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Trucos para el bolsillo del estudiante en un año

difícil
Matrícula, vivienda, transporte, libros, alimentación, ocio…son los irrenunciables gastos
a los que se enfrenta todo universitario a lo largo de un curso académico. Pero este año
las dificultades económicas van a ser mucho más patentes…Ofrecemos a los estudiantes
unos consejos para ayudarles a plantar una exitosa cara a la crisis.

Carolina Ferreiro – Septiembre de 2009

Se terminan las vacaciones de verano y todo vuelve a la normalidad. Todo menos el bolsillo
del estudiante universitario que tras el periodo de descanso estival y los exámenes de
septiembre, tiene ahora otro gran reto por delante: hacer frente a los gastos que le plantea
el nuevo curso.

Y es que son muchas las facturas que genera un


universitario a lo largo de un año: matrícula,
alojamiento, transporte, libros, alimentación,
actividades de ocio…Todo tiene un coste que, en
un momento de crisis como el que estamos
atravesando, supondrá un esfuerzo extra para el
bolsillo de cada joven.

Si se hace un cálculo a grandes rasgos podría


decirse que un universitario gastará cada año
entre 650 y 11.000 euros sólo en matricularse en
un curso académico. Todo dependerá de si estudia
en una universidad pública o privada y si la carrera
escogida tiene un alto o un bajo grado de experimentalidad.

Además, si el estudiante opta por desplazarse fuera de su lugar habitual de residencia tendrá
que hacer frente a otro ‘nada despreciable’ gasto que es el del alojamiento, tanto si decide
reservar plaza en un colegio mayor o residencia o, si por el contrario, decide alquilar un piso
compartido con compañeros de clase.

Y es que pese a no haber subido más de un 3% sus tarifas respecto al pasado curso, las
residencias y colegios mayores suponen un gasto mensual de entre 600 y 1.500 euros. Eso sí,
con una pensión completa de comidas en la mayoría de ellas y un servicio de lavandería y
limpieza de habitación, incluidos en el precio.

El gasto en piso puede oscilar, dependiendo de la ciudad en la que se estudie, entre unos 200
y unos 700 euros por estudiante. Eso sí, si se opta por esta alternativa, los gastos de comida,
electricidad, agua y gas, correrán también a cargo de la cuenta corriente del universitario.

El transporte también supondrá un gasto extra pues, tanto si se estudia fuera como si se hace
en la misma ciudad de procedencia, e independientemente del tipo de transporte que utilice

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(metro, autobús, coche particular o tranvía), se deberá hacer frente a un gasto fijo, diario y
absolutamente imprescindible.

Por todo esto y porque la crisis económica que vivimos en la actualidad no establece
diferencias entre unos bolsillos y otros, proponemos una serie de consejos que a buen seguro
ayudarán a mantener saludable la economía del estudiante universitario durante este curso.

Alojamiento

Las residencias, pisos y colegios mayores han sido hasta ahora la opción más escogida por los
estudiantes que se desplazaban fuera de su ciudad de origen para comenzar una carrera.

Sin embargo, esta alternativa no es la más económica ni la más recomendable en tiempos de


‘vacas flacas’ como los que vivimos actualmente. Por ello, las comunidades autónomas y las
propias universidades han pensado nuevas fórmulas que pueden hacer a los estudiantes
ahorrarse una cantidad de dinero considerable en cuestiones de este tipo.

Así por ejemplo, la Universidad de Valladolid, ha puesto en marcha la iniciativa de los ‘pisos
intergeneracionales’. Se trata de viviendas que a lo largo del curso comparten personas
mayores con estudiantes.

Este tipo de alojamiento cuesta unos 150 euros al mes y está especialmente pensado para
universitarios de entre 18 y 35 años de edad que inicien o prosigan estudios en el curso
académico 2009/10.

De la misma forma, el Ayuntamiento de Alicante estrenó el pasado año el ‘Edificio Plaza


América’, el primer bloque de España compuesto por 72 viviendas para que jóvenes y
mayores puedan compartir casa.

Las viviendas de este bloque, que comparten ancianos mayores de 80 años y jóvenes menores
de 35, tienen una superficie media de 40 metros cuadrados y el alquiler más caro asciende a
179 euros mensuales.

También el Ayuntamiento de Madrid, en colaboración con las universidades Autónoma de


Madrid, Alcalá, Carlos III, Politécnica de Madrid, Rey Juan Carlos y Universidad de Comillas
puso en marcha hace ahora cinco años una iniciativa de similares características: el programa
‘Vive y convive’ para estudiantes universitarios y personas mayores de 65 años.

