You are on page 1of 23

SISTEMAS DE ALCANTARILLADO Y BARRANCAS EN LA CIUDAD

DE CUERNAVACA, UNA RELACIÓN URBANO-AMBIENTAL


PROBLEMÁTICA COMPLEJA

David Carreño Nicolás, Enrique Díaz-Mora


Puebla de Zaragoza, mayo 22 de 2008
SISTEMAS DE ALCANTARILLADO Y BARRANCAS EN LA CIUDAD
DE CUERNAVACA, UNA RELACIÓN URBANO-AMBIENTAL
PROBLEMÁTICA COMPLEJA

David Carreño Nicolás1, Enrique Díaz-Mora2

Resumen

En el ámbito de la investigación del problema urbano-ambiental relativo a cauces y


barrancas de la ciudad de Cuernavaca, se aborda la compleja problemática de la
relación entre el sistema de alcantarillado existente y las barrancas de la Ciudad a
partir de una Ingeniería Sanitaria concebida en el marco de un Urbanismo
transdisciplinario. El abordaje de dicha relación cobra importancia ante el grave
deterioro ambiental que implica la contaminación de cauces y acuíferos.

Para constatar circunstancias y el impacto negativo que produce la descarga


de aguas residuales crudas en el entorno, se han recorrido las barrancas y se ha
entrevistado a miembros de comunidades adyacentes a las mismas, sus
representantes y autoridades. Sistemáticamente se ha obtenido información de los
actores sociales, analizándola en el marco de un pensamiento crítico.

La información que publica el INEGI sobre desalojo de aguas residuales en


Cuernavaca no refiere la existencia de una relación entre el alcantarillado municipal y
las barrancas; dicho Instituto contabiliza las viviendas que «descargan a red pública»
y las que «descargan a barrancas» como descargas independientes una de otra. Sin
embargo, una parte importante de las alcantarillas de la red municipal descarga
aguas residuales sin tratamiento a las barrancas, situación que estimamos ocurre en
más de 43% del área de cobertura del servicio. A ello hay que añadir que el
Ayuntamiento no cuenta con los respectivos «permisos de descarga» de la CNA.

1
Instituto de Ingeniería-Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional Autónoma de México.
2
Instituto de Ingeniería-Programa de Posgrado en Urbanismo, Universidad Nacional Autónoma de México.
Estas circunstancias, aunadas a la falta del servicio en amplias zonas de la
Ciudad, permiten afirmar que las barrancas son una parte sustantiva del sistema
primario de drenaje de aguas residuales del área urbanizada y que Cuernavaca se
encuentra lejos de alcanzar la vía hacia la sustentabilidad ambiental.

Ante la complejidad de la problemática referida, es necesario un análisis


profundo con participación y compromiso de los actores sociales donde se conciban
acciones factibles para rescatar y preservar espacios con valor ambiental sustantivo.
Dicho análisis es urgente en virtud de que la zona poniente del Municipio —aún no
urbanizada— posee una alta densidad de barrancas y su incorporación al suelo
urbano es inminente.

Introducción

Como resultado de una urbanización inadecuada, el medio ambiente del municipio


de Cuernavaca ha sido objeto de destrucción durante buena parte del siglo pasado y
lo que va del presente. Sus espacios naturales han sido destruidos sin que en esta
destrucción hayan mediado, en general, consideraciones sobre el valor ambiental
diferenciado de los espacios naturales alterados. Con la rápida expansión de la
Ciudad —a partir de los años cuarenta del siglo pasado— por iniciativa y con
participación de fraccionadores y desarrolladores inmobiliarios, autoridades locales,
estatales y federales, grupos de individuos y líderes sociales, e individuos aislados,
cientos de kilómetros de barrancas —espacios naturales cuyo valor ambiental ha
sido subestimado— han sido apropiados, poblados, contaminados, destruidos o
desaparecidos a través de complejos procesos socio-ambientales.

A lo largo de la historia de la urbanización del Municipio, sus barrancas han


sido depositarias de residuos sólidos industriales y municipales, de cascajo y de
residuos de construcciones y demoliciones. En sus cauces se han vertido residuos
líquidos industriales y municipales. Las laderas de las barrancas del Municipio han
sido extensivamente urbanizadas hasta alcanzar sus cauces. Kilómetros de
barrancas han sido rellenados y convertidos en predios, en accesos, calles y

2
avenidas. Los cauces de muchas barrancas han sido entubados, puenteados y
desaparecidos.

