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Análisis del Sistema Cultural desde el Mito de creación de los Huicholes

Juan Manuel Galván Rivera


Julio Sánchez Angulo
Junio de 2009
Ecología Humana
Aún cuando la cultura tenga un origen y leyes distintas de aquellas que rigen el fenómeno biológico, esta diferenciación
no implica una total autonomía
Rappaport y Vaida, 1971
Somos construidos como máquinas de genes y educados como máquinas de memes, pero tenemos el poder de rebelarnos
contra nuestros creadores
Dawkings, 2000

Keywords: sistema cultural, entidades culturales, interacción cultural, estructuralismo, ecología

cultural.

Objetivo
En el siguiente trabajo, analizaremos los elementos culturales del mito de creación de la
comunidad Wirarika a través de las interacciones de entidades por medio de los interactores
considerando al mito como replicador de un sistema cultural que no está ajeno a entidades
externas que a través de la interacción generen una resignificación del mismo. A la vez
intentaremos lograr un planteamiento metodológico para una investigación que permita
explicar los cambios culturales que hay dentro de un sistema a través del análisis
estructural.

Introducción:
Plantear analizar la dicotomía entre sociedad-ambiente, nos lleva a profundizar hasta puntos
finitos las interacciones y fronteras de los elementos que le dan esencia a cada uno y
posiblemente hasta identificar los núcleos clulturales llamados así por Steweard cultura
core, por lo que no podemos aislarlos y verlos por separado. A lo largo de la historia de la
ciencia se ha mantenido un recelo de uno a otro, pero consideramos que hay los elementos
para hablar y proponer una metodología que nos permita ampliar a través de la
interdisciplinariedad las formas de observar y analizar tantos los hechos sociales como los
hechos naturales.
Ya en la antropología a través del relativismo cultural de Boas, se planteaba el
análisis de la cultura en relación con su entorno, sólo que se veía muy aislado y ajeno a un
entorno fuera del sistema cultural, hubo posiciones extremas de algunos seguidores
Boasianos a las que Leticia Durand refiere, “la cultura debe ser abordada, de acuerdo con
Kroeber, a partir de sus propias manifestaciones, pues no existen causas exteriores que
puedan explicarlas“, (Durand,2002:171).
Hoy en día no podemos seguir aislando las interacciones y dejar de considerar los
factores ambientales que determinen cierto sistema cultural, Geertz en Durand sugiere que,
“es imposible pensar en un sistema de interacción donde se generan relaciones dinámicas
que provocan movimiento o desarrollo” (Durand,2002:172) y estos movimientos por ende
nos llevan a generar o reestructurar la cultura de cualquier grupo social enclavado en un
sistema biótico, así como a la inversa los mismos comportamientos culturales en un tiempo
biológico generarán cambios que después podrían ser patrones genéticos en cierta
población.
La pregunta es en qué debemos focalizar nuestro análisis para una aproximación de
las causantes de cambios culturales en un grupo social. Consideramos que el proceso de las
interacciones sería el punto focal para su mayor aproximación. Morán en Durand lo sugiere
así, “Steward rompió con los planteamientos de la antropogeografía y el posibilitismo, ya
que para él el elemento crucial en el análisis no eran ni la naturaleza ni la cultura, sino el
proceso de interacción entre la organización social y los elementos del ambiente apropiados
por un grupo cultural” (Ibid). Por ello consideraremos al proceso de interacción como
primordial para la propuesta metodológica aquí planteada.
El proceso de las interacciones para este trabajo serán los grupos de individuos, ya
sea la comunidad en conjunto, los marakames, el consejo de ancianos, la misma familia o
un individuo Huichol que serán referidos como interactores (ver diagrama 1) quienes
puentean entre el mito como replicador y las instituciones sociales como elementos
culturales, viajando a través de flujos de información cultural que no está ajena a un
contexto social y ambiental y que nos permitirán identificar los núcleos culturales que
mantengan y se sigan reproduciendo o los que sean modificados, para así conocer que
determinan sus modificaciones.
Identificar los núcleos culturales nos llevará a analizar los factores que determinen
un mayor peso hacia los elementos sociales o los elementos ambientales. De entrada
consideramos que debe de existir una interacción de ambos y la dialéctica llevada entre
ellos es lo que nos va generando las diferencias y conforme al contexto donde se dé y cómo
se da la dialéctica, podremos identificar los elementos determinantes que den ventajas de
uno sobre otros y no tanto identificar cuál es más presencial o primigenio, sino cual tiene
mayor presencia en un determinado punto.