Según cifras desveladas por el consistorio madrileño, el número de jóvenes que han
participado en esta iniciativa ha crecido paulatinamente cada año, desde los ocho estudiantes
en 2004, hasta los 73 del curso 2008/09.

Otra opción ampliamente recomendable son las ‘bolsas de vivienda joven’ que los
ayuntamientos de cada ciudad tienen en marcha, de forma interrumpida, y que facilitan el
alquiler a miles de jóvenes cada año.

Los únicos requisitos para formar parte de esta iniciativa son: no tener más de 35 años y, en
caso de no disponer de contrato de trabajo, presentar los datos de un amigo o familiar que
avale al estudiante en el caso de que éste no pagara la renta de su alquiler.

En la mayoría de los casos, este tipo de bolsas tasan el precio de los pisos que se ponen en
alquiler, para evitar así la arbitrariedad de los propietarios a la hora de establecer el coste
mensual de su vivienda y con el fin de hacer más asequibles a los menores de 35 el acceso a
una casa.

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Otra buena opción de alquiler joven para jóvenes la conforman los convenios que algunas
universidades firman con la Sociedad Pública de Alquiler (SPA) con el objetivo de destinar
viviendas a bajo coste para los universitarios que pertenezcan a los centros que firmen este
acuerdo.

Así, recientemente la Universidad Carlos III de Madrid y la SPA han firmado un convenio en
virtud del cual se facilitará a los estudiantes el acceso a viviendas de unos 73 metros
cuadrados por unos 400 euros al mes.

En el marco de las nuevas tecnologías de la información, la Universidad de Santiago de


Compostela ha puesto en marcha una original iniciativa a través de la cual facilitará a los
estudiantes la complicada tarea de encontrar alojamiento. Para ello, la Oficina de Relaciones
Exteriores de esta universidad ha habilitado un grupo en Facebook que permitirá a los
alumnos que residan fuera de Galicia así como a los extranjeros, la posibilidad de
relacionarse, además de facilitarles ayuda en la búsqueda de residencia.

Los estudiantes podrán publicar ofertas y demandas para compartir casa y conocer los gustos
y aficiones de otros estudiantes que podrían convertirse en futuros compañeros de piso.

Comidas

Está muy generalizado el pensamiento de que los


estudiantes durante su etapa universitaria se
alimentan mal y se dejan auténticas millonadas en
comprar ‘comida basura’.

Es fundamental para el bolsillo planificar antes de


ir a la compra las comidas que se van a preparar a
lo largo de la semana y comprar, exclusivamente,
los ingredientes que se utilizarán en la elaboración
de esos platos. Y también es importante recordar
que la comida rápida a la larga sale cara…tanto
para el bolsillo como para la salud.

No obstante, también existe una opción muy


considerable desde el punto de vista económico que son los ‘bonos comida’ que las cafeterías
de las universidades ofrecen a sus alumnos y al personal universitario cada curso.

Por citar algún ejemplo, nos quedamos con el de la Universidad de Alicante que ofrece a los
estudiantes la posibilidad de sacar un bono anual de comidas con el que obtienen un 10% de
descuento sobre el precio total de cada menú.

La Casa del Estudiante de la Universidad de Valladolid o el comedor ‘El apartamento’, ofrece


un menú del día por 3,62 euros y bonos de 10 comidas por 34 euros o de 30 comidas, por unos
98 euros.

La cafetería de la Universidad Carlos III de Madrid rebaja un 4,7% a los estudiantes que
adquieran bonos de 10 comidas y los restaurantes de los colegios mayores: Fernando de los
Ríos (en Getafe), Fernando Abril Martorell (en Leganés) y Antonio Machado (en
Colmenarejo), ofrecen precios muy atractivos a los estudiantes externos a estas residencias.

Transporte

Aunque es caro, también es tremendamente necesario. Sin embargo, el transporte público


suele sucumbir a los descuentos para estudiantes a través de abonos de viaje de metro,

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autobús o tren, que no salen tan costosos a los universitarios que estudian en algunas
ciudades.

Así por ejemplo, Renfe ofrece la ‘Tarjeta Estudio’, especialmente diseñada para estudiantes
matriculados en universidades y centros oficiales de enseñanza, que se puede solicitar sin
coste alguno a través de la web de Renfe para utilizarla en recorridos de cercanías de
Asturias, Barcelona, Cádiz, Málaga, Murcia, Sevilla y Valencia.

Esta tarjeta permite adquirir un cupón trimestral para viajar sin límite de desplazamientos en
un trayecto concreto con una tarifa hasta un 40% más económica que la habitual.

