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MUNICIPALIDAD DE PEDRO AGUIRRE CERDA

DEPARTAMENTO DE EDUCACION

VERSIÓN PRELIMINAR:
POLÍTICA COMUNAL DE PREVENCIÓN DE LA
VIOLENCIA EN EL ÁMBITO ESCOLAR COMUNA
PEDRO AGUIRRE CERDA.

Abril de 2008.
I. ANTECEDENTES

I.1 Antecedentes Educativos


Contextualización.

La comuna de Pedro Aguirre Cerda cuenta con 46 establecimientos


educacionales, de los cuales 15 son de dependencia municipal, 29 son
particulares subvencionados y 2 corresponden a escuelas corporativizadas, con
un total de 17.646 alumnos matriculados. De este total, y a Junio del año
2007, 5.642 alumnos/as estudian en los 15 establecimientos municipales, en
donde el 11,91% de dicha matrícula corresponde a educación pre-básica; el
73,41% a básica; 2,02% a educación media científico-humanista y 10,0% a
educación técnico-profesional. También el municipio imparte educación
básica y media para adultos (150 als. 2,66%).

La escolaridad promedio de la población de Pedro Aguirre Cerda, medida en


años de estudios realizados, es de 10,1 años, equivalente a 2º año de
Enseñanza Media (CASEN 2003). Respecto a la tasa de analfabetismo, un 3,3 %
de la población de la comuna de 15 años y más, no lee ni escribe, valor mayor
respecto a la tasa de analfabetismo regional (2,2 %).

Actualmente, desde el DEM se implementan programas psicosociales en los


Establecimientos Educacionales Municipales (Salud Escolar, programas del
Previene entre otros) que buscan mejorar la Enseñanza de nuestros niños,
niñas y jóvenes.

También se realizan proyectos y talleres que van dirigidos a la atención


psicosocial de los alumnos y alumnas de la enseñanza municipal de la comuna
de Pedro Aguirre Cerda, entre estos: prevención de la violencia escolar,
prevención del consumo de alcohol y otras drogas, talleres dirigidos a familias
y capacitación en ley penal juvenil adolescente.

En relación al fenómeno de la violencia, es importante señalar que no todos


los establecimientos de la comuna, cuentan con un orientador, lo que
significa que los conflictos se abordan a través del profesor/a jefe,
inspector/a de patio, algún/a docente y dirección, generándose, para
enfrentar una misma situación, variadas respuestas en tanto no existe
igualdad de criterios para enfrentar los conflictos, lo que dificulta el
tratamiento adecuado para la resolución de los mismos. 1

1
Diagnóstico elaborado por Corporación Ancora, en el marco del Proyecto “Prevención de la Violencia y
Promoción de Conductas Prosociales en Establecimientos Educacionales de la Zona Sur de la Región
Metropolitana. 2006-2007.

2
Características de las familias con hijos/as en establecimientos
educacionales municipalizados de la comuna.

El 27,9% de los padres, tiene educación media completa; el 18,5% tiene


educación básica incompleta. A su vez el 0,8% declaró que su padre no tenía
realizado ningún curso de educación formal. En contraste con un 3,2% que
posee educación superior completa.

Los apoderados/as son mayoritariamente asesoras del hogar y trabajadores/as


ambulantes, con trabajos inestables y bajas remuneraciones.

Se observa en las comunidades escolares escasa participación de los


apoderados/as en el proceso educativo de sus hijos e hijas y baja valoración
de la educación como factor de desarrollo y promoción social. (Se observa un
10 % de asistencia aproximadamente a actividades de los establecimientos
educacionales).

Del total de los alumnos, el 53% de ellos viven con sus dos padres. A su vez,
este dato indica que alrededor de un 47% de ellos viven en hogares
compuestos por otros parientes. En cuanto al ingreso familiar un 27,8 % posee
un ingreso de entre los $121.000 y $200.000, mientras que un 14,3% tiene un
ingreso de menor de $ 90.000.

Diagnóstico de percepción de violencia en los establecimientos


educacionales.

El diagnóstico relacionado a situaciones de violencia en la comuna de Pedro


Aguirre Cerda se ha elaborado a partir de la información contenida en los
diagnósticos realizados por el Departamento de Educación Municipal (para el
PADEM) y por el Programa de Seguridad Pública de la comuna, y tiene como
propósito presentar información que permita vincular reflexivamente los
diferentes discursos, datos y hechos, que nos hablan de los comportamientos
relativos a la ocurrencia del fenómeno de la violencia y al surgimiento de las
conductas disruptivas en el ámbito escolar y juvenil. A continuación un breve
resumen de estos diagnósticos.

Si bien, más del 90% de los/as alumnos/as declaran tener buenas relaciones
con su familia, aparece también que el 25,7% del total de alumnos/as
encuestados, menciona que sus padres o algunos de los adultos que viven en
su casa han peleado hasta golpearse y un 15,4% no sabe si estos sucesos han
ocurrido. Un 25,7% es un número importante, y una de entre otras causales de
conductas agresivas, que se presentan al interior de las escuelas.

