UNOS PASOS HACIA UNA PEQUENA
‘TEORIA DE LO VISIBLE.
(Para Yous)Cuando recit 1 «Padre Nuestro» —ePadre nuestro
‘tisen los cclos.»—, me imagino ete cielo como
inviible, inaecesibe, pero fntimo y cerean. No
fe nada de barroco: ni expacios exprales infiniton,
i ecorzos apabullantes. Para encontrarlo —sia uno
‘fuera concedida a graci—bastaria con levantar de la
esa algo tan pequeo, tan cotiiano, como tna pie-
drecita oun sero, Tal ver Cellini lo sabi,
“Nenga a nosotros tu reino..v: Ia diferencia entre
Joy terra es infinita, perola distancia es minima. Si-
jone Weil eseribi algo sobre esto: «Nuestro deseo erie
aqui el tiempo para encontrar tras él la eterna, y
‘curte siempre que sabemos convertir lo que sie
le, sealo que fuere, en un objeto de deseo».
~ Estas palabras se podsian aplicar tambiéa al ate de
iar
Hoy abundan las imagenes. Nunca se habian repre-
sntado y mirado tantas cosas. Continuamente estamos
\reviendo el otro lado del planeta, 0 el otro lado de
Lana, Las apariencias son registradas ytransmitidas,
ipidas como el rayo.
7Pero esto ha venido a cambiar algo, inocentemente.
Se las solia lamar apariencias fisicas porque pertene-
cian a cuerpos lids. Hoy las apariencias son volitles.
La innovacién tecnolégica permite separar ficilmen-
telo aparente de lo existente. Yesto es precisamente lo
‘que necesita explotar de continuo la mitologia del sis-
tema actual. Convierte las refracciones,
_ Convierte las apariencias en refracciones,
‘como si fueran espejismos; pero no son refracciones
Eigse ou sapere apetito,elapet
to dems.
En consecuencia, lo existente, el cuerpo, desaparece
(lo que no deja de ser extraiio, considerando las impli-
‘caciones fisicas dela nocién de apatit). Vivimos en un es-
pecticulo de ropasy mascaras vaca,
Pensemos en cualquier locutor de evalquier canal
de televisi6n del mundo. Estos locutores o presentado-
res de los noticiarios son el epitome mecinico de lo in-
‘eonporeo. Muchos afios le lev6 al sistema inventarlos y
censearles esa forma de hablar.
‘Ni cuerpos ni Necesidad, pues la Necesidad es la con-
icin de lo existente, Es lo que hace real a la realidad,
‘Ya mitologia del sistema s6lo requiere lo que todavia,
‘no es real, lo virtual, la préxima compra. Esto no produ
cce en el espectador, como se afirma, una sensacién de
libertad (Ia Hamada libertad de eleccién), sino un pro-
fundoaislamiento,
Hasta hace poco, la historia, todas las memorias per-
sonales, todos los refranes, las fabulas, las parabolas,
planteaban lo mismo: la lucha, perenne, atrozy ocasio-
nalmente hermosa, de vivir con la Necesidad; la Ne-
ccesidad que es el enigma de la existencia y que, tras la
Creacién, no ha ejado de aguzar el espiritu humano,
1s
Joona
La Necesidad produce la tragedia y también la come
dia. Es aquello que besas y aquello contra lo que te gol-
peas de cabeza,
Hoy ha dejado de existiren el especticulo del siste-
‘ma. ¥; por consiguiente, ya no se comunica ninguna ex-
pperiencia. Lo tinico que se comparte es el especticu+
See re
ESE
cexistencia, us propios sufrimientos, en la inmensa are-
nna del tiempo y del universo.
Sofié que era un extrafio marchante:eraun marehan-
te de aspectos y apariencias. Los coleccionaba y los dis-
‘ribuia. En el sueiio acababa de descubrir un secreto.
Lo habia descubierto solo, sin ayuda ni consejo de nadie.
