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La revista digital de SARAVIA Contenidos

Año 2010 - numero 1 “Buenos Aires 1810 / 1910 / 2010” nota 1 / pagina 1

Buenos Aires 1810 / 1910 / 2010


Por la Arq. Marta García Falcó Marta García Falcó

Arquitecto, FADU-UBA, (1985).


Ver a Buenos Aires desde adentro en tres cortes Revolución,
Centenario, Bicentenario- puede ayudar a entender que
algunos cambios urbanos fueron inevitables, otros Desarrolla actividad profesional independiente en proyecto de
irreparables, y otros más están en nuestras decisiones arquitectura, en el campo editorial y en investigación. Ha
publicado libros de investigación histórica y periodística. Es
cotidianas para la ciudad que queremos tener, nuestro colaboradora permanente del diario La Nación, directora del
“Buenos Aires querido”. Archivo histórico de Arquitectura de la Sociedad Central de
Arquitectos (SCA), editora de contenidos del sitio web de la
misma entidad, e integra el Comité Ejecutivo del Museo de
Arquitectura y Diseño de la SCA. Fue docente en el área de
Diseño y Teoría de la Arquitectura en la FADU, UBA, y fue asesora
en el área de vivienda en el ámbito nacional (ejecutivo y
legislativo).

1810 1910 2010

Buenos Aires desde el río vista desde el sur Dársena norte Perfil de Buenos Aires desde el río.
1810
Juan Bautista de Elorriaga veía desde su casa de altos en la esquina de Potosí y
Reconquista (hoy Alsina y Defensa) los trajines que ocupaban a los cabildantes
como él en los días previos al 25 de mayo de 1810. Era su vivienda, comenzada en
1808 y que se terminaría por 1820, una de las primeras de dos plantas en la ciudad.
Como su vecina, que años más tarde sería de Maria Josefa Ezcurra, la casa es de
mampostería portante de ladrillos de adobe y tirantería de madera, con planta baja y
alta, terraza, mirador y subsuelo, con una cisterna con revoque liso de alta dureza
donde abrevaba el pozo del aljibe. Revoques exteriores e interiores lisos, herrería
de puertas y balcones sencilla, puertas de tablero de madera gruesa, pesados
herrajes de hierro. Una arquitectura sin arquitectos, de constructores laboriosos e
ingeniosos que apelaban a materiales y mano de obra locales. Y que, desafiando al
abandono, el mal uso y los agentes contaminantes, llegó al Bicentenario.

Como la de Elorriaga, todas las viviendas del área fundacional, casas de dos o tres
patios, domus o ínsulas, con ventanas de rejas salientes hacia la calle, de muros
blanqueados, postes de palmas en las veredas a 70 cm del muro para impedir que
los ejes de las carretas dañaran las paredes encaladas, constituían el escenario de Altos de Elorriaga recientemente restaurada
los días de la Revolución. Cuatro de esas viviendas alcanzan los 200 años: la de
Elorriaga -en conjunto hoy con la de Ezcurra, cuyo origen es de fin del siglo XVIII
aunque fue modificada a su estado actual en 1836-, la de Elía en Balcarce 551; la
del Virrey Liniers, en Venezuela 469, y la de Tellechea, en Defensa 350.

Casa de Josefa Ezcurra casa Altos de Elorriaga

Altos de Elorriaga 1913 la casa de Josefa Ezcurra antes de su restauración Altos de Elorriaga antes de su restauración.
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1810 1910 2010