Otro aspecto a considerar y que debe revisarse desde el ámbito escolar


relacionado con el fenómeno de la violencia es la deserción escolar, que por sí
sola no puede ser considerada como un factor exclusivo y directo en el origen
de conductas violentas en los jóvenes. Sin embargo, esta problemática
constituye otro factor de riesgo que, sumado a otros, propios de la interacción

3
en la comunidad escolar, podrían eventualmente generar dichas conductas
transgresoras.

Los resultados a nivel comuna, indican que el 39,6% de los estudiantes


declaran que podrían abandonar el colegio por problemas familiares y
económicos, asociados principalmente, en el caso de las mujeres al cuidado
de hermanos pequeños, mientras sus padres trabajan; y en el caso de los
hombres, por tener que incorporarse al trabajo y ayudar al presupuesto
familiar. En segundo lugar un 22,5% señala que no abandonarían el colegio
por nada y en tercer lugar con un 15,1% aparecen factores de convivencia al
interior de las comunidades educativas como causales de probabilidad de
deserción. Es justamente en este último porcentaje, desde donde los
establecimientos pueden incidir para disminuir la deserción escolar,
mejorando la interacción en la comunidad escolar.

Percepciones y respuestas de los/as alumnas en torno al fenómeno de la


violencia2.

En cuanto a las diversas formas de agresión, el estudio indica que el 24,9% de


los estudiantes señala que por lo menos una vez a la semana hay agresiones
en el colegio, mientras que un 11,4% menciona que ocurren agresiones todos
los días. También 30,9% cree que nunca son tomados en cuenta en su
establecimiento, esto como señal de agresión de parte del colegio. Un 32,6%
señala que la relación con el colegio (profesores y dirección) es regular y un
7% señala que es mala. Los resultados de la comuna, indican también que el
72,2% de los estudiantes señala que nunca hay agresiones de parte de
profesores contra los estudiantes.

En cuanto a la relación con sus pares, un 66,2% manifiestan que todos los días
se tratan con groserías dentro del establecimiento y sólo un 13,7% de los
estudiantes dicen que nunca se tratan a garabatos.

En cuanto a las agresiones con arma blanca o de fuego al interior del liceo, los
resultados de la comuna indican que el 74,4% de los estudiantes señalan que
nunca hay agresiones con arma blanca o de fuego en el establecimiento,
mientras que un 3,2% manifiesta que todos los días se agraden con armas.

En relación a las burlas y descalificaciones entre los estudiantes al interior del


liceo, un 55,2% manifiesta que todos los días se burlan y descalifican. El 14,9%
de los estudiantes señala que nunca se descalifican o burlan entre los
estudiantes dentro del colegio.

Un 19,2% de los/as estudiantes manifiesta que todos los días hay peleas con
agresiones físicas entre los estudiantes al interior del colegio y 21,5% de los
estudiantes señala que nunca hay peleas con agresiones físicas entre los
estudiantes al interior del colegio.

2
Según el diagnóstico elaborado por el Programa de Seguridad Pública de Pedro Aguirre Cerda, que
contempló la aplicación de una encuesta a alumnos de 7° a 4° medio.

4
Un 31,8% manifiesta que todos los días hay amenazas entre los estudiantes al
interior del establecimiento y un 20,1% de los estudiantes señala que nunca
hay amenazas al interior del liceo.

De acuerdo a la encuesta realizada por Seguridad Pública, los/as estudiantes


aprueban en un 29% que los niños/as sean golpeados por adultos, en algunas
ocasiones.

Estos datos son relevantes y significativos, pues si bien dan cuenta de una
naturalización del fenómeno, (cierta normalidad), también podemos señalar
que lo que más se da son situaciones de agresión, susceptibles de modificar,
cobrando un sentido real el generar una política que apunte a hacerse cargo
del problema y a generar líneas de acción para esto mismo.

De acuerdo a lo anterior cabe rescatar y considerar entonces las sugerencias


propuestas por los/as mismos/as alumnos/as en cuanto a mejorar y hacer más
atractiva la escuela o liceo: “le hace falta mejor infraestructura e
equipamiento”, “tener una mejor convivencia”. Hay una disposición al
cambio de parte de los/as alumnos/as que no se debe desconocer.

En relación a la convivencia escolar el PADEM (2008) señala que “su propósito


principal es promover, orientar y articular un conjunto de acciones a favor de
la formación y el ejercicio de los valores de convivencia en la cultura escolar”

A través del programa de convivencia escolar “se entrega un marco


conceptual, principios y orientaciones al sistema educativo respecto del rol
de la institución escolar en el aprender a vivir juntos y juntas, considerando
variados espacios curriculares para el desarrollo de las habilidades,
actitudes, valores y conocimientos necesarios para la formación ciudadana de
los y las estudiantes. Esta concepción no se limita a la relación entre las
personas, sino que incluye las formas de interacción entre los diferentes
estamentos que conforman una comunidad educativa, por lo que constituye
una construcción colectiva y es responsabilidad de todos los miembros y
actores educativos sin excepción.”

