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PODER Y MESTIZAJE EN EL SIGLO XVI, EL CASO DE LA

FAMTLIA AMPUERO59

Carlos Carcelén Reluz

"Flijos de capitanes o sirnples soldados, hidalgos o pecheros, de princesas de


sangre real o humildes indias, los mestizos peruanos fueron el símbolo vivo de la unión
de dos razas ..." (López Martínez 1972:13-141.
',...La realidad racial del ltrú es una nueva raza, aunque algunos r€pugne el ha-
blar en tér¡ninos raciales. Y esta nueva raza es la tnestiza, tarnbién llanrada chola, y
mejor aun peruana". (Del Busto 7993:77l,.

I. INTRODUCCIóN
El mestizaJe puede ser entendido como una situación de hecho, pfoducto de la
fuerza de la conquista y de las necesidades sexuales del grupo conquistador.
En América española, durante los primeros años de la conquista, podemos obsef'
var un creciente proceso de uniones legales o no enhe españoles e indias, indistinta-
mente de su posición socio-económica.
Fste oeciente proceso no fue visto como negativo o pecaminoso ya que,de acuerdo a
la mentalidad feudal del conquistadol el hecho de una conquisfa daba a ráste el estahs de
señor de la guerra, quien podía disponer de bienes y personas como le patecl,era.
6 asl que destle que llegaron al Perú '... todos los soldados, desde el iefe hasfa el
úlümo peón debieron tener sus mancebas indfgenas. francisco Pizarro dio el eiemplo
amancebándose con doña lnés Yupanqui Huaylas y con Añas Vpanqui, ambas hiias
de Huayna Capac." (Salas 7960:122-123).
El amancebamiento se convirtió en "... Ln hecho generalizado y normal en el Pe'
rú, como en tantas otras partes de las nuevas üerras, part¡cularmente en las primeros
años en que hubo pocas mu|eres españolas..." (Salas 1960:124)'
A esta sifuación de hecho, se aúna un condicionamiento legal, producto del Dere-
cho Canónico, el cual prohibe el matrimonio con infieles y herejes, pero no pone obs-
táculo al mahimonio entre personas de diferentes razas. Siempre y cuando ambas
partes sean bautizadas. (Konetke 1961:59-60)'
Bte condicionamiento permiüó la legalización de los "amancebamientos" o con-
cubinatos, una vez que la indígena hubiera sido bautizada. Más aun la iglesia en Amé-
rica legalizó estas alianzas y las favoreció en la medida que así las parejas dejaban de
viür en pecado, gracias a la administración del sacramento del matrimonio.
De esta manera las uniones interraciales podfan entrar en la legalidad de la socie-
dad colonial, pero el producto de estas uniones, es decir los hijos mestizos, reptesentan
otro problema no sólo para la legislación sino, y principalmente,para la sociedad y la
idea de corporación colonial de la América Bpañola.

59 El ptesenie estudio es una versión corregida y anipliada de la ponencia presentada en el ar


Coloquio lnternacional de Estudiantes de l-listoria", de [a Fontificia Universidad Católica del Fe-
rú, Lima, 18 de Noviembre de 1994. La versión original fue cornentada y revisada por Gabnal
García Higueras, a quien agradezco las sugerencias