Las transformaciones de la Plaza de Mayo, a través del tiempo , los dibujos son
El Cabildo era sede del Ayuntamiento, la Justicia y la cárcel. Con guardia del arquitecto Alberto Boselli
permanente, su vereda no era de tránsito libre, sino que requería
contraseña para ser recorrida. A la voz de ¡Alto! ¿Quién vive?, el peatón
debía responder ¡Gente!, para ser nuevamente interrogado: ¿Qué gente?
¡Paisano! era la frase final que permitía a quien quisiera pisar la vereda y
no el barro callejero, continuar su camino.
Junto al Cabildo hacia el norte se ubicaba la casa del Obispo de Buenos
Aires, y a continuación una vivienda de propiedad de Pedro Duval,
traficante de esclavos, que fue luego de expropiarla a Duval en 1818,
entregada al Gral. San Martín, quien nunca la ocupó. Más tarde esta casa
se conoció como los Altos de Riglós, última familia propietaria. En la
esquina con la calle Catedral (hoy Rivadavia), los Altos de Urioste
ostentaban tres niveles, aunque por su construcción con un medio nivel -
obra de Pedro Duval también, como la contigua- no sobresalía de su
vecina.

Carlos Enrique Pellegrini El Cabildo y la Plaza de la Victoria.

El mercado porteño era la Recova, en pie desde 1803 y que además en las procesiones que salían de Catedral. También, la sastrería de
de sus funciones comerciales servía como pasaje de un lado al otro otro inglés, Crowe, y al lado, el hotel Tres Reyes, único lugar digno
de la plaza: sin ella, según se decía en la época, la Plaza de la de llamarse tal en la ciudad. Luego ocuparía ese sitio el célebre
Victoria hubiese estado a merced de los vientos fríos y, a veces, Hotel de Faunch. Desde al actual 25 de Mayo hacia el río, frente al
violentos del río. lateral del Fuerte, había viviendas particulares.
La Catedral, sin fachada hasta 1822, se continuaba con un paredón Al otro lado del Fuerte, el campo de práctica de tiro, llamado
de ladrillo y barro que cerraba el cementerio y luego seguían las dos Barranca de la Campana, cerrando la Plaza Mayor por el sur, una
casas de don Miguel de Azcuénaga: la primera, ocupada por el construcción de una planta que contenía carnicería y verdulería, la
prócer y su familia, donde se reunieron los revolucionarios de 1810; casa de altos que fue de los Escalada durante un siglo, y un ancho
la de la esquina había sido vivienda del Virrey Olaguer y Feliú entre veredón donde se asentaban los vendedores sin lugar en la revoca.
1797 y 1799, y fue luego sede del Consulado y de la primera escuela Allí se construiría en 1818 la Recova Nueva -así llamada para
de Náutica. diferenciarla de la anterior-.
En la manzana siguiente hacia el río había estado la vivienda de
Juan de Garay, pero el predio estaba vacío en 1810: era el Hueco de Tal era la escena en que se oyó la campana del Cabildo
las Ánimas. A continuación, la caballeriza de los ingleses Crowe y proclamando la Revolución.
Malcolm, donde se guardaba el transporte que llevaba el Santísimo

Emeric Essex Vidal - El fuerte y la playa baja Buenos Aires 1808 Carlos Enrique Pellegrini - El Cabildo y la Policia.
A diferencia de las construcciones domésticas, de las Otras edificaciones básicas, pero desaparecieron durante el siglo
institucionales como el Cabildo pueden trazarse los autores tanto XIX, fueron el teatro de la Ranchería -un galpón de adobe con techo
los originales como los de sus numerosas remodelaciones. En 1810 de paja en Moreno y Bolívar-, el café Marcos -Bolívar y Alsina, en la
la edificación comenzada en 1711 y rectificada en 1725, aun no Manzana de las Luces-, y el de la Victoria -llamado del Cabildo
había sufrido las alteraciones que el gusto imperante en las distintas antes de la Invasiones Inglesas, en Victoria, hoy Hipólito Yrigoyen, y
épocas fueron imponiéndole. Su proyectista y director de obra fue Bolívar, frente al Cabildo, y las librerías, en torno a la Manzana de
Andrés Blanqui, autor también de las iglesias del Pilar, La Merced y las Luces.
San Francisco, entre otras varias construcciones religiosas El café de la Victoria ocupaba la planta baja de un edificio de dos
porteñas. Todas ellas, tanto como el Colegio de San Carlos, la Casa pisos, los Altos de Aguirre, anteriormente sede de la Inquisición de
de Ejercicios Espirituales -actuales Independencia y Salta-, la América. Se decía que esa esquina había sido objeto de la primera
Biblioteca Pública, Imprenta de Niños Expósitos y Escuela Central operación inmobiliaria de la ciudad, cuando su propietario original,
de dibujo e idiomas -actual Manzana de las Luces-, han llegado Luis Guzmán, que la obtuvo del reparto de Garay, la cambió por un
hasta hoy con mayor o menor grado de modificaciones. caballo y una guitarra..