Considerando lo anteriormente expuesto, es que en la comuna de Pedro


Aguirre Cerda, desde el DEM, están dadas las condiciones para insertar y
generar una política de prevención de la violencia en el ámbito escolar, por
cuanto seguiría los lineamientos emanados tanto de la política de convivencia
escolar, como del programa comunal; la que vendría a enriquecer y a
complementarlo dando especificidad para el tratamiento de situaciones de
mayor riesgo que ocurran en los establecimientos escolares.

Consulta a los Consejos Escolares y Redes de Apoyo Marzo-Abril 2008.

Con el objetivo de recopilar información de parte de los establecimientos


educativos, el Departamento de Educación Municipal realizó una Consulta a

5
los Consejos Escolares3 de los establecimientos educativos, en la que se
indagó sobre los fundamentos para las políticas de transversalidad y
convivencia que desarrollará el departamento durante este año. En esta
misma dinámica, el departamento convocó a las redes de apoyo que laboran
en Educación (Previene, OPD, Plan de Seguridad Comunal, COSAM, Plan de
Promoción), para trabajar mancomunadamente estas políticas. En lo
particular, también se indagó sobre la temática de prevención de la violencia
escolar, sin embargo, se considera que dicha temática es parte constituyente
de las políticas de convivencia escolar y de transversalidad.

Respecto a la evaluación que los consejos escolares hacen de la situación


convivencia escolar, se puede decir que existe conciencia que el
comportamiento de los alumnos tiene relación directa con la manera en que
los adultos responsables gestionen el clima escolar de dichos espacios
educativos (aula, patio, etc.). Existe la percepción que falta trabajar de
mejor manera los acuerdos entre la unidad respecto a esta temática.

En general, existe la percepción que la convivencia se ve afectada cuando de


parte de apoderados y alumnos llegan al establecimiento con actitudes
violentas, las que a juicio de los consejos escolares derivan de situaciones
problemáticas que arrastran de sus hogares y entornos familiares y sociales
(“influencias de amistades”). Los consejos opinan que se trata de un problema
social, en el que se involucra directamente a los medios de masa, por la
forma sensacionalista de tratar la información y por la manera que modelan la
conducta de los niños.

Algunos Consejos Escolares se refieren a casos particulares: en algunos cursos


existen algunos alumnos que amenazan y realizan conductas de matonaje,
ante lo cual la principal dificultad percibida por los consejos es la baja tasa
de denuncias al respecto, por temor a represalias. Un pequeño número de
alumnos/as son los que se involucran y generan situaciones de violencia, pero
tienen, en muchos casos, la capacidad de influir sobre un número mayor de
compañeros.

Como en cualquier grupo humano, existen dificultades de comunicación en las


unidades educativas, producto de la poca utilización de canales adecuados
por las direcciones de los establecimientos. Esta situación complejiza el
abordaje oportuno de problemáticas que afectan a toda la unidad educativa.

Respecto a esta temática la recientemente creada mesa de “transversalidad y


convivencia” comunal, estima que es necesario entender de mejor manera
desde lo conceptual lo que significa un abordaje desde una mirada curricular
de la temática de la convivencia escolar y de la prevención de conductas de
riesgo. Se evalúa que los establecimientos necesitan mayor acompañamiento
para mejorar la atención a los casos de vulnerabilidad social y el desarrollo de
los OFT.

3
Donde participan como mínimo: El Director del Establecimiento, el Sostenedor, Representante del
Centro de Alumnos y Centro de Padres, un Asistente de Educación y un Profesor (escogidos por sus
pares).