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El mestizo, como produclo de la conquista, se verá inmerco en un panoranra des-
favorable para sus intereses, ya que desde un inicio la única opción que les concedía
una condición jurídica autónoma era el ser reconocidos como hijos legÍtimos, sobre to-
do dentro del matrimonio.
Este hecho dio lugar a una especie de degradación social y jurídica, ya que la ma-
yoría fueron hijos ilegítimos, a pesar de que en algunos casos se tramitaron legitimacio-
nes de hijos naturales. (Konetzke 1961:61).
El mestizo, gracias a esta condición social de inferioridad, encontró gran número
de prohibiciones para el desenvolvimiento de sus intereses individuales o de grupo. Se-
gún las Leyes de Indias, los mestizos estaban prohibidos de heredar encomiendas; que
se les designe para muchos cargos y oficios públicos (como regidores y corregidores);
que tengan y porten armas o asuman plazas militares; además se les prohibía cargar
con rentas a los indios; y asumir cargos eclesiáslicos. (Konetzke 196l:62 y L6pezMarrí_
nez 1972:76\.
Estas prohibiciones se aplican a los hijos ilegítimos, los que principalmenle son
producto del no matrimonío de sus padres, ya que encontramos otro grupo que, pe-
a
sar de que sus padres no se habían casado, se encontraban reconocidos legalmente,
adquiriendo así plenitud de derechos.
kro a pesar de estas prohibiciones, muchos mestizos que eran de origen legíiimo o
no pudieron tener acceso a cargos públicos, gracias a sus relaciones con los grupos
dominantes, ya sea, por un lado,españoles o indígenas.
Muchos mestizos, legítimos o no, heredaron los cargos y riquezas de sus padres es-
pañoles o de sus madres indígenas, e incluso de ambas parles.
La conservación y unión
de ambas riquezas y herencias se hacía más patente en ia medida del mayor poder
y ri-
q.ueza de ambas partes; es decir, cuanto más estatus social
tenían ambas partes, la
alianza resultante tenía un mayor poder, y el producto de ésta, el hijo
mestizo, llegaba a
sentirse doblemente superior e incluso doblemenle poderoso, gracias a su procedencia
noble por ambos ascendientes, en algunos casos.
Los mestizos como grupo étnico-social no presentaron un mismo destino, ya que
si
bien se tiene la imagen de que fueron un grupo socialmente degradado, existieron
mar-
cadas diferencias de acuerdo a la posición o estatus de los padrás.
Resumiendo esta introducción, podemos diferenciar, en base a los avances
de
nuestras investigaciones, kes marcados tipos de mestizos:
1. Los hijos ilegítimos, es decir sin makimonio entre los padres, y sin reconocimiento
legal, fueron presa de todas las prohibiciones antes mencionadas, no por
este or!
gen, sino porque sus padres pertenecieron a un estatus social inferior
dentro de la
sociedad colonial. Btos fueron la mayoría.
2. Los hijos legitimados, es decir reconocidos legalmente a pesar del no matrimonio
enhe los padres, heredaban las riquezas y el poder de éstos, conservando
sus in-
fluencias, siempre y cuando aquélrqs^ fueran lo suficientemente fuertes como para
conservar sus relaciones y clientelaso. Este grupo se subdivide, ya que
muchos de
estos mestizos reconocidos legalmente no pudieron conservar el poco poder
de sus
padres, y paulatinamente pasaron a engrosar las filas del primer
irupo.
60 Este fue el caso de Doña Fmncisca Pizano Yupanqui, hija legítimada
del Marqués Don Fran-
cisco Pizarro y de Doña Inés yupanqui Fluaylas.

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3. Los hijos legítimos dentro del matrimonio y reconocidos legalmente, fueron quie-
nes heredaban todo el poder e influencia de sus padres, en la medida que ellos
conformaban la Nueva fuistocracia Colonial, y que sus clientelas y relaciones fue-
ron fuertes y muy dilataduuut . Fotn grupo fue la minoría entre los mestizos.
La existencia de estas marcadas divisiones entre mestizos, como grupo étnico-
social, da lugar a considerar que dentro de la sociedad colonial del siglo XVI, el prejui-
cio fundamental no se encontraba e¡r características étnicas específicas, como el ser
mestizo, sino en e[ grado de estatus socio-político, y en lo fuerte y dilatado de las rela-
ciones y clientelas, de las que procede e[ individuo mestizo.
Teniendo en cuenta lo anteriormente observado, pasamos a un intento de interpre-
tación, tomando como referencia factual un caso representativo, la lamilia Ampuero-
Yupanqui. En ella se tratará de observar las características de la conformación de una
familia aristocrática, cuyo poder e influencia se manifestará en el siglo XVI.
La familia Ampuero-Yupanqui fue producto de la unión matrimonial a comienzos
de 1538 de Don Francisco de Ampuero y cocas, un hidalgo riojano, y de Doña Inés
Yupanqui, una de las hijas del Inca Huayna Cápac, con Contarhuacho, Señora de
Huaylas. Doña Inés fue la primera concubina del Marqués de los Atavillos, Don Rancis-
co Pizarro, con el cual tuvo dos hijos legitimados.
Esta familia ha sido ya estudiada de manera biográfica por diversoe historiadores, entre
los que podemos mencionar a Manuel de Mendibúru 11874), J$é Toribio Fclo (1891), Ró-
mulo cúneo Mdal (1925 v 1926), Domingo Angulo (1929), Raúl Forms Banenechea (1936,
1951(1941) y 1978), Juan Bromley (1935-1948), Betty Tumer Hart (1961), Enéas Martínu
(1%1), Waldemar Fspinoza Soriano (1976 y 1985 (1973)), Guillermo l-ohmann Vllena
(1983), Jostá Antonio Del Busto (1986), y Rafael\hnón Gabai (1993).

l¡. DoN FRANCTSCO DE AMPUERO y DOñA INES YUPANQUL IA


CONSOLIDACIóN DE LA NUEVA ARISTOCRACIA PERUANA.
Fara entender la importancia de la Familia Ampuero en el krú Colonial, es nece-
sario citar [a Relación histórica del viaje a la América Meridional de Jorge Juan
y Antonio de Ulloa, quienes en la Segunda Farte, Libro I, C.apítulo ! titulado 'Del nu-
meroso vecindario, que contiene la Cíudad de Uma; sus Castas, geniq y costumb¡es de
sus habitadores; riqueza y obstentación de los frages", nos dicen:
"La-s fámilias de españoles son en gran número; pues se considera que podrá ha-
ver de 16 a 18 mil perconas blancas, según el concepfo mas prudente. Enhe eslas hay
como una lercera, o quarta pañe de Nobleza, la mas dístinguida de todo el Fbni, y ori-
ginada de la mas conocida y sobrcsalienfe de estos Reynos; mucha pañe esta elevada
con la dignidad de Titulos de Castilla anliguos, o modernos; de los quales se cuentan
Condes y Marqueses... a su conespondencia es crccido el numero de C.avalleros Cruza-
dos en los Religíones Militares; y fuem de esfas no son de menos lushe, y calidad las
demás de la misma clase; entrc las quales hay Mayorazgos sín tifulo; y la mayor pafte
de ellos tienen fundaciones antíguas, que prueban bastantemente la de las famílias. Ha-
llese entrc estas una, que Íeconoce su ascendencia en los Reyes Ingas, y es la de Am-
pueto, a¡nllído de uno de los Capítanes Bpañoles, quese hallaron en la Conquista, y
caso con una Coya,... A esta Familia tienen concedido los Reyes de Bpaña varíos ho-