Para trayectos que requieren recorrer una media distancia varias universidades españolas han
establecido acuerdos con esta compañía ferroviaria como: la Universidad de Santiago, la de
Salamanca, Valladolid, A Coruña, Zaragoza, Lérida, Murcia, Málaga o Cádiz, que ofrecen a sus
estudiantes un abono mensual.

Además, las tarifas de estos abonos pueden suponer descuentos de más del 50% sobre la tarifa
general de un abono convencional.

También Feve (Ferrocarriles de Vía Estrecha) ofrece, en algunas de las regiones en las que
opera, tarifas específicas para los universitarios. Por ejemplo en Galicia, Murcia o Cantabria,
los estudiantes disfrutan de un 20% de descuento en los abonos mensuales de junio a octubre.

Para viajes en autobús, es frecuente que en algunas ciudades las empresas adjudicatarias de
este tipo de transporte público ofrezcan recorridos especiales para trasladar a los
universitarios hasta sus centros de estudio. Esto ocurre, por ejemplo, en ciudades como
Málaga, Alicante, Bilbao o Palencia.

Carnés

Pero si hablamos de ahorro es imprescindible mencionar las grandes ventajas que suponen
para los universitarios a lo largo del curso la existencia de los ‘carnés descuento’.

Concretamente, el carné identificativo que se entrega a cada alumno cuando se matricula por
primera vez en una universidad tiene un tipo de peculiaridad y es que suele contar con la
colaboración de distintas entidades bancarias que, a la vez de actuar como patrocinadores,
ofrecen condiciones ventajosas para los jóvenes.

Sin embargo, los estudiantes suelen desconocer que gracias a estos convenios su universidad
les puede llegar a financiar la realización de actividades culturales, becas, congresos o el
acceso a infraestructuras, como aulas de informática.

Pero a parte de toda esta amplia gama de beneficios, las propias entidades financieras
aportan también su pequeño granito de arena para ayudar a los universitarios ofreciéndoles
productos como las cuentas de ahorro bonificadas o tarjetas de crédito sin coste alguno que
les sirven para obtener descuento en compras y préstamos de consumo a un interés muy bajo.

Este sería el ejemplo del Banco Santander, una de las entidades financieras que más colabora
con las universidades en este ámbito y que pone a disposición a los alumnos algunas gamas de
productos y servicios específicos para ellos.

Por ejemplo, la tarjeta universitaria que el Banco Santander proporciona al alumno cuando
se matricula por primer año en una universidad, es totalmente gratuita y no acarrea el cobro
de comisiones en ningún tipo de operación.

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El crédito ordenador, el crédito postgrado, la ‘superlibreta joven’, el crédito intercambio
universidades extranjeras, el crédito idiomas o la cuenta nómina, suponen también productos
estrella para el ahorro de los universitarios.

Otro carné que todos los estudiantes deberían llevar siempre en su cartera es el
‘Internacional de Estudiante’, también conocido como ‘Tarjeta ISIC’. Y es que, entre otras
muchas cosas, los titulares podrán obtener a través de su uso: descuentos en hoteles,
restaurantes o en billetes de avión y tren.

Los únicos requisitos necesarios para conseguirlo son: acreditar que se es estudiante a tiempo
completo, estar matriculado en un curso académico reconocido oficialmente, ser mayor de
doce años, entregar una foto de carné y pagar seis euros por su expedición.

Los lugares a los que se podrá a acudir para conseguirlo serán: direcciones generales de
Juventud de las comunidades autónomas, ayuntamientos, asociaciones juveniles o agencias de
viajes.

Más conocido que la tarjeta ISIC pero igual de ventajoso para el estudiante, es el ‘Carné
Joven Euro 26’, a través del cual cada comunidad autónoma ha establecido una serie de
ventajas diferentes como descuentos en alojamientos, en asesoramiento jurídico, compra de
coches, viajes, compra de equipos informáticos o actividades culturales (cines, museos, salas
de exposiciones…etc.)

Otras ventajas

Además de estas ventajas, ser estudiante tiene otros muchos beneficios en la cuestión del
ahorro que a veces los jóvenes desconocen su existencia y por lo tanto, suelen pasarlos por
alto a menudo.

Y es que las universidades de nuestro país ofrecen productos y servicios a precios reducidos a
sus alumnos como, por ejemplo, la Universidad de Salamanca que a partir de este año
brindará asistencia psicológica gratuita a todos los estudiantes que la precisen y acudan a la
Unidad Clínica de Psicoterapia y Psicoanalítica (UCLIPPSI).