6
Los consejos escolares reportan las siguientes estrategias implementadas
para mejorar la convivencia y prevenir la violencia escolar en las escuelas y
liceos de la comuna de Pedro Aguirre Cerda:
• La actualización participativa del Manual de Convivencia Escolar. En
algunas escuelas realizada con acompañamiento de profesionales del
Departamento de Educación.
• Generar un clima de dialogo permanente con alumnos que muestran
actitudes agresivas.
• Permanente seguimiento de alumnos con problemas de violencia, por
parte del profesor jefe y de la dirección del colegio.
• Se generan compromisos de palabra y/o de forma escrita con alumnos y
apoderados para la mejora conductual de los alumnos agresivos.
• Se analiza en conjunto con el apoderado, las causales de la conducta
agresiva del alumno.
• Estrategias de reforzamiento de conductas alternativas para que el
estudiante cambie su comportamiento.
• Se estima que las medidas disciplinarias extremas como la suspensión
de clases no tienen mayores efectos si es que no se genera una
adecuada intervención en el caso (acompañamiento y conversación con
el responsable y su apoderado).
• Acompañamiento de aula de parte de directivos, con el objetivo de
apoyar la labor docente.
• En los recreos generar un ambiente adecuado, con música clásica de
fondo, con presencia de los directivos, asistentes de educación y los
profesores que desean apoyar.
• Realizar formación en los recreos y conversarles a los niños sobre los
objetivos fundamentales transversales.
• Realizar “Olimpiadas Formativas” en las escuelas, entregando a cada
curso un valor (solidaridad, amistad, etc.), motivándolos a través de
premios a los alumnos que obtengan los mejores puntajes).
• Realización de cursos de violencia escolar y mediación con la unidad de
transversalidad del ministerio de educación y con el plan de seguridad
comunal. Se valora la participación de asistentes de educación para
mejorar los climas
• La prevención debe ser hecha en la fase más temprana de desarrollo de
los niños, en particular comprometiendo a los padres en el desarrollo
de mejores maneras de enseñar a sus hijos.
• Desarrollo anual de Escuela para padres.

En términos de las Estrategias a implementar como parte de los


planes de convivencia escolar y prevención de violencia escolar, de los
establecimientos y del departamento de educación, los Consejo Escolares
opinaron que sería buenas medidas:

• Elaborar y actualizar participativamente los Manuales de Convivencia


escolar en nuestros establecimientos.
• Difundir de las reglas consensuadas (Manual de Convivencia) en diversos
espacios públicos (Reuniones de apoderados, Consejo de Curso, Consejo
escolar, etc.).

7
• Trabajar los OFT en clases de orientación y consejo de curso.
• Mantener y mejorar los vínculos con las redes de apoyo (COSAM,
Consultorio, Carabineros, Equipo de Integración, para el apoyo y
derivación eficaz de casos), dado que el apoyo de especialistas se
estima necesario en los establecimientos.
• Generar espacios formativos con niños y apoderados, en coordinación
con redes de apoyo.
• Utilizar de mejor manera las entrevistas con apoderados y generar
espacios compartidos con el alumno.
• Generar actividades extracurriculares atractivas para los estudiantes
(deportes, banda escolar, coro).
• Fortalecer los principios de convivencia entre los funcionarios de las
escuelas y liceos, dado que todos los miembros de la comunidad escolar
intervienen en el proceso educativo. Se afirma que los adultos deben
ser el ejemplo para los niños, por lo tanto deben orientar sus esfuerzos
en el espacio educativo en pro de generar mejores lazos con todos los
miembros.
• Revisar y actualizar los deberes y derechos de los miembros de la
comunidad educativa.
• Construir un manual de ética laboral dentro del establecimiento (que
debiera estar contenido en el Manual de Convivencia Escolar).
• Potenciar la organización de Centros de Alumnos en los cursos de
educación básica.
• Búsqueda de nuevas redes de apoyo y asociatividad para mejorar los
espacios de participación local.

Conclusión

Podemos concluir que si bien se dan episodios de violencia, lo que está más
presentes en nuestros liceos y escuelas es la agresividad en las relaciones, que
afecta la convivencia de la unidad educativa.

Existen diversas estrategias para abordar las situaciones de violencia que


ocurren en los establecimientos.

Las escuelas y liceos cuentan con adecuadas redes de apoyo para los casos
más problemáticos, sin embargo, son insuficientes en relación con la gran
demanda existente.

Los programas de apoyo que asisten a los establecimientos a apoyar a los


alumnos que presentan algún tipo de vulnerabilidad social, debieran
concordar sus intervenciones de modo apropiado con las escuelas.

Asimismo podemos concluir que si acordamos acciones conjuntas a seguir,


podemos mejorar y prevenir situaciones de agresividad y más aun tratar de
focalizar aquellos casos más específicos y ver de qué modo la escuela puede
favorecer un desarrollo integral del alumno/a. y disminuir la derivación. Esto
tiene relación con la opinión de los Consejos Escolares y de las Redes de

8
Apoyo en términos de generar mayores acuerdos entre la comunidad
educativa para abordar sus problemáticas.

Frente a esta realidad es de suma importancia contar con un documento que


tenga como base, principios éticos y que también dé los lineamientos de
acciones a seguir, para mejorar la convivencia y prevenir situaciones de
violencia en los establecimientos educacionales.

9
II. MARCO CONCEPTUAL

Nuestra sociedad actualmente enfrenta múltiples problemas que afectan la


calidad de vida de sus componentes, tales como: el deterioro del ambiente y
de la salud, el consumismo, la desigualdad, la extrema pobreza, los prejuicios
sociales, la violencia, la corrupción, entre otros. Estos son, entre otros
fenómenos presentes en las diferentes culturas, los que obligan a una
reorientación de la educación en su proyección social, a partir de valores y
actitudes que brinden sentido y armonía a la vida. Por otra parte, los cambios
acelerados en todas nuestras instituciones y el ámbito tecnológico, científico,
comunicacional e industrial, demandan también transformaciones sustanciales
en el campo educativo.

