Professional Documents
Culture Documents
revista literaria
#2
Junio 2010
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Editorial
NÚMERO DOS.
Y así, como quien no quiere la cosa, hemos llegado al número dos. La ansiedad
mientras se armaba el primer número de verlo en la calle que hizo al tiempo correr
especialmente lento, revirtió su tendencia para esta ocasión; sin darnos cuenta llegamos a
junio, fecha de salida de este nuevo número de mandeb. Por suerte, la calidad parece no
habernos abandonado. Júzguenlo ustedes al leer las próximas páginas.
Por lo pronto, tenemos noticias para los lectores y autores. Hemos decidido agregar
una nueva sección a mandeb, donde se dé difusión a libros de ediciones independientes.
Sabemos los que estamos de este lado que publicar es difícil, requiere dinero y mucha
dedicación. Ahora, parece ser incluso más difícil la última etapa; vender el producto que
creamos con tanta dedicación y costo. Por esto en mandeb se nos ocurrió colaborar en esta
última etapa con lo que podemos y ha sido nuestro objetivo desde el inicio de la idea: la
difusión. Así que el autor o editor independiente que quiera promocionar su obra en
mandeb, sólo tiene que comunicarse a revistamandeb@yahoo.com (como siempre) y le
explicaremos todo con lujo de detalles. Además seguimos recibiendo material para próximas
ediciones, así que te estamos esperando, escritor.
Por hoy sólo resta agradecer, a los autores que siguen confiando en mandeb para
difundir su palabra, y a los lectores que son los que le dan razón de ser a este proyecto.
Nuevamente, bienvenidos.
RM.
DE QUIÉN ES MANDEB.
Mandeb nos presta su voz polifacética para dar identidad a esta revista; identidad
que no es otra que la Literatura Viva en sí misma con toda su diversidad. Para que cada vez
seamos más sensibles y nos dediquemos menos a refutar. Es más, para que tengamos el valor
de construir nuevas leyendas, paso a paso.
2
mandeb. revista literaria año 1 número 2
EN ESTE NÚMERO:
Número Dos. ........................................................................................................................... 2
De Quién Es Mandeb. ............................................................................................................ 2
Réquiem. Ganzo Borelli ........................................................................................................... 4
El Camino al Abra. Ganzo Borelli .......................................................................................... 5
Resquemor. Ganzo Borelli ...................................................................................................... 6
Con la Misma Tijera Partían. María ..................................................................................... 8
Mi Perro. María ....................................................................................................................... 8
“K-O Thrina Listo Para Usar”. María .................................................................................. 9
El Juego Perdido Para Nosotros. María ............................................................................. 10
Me Duele la Cabeza... Mario Pires ...................................................................................... 11
¿En Qué Día... ? Mario Pires ................................................................................................ 11
Cercos de Hierro... Mario Pires ........................................................................................... 12
De Mi Diario. ViQui Montanaro .......................................................................................... 13
Leyenda. ViQui Montanaro .................................................................................................. 14
La Mirada Vacía. José Alejandro Brito Boadas ..................................................................... 15
El Hombre Frenético. José Alejandro Brito Boadas ............................................................. 17
El Plástico Derretido en el Café Con Leche. axel luchilin krustofski ............................... 18
Un Pequeño Cuento Negro. Víctor Hugo Brilanti Torres ................................................. 19
Vuelo Sin Boleto. Manuel Olcese ......................................................................................... 20
Bourbon & Scotch. Manuel Olcese ....................................................................................... 20
Cero Confianza. Cristian Lagiglia ........................................................................................ 21
El Lago. V. K. F. Polar ........................................................................................................... 23
Subir. V.K.F. Polar ................................................................................................................. 25
Civilización. Cecilio Pastrami ............................................................................................... 27
Luisa. Junnecus ...................................................................................................................... 31
La Abuela. Junnecus ............................................................................................................. 32
Sobre la Imagen de Portada. ............................................................................................... 34
¬¬
Mandeb es y será una revista bimensual gratuita, de distribución libre, en formato PDF y
diagramada en A4 para facilitar su impresión si así el lector lo desea.
Los editores no recibimos nada a cambio de nuestro trabajo excepto dolores de cabeza por las
horas pasadas frente al monitor de la computadora y algo de satisfacción artística.
Todas las obras que aquí se publican son mérito, responsabilidad y propiedad de sus autores.
Por esto, las felicitaciones o críticas a sus contenidos serán derivadas a ellos.
Finalmente, la revista, en su totalidad y sin modificaciones, puede ser distribuida y copiada
cuanto se quiera; pero para reproducir aisladamente alguno de los textos que la componen se deberá
solicitar el permiso expreso del autor. Para esto, basta con enviar un mail a
revistamandeb@yahoo.com y nosotros lo pondremos en contacto con él.
Los editores
Junio, 2010.
3
mandeb. revista literaria año 1 número 2
REQUIEM
(Invierno Demente)
Ganzo Borelli
4
mandeb. revista literaria año 1 número 2
EL CAMINO AL ABRA
(Invierno Demente)
Ganzo Borelli
5
mandeb. revista literaria año 1 número 2
RESQUEMOR
(Invierno Demente)
Ganzo Borelli
6
mandeb. revista literaria año 1 número 2
En un cóctel de plegarias.
Tus pupilas abstemias destellaron,
-la noche fue noche
Porque el viento inspiró tus manos-
Y se apagaron bebiendo de un trago Poesía
El humo de la población.
7
mandeb. revista literaria año 1 número 2
MI PERRO
María
8
mandeb. revista literaria año 1 número 2
[A la noche
Alguien que buscaba comida en la basura ya encontró su cena]
9
mandeb. revista literaria año 1 número 2
“Él dijo:
Vos mataste a mi dios
Y me dijo: No me cojas por donde nacieron mis hijos
Y me dijo Poesía
Tus pies son increíbles.”