Carlos Enrique Pellegrini Plaza de la Victoria Emeric Essex Vidal - Santo Domingo Emeric Essex Vidal - La aduana vieja
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La infanta Isabel con el Presidente


Figueroa Alcorta y el Presidente
de Chile Pedro Montt.

1910
La Infanta Isabel de Borbón caminaba junto al Presidente José Figueroa Alcorta saludando a los
porteños, visitando obras e inaugurando monumentos. Aunque no pudo inaugurar el que su país
le había regalado a la Argentina para la ocasión sino solo colocar la piedra fundamental- por
distintos contratiempos y dilaciones, -otro tanto ocurrió con varios otros presentes extranjeros
destinados a perdurar en suelo patrio-, la Infanta debe haberse llevado la impresión de un país en
plena y entusiasta construcción desde todos los ámbitos.
La generación del '80 había producido no sólo ideas sino también ciudades, nuevas y renovadas.
Buenos Aires era la capital, reciente, de una nación en la que la inmigración era parte basal de la
sociedad. Y la arquitectura que iba conformando la ciudad así lo reflejaba. La Casa de Gobierno y la Plaza de
El fin de siglo celebraba un academicismo sobrio y un eclecticismo variado, que se reflejaba en Mayo iluminada en los festejos del
obras como la Casa de Gobierno, terminada en 1895 por Julio Dormal, tras la muerte de Centenario.
Francisco Tamburini, su proyectista, inaugurada por Julio Argentino Roca en 1898, durante su
segunda presidencia. La mejora fue no sólo práctica para la sede del gobierno sino urbanística:
las dos construcciones que limitaban la Plaza de Mayo por el este -la Casa de Correos y la Casa
de Gobierno-, daban desde ese momento un frente unificado a la Plaza, ya sin la Recova que la
dividía en dos sectores, con la Pirámide de Mayo, primer monumento conmemorativo de la
Revolución en el país, centrada según las reformas de Carlos Thays terminadas -también- en
1895, ya con el monumento a Belgrano, los sectores de césped y las palmeras.
Puerto Madero ya había comenzado a separar al borde urbano del río. Pero daba al área central
el movimiento diario de tránsito portuario de cargas y de pasajeros. Por allí entraron al país los
visitantes del Centenario.
Pasearon por el boulevard de la Avenida de Mayo con sus numerosos hoteles y cafés al estilo
madrileño, contemplaron el Congreso Nacional recién terminado y asistieron a la inauguración
de la Plaza de los Dos Congresos, parte de los festejos del Centenario
. En 1910, Buenos Aires hubiera resultado irreconocible para un porteño del siglo XIX: A los
cambios urbanísticos introducidos por el intendente Torcuato de Alvear en la década de 1880, se
sumaron las construcciones públicas y privadas que transformaron completamente el aspecto
de la ciudad.
El Art Nouveau fue escaso en una Buenos Aires que, por el contrario, se pobló de arquitectura
italianizante primero, con ejemplos de academicismo puro, y afrancesada más tarde, todo
mezclado con ejemplos pintoresquistas, Tudor y antiacadémicos dispersos por el centro, los
barrios y las afueras de la ciudad.
Los visitantes del Centenario ya veían muchos de lo sitios que hoy seguimos viendo, y usando.
Son la mayor parte de las obras contemporáneas de la Casa Rosada, del tiempo en que la
inmigración comenzó a ingresar masivamente, y la infraestructura debió ponerse a tono con ese
crecimiento. De fines del siglo XIX datan el palacio de las Aguas Corrientes, verdadero tanque de
reserva para la distribución de agua potable para la ciudad, proyecto de Carlos Nÿstromer y obra
de los ingenieros Bateman y Parsons; la entonces Facultad de Derecho, hoy Museo Etnográfico Palacio de las Aguas Corrientes -
.Moreno 350, de Pedro Benoit; iglesias como la de Santa Felicitas en Barracas, de Ernesto postal 1910.
Bunge; escuelas de relevancia como la Normal de Profesoras -hoy Normal 1-, de Córdoba y
Riobamba, también de Bunge; el Mariano Acosta, de Tamburini; la Escuela Petronila Rodríguez -
hoy Ministerio de Educación-, de Carlos Altgelt; la sede del diario La Prensa en la Avenida de
Mayo -de Gainza y Agote-, ubicada junto al nuevo Palacio Municipal, proyectado por Juan A.
Buschiazzo, y ya dentro del siglo XX, la Estación Terminal Retiro, de Conder y Follet, o la de
Barracas, de Chambers y Thomas
También era la época de residencias como la de Anchorena (hoy Palacio San Martín) de
Alejandro Christophersen, o la de Fernández Anchorena, actual Nunciatura Apostólica, en Alvear
y Montevideo, de Eduardo Le Monnier; cantidad de viviendas particulares y petit hôtels de los
