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Señores y señoras… ¡Cuidado con sus genios!

Los seres humanos son lo que sus padres hacen de ellos. Ralph Waldo Emerson

Permítanme presentarme; he aquí un chavo de 18 años de edad, de cortos sueños de


gran alcance, que se tomó el tiempo para platicarles una pequeña historia tan cierta
como posible sea.

Érase una vez un niño, tímido para los de su edad, curioso para los adultos y un tanto
“inteligente” para la sociedad; este niño creció en un ambiente extrovertido
familiarmente hablando, a los 4 años cantó enfrente de todo su kínder (con padres
incluídos), entró a los 5 años a la primaria, a los 7 aprendió a tocar el piano, un niño al
que siempre le gustó competir, aprender, bla bla bla.

Nunca he sido muy detallista, al menos que de mujeres se traté, así que entraré de lleno
a lo que es/fue mi historia.

De niño, morro, plebe, infante, cría o como lo gusten llamar, no fui alguien de muchos
problemas, ni escolares, ni familiares, emocionales, ¡nada! Por suerte, mi madre se dió
cuenta de que había un detalle del que ni siquiera yo me había percatado que me
sucedía. Un día aquella señora le dijo a ese niño introvertido de unos 8 años y de pocos
amigos:

- ¡Ya deja ese nintendo! ¿Porque no vas a la calle a jugar un rato con tus
amiguitos?
- Pero no tengo ganas de salir a la calle – contesté.
- Si no es pregunta, además ya conoces a dos niños de la cuadra, así que ve
ándale, te doy permiso; y que si no vas te castigo ese juego durante una semana.

Ante tal trato no pude negarme, así que decidí salir, eso fue un día, dos, tres, una
semana… y hasta la fecha me gusta salir a la calle, pero no por callejero, vándalo o
cualquier adjetivo de mal gusto que se pueda aplicar, sino porque ahí he aprendido
cosas que no vienen en los libros.

Nota: ese niño introvertido se convirtió en un niño socialmente activo o más que eso,
cosa de la cual aún agradece enormemente a su señora madre. (No, no se detenga de
leer, no quiero ser mala influencia, solo otro punto de vista)

Mi madre sabía que debía aprender a vivir… claro, no es fácil, y mucho menos para
aquellos seres extraños que podemos llegar a ser, solo por ser un poco diferentes.
¡Advertencia!
Está por llegar a la parte donde empieza lo que tal vez sea prudente considerar.

¿Alguna vez ha pensado que si es difícil encaminar a un niño genio… como sería
encaminar a un “puberto” genio?

Permítanme platicarles mi experiencia durante mi comienzo y trayecto de la tan famoso


etapa llamada “adol-escencia”.

11 años de vida, 3 años de salir a la calle, más de 20 diplomas; es hora de entrar a la


secundaria. La primera semana de clases y ya había escuchado groserías, vulgaridades,
castigos por rebeldía, y algunas cosas (sobre sexo por ejemplo) que aún no sabía que
eran; no era el mismo, en mi cabeza se iban creando más y más dudas, y no
necesariamente tenían que ver con historia o matemáticas; la pubertad había llegado
física y socialmente.

Se me habían quitado las ganas de participar en casi todos los concursos, me fijaba más
por mi apariencia que por mis calificaciones, me aburría horriblemente en la mayoría de
las clases, y no sabía discernir que era lo correcto y lo incorrecto, pues lo que para mis
padres parecía excelente para mis amigos era de lo más extraño, nerdo, pasado de
moda, impopular y lo que para mis amigos era lo mejor (lo que rifaba), para mis padres
era rebeldía, vandalismo, peligros innecesarios. Entonces entré en la etapa de

¿Ah caray, y como aquí que procede?

Entonces, apareció un señor al cual con orgullo le puedo llamar mi padre, que dándome
consejos, diciéndome qué era lo que perdía o que ganaba haciendo tal o cual cosa supo
guiarme de lo mejor.

Pero… ya hablando con un poco más de confianza les platicaré como era mi hábitat en
ese entonces (sí, había sexo, drogas, alcohol, rock n’ roll, graffitti y MUCHA curiosidad; pero
vámonos por partes que seguramente han de pensar que me convertí en todo un
criminal, vicioso y demás; les voy a contar el final de la historia: no fue así y la gran
mayoría se lo debo a mi familia). Aclarado el punto, continuemos.

Mi pasatiempo favorito a mis 12 años (ya me encontraba en segundo de secundaria,


pero las dudas estaban más fuertes que nunca) era salir a la calle con mis amigos, jugar
fut, tocar la guitarra… pero sentía que necesitaba probar aquello que la gente
consideraba peligroso, que las averías de tocar un timbre y correr pasaran a un nivel un
poco más complejo.