(Él mira a todos con asco
Como si a los demás les crecieran pelos en los dientes)
Pero al final se deja hacer
[No complacer.
Como si me faltaran los labios y mi boca fuera (es) una encía de caballo
Como si mi cabeza sonara (suena) como una concha vacía cuando cae contra el piso,
El juego perdido para nosotros.
María
Nacida en 1991 en el seno de una familia de inmigrantes ilegales judebolivianos, mi pasión por
la lectura no comenzó hasta el día que cumplí 8 años y mi tío José “el loco” Movilevsky me
regaló una edición de el Talmud y otro de poemas de Bukowsky.
Supe que era lo mío.
Dejé de comer jamón y comencé a escribir relatos eróticos, que fueron editados posteriormente
en la revista “Humi” bajo el seudónimo de Zarita Ruth Ramone.
Hoy en día subsisto del tráfico knishes, y de los poemas que escribo.
10
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Mario Pires
Me duele la cabeza
o tal vez sea Poesía
que en realidad
nada me interesa
Durante años
estuve parado en una esquina peligrosa
parado ante mi semáforo
creado a mi antojo y desconfianza
mientras
los transeúntes pasaban a gran ritmo
y los autos atropellaban peatones
homicidas
Al cambiar mi luz
decidí caminar
y pude percibir
que en realidad
todos corrían
Pensé mucho
en adiestrar mi estado físico
y mental
para correr tanto ¿En qué día bajaste los brazos
o más que ellos y comenzaste a pelear?
Pensé mucho Ésas son fechas dignas
mucho de anotar en el calendario
y llegué al fondo de la cuestión ¿En qué te has convertido
todos corremos ahora que ya no temes
para llegar a una meta final y causas miedo?
que en realidad no existe Ése es un bonito epitafio
para tu día más feliz
¿Adónde ir
cuando ya los caminos fueron gastados?
Lucho
Entre mis instintos
y lo que me han enseñado
hay demasiadas diferencias
que me cuestan entender
¿Cuál es mi yo
en momentos
que todos buscan su propio yo?
11
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Mario Pires
Apunta a la noche
que le toque salir
a ser un yo real
y no sabe por dónde empezar
Nace en Oporto, Portugal. A los 3 años se traslada con su familia a Alemania. A los 8 se
traslada a Montevideo, Uruguay, donde reside actualmente.
Comienza a escribir relativamente tarde, allá por los 18 o 19 años. Antes de esa edad no
manifestó ningún interés por la escritura, pero siempre demostró un gran interés por la
lectura y la música.
Entre otras cosas publicó poemas y cuentos en diferentes revistas under, participó en varios
libros colectivos, editó una revista under, publicó dos librillos con textos propios, escribió
una novela y un libro de poemas y cuentos que permanecen inéditos, escribió varias obras
de teatro que fueron llevadas a los escenarios, produjo varios espectáculos, publicó en
diversos sitios web.
Más info: maldicionpoeta.blogspot.com.
12
mandeb. revista literaria año 1 número 2
DE MI DIARIO
ViQui Montanaro
|240109|04:15|
Insomnio. Fotofobia. Calor.
He sondeado el mito de un suburbano eclipse de poetas, y todos me dicen Narrativa
“Habla”. Así que no callo, aquí estoy, VÉANME. Radiantemente sudada, con una
luz y un mosquitero en la noche esmeralda.
No apagues la luz, Fausto de muerte. No subas la luz, Nicolás, no sientan su
carne latiendo como dijo el poeta, acidulado. Vente a mi lado. Caminemos por esta
autopista cuadriculada y bebamos la negra savia Sylvapen. Saciémonos con estas
manchas que traducirá el griego, o un sabio, para que valgan oro al morir yo.
Muerte. Infinito tesoro de cerebros. Arcón de recuerdos. Muerte. Silencio
puntual. Vagar infinito de nadies. Es un renacer a los muertos despojos vacilantes
que quedan desparramados en menterrecuerdos, fotos, títulos, escritos, logros,
mentiras que dijimos a una tía chusma, etcétera.
La muerte.
Esa salida de hoyo negro a la nada ¡con todo lo que aprendimos viviendo!
¿Para qué al fin? La nada.
Al final, la nada. Una hueca noche de nuestro día la vida. Un cabo de la soga y
no más.
Muerte: ¡Hola! Te dedico este poema. Muerte: Hola. Muerte: Chau.
Aún no me puedo dormir, noche. Sos buena conmigo, que soy tu habitante. Te
extrañé, noche, hace meses. Tomo pastillas, ¿sabés? A ti no te importa, tú vienes.
Nadie detiene una noche al pasar. Pero sí se estira, a veces, la noche, y me deja
habitar.
Pensar, en vez de dormir, hoy es para mí.
Te quiero, noche, con tu frescor iluminada, con tus chicharras almidonadas.
Con esta cama que me echa. Te queremos, noche, los poetas.
13
mandeb. revista literaria año 1 número 2
LEYENDA
ViQui Montanaro
Se cuenta que todos venimos con una música de fondo, que muchos
olvidan. Pero hay otros, seres muy sensibles, que la vuelven a oír en alguna Narrativa
estrofa o en alguna caricia. La misión para estas personas, entonces, es poder cada
día sentir su canción, la que los trajo al mundo y sigue sonando hasta que partan de
él. Se trata de una sutil y tímida canción, que puede volverse una ópera en el terror o
una balada en el amor. Nadie entiende bien del tema, y creo sinceramente que muy
pocos somos los que la hemos encontrado más de una vez.
