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La banda coronaria abraza a la articulación P2-P3-NB y tiene una inclinación de aproximadamente unos 30º (en relación al plano solear).
Cuando la caja córnea se encuentra en un estado saludable, resulta estar íntimamente unida a las estructuras internas, recubriéndolas por tanto,
como un guante formado a base de queratina. En esta situación, el rodete coronario epidérmico, se encuentra a la misma altura que la banda
coronaria dérmica y por tanto, abrazará a la articulación P2-P3-NB y tendrá una inclinación aproximada de unos 30º.
En esta imagen (cortesía de Kc Lapierre) podemos observar una disección de un pie equino
en la que se muestra el corion perióplico, coronario, parietal, terminal, solear y de la ranilla.
Así como también su relación con la tapa (la cual está siendo extraída).
Cuando la unión dermato-epidérmica (unión entre el corion y la caja córnea) se ve afectada, comprometida, debilitada... Por alguna de las
razones que explicaremos más adelante, la caja córnea se desplaza en relación a las estructuras internas y es entonces cuando puede aparecer
una desviación proximo-distal (mal llamada descenso, hundimiento o rotación de la P355).
– Una caja córnea “larga” (la longitud de la muralla a nivel de las pinzas
supera los 9 cm)
– Una suela plana (la altura máxima de la bóveda solear, marcada por el
surco colateral central es inferior a los 1,5cm) y delgada (grosor
inferior a 1 cm).
55 Decimos que llamar a la desviación proximo-distal descenso de la P3 es incorrecto ya que la cadena de huesos no puede cambiar de posición y por tanto
no puede cambiar su relación con la caja córnea o casco. Lo que ocurre realmente es lo inverso, ya que es la caja córnea (el guante) la que cambia su
posición y por tanto su relación con la dermis que recubre las estructuras óseas.
2.- Las causas que terminan provocando la desviación proximo-distal:
Las causas primarias pueden ser muy diversas (presencia de herradura, herraje incorrecto, recorte incorrecto, alteraciones de la marcha,
dolor en la porción caudal del pie, déficit mineral y/o vitamínico, exceso de carbohidratos en la dieta, enfermedades metabólicas como el
cushing o la diabetes...), pero todas estas causas primarias, que se pueden dar juntas o por separado, terminan provocando una alteración y
inflamación de las láminas parietales (laminitis) y por ende la debilitación de la unión dermato-epidérmica que actúa como la causa
secundaria y desencadenante del proceso de desviación proximo-distal.
– Aguda (puntual y extremadamente dolorosa), causando una desviación proximo-distal muy rápida (en cuestión de horas), que conocemos
coloquialmente con el nombre de enfosura.
– Crónica (repetida en el tiempo y generalmente asintomática), causando una desviación proximo-distal muy lenta (en cuestión de años).
Este proceso, muchas veces se entiende por los herradores como una consecuencia inevitable que aparece en los caballos cuando llevan
muchos años herrándose (esta desviación es especialmente típica de los caballos de salto).
Aunque no se le suele hacer demasiado caso a este tipo de deformaciones ya que se entienden como algo inevitable e irremediable por el
“mundo del herraje” (aunque son totalmente recuperables gracias a los nuevos conocimientos aportados por la podología equina) son la
causa de muchas cojeras y muchas patologías musculo esqueléticas (tendinitis, osificaciones de cartílagos laterales, artritis, osteoporosis de
la P3, dolores de dorso...) ya que la pérdida o la alteración de la relación entre las estructuras internas y las externas provocan que el
mecanismo de absorción y aprovechamiento de la energía generada durante el impacto no funcione correctamente.
– Mantener el caballo en un ambiente óptimo (mucho movimiento, dieta correcta, suelos de diferente rugosidad...)
– Mantener el caballo desherrado de manera constante o periódica (al finalizar la campaña de competición)
– Mantener un cuidado de los pies regular (cada 4 semanas si va desherrado o cada 6 si va herrado)
Referencias: