia Hindi), “El haz
dorado” (38); Óscar Alberdi Sáenz, “Con ganas de retorcerle un dedo a la muerte”
(40); Consuelo Martínez, “Tendré lluvias de otoño en verano” (42); Katherine Antipe,
“Esencia de hermanos”, (44,45); Gerardo Araneda, “Entre los chilcos” (47); Daniela
Barrenechea Neculqueo, “Distancia” (48); Taller Sayenco, “Receta poética” (50);
Bárbara Mora, “No cuentes” (52); Nicole Calfuman y Mailen Sepúlveda, “Dos
poemas de amor de dos jóvenes esperanzadas”, (54); Ana María Díaz Pérez, “Para
no olvidarlo” (56); Paulina Shinyiro Contreras, “Noticia de Carmen Boleros” (58); Julián
Borao, “Volver” (60,61); Elisa Berna Martínez, “Nombrando” (62); Javier Aguirre Ortiz,
“Chile, levántate”(64), Perfecto Herrera,“Inutilidades” (66); Javier Aguirre, “Telúrico” y
“Extremos” (68); Bases del Concurso Gabriela Mistral,(70).

71
72

You might also like