Mito cosmogónico huichol


Los primeros seres del mundo no eran huicholes sino hewi y nanawata, que eran personas y
animales al mismo tiempo. Los nanawata vivían cerca del borde del mundo en los cuatro
puntos cardinales, mientras que los hewi establecieron su morada cerca del hoyo central del
que habían surgido y donde se radicaron después de haber vagado por las cuatro regiones a la
búsqueda de un lugar apropiado. Ya la bisabuela naturaleza Nakawe estaba en el mundo,
cuidando de las personas animales y de las plantas y demás cosas que vivían en la tierra.

En aquellos tiempos nadie sabía nada del peyote. Además, había total oscuridad, ya que el sol
aun no había aparecido. El fuego según el mito huichol, no era conocido en el Mundo celestial,
hasta que una zarigüeya Yeuxu, que tenía una conexión especial con el infierno y los muertos,
se arriesgo a entrar a dicha región infernal y se las ingenio para robarle el fuego a su terrible
guardián.

Un hewi llamado Watakame, estaba marcando y cortando árboles y matorrales con su hacha
de piedra, preparando el terreno para sembrar maíz, fríjol y calabazas. Cada noche regresaba
agotado a su casa, después de desmontar y quemar para la siembra, pero al día siguiente
siempre descubría que lo que había desmontado estaba otra vez en su lugar. El no se lo
explicaba, hasta que la Abuela Naturaleza Nakawe, con su bastón sembrador de bambú se le
aprecio, y el se dio cuenta que era ella la que había puesto en orden lo desmontado. Con la
razón de que su preedición era no valía la pena sembrar, ya que todo estaría sumergido por un
diluvio, y solo Watakame sobreviviría. La diosa consigo llevaba a una perrita de color negro
con una mancha blanca, le enseño al hewi como hacer caja de agua, parecida a una balsa, con
materiales del árbol de ámate, y le comento que se lleva vara consigo a la perrita. Cuando el
agua subió, la abuela encerró a los dos en la caja, y se sentó sobre de ella remando por las
cuatro regiones del mundo. Después al bajar el agua, puso la caja en la tierra y empezó a
devolver la vida a las plantas y animales. Watakame y la perrita se albergaron junto a unas
rocas, y empezaron a buscar las cinco mazorcas para sembrar maíz. Puesto que él no tenia
esposa, se preguntaba quien le haría sus tortillas y su atole. Cada noche a su regreso de
coamiliar, se encontraba con atole y tortillas, preguntándose que pasaba ahí, le pregunto a la
anciana que pasaba. Al día siguiente observo como la perrita se ocultaba detrás de la cueva, y
de rato vio como salio una mujer joven desnuda, con un jarro de agua. El siguió las
instrucciones de la diosa abuela, y el entro a la cueva y observo la piel de la perrita con el
lunar blanco en el cuello, a lado estaban las cosas para preparar tortillas, el metate y la piedra
de moler, y la blanca agua de nixtamal. Por instrucciones de la abuela, el arrojo la piel al
fuego, y después se escucharon hacia fuera unos gritos de la mujer, “me estas quemando”,
rápidamente le hecho el agua para nixtamal en el cuerpo. Los huicholes comentan que por eso
no están blancos, ni negros si no de un color quemado. Ya de Watakame y la Mujer perro, ya
trasformada en ser humano, descendió la nueva raza de los hombres.

