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MITOS Y VERDADES SOBRE LAS VITAMINAS

Creencias muy extendidas que no siempre son reales.

1. Las vitaminas engordan.

FALSO. Las vitaminas NO tienen valor calórico, pero la deficiencia de vitaminas de los grupos A y B
puede disminuir el apetito. Al tomar vitaminas vuelve a normalizarse el apetito. Sin embargo, también
aumenta el metabolismo al reponer las vitaminas B y como resultado, se queman más calorías.

2. La recuperación de una deficiencia de vitaminas varía.

VERDADERO. Puede ser lenta o muy rápida. En la curación del escorbuto (deficiencia de vitamina C), se
observa la desaparición de las hemorragias en 24 horas y gran parte de los síntomas desaparecen en 10
ó 15 días.

3. Una persona con sobrepeso no puede estar malnutrida.

FALSO. Las deficiencias no tienen tanto que ver con la cantidad de comida sino con la calidad de la
alimentación.

4. Aunque no se tenga una deficiencia, un aporte extra de vitaminas, es bueno.

FALSO. En principio, si no se tiene una falta de vitaminas, un mayor aporte de vitaminas no va a


producir un beneficio. Si consumimos un suplemento que contenga vitaminas en dosis excesivas es
posible desarrollar una hipervitaminosis. En la mayoría de las vitaminas sus excesos son inofensivos,
pero con las vitaminas A y D hay posibilidad de toxicidad

5. La deficiencia de vitamina C produce enfermedades.

VERDADERO. Hay evidencia de que la deficiencia de vitamina C, así como de otras vitaminas como la
vitamina A o las del complejo B, puede afectar al sistema inmunológico.

6. El consumo de alimentos ricos en vitamina E disminuye el riesgo de cáncer.

VERDADERO. Hay alimentos que contienen antioxidantes como la vitamina E, en los comprimidos no se
pueden adquirir esos beneficios.

7. Se deben consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras para evitar deficiencias.

VERDADERO. Basta que no se sigan las recomendaciones mínimas de consumir cinco porciones de
verduras y/o frutas al día para que no se lleguen a cubrir las necesidades diarias básicas.

LNCA Verónica Plascencia


¡Cuidado con el consumo indiscriminado de vitaminas!
Si una persona necesita vitaminas, la suplementación produce cambios notables inmediatos, pero en personas
con adecuados niveles sanguíneos de vitaminas no se observa alguna mejoría

Las vitaminas son compuestos orgánicos que realizan funciones metabólicas, se requieren en miligramos o menos.
La falta de vitamina en la ingestión diaria de alimentos causa ciertos signos y síntomas característicos. En
ocasiones la deficiencia es tal, que se presentan signos y síntomas mezclados de varias vitaminas e inclusive de
minerales, una suplementación correcta disminuye la sintomatología.

Para una evaluación específica del estado nutricio en el apartado de vitaminas, necesitas una cuantificación de
cada una de las vitaminas y a través de diferentes métodos y el uso de muestras en orina, suero, plasma, sangre
total y leucocitos.

Si una persona necesita vitaminas, la suplementación produce cambios notables inmediatos, sobre todo en su
rendimiento habitual. No obstante, en una persona que posee un nivel aceptable de vitaminas en sus células y
tejidos y que por lo tanto en su alimentación diaria existe una cantidad suficiente de ellas, no se observan
beneficios en su rendimiento; incluso en algunos casos con buenas concentraciones en los tejidos de vitaminas se
requieren concentraciones muy elevadas para poder observar algún efecto benéfico en el rendimiento.

Entonces ¿cómo saber si necesitas vitaminas? Lo indicado es valorar la presencia de un signo o síntoma y después
de realizar una evaluación minuciosa se determinará de cuál o cuáles vitaminas existen deficiencias y entonces se
toma la decisión de suplementar la vitamina. De no haber tal sintomatología, entonces no es recomendable una
terapia vitamínica, puesto que la alimentación suficiente y adecuada es el recurso ideal para mejorar el
rendimiento diario y mantener un adecuado estado nutricio y buenos niveles de vitaminas.

La toxicidad de las vitaminas era hasta hace algunos años ignorada, se creía que las vitaminas eran inofensivas en
cualquier concentración y que su suplementación no debería ser tan cuidadosa. Sin embargo, hoy se conocen
síntomas característicos de toxicidad para algunas vitaminas como: A, D, K, vitamina C, niacina (B3) y tiamina (B1),
para esta última se ha identificado una reacción de tipo anafiláctico, ya que existe hipersensibilidad a
concentraciones elevadas.

No es posible una toxicidad de vitaminas obtenidas a través de los alimentos, debido a la baja concentración de
vitaminas presentes en éstos, porque se requeriría una cantidad enorme de alimentos para lograrlo. La toxicidad
se observa por el consumo inadecuado de complementos vitamínicos, llegando a una ingestión indiscriminada de
vitaminas sintetizadas.

Aunque se conoce poco sobre la toxicidad de las vitaminas hidrosolubles (Vitaminas del complejo B y la votamina
C), en la actualidad se sabe que el riñón se encarga de filtrar estas vitaminas y son eliminadas, sin embargo, a
largo plazo se altera la capacidad de filtración del riñón, pero aún no existen estudios confiables de la toxicidad de
este grupo de vitaminas.

Ante todo lo anterior, es primordial antes que pensar en una suplementación de vitaminas sin prescripción
supervisada por profesionales de la salud y en especial en el rubro de la alimentación se asista a una evaluación y
asesoría nutricional realizada por un médico internista o nutriólogo para conocer la calidad de la alimentación y el
estado de salud integral y así saber con precisión si es necesaria una suplementación y sea debidamente prescrita
para cada persona.

LNCA Verónica Plascencia

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