ACTUALIDAD DE PLATÓN

(Profesora: Eva Palazón Blasco)

Hoy CRITICAMOS el diseño de Estado Ideal fuerte de Platón por ser TOTALITARIO y porque
en él el filósofo podría abusar de su poder (aunque Platón pensaba que no por creer en el
intelectualismo moral). Además, parece que Platón se preguntó: "¿Quién debe tener el poder
absoluto?", mientras que en nuestras democracias nos preguntamos: "¿Cómo podemos garantizar
que nadie tenga el poder absoluto?". Otra crítica que se le hace: ¿era su filosofía una utopía (ideal
inalcanzable)? Si así fuera, ¿para qué leer hoy a Platón?, ¿QUÉ NOS ENSEÑA?.
Nos enseña que es bueno tener un ideal, una meta ética porque la ética compara la esfera de los
hechos "que hay" con los que "debería haber", intentando cambiar este mundo tomando como
modelo valores como la Justicia.
También aprendemos de Platón que los hechos no son como el poder nos cuenta, ayudándonos a
reconocernos como somos sin conocimiento: prisioneros de nuestros prejuicios y pasiones que nos
obligan a pensar de cierta manera y a ser conformistas y pasivos con nuestra situación en un mundo
de mentiras y falsedades, llegando a la violencia contra quienes tratan de liberarnos.
Y que la pieza clave de esa liberación es la educación que debe procurar el Estado a todos los
ciudadanos. ¡Cuántos siglos ha tardado esta brillante idea en calar en la sociedad! ¡Qué diferente es
un Estado con un buen sistema educativo de otro que carece de él! Hoy sabemos que la educación
es una fuerza poderosa de formación de ciudadanos y que puede perseguir fines muy distintos:
preparar al alumnado para trabajar, manipularnos, pero también -como Platón quería- que
razonemos sobre el Bien e intentemos cambiar las cosas según ese conocimiento.
Y, para Platón, es el filósofo quien tiene esa responsabilidad pedagógica que logrará utilizando la
dialéctica. Así es que ¡volvamos a casa!: discutamos como lo hacían los griegos. Filosofemos en el
mercado, en el bar, en el autobús y, desde luego, en las escuelas. Que la filosofía no sea "la cena
fría de eruditos académicos". Que esté en la calle. Y no matemos a Sócrates: "saquemos a los
filósofos al sol".