El nacimiento del padre sol (Tayaupa) se origino en tiempos antiguos, donde las personas-
animales le preguntaron a la Bisabuela Nakawe que podían hacer para que hubiera luz solar.
Luego de una asamblea uno de ellos tenía que auto-sacrificarse, así un joven huerfano hijo de
la diosa de la tierra y del maíz Utuanaka estaría dispuesto al reto de aventarse al fuego, la
diosa no quería que su hijo muriera, pero el joven quería ayudar a la gente para que tuviesen
su Padre Sol. La abuela Nakawe, y el abuelo fuego Tatewari le comentaron a las personas que
siguieran el sendero subterráneo del joven hacia el este, donde asistirían a su nacimiento en el
Cerro Quemado, en el desierto en San Luis Potosí, en wixikuta. El sol salio de su madre tierra,
el se encontraba agotado por su largo viaje subterráneo lleno de obstáculos con peligrosos
animales, donde subió por las cinco escaleras para lo mundano. Para facilitar el correcto
acenso del fatigado padre sol, el Mara’akame Tatewari, le pidió a Kauyumarie (hombre-
venado) enseño a la gente a construir una silla para el cansado sol, donde actualmente se
sientan los mara’akames. Sacrificaron a un niño para que su sangre vital alimentara al Padre
Sol y de diera suficiente fuerza para poder viajar por el cielo hacia el sur y el oeste, a la
distancia correcta, de modo de iluminar el mundo y hacer que maduraran el maíz y otras
plantas. El shaman Tatewari, estaba ubicado entre los humanos (como antepasados, ellos
mismos shamanes) y los poderes hostiles del universo, incluyendo a las fuerzas potencialmente
inherentes al Padre Sol (otro shaman). Es importante por que ahora el shaman se le nombra
como intermediario entre esos antepasados y se le nombra sucesor del fuego. El sol según los
huicholes pueden enviar flechas de enfermedad a una persona, mientras que el abuelo fuego
usa la enfermedad como castigo de una trasgresión ritual o como recordatorio de una
obligación sagrada o descuidada. Por ello los únicos que pueden curar son los que están en
completa comunicación con estos dioses, que es el mara’akame.

Cacería del hermano mayor. En los tiempos antiguos luego que Tatewari y Nakawe, con la
ayuda de kauyumarie ordenaran el mundo, el gran Mara’akame, reunió a los antepasados
para celebran una asamblea, aquellos antepasados eran dioses, algunos venían de los cuatro
puntos cardinales. Todos aquellos dioses, se quejaban muchos males. Uno sufría de dolor de
estomago, a otro le dolía el pecho, y un tercero las piernas rígidas, otro se había golpeado la
cabeza. Le preguntaron a Tatewari que estaba ocurriendo, “hemos venido a ti para que nos
cures, pues eres el gran mara’akame que hace y deshace” Gracias a sus poderes el gran
shaman adivino todas esas afecciones, se debían a trasgresiones, pues el mara’akame de las
normas establecidas por antepasados. Les pidió que fueran a cazar peyote, donde el sol habría
nacido. Los dioses se prepararon para ir peregrinado elaborando sus ofrendas para ir hacia el
lugar luminoso, donde recogieron agua que dejaban las diosas del agua. Ya estando ahí, el
gran mara’akame vieron huellas de venado, intentándolo cazar, las huellas que dejaban se
convertían en peyote, ya cazándolo y agonizando el peyote, vieron que no se moría si no se
convertía en peyote, así le cantaron y le bailaron, dado que su carne era también peyote.
(Anguiano y Furst, 1978:28-43)

