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IMPUESTOS SOBRE EL VALOR AÑADIDO

¿Qué es el IVA?
Del Art.1 de la Ley 37/1992 sobre el IVA, podemos sacar la siguiente definición:
"El Impuesto sobre el Valor Añadido es un tributo de naturaleza indirecta que recae sobre el
consumo y grava, en la forma y condiciones previstas en esta Ley, las siguientes operaciones:
Las entregas de bienes y prestaciones de servicios efectuadas por empresarios o profesionales.
Las adquisiciones intracomunitarias de bienes.
Las importaciones de bienes."
Es decir, grava las transacciones económicas, y está destinado a ser soportado por los consumidores
finales. Se entiende por consumidor final cualquier persona física o jurídica que no realice
actividades económicas. Esto significa que las personas físicas o jurídicas que realicen actividades
económicas, además de pagar IVA en sus compras, cobran IVA en sus ventas, salvo que se tenga
concedida alguna exención, de manera que al finalizar un trimestre hallan la diferencia entre lo
cobrado y lo pagado. Si la diferencia es positiva se la ingresa a Hacienda y si es negativa reclama su
devolución.

1. Introducción
El Impuesto sobre el Valor Añadido es un impuesto indirecto, instantáneo y objetivo que
grava el consumo, gravando neutralmente las distintas fases de producción de bienes y
servicios.

Es indirecto tanto en sentido jurídico como económico: jurídicamente porque hay que
repercutir siempre y económicamente porque grava el consumo.

Es instantáneo porque grava en cada operación que efectuamos, pero las declaraciones de
IVA se hacen periódicamente cada tres meses.

Es objetivo porque no tiene en cuenta las circunstancias personales y familiares del


contribuyente.
El objeto de gravamen es el consumo y el consumidor final es el que va a pagar el IVA.
Se trata de un impuesto neutral ya que el impuesto no afecta a las decisiones económicas de
la empresa.
Es un impuesto multifásico, se paga el IVA correspondiente a cada fase de producción.

El tipo del IVA ( impuesto sobre el valor añadido ) en España es del 16%.
Todas las tarifas indicadas son con IVA, es decir, incluyen el 16% de IVA.
¿Cómo afecta a la Entidad?
Como se deduce del contenido del capítulo referido al IAE, prácticamente todas las Asociaciones y
Fundaciones deberían estar dadas de alta en algún epígrafe en función de su actividad económica,
por tanto, las Entidades podrán y deberán cobrar IVA en sus facturas y a la finalización de cada
trimestre, salvo que se tenga concedida alguna exención en el cobro de IVA, saldarán sus cuentas
con Hacienda. Si por cualquier causa, nuestra entidad no estuviera dada de alta en algún epígrafe
del IAE, no podrá emitir facturas, por tanto no cobrará IVA y, lógicamente, al actuar como
consumidor final, no podrá deducirse el IVA soportado en sus compras.

Una tercera opción es que en la Entidad convivan actividades económicas con actividades no
consideradas económicas, con lo que sólo podríamos, en nuestras declaraciones trimestrales, incluir
los ingresos con factura relativos a las actividades económicas y los gastos con factura relativos a
dicha actividad económica. En este caso se aplica la llamada Regla de la Prorrata.
En cualquier caso, existe una serie de exenciones relativas al cobro del IVA, nunca al pago,
que conviene conocer.

De esta forma:
• En cada fase de producción–distribución se ingresa en Hacienda el impuesto sobe el valor
añadido obtenido en la misma.
• El IVA no afecta a las fases intermedias. El empresario se limita a ingresar en Hacienda el
exceso del IVA que repercute o cobra sobre el IVA que soporta o paga. Si el exceso fuese
negativo (paga más de lo que cobra) la diferencia le es devuelta por Hacienda. El IVA no es
ingreso ni gasto, sino un débito (IVA repercutido) o un crédito (IVA soportado) para con
Hacienda.
¿Cómo afecta a la Entidad?
Como se deduce del contenido del capítulo referido al IAE, prácticamente todas las Asociaciones y
Fundaciones deberían estar dadas de alta en algún epígrafe en función de su actividad económica,
por tanto, las Entidades podrán y deberán cobrar IVA en sus facturas y a la finalización de cada
trimestre, salvo que se tenga concedida alguna exención en el cobro de IVA, saldarán sus cuentas
con Hacienda. Si por cualquier causa, nuestra entidad no estuviera dada de alta en algún epígrafe
del IAE, no podrá emitir facturas, por tanto no cobrará IVA y, lógicamente, al actuar como
consumidor final, no podrá deducirse el IVA soportado en sus compras.

Una tercera opción es que en la Entidad convivan actividades económicas con actividades no
consideradas económicas, con lo que sólo podríamos, en nuestras declaraciones trimestrales, incluir
los ingresos con factura relativos a las actividades económicas y los gastos con factura relativos a
dicha actividad económica. En este caso se aplica la llamada Regla de la Prorrata.
En cualquier caso, existe una serie de exenciones relativas al cobro del IVA, nunca al pago, que
conviene conocer.