Cuenta la leyenda, que la misión es tan peligrosa como caminar por un filo
con precipicio a los lados, es muy difícil sintonizar nuestra canción y muchos son los
que caen. Pero su huella está en las obras maestras que crearon a partir de esos
instantes de sintonía con la música de sus vidas, la música del universo.
No daré nombres a quien acudir por más aclaraciones... pero cuando sientas
que algo es supremo... único... y hecho para ti... tal vez es que tu canción está
sonando de fondo.
ViQui Montanaro
ViQui Montanaro es una joven escritora y actriz del ámbito independiente. Estudia Letras en la
UNLZ, y actúa en la compañía de teatro Arte Ludovica. Ha publicado críticas teatrales en la
revista Mirábilis, poemas y relatos en revistas virtuales como Entre Evangelios y Medios
Mundos y El Tintero. Publica habitualmente en sus blogs personales de poesía y de cuentos y
en el sitio taringa.net (con el usuario ViQuiconQ). Actualmente se encuentra editando su
primer libro de poemas "emeotiv", que saldrá a la venta a partir de Abril y cuya impresión será
totalmente artesanal.
.
14
mandeb. revista literaria año 1 número 2
La Mirada Vacía
José Alejandro Brito Boadas
15
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Y ta.
Seduciendo la madrugada
al fondo de esta habitación,
(a la izquierda)
derrotando la monotonía sepia del muro,
otra mujer se desnuda frente al espejo.
Algo impreciso en ella
(las hojas al viento,
las grietas en la corteza,
los pétalos marchitos,
la raíz muerta,
la mirada vacía,
el cigarro o el jarabe para la tos)
no sé, chiquilina, pero hay algo en ella
que me recuerda a vos.
16
mandeb. revista literaria año 1 número 2
hay tipos con talento en el ámbito de la literatura. tipos que te pueden contar
las cosas más descabelladas o guarras de un modo que aunque no las entiendas te
emocionás hasta las lágrimas. no necesitan ser serios o profundos de un modo
académico. les basta con ser auténticos. Narrativa
por supuesto que toda torta frita (como buena rueda que es) tiene dos lados.
en el otro hemisferio están los que te escriben bruta novela, con todos los
artilugios y detalles del género, con un trazo límpido como uno sólo puede imaginar,
pero donde no hay vida. y donde más fácilmente se nota eso es en los diálogos:
siempre dicen “utilizar” en vez de “usar”, “necesitar” en vez de “precisar”. “en
lugar” en vez de “en vez”. todo suena correcto y rígido como una media sucia y
vieja. no todos hablamos bien, no funciona así el mundo, ¿y qué tiene de malo? ¿esas
impolutas novelas son tan GRANDES que están por encima del realismo de sus
propios personajes? porque eso es lo peor, te las venden como joyitas del realismo o
el costumbrismo.
de más está decir que el primer tipo de escritores no es precisamente el más
popular. no sé por qué, quizá porque las señoras bien que compran un libro tienen
una idea ya formada acerca de todo (“los doctores son así, y el lumpenaje es asá, y los
amantes son así, y las señoras somos de esta otra manera... ”) y no quieren que
ningún nabo desprolijo que no terminó el liceo les venga a escribir otra cosa.
yo escribo como hablo. uso las mismas palabras, casi de la misma manera.
trato de que mi arte pase por el equipo que forman la idea, el estado de ánimo, la
naturalidad y algún otro par de cosas que debo estar olvidándome.
la idea básica es que no me gusta el plástico derretido en la taza del café con
leche. es decir, cualquier tipo de esos que para sentarse a escribir en su casa antes que
nada se ponen la camisa y la corbata puede escribir el kibalyon. pero ni su carrera
como publicista ni su doctorado en derecho ni su prosperidad capilar van a darle
verdadero valor a su texto si no es honesto.
y ése es el carozo del asunto: la honestidad intelectual. ni todo el talento del
mundo ni todos los editores inescrupulosos del planeta ni todo el Gran público del
universo pueden llenar el vacío que debería ocupar la honestidad intelectual.
eso es lo que pienso, ¿algún problema? vamo pa fuera que te voy a romper tu
bibliografía, te voy a romper.
Las palmas se agitaban, todo parecía ser negrura, las olas de las playa
Narrativa
sucumbían sobre las rocas, una pareja sentada en la arena, embistiendo el viento
con sus extensiones capilares, y sus cuerpos semi desnudos. Una y otra vez las
huellas en la arena resurgían entre los húmedos latigazos del mar sobre la playa. Con
un ojo medio apagado por el aire tan fuerte y con los oídos aturdidos por los golpes
del líquido salado, ahí estaba yo, sentado, con los pies en el agua y la arena jugando
con mis uñas. El cielo carmesí se postraba a cada instante y las horas parecían no
cambiar.
Algo revoloteó sobre unas plantas extraídas de las profundidades por el oleaje, de
momento pensé en una bolsa negra que alguien olvidaría en la playa. Poco se movía,
pero parecía luchar contra la muerte. Imaginé entonces que un ser vivo sería, tal vez
un pez, o una tortuga. Acudí a su llamado, pues la pareja de novios que delante de
mí se besaba no se percató de nada. Me incorporé dejando mi huella sobre la arena.
Llegué hasta el lugar, y no creí lo que ante mí se vislumbraba. Era increíblemente
algo vivo, con dos extremidades largas semi enterradas en la arena, dos ojos rojos
que lloraron ante mi presencia, y un pico obscuro que graznó al sentirme cerca, lo
tomé entre mis manos, frío y aturdido el pequeño ser se movía, pude saber que un
ave, arrojada por el mar entre la muerte y la vida peleaba. Lo llevé conmigo, lo
coloqué en una caja de zapatos y traté de confortarlo. A la luz del alba siguiente, su
grito de hambre me despertaba, sobre la ventana de mi habitación, agradeciendo la
vida que la soledad en aquella playa le procuré salvar.