Este es el caso de la aliarua mahimonial Ampuero-Yupanqui, objeto del presente esfudio.

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t

not6 y distinguidas prcnogaüras; de las cuales goza como prueba de su alta calídad; y
están enhoncados con ella muchas de las mas esclarecídas de aquella üudad, en la
qual las Familias fotman de ada Casa una poblacion...'(Juan y Uloa 1978, t II:67-68).
Don F¡ancisco de Ampuero y Cocas, UeSo al Fanl en Juüo de 1135 enhe lm acompa-
ñantes de Don Hemando Fzarro (Fcrras 19441948,T.1292), bajo recomendación del Rey,
fechada en hlencia el 6 de Agwto de 1534, dirigida d Murqu$ Don Fiancisco Hzano, a
quien le pide fartorezca y haga mercedes a nueve caballeros ente lcs que se enanentra Am-
puero, como uno más de lo tantc '\nlídu'de aquella época.
o...
tengo ¡¿oluntad de le mandar favorecer y hazer merced en Io que ouierc lugar
por ende yo vos encargo y mando le ayaj,s por encomendado y en Io que /e tocarc le
arydets y favorcsca3rs y enca¡gue¡n a,gos y casas de nuesho seruício conforme a ta
calidad de su percona en que sea honnda y aprcvechado y le de¡rs Reparhmiento de
tien-as y solarcs y las otas cosas que se suelen y acostumbmn dar en esa üena a las
peoonas de su calidad que en ello me serwíre1rs ..." (Ponas 194+1948, T.t:29).
En medida a tal recomendación, Ampuero se convirtió en Paje del Marqués,
'bsküendo en su compañía al cerco de Uma...I puesto por los indígenas al mando de
Titu Yupanqui. (Del Busto 1986,T.1:130).
Al año siguiente, en 1536, en el ¡eparto de E¡comiendas Ie tocaron lc repartimimtos
de h,riacaca, Huarochirí, Santa Eulalia, Canb, Carampoma y Chaclla. (Bronrley 1935:106),
es decir el tenitorio de los Conegimientos de Yauyc, Huarochif y Canta, que ascendían a
unos 2.500 a 3.000 pesos de rcnta anual (Del Busto 1986, TI:130).
En 1536, el dfa 16 de Abril, el Marqués lo designaÉ Regidor del Cabildo de la
Ciudad de Los Reyes (Forras 1936: 58), cargo del que recién tomaría posesión el 6 de
Junio de 1539. (l,ohmann 1983, TII:37). Ademfu, como oko favor polfüco, la Corona
y el Consejo de Indias reconocieron sus servicios, a pedido del mismo Ampuero en una
carta del 13 de Junio de 1537. (Harkness 1932-36,T.1:28).
Además, Ampuero se conürtió en 1537 en un rico hacendado, estanciero y co-
merciante. Se dedicó a la cría de ganado porcino, para lo cual tuvo el apoyo del Mar-
qués, quien le dio por Cédula e[ servicio de 600 indfgenas habitantes de los reparti-
mientos de sus encomiendas. (Loredo 1958:2241. En ese año también se dedicó a la
importación de mercaderías por un monto de 2.0O0 pesos.(Lohmann 1983, T.ll:37).
Como se puede observar, el favoritismo del Marqués es muy evidente, y la labor
de Ampuero se presenta como la de un vasa[o obediente y consecuente con su señor.
Además como paje, aparte de vivir en Palacio, tenfa acceso dlrecto a las declslones de
Gobiemo, y tal vez pudo ejercer alguna asesorfa o influencia sobre su señor.
Viüendo en l%lacio es como Ampuero conoce a Doña lnés, concubina del Mar-
qués, quien al bautlzarla le cambia el nombre andlno de 'Quíspeim'i por el de lnés,
como su hermana y abuela patema. Esta mujer le fue enkegada por el mismo lnca
Atahualpa en Cajamarca, y lo acompañó en sus viajes y estadfas en esa ciudad, así co-
mo en las de Cusco, Jauja y Uma. (Porras 1978:38).
Sobre el nombre de Doña Inés 1.. Garcilazo, lehado y formalista, prcfiere usar pam
ella el nombrc de Inés Huaylas Ñusta: Inés, pq4ser.el nombrc de píla al rccibir el bauti-
zo y por eslar ligado a la familía hidalga de fizano; Huaylas, por sgr hija del cacíque y
señor de la üena, y Ñusta, par pertenecer a una categoía social denho de la noblea
real in caica'. (Alvarez 1970:3tl-35).
Fsta noble indígena de unos dieciocho o diecinuwe años de edad acompañó "... al