Los Objetivos Fundamentales Transversales (OFT) tienen por propósito


fortalecer la formación ética de niñas y niños; orientar el proceso de
crecimiento y autoafirmación personal, incluyendo dentro de este ámbito el
desarrollo de sus habilidades del pensamiento, y orientar las formas de
interacción con otros y con el mundo.

De este modo, los OFT impregnan y permean todo el currículo escolar,


facilitando el abordaje de los problemas e inquietudes nuestra sociedad,
permiten profundizar en los aprendizajes informales que el estudiante
adquiere en forma difusa en el entorno sociocultural y están dotados de una
gran funcionalidad psicológica y social para que el alumno y la alumna vayan
tomando conciencia de la realidad de su contexto, al mismo tiempo que
desarrollan competencias para modificarla y construir un mundo mejor.

Los OFT se convierten, entonces, en fundamentos para la práctica pedagógica


al integrar las dimensiones del conocer, el ser, el hacer y el convivir, a través
de los contenidos actitudinales, conceptuales y procedimentales presentes en
todas las áreas del currículo. Se trata de formar un hombre que sea capaz de
aprender a ser, que sea cada día más humano; aprender a hacer,
desarrollando habilidades y destrezas; aprender a conocer, que esté dispuesto
a adquirir el conocimiento, procesarlo y transformarlo; y aprender a convivir,
que sea capaz de aprender a vivir en una sociedad más justa y más
democrática.

Los OFT se agrupan en tres ámbitos: formación ética, crecimiento y


autoafirmación personal, y la persona y su entorno. En relación con la
formación ética, se busca que el niño y la niña desarrollen las capacidades de:

a. Ejercer de modo responsable grados crecientes de libertad y autonomía


personal y realizar habitualmente actos de generosidad y solidaridad dentro
del marco del reconocimiento y respeto por la justicia, la verdad, los
derechos humanos y el bien común.
b. Respetar y valorar las ideas y creencias distintas de las propias y reconocer
el diálogo como fuente permanente de humanización, de superación de
diferencias y de aproximación a la verdad.

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c. Reconocer y respetar y defender los derechos esenciales de todas las
personas sin distinción de sexo, edad, condición física, étnica, religión o
situación económica.

En relación con el crecimiento y autoafirmación personal, se busca desarrollar


una adecuada autoestima y habilidades del pensamiento transversal. Entre
estos se busca:
a. Promover y ejercitar el desarrollo físico personal en un contexto de respeto
y valoración por la vida y el cuerpo humano, el desarrollo de hábitos de
higiene personal y social y de cumplimiento de normas de seguridad.
b. Desarrollar el pensamiento reflexivo y metódico y el sentido de crítica y
autocrítica.
c. Promover el interés y la capacidad de conocer la realidad, utilizar el
conocimiento y seleccionar información relevante.
d. Ejercitar la habilidad de expresar y comunicar las opiniones, ideas,
sentimientos y convicciones propias con claridad y eficacia.
e. Desarrollar la capacidad de resolver problemas, la creatividad y las
capacidades de autoaprendizaje.
f. Promover una adecuada autoestima, la confianza en sí mismo y un sentido
positivo ante la vida.

En relación con la persona y su entorno, niños y niñas deben afianzar


capacidades para:
a. Participar responsablemente en las actividades de la comunidad y
preparase para ejercer en plenitud los derechos y cumplir los deberes
personales que reconoce y demanda la vida social de carácter democrático.
b. Comprender y apreciar la importancia que tienen las dimensiones afectivas
y espirituales y los principios y normas éticas y sociales para un sano y
equilibrado desarrollo sexual personal.
c. Apreciar la importancia social, afectiva y espiritual de la familia y de la
institucionalidad matrimonial.
d. Proteger el entorno natural y promover sus recursos como contexto de
desarrollo humano.
e. Reconocer y valorar las bases de la identidad nacional, en un mundo cada
vez más globalizado e interdependiente.
f. Desarrollar la iniciativa personal, el trabajo en equipo y el espíritu
emprendedor, y reconocer la importancia del trabajo como forma de
contribución al bien común, al desarrollo social y al crecimiento personal, en
el contexto de los procesos de producción, circulación y consumo de bienes y
servicios.

Condiciones Sociales de Riesgo y Origen de la Violencia.

Los factores de riesgo son aquellos aspectos individuales relativos a las


características y motivaciones del sujeto, aspectos familiares, sociales,
económicos y culturales. Entre estos, los entornos de pobreza, una cultura
familiar de violencia, roles paternos desvinculados o poco atentos, deterioro
del entorno urbano y social, escasez de vigilancia o descuido de propiedades o
bienes, todos estos, factores que inciden o pueden tener incidencia sobre
conductas de violencia.