Blsecreto era entrar en lo que estuviera mirando en
‘ese momento —un cubo de agua, una vaca, una ciudad
(como Toledo) vista desde arriba, un roble— y, una ver
dentro, disponer del mejor modo posible su aparien-
fda, Mejorno queria decir hacerlo mis bonito omasar-
‘monioso, ni tampoco més tipico, afin de que el roble
representara todos los robles. Sencillamente queria
decir hacerlo mis suyo, de modo que la vaca o la ciudad
‘9 ¢l cubo de agua se convirtieran en algo claramente
finico,
-Haceresto me agradaba, ytenfa la impresion de que
“Ios pequieiios cambios que realicé desde dentro agra:
daban a los otros,
El secreto para introducirse en el objeto y reorde-
‘nar su apariencia era tan sencillo como abrir la puerta
‘de un armario. Tal vez simplemente se trataba de estar
alli cuando la puerta se abriera sola. Pero cuando me:
adesperté, no pude recordar cémo se haciay me quedé
sin saber e6mo se entra en las cosas.
Lahistora dea pintura se wel presenta eomo una
acest de extlon En nosotros dias lox mareantesy
promotores de arte uiizan esta batalla de ails para
Crear areas ive ponen en elerado, Muchos elec
ions = tabien tear compran- nombres
Tavs, en lugar de obs =
iia ha lego cTomento de preguntarse algo
ave ena butane ingenuo: gue enc en comin ida
Taint dade el palotea Pasar nueszos dant Toa
femgen pind antnciaigo-Lo que anuneln Yo he
whist o cuando nceacia del imagen exabn i
corporaca sn ito ti: Nets ame ay Ello
terefierea lo que esti represeniado, ante no-Ggure,
tho no extra excepcién, Un lienzo aio de Rothko
representa una luminacion oun brllocoloreado que
te derva de la experiencia de lo wisble que ene el
Pintor Mientras to pintab, iba jugando el enzo con
forme ota cosa que hala viva
Lapincraef, en primer lugar, una aSrmecién deo
ile que nos rodeay que esl contauamsente Spare.
endo yderspareciendo, Poublemente, sna despa.
"el6n no exisiriaelimpulto de pina, pues entonces.
lovisible posceria fee (a permanencl) que la pin-
‘ura ucha por encontrar La pintura ea mésclaramen-
te que cualguer otro arte, una afirmacin de lo exis
tente, del mundo fico al que ha sido lancada
ere
ies talc fueron el primer eum das placard
yn dende el principio a deseipién de exoe animales
Ww
oo
cextraordinasiamente veridica, como lo continuaria
siendo posteriormenteen elarte sumerio, en el asirio, en
1 egipcio y en las primeras muestras del griego. Ten«
Adrian que pasar muchos siglos hasta que se consiguicra
‘una «verosimilitud» equivalence en la descripeién del
“cuerpo humano. En el principio, lo existente era aque-
loaloque el hombre se enfrentaba.
‘Los primeras pintores eran cazadores, cuyas vidas,
mmo las del resto de la tribu, dependian de su conoci-
ode los animales. Sin embargo, el acto de pintar
‘era igual al acto de cazar; la relacién entre los dos
smigica
En bastantes pinturas rupestres hay representacio-
ssde la mano humana al lado de los animales. No sic
yemos cul era su funcion ritual. Sabemos que la pin-
servia para confirmar una «camaraderia» migica
tre la presa y el cazador 0, para decirlo de una forma
wis abstracta, entre lo existente y el ingenio human.
pintura era Ja manera de hacer explicita, yasi se es-
yetaba que permanente, esa camaraderia,
Puede que sig mereciendo la pena pensar en esto,
sn mucho después de que la pintura haya perdido sus
maios de animales y st funcién ritual. Creo que nos
sara algo sobre lanaturaleza del acto.