más reconocidos arquitectos nacionales egresados de escuelas de Arquitectura y Beaux Arts en
Francia y Alemania.
La gran inmigración generó, inevitablemente, el surgimiento de edificios para colectividades,
como el Club Español, del holandés Enrique Folkers -ganado por concurso-, y para la cultura,
entre ellos el más representativo fue el Teatro Colon, en cuya realización participaron
sucesivamente Tamburini, Meano y Dormal. Gran parte de la arquitectura de la zona bancaria La Casa de Gobierno y Plaza de
porteña surgió en esos años, con la introducción y crecimiento de importaciones, compañías Mayo - postal 1910.
navieras, cerealeras y comerciales de todo tipo, con sus representaciones y Bolsas. Mientras, y
con el rio como fondo, era posible ver cómo avanzaba la construcción de esqueleto metálico del
futuro Palacio de Correos proyectado por el francés Norbert Maillart -en 2006 concursado para
reconvertirlo en Centro Cultural Bicentenario pero aún sin concreción-,
Buenos Aires mostraba un clima de crecimiento, pero a la vez sus calles eran arboladas, se
alternaban los coches a caballo y los de motor, podía contarse la distancia entre dos puntos en
cantidad de cúpulas que mediaban entre ambos, y las pizarras daban un tono negro uniforme a
las mansardas. “Una gran ciudad de Europa, dando por todas partes la sensación de un
crecimiento prematuro, pero anunciando por el adelanto prodigioso que ha tomado, la capital de
un continente”, escribía Georges Clemenceau sobre sus impresiones del viaje de 1910 a la
Argentina.
Avenida de Mayo desde la calle
“Una de las particularidades de Buenos Aires es que no se le puede ver el fin, afirmaba Bolivar.
Clemenceau. Como la pampa no presenta ningún obstáculo y encontrándose las pequeñas
casas coloniales rechazadas a la periferia por el valor creciente de los terrenos, -objeto de
grandes especulaciones-, se acumulan al borde de la gran ciudad…”
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2010 sede central del Banco Ciudad. Centuria que cerró con la reconversión
El ruido porteño es, indudablemente, uno de los protagonistas del urbana símbolo del siglo XXI: Puerto Madero.
Bicentenario. Quien recorra las calles de Buenos Aires no podrá dejar Este barrio, el número 47 que tiene la ciudad, celebra sus 20 años en el
de reconocerlo. Pero el ruido no es solo auditivo: la arquitectura Bicentenario argentino. Está recostado sobre el borde de un río negado
también lo produce. Transcurrió un siglo en el que los arquitectos se como paseo público desde antes del Centenario, paseo parcialmente
preocuparon por dejar su huella en la ciudad. A veces como conjunto, y recuperado por la reconversión aunque ya con el río más lejos del borde
hay extraordinarios sectores urbanos consolidados, pero también, y en -solo es posible disfrutar del agua cercana en los diques-. Pero ya no
su mayoría en lo últimos años, como individualidades. El ruido de las llegan por aquí los viajeros. Dársena Norte es solo una vía de acceso
demoliciones, que eliminaron barrios enteros como Belgrano y gran para distancias cortas, y los pocos turistas que deciden conocer el
parte de San Telmo en los 60 y continuó con Palermo, Caballito, skyline de Buenos Aires desde ultramar, ven el perfil de Puerto Nuevo al
Colegiales… acercarse. Aunque el tema del puerto y su área de influencia es materia
La ciudad consolidada durante las décadas de 1930 a 1950 adquirió un de debate aún. Tema heredado del siglo XIX al XXI.
carácter propio, de edificios mayormente entre medianeras, de altura
media de 8 a 10 pisos, y densidad adecuada para una urbe en evolución El nuevo barrio contiene las torres más altas de la ciudad: El Faro, Le
paulatina. Pero a partir de los 60 el auge de la propiedad horizontal el Parc Puerto Madero, River View, Mulieris, cada una se propone ser más
crecimiento desmedido y la voluntad de destacar obras alta que su predecesora, permitir una vista más lejana y amplia y
paradigmáticas, con la progresiva destrucción de la ciudad heredada, rodearse de jardines para emular el concepto corbusierano de una torre
marcó diferencias. Buenos Aires vio aparecer durante esta centuria, en medio del verde. Aunque esta ribera ciudadana limita con las 400 ha
algunos edificios que la pusieron en la historia de la arquitectura de la Reserva Natural, desde el piso 40 se ve la costa uruguaya hacia el
internacional, como el Banco de Londres, la Biblioteca Nacional o la este, y la inmensa mancha urbana hacia el oeste, cual antiguos
miradores.