La problemática urbano-ambiental de cauces y barrancas tiene múltiples


aristas y facetas. En la presente exposición abordamos las que resultan del análisis
de la relación de los sistemas de alcantarillado de la Ciudad y las barrancas. Los
atributos peculiares de esta relación se encuentran en la actualidad lejos de
contribuir a preservar un medio ambiente idóneo para la vida del sapiens.

En la presente exposición incluimos algunos datos geográficos, demográficos


y urbanísticos del Municipio; estos datos están en la base de la comprensión de la
problemática de interés. Enseguida hacemos referencia a una abundante presencia
de barrancas en el municipio de Cuernavaca y el valor ambiental y urbanístico de las
mismas. Exponemos después las características de la red de alcantarillado
refiriéndolas a los espacios urbanos y abordamos la compleja relación de los
sistemas de alcantarillado con las barrancas del Municipio. Finalmente incluimos
algunas conclusiones, sugerencias y recomendaciones.

Cuernavaca: aspectos geográficos, demográficos y urbanísticos

El municipio de Cuernavaca cuenta con un pequeño territorio de aproximadamente


207.89 km2 y está compuesto por ocho delegaciones administrativas: Benito Juárez
García, Mariano Matamoros Oribe, Miguel Hidalgo y Costilla, Lázaro Cárdenas del
Río, Emiliano Zapata Salazar, Plutarco Elías Calles, Antonio Barona Rojas y Vicente
Guerrero Saldaña (figura 1).

Este Municipio se encuentra enclavado en la parte norte del Estado de


Morelos, con una porción en el eje Neovolcánico y otra en la sierra Madre del Sur; su
territorio presenta un declive importante de norte a sur con una diferencia de altitudes
de aproximadamente 950 m en sólo 17.5 km, esto es, una pendiente promedio que
estimamos en 5.42% entre el límite del área natural protegida al norte de la
delegación Emiliano Zapata —2200 msnm— y el extremo sur de la delegación

3
Lázaro Cárdenas —1250 msnm. Esta peculiar característica del terreno ha
propiciado una serie de escurrimientos que a lo largo de miles de años ha contribuido
la formación de un complejo de barrancas —asociado a la microcuenca del río
Apatlaco, en la parte alta de la cuenca del Balsas.

Figura 1. División política del municipio de Cuernavaca3

Cuernavaca se ha expandido hacia los municipios morelenses de Jiutepec,


Temixco, Emiliano Zapata, Xochitepec y Tepoztlán para constituir la denominada
Zona Metropolitana de Cuernavaca. La parte de esta zona metropolitana que se
ubica dentro de los límites del municipio de Cuernavaca constituye nuestra unidad
geográfica de análisis, con una población de poco menos de 350,000 habitantes en
2005, aproximadamente 46% de la población de la Zona Metropolitana que ascendía
entonces a cerca de 759,000 habitantes (SEDESOL, CONAPO, INEGI 2004).

De acuerdo con datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística,


Geografía e Informática (INEGI), estimamos que la población del municipio de

3
Fuente: elaboración propia con base en el plano de cartografía de Cuernavaca incluido en el Programa de
Desarrollo Urbano de Centro de Población de Cuernavaca PDUCPC (H Ayuntamiento de Cuernavaca 2006).

4
Cuernavaca experimentó durante 40 años una alta tasa de crecimiento de 5.6%
anual en promedio, pasando de 25,666 habitantes en 1940 a 232,355 en 1980.
Durante los siguientes 25 años, de 1980 a 2005, dicha tasa de crecimiento disminuyó
a 1.6% anual en promedio: en 2005 la población municipal ascendía a 349,102
habitantes.

La ciudad de Cuernavaca ha experimentado un importante proceso de


expansión: mientras que en 1940 el área urbanizada ascendía a 3.24 km2 y ocupaba
1.56% del territorio municipal; en 1980, ascendía a 41.69 km2 y ocupaba 20.10% de
dicho territorio; y en 2005, ascendía a 93.54 km2, es decir 45.09% del área
geográfica del Municipio (tabla I).

Tabla I. Urbanización del municipio de Cuernavaca4

De acuerdo con estos datos, la tasa anual promedio de expansión de la


Ciudad entre 1940 y 1980 fue de 6.6% —ligeramente superior al 5.6% de la
población. La mancha urbana pasó de 3.24 a 41.69 km2; es decir, el consumo de
espacios naturales debido a esa expansión fue de cerca de un km2 por año en
promedio. Si bien, la tasa de crecimiento de la población municipal disminuyó
durante los siguientes 25 años a 1.6% en promedio —para el periodo 1980 a 2005—
el área urbanizada, como es natural, continuó con un crecimiento importante, de

4
Fuente: elaboración propia con base en el PDUCPC (H Ayuntamiento de Cuernavaca 2006).

5
3.3% anual en promedio, pasando de 41.69 a 93.54 km2: más de dos km2 por año en
promedio.