Elimpulso de pintar no procede de la observacion ni
[poco del alma (que probablemente es ciega), ino
ul encventTOrel encuento ente el
anunque éste sea una montatia o un estante de me-
icinas, E] Mont Saint Viewire visto desde Aix (desde
ros lgares tiene na forma muy diferente) erael com
fiero de Cézanne.
aCuando una pintura carece de vida se debe a que el
pintor no ha tenido el coraje de acercarse lo suficiente
ara ink Be queda a una dist
Gia-ede copia», O, como sucede en los periodos manie-
ristas como el actual, se queda a una distancia hist6rico-
artistica, donde se limita a hacer unos trucos estilisticos
de los que nada sabe el modelo, \
Acercarse significa olvidar la conyenci6n, la fama,
Jarazén, lasjerarquiasy el propio yo. También signi
‘ca arriesgarse a la incoherencia, a la locura incluso,
Pués puede suceder que uno se acerque demasiado,
yentonces se rompa la colaboracién y el pintor se di-
suelva en el modelo. O el animal devora 0 pisotea al
pintor
Toda pintura auténtica demuestra una cotaboracién,
Pensemos en el retrato de una joven pintado por Pe-
{rus Christus (Staatliche Museum de Berlin) o en un tor-
‘mentoso paisaje de Courbet (Museo del Louvre) 0 en.
‘lraton con una berenjena pintado por Tehou-Ta en el}
siglo xv, y nos resultard imposible negar la participa
ci6n del modelo, En realidad, el emma de estas pinturas
no esel retrato de una joven 0 un mar enerespado oun
rat6n con wna verdura: lo que representan fundamen:
talmente es esta participacién, «El pincel, decia Shitao,
el gran paisajsta chino del siglo xvn, esirve para salvar
las cosas del caoss,
Estamos caminando sin rumbe fjo por un paraje
desconocido y yo estoy utilizando las palabras de una
forma extrafia, Un mar encrespado un dia de otofio de
1870 en la costa del norte de Francia que participa en et
lec de servisto por un barloudo que al aio siguiente se-
‘ri encarcelado. ¥, sin embargo, no hay otra forma de
pon cee
‘aproximarse ala prictica real de este silencioso arte que
detiene todo lo que se mueve.
Larazén de ser de lo visible ¢s el ojo; el ojo evolucio-
1n6 y se desarroll6 conde haba luz suficiente para que
Is formas de vida vsibles se hicieran cada vez mas com-
plejasy variadas. Las flores silvestres, por ejemplo, tie-
nen los colores que tienen a fin de ser vistas. EI que un.
ielo despejado parezea azul se debe a la estructura de
‘nuestros ojos ya la naturaleza del sistema solar. Existe
cierta base ontologica para la colaboracin entre el pin-
tor yel modelo, Silesius, un médico que ejerci6 en Wroe-
_Klau en el siglo xvu, escribié sobre la interdependencia
“de lovisto yel que love de una forma mistica:
Larose qui contemple ton oeil de chair
A fleur dela sorte en Dieu dans|'éternel
Soy como soy. Estoy esperando, responde la montae
el ratén o el nif.
eAque?
Ati, siabandonas todo lo demi.
Por ewinto tiempo?
Loquese tarde.
Hay otras cosas en la vida.
_Baiscalas y dedicate a otra coxa.
Wsinolo hago?
daré lo que no he dado a nadie, pero no vale nada;
la respuesta tu inl pregunta.eNo prometes nada mis?
Nada, Puedo esperar para siempre.
Me gustarfa tener tina vida normal
Vivela y no cuentes conmigo,
esicontara contigo?
Olvida todo lo demis yen mi encontrar ja
La colaboracidn que a veces sigue raramente esti ba
sada en la buena voluntad; lo més frecuente es que lo
ces en el deseo, la rab, el miedo, la compasién o elan-
helo. La ilusign moderna en relacién con el arte (una
ilusi6n que la posmodernidad no ha hecho nada por
comregir) esque el artista es un creador, Pero esmis bien
Jun recepior. Lo que parece una creacién no essino el
acto de dar forma alo que se harecibido
Bogen y Roberty ss hermano Witek vnicron a ce-
nar porque era el Aio Nuevo ruso.Sentadosala mesa,
mientras ellos hablaban en nso, intentédibujar a Bo.
gna. No erala primera vez que lo intentaba, Nunealo