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José Smith habla de sus ascendien- relacionan, tal como han sucedi-
tes, de los miembros de su familia do, o como en la actualidad exis-
y de los lugares donde habı́an vivido t e n , s i e n d o o c h o , c o n é s t e
anteriormente—En la parte occi- [1838], los años que han transcu-
dental de Nueva York, predomina rrido desde la aorganización de
una agitación extraordinaria en dicha Iglesia.
cuanto a religión—Resuelve buscar 3 aNacı́ en el año de nuestro
sabidurı́a como lo aconseja Santia- Señor mil ochocientos cinco, el
go—El Padre y el Hijo se apare- dı́a veintitrés de diciembre, en el
cen a José Smith y éste es llamado pueblo de Sharon, Condado de
a su ministerio profético. (Versı́- Windsor, Estado de Vermont.
culos 1–20.) Tendrı́a yo unos diez años de
edad, cuando mi padre, que tam-
28a gee Tentación, tentar. 30a gee Ángeles; Moroni, 1 Ne. 8:5; 3 Ne. 11:8.
b gee Llamado. hijo de Mormón.
29a gee Oración. 31a Hech. 10:30;
José Smith—Historia 1:32–38 60
32 No sólo tenı́a su túnica esta dos piedras, en aros de plata,
blancura singular, sino que toda las cuales, aseguradas a un apec-
su persona abrillaba más de lo toral, formaban lo que se lla-
que se puede describir, y su faz maba el bUrim y Tumim; que la
era como un vivo brelámpago. El posesión y uso de estas piedras
cuarto estaba sumamente ilumi- e r a l o q u e c o n s t i t u ı́ a a l o s
c
nado, pero no con la brillantez “videntes” en los dı́as antiguos,
que habı́a en torno de su perso- o anteriores, y que Dios las ha-
na. Cuando lo vi por primera bı́a preparado para la traduc-
vez, tuve cmiedo; mas el temor ción del libro.
pronto se apartó de mı́. 36 Después de decirme estas
33 Me llamó por mi anombre, y cosas, empezó a citar las profe-
me dijo que era un mensajero cı́as del aAntiguo Testamento.
enviado de la presencia de Dios, Primero citó parte del tercer ca-
y que se llamaba Moroni; que pı́tulo de bMalaquı́as, y también
Dios tenı́a una obra para mı́, y el cuarto y último capı́tulo de la
que entre todas las naciones, misma profecı́a, aunque varian-
tribus y lenguas se tomarı́a mi do un poco de la forma en que
nombre para bien y para mal, o se halla en nuestra Biblia. En
sea, que se iba a hablar bien y lugar de citar el primer versı́culo
mal de mı́ entre todo pueblo. cual se halla en nuestros libros,
34 Dijo que se hallaba depo- lo hizo de esta manera:
sitado un alibro, escrito sobre 37 Porque, he aquı́, viene el adı́a
b
planchas de oro, el cual daba que barderá como un horno, y todos
una relación de los antiguos ha- los soberbios, sı́, todos los que obran
bitantes de este continente, ası́ inicuamente, arderán como crastro-
como del origen de su proce- jo; porque los que vienen los quema-
dencia. También declaró que en rán, dice el Señor de los Ejércitos,
él se encerraba la cplenitud del de modo que no les dejará ni raı́z ni
evangelio eterno cual el Salva- rama.
dor lo habı́a comunicado a los 38 Entonces citó el quinto ver-
antiguos habitantes. sı́culo en esta forma: He aquı́, yo
35 Asimismo, que junto con las os revelaré el asacerdocio por medio
planchas estaban depositadas de bElı́as el profeta, antes de la
51a gee Cumorah, Cerro gee Planchas de oro. 54a Véase DyC 93:36.
de. b gee Urim y Tumim. b gee Reino de Dios o
52a Morm. 6:6. c gee Pectoral. de los Cielos.
José Smith—Historia 1:56–60 64
de casa; y trabajando continua- nuaba afirmando que habı́a vis-
mente podı́amos ganarnos un to una visión, la apersecución
sostén más o menos cómodo. me seguı́a acechando, y la fami-
56 En el año 1823 sobrevino a lia del padre de mi esposa se
la familia de mi padre una opuso muchı́simo a que nos
aflicción muy grande con la casáramos. Por tanto, me vi obli-
muerte de mi hermano aAlvin, gado a llevarla a otra parte, de
el mayor de la familia. En el mes modo que nos fuimos y nos
de octubre de 1825 me empleó casamos en la casa del señor
un señor de edad llamado Jo- Tarbill, en South Bainbridge,
siah Stoal, del Condado de Che- Condado de Chenango, en
nango, Estado de Nueva York. Nueva York. Inmediatamente
Él habı́a oı́do algo acerca de una después de mi matrimonio dejé
mina de plata que los españoles el trabajo del señor Stoal, me
habı́an explotado en Harmony, trasladé a la casa de mi padre
Condado de Susquehanna, Es- y con él labré la tierra esa tem-
tado de Pensilvania; y antes de porada.