Urbanizar el accidentado territorio del municipio de Cuernavaca a razón de


cerca de 40 km2 durante un periodo de 40 años —de 1940 a 1980— y a razón de 50
km2 durante un periodo de 25 años —de 1980 a 2005— ha sido un reto que el
Ayuntamiento municipal no ha sabido afrontar adecuadamente. El consumo del
espacio —el uso del suelo— que ha implicado necesariamente esta expansión, se ha
realizado ocupando los espacios naturales indiscriminadamente; es decir, sin que en
ello hayan mediado, en general, consideraciones sobre el valor ambiental
diferenciado de los mismos. Así, con la expansión urbana se han alterado por igual
todos los espacios naturales, incluidos los de mayor valor ambiental como bosques,
cauces y barrancas, acuíferos y fuentes hídricas.

De lo anterior se sigue que, entre otros múltiples problemas, la ciudad de


Cuernavaca no cuenta con un saneamiento eficaz. Las dificultades que en materia
de saneamiento conlleva la urbanización de laderas de barrancas que se extiende
hasta llegar a sus cauces, aunadas a las dificultades que sobre el particular imponen
las peculiaridades geológicas y topográficas del territorio municipal constituyen
problemas técnicos y económicos de difícil solución. En este orden de ideas,
conviene comentar de manera crítica la información que publica el INEGI sobre
«servicios básicos de la vivienda» en el municipio de Cuernavaca (tabla II).

Tabla II. Servicios básicos en la vivienda de Cuernavaca en 20055

5
Fuente: elaboración propia a partir del Cuaderno Estadístico Municipal 2006 Cuernavaca del INEGI.

6
Abstracción hecha de los renglones de los servicios de «energía eléctrica» y
«agua de red pública» que incluye el INEGI para las viviendas en Cuernavaca—pues
no constituyen por ahora nuestro objeto particular de estudio— en esta tabla se
incluye información bajo el rubro «drenaje» que debe analizarse de manera crítica: la
determinación de ese Instituto en el sentido de que 98.4% de las viviendas del
Municipio cuentan con servicio de drenaje contradice en apariencia nuestras
afirmaciones relativas a la ausencia de un eficaz saneamiento municipal, pero en
realidad, no es así. Dicha cifra es engañosa pues suele inducir a la noción de un
saneamiento eficaz, acorde con un hábitat urbano adecuado, y oculta el grave
deterioro ambiental al que coadyuvan las viviendas que, consideradas en estas
estadísticas en el rubro «cuenta con drenaje», descargan sus aguas residuales
crudas al entorno natural, en especial a las barrancas.

Barrancas de Cuernavaca, un enorme reto urbanístico-ambiental

El vocablo barranca alude a la idea de precipicio, de despeñadero. De hecho, la Real


Academia Española (RAE) define barranca como «quiebra profunda en la tierra».
Una definición que para efectos de nuestro estudio es más útil, corresponde al
Colegio Nacional de Jurisprudencia Urbanística, que la define como «Abertura de la
corteza terrestre con laderas de pendiente abrupta formada por escurrimientos
permanentes o intermitentes o por procesos geológicos, en cuyas laderas puede o
no existir vegetación» (Aguilar 1998).

Las barrancas son espacios que se asocian en su origen con vulcanismo,


movimientos tectónicos y fallas geológicas —que han generado fracturas en la
corteza terrestre— conjuntamente con escurrimientos de agua, que a lo largo del
tiempo han formado arroyos o ríos —perennes o intermitentes— los cuales han
socavado y erosionado el suelo formando sus laderas y estableciendo su cauce. Es
oportuno señalar que una barranca puede llegar a alcanzar algunos kilómetros de
longitud, y en anchura y profundidad, algunas decenas de metros.

7
Las barrancas del Estado de Morelos tienen su origen en el período
Pleistoceno, que se caracterizó por una gran actividad volcánica en el norte de la
Entidad la cual sacudió esta parte del País, hace más de cuarenta mil años, cuando
se formó la sierra del Ajusco. El vulcanismo y las fracturas en la corteza terrestre
asociados a esta formación, en unión de escurrimientos de agua de noroeste a
sureste debidos a un declive acentuado en el territorio que hoy ocupa Cuernavaca —
el Glacis de Buenavista— formaron las barrancas a lo largo de miles de años.