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Según el documento “Participación de la Comunidad en la Prevención de la
Delincuencia” 4, existirían niveles de violencia cuando se dan las siguientes
condiciones, que están estrechamente relacionadas entre si:

a) Pobreza y desempleo derivados de la exclusión social, especialmente en el


caso de los jóvenes.
b) Familias disfuncionales donde los padres tienen actitudes indiferentes o
contradictorias, o en las que existen situaciones de violencia o de conflicto
entre los padres;
c) Una sociedad que acepta o promueve una cultura de la violencia;
d) Discriminación y exclusión basadas en el género, la raza, la clase social, u
otros motivos injustos;
e) Degradación de los entornos urbanos y de los vínculos sociales;
f) Vigilancia inadecuada de los bienes y lugares públicos;
h) Presencia de factores facilitadores (como armas de fuego, alcohol y
drogas).”

Por su lado De la Puente y Torres5, identifican ciertos factores que influyen en


la generación de la violencia:

a) Los problemas que afligen a la familia de los hijos adolescentes tales como
abandono, maltrato e indiferencia de los padres;
b) El ausentismo, la mala conducta y el abandono escolar;
c) La pertenencia a pandillas o bandas delincuentes;
d) El consumo excesivo de alcohol y otras drogas;
e) La prevalencia de problemas de personalidad tales como la falta de
autoestima,

Los estudios sobre violencia escolar llevados a cabo en nuestro país ponen de
manifiesto que los episodios de violencia ocurren con más frecuencia de lo
que usualmente se piensa por lo que no deben considerarse simplemente
como eventos aislados que ocurren espontánea y arbitrariamente.

Entendemos por Violencia aquel comportamiento deliberado y de abuso de


poder, en donde una o más personas dañan, dominan o someten a otra u
otras. Es aquella situación donde dos o más individuos se encuentran en una
confrontación, en la cual una o más personas sale perjudicada, siendo
agredida física o psicológicamente. La violencia no es innata en los seres
humanos sino que es un aprendizaje, que obstaculiza la autorrealización
humana.

La Agresividad es una energía o fuerza innata al ser humano que permite la


autoafirmación, se vincula a la fuerza vital y al instinto de supervivencia. Esta

4
Capitulo II, letra C, párrafo 26. Décimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del delincuente. Abril 2000
5
“Seguridad Ciudadana y Participación Social”, Investigación: Violencia Criminalidad y Drogadicción.
Santiago, Chile. 2000.

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fuerza vital es educada por los distintos medios de socialización como la
familia, la escuela, los medios de comunicación y el entorno social.

Otro concepto que deviene de la agresividad, es la agresión que es el término


empleado para designar la acción concreta que produce daño a las personas u
objetos. La agresión sucede entre iguales, no hay abuso de poder.

El conflicto es una fuerza de transformación, consustancial a la vida


humana, por tanto, inevitable. Es el proceso mediante el cual las relaciones
humanas amplían sus posibilidades frente a la realidad. En la cultura escolar
se estigmatiza a los conflictos como negativos y se tiende a atribuir
características negativas y amenazadoras de la estabilidad a los desacuerdos.
Si bien los conflictos tensionan las relaciones, son también fuente de
crecimiento y desarrollo para las personas y grupos.

Diversas investigaciones argumentan que la violencia escolar se manifiesta a


través de exclusión social o del sentimiento de exclusión, la ausencia de
límites, la exposición a la violencia a través de los medios masivos de
comunicación, la integración en grupos o pandillas identificadas con la
violencia, la facilidad para disponer de armas y la justificación de la violencia
en la sociedad en la que se produce. Además, se ha detectado ausencia de
condiciones que protejan de dichos riesgos como: modelos sociales positivos y
solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, grupos de pertenencia
constructivos o adultos disponibles y atentos para ayudar.

Violencia escolar son también las prácticas discriminatorias y abusivas de los


adultos hacia el alumnado, la no aceptación de la diversidad sexual, cultural,
social y étnica, las escasas oportunidades de participación de los alumnos y
alumnas, siendo obstáculos serios para la formación de personas autónomas,
respetuosas, solidarias y participativas, personas con valores y habilidades
que le permitan convivir integradamente en la sociedad de hoy.

La violencia escolar posee causas múltiples y complejas. Una de las miradas


posibles, es analizarla desde una perspectiva ecológica, en términos de la
interacción entre los individuos y los contextos en que se produce, a distintos
niveles; incluyendo, por ejemplo, la relación que establecen en cada uno de
los escenarios en que se desarrollan, las relaciones entre dichos escenarios, la
influencia que sobre ellos ejercen otros sistemas sociales y el conjunto de
creencias y valores de la sociedad de las que los niveles anteriores son
manifestaciones concretas. En tal sentido, las teorías contextuales o
ecológicas sostienen que el abuso de poder o la agresividad entre iguales es el
resultado de la interacción compleja entre éstos y otros factores que surgen
de los distintos contextos en que el individuo vive, desde los más próximos,
como la familia, la escuela, el grupo de amigos o los medios de comunicación,
hasta los más lejanos, como los recursos educativos, culturales y económicos,
sin olvidar los valores imperantes en cada cultura sobre las relaciones entre
personas.