Edad: 28 años
Nacionalidad: Mexicana
Desde muy chico me he dedicado a dibujar y a pintar. Posteriormente a la edad de 23 años
estudié un año de escultura en Irapuato Gto. México. Desde entonces he estado realizando
algunas esculturas en yeso, generando exposiciones colectivas como : "EL OJO MACHIN" en la
Galería ARTIST en Irapuato. El jueves 15 de Abril se realizó la exposición de una de mis
esculturas en el museo de la ciudad de Irapuato, esta pieza es de yeso, es una mujer desnuda y
mide 1.30 mts. de altura. Comparto la sala del museo con muchos pintores de Irapuato y un
escultor más.
Hace unos años, publicaba una historieta en la revista subterránea - cultural llamada
DIAGÉNESIS realizada independientemente en la misma ciudad de Irapuato. Actualmente
formo parte de la publicación literaria llamada ARTERIA, y desde el año pasado, soy gaitero en
el grupo de rock medieval llamado GLAURUNG.
19
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Subiste a un tren que no debiste, ése no tiene lugar. Vas aguantando lo que
puedas en cada vagón y te empujan al siguiente. Escondete, aunque no te vea, dame
dos minutos más. Nadie te acoge y seguís avanzando a dejar de avanzar. No puedo
darte mi lugar, nadie puede, nadie te empuja y nadie te quiere afuera, pero nadie
puede frenarte, sólo Dios. Que mi lugar quede libre, ya no hay camino para mí, tiro
mi boleto, que me bajen, no busco otro tren, ninguno me lleva.
Tal vez no, tal vez bajemos juntos en nuestra estación. Falta revisar el último
vagón, tal vez allí puedas sentarte. No sé si hay. Si no no hay nada. Pero bajemos
juntos, por adelante o por atrás. Tal vez debas saltar por atrás. Llegamos al fondo,
cierran la última puerta, ya la cruzamos, no puedo reabrirla. No quedan vagones y te
van a dar el último empujón, yo sólo pido el último beso. Tu sueño vale más que mi
realidad. Te acompaño.
Narrativa
Los senderos sobrios del desierto no lloran ni ríen, sólo son, estáticos,
callados, infértiles. Sus huellas están marcadas con facas, no necesitan más. Quienes
lo transitan engañan una sonrisa solamente sincera en el desierto y que promete la
calma eterna. Escapan de un camino Real donde tormentas de fuego colisionan con
oro impuro que va dejando brasas herejes que nadie ha de tocar indisimuladamente
y juran un cáncer sin eutanasia para quien los profane sin guantes bordados. Al
fondo del camino, un amanecer infinito hace reemplazar la lluvia por el agua dulce
que cae de algunos rostros elegidos por sus propias almas, que encuentran en su ser
un mesías, elegidos por su experiencia es decir infortunio, quedando así en el camino
Real para que crucen el monte a diferencia de los demás y puedan conocer el secreto
del sol naciente, dándole a estos elegidos la sabiduría para diluir la frontera entre
teólogo y filósofo siendo ambas a la vez, y la desgracia de no volver a soñar al
entender lo que no debieron. No sé si me gusta más el bourbon o el scotch.
Manuel Olcese
Soy Manuel, un porteño nacido en 1992. Vengo de una familia bastante lectora y de un colegio
francés con una orientación literaria muy fuerte. Sin embargo ninguno de éstos creo que haya
sido el motor de mi incursión en la escritura. Creo en cambio, que sí lo ha sido mi tendencia al
malestar gratuito y cualquier infortunio por el que haya pasado, ya que son el verdadero
creador de la escritura, y lo tomé para tener un sustento para poder escribir todo lo que no me
animé nunca a decir. Nadie que me conozca imaginaría nunca que escribo, y nunca lo
20
reconocería públicamente tampoco, soy un estudiante de abogacía muy simple y que tiene una
segunda personalidad para sí mismo.
mandeb. revista literaria año 1 número 2
CERO CONFIANZA
Cristian Lagiglia
Sentí cómo giró el picaporte de la puerta con el cuidado preciso para que nadie lo
escuchara.
Lo hizo de la misma manera que lo hacía yo cuando venía con un pedo feroz de
bailar o de cualquier lado y no quería que nadie se enterara de que ya había llegado
ni en qué estado.
Lo primero que pensé era que acababa de entrar mi hermano, pero lo descarté de
plano en cuanto me acordé que hacía tres años que vivía en Bélgica.
Mis viejos no podían ser porque hacía como dos horas que estaban desmayados de
cansancio, durmiendo y mi abuela era imposible que fuera.
Narrativa
¿Qué puta iba a hacer la vieja entrando a la casa a las tres de la mañana?
Intenté cerrar los ojos bien fuerte para acostumbrarme a la oscuridad y de agudizar al
máximo los oídos para poder escuchar si se había mandado para el living o venía por
el pasillo.
Cuando abrí los ojos despacito parecía que, también, había abierto los oídos y
escuché, imperceptiblemente, que los pasos, apenas apoyados, venían derechito por
el pasillo hacia mi encuentro.
Empecé a tragar saliva y a buscar respuestas que desconocía, por todos lados, como
cuando estaba por rendir Geografía de tercer año y no tenía la más puta idea de lo
que me estaban preguntando, y tenía las manos totalmente sudorosas y la respiración
entrecortada.
A medida que iban pasando los segundos, las pisadas en el pasillo eran cada vez más
cercanas, cada vez más palpables y mi terror cada vez más intenso.
Miré en toda la habitación para a ver si encontraba algún elemento contundente que
pudiera agarrar para tirárselo por la cabeza, en cuanto se asomara por la puerta, que
encima, no estaba cerrada, si no, entreabierta.