BA desde el río, (foto República, el primer Las torres crecen en El barrio más moderno Telecom, uno de los
Alejandro) Leveratto) Pelli en BA Puerto Madero primeros diseños El barrio más moderno
(foto Verdecchia)
importados

Tiempo de conmemorar previsto.


Una gran diferencia si se piensa en los hitos celebratorios de 1910,
El Bicentenario dio motivo a programar múltiples obras, que se que completos o ligeramente transformados, aun perduran, fueron
comenzaron con la debida antelación. Sin embargo, varias no verán pensados para que en el futuro se reconocieran esos regalos del
la fecha en la manera prevista. Centenario. Por el contrario, los elementos encargados de convertir
El Centro cultural Bicentenario, obra del Estado Nacional, en memorable al Bicentenario desde lo construido, no están
reconversión del Palacio de Correos de 1918, surgida de un concurso definidos. Algunos gestos celebratorios son sorprendentes: San Luis
internacional realizado en 2006, sigue en proceso de ejecución. El construyó una réplica del Cabildo de Buenos Aires; La Rioja está
proyecto generó discusiones por ser el edificio Monumento Histórico transformando en shopping una escuela cuyo edificio de 1912 había
Nacional, y entre solicitudes de aprobación por los organismos sido un regalo del Gobierno Nacional por el Centenario.
pertinentes y ajustes a los costos previstos, el CCB deberá esperar Entre los diferentes gestos, una concreción nacional merece
otras fechas para lucir su recobrado brillo y nueva función. destacarse: la Casa del Bicentenario. Edificio academicista de escala
Por su parte, la Ciudad de Buenos Aires tuvo su propio Pabellón del generosa que contiene exposiciones permanentes y temporarias
Bicentenario, en el Parque 3 de Febrero, de carácter temporario, sobre la historia y la sociedad argentinas de estos dos siglos, con una
inaugurado el 28 de enero y pensado para quedar hasta unos días base de datos exhaustiva y acceso público a la información de
después de la fecha patria y luego, quizá, reconstruirse en otros archivo. Un signo de los tiempos: más que exhibir y contemplar, la
parques. Pero el cambio climático también perjudicó al Pabellón, de clave de esta conmemoración debería ser -en la era de la
complicado acceso y disfrute de sus actividades al aire libre cuando el información-, despertar inquietudes e investigar, desde todos los
clima no acompaña. Una cantidad imprevista de días inclementes, y ámbitos y edades. La Casa del Bicentenario es, en tal sentido, un
su condición de semicubierto forzaron su desmontaje antes de lo excelente símbolo.