¿Cómo se tramita, se declara y se liquida?

La Ley del IVA establece una serie de obligaciones en su Artículo 164 de las cuales éstas serían las
más importantes:
"Presentar declaraciones relativas al comienzo, modificación y cese de las actividades que
determinen su sujeción al impuesto.
Solicitar de la Administración el número de identificación fiscal y comunicarlo y acreditarlo en los
supuestos que se establezcan.
Expedir y entregar facturas o documentos equivalentes de sus operaciones, ajustados a lo dispuesto
en este Título y conservar duplicado de los mismos.
Llevar la contabilidad y los registros que se establezcan, sin perjuicio de lo dispuesto en el Código
de Comercio y demás normas contables.
Presentar periódicamente o a requerimiento de la Administración, información relativa a sus
operaciones económicas con terceras personas.
Presentar las declaraciones-liquidaciones correspondientes e ingresar el importe del impuesto
resultante.
Sin perjuicio de lo previsto en el párrafo anterior, los sujetos pasivos deberán presentar una
declaración-resumen anual."
Así pues, habrá que presentar declaraciones trimestrales en los plazos establecidos en el Artículo 71
del RD 1624/1992, es decir:
Declaración / Liquidación Fechas
Primer Trimestre Entre el 1 y el 20 de Abril
Segundo Trimestre Entre el 1 y el 20 de Julio
Tercer Trimestre Entre el 1 y el 20 de Octubre
Cuarto Trimestre Entre el 1 y el 30 de Enero del año
siguiente
Resumen Anual Entre el 1 y el 30 de Enero del año
siguiente

Exenciones
La exención de IVA significa que podemos realizar facturas sin cobrar el IVA correspondiente y, por
tanto, no deberemos realizar ni declaraciones trimestrales ni resúmenes anuales, ni podremos
deducirnos el IVA soportado en nuestras compras. Por esta razón, habrá ocasiones en que resulte
interesante obtener esta exención (cuando vayamos a cobrar más IVA del que pagamos), pero en
otras no (cuando vayamos a cobrar menos IVA del que pagamos).
En el Art. 20 de la Ley 37/1992 y en el Art. 5 del RD 1624/1992, queda regulada la exención, y en
ellos se explica que existen, básicamente, cuatro tipos de exención:
1.- Actividades exentas que no necesitan un reconocimiento expreso de Hacienda.
2.- Actividades exentas que sí necesitan un reconocimiento expreso de Hacienda
3.- Las prestaciones de servicios realizadas por entidades de Carácter Social
4.- Las actividades relativas a la Educación y la Enseñanza realizadas por Entidades
Autorizadas por la Comunidad Autónoma .

El impuesto que al final pagan los consumidores


En 1992, tras seis años de permanencia en la entonces CEE, hoy UE, entró en vigor el Impuesto
sobre el Valor Añadido. Se sustituyeron así otros impuestos sobre bienes y servicios de consumo y
se estipuló un tipo de IVA para cada bien de consumo. Así, cuanto menos primario o necesario
resulte un producto, mayor será el porcentaje de IVA que soporta (la leche, 4% de IVA; el transporte
urbano, 7% y un vídeo, 16%). La particularidad del IVA es que grava el valor añadido de un artículo
en cada fase de la cadena de producción y cada una de las partes lo asume y lo desgrava, excepto el
último eslabón, el comprador final, que se limita a abonarlo.
Tipos de IVA
Hay tres tipos de IVA: 16%, el general; 7%, el reducido y 4%, el superreducido. Cuanto más
primaria es la necesidad de un producto, menor es la carga de impuestos que soporta.
• El 16%, por regla general. Es el porcentaje que se aplica a bienes y servicios en la mayoría
de las ocasiones (hasta la reforma de la Ley, algunos productos como determinados turismos
o joyas soportaban, al ser considerados de lujo, el 32% de IVA). Electrodomésticos, ropa,
calzado, bricolaje, tabaco, bebidas alcohólicas& soportan este tipo de IVA.
• El 7%, el reducido. Aunque la lista es muy larga, los principales bienes y servicios a los
que se aplica este tipo son: alimentos no incluidos en el IVA superreducido; transporte de
viajeros; servicios de hostelería; entradas a teatros, circos, conciertos, cine, etc; servicios
funerarios; peluquerías; dentistas; edificios, viviendas y plazas de garaje (hasta un máximo
de dos compradas con la vivienda aparatos) y complementos para el diagnóstico o alivio de
enfermedades.
• El 4%, el superreducido. Se gravan con este IVA bienes y servicios calificados como de
primera necesidad: pan, leche, quesos, huevos, verduras, frutas, hortalizas y tubérculos
naturales, que no hayan sido modificados de ninguna forma (es decir, no entra aquí la
agricultura ecológica, aunque se escuchan demandas que lo solicitan). También se aplica
este tipo de IVA a libros, periódicos y revistas no publicitarios; medicamentos de uso
humano; sillas de ruedas para minusválidos y prótesis y Viviendas de Protección Oficial.

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