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Aún cuando el comportamiento agresivo y/o violento en los centros
educacionales puede estar muy determinado por variables sociales y
familiares ajenas a la escuela, también existen variables internas al propio
espacio educativo que parecen estar positivamente relacionadas con la mayor
o menor ocurrencia o aparición de fenómenos de comportamiento violento.

Las variables que influirían sobre el comportamiento antisocial en las escuelas


se expresan en tres dimensiones diferentes: Evolutiva, esto es, el proceso de
desarrollo sociomoral y emocional en relación con el tipo de relaciones que
los estudiantes establecen con sus iguales; psicosocial, que implica las
relaciones interpersonales, la dinámica socioafectiva de las comunidades y los
grupos dentro de los que viven los alumnos, las complejidades propias del
proceso de socialización de los niños y los jóvenes; y por último, la dimensión
educativa, que incluye la configuración de los escenarios y las actividades en
que tienen lugar las relaciones entre iguales, el efecto que sobre dichas
relaciones tienen los distintos estilos de enseñanza, los modelos de disciplina
escolar, los sistemas de comunicación en el centro y en el aula, el uso del
poder y el clima socioafectivo en que se desarrolla la vida escolar.

Es respecto de estas variables estrictamente escolares sobre las cuales la


comunidad educativa debe hacer el mayor esfuerzo de prevención y
enfrentamiento, asumiendo su responsabilidad a fin de construir un clima que
contribuya a que los y las alumnos/as se conviertan en ciudadanos/as, a que
aprendan a asumir la responsabilidad de su educación y de sus acciones.

Reconociendo que la violencia y la agresividad son explícitas en nuestras


unidades educativas, se hace necesario generar Política Comunales de
Convivencia, en las cuales se contemple específicamente la temática de
Prevención de Violencia Escolar. Estas políticas entregarán un marco
articulador, que dé sentido y directriz a las acciones que puedan emprender
las comunidades educativas, acordando los valores comunes que puedan
constituir principios de una ética capaces de proporcionar significado a dichas
acciones para la prevención y el abordaje de conductas violentas atendiendo
a la complejidad que el hecho presenta.

Frente a los cambios societales actuales, se reafirma como un factor vital los
cimientos epistemológicos que asume la democracia como una de las formas
esenciales de desarrollar al ser humano en forma integral y trascendente. Es
por ello que la formación de ciudadanos responsables, libres, iguales,
solidarios, participativos y críticos se encuentra en la base del sistema
democrático.

Así como individuo y sociedad, parte y todo, se relacionan e implican


mutuamente; la educación y la democracia se necesitan la una con la otra.
Esto es debido a que la educación es imposible que se desarrolle en forma
plena, sin que lleve consigo misma la construcción de una mejor práctica
colectiva de la democracia.

No podemos dejar de considerar los objetivos de la Organización de las


Naciones Unidas, en relación a la Paz, la Cooperación Internacional para el

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desarrollo económico, social y cultural de los pueblos, y la vigencia y respeto
a los DDHH como un mínimo ético común; en la medida que se materializan los
DDHH, mejoran las condiciones para la realización de la dignidad humana, la
libertad, la justicia y la solidaridad entre los individuos y los pueblos.

Por ello, es que desde la escuela existe el desafío de formar personas que
promuevan la aplicación efectiva de los principios fundamentales de la
Declaración de DDHH y garanticen en su accionar cotidiano el respeto, sin
condiciones, de esos derechos. Se debe educar para que en el nuevo siglo se
logre crear un mundo hospitalario, un habitar humano.

Generar una sana convivencia escolar y un clima no violento requiere


aprender a resolver los conflictos de manera justa y pacífica. Todos los
esfuerzos que se hagan para este fin deben considerar la perspectiva del
resguardo de derechos de los y las estudiantes y de todos los miembros de la
unidad educativa. Junto con ello, es necesario promover fuertemente valores
prosociales tales como la responsabilidad por el otro, la solidaridad y la
colaboración, generando un sentido de comunidad educativa.

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III. PRINCIPIOS

1. DERECHO A LA EDUCACIÓN

Todos los niños, niñas y jóvenes tiene derecho a una educación de calidad que
le permita acceder a mejores condiciones de vida, con el sustento valórico,
cognitivo, biológico, motriz y social suficiente para Participar en la
construcción de su futuro.

2. SUJETO DE DERECHO

Todos los niños, niñas y jóvenes son sujetos de derecho, por lo que la
sociedad en su conjunto debe proporcionar ambiente y/o espacios que les
permitan su desarrollo como una persona íntegra. Hacer efectivo el derecho a
la educación implica asegurar otros derechos, como igualdad de
oportunidades, el de participación y la no discriminación y el derecho a la
propia identidad.