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viejo conquistaclor por los ptedios de sus antepasados indígenas' y, acasq es ella la
que, con su sola presenc¡a, consigue que los suyos Ie presten ayuda y le permitan pasar
hanquilamente por el Calleion de Huaylas..."(Nvarez 1970:35)'
Doña Inés, nacida en Tocas (Huaylas), fue hija del Inca Huayna Cápac y de Doña
Contarhuacho, señora de Huaylas, la cual, como suegra,habría ayudado al Marqués
con unos 40.000 hombres enviados desde su señorío para romper el cerco de Lima or-
denado por Manco Inca en 1536 (Ponas 1978:39).
como concubina del Marqués tuvo dos hijos legítimos, Doña Rancisca Pizarro y
Yupanqui, nacida en Jauja en Diciembre de 1534, quien se convirtió en la primera
rnestiza noble peruana y en la heredera del Marqués. El otro hijo nació en la Ciudad de
Los Reyes a principios de 1536 y fue llamado por su padre, Gonzalo, en memoria del
padre del Marqués. (Porras 1978:38-39).
Estos hijos del Marqués pasaron al cuidado de Don hancisco de Ampuero, gracias
al matrimonio de éste con Doña Inés, a principios de 1538. Este matrimonio fue efec-
tuaclo por la lglesia, y fue propiciado por e[ mismo Marqués, el cual, según Forras, tal
vez haya sospechado del lazo afectivo del joven paje y su concubina'
Esta unión resultaba conveniente al Marqués en la medida que al librarse de Doña
Inés, dejaba de ser objeto de reclamación o crítica, sobre todo en la Corte donde se le
acusaba, entre otras cosas, de favoritismo a los indígenas. Roblema que se aunaba a
las pugnas con el bando almagrista. Pero ya sea por el lazo afectivo o por librarse de
elta, ef hecho es que el Marqués propició el matrimonio con uno de sus más confiables
ayudantes, talvezelmás obediente y cercano, con lo cual no se alejaba del todo de la
relación con la poderosa e influyente hija del Inca y de la señora de Huaylas.
Las riquezas de Ampuero, unidas a la influencia política y al poder de Doña Inés,
hicieron de este matrimonio uno de los más poderosos e influyentes del Ferú de esa
época. cosa que se observó con gran niiidez hasta la muerte del Marqués, y que se
amplió gracias a la habilidad y oportunismo de ambos, sobre todo de Don Rancisco y
de sus descendientes varones.
Algo importante puede observarse en e[ caso de este matrimonio, ya que tomar a
Doña Inés como esposa legítima a través del sacramento podría hacernos pensar dos
cosas: que Ampuero estaba enamorado, a pesar de los prejuicios de [a época, o que
esta unión matrimonial era una forma coherente y segura de conservación del estatus
social de ambas partes, sobre todo en la época crítica que se vivía, caracterizada por le-
vantamientos y motines.
Bta segunda idea nos resulta más lógica e histórica pam esa época,ya que ambos con-
servan su otut*. Bla gmcias a la unión con un noble conquistador, y, más aún uno, con el
respaldo político como el que contaba Ampuero. Y é1, aparte de conservar su estatus, unía su
poder e influmcia a los intereses locales, es decir a los de la nobleea ind(gena, que siempre
fue nobleza y se presentó como parte de la clase dominante colonial'
fuí, este matrimonio se presenta como símbolo de la Nueva Aristocracia kruana,
producto de la Conquista Española, la cual reflejó los intereses de una nueva clase
dominante, reestructurada y signada por la realidad de la Dominación Colonial'
Esta reatidad se confirmó ante el hecho de los constantes trámites efectuados por
Ampuero, que se iniciaron el 20 de Junio de 1538, cuando se presentó una información
sobre el origen Imperial de su esposa, es decir se pidió a la Corona que reconociera el
estatr-ls socio-político de ésta dentro de la Sociedad Colonial Peruana.(Del Busto 1986,