Según nuestras estimaciones6, en el Municipio existen aproximadamente


300.8 km de barrancas, 139.5 km de los cuales (46.4% del total) se encuentran en
territorio urbanizado —la Ciudad—, 149.3 km (49.6% del total) se encuentran en el
territorio poniente no urbanizado del Municipio —conocido como zona de barrancas.
Los 12 km restantes, es decir, 4% de la longitud total de las barrancas dentro del
Municipio, se encuentran en un espacio de transición. En la figura 2 se muestra la
distribución de barrancas en el territorio municipal (delimitado en rojo) con y sin la
mancha urbana para una mejor referencia.

El reto de urbanizar adecuadamente el municipio de Cuernavaca es enorme:


La zona «urbanizada» tiene una alta densidad de barrancas —1.49 km de barranca
por km2; el área no urbanizada, al poniente del Municipio7, tiene una densidad
superior que asciende a 2.18 Km de barranca por Km2, es decir, un promedio de una
barranca cada 459 m. La urbanización de la zona oriente del Municipio se ha
realizado ocupando extensiones de terreno situadas entre barrancas (lomas o
interfluvios), y como las barrancas del Municipio, en general convergen aguas abajo
describiendo en su conjunto una especie de rizoma invertido, cientos de estos
interfluvios «urbanizados» terminan en la confluencia de las barrancas que los
delimitan, es decir en cientos de finisterre (figura 2). En estas condiciones ¿Cómo
desarrollar una red de alcantarillado sin considerar cauces y barrancas como
6
Estos datos de las barrancas del municipio de Cuernavaca expuestos son estimaciones propias realizadas
con base en información cartográfica diversa del INEGI y del PDUCPC (H Ayuntamiento de Cuernavaca
2006).
7
Se considera solamente el lado poniente del Municipio, pues la porción norte de la delegación Emiliano
Zapata no es urbanizable debido a que en ella se encuentra el área natural protegida denominada Corredor
Biológico Chichinautzin.

8
extensiones de la red primaria? ¿Cómo realizar un saneamiento adecuado de la
Ciudad?

Figura 2. Municipio de Cuernavaca: sus barrancas y su mancha urbana8

Las barrancas no deben considerarse solamente como elementos de forma


del relieve, sino como espacios con un valor ambiental sustantivo. Las barrancas de
Cuernavaca aportan diversos servicios ambientales. Son un factor determinante en el
clima de la Ciudad, pues por ellas circulan vientos originados por el calentamiento
diurno de los valles del sur con dirección al norte que descienden hacia sur cuando
ocurre el enfriamiento nocturno (H Ayuntamiento de Cuernavaca 2006). Al captar
agua de lluvia se constituyen en áreas de recarga de los mantos acuíferos, a la vez
que encauzan los escurrimientos —pluviales y de aguas subterráneas que emergen
de la montaña. Los árboles y arbustos que habitan sus laderas captan el bióxido de
carbono y lo transforman en oxigeno, reduciendo así la carga contaminante de la
atmósfera. También albergan ecosistemas cuya movilidad se confina por la
morfología propia de las barrancas; especies endémicas propias de las barrancas de
Cuernavaca son el Cangrejito Barranqueño y la Carpa Morelense (García Barrios
2007).

8
Fuente: elaboración propia con base en el plano de cartografía de Cuernavaca incluido en el PDUCPC (H
Ayuntamiento de Cuernavaca 2006).

9
Las barrancas de Cuernavaca son afluentes del río Apatlaco —naciente en el
arroyo Chapultepec en la zona sureste de la Ciudad— dentro del Municipio y aguas
abajo en el municipio de Temixco. El Apatlaco corre en dirección sur y abastece de
agua para riego a las tierras aledañas a su cauce. El complejo de barrancas de
Cuernavaca forma parte de la microcuenca del río Apatlaco, cuenca del río Balsas,
que desemboca en el Océano Pacífico entre los estados de Guerrero y Michoacán.

Sistemas de alcantarillado de Cuernavaca y su relación con las barrancas

La llamada red pública —municipal— de alcantarillado es operada por el organismo


descentralizado denominado Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de
Cuernavaca (SAPAC) desde 1995, año en que se acordó su creación (H
Ayuntamiento de Cuernavaca 1995). Es un sistema de tipo combinado, constituido
por redes secundarias, que no en todos los casos se conectan con alguno de los
trece colectores que constituyen la red primaria para conducir las aguas residuales a
la planta de tratamiento de Acapatzingo, al sureste de la Ciudad.