Por qué tomar el Mito como replicador de un sistema cultural


La acumulación del discurso a lo largo de la historia de un grupo social se convierte en la
identidad y más que en el elemento deontológico, en lo que permite ser en un tiempo y
espacio a cada individuo de la comunidad.
Por ello hemos considerado pertinente partir del mito como elemento raíz de todo
un sistema cultural, que Levi-Staruss en Giobellina y González lo sugiere como, “El mito,
así construido como objeto de análisis, es definido por su carácter de organizador
intelectual de la experiencia, como la operación originaria por la cual el flujo de esta
experiencia es articulado por un esquema ideacional”, (Giobellina y González:246) a través
de su análisis pretendemos identificar la relación cultura-ambiente de los elementos
específicos cómo núcleos culturales, los cuales son; a) caza y recolección de venado y
peyote, b) transmisión generacional del mito, c) práctica médicas tradicionales.
El ritual es lo que nos permitirá a través de la etnografía unificar entre el mito
(replicador) como ethos y las prácticas que nos hacen palpar empíricamente las acciones
realizadas
Para el trabajo
por loshemos
individuos
considerado
huicholes
dos(interactores).
propuestas teóricas
Por lo que
queelnos
análisis
permiten
de lasanalizar
prácticasy
del rito nos permitirá
profundizar en la propuesta
a travésmetodológica
de la empíricatanto
vislumbrar
de los el
elementos
discurso culturales
del mito. (social) como
los ambientales (naturaleza). Primeramente con la obra de Hull (1982) con su teoría general
Diagrama
de los procesos
1 de selección a través de Sergio F. Martínez y León Olive, y de Dawkings
(2000) con su propuesta teórica de la memesis.
Hull propone que;
“la caracterización de los entes funcionales que son pertinente para que un proceso
de selección constituya un proceso evolutivo. Estos entes funcionales son de dos tipos (i)
replicadores y (ii) interactores. Un replicador es un ente que pasa su estructura casi intacta
en replicaciones sucesivas. Un interactor es un ente que interactúa como un todo con su
medio ambiente de manera tal que esa interacción provoca que la replicación sea
diferencial” (F. Martínez y León Olive:20)
Además de darle el valor de replicadores a la comunidad Huichol en general donde
entra tanto la población Wirarika, la familia, los Marakames, el Consejo de ancianos y
curanderos, los hemos nombrado replicadores internos del sistema cultural a analizar. Fuera
del sistema cultural tenemos los replicadores externos que son los sujetos ajenos a la
cultura Wirarikam, pero que a través de instituciones públicas y/o externas a la comunidad
se hacen participes de rituales que van generando modificaciones al núcleo cultural, por
ejemplo turistas, médicos alópatas, agrónomos, biólogos, antropólogos, lingüistas,
maestros normalistas, sacerdotes católicos, etc.
Al decir que el replicador, en éste caso el mito pasa su estructura casi intacta en la
transmisión generacional, da oportunidad de analizar el papel de cada sujeto como
interactor y no olvidar el mundo de posibilidades que podría arrojar en comparación de un
gen que atléticamente nos atrevemos a decir se ven menos vulnerables de generar
alteraciones en el proceso de transmisión que una memesis en palabras de Dawkings. En
éste caso la personalidad e identidad a través del lenguaje juegan un papel trascendental y
las mutaciones culturales (Jenkins) serán infinitamente posibles. No hay que olvidar que
son tiempos diferentes en el que podría trabajar un gen al de un meme.
Al resultado de replicaciones sucesivas, Hull lo denomina linaje, el cual se va
resinificando conforme los núcleos culturales del mito que se ven afectados por el entorno
social y la presencia de interactores externos a través de políticas públicas, de presencia
física en su comunidad como son los turistas entre otros. Con esto no queremos caer en una
sustancialidad de la cultura Wirarika, simplemente deseamos identificar los elementos
externos posibles que generen mutaciones culturales y por ende alteraciones en los núcleos
del sistema cultural.
Por otro lado Dawkings propone las “memes” como categoría conceptual desde lo
social en comparación con los genes desde la biología, “Las modas en el vestir y en los
regímenes alimentarios, las ceremonias y las costumbres, el arte y la arquitectura, la
ingeniería y la tecnología, todo evoluciona en el tiempo histórico de una manera que parece
una evolución genética altamente acelerada, pero en realidad nada tiene que ver con ella”
(Dawkings,2000).
Así como existe una transmisión de información específica en la biología a través de
los genes, podríamos identificar una en lo social a través de las memes, “La transmisión
cultural es análoga a la transmisión genética en cuanto, a pesar de ser básicamente
conservadora, puede dar origen a una forma de evolución” (Ibid) éstas son las
características culturales heredadas generacionalmente. Él sugiere que; “Ejemplos de
memes son: tonadas o sones, ideas, consignas, modas en cuanto a vestimenta, formas de
fabricar vasijas o de construir arcos.” (Ibid).

Modificación del sistema cultural huichol a partir del contacto con otras instituciones
sociales.

Caza y recolección de venado y peyote.