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T.l: 130).
Btas informaciones o probanzas fueron constantes desde la Cédula Real del 31 de
Mayo de 7552, en que se ordena a Ampuero hacer "una información sobrc la legitimi-
dad de su mujet; como hija del Inca Huayna Cápac". (Fonas 1936:58). En estas infor-
maciones se recogen diversas declaraciones de testigos, fundamentalmente ciudadanos
"beneméritos" de Lima y algunos nobles indígenas, sobre todo de Huaylas.o'
Enhe los años 1556 a 1563 encontramos una serie de informaciones, iniciadas el 5
de Octubre de 1556, enviadas desde Lima con destino a Madrid. Estas nos presentan
referencias reiterativas sobre el origen noble de Doña Inés, sobre todo el hecho de ser
hija del Inca y de la Señora de Huaylas. Con esto, otros documentos de ese expediente
sostienen y solicitan el reconocimiento de los derechos sobre el Señorío de FIua-
ylas.(Biblioteca Nacional, manuscrito A.635).
Este expediente contiene información hasta el 10 de Setiembre de 1563, y a pesar
de ser reiterativa nos presenta el grado de unidad y reconocimienlo que existía ya en la
clase dominante peruana del siglo XVI; además de la unidad de intereses entre Doña
Inés y Ampuero, quienes presentan tales informaciones con el fin de consolidar y am-
pliar su poder y prestigio. Para ello, también se resalta el gran servicio brindado por Do-
ña Contarhuacho al enviar tropas para defender Lima, salvando a sus habitantes, entre
los cuales se encontraba su hija, la concubina del Marqués.
El poder económico y prestigio social de esta alianza matrimonial también fue fa-
vorecido políticamente con el cargo de Regidor dado a Ampuero, a pedido del Mar-
qués, por una hovisión Real, despachada en Valladolid el 16 de Abril de 7538, 'en re-
muneración de algunos servicios que había prcstado a la Corona", admitiéndole como
tal el Cabildo en la sesión del 6 de Junio de 1539. (Angulo 7929:57\.
El grado de influencia y poder de Ampuero pudo observarse en 1540, cuando el
Emperador Carlos V le escribió, pidiéndole que ayudáse al Licenciado Don Cristóbal
Vaca de Castro en sus funciones como Juez Comisionado para resolver la dísputa en
tomo a la posesión del cusco enhe el bando almagrista y el Marqués. Asumiendo tal
pedido, Ampuero acudió como capitán a la batalla de chupas, la cual puso fin al le-
vantamiento de Don Diego de Almagro 'bl mozo".(Mendibúru 1874, T.l:253).
La figura política de Ampuero asumió el carácter de "cambiabandetas,'en el caso
de la rebelión de Don Gonzalo Pizarro, ya que participó en su apoyo como poria es-
tandarte y con el grado de Nférez General, al mando de 60 hombres en la batalla de
Añaquito. (Mendibúru 1875, T.l:253).
Además brindó una de sus hacíendas, ubicada al Norte de Lima, para que ailí pa-
sase una temporada el caudillo rebelde, u[ r"gr"ru, de su campaña a ttuito. (Del Busto
1986,T1:131). Fero después de la llegada del Presidente de la Audiencia, Don Fedro de
la Gasca, se acogió al indulto y se unió a sus fuerzas. ",4sí conserva sus bienes y hono-
ras'1 (Porras 1936:58).
ta actitud de "cambiabanderas" no hko más que reflejar la habilidad y el opor-
tunismo de Ampuero, que utilizando sus relaciones y clientelas supo sacar el mayor
provecho de ellas, consolidando su poder y prestigio, e incluso llegando a ampliar su
poder económico. Esto se reflejó a través de la autorización que concedió el Cabildo el

62 Btas informaciones han sido publicadas y esiudiadas por Waldemar Espinoza, en un artículo
de 1976.

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26 de Julio de 154O, para edificar un molino de higo. Y también cuando formó el 21 de
Mayo de 1543 una compañía ganadem en sociedad con Don Diego de Agüero.
Támbién adquirió el 24de Julio de ese año, una estancia, una herrería y algunos
esclavos, por un monto de 1.410 pesos de oro. Rre también armador de un navfo mer-
cante. (L¡hmann 1983, T.ll:38). Además se dedicó, con el apoyo y sociedad de su es-
posa Doña Inés, al lucrativo negocio de la compra y venta de propiedades muebles e
inmuebles, realizando operaciones por montos enhe los 100 a 1.000 pesos de
oro. (Harkness 1932 -36, T.l:88).
Fero su actividad y relaciones no sólo le brindaron beneficios económicos, ya que
políticamente su prestigio se vio ampliado con su elección como Jusücia Mayor de la
ciudad; así como también porque asumió cargos importantes como el de Alcalde de
Uma, tanto interino como ordinario, y Regidor del dicho Cabildo en muchas oporfuni-
dades. Asimismo fue Alcalde de la Santa Hermandad, Diputado por la Ciudad, hocu-
mdor, Corredor de [-onja, Tenedor de Bienes de Difuntos, Juez de Aguas, Alférez Ma-
yor, 'Tenedor de la Caja de los Negros, Visitador de Hospitales, Alguacü Mayo¡ Obrero
Mayor, y asumió otros cargos de menor jerarq\.ría a Io largo de su üda.(Tirmer 1961:11-
20; Lohmann 1983, T.ll:37-39 y Del Busto 1986, T.l:13G132).
L¡s relaciones políücas y sociales de esta familia se ampliaron y consolidaron a
travá del mahimonio de Doña Rancisca (ta hüa del Marqués y Doña Inés), la cual,
junto con su hermano Don Gonzalo, estuvo bajo la tutoría de Ampuero. Fste úlümo
üajó a la knínsula con ambos jóvenes, e hizo casar a Doña hancisca con Don Her-
nando Hzarro, hermano del Marqurfo. (Del Busto 1986, T.l:131).