3. RELACIONES INCLUSIVAS

Las relaciones inclusivas son aquellas que favorecen el desarrollo de actitudes


de respeto y valoración por las diferencias individuales, actitudes de
colaboración y solidaridad, base para aprender a vivir juntos y para la
construcción de sociedades más justas y democráticas, menos fragmentadas y
discriminatorias.

4. PARTICIPACIÓN

La participación es la integración de las personas en el proceso de adopción


de decisiones que le afectan directamente, aportando puntos de vista,
inquietudes y soluciones. Además, la participación fomenta un tipo de persona
que tiene un mayor interés por informarse, por cooperar, con las demás
personas, y que es más respetuosa con las que son diferentes, lo que refuerza
los vínculos sociales entre los seres humanos, y favorece la comprensión
intercultural.

5. RESOLUCIÓN PACÍFICA DE CONFLICTOS

La divergencia, discrepancia, diferencias de opinión frente a una situación o


idea es propia de las personas entendiéndose como tal a todo niño, niña,
joven y adulto. En toda relación humana surge el conflicto porque cada
persona es única y distinta, y el conflicto es necesario en tanto nos permite
buscar otras alternativas y solucione más justas y equitativas. El conflicto nos
permite crecer y avanzar. Por tanto este principio busca abordar las
diferencias generando un espacio de diálogo y reflexión donde cada una de las
partes pueda exponer sus argumentos y se pueda llegar a un consenso que
satisfaga a las partes involucradas.

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6. PROSOCIALIDAD

La prosocialidad es toda conducta social positiva que tienen las personas en el


deseo de favorecer al otro con independencia del propio beneficio,
entendiéndose también como actos de generosidad de condolencias o de
solidaridad. El ejercicio de conductas prosociales ayuda a contener o eliminar
conductas de agresividad en los niños, niñas, jóvenes y adultos.

7. APOYO MUTUO

El apoyo mutuo debe entenderse como relaciones que se dan en un trabajo en


equipo coordinado entre personas que persiguen un fin común. A esto se debe
propender para una educación y trabajo integral.

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IV. ÁREAS DE DESARROLLO ESTRATÉGICO
ALGUNAS ESTRATEGIAS COMUNALES.

a) Realizar campañas de difusión comunal para promover en la comuna las


políticas y los planes de convivencia escolar locales, resaltando la
importancia del tema en beneficio de un clima de aprendizaje óptimo y
laboral eficiente.

b) Mejorar la participación y la formación ciudadana, potenciando el


funcionamiento de los Consejos Escolares, Centros de Alumnos y
Apoderados, entre otros espacios.

c) Sensibilizar y promover el tema con todos los estamentos de la


comunidad educativa.

d) Desarrollar un sistema de recolección de información e intercambio


oportuno de focos de conflictos para una intervención necesaria y
oportuna desde las redes hacia las escuelas.

e) Realizar intervenciones específicas en el área de la convivencia


escolar, maximizando la coordinación de los esfuerzos a partir de la
realidad particular de los establecimientos.

Acciones a ejecutar:

a) Vinculación periódica del Departamento de Educación Municipal con los


organismos de la red que trabajan en el área de la transversalidad,
convivencia y prevención de conductas de riesgo.

b) Ejecutar anualmente un plan de acompañamiento del departamento de


educación en gestión y convivencia a las escuelas y liceos de la
comuna.

c) Actualizar, mejorar y difundir los Manuales de Convivencia escolar en


los establecimientos.

d) Desarrollar en los niños/as, a través de actividades complementarias al


currículo (en el ambito artístico y deportivo), prevención, a partir de la
capacitación en torno al mejor uso del tiempo libre.

e) Promover la instalación de un sistema de derivación y alerta temprana


en los casos urgentes que existan en los liceos y escuelas, en
coordinación con las redes de apoyo comunales (OPD, COSAM, etc.).

f) Los y las docentes jefes de curso, aplicarán los instrumentos y


materiales de transversalidad y convivencia emanados del ministerio de
educación y los manuales de Prevención de Violencia, emanados del

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Ministerio del Interior, en las horas de orientación y consejo de curso,
quienes serán apoyados y supervisados por la jefatura técnica de las
escuelas y liceos. Esta tarea será articulada por el equipo de
coordinadores del DEM.

g) Se evaluará semestralmente por el DEM en cada establecimiento, el


avance de los programas psicosociales que se estén implementando por
redes de apoyo.

h) La Jefatura Técnica comunal colaborará en el asesoramiento para los


Jefes de las Unidades Técnico Pedagógicas de los establecimientos,
para facilitar la aplicación de los OFT en el currículo escolar.

i) Proporcionar espacios formativos-educativos, relacionados y asociados


con la temática de la buena convivencia y prevención de la violencia a
todos/as los miembros de la comunidad educativa.

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