Para el grupo étnico huichol, la cacería del venado cola blanca (odocoileus virginianus), es
de suma importancia para complementar sus ciclos religiosos durante el año. Esto con el
motivo de que exista abundancia económica, alimenticia, de salud, felicidad, y de la lluvia.
No solo dentro de la cultura huichol, sino que también, en sus oraciones que ellos realizan,
van plasmadas plegarias, que llevan mensajes de que estas necesidades humanas lleguen
aún más lejos, hacia los rincones donde los habitantes de México y de alrededor del mundo
habitan. Si llegara el momento de que no se pudiese cazar, o mejor dicho de tener a la mano
uno de los animales sagrados para los huicholes como es el venado cola blanca, seria todo
lo contrario que se ha dicho al respecto sobre la abundancia, según la cosmovisión de esta
cultura, la carencia de necesidades se expandiría por todas las culturas, principalmente en la
extinción de los huicholes.
Actualmente para los huicholes, la casería de venado cola blanca sea tornado de
dificultades, por la debida razón, de que donde se encuentra habitando este animal, es
territorio privado, perteneciente a ejidatarios de los Altos de Jalisco, y del norte de
Zacatecas. De igual forma, los permisos para la casería, elaborados por el Gobierno del
Estado de Jalisco, están siendo aun más carentes, por el conflicto que se tiene con los
ejidatarios, por el acceso de los huicholes a su predio, y de igual forma con los permisos
para portar armas para la cacería. En esto sea tenido por parte de los huicholes, problemas
con los militares (SEDENA) por falta de permisos de armas, con consecuencias de hasta
quitárselas, o llegar hasta pagar un multa ya dentro de la celda.
Ya como se había explicado con anterioridad, el consumo del peyote es muy basto
entre los indígenas huicholes, que conlleva todo un proceso de ritualidades previas y
después de ir a recolectarlo al lugar mítico en el desierto donde nació el Padre Sol. Este
lugar con todas las reglamentaciones del Estado, actualmente está considerado como
reserva natural protegida por la SEMARNAT, donde también a la Secretaria de Turismo
promueve la misma como lugar mítico y exótico. Sin dejar a un lado las iniciativas por la
SEDENA, de “prohibir” el trafico de la planta a cualquier individuo no huichol. Esto que se
comenta, puede quedar en duda, dado que las reglamentaciones del Estado, son
desmoronadas si el ingreso del turismo y de la fomentación del lugar conlleva a grandes
sumas monetarias, y la SEMARNAT, estaría contradiciendo en sus discursos del área
protegida. ¿En que afecta esto en la cultura huichol? En el mito de creación, por la razón de
que es recientemente comercializado casi en todas las páginas Web que se hable de los
huicholes.
Así mismo, actualmente en Real de Catorce existe demandadamente la visita a este
sitio por parte de jóvenes mexicanos y extranjeros, los cuales son los primeros
consumidores del cactus peyote o llamado por los huicholes hikuri. No cabe duda, que en
estas páginas se plasman mensajes acerca de la cultura huichol y su manejo del cactus de
forma sagrada y de su peregrinaje que realizan a este sitio. Pero el mensaje que se otorga al
receptor, hace referencia al propagar un cierto consumismo, con la historia de los jóvenes y
su descubrimiento del peyote, donde el discurso plasma el sentimiento de que puedes
encontrar algo en el desierto, que es ahí donde los mismos huicholes encuentran su salud y
su bienestar. La forma de informar con este discurso que no tiene ninguna referencia de
donde se extrajo o quién es el informante que se los comunicó, contiene una escasa validez
en la cultura, que sin duda le beneficia más al propio Estado, que es el acumular el mayor
ingreso turístico, emitiendo una imagen sobre el “místico desierto de Real de Catorce,
donde se puede “llegar a ver a los huicholes peregrinando” y tú como joven puedes ver al
venado saltando por los matorrales donde luego se podrá convertir en un peyote/venado
sagrado, que es él, el que te otorgara la felicidad y la salud, cuando regreses a tu pueblo”.
Trasmisión generacional del mito.
El mito que se ha relatado, es contado desde hace ya años por los mara’akames hacia los
huicholes. Existe toda una gama de rituales cánticos de los cuales se toca el tambor por
parte de estos expertos chamanes, que hacen que los niños simbólicamente vuelen hacia los
lugares como Wixikuta, donde nació el Padre Sol, y el peyote-venado del sur. De igual
forma a través del mito de creación, el cumplimiento de la peregrinación como principal
objetivo de los huicholes, cumple una función importante dado que cualquier transgresión a
los antepasados que están de protagonistas dentro del mito, puede llevar a causar las
dichosas flechas de la enfermedad dentro de cualquier individuo. Por ello existe una
dicotomía entre esta flecha que a la vez puede ser maligna cuando simbólicamente se
encaja sobre el corazón, del humano, que es el principal organismo que los antepasados
tienen en sus manos, por ello puede ser benéfica para los humanos, porque a partir de la
elaboración de la misma, se puede llegar a la comunicación con los dioses, donde sus
peticiones pueden ser escuchadas, dejando las fechas en los lugares sagrados.