Lo primero que llegó fueron las fiestas y con ellas el tan aclamado alcohol, me moría
por saber que era y no teóricamente hablando, estaba consciente que era adictivo y
nocivo para la salud ¿Pero porque a tanta gente le gustaba? (Mi yo interno se
preguntaba). Decidí entonces pedirles permiso a mis padres para ir a fiestas, cual va
siendo mi sorpresa que hasta mi hermana me llegó a dar consejos (muy buenos) sobre
como evitar los peligros de las fiestas; me dio tips que hasta la fecha me han servido y
que no es de los que escucharías a veces de algún padre de familia (pero ¡Ojo! No
porque ignoren el hecho de que existen riesgos en las fiestas, no los van a evitar; mejor
platiquen con sus hijos). Me dieron consejos como: si bebes, no tomes mucho pues no
estas acostumbrado, no lo hagas rápido, evita las corrientes de aire, pide que siempre te
lo sirvan delante de ti, no dejes solo tu trago en la mesa, etc., consejos que me aprendí
mejor que las tablas y que funcionan mejor de lo que parecen; con estos consejos conocí
pasivamente lo que es el alcohol y me honra decir que tomo muy raramente (para ser un
chavo de 18 años), que me divierto igual o más en una fiesta cuando no consumo
alcohol, que entendí que las fiestas son para celebrar (no para tirarse a la perdición) y
que jamás he manejado en estado de ebriedad.

Pero ¿Y la inteligencia, o bien, la forma de pensar como puede ser de mal uso durante
esta etapa de la vida?

Entrando a ejemplos más concretos, aparte de la manipulación de personas, hacer cosas


a mi conveniencia, parecer inocente cuando en verdad no lo era, hacer trampa entre
muchas más. Cuando cumplí 14 años de edad y con el toque de malicia que me había
proporcionado mi entorno, decidí investigar un poco sobre algunos conceptos de la
computadora, programación y todo con el fin de conseguir algunas contraseñas, solo por
diversión. A la semana de estar estudiando cuidadosamente conceptos y formas de
ataque, encontré la manera más sencilla de llevar acabo mis propósitos; así pues llegué a
ponerle unos programitas a las computadoras de un ciber local (espero que el dueño del
ciber de por mi casa no lea esto) para que toda aquella persona que se metiera a esas
computadoras me proporcionara gentilmente sin su consentimiento su(s) contraseña(s)
para divertirme con ella(s). Así es, invadía la privacidad de algunas personas solo por
diversión; le platiqué esas situaciones a mi cuñado, quien sutilmente me regaño a la vez
que me ofrecía enseñarme a programar si le ayudaba con su trabajo, yo feliz de la vida,
dejé de hacer aquellas averías para aprender, y aunque hasta hace poco retomé por la
escuela lo de programación, fue mi cuñado quien me guió sin yo darme cuenta en ese
entonces.

Pero como todo ñoño rebelde, hacer travesuras en la computadora seguía siendo muy
nerdo para algunos de mis amigos; así que empecé a acompañarlos a sus aventuras a las
3:00 a.m. por la ciudad viendo como hacían de las suyas pintando escuelas y no con
brocha, sino con unas latas para “graffitear” su nombre. Para no hacer el cuento largo,
yo también hubiera caído en eso sino fuera gracias a mis padres que me dijeron: mira
Junior, aquí en esta pared de tu cuarto puedes rayar lo que se te pegue la gana, para que
no andes rayando donde no debes. E hice un pequeño mural, y solo bastó eso para
hacerme reaccionar que no valía la pena andar rayando sin permiso por ahí sin siquiera
algún motivo lógico.

Uhhh!! Pero hay algo que si hay que tratar con pinzas, algo a lo que la gente le suele
llamar “drogas” (y no necesariamente hablo de deudas); no fue una, dos, tres, cuatro…
en fin, incontable cantidad de veces que ví, estuve cerca, me ofrecieron, hasta llegué a
cargar las drogas (marihuana, cocaína, éxtasis principalmente)… pero JAMÁS probé
una sola y gracias principalmente a dos factores: buenas amistades y una excelente guía
en mi familia (tengo que admitir que mi hermano mayor fue quien más me ayudó a
decir “no!!” ante tales situaciones, gracias hermano). Digo, porque no es fácil decirle
que no a un drogadicto que te ofrece amablemente de su querida droga, hay que saber
como alejarse de manera que no le resulte ofensivo (no querrán conocer a un drogo*
furioso por haberlo despreciado).
*Drogo: Persona o sujeto que utiliza frecuentemente narcóticos u otros factores inhibidores o estimulantes prohibidos
por la ley.