III. DON MAKTINDE AMPUERO Y YUPANQUI. EL REGIDOR Y


ENCOMENDERO
El poder económico y prestigio socio-políüco de Don kancisco y de Doña Iné, fue he-
redado por zu primer hijo legítimo, el mestizo Don Martín, quien con mucha habilidad y
oporh:nismo supo consolidar y ampliar la importancia políüca de su familia.
El poder e influencia de este mestizo puede ser observado en una carta del Frscal
de la Audiencia de Uma, el Ucenciado Ramírez de Cartagena, escrita al Rey el 16 de
Abril de 1573. En esta carta se decía de Don Martín:
"...es mestizq y por esto aunque pidió el año de 1563 que se le diese este regimien'
lo por remunemción de su padrc, uisto que em mestizo Vuestn MajesÍad no fue seruido
de se lo dar. Después desde acÁ, acallando éslo, envló la ¡enunciación de su padrc y se
le enuió colado. Bte es mozo hermano de madre de su muier de Hemando Pizano y
niefo por esta parle de Huayna Cápuc, y donde a él y a oho hermano suyo, muy librc,
les nace más bío del que prece que como mestizos suelen tener los que lo son, aun'
que hay algunos que pecan de este humo4 5t, cierto, ningún agmuio se les haía en que
viuíesen en esos rcinos y no en e*tos. H Martín de Ampuero es casado con híia del
Capitán Ruy Barba, tíene cinco o seis hijos y ohos tantos cuñados y primos, es aquí la
huaca de todos los criollos y de quién se ayuda, y aunque es mestizo tiene maña y bío
pam ello hereda los indios de su padre..." (Levillier 1921-26, T.WI: 174).
L-a mndición de mestizo en este caso es utilizada como un inskumento político por
parte de las autoridades españolas para atacar o impedir el ascenso de una figum polí-
tica que se presenta como opositom a sus proyectos coloniales, o muy poco decidida a
acatarlos.

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Bt¿ actifud no comenzó en 1873, sino se remonta a 1s57, cuando el día 10 de
se_
üembre renunció al cargo de Regidor su padre Don Rancisco, con el
fin de dejarlo para su
hijo Don Martín (Lohmann 19&3, Tll: 39). pero se presentaron diversc
impedimentos no
sólo por el caso de ser mestizo, sino por la gran cantidad de po,stulantes pu.u
á *rgo.
Después de seis años de hámites en la península para tomar posesión
del cargo
de Regidor, recién,en 1568 se le designó como Flocurador Mayor ie
la ciudad, y sólo
en 1570 obt'vo la cédula Real que lo autorizó a formar parte del cabitdo. (Brámby
1935-48, T.XM:536).
La designación para estos cargos afirma la importancia de Don Marfn, quien
a
pesar de ser mesüzo gozo de un poder que el prejuicio no pudo
tocar ni dañar. como
parte de este tercer grupo de mestizos, es decir de hijos legíümos
denho del mafuimo-
nio y reconocidos legalmente, fue heredero directo de todo el poder e influencia
de sus
padres' en Ia medida de que ellos conformaban la Nueva
fuistocracia colonial, y que
sus clientelas y relaciones eran fuertes y dilatadas.
El poder y prestigio político de Don Martín se reflejaron en los cargos que
ocupó
por elección o designación a lo largo de su vida. Enhe los cargos que
asirmió tenemos,
los ya mencionados de Rocurador y Regidor, pero fue tambiZn
iapitán de una com-
pañía de caballos, Nfétez Real, comisario de obras, Juez de
Agua., Alguacil Mayo¡
corregidoq Jusücia Mayor y, larvez, el cargo que re dio más prestigio, er
ie procurador
General del cabildo de Lima en Bpaña. (Bromley 1g3s4g, T.iü:$6-s3g;
Turner
1961:L9-2I y Lohmann 1983, T.ll:39-41).
El poder y prestigio políüco de este mestizo se vió hábilmente complementado
con
una creciente riqueza económica que alcanzó, incluso, a superar a la
de sus padres,
Enhe los bienes que podemos enumerar destacan: su casa de Llma heredada
de sus
padres con una renta de 5oo pesos anuales; oho inmueble de
uma con una renta de
2.500 pesos; una huerta en Ia misma ciudad; una hacienda en el valle
d; ñ;;;
2.0oopesos de renta. Además de estqDon Martín contaba con la renta de propieda-
des en Bpaña, en santo Domingo de la carzada (Rioja), que fueron
heredadas de su
padre. (Lohmann 1983, T.ll: 39)
Don Marlín hmbién contó con la renta de sus encomiendas, como la
de chaclla en
Huarochirí y la de los Mitnas de chaclla en Jauja, las que fueron heredadas
de su padre.
(Dáüla Brizeño 1965 (1586), T.l: 163). I-a primera, la de chaclla
en 15g3 conbba con 18g6
tibutarios y con 688o p€rsonas reducidas (Leüllier 1921-26, TrX: 191), y re reporhba
ra
renb de unos 3.00o pesos. (Lohmann 19g3, TII:39). Mientas que para ámieruos
del siglo
xVll, esta encomienda sólo le reporüaba 1.746 p€sos, y la de Mihnas de chaclla
sólo 79 pe_
sos, y la de Huanchihuaylas menos aún. (Ham¡re 19g6:179-I7gl.
Btas riquezas aumentaron en ra medida de la consolidación y ampliación del
prestigio y poder socio-político de Don Martín, lo que se observó
en el priülegio que
dio el vrrey conde del Mllardompardo para que la comunidad de chacila
no suf¡iera
mucho la carga del tributo, el cual se le rebajó en la medida que los montos pasaron
a
censos. (Biblioteca Nacional, manuscrito A.169).
Además, se observan los favores políticos en una composición de üerras
realizada
en 1595, la cual legaliza la compra de las 55 fanegadas de tierra en ñaña (Biblioteca
Nacional, manuscrito A.2241, y de una chacra "que tenfa cerca de Ia ciudad
de Lima
en el camino real que ba a el Puerto del callao con 15 fanegadas...,(Biblioteca
Nacio_