El pabellón porteño del


Siglo XXI: puente de la El Centro cultural Bicentenario, que no llegó Asi la vio Le Corbusier en
Museo Fortabat, Bicentenario (ex Palacio de a la celebración por mal y así la imaginó para
Mujer, Repsol, 1929
Un Viñoly importado Correos) aun en curso El 2000
y más torres tiempo

¿Y la arquitectura? Aires después de establecerse en los Estados Unidos en los '80.

A semejanza del escenario en 1910, en 2010 la arquitectura Firmas internacionales como KPF Kohn Pedersen Fox (edificio
hegemónica en la Argentina es internacional en su sentido más Telecom) o HOK Hellmuth Obata Kassabaum (Torre La Nación,
amplio. Puerto Madero aspiró a ese carácter internacional: la idea edificio Malecón) han proyectado para Buenos Aires -con socios
surgida del Canary Wharf londinense, con atisbos del Battery Park locales-, lo mismo que Philippe Starck y Norman Foster con sus obras
neoyorkino y quizá los reflejos de Shanghai en sus torres esbeltas. y proyectos para el Faena Art District en Puerto Madero.
Pensar el skyline significa, para una gran parte de los argentinos en el Quizá la validez del Bicentenario sea plantear debates para buscar
siglo XXI, internacionalizar esa visión, tanto desde la estética como soluciones de consenso al crecimiento de las ciudades antes que dar
desde la función y el uso. soluciones probadas. Equilibra la ecuación entre preservar,
El siglo XX parecía terminar con grandes renovaciones urbanas, pero rehabilitar, reciclar o sustituir piezas o sectores urbanos; entre
solo una se concretó en Buenos Aires. Otras operaciones como erradicar asentamientos informales o integrar con ellos la ciudad,
Retiro -con anteproyectos reelaborados una y otra vez a partir de la entre densificar en vertical o consolidar estructuras urbanas
propuesta seleccionada en un concurso de hace 15 años- y sectores reconocibles.
vacantes ferroviarios a reconvertir como Colegiales, Caballito o
Liniers esperan por decisiones y propuestas, la ciudad avanza con Consenso y participación vecinal, inversión en
operaciones de menor escala y celebra la sanción en 2008, tras diez infraestructura con anterioridad al crecimiento y
años de haberse elaborado, de su Plan Urbano Ambiental, que densificación, cuidado ambiental desde la elaboración
permitirá trazar lineamientos para un crecimiento más ordenado. misma de los materiales de construcción y desde los
En el Centenario, los arquitectos franceses o norteamericanos métodos de ejecución, son algunos criterios ya indiscutibles
proyectaban para Buenos Aires, aun sin haberla visitado nunca. En el para proyectar el siglo XXI, y serán, de consolidarse, un
siglo XXI, Buenos Aires cuenta con proyectos de profesionales de legado más concreto que cualquier construcción individual.
renombre internacional. Algunos de ellos, argentinos, como Cesar
Pelli o Emlilio Ambasz, sin embargo no cuentan con un corpus de
obras en su país de origen como podría desearse; lo mismo que
Rafael Viñoly que solo ha concretado el Museo Fortabat en Buenos

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