Discurso de agradecimiento del nombramiento de D. Juan Tudela (parroco Iglesia S. Juan Bautista de Archena) como Vicario General de la Diócesis. 7/07/2010
Discurso de agradecimiento del nombramiento de D. Juan Tudela (parroco Iglesia S. Juan Bautista de Archena) como Vicario General de la Diócesis. 7/07/2010
Discurso de agradecimiento del nombramiento de D. Juan Tudela (parroco Iglesia S. Juan Bautista de Archena) como Vicario General de la Diócesis. 7/07/2010
Exemo. y Rvdmo. Sr. D. José Manuel Lorca Planes, Obispo de Cartagena:
Con su permiso, y en nombre del nuevo Consejo de Gobierno que Usted
ha nombrado, quisiera decir en este momento unas palabras de agradecimiento.
En primer lugar, agradecemos a Dios nuestro Sefior, quien un dfa nos
llamé al Sacerdocio ministerial, el don inmenso que entonces nos hizo con el
Sacramento del Orden, inmerecido por nuestra parte, y el haber guiado siempre
nuestros pasos en cada tarea pastoral que El, a través de la Iglesia, nos ha
confiado. A esta Providencia tan amorosa y tan fina de Aquél que afirmé que
hasta los cabellos de nuestra cabeza estaban contados (cf. Mt 10,30; Le 12,7);
Providencia que nos viene segura por la «gracia de estado» de su ministerio
episcopal, Sr. Obispo; a esta Providencia de Dios, sin la que nada sucede en su
Iglesia, atribuimos el hecho de nuestro nombramiento, y a ella nos
abandonamos con plena confianza. Bendito y alabado sea Dios nuestro Sefior
por siempre.
En segundo lugar, nuestro agradecimiento se dirige a la Iglesia. Ella nos
engendré en la fe y en el Bautismo, y ella nos acogié en el Presbiterio Diocesano
de nuestra querida Diécesis de Cartagena. Pensamos que vivir y trabajar en
comunién plena de fe y amor con nuestro Obispo Diocesano y, con él y a través
de él, con el Santo Padre el Papa Benedicto XVI, Sucesor de Pedro, més que
trabajo es un gozo, una gracia, una deuda de gratitud a la Santa Madre Iglesia.
En tercer lugar, dirigimos nuestro agradecimiento al Sr. Obispo. Usted es
nuestro Obispo. Permitame, no obstante, afiadir un calificativo: Usted, D. José
Manuel, es nuestro muy querido Obispo. Como tal es Sucesor de los Apéstoles:
en su Magisterio y en el ejercicio de su ministerio episcopal reconocemos el
Testimonio de los Apéstoles y el tesoro de Gracia y de Verdad que Cristo confi
a su Iglesia, y en concreto al Colegio Apostélico. Usted, D. José Manuel, es el
Pastor, segtin el coraz6n de Dios (cf. Jr 3,15), que El ha querido poner «al frente
de su Casa» (cf. Mt 24,45-47; Le 12,42-44), al frente de esta Iglesia local de
Cartagena. Le agradecemos profundamente y de coraz6n la gran confianza que
ha depositado en nuestras humildes personas al llamarnos a colaborar con
Usted en el ejercicio de su responsabilidad como Pastor de nuestra Diécesis.
Sepa Usted, Sr. Obispo, que, junto con nuestro sincero agradecimiento, cuenta,
desde ya mismo, con nuestra total fidelidad y nuestra lealtad sin fisuras hacia
Usted y hacia la Iglesia. La buena voluntad nos sobra, y la recta intencién est
fuera de dudas. Le pedimos, eso sf, ya desde ahora, que perdone las posibles y
eventuales torpezas que, ciertamente sin pretenderlo, pudiéramos cometer.
Esta Iglesia particular de Cartagena, querido D. José Manuel, un dia fue
su Iglesia Madre, por cuanto le engendré a la fe y al Sacerdocio. Hoy esta Iglesia
de Cartagena es su Esposa, siendo Usted su Obispo, segtin nos ensefia la mas
genuina tradicién eclesiolégica patristica. Y sabemos que quiere con toda el
alma a ésta su Iglesia de Cartagena. No dude, Sr. Obispo, que también nosotros
la queremos; y ésta es otra raz6n més para trabajar junto a Usted, y con mas
alegria, y siempre con humildad, en los servicios pastorales a los cuales nos ha
Tamado; convencidos, ademas, que mas que trabajo es un don. La Iglesia, a la
que amamos de corazén, lo merece todo.Un agradecimiento personal quiero dirigir al equipo de Vicarios de los
cuales ahora tomamos el relevo. En ellos siempre encontré, desde el primer
momento, una acogida excepcional, consuelo y ayuda impagables. Dios se lo
pague a todos. Guardo como un tesoro el consejo que pedi a D. Miguel Angel
Carceles, y que él me dio en estas palabras: «Juan, no hay més que un secreto:
amar mucho a la Iglesia». Pues, siendo asi, que asi sea.
‘También queremos agradecer a todos nuestros hermanos Sacerdotes sus
felicitaciones, asi como las muestras de afecto y de apoyo que estos dias hemos
recibido de ellos, expresién de la sana fraternidad de que goza nuestro
Presbiterio Diocesano. Sobre todo, agradecemos su oracién ante el Sefior, como
también la de los religiosos, religiosas y fieles laicos, que también nos la han
asegurado. Creemos que nuestra Diécesis tiene un Presbiterio de mucha altura:
hermanos todos, hacia los cuales no tendrfamos més que palabras de elogio y
reconocimiento.
Y ya, para terminar, queremos dirigir nuestra mirada a la Santisima
Virgen Maria, Reina de los Corazones, Madre del Sefior. Tan querida en
nuestros pueblos y ciudades, que hoy quisiéramos aunar y compendiar la rica
variedad de Advocaciones, con que se la venera, en dos de ellas: «de la
Fuensanta» y «de la Caridad». A Santa Marfa, que también es Madre de la
Iglesia, y a su poderosa intercesién ante su Hijo Jesucristo, encomendamos y
confiamos, Sr. Obispo, su ministerio episcopal, el servicio pastoral que Usted
nos ha encomendado, as{ como toda la Iglesia de Cartagena y toda la actividad
pastoral y evangelizadora —tan rica y viva en nuestra Diécesis— que, en la
comuni6n de la Iglesia toda, aqui se lleva a cabo.
Muy querido D. José Manuel: muchas gracias.