La planta de Acapatzingo, una vez realizado el tratamiento, vierte el agua


residual al río Apatlaco. Cabe apuntar que en la actualidad este tratamiento —
consistente en discos biológicos— no cumple con la Norma Oficial Mexicana para
descarga de aguas residuales —NOM-001-ECOL-1996 «que establece los límites
máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en
aguas y bienes nacionales»— pues como lo ha determinado la empresa ABACCSA
(2001) «la calidad del agua influente, comparada con la del efluente es prácticamente
semejante».

La otra faceta de la relación objeto de nuestra reflexión está constituida por la


inexistencia de alcantarillado en amplias zonas de la Ciudad (figura 3), lo que deriva
con frecuencia en descargas directas de domicilios a barrancas. Estimamos que en
2005, la cobertura del servicio de alcantarillado ascendía aproximadamente a 51.1
km2, es decir 54.6% del área urbanizada, mientras que el área sin el servicio
ascendía a 42.5 km2, equivalente a 45.4% del área de la Ciudad.

10
Figura 3. Áreas de cobertura de alcantarillado en Cuernavaca9

Según el INEGI, la población de la ciudad de Cuernavaca desaloja sus aguas


residuales a «red pública», «fosa séptica», «barranca o grieta» y «río o lago» en la
composición que se indica en la tabla III; ese Instituto incluye a todos estos tipos de
desalojo de aguas residuales en el concepto «drenaje» que, como lo indica la RAE,
significa «acción y efecto de drenar» o «medio o utensilio para drenar».

Si bien el alcantarillado es una forma de drenaje, para los efectos de nuestra


reflexión conviene diferenciar drenaje de alcantarillado —municipal. Por alcantarillado
entendemos el sistema de conductos subterráneos —alcantarillas— y demás obras y
accesorios destinados a la colección, transporte y conducción a un punto de
disposición final, de agua de lluvia y de desecho de la actividad de una comunidad.

9
Fuente: elaboración propia con base en el plano de alcantarillado del diagnóstico del sistema de alcantarillado
elaborado por ABACCSA (2001) para SAPAC.

11
Tabla III. Servicios básicos en la vivienda de Cuernavaca 1995 - 200510

La información de la tabla III debe ser interpretada con cautela. Un análisis


somero de esta información daría cuenta de la consideración de formas de drenaje
de agua residual mutuamente excluyentes y de un saneamiento eficaz, con más de
92% de las viviendas del Municipio conectadas a red pública o a fosa séptica y una
descarga mínima de aguas crudas a barrancas, de poco más de 5,000 viviendas. En
nuestra opinión, esas dos formas de drenaje podrían no ser mutuamente
excluyentes, pues en la actualidad el Reglamento de Construcciones del Municipio
en su artículo 151 (H Ayuntamiento de Cuernavaca 1999) señala la obligatoriedad de
someter las aguas residuales a un tratamiento primario antes de descargarlas a la
red pública. Por otro lado, si estas dos formas de drenaje fuesen mutuamente
excluyentes, las aguas residuales de las fosas sépticas de cerca de 23,000 viviendas
(26.5% del total) se estarían conduciendo a barrancas —lo que indicaría una relación
directa entre fosas sépticas y barrancas— a pozos de absorción —los que, dicho sea

10
Fuente: elaboración propia a partir del Conteo de Población y Vivienda 1995, Censo General de Población y
Vivienda 2000 y Conteo de Población y Vivienda 2005.

12
de paso, están prohibidos en el Reglamento mencionado11— o a campos de
absorción.

La inexistencia de alcantarillado en amplias zonas de la Ciudad propicia que


las viviendas circundantes a las barrancas, descarguen en ellas residuos líquidos
directamente de sus albañales —pasando o no por fosas sépticas—. En la figura 4
se muestra este tipo de descargas en el cauce de la barranca Chiflón de los Caldos,
en la colonia Ampliación Chulavista.

Figura 4. Descargas directas de albañales al cauce de la barranca de los Caldos12

Las viviendas que no descargan directamente a las barrancas en áreas sin


cobertura de alcantarillado, «resuelven» su desalojo de aguas residuales mediante
fosas sépticas. Una fosa séptica no es receptor final de residuos líquidos; sin
embargo el INEGI no informa si los efluentes de las fosas son dirigidos a campos de

11
Conviene señalar que la prohibición de construir pozos de absorción en el Municipio se debe a la alta
permeabilidad del suelo, que vulnera los mantos acuíferos, fuente importante de abastecimiento de agua
potable.
12
Fuente: imagen captada por el grupo de Urbanismo Transdisciplinario del Instituto de Ingeniería.