21
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Había una cama más, dos parlantes que ni en pedo los podía levantar, un par de
borceguíes y la guitarra de mi hermano.
Ningún bazooka, ni armas cortas, ni granadas de mano, ni una puta honda había.
Seguí apoyado contra la pared que, de tanta fuerza que estaba haciendo contra ella,
ya la había corrido como dos centímetros hacia el garage y sentí los pasos cada vez
más próximos y también oí el sonido inequívoco de cuando cargan un arma con un
sigilo milimétrico.
Ya hacía como diez segundos que había dejado de respirar y parecía que ése iba a ser
mi estado permanente.
Me dije a mí mismo que ésta situación la tenía que enfrentar como se enfrenta lo
irremediable, con los ojos abiertos y mirando de frente.
Ahí nomás me contradije y me tapé hasta la frente con la sábana y dejé un ojo afuera
para que me contara qué carajo estaba pasando.
En ese instante vi cómo una mano se apoyaba con sutileza sobre la puerta y la movía
despacito hacia adentro de la habitación.
También alcancé a ver la otra mano, la que portaba un gigantesco revólver cromado,
de ésos que no había en mi habitación cuando me puse a buscarlo.
Metí el ojo valiente, que seguía afuera, debajo de la sábana y me quedé esperando lo
peor.
Mientras la bala venía derecho a mi cabeza, me dio un infarto al ver que el tipo que
había gatillado el arma era yo mismo y quedé duro, ahí, en la cama, para todo el
viaje.
La bala pasó de largo y ni me tocó, pero el corazón se paró, para siempre, gracias a
un oportuno paro cardiorrespiratorio y su último sentimiento fue de que ya no se
puede confiar ni en uno mismo.
Cristian Lagiglia
22
mandeb. revista literaria año 1 número 2
EL LAGO
V. K. F. Polar
Si alguien llega por primera vez a mi pueblo tiene que conocer ciertas cosas
que lo hacen diferente a cualquier otro. Del primero que le caiga en gracia recibirá la
doble indicación: dónde comprar el famoso pan de doña Lucrecia y, seguido a esto,
la del lugar adónde no ir, “por ninguna razón, nunca”. Las horas que van desde
el atardecer hasta las del alba son las peores, pero en realidad ninguna es buena Narrativa
para caminar por ahí. Un paisano cualquiera le dice a uno en su tono seco, con los
ojos bien abiertos: “El lago. Al lago no”. Es inútil pedir detalles.
Una sola vez, de chico, por ignorancia, llegué hasta el embarcadero. Cuando
regresé y con inocencia confesé adónde había estado, mi padre me llevó a dar un
paseo, más bien me sacó de la casa, y me lo contó:
“El viejo Tony y su hermano vivían en la Cabaña Negra, antes de que fuera
conocida así. Se dedicaban a cortar y vender leña. Eran personas respetadas pero
nadie había logrado profundizar en algo parecido a una amistad. Eran flacos como
galgos, Tony era el que usaba sombrero y hablaba con los compradores, a Simón
nunca se lo escuchó decir palabra.
Un día, Simón salió de la casa, había dejado a su hermano mayor durmiendo
en su catre, el sol aún no había despegado del horizonte. Se cree que fue llamado por
una fuerza inexplicable, una energía fatal como el daño del mismo diablo, que lo
convirtió en un sonámbulo. Lo dirigió hacia el interior del bosque, caminó como
alma sin paz abandonada en un desierto. Por las huellas se supo que el hombre hizo
un recorrido sin sentido, como el de un animal herido. Describió círculos y hasta se
cree que estuvo subido a un árbol mucho tiempo. Fue un pescador quien lo cruzó, ya
con las primeras luces, en uno de los caminos al lago. Vio que no llevaba nada en los
brazos, pero por la postura de su cuerpo parecía cargar un gran peso invisible. Como
se encontraba en la parte alta del barranco vio a Simón deslizarse sin control por la
pendiente, en un momento hasta llegó a rodar y pensó que se había hecho mucho
daño. Pero después lo vio levantarse, y continuar su paso. El pescador no pudo creer
lo que estaba sucediendo cuando Simón, sin modificar su recorrido recto desde la
pared del barranco, comenzó a introducirse en el lago. ¡Avanzó sin detenerse hasta
las rodillas, el pecho, el cuello, todo! Era invierno, nadar era una locura. Esperó verlo
salir, lo llamó con inútiles gritos. Pensó en el bote. Llegó lastimado al embarcadero.
Remó hasta el punto de inmersión final. El agua era un espejo peligroso, no podría
nadar con una pierna y un brazo golpeados, era un riesgo inútil. Entonces se le
ocurrió bajar su caña para ver si alcanzaba a tocar a la irremediable víctima, para
informar luego si era que se encontraba allí. La punta de su caña se fue hundiendo de
a poco, luego realizó el movimiento de verificación. Nada. Pero cuando ya estaba
decidido a retirarse de allí sintió que alcanzaba a tocar algo sólido. Y en ese mismo
instante, ese “algo”, se aferró a su implemento de pesca y le dio un fuerte tirón, como
si quisiera arrebatárselo. El pescador muy asustado dejó que se llevaran el equipo y
buscó la orilla remando lo más rápido que pudo.
Ese mismo día un grupo realizó una búsqueda liviana del supuesto cadáver.
Como nadie reclamó mayor intervención de las autoridades, las tareas del caso se
23
mandeb. revista literaria año 1 número 2
24
mandeb. revista literaria año 1 número 2
que faltaba muy poco para que aquello quedase al descubierto el viejo Tony
acompañó cada manotazo con el rechinar de sus dientes. Estaba exhausto,
enloquecido. Tirar, tirar, sacarlo, verlo, enterrarlo; no había que pensar, sólo levantar,
con todas las fuerzas.