La transmisión de los mitos por parte del mara’akame


Los seres divinos y antepasados míticos, son los que mantienen una comunicación
con el especialista religioso, éstos a su vez son los que le otorgan el conocimiento, pero a
partir de un pariente que ha sido o sigue siendo un especialista religioso. Este conocimiento
otorgado por el pariente, es de suma importancia para ir reproduciendo dicha mitología que
ha venido siendo la creación y la transformación de la cultura. La implementación de estos
mitos se puede llevar a cabo, por la línea de cantos o de historias orales, que son más
comunes en el contexto de la difusión de estos por medio del especialista religioso. Los
cantos ceremoniales para curaciones, para un difunto o para otras ritualidades donde se
requiera este método, por lo regular son rezos de concepción mítica, en donde el
especialista recita dentro del lugar sagrado, que es el mítico contexto geográfico por cual
preside dicha energía mítica, ese lugar debe ser sacralizado por medio de oraciones u
ofrendas, porque la mitología así lo dice. Los mitos revelan todo lo que ha sucedido, desde
la cosmogonía hasta la fundación de las instituciones socioculturales (Eliade, 2003:138). La
transmisión para ser curandero o especialista religioso, es a través del parentesco, hay una
línea de conocimiento por parentesco que estipula el carácter político-religioso del grupo y
la relación con otros grupos dentro de la comunidad.
Aprendizaje de la cultura wirarika por medio del lenguaje simbólico.
El maraakame es el que tiene el compromiso de continuar ejerciendo dicha
transmisión a grupos emparentados, con fin de seguir conservando dicha tradición y control
socio-político. El especialista religioso dispone de un acceso exclusivo o privilegiado con
determinados espíritus, bien sea en virtud de su poder personal propio o de una especial
capacitación (Schwimmer, 1982:85).

Objeto simbólico (flecha de dios, o flecha de sol)


El objeto que se considera como uno de los más importantes para la comprensión
del lenguaje simbólico, está elaborado con carrizo de aproximadamente 30 centímetros de
largo, que es llamado ulu (flecha de dios). Este objeto es considerado como el médium para
la comunicación con los seres sobrenaturales, a partir de un sistema de escritura en la parte
superior del objeto, que es pintada de color natural o con sangre de un animal sacrificado.
Este tipo de escritura está plasmada en forma de líneas curvas. Líneas pintadas
como si fuesen letras escritas en un papel. Desde niños se aprehende a hacerlo, se les ilustra
que estos rayos son peticiones a los dioses, por lo tanto estas peticiones se tiene que
cumplir por que el mara’akame puede adivinar lo pedido a los dioses a través del fuego. El
seguimiento que se le da a este inicio de los neófitos, es el de ir a dejar ofrendas (velas,
jícaras votivas, entre otras) a lugares sagrados y en especial las flechas de las peticiones a
los dioses serán dejadas en estos lugares. El especialista religioso (mara’akame) es el
encargado de la comunicación con los dioses, y son ellos los que le dirán a el si la persona
que ha dejado su flecha ha cumplido o no lo ha hecho con lo que pidió a los seres
sobrenaturales a cambio de algo. Estos códigos del campo del la semiótica estructural son
de carácter diacrónico retomados en un contexto sincrónico, que se sigue trasmitiendo
generacionalmente.
La transmisión para ser curandero o especialista religioso, en mi opinión es a través
del parentesco, hay una línea de conocimiento que estipula el carácter político-religioso del
grupo y la relación con otros grupos dentro de la comunidad. Aparte de la concepción que
se tiene que, el inicio para ser mara’akame es la suerte, en la que el Dios te habla y te
explica como debes de hacer la práctica religiosa, esto durante la ida a la recolección del
peyote al desierto de San Luís Potosí. La especialización y la transmisión del conocimiento
para aprender dicha cultura se da por medio del lenguaje simbólico, que se imparte por
medio de parientes, son ellos los que regulan las normas estipuladas para el cumplimiento
ideológicamente.

La afectación a partir de la educación escolarizada.


