El aula: ¿un espacio cerrado?

Durante la jornada de observación en la secundaria Profesor Manual Bernal

López, tuvimos la fortuna de estar en el grupo de segundo B, cual contaba con
mas de cuarenta alumnos y el cual a mi parecer el salón era algo pequeño para
este número de alumnos.

Este salón estaba algo deteriorado y no contaba con las butacas necesarias, ya
que una alumna solo tenia una silla, y era algo incomodo para realizar apuntes
o trabajos por parte de los maestros.

Otro punto es que el grupo se encontraba dividido por las diferencias que se
dan respecto a la forma de ser a esta edad de los alumnos.

Al término de cada clase los alumnos no podían salir del aula, ya que si lo
hacían el prefecto les llamaba la atención, y si el maestro no llegaba aun él era
quien le ponía algún trabajo, además no podía salir mas que un alumno al
baño, porque al salir mas de uno eran llevados a la dirección.

Los alumnos trataban de distraerse con lo que fuera en las clases que eran
aburridas y tediosas para ellos, con decir que cuando llegaba un profesor que
no les gustaba como impartía la clase nos pedían que realizáramos alguna
actividad para evitar que este diera la clase.

La mayoría de las clases se dieron en el salón de clases, solo en los talleres se

trasladaron a el salón correspondiente de este para tener el material necesario
para trabajar; así también el profesor de educación física los saco a las
canchas.

Durante toda la jornada la mayor parte del tiempo la pasamos en el salón de

clases, puesto que no podíamos sacar a los alumnos al patio para tratar de que
salieran de la rutina.

Esta jornada nos dejo grandes experiencias que cada uno debe analizar y
reflexionar para obtener lo mejor de ellas y poder utilizarlas en su futuro, ya que
son estas la mejor forma de aprender a ser un buen maestro