El gancho del ancla se había incrustado en un brazo, cerca del hombro. La
mano hinchada, verdosa, sucia de algas, se levantó detrás del borde de la
embarcación. Un anillo fue el signo que confirmó la doble desgracia.
Fue un momento perpetuo, la mano deforme suspendida, inerme, y el
hermano sosteniéndola. También fue en un instante que ocurrió lo más terrible. Una
mano, la otra, se aferró al bote, era la de alguien vivo, no había dudas de eso. Tony
soltó la cuerda, la mano siguió aferrada con fuerza. Las ganas de creer que se trataba
de su hermano vivo lo llevaron a dar el paso que no debería haber dado nunca, el de
asomarse para ver si se trataba de un vivo, o de su muerto. El terror al ver el resto del
cuerpo, que se levantó como impulsado en un salto, paralizó al hombre. Sólo sintió
que una de sus piernas era atenazada, y que el agua estaba demasiado cerca, un
vértigo fatal y el bote tambaleándose. Tony no sabía nadar. Una mujer que
fotografiaba el lago vio llegar el sombrero a la orilla.
En las noches de luna muy clara, cuando el lago es un pavoroso espejo de
agua; cuando, muy cerca se oyen las aves inquietas y los perros sin dueño han
alterado su merodeo, en esas indeseables noches se ha visto al terrorífico ser que
arrastra la soga y carga con el ancla incrustada cerca del hombro. A Tony nunca más
se lo volvió a ver. “Al lago no hay que ir, no vayas nunca”, me dijo mi padre a quien
antes le gustaba mucho la pesca.
SUBIR
Narrativa
V. K. F. Polar
Confirmé la palidez de mi cara y salí al patio a fumar hasta que viniera ella a
buscarme. El llamado de medianoche terminó con la espera. La agonía de mi madre,
que tenía su contracara en mi propia agonía, me había cargado de soledad. Pero el
teléfono sonó más cruel que de costumbre.
Pensaba en los que deberían haber estado allí, cada tarde de las doce que
estuvo en coma. Sin resentimientos, aunque era consciente que esa noche dejaba de
ser “hijo” y también “pariente” de otros tantos.
Dos llamados casuales que se sorprendieron cuando les dije que se moría
desde hacía seis meses y les saqué el título de parientes míos.
El patio esa noche estaba más calmo que nunca. Ni los chicos de al lado, ni los
motores del taller. Me quedé mirando un rato cómo el humo de mi cigarrillo subía y
se hacía nada.
Caminé por el borde de la medianera esquivando cosas oxidadas que no
hubiera podido nombrar en ese momento. Eran pasos en falso pero me ayudaban a
pensar qué era lo que tenía que hacer desde el instante en el que sonara el timbre.
Reduje la cuestión a: coche, certificado, recibo de pensión, dni, flores. Hasta ahí
25
mandeb. revista literaria año 1 número 2
V.K.F. Polar
Me llamo Juan Pablo Chaparro. Soy profesor de filosofía. Tengo 38 años, vivo en Avellaneda.
Me dedico desde chico a la escritura, he concurrido a varios talleres literarios desde entonces.
He participado de algunas revistas literarias y antologías, gané un concurso y me han
publicado un librito en el año 2003. Me dedico al cuento breve aunque me interesa también la
poesía. Me gusta la literatura de Carver, Chever, Dylan Thomas, Borges, Cortázar, y todos los
escritores dedicados al cuento.
26
mandeb. revista literaria año 1 número 2
CIVILIZACIÓN
Cecilio Pastrami
Narrativa
Lunes:
Hoy soy más tonto que ayer. Lo sé. Y mañana lo seré más. Y así, y así. Y pasado
mañana, incluso olvidaré esta palabra, “mañana”, y tendré que decir “el día después
de hoy”.
La nada avanza, lenta e inexorable , hacia mi mente.
Sé que llegará el día en que apenas pueda escribir. Sé que llegará el día en que ni
siquiera pueda balbucear mínimas frases inteligibles. Sé que llegará el día en que no
podré tener conciencia de lo que sé o no sé.
No hace mucho que descubrí este progresivo deterioro. Podría decir que tres meses,
aunque quizás sean más. El hecho es que hace tres meses que comencé a notar los
primeros síntomas; la enfermedad (la llamo así aunque no sé si es una enfermedad
empíricamente hablando) puede llevar años desarrollándose en forma asintomática.
Desde aquel momento acudí con desesperación a todos los especialistas que se me
ocurrieron o me recomendaron. Pensé en decenas de enfermedades posibles. Temí
que fuera Alzheimer. Meningitis. Algún tipo de tumor cerebral. Incluso alguna
patología mental. ¡Dios! ¡Hasta pensé que podría ser Sífilis!
Domingo:
27
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Martes:
... A mí, que tengo un conocimiento intuitivo de esta condición que me aqueja, dado
el acceso “preferencial” que tengo sobre dicha condición (¿hay una incongruencia
aquí? lo siento), si a mí me es difícil explicármelo, más difícil es explicarlo a terceros
usando el medio justamente afectado por la enfermedad, es decir, las palabras.
Cansancio...
28
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Lunes: (he releído lo escrito arriba, otra vez lunes, el ciclo, el eterno retorno,
nada me habla del tiempo circular como esta... ¿Causalidad? ¿Casualidad? Un lunes
comienzo y un Lunes termino)
Ahora bien, aquí radica el problema: en el ser humano la capacidad de hablar (mejor
dicho de generar y comprender el lenguaje) está estrechamente ligada a la capacidad
de pensar. Todos estarán de acuerdo conmigo en eso.
