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Del paradigma de enseñanza al paradigma de aprendizaje.

Los entornos educativos siempre se hallan inmersos dentro de paradigmas y pero entender estos
como objetos no es algo factible, es decir, cuando se habla de paradigmas estamos hablando de
personas, y en este caso particular del docente y el alumno.

Es necesario comprender que son los sujetos quienes portan los paradigmas y a partir de ellos no
sólo explican su realidad, sino que actúan conforme a sus creencias, por lo que, esta visión
conlleva el conjunto de acciones que se establecen en la vida cotidiana y que dan sentido a lo que
se está viviendo.

El presente documento pretende realizar un análisis sobre dos paradigmas del entorno educativo,
donde más allá de explicar sus características se realiza un acercamiento con lo que actualmente
sucede en el Sistema Educativo Mexicano.

Robert B. Barr y John Tagg en su documento: De la enseñanza al aprendizaje. Un nuevo paradigma


para la educación de pregrado, explica que existen dos paradigmas, uno tradicional que es el de
enseñanza y uno nuevo que poco a poco comienza a incorporarse en el medio educativo que es el
de aprendizaje.

El paradigma de enseñanza, es tal vez el más difundido en el medio educativo, es aquel que
principalmente se preocupa por la enseñanza misma, donde su misión y sus propósitos no se
encuentran en el aprendizaje, ni en los alumnos.

Para este la misión de un centro escolar es la instrucción, enseñar, donde los medios son la
finalidad última, debido a su interés en la enseñanza. Sobre esta base es comprensible que su
propósito sea el de generar cursos.

De igual modo, sus criterios de éxito se vuelcan sobre los docentes, es decir, que se evalúa al
docente en términos de instrucción, en su nivel de grado académico, en la expansión del
currículum, la matrícula y sus ingresos.

Su estructura tiende a ser “atomista”, en el sentido que átomo es a la lección y molécula es curso,
siendo la base de la estructura que influye en todo el proceso. Es por ello que si existen
deficiencias en los alumnos únicamente agregan un curso más.

Es por lo anterior que la finalidad del docente es cubrir el programa, en el tiempo asignado,
preocupándose poco por el aprendizaje de los alumnos, se trata de una cuestión cuantitativa y no
cualitativa.

Su teoría del aprendizaje se centra por lo mismo en la instrucción, es por ello que frente al grupo
se pone a un experto a impartir un curso y los alumnos únicamente tienen que obtener de esa
fuente el conocimiento, lo cual lleva a una situación memorística e irreflexiva, se trata únicamente
de retener la información que considera el experto. Sobre esta base el alumno es clasificado, se le
incita a competir y a aprender individualmente.
Es por ello que la planta académica la conforma un conjunto de expertos de su área que juegan el
papel principal dentro de sus aulas.

El otro paradigma, el del aprendizaje a diferencia del anterior se centra en el aprendizaje a todos
los niveles, desde la institución hasta el alumno. Este paradigma es flexible y utiliza todos los
recursos de la institución y del docente en pro del aprendizaje del alumno.

La misión de este paradigma es que el alumno se vuelva a sí mismo en un actor de su aprendizaje,


es decir, que sean coproductores de su aprendizaje siendo responsables de ello. Los centros
educativos proveen de ambientes de aprendizaje adecuados favoreciendo que el alumno se
integre colaborativamente para la creación de conocimientos.

Los criterios de éxito a su vez van encaminados a los productos de aprendizaje, lo cual va en el
sentido que anteriormente se mencionaba, de esta forma la evaluación pasa de ser cuantitativa a
cualitativa, donde lo que se evalúa es el aprendizaje de los alumnos. Por tanto muestra una
estructura holística, en la cual la prioridad está en el aprendizaje y en las interrelaciones, donde su
preocupación gira en torno al desarrollo de habilidades mismas que serán los propósitos y los
criterios que se evaluarán dentro del perfil de egreso.

Su teoría del aprendizaje va en relación a la misma línea, se espera que el alumno a través del
trabajo académico logre asimilar conocimientos y desarrolle habilidades que le permitan resolver
problemas en distintas situaciones favoreciendo los entornos de aprendizaje colaborativo.

En este paradigma, el docente cumple una función muy específica, debe diseñar ambientes de
aprendizaje que interactúa con el alumno, donde el maestro no es el único que tiene un papel
activo, sino que funciona como actor más en el terreno de la creación de aprendizajes.

Ahora bien, pasar de un paradigma a otro es una tarea ardua, debido a que las instituciones y los
docentes se encuentran muy influidos por el paradigma tradicional, desprenderse de ello implica
un cambio significativo que no todos están dispuestos a dar. Sin embargo, los beneficios de la
adquisición de este nuevo paradigma son muy amplios y favorecen que el trabajo del docente sea
más interesante y se llene de nuevas experiencias.

Por otra parte, pensar en los cambios que se han dado en el entorno del Sistema Educativo
Mexicano, es darse cuenta que por lo menos en educación básica se pretende que se alcance este
nuevo paradigma, sólo basta hojear los programas y planes de estudio vigentes para darse cuenta
que pretende un trabajo en relación con el paradigma de aprendizaje.

Sin embargo, no por ello ya es algo prometedor, porque también sólo es necesario dar una mirada
a lo que se realiza en las aulas para darse cuenta que esta no es exactamente la dirección que se
está llevando a cabo.

Actualmente la educación básica acaba de dar el ultimo paso administrativamente al establecer la


nueva Reforma en educación primaria, que se ensambla con los planes de preescolar y secundaria,
siendo todos orientados hacia el desarrollo de habilidades y competencias y a través del trabajo
por proyectos y fomentando el aprendizaje colaborativo, sin embargo, un cambio de paradigma
por parte de los docentes de estas dimensiones es una tarea descomunal.

Es probable que poco a poco se vaya adquiriendo el nuevo paradigma, pero lo que puede
observarse en las aulas no refleja lo que se propone en los planes y programas, siendo que aún
con las reformas se sigue trabajando de manera tradicional, en parte porque no todos
comprenden el sentido que lleva el enfoque y en otros porque existe renuencia a llevarlo a la
práctica.

Finalmente, no se puede predecir que pueda pasar en un futuro, porque existen docentes que si
han logrado dar ese cambio, pero tal vez son una mínima parte de todos, pero es probable que así
como ellos algunos más logren cambiar. No es pesimismo pero pueden pasar muchos años para
que se vaya adquiriendo este nuevo paradigma, porque trasladarse de un paradigma a otro sólo
porque lo exigen, no es exactamente la forma en cómo se logra el cambio, después de todo dentro
de las aulas es el docente quien se encuentra sólo, por lo que la adquisición de un paradigma
nuevo va a depender más de la conciencia que logre establecer el docente.

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