13
absorción —para efectuar un proceso complementario de biodegradación. Tampoco
indica la existencia de opciones de recolección del efluente y lodos contenidos.

En adición a lo anteriormente expuesto, ABACCSA (2001) reporta que con


cierta frecuencia en Cuernavaca se construyeron fosas sépticas de manera empírica,
las cuales en general no cumplen con la impermeabilidad necesaria de paredes y
losa, lo que genera infiltraciones de líquido séptico al subsuelo, contaminando los
mantos freáticos.

¿Existe relación directa entre los sistemas de alcantarillado de la Ciudad y sus


barrancas? Desafortunadamente sí: una parte importante de las redes secundarias
no conduce el agua recolectada a alguno de los colectores primarios, sino que la
transporta a la barranca más próxima.

Con base en el análisis de información proporcionada por el organismo


operador —SAPAC— es posible ubicar la existencia de redes secundarias de
alcantarillado que colectan residuos líquidos de las viviendas y los transportan a
algún punto en alguna barranca para descargarlos sin previo tratamiento. Se
presentan enseguida un par de ejemplos de ello:

En la figura 5 se muestra un plano de alcantarillado donde puede ubicarse el


punto de vertimiento y la alcantarilla que descarga en la barranca Tecolote, en la
colonia Lomas de Atzingo. En la figura 6 puede verse una descarga del alcantarillado
a la barranca Amanalco en el Centro de Cuernavaca —que cuenta con el
alcantarillado más antiguo de la Ciudad— en el cruce de la calle Gutemberg y la
avenida Adolfo López Mateos.

14
Figura 5. Ejemplo de descarga de alcantarillado a barranca en Lomas de Atzingo13

Figura 6 Descarga de aguas residuales a la barranca de Amanalco14

13
Fuente: elaboración propia a partir del diagnóstico del sistema de alcantarillado elaborado por ABACCSA
(2001) para SAPAC —izquierda. Imagen captada por el grupo de Urbanismo Transdisciplinario del Instituto de
Ingeniería —derecha.
14
Fuente: elaboración propia a partir del diagnóstico del sistema de alcantarillado elaborado por ABACCSA
(2001) para SAPAC —izquierda. Imagen captada por el grupo de Urbanismo Transdisciplinario del Instituto de
Ingeniería —derecha.

15
En realidad, esta práctica de la autoridad municipal consistente en construir
redes secundarias de alcantarillado que conducirán aguas residuales sin previo
tratamiento a las barrancas —en calidad de colectores primarios a cielo abierto—
data de los años cuarenta del siglo pasado. En la figura 7 se ha incluido una imagen
de la época, donde se observa la construcción de una alcantarilla en la calle de
Arteaga, en el Centro de la Ciudad, que aún hoy conduce aguas residuales, a través
de la alcantarilla de la calle Zarco, a la barranca Amanalco sin previo tratamiento.

Figura 7. Construcción del «drenaje» en la calle de Arteaga, en 194315

Desafortunadamente, los ejemplos anteriores no son hechos aislados. Se trata


de manifestaciones de una práctica que a lo largo de la historia del siglo pasado
permeó en la cultura de funcionarios y autoridades municipales que no se cuestiona
¿Qué tan grave es el problema?

15
Fuente: Gobierno del Estado de Morelos 1999.

16
A pesar de que la relación de las redes secundarias con las barrancas es
directa y evidente, su aprehensión no lo es y su solución —por todo lo antes
mencionado— es compleja. Estimamos que esta situación ocurre en más de 43% del
área de cobertura del servicio. A ello hay que añadir, dicho sea de paso, que el
Ayuntamiento no cuenta con los respectivos «permisos de descarga»16 de la
Comisión Nacional del Agua (CNA).

Este hecho contraviene la legislación local, particularmente al Reglamento de


Construcción del Municipio de Cuernavaca, que en su artículo 151 señala: «Queda
prohibida la descarga de aguas negras o contaminantes hacia las barrancas […]» (H
Ayuntamiento de Cuernavaca 1999).

Suponemos que la práctica en cuestión está a la base del artículo


reglamentario recién citado, que también manda lo siguiente: «Todas las
construcciones deberán cuando menos, contar con un sistema primario de aguas
negras»; en Cuernavaca suele exigirse su instalación antes de realizar la conexión a
la red pública.