En fin, todo tipo de actitud protestante me la sabían acomodar para que fuera de bien, en
las fiestas me guiaron hacia el baile, en el rock me dieron la oportunidad de entrar a la
escuela de música, en la pintura (graffitti) me pusieron mi pared, en la dizque hackeada
me apoyaron para aprender sanamente, en mi actitud rebelde me lancé como consejero
de mi preparatoria, mi agresividad la aprendí a controlar por medio del taekwondo, etc.

Tal vez fue experiencia, suerte, la crianza de tres hijos antes de mí, todas las anteriores,
en fin; solo sé que mis padres y familiares le atinaron a guiarme como buen ciudadano,
como persona activa socialmente, como lo que soy…

(Breve autobiografía: medallero regional de taekwondo; participé en torneos locales de


futbol; concursante, representante y/o ganador de competencias de conocimientos,
filosofía, química, física, biología, ortografía, cuento, poema, cartas a Bernardo
Esquinca, oratoria, matemáticas, ecología, entre otras; ex consejero de la preparatoria
vocacional UDG; un toque de músico; miembro más joven de MENSA México en el
año 2008 –no sé si aún lo siga siendo- ; actual estudiante de Ingeniería Biomédica en la
Universidad de Guadalajara (adelantando materias); y orgulloso miembro del
TELEGENIO)

Entonces padres de familia ¿no creen que es una excelente oportunidad el poner a sus
hijos y ponerse ustedes en contacto con profesionales en el área de los superdotados?
¿no creen que sea idóneo el apoyar un proyecto tan genial, ambicioso y de gran impacto
como lo es el Telegenio? ¿De que sus hijos reciban la guía adecuada para llegar a ser
quienes son, quienes en verdad son?

Si se detecta que su hijo es superdotado no les asegura ni un cielo terrenal (vaya ironía)
ni tampoco un infierno en vida, pero si les puede asegurar una mente que al desarrollar
sus capacidades puede convertirse en un orgullo familiar, nacional, incluso una leyenda
del bien social… pero también puede convertirse en la peor pesadilla que jamás hayan
tenido. Señores, señoras, amigo, hermano, familiar… ¡¡Cuidado!! Ser superdotado es
tema serio.

Para finalizar con los puntos de vista de este joven que busca lo que ya encontró solo
para encontrarlo mejor, me imagino que muchos creerán que el estimular a un niño
desde que es pequeño para dar todo su potencial es crearlo en una especie de máquina,
déjenme decirles que eso y creer que la tierra es plana es exactamente lo mismo
¿quieren regalarle algo que en verdad vaya a valorar su hijo por el resto de sus días?
Solo denle apoyo, y en Telegenio saben como hacerlo. Mi familia fue mi mini-
telegenio, así que se los dejo a su criterio, si yo fuera niño de nuevo sé exactamente lo
que pediría. No hay porque dejar a la suerte lo que puede ser el futuro de su hijo, yo
apoyo al Telegenio ¿usted?

Solo recuerde, si es difícil criar a un niño superdotado, ¿qué tan difícil puede llegar a ser
el guiar a un adolescente superdotado?

Por algo se empieza, y que mejor forma que esta fundación para empezar.

El callar y el omitir son tóxicos para una sociedad que está sedienta de acción y
palabra. Junior S. López

Atentamente.

Aquél loco que escribió todo esto: Junior S. López Yépez


ANEXO

Las siguientes fotos son principalmente para ½ corroborar que lo que dije en el relato fue cierto; además para
agradecer a mi mini-Telegenio: mi querida familia y amigos… me gustaría incluir a todos mis parientes y amigos que
me han apoyado a lo largo de mi vida, pero creo que el archivo sería bastante pesado.

A todos ellos, los que estuvieron, los que están y los que vendrán ¡¡GRACIAS!!

*Con mi hermana Suemy.

*¡¡Viva la ciencia y la fiesta!!


*Mis tres hijas.

*Mi señor padre.

*Mis compañeros de la Universidad (Ing. Biomédica).


*Mis amigotes del alma (de izquierda a derecha: Felipe, Karen y Mario)

*El mural en la pared de mi cuarto

*Taekwondo.
*Mi novia y amiga Alejandra.

*El loco al que se le ocurrió todo esto.

¡¡GRACIAS POR SU TIEMPO!!

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