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LAS FUERZAS ARMADAS: SOPORTE

DEL BUEN GOBIERNO


Doctor JUAN MANUEL SANTOS C.

Hoy quiero dirigirme a los militares y policías de Colombia –tanto


a los que están activos como a los que pertenecen, después de
años y décadas de buen servicio, a la reserva activa, al igual que a
los profesionales oficiales de la reserva–, y a sus familias, para
ratificarles mi admiración y mi cariño hacia los héroes de Colombia y hacia quienes los apoyan en sus
hogares, que hacen posible su esfuerzo y sacrificios.

El máximo honor que he tenido en mi vida es haber portado el uniforme de la Patria, y nunca se ha borrado
este honor de mi memoria. Como lo dije muchas veces cuando estaba al frente de la cartera de Defensa, mi
corazón sigue estando uniformado. Siempre he valorado, admirado y proclamado la vocación y el heroísmo
de los hombres y mujeres que protegen la seguridad y la soberanía de nuestro país.

Por fortuna, en mi vida pública he tenido oportunidad de servir a esas Fuerzas Armadas que tanto admiro.
Trabajé desde el ministerio de Hacienda para incrementar el presupuesto de la Fuerza Pública, cuando inició
su proceso de fortalecimiento y modernización, y tuve el honor de liderar el Ministerio de Defensa por casi
tres años, durante los cuales consolidamos, con el apoyo de todos ustedes, la Política de Seguridad
Democrática, asestamos los más grandes golpes al narcoterrorismo, y afianzamos el papel de las Fuerzas
Armadas como garantes de la paz y la seguridad de Colombia.

Si algo aprecié de mi paso por el Ministerio de Defensa fue la oportunidad de trabajar de la mano con los
militares y policías de Colombia, de aprender de sus criterios y disciplina, de admirar su sentido y vocación
de patria, de recibir sus consejos. Hoy, cuando los colombianos tomaremos el 30 de mayo la más crucial de
las decisiones –si mantenemos y progresamos sobre el inmenso legado del presidente Uribe, o si corremos
el riesgo de desviarnos de ese buen camino– estoy seguro de que contaré con el apoyo de la gran familia
militar y policial, la que construyó la seguridad de que hoy disfrutan los colombianos y que tenemos el deber
de cuidar y consolidar, para que Colombia siga avanzando hacia horizontes de trabajo, justicia social y
prosperidad.

Desde el Ministerio, me propuse hacer mucho por el bienestar de los militares, policías y sus familias, y, en
efecto, avanzamos en ese propósito. Creamos la Dirección de Veteranos y Bienestar Sectorial en el
Ministerio, y asignamos recursos sin precedentes para la salud de nuestras fuerzas. Establecimos el subsidio
de vivienda para los soldados profesionales. Incrementamos en forma importante los salarios y asignaciones
pensionales a los oficiales y suboficiales de la fuerza pública, activos y en retiro; a los pensionados, y a los
civiles del sector Defensa, para corregir una inequidad de décadas.

Sin embargo, soy consciente de que quedamos debiendo en el frente de la salud asistencial. Y también
quedamos debiendo en la nivelación salarial y pensional de quienes no alcanzaron a ser incluidos en las
mejoras decretadas. Por eso espero que desde la Presidencia podamos saldar esa deuda.

También tenemos un compromiso adquirido con todos los miembros de las Fuerzas Armadas, que vamos a
cumplir con absoluta firmeza, para defenderlos, con todos los medios a nuestro alcance, de la Guerra
Jurídica.

Para ellos fortaleceremos –como en efecto procuramos hacerlo con las reformas que infortunadamente se
hundieron a último momento en el Congreso, y que hay que volver a presentar– la Justicia Penal Militar.
Porque no hay nada mejor para las Fuerzas Armadas que tener una Justicia Penal Militar con credibilidad y
eficiencia. Por ello, me comprometo a robustecer y hacer más autónoma esta Justicia, con la debida
inversión presupuestal, para que el fuero militar vuelva a ser una figura que garantice juicios justos a
nuestros uniformados, al tiempo que evita la impunidad.

A los militares y policías de Colombia les aseguro hoy: Dentro de un marco de respeto a los Derechos
Humanos, ¡no vamos a permitir que se pierda en los tribunales lo que con tanto esfuerzo ganamos en el
campo de batalla!
Todo lo que hagamos por incrementar el bienestar y defender el honor de los hombres y mujeres de
nuestras Fuerzas Armadas es poco frente al esfuerzo y sacrificio que hacen por los colombianos. Por eso, así
como trabajé por su bienestar cuando fui Ministro, desde mi Gobierno trabajaré con toda la decisión por
seguir incrementando el bienestar y calidad de vida de la familia militar y policial, y atenderé sus
recomendaciones para trabajar por el personal activo y por quienes hoy están en uso de buen retiro.

Pondremos en marcha, desde la Presidencia de la República, las políticas del Buen Gobierno que he
promovido y aplicado durante toda mi vida pública, y que se basan en los principios de transparencia,
eficiencia, eficacia y rendición de cuentas. Así lo hicimos, con ustedes, desde el Ministerio de Defensa, y los
resultados están a la vista. No sólo incrementamos el bienestar de nuestras fuerzas, no sólo golpeamos la
columna vertebral del narcoterrorismo, sino que conseguimos e invertimos los más grandes recursos
presupuestales de nuestra historia reciente para las Fuerzas Armadas, con absoluta transparencia y
eficiencia, sin una sombra duda en el proceso.

En