De acuerdo con la información proporcionada por el Registro Público de


Derechos de Agua (REPDA), la CNA tiene concedidos únicamente 72 permisos de
descarga en el Municipio, casi todos a barrancas17. Entre ellos, no se incluye alguno
para las redes aisladas mencionadas. De esto se sigue que SAPAC incumple con las
regulaciones local y federal para el vertimiento de aguas, que se realiza, por ende,
fuera de ley.

Como señalamos antes, el agua proveniente de las alcantarillas que conducen


a la planta de tratamiento de Acapatzingo (las alcantarillas de aproximadamente 57%
del área de cobertura de alcantarillado) es descargada después de su tratamiento al
arroyo Chapultepec. Cabe apuntar que US Filter Cuernavaca, empresa operadora de
16
La autorización la descarga de aguas residuales a espacios de jurisdicción federal es denominada «permiso
de descarga». Su otorgamiento corresponde a la CNA con base en la Ley de Aguas Nacionales.
17
La información en la que sustentamos esta afirmación fue proporcionada a solicitud expresa por la CNA a
través del REPDA en 2007.

17
esta planta, sí cuenta con su respectivo permiso de descarga para un volumen de
34,560 m3 diarios, lo que no implica —como ya se comento— que las aguas tratadas
vertidas se encuentren dentro de la norma correspondiente.

Conclusiones
La problemática urbano-ambiental de Cuernavaca referida a cauces y barrancas
tiene múltiples aristas. Una de ellas es delineada por la relación de los sistemas de
alcantarillado de la Ciudad y las barrancas. La aprehensión objetiva de esta relación
no ha sido sencilla; hemos valorado sus características como ambientalmente
inconvenientes; su necesaria transformación es un reto complejo.

La ciudad de Cuernavaca no cuenta con un saneamiento eficaz y está lejos de


alcanzar la vía hacia la sustentabilidad ambiental: las barrancas son una parte
sustantiva del sistema primario de drenaje de aguas residuales; la corrección de esta
situación enfrenta dificultades técnicas y económicas de difícil solución.

La síntesis anterior se sigue de las cuestiones siguientes: una vez


«urbanizado» el espacio, las características geológicas y topográficas del territorio
municipal imponen obstáculos importantes a un adecuado saneamiento. La
construcción de redes secundarias de alcantarillado para conducir aguas residuales
a barrancas sin previo tratamiento —situación que estimamos ocurre en más de 43%
del área de cobertura del servicio— ha devenido en una práctica de autoridades y
funcionarios municipales. Se trata de una práctica aberrante —que data de los años
cuarenta del siglo pasado— que altera sustantivamente el ambiente natural y da
cuenta del valor ambiental que en los hechos autoridades y funcionarios asignan a
las barrancas. La inexistencia de alcantarillado en amplias zonas de la Ciudad —
situación que estimamos ocurre en 42.5 km2, equivalentes a 45.4% del área de la
Ciudad— deriva con frecuencia en descargas directas de domicilios a barrancas.

La determinación del INEGI en el sentido de que 98.4% de las viviendas del


Municipio contaban con drenaje en 2005 contradice en apariencia nuestras

18
afirmaciones relativas a la ausencia de un eficaz saneamiento municipal, pero en
realidad, no es así. Dicha cifra es engañosa pues suele inducir a la noción de un
saneamiento eficaz, acorde con un hábitat urbano adecuado, y oculta el grave
deterioro ambiental al que coadyuvan las viviendas que, consideradas en el rubro
«cuenta con drenaje», descargan sus aguas residuales crudas al entorno natural, en
especial a las barrancas. Esta expresión debe ser interpretada con cautela.

Urbanizar adecuadamente el accidentado territorio del municipio de


Cuernavaca, cuya mancha urbana creció a razón de un km2 por año durante un
periodo de 40 años —de 1940 a 1980— y a razón de 2 km2 por año durante los
siguientes 25 años —de 1980 a 2005— ha sido un reto que el Ayuntamiento
municipal no ha sabido afrontar adecuadamente. El consumo del espacio que ha
implicado necesariamente esta expansión, se ha realizado ocupando los espacios
naturales indiscriminadamente, alterando por igual todos los espacios naturales
incluidos los de mayor valor ambiental como bosques, cauces y barrancas, acuíferos
y fuentes hídricas.

