En esta ocasión nos desplazamos a León, Paco, Cesar, Tasio y
Javier, para pescar el coto con muerte de la Omañuela. Paramos a comprar unas viandas en un supermercado del Riello y preguntamos por los accesos al acotado. A las 11 de la mañana nos encontrábamos comiendo un taco en el merendero del coto, justo en su límite inferior (para los que valláis tener Cuidado el merendero tiene garrapatas) por encima del puente que sirve como limite al mismo. Ya están varios pecadores dándole A la vara. El coto es el típico de montaña, el rio baja con un caudal aceptable para la pesca, Paco pone dos ninfas para pecar en las numerosas pozas con las que cuenta el acotado, siendo el único que toco escama en condiciones, el resto pescamos con seca. La zona es una preciosidad pero carece de lo fundamental nuestras amigas las truchas, por lo que la jornada resulto sin pena ni gloria. Estamos viendo que la mayoría de los cotos con muerte están muy escasos de truchas por lo que no merece la pena pescarlos y mucho menos hacer una tonelada de kilómetros para tan poca alforja, la presión pesquera a la que se somete a estos cotos es tan grande que si no se pone remedio se quedaran sin truchas. Abogamos a que todos los cotos sean sin muerte y hacer buenas las palabras de un gran escritor Castellano como fue Miguel Delibes en su libro... “MIS AMIGAS LAS TRUCHAS”
“En la pesca su esencia es la victoria sobre el pez, nunca la
satisfacción del botín”
Por fortuna y a pesar de la crisis,
aun tenemos para comer sin la necesidad de penurias que obliguen a la necesidad de pescar para no morir de hambre. Aboguemos por los cotos sin muerte, haber si en nada son una realidad y podemos pescar en cualquier sitio dando las gracias a nuestro oponente por el disfrute poniéndolo en libertad. Las eclosiones de plecópteros fueron más que numerosas pero como no tiene truchas, tampoco tiene cebas, los plecópteros pueden estar tranquilos que sus predadores naturales están en horas bajas con lo que su expansión no corre peligro salvo que algún animal de dos patas le de por hacer el cafre y envenenar sus aguas ya que estos animalillos requieren da aguas muy puras para su existencia. Este coto en nuestra valoración particular de uno a cinco le colocamos un uno por el paisaje que si merece la pena, por el resto le colocaríamos un cero.