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Reunión del claustro de la Universidad de Puerto


Rico
Viernes, 21 de mayo de 2010

La paralización de la Junta Universitaria

Informe de Héctor José Huyke


representante del Senado Académico del Recinto Universitario de
Mayagüez
en la Junta Universitaria

La Junta Universitaria es un cuerpo con representación estudiantil y

docente de todos los recintos del sistema. Los Rectores, el

Presidente y tres de sus asesores principales también forman parte

de la Junta Universitaria. De acuerdo al Artículo 6 de la Ley de la

Universidad de Puerto Rico, la Junta Universitaria tiene como

propósito “mantener integrado el Sistema Universitario, respecto a

su planificación de conjunto” y asesorar “al Presidente en la

coordinación de la marcha de las diferentes unidades institucionales

en sus aspectos académicos, administrativos y financieros”.

En días recientes, el Dr. José Ramón de la Torre, Presidente de la

Universidad, y la Lcda. Ygrí Rivera, Presidenta de la Junta de

Síndicos, han insistido en que los estudiantes presenten sus

reclamos a través de los cuerpos oficiales en que tienen

representación. Tanto el Presidente como la Lcda. Rivera se han

reiterado también en la importancia del diálogo.

Nuestra experiencia en la Junta Universitaria es que el diálogo se ha


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hecho imposible. Nuestro juicio no tiene importancia para quienes

han venido a creer que pueden administrar la universidad para

entidades externas y sin el insumo de la comunidad universitaria.

No es que en el pasado el diálogo fluía sin obstáculos; es que en

estos tiempos no hay diálogo. Ante los reclamos del estudiantado

en los comienzos de la crisis, uno podría pensar que el Presidente

tendría razones de sobra para convocar a la reunión extraordinaria

que la propia Junta Universitaria aprobó dos semanas antes de la

huelga para discutir la situación de los costos de matrícula y las

compensaciones por las clases de verano. Al contrario, se canceló

la reunión extraordinaria y se canceló también la reunión ordinaria

en la que se discutiría presupuesto.

Ante la crisis, los docentes y un número de estudiantes hemos

solicitado reunirnos dos veces. La primera vez se nos pidió

aclaración sobre uno de los puntos a discutir y los otros dos puntos

fueron descartados. Sometimos las aclaraciones e insistimos en los

tres puntos. No fuimos convocados. Más adelante, solicitamos ver

al Presidente en persona para presentar nuestras razones para

reunir la Junta Universitaria. El Presidente no nos recibió. Este

desdén, esta insistente arrogancia, estos sutiles modos de violencia

ante representantes de la comunidad universitaria, hacen

perfectamente entendible que la Universidad de Puerto Rico esté en

crisis y permanezca en huelga.


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El punto es que las decisiones que corresponden a la comunidad

universitaria se están tomando sin consultar a los cuerpos

universitarios. Un ejemplo de hace aproximadamente un año de

una decisión tomada sin consultarnos es la congelación de la

partida presupuestaria para ascensos --lo que es una partida para

reconocer mérito académico, no una partida para aumentos

salariales, y representa una parte ínfima del presupuesto anual de

la UPR-- congelación que implicó asumir una deuda con nuestros

profesores y profesoras más jóvenes, una deuda cuya magnitud

está destinada a aumentar exponencialmente con el pasar del

tiempo, y una deuda que mina la calidad de lo más esencial de

nuestra función social como universidad. Por grande que sea la

crisis, esta decisión, como otras, se tiene que examinar en el

contexto más amplio de cuales son las prioridades en una

verdadera universidad.

La Junta de Síndicos, la Presidencia y la Administración Central no

tienen ni pueden tener la autoridad para decidir asuntos como estos

sin consultarnos. Sin nuestro insumo, tampoco tiene sentido que

estos cuerpos establezcan los parámetros de los estudios en los que

se fundamentan las deliberaciones en torno a asuntos como estos.

Particularmente, la Junta de Síndicos, es un cuerpo que en Ley ha de

velar por el interés público en sentido amplio. No es un cuerpo

universitario como tal con la capacidad para deliberar por sí solo

con relación a ascensos, exenciones y temas como estos.


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Sin embargo, sobre todo la Junta de Síndicos toma decisiones sobre

estos temas sin consultar. La resolución de la Junta Universitaria en

contra de la congelación de los ascensos, al igual que tantas otras

resoluciones análogas aprobadas por los senados académicos y las

facultades, no implicó cambio alguno en la decisión o reacción.1 La

decisión estaba tomada así porque sí, lo que atenta contra el propio

sentido de lo universitario.

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En reunión del miércoles, 2 de diciembre de 2009, la Junta
Universitaria aprobó la resolución solicitando a la Junta de Síndicos
que se estableciera nuevamente la partida presupuestaria para los
ascensos de manera que se puedan otorgar los mismos a los
docentes debidamente recomendados en el año académico 2008-09
y años posteriores, lo que está contenido en la Certificación Número
13 (2009-10);

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