El proceso de selección de ser educado a partir de la escuela institucionalizada o el
no serlo, y seguir con la educación endocultural a través del lenguaje simbólico mítico,
converge en un dilema, y en el intento de pérdida cultural del mito originario. En el caso de
las comunidades indígenas hablar de estar escolarizado es conectarse con los grupos
hegemónicos, el un primer discurso, dado que el otro discurso es el de no estar
escolarizado, provocando un conocimiento como se diría en la antropología holistico de tu
propia cultura. Es decir por una lado la aceptación y por otro el rechazo. Entre estos dos
discursos, existen estrategias económicas y educativas que vinculan a los individuos
indígenas de esta cultura que se habla, que son los huicholes, con la sociedad nacional.
Entonces ¿si existe un reconocimiento por la diversidad cultural, entre los indígenas y los
que no lo son (mestizos)? ¿Cómo se representa? Nos dice, Cristóbal González y Eduardo
Ávila (2006:29), que “el reconocimiento de la diversidad cultural teniendo como referencia
la educación en los valores del respeto, la tolerancia y la solidaridad, resulta un instrumento
esencial para erradicar actitudes de racismo y xenofobia en el primer mundo y propicia dar
prioridad al dialogo y la comunicación”. La representación de la diversidad cultural entre
los indígenas, con otros grupos étnicos y la sociedad nacional, se podría interpretar que
están desasociadas e incomunicadas del quehacer de ambos grupos. Pero la cohesión entre
ambos, está en gestionarse, habilitarse o deshabilitarse problemáticas económicas,
educativas y políticas que proyectan.

Prácticas médicas tradicionales


Desde que los centros de salud llegaron a instalarse, en el medio indígena huichol, la
modificación del tratamiento de las enfermedades se diversifico, y la población obtuvo la
oportunidad de selección. Por un lado la medicina tradicional y por el otro la alópata. La
idea que se tenía sobre la causalidad de la enfermedad a partir del castigo de los dioses,
como el mito lo explica, se vio alterada en una gran parte de la población huichola. Donde
se contradecía con el lenguaje de la medicina alópata, donde el discurso de esta institución,
era que los síntomas de cada humano eran producidos naturalmente, ocasionados por el mal
funcionamiento del organismo humano, y no por el castigo de los dioses.
Como se comentaba en el punto número uno, sobre la demanda de la población no
indígena al consumo del peyote, cabe resaltar que existe la comercialización de la medicina
tradicional elaborado por los mara’akames en las ciudades. Es por ello que a partir de esta
demanda, y la carencia de recursos económicos de estos médicos, los rituales elaborados ya
fuera del comunidad y a veces dentro de las misma, solamente para la población no
indígena, su resignificados, ligeramente modificados por el curandero, para que la atracción
ritualística, se torne con toques místicos. Es así solamente, que el interesado por consumir
ya en la actualidad una medicina global, como la practicada entre los huicholes,
resignifique el mito, y por lo tanto se consuma mitos proféticos interconectados con sentido
poético.

Comentarios fianles
Por lo tanto podemos enmarcar además de núcleos culturales; la caza de venado y
recolección de peyote, la transmisión generacional del mito y las prácticas médicas
tradicionales, también como las memes que se transmitirán generacionalmente y a través de
interactores que reproduzcan el sistema cultural. Esto es posible a través de la imitación a lo
que Dawkings propone; “Por la imitación, considerada en su sentido más amplio, es como
los memes pueden crear réplicas de sí mismos.” (Dawkings, 2000)
En sí casi idénticas, como ya hemos mencionado quedan vulnerables a cómo son
transmitidos por los interactores y los factores del entorno que afecten la transmisión desde
un interactor externo hasta los núcleos culturales del replicador, Dawkings sugiere que;
“Los memes son transmitidos de una forma alterada. Esto no parece propio de la cualidad
particular del «todo o nada» de la transmisión de los genes. Parece como si la transmisión
de los memes se vea sometida a una mutación constante, y también a una fusión” (Ibid).
Por lo tanto la mutación y fusión constante muestra la cantidad de posibilidades de replicar
en las memes, pero que no dejan de mantener su significado. En sí cambia la forma pero su
significado sigue trascendiendo.
La pregunta a plantear es en ¿qué interfiere para que una meme se reproduzca lo
más fiel posible y a la vez evitar su pérdida? Dawnkigs comenta que; “La selección
favorece a los memes que explotan su medio cultural para su propia ventaja”. Por lo tanto
la explotación del medio se vuelve fundamental en la reproducción de los núcleos
culturales. En sí no tendrá las mismas consecuencias el hecho de que un Huichol interactue
con algún turista o servidor público fuera de su comunidad a que interactué dentro de su
comunidad con el mismo sujeto externo.

Bibliografía:

Anguiano Fernández, Marina y Furst, Peter T. La Endoculturación entre los Huicholes.


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