Entonces, si una se ve afectada la otra también: pensamos en palabras, si perdemos
las palabras perdemos la capacidad de pensar.
Eso es lo que me está pasando.
1
Esto lo escribo con posterioridad, en un instante de lucidez , pues no creo que haya quedado claro.
Olvidaré las palabras, los nombres de las cosas, al olvidar los nombres de las cosas no podré
distinguir entre una cosa y otra, un televisor (una cosa) y una mesa (otra cosa) serán para mí sólo
eso: cosas. Entrarán dentro de la misma categoría de “cosa”. El próximo paso será perder la
capacidad de distinguir los límites entre un objeto y otro... (¿acaso esto es redundante?)
2
Aquí el televisor y la mesa serán percibidas como una misma masa. Creo que será progresivo.
Primero agruparé como parte de un mismo cuerpo o ente las cosas cercanas espacialmente. Luego
todo se irá haciendo parte de esa sola masa. Luego sólo el vacío o la totalidad...
29
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Mi yo, en esa instancia va a ser sólo un recuerdo, lo que no puedo decir es dónde
quedará ese recuerdo. Quizás sólo en estas páginas...
Cecilio Pastrami
Se podrían decir muchas cosas sobre Cecilio Pastrami. Huraño, antisocial, ermitaño lo
describen con cierta precisión. Aunque egoísta, ingrato, soberbio pueden aplicarse sin dudar
a su persona.
Las permanentes negativas a mostrar (y publicar) sus cuentos han disminuido en los
últimos tiempos y se habla incluso de un libro de cuentos de inminente edición.
Su exclusivo círculo íntimo (no más de diez personas, los únicos que alguna vez han
accedido a leer lo que escribe) cree que este cambio en su mentalidad se debe a que pronto
cumplirá setenta años, edad a la que se comienza a experimentar el inevitable terror, el
relámpago frío que recorre a cada persona que descubre la segadora a su espalda.
3
He escrito originalmente “nivel de conocimiento”, luego he rectificado.
30
mandeb. revista literaria año 1 número 2
LUISA
Junnecus
-Escribí lo que me pidió. Lo traje, lo tengo acá. ¿Quiere leerlo? ¿No quiere?
¿Cómo me estoy sintiendo? No sé... Ahora muy b... ¿Ahora? Yo qué sé... ¿Con
respecto a Luisa? No sé... ¿Arrepentido? Ya pasaron doce años... Es mucho tiempo.
¿No doctor?... Luisa siempre se burlaba de los compañeros “becados” y todo eso.
Igual estuve mal. Pero era viva, se cuidaba muy bien de no portarse mal adelante de
los sacerdotes y de las personas. Igual yo sé que estuve mal. Por eso la querían...
¿Está grabando? No, sí, sí... Sí. Estoy arrepentido. Pero en serio; si quiere le leo lo que
escribí. ¿Se lo puedo leer? Se lo leo. Ahí va:
-No quiero pegarme tus piojos, decía. Jeje... Bien. Sigo leyendo:
“En general, su belleza era horrible. Luisa solía abusar de los perfumitos, los collares,
las pulseras y todo lo caro e inútil que una niña idiota de clase alta pudiera desear. Su actitud
era la de una perrita consentida que repetía las mismas gracias una y otra vez esperando
orgullosa su recompensa. El elogio, la buena nota y el pabellón nacional eran los indignos
huesos de cada día.
“A los maestros les gustaba refregarnos las notas de Luisa a fin de mes y nos la ponían
de ejemplo en cuanto podían. Por supuesto, la odiábamos. A ella parecía no importarle mucho
porque era mejor que todos nosotros. ¿La verdadera razón del éxito de Luisa en el colegio? Sus
padres eran ricos, los curas ambiciosos y los profesores pobres.
“Nos quedamos solos en el aula durante aquel recreo. Ella decía algo y yo no la
escuchaba. Sus ojos grises de zorro me miraban. Sonreía... De repente me di cuenta del
profundo asco que Luisa me provocaba. Simplemente no aguanté más. Pensé que semejante
ser no tenía derecho a ocupar un espacio en el mundo de los buenos y la maté. Finalmente, es
gracias al doctor Cavalcanti que logré avanzar dentro de mi conciencia y encontrar la
respuesta: fue un error matarla y estoy arrepentido. Ahora me doy cuenta que al hacerlo la
convertí en santa cuando en realidad era una mala persona.”
31
mandeb. revista literaria año 1 número 2
LA ABUELA
Junnecus
-... al hámster con una bombilla. ¿Eh? No. Sí... Más o menos... Sí doctor
Cavalc... Traje lo que me pidió esta semana. Mi abuela seguramente... Tiene que
haber sido la primera... Sí... Lo traje todo escrito... Sí... En menos de una carilla como
usted me pidió. ¿Está grabando? Si quiere se lo leo... Acá está. ¿Se lo leo? Bueno. Se lo
leo... Ahí va:
“Podría jurar que recuerdo a mi abuela caminando en cuatro patas conmigo sobre sus
espaldas. Tengo la certeza de que fue esa vez en que haciéndome caballito le sobrevino el
infarto. Yo tendría dos o tres años de edad, pero aún lo recuerdo. Maté a mi abuela. Conservo
intacta en mi memoria esa sensación de desplome sordo, esa fugaz perplejidad que se produce
ante el instantáneo vacío de la entrepierna y la falta de sustentación cuando las abuelas
colapsan.”
-Jeje... “Las abuelas colapsan”. Me encanta esa frase... Bien... Sigo leyendo... Narrativa
“Maté a mi abuela. Ningún otro recuerdo conservo en mi mente luego de la caída, sólo
ha quedado la certeza total y absoluta de haber matado a mi abuela siendo yo un pequeñuelo.