Nueva Síntesis, Nro 3 - 1995 8t


nal, Manuscrilo 2.754, folio 2).
Btas propiedades fueron destinadas, fundamentalmente, al arrendamiento, ya
que era la forma más rápida de obtener ganancias, puesto que el dueño, en este caso,
Don Marfn, no invertía nada y no perdía nada, ya que sólo percibía la renta pagada
por sus arrendata¡ios, los que debían buscar un diferencial de ganancia.
Bto se observa en el caso de un arrendamiento a Don Juan Rancisco Maldona-
do, quien debió pagar 1.420 pesos de renta anual por una "chacaÍa'i lo cual hizo que
buscara obtener siempre el mayor rendimiento para conseguir un diferencial mayor.
(Biblioteca Nacional, manuscrito 4.368).
Muy aparte de estos bienes inmuebles, Don Marfn se encargó de la administra-
ción y usufructo de las propiedades de su media hermana Doña Rancisca Pizarro y
Yupanqui, y de su esposo Don Hernando Pizarro. Bte encargo fue formalizado por
medio de una Carta Poder del 25 de Mayo de 1578, dada en Trujillo, Bpaña.
(Harkness 1932-36, T. ll: 205-213).
Bte poder político, social y económico no podía estar alejado de lo religioso, lo
cual acrecentó su prestigio, ya que Don Martín instiiuyó un pahonato por el que él y
sus descendientes se conürtieron en dueños de una capilla en la Iglesia de la Merced,
ubicada frente a su casa en la Ciudad de Los Reyes - cumpliendo así lo dispuesto por
su padre en testamento fechado en 15424 -, con el fin de que sirva para el enüe¡ro de
str familia. A cambio de esto, Don Marfn dio a la Orden una remuneración en ganado
lanar para que su reproducción sirviera al mantenimiento de sus miembros.
(Mendibúru 1874-90, T.l:255).
Aparte de esto, Don Martín buscó ennoblecerse con uno de los Títulos de las Or-
denes Nobiliarias, para lo cual le sirvieron de base las relaciones mafuimoniales de su
hermana Doña María Joséfa de Ampuero Yupanqui, quien casó con su tío el mestizo
Don Juan Avendaño fuarpay, hijo del Capitán Don Diego de Avendaño caballe¡o de
la Orden de Sanüago. (Mendibúru I974-9O, T.l:255).
Con tales antecedentes, Don Martín pidió el 4 de Diciembre de 1595, que se le
concediese hábito de órden nobiliaria, en razón de los servicios prestados por.s.u fami-
lia y, además, por ser sobrino del lnca Atahualpa. (Lohmann 1947, T.l:XXVlll)."'
IV. LOS AMPTIERO Y EL OCASO DE SU PODER
Todo el poder económico e influencia socio-pofüca del mestizo Don Martín, la-
mentablemente, no pudo ser aprovechado por sus descendientes, ya que a la muerte
de ésie el26 de Mar¿o de 1612,y aun antes, sus hijos se distanciaron de é1, y se es-
parcieron por el Mrreinato.
Don Martín se casó con Doña Leonor Barba Cabeza de Vaca, hija de Ruy Barba
Cabeza de Vaca, quien fue Alcalde Ordinario de Lima. En esta unión hrvo cinco hijos:
Don francisco, Don Marln, Don Diego Rodrigo, Don Juan y Doña Leonor, los cuales
tuüeron disünto destino.
Por un lado, Don Rancisco fue designado Regidor del Cabildo de Lima -como su
padre-, y, además, en L589, como Corregidor de Cañete, Lunahuaná y Surco, por el
Vrrey Conde del Viüardompardo. Támbién fue agraciado con los Corregimientos de

63 El t+tamento de Don Francisco ha sido harscrito y publicado por Dorningo Angulo en 1929.
64 El documento de la petición de Don Martín ha sirlo lranscrito por Rafael Varón, en un artículo
de'1.994.

