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DAVID IB ARR A:

La privatización total de PEMEX es “inviable económicamente e imposible

políticamente”, pero hay que evitar que la “desincorporación parcial,

hormiga de funciones” que se lleva a cabo, “siga creando conglomerados de

actividades privadas con funciones cada vez más estratégicas”,

Resaltó la debilidad y el empobrecimiento financiero a que se ha llevado a la

paraestatal, debido a “las trasferencias desproporcionadas de sus ingresos a

las finanzas públicas y a un autoritarismo solapado que ha cambiado las

reglas del juego a trasmano”.

Todos somos responsables del debilitamiento de PEMEX en más de un

sentido, al avalar una distribución irracional de la renta petrolera y al

defender de modo distinto el estrato público. Los empresarios lo hacen para

gozar de impuestos bajos.


Los gobiernos estatales porque más de una cuarta parte de sus

participaciones tributarias tienen origen petrolero. Los partidos políticos y el

fisco federal, po rque les ahorra los costos políticos de implantar reformas

tributarias, siempre impopulares, y los inversionistas extranjeros por cuanto

la crisis nuestra les abre las puertas de par en par para tomar más y más

funciones rentables antes reservadas al Estado”.

Se manifestó por no traspasar la refinación a empresas privadas, porque ello

llevaría al país a especializarse en la producción de artículos sin

elaboración, y por evitar la privatización “a retazos” de una o de algunas de

las funciones más importantes de Petróleos Mexicanos. Otro criterio que

debe tomarse en cuenta en la reforma de la paraestatal es la prelación

ineludible de abastecer el mercado nacional por encima de las demandas del

exterior, que seguramente se intensificarán ante el desajuste crónico entre

requerimientos y disponibilidades universales de hidrocarburos.


LOREN ZO MEYER

Refutó al dirigente nacional del PAN, Germán Martínez, quien señaló que

“hay un nacionalismo falsario” en la defensa de Pemex, “que en realidad

tiene otros fines”. Sí, sí ha habido falsos nacionalismos, pero en el tema del

petróleo, “México tiene necesidad de vivir un nacionalismo real, porque es

vecino del país con el mayor grado de nacionalismo que existe hoy; conduce

su política totalmente en ese nacionalismo y a veces es agresivo. El país

necesita uno (un nacionalismo) vivo, no agresivo, pero sí defensivo, no

xenófobo, pero sí bien pensado”.

Subrayó que la idea de dar el petróleo al sector privado viene de los ex

presidentes Manuel González y sobre todo de Porfirio Díaz. “La razón (que

esgrimían) era muy simple, muy parecida a la que se da ahora: ‘el país lo

requiere, hay que invertir mucho, es muy arriesgada la tecnología, el


petróleo es complicadísimo, hay que facilitar al sector privado su presencia

ahí, porque el país la requiere”’.

El también perredista Arturo Núñez preguntó a Lorenzo Meyer si podría

explicar por qué “nuestra derecha se ha vuelto tan vergonzante y por qué no

se atreve a hablar de privatización cuando está haciendo una iniciativa

privatizadora”.

Meyer le respondió: “El miedo a decir privatización es parte de la visión que

dominó en México; la derecha tiene todavía cierta pena de decirse derecha,

pero yo creo, senador, que ya lo está perdiendo, ahora ya se puede decir ‘de

derecha’, que hace 20, 30 años no, pero eran de derecha, y en una buena

medida el propio gobierno presidido por el PRI fue de derecha en muchos

sexenios; no querían decirlo, pero lo eran”.


DR. C ARL OS EL IZONDO MEYER – SIERRA

“La Constitución no es un texto sagrado –ya ha sido reformada 473

veces”-.

Abogó por la modificación constitucional, la celebración de contratos

de riesgo, dar a particulares la construcción y operación de nuevas

refinerías, y “por repensar el pacto fiscal de los mexicanos;

cualquiera que diga que a PEMEX hay que desendeudarlo hay que ver

de dónde van a salir los recursos, porque no se están escondiendo, se

están usando en gasto corriente, en inversión, salud, maestros”.

Preguntó a los legisladores: “¿Qué le quita al país que hubiera dos

refinerías privadas? Le quitaría simplemente que dejaríamos de

explotar la de Estados Unidos, de la India, y estar generando empleos


en esos países, y tendríamos dos refinerías privadas en México. No

pasaría nada, PEMEX seguiría siendo industria integrada”.

Cuestionó el que la reforma propuesta por el Ejecutivo esté

encadenada. “Pensemos cuál es la mejor reforma. ¿Por qué no

asociarnos con contratos de riesgo?, que suena a una cosa

espantosa, pero limitados constitucionalmente en el número, y al final

veamos qué nos dieron con un plazo definido. En seis años, si no les

gusta los cancelamos”.

Ante los cuestionamientos a su intervención, Elizondo Mayer-Serra reviró a

Ortiz Pinchetti: “Yo vengo en nombre propio, no estoy acostumbrado a leer

textos de otros; entonces estoy aquí describiendo lo que yo pienso; no tiene

nada que ver con la política del gobierno; no saque usted conclusiones que

no debe sacar”.
E insistió en su tesis: “Si tenemos que cambiar la guía reglamentaria,

cambiémosla; si necesitamos cambiar la Constitución, cambiémosla”. Luego

precisó: “Ojo, yo no quiero privatizar Pemex, estoy diciendo que ensayemos

formas distintas de maximizar el ingreso de la nación. Eso significa

refinerías, por qué no privadas, si lo pueden hacer más barato y nos quitan

una carga administrativa de una empresa que tiene una enorme tarea

enfrente”.
OR TIZ P INCHET I

Durante su intervención en la primera sesión del debate nacional sobre las

iniciativas de Felipe Calderón en torno a PEMEX, y al hablar con la

representación del “gobierno legítimo”, rechazó los cuestionamientos que

momentos antes formuló en ese foro el dirigente del Partido Acción Nacional

(PAN), Germán Martínez Cázares, quien sostuvo que los opositores a la

reforma sólo se dedican a criticar.

Se refirió a lo expresado por Carlos Elizondo y dijo que “por fin vemos surgir

en su intervención con toda crudeza la vocación por la privatización, es

decir, finalmente se nos dice lo que está pasando en forma oscura, confusa,

en las iniciativas de Calderón”.

Señaló que en los próximos días, Andrés Manuel López Obrador presentará

su proyecto de reforma para fortalecer a Petróleos Mexicanos (PEMEX), a fin


de evitar que los energéticos sean entregados “a los grandes tiburones de

las aguas profundas del mundo de los negocios”.

Pidió a los legisladores participantes en el foro contemplar y analizar desde

ahora la posibilidad de llevar a cabo una consulta ciudadana sobre el tema

del petróleo. “Es posible que la última palabra sobre las reformas petroleras

la tengan los legisladores, pero la primera palabra siempre la tendrá el

pueblo de México”.

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