El reto de urbanizar adecuadamente el municipio de Cuernavaca es enorme:


La zona «urbanizada» tiene una alta densidad de barrancas —1.49 km de barranca
por km2. Su urbanización se ha realizado ocupando extensiones de terreno situadas
entre barrancas (lomas o interfluvios) que en general convergen aguas abajo
describiendo en su conjunto una especie de rizoma invertido. Cientos de estos
interfluvios «urbanizados» terminan en la confluencia de las barrancas que los
delimitan, es decir en verdaderos finisterre, dificultando enormemente el saneamiento
de la Ciudad. Esta situación es más extrema en la zona no urbanizada, al poniente
del municipio, la cual tiene una densidad superior de barrancas que asciende a 2.18
Km de barranca por Km2, es decir, un promedio de una barranca cada 459 m.

La adecuada urbanización del Municipio requiere ante todo el reconocimiento


en los hechos del valor urbano-ambiental que poseen las barrancas. Ante la
complejidad de la problemática referida, es necesario un análisis transdisciplinario

19
profundo con participación y compromiso de los actores sociales donde se conciban
acciones y estrategias factibles para rescatar y preservar espacios con valor
ambiental sustantivo. Dicho análisis es urgente en virtud de que la zona poniente del
Municipio —aún no urbanizada— posee una alta densidad de barrancas y su
incorporación al suelo urbano, lamentablemente es inminente.

Bibliografía

ABACCSA (2001). Diagnóstico del sistema de alcantarillado sanitario y propuestas


de infraestructura. ABACCSA, documento de circulación restringida.
Aguilar P (1998) «Glosario Jurídico Urbano», en Colegio Nacional de Jurisprudencia
Urbanística AC. Disponible en http://www.cnjur.org.mx/GlosarioJuridicoUrbano.pdf
(última consulta abril de 2008).
García Barrios R (2007). Observaciones a la Manifestación de Impacto Ambiental del
Proyecto de Relleno Sanitario de Loma de Mejía, ejido de San Antonio,
Cuernavaca. CRIM, UNAM, Cuernavaca.
Gobierno del Estado de Morelos (2002). La Cuernavaca de Ayer. Gobierno del
Estado de Morelos 2000–2006, Cuernavaca.
H Ayuntamiento de Cuernavaca (1995). «Acuerdo que crea el Sistema de Agua
Potable y Alcantarillado del Municipio de Cuernavaca» en Sistema de Agua Potable
y Alcantarillado del Municipio de Cuernavaca, http://mac.cuernavaca.gob.mx/sapac/
(última consulta en marzo de 2008).
H Ayuntamiento de Cuernavaca (1999). «Reglamento de Construcción del Municipio
de Cuernavaca, Morelos» en Ayuntamiento de Cuernavaca 2006-2009.
http://mac.cuernavaca.gob.mx/ (última consulta en marzo de 2008).
H Ayuntamiento de Cuernavaca (2006). Programa de Desarrollo Urbano de Centro
de Población del Municipio de Cuernavaca. Secretaría de Desarrollo Urbano y
Obras Públicas, disco compacto, Cuernavaca.
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). Sitio web
www.inegi.gob.mx (última consulta en marzo de 2008).
SEDESOL, CONAPO, INEGI (2004). Delimitación de las zonas metropolitanas de
México. México.

20
Leyes y reglamentos

Ley de Aguas Nacionales 2004.


Norma Oficial Mexicana NOM-001-ECOL-1996.

Diccionarios

Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española.

21
David Carreño Nicolás es pasante de la carrera de Ingeniero Civil por la Facultad de
Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México. Participa activamente en
el grupo de investigación denominado Urbanismo Transdisciplinario, en proceso de
formación en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, donde prepara su tesis de
licenciatura con el título «Relaciones de sistemas de alcantarillado con cauces y
barrancas en la ciudad de Cuernavaca, Morelos». Correo electrónico:
dcarreno@prodigy.net.mx

Enrique Díaz-Mora es maestro en Ingeniería y maestro en Urbanismo —campo de


Economía, Política y Ambiente— por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sus actividades de docencia e investigación en los posgrados en Urbanismo y en
Arquitectura, y el Instituto de Ingeniería de esta Universidad versan sobre cuestiones
diversas del fenómeno urbano. Imparte el curso de Formación Didáctica y conduce el
seminario curricular de posgrado titulado Apropiación y Destrucción del Medio
Ambiente, donde estudia en unión de sus alumnos de licenciatura y posgrado, los
procesos de apropiación, contaminación y destrucción del entorno natural asociados
a la urbanización en una perspectiva transdisciplinaria. Correo electrónico:
edm@pumas.ii.unam.mx

22

You might also like