82 Ntreva Sí¡¡tesis, Nro 3 - 1995


Cajatambo y el2A de Abril de 1590 con los de Chicama, Moro, Cherrepe, Reque, Chu-
ru, Jayanca, Chiclayo, Collique y Chimo, por el siguiente Virrey, el Marqués de Cañete
(Lohmann 1983,T.11:34-36).
Este Virrey le dio, además, las Encomiendas de Puno e Hicho, en reconocimiento a
sus servicios a la Corona (Biblioteca Nacional, Manuscrito 8.495, folios 1-6), pero por
esta última gracia tuvo que pedir una licencia por ocho meses del cargo de Regidor en
Lima (Bromley 1935-1950, TXVII:421). Terminaron así sus días en Cusco, sin el presti-
gio y reputación de su padre y abuelo.
Don Martín sucedió a su padre como Regidor del Cabildo de Lima (Bromley 1935-
1950, T XVII:302), y asumió algunos cargos menores, terminando sus días en 1632, en
Lima, en situación de extrema pobreza (Lohmann 1983, T ll:36-37), tanto es así que el
Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación siguió un juicio por una propiedad
que Don Martín dio a cambio de un préstamo que nunca pagó. (Biblioteca Nacional,
Manuscrilo 2.343 9 2.754\.
Diego Rodrigo tuvo más suerte, llegó a ser designado como Almirante y conro Co-
rregidor y Justicia Mayor de la rica Villa de funedo. (Biblioteca Nacional, manuscritos
8.1947, folios 1-1v yB.1.821, folio 1).
Don Juan se afincó en la Península, mientras que Doña Leonor se casó con su
primo hermano, Don Martín Alonso de Ampuero y Abecia, quien llegó a ser Alcalde de
Lima en 1583 y 1595. (Lohmann 1983, T II: 42).
Así, las relaciones y clientelas del matrimonio Ampuero-Yupanqui, que fue-
ron consolidadas y ampliadas por su hijo Don Martín, no llegaron a perpetuarse
o a conservar su nivel, en la medida de Ia dispersión de sus descendientes. Pero
a pesar de ello, la familia Ampuero siguió siendo importante hasta en el mismo
siglo XVIII, como lo testimonian Jorge Juan y Antonio de Ulloa, pero más por el
peso de la tradición y el honor de sus orígenes que por sus riquezas e influen-
cias políticas.

V. FUENTES INÉOITRS.
Biblioteca Nacional, Sala de Investigación, sección manuscritos:
4.635 Información de oficio realizada por Francisco de Ampuero y doña Inés Yu-
panqui... 1 557 -62.67 folios.
4.169 Cuentas que el lltre. Sr. Cristóbal Suárez de Angúlo, Corregidor tomó a Die-
go de Avila Briceño, su antecesor, de la Caja del Reparlirniento de Chaclla
de la Encomienda de Mariín de Ampuero. Chaclla, Noviembre 29 de 1582.
108 folios.
4.169 Duplicado del privilegio que el sr. Mney Conde del Villar, despachó en favor
de la comunidad de indios del pueblo de Chaclla,...Agosto 3 de 1588. 15
folios.
4.368 Ordinario. Hernando Becerra contra Martín de Ampuero, ... Octubre 24 de
1590. 94 folios
4.224 Testimonio dado por Don José de Cáceres y Ulloa, secretario de la gober-
nación del Perú del título librado por el excmo. Sr. Viney Marqués de Cañete
a favor del cap. Martín de Ampuero... Noviembre 4 de 1594.15 folios.
B.l94l hra que don Rodrigo de Ampuero Barba, corregidor de la villa de Arne-

Nueva Sí¡rtesis, Nro 3 - 1995 83


8-1821 Eryediente sobre la c¡l'sa de capífulos entre kdro de Retes velasco y Ro-
drigo de Ampuero Baóa. san ldelforso de Barmnca, Junio 21 ae rc*n.fi
folios.
8,495 vE- hace merced a don Rancisco de Ampuero de encomendarle por dos
üdas conform e a la le'¡ de la sucesión el repartimiento de indios de Rrno e
Icho..., C.allao, Abdl 17 de 1613. 6 folios.
2.754 Tixtimonio dado por_cristóbal de Aguilar Mendiet¡a escribano de s.M. y de
cámam de uma, de los autos seguidos por el Monasterio de Nuestra senom
de la Encamación de esta ciudaá,
etc.7637.2 folios.
-ntru ros bienes de Martín de Ampuero,
2.343 Eryediente sobre la petición presentada por el Gml. Antonio de lvtorga,
dueño de la chacm el hcayar, pam que se re opida copia de unos autos
que siguió el convento de [a Encamación, conha Martín de Ampuero,...
los
Reyes, Setiembre 7 de 1641. 49 folim.

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