A través de este servicio, se ofrece al alumno asistencia psicoterapéutica de varios tipos y se


le da un tratamiento individual o grupal. Además, se realizará sobre el usuario un seguimiento
durante un periodo mínimo de dos años.

Las tiendas universitarias, que suelen estar ubicadas dentro de las propias facultades o
escuelas venden desde materiales editoriales hasta bonitos souvenirs con el logotipo de cada
centro, y acostumbran a hacer destacados descuentos a sus alumnos.

Por ejemplo, la Universidad de Navarra hace un 10% de descuento a los estudiantes que hagan
una compra en su tienda ‘Alumni’ o la ‘Tienda Universitaria’ de la Universidad de Sevilla,
que también descuenta un 10% sobre el valor de la compra a alumnos, profesores o personal
de este centro académico.

Los libros y material didáctico para las clases suele ser también un gran escollo para el
bolsillo del estudiante, que llega incluso a plantarse serias dudas sobre sí comprar o no los
manuales que les mandan los profesores al inicio de cada asignatura.

Actualmente, Internet se ha convertido un en un beneficioso lugar para la compra de


materiales editoriales. Por ello, los universitarios deberán tener en cuenta que en páginas
web como Amazon, Overstock o eBay, obtener la bibliografía recomendada por un profesor,
no será tan difícil ni costoso.

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Otra interesante propuesta la conforman iniciativas como ‘Unibuk’, un portal de Internet en
el que se lleva a cabo un proceso de compra‐venta de libros universitarios de segunda mano y
en el que, a través de un buscador, el estudiante encontrará rápidamente todo aquello que
busque.

Trucos para el día a día

Además de todas estas claves y consejos para mantener sanas las cifras de la cuenta corriente
de un estudiante en un año de crisis, ofrecemos una serie de trucos que, aunque parezcan my
obvios, pueden a veces no estar presentes en la vida cotidiana de un universitario.

Por ejemplo, evitar tener a mano tarjetas de crédito y hacer uso de una de débito ayudará a
los jóvenes a llevar un mayor control sobre el dinero del que disponen cada mes, sin
necesidad de tener que pagar comisiones al banco a cambio de sacar dinero del cajero a
crédito.

En cuestión de compras también es importante tener en cuenta que, para evitar las deudas,
se debe pagar en efectivo en la medida de lo posible y evitar usar la tarjeta del banco bajo
cualquier excusa o pretexto.

Otro truco de gran utilidad, consiste en elaborar un ‘plan de gastos’ a través del cual se
apunte la cantidad de dinero que se ha gastado a lo largo del día y los fines a los que ha ido
destinado este dinero. El objetivo de este planning es que a final de mes, se pueda hacer una
valoración de los gastos que son accesorios y los que son fundamentales.

También se debe tener muy clara la idea de que tener coche, puede llegar a convertirse en
un gasto agobiante y que lleve al estudiante a la difícil situación de no poder hacerle frente.
Y es que son muchos los cuidados y atenciones que necesitan estás máquinas: gasolina,
mantenimiento en general, seguro, impuestos, parking… Sale más rentable que el
universitario utilice el transporte público para desplazarse de un lado a otro.

Otra ventaja de ser estudiante y que puede ser utilizada como ‘truquillo de ahorro’, es
precisamente aprovechar las oportunidades que ofrece cada universidad sobre las distintas
actividades que programan los campus.

Algunos ejemplos pueden ser cursos de idiomas a precios reducidos, actividades deportivas,
actividades culturales o cursos, talleres y seminarios que en muchos casos son gratuitos para
los propios alumnos de la universidad organizadora.

Y finalmente recordamos que, además de ser terriblemente perjudicial para la salud, el


tabaco también es muy nocivo para el bolsillo de cualquier ciudadano, pero especialmente
para el de un estudiante.

Por ello deberá tener en cuenta que fumar alrededor de una cajetilla diaria supone el nada
desdeñable gasto de 90 euros mensuales, dinero que vendrá más que bien para otros
múltiples fines.

* * * *

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Más información:

Asociación Española de Colegios Mayores y Residencias Universitarias Públicas

‘Edificio Plaza América’

‘Pisos intergeneracionales’

‘Vive y convive’

Sociedad Pública de Alquiler (SPA)

Cafetería de la Universidad Carlos III de Madrid

‘Tarjeta Estudio’

Tarjeta Universitaria Inteligente del Banco Santander

Carné Internacional de Estudiante

‘Carné Joven Euro 26’

Unidad Clínica de Psicoterapia y Psicoanalítica (UCLIPPSI)

Tienda Alumni de la Universidad de Navarra

‘Tienda Universitaria’ de la Universidad de Sevilla

Unibuk

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www.cext.es

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