Forzosamente tuvo que ser ésa la primera vez que acabé con la vida de alguien. Lo sé porque
mucho más tarde le sumé a este recuerdo las anécdotas que mi padre me contaba en el tambo.
Parece ser que el día que mi abuela murió, la encontraron muerta y conmigo durmiendo a su
lado. Maté a mi abuela y seguramente luego me dormí de inmediato. Considero que debo de
haber dormido unas cuatro horas junto a su cadáver antes que llegaran mis padres.”
-Ahora viene la parte que usted me pidió que escribiera... ¿Se acuerda?
Meditar seriamente acerca de las consecuencias directas de quitarle la vida a otra
persona... Le leo:
“Pero no todo fue tan sencillo luego de quitarle le vida a mi abuela. Es que a pesar de
ser legalmente inimputable a esa edad, el primer homicidio dejó secuelas en mi personalidad; o
como suele decir el doctor Cavalcanti: 'Mi mente infantil sufrió un retroceso.' Recuerdo que a
raíz de ese homicidio volví a hacerme caca y pichí en las escaleras. Eso fue hasta los ocho. Fue
difícil aceptar que nadie volvería a hacerme caballito de nuevo. Es más, cuando descubrí lo
que había pasado rompí absolutamente todos mis juguetes y libritos de cuentos, no dejé ni uno
sano...”
32
mandeb. revista literaria año 1 número 2
-Entre los libros que rompí me acuerdo de haber roto uno que mi abuela me
había regalado: se llamaba “Babau, el perrito valiente”... Creo que también me hice
caca sobre las páginas de “Babau” después de romperlas, pero de eso no estoy tan
seguro... Era chico... Bueno... Tiene razón... No importa... Sigo leyendo:
“Recuerdo que en esa etapa señalaba las nubes y les exigía a todos que saludaran a mi
abuela en el cielo. Creo que me mantuve en esa actitud unos cuatro años hasta que mi madre
me amenazó con lastimar a 'Bubi' si no dejaba de hacerlo. Ahora, luego de dos años de
conocer al doctor Cavalcanti, por fin comprendo que mi actitud era algo incómoda para las
visitas. Todo esto se lo debo al doctor Cavalcanti. Fue siguiendo sus consejos que he
recuperado en mi conciencia la certeza de que Luisa no fue la primera. Maté a mi abuela
mucho antes. Me conformo pensando que la abuela murió en su ley. Me pregunto qué
pensaría ahora si supiese que fue la primera en una serie de cuarenta y dos homicidios (por
supuesto, cuarenta y tres si contamos ahora a la querida abuelita... ) Ahora, si cierro los ojos,
casi puedo verla galopando contenta en el cielo entre serafines.”
Listo, terminó... No escribí más porque usted me pidió que lo hiciera corto y
porque aparte se me acabó la crayola. ¿Qué le pareció doctor?
Junnecus
Casi podemos afirmar que este pobre nabo, quien les habla, se llama Juan debido a que él
mismo considera que ése fue el nombre que efectivamente le pusieron sus padres al inscribirlo en
el registro cívico de su país... Al menos todo lo induce a pensar de ese modo ya que por más que
se esfuerza no encuentra motivos para dudarlo...
Junnecus en realidad no se acuerda exactamente de haber nacido pero confía en haberlo
hecho dada su aparente capacidad de influir y afectar el entorno, lo que presupone cierta
presencia permanente en el espacio y el tiempo lo cual (sumado a la consciencia de ser el mismo
que lo acompaña desde que recuerda) hace muy plausible que ésta premisa sea cierta. Es más,
teniendo en cuenta los documentos existentes y presumiendo que son genuinos quien les habla
incluso se atrevería a afirmar que nació en Montevideo allá por el año 1980 siendo además del
signo de Aries (Eso, claro está, si damos por válidos los enunciados zodiacales que especifican las
fechas y los intervalos que se corresponden con cada signo dentro del horóscopo y que afirman
que son de Aries los nacidos a finales de Marzo sin lugar a excepciones) De todos modos asegura
que el último dato es irrelevante. Finalmente Junnecus es de la creencia que actualmente reside y
trabaja en Montevideo.
33
mandeb. revista literaria año 1 número 2
Susy me estaba esperando a la salida del colegio, como me había indicado, como me temía yo. Por un
momento albergué en mi alma la esperanza de su piedad, pero mi bolsillo abultado por sus cartas
amenazadoras me recordaron de que me estaba enfrentando con la mismísima chica-Leviatán de 14 años:
Susana Encarnación
Gómez.
¡Ah, de mi pobre cuerpo!
¡Ay de mí llena de
moretones, moretones
del amor! Pero debo ser
valiente, y asumir las
consecuencias de
haberme metido con el
novio de esta Amazona,
aunque nadie haya
salido indemne de sus
puños.
La calle estaba desierta,
el cielo despejado. El sol
de mayo golpeaba contra
mis pupilas, haciéndome
entrecerrar los ojos. Me
saqué el cárdigan y lo
dejé en un esquina junto
a mi mochila de plush.
Ella me miraba con
estoica violencia, parada
sobre el macetero del
ficus. El viento cálido
agitó nuestros cabellos
trenzados y nuestras
polleras, dejándonos por
un momento desnudas
las rodillas: las mías,
recubiertas de una
peluza rubia, las suyas,
surcadas de cicatrices. En
su gemelo izquierdo
llevaba la inscripción
mala y en el derecho
muy mala, ambas
escritas en marcador con
una caligrafía de los mil
diablos.
“¿Así que te transaste a
Vicente?” -dijo, mientras
descendía y se acercaba a
mí con pasos de tigre-.
“Esto me va a doler más Título: Ganas De Combate
a mí que a vos, Princesa”. Técnica: Fibrones sobre papel A4
Temblé.