ocuparme ya habı́a hecho algu- 59 Por fin llegó el momento de
nas excavaciones para ver si le obtener las planchas, el Urim y
era posible descubrir la mina. Tumim y el pectoral. El dı́a vein-
Después que fui a vivir a la casa tidós de septiembre de mil ocho-
de él, me llevó con el resto de cientos veintisiete, habiendo ido
sus trabajadores a excavar en al fin de otro año, como de cos-
busca de la mina de plata, en lo tumbre, al lugar donde estaban
cual estuve trabajando cerca de depositados, el mismo mensaje-
un mes sin lograr el éxito en ro celestial me los entregó, con
nuestra empresa; y por fin con- esta advertencia: que yo serı́a
vencı́ al anciano señor que deja- responsable de ellos; que si per-
se de excavar. Ası́ fue como se mitı́a que se extraviaran por al-
originó el tan común rumor de gún adescuido o negligencia mı́a,
que yo habı́a sido buscador de serı́a desarraigado; pero que si
dinero. me esforzaba con todo mi empe-
57 Durante el tiempo que estu- ño por bpreservarlos hasta que
ve en ese trabajo, me hospedé él (el mensajero) viniera por ellos,
con el señor Isaac Hale, de ese entonces serı́an protegidos.
lugar. Fue allı́ donde por prime- 60 Pronto supe por qué habı́a
ra vez vi a mi esposa (su hija), recibido tan estrictos mandatos
a
Emma Hale. Nos casamos el 18 de guardarlos, y por qué me
de enero de 1827 mientras yo habı́a dicho el mensajero que
todavı́a estaba al servicio del cuando yo terminara lo que se
señor Stoal. requerı́a de mı́, él vendrı́a por
58 Por motivo de que conti- ellos. Porque no bien se supo
61a DyC 5:1. gee Harris, Martin. 62a gee Urim y Tumim.
José Smith—Historia 1:65–68 66
aún no estaban traducidos, y me món—José y Oliver reciben el Sa-
dijo que eran egipcios, caldeos, cerdocio Aarónico de manos de Juan
asirios y árabes, y que eran ca- el Bautista—Son bautizados y or-
racteres genuinos. Me dio un denados, y reciben el espı́ritu de
certificado en el cual hacı́a cons- profecı́a. (Versı́culos 66–75.)
tar a los ciudadanos de Palmyra
66 El dı́a 5 de abril de 1829,
que eran auténticos, y que la
vino a mi casa aOliver Cowdery,
traducción de los que se habı́an
a quien yo jamás habı́a visto
traducido también era exacta.
hasta entonces. Me dijo que ha-
Tomé el certificado, me lo eché
bı́a estado enseñando en una
en el bolsillo, y estaba para salir
escuela que se hallaba cerca de
de la casa cuando el Sr. Anthon
donde vivı́a mi padre y, siendo
me llamó, y me preguntó cómo
é s t e u n o d e l o s q u e t e n ı́ a n
llegó a saber el joven que habı́a
niños en la escuela, habı́a ido a
planchas de oro en el lugar don-
hospedarse por un tiempo en
de las encontró. Yo le contesté
su casa; y que mientras estuvo
que un ángel de Dios se lo habı́a
allı́, la familia le comunicó el
revelado.
hecho de que yo habı́a recibido
65 “Él entonces me dijo: ‘Per-
las planchas y, por consiguien-
mı́tame ver el certificado’. De
te, habı́a venido para interro-
acuerdo con la indicación, lo
garme.
saqué del bolsillo y se lo entre-
67 Dos dı́as después de la lle-
gué; y él, tomándolo, lo hizo
gada del señor Cowdery (sien-
pedazos, diciendo que ya no
do el dı́a 7 de abril), empecé a
habı́a tales cosas como la minis-
traducir el Libro de Mormón, y
tración de a ángeles, y que si
él comenzó a escribir por mı́.
yo le llevaba las planchas, él las
traducirı́a. Yo le informé que 䳦 䳦 䳦 䳦
parte de las planchas estaban
b
selladas, y que me era prohibi- 68 El mes siguiente (mayo de
do llevarlas. Entonces me re 1829), encontrándonos todavı́a
pondió: ◊No puedo leer un libro realizando el trabajo de la tra-
sellado’. Salı́ de allı́, y fui a ver ducción, nos retiramos al bos-
al Dr. Mitchell, el cual confirmó que un cierto dı́a para orar y
todo lo que el profesor Anthon preguntar al Señor acerca del
a
habı́a dicho, respecto de los bautismo para la bremisión de
caracteres, ası́ como de la tra- los pecados, del cual vimos que
ducción.” se hablaba en la traducción de
las planchas. Mientras en esto
䳦 䳦 䳦 䳦 nos hallábamos, orando e im-
Oliver Cowdery sirve de escribiente plorando al Señor, descendió
en la traducción del Libro de Mor- un cmensajero del cielo en una
de esta Iglesia, los cuales serán de interés para los miles que, en medio de la
desaprobación de fanáticos y las calumnias de hipócritas, se han adelantado para
abrazar el evangelio de Cristo.
“Ningún hombre, en su estado natural, podrı́a traducir y escribir las instrucciones
que de los labios del Salvador recibieron los nefitas, referentes a la forma precisa en
que los hombres deberı́an edificar su Iglesia —y particularmente cuando la corrup-
ción habı́a cubierto de incertidumbre todas las formas y sistemas que se practicaban
entre los hombres— sin anhelar el privilegio de mostrar la disposición de su cora-
zón mediante la inmersión en la sepultura lı́quida ’como la aspiración de una bue-
na conciencia hacia Dios por la resurrección de Jesucristo’.
“Después de escribir el relato del ministerio del Salvador entre el resto de la
posteridad de Jacob sobre este continente, fue fácil ver, tal como el profeta dijo que
sucederı́a, que las tinieblas cubrieron la tierra, y densa obscuridad la mente de los
pueblos. Reflexionando un poco más, fue igualmente fácil ver que en la gran con-
tienda y clamor en cuanto a religión, ninguno tenı́a la autoridad de Dios para
administrar las ordenanzas del evangelio. Pues se podrı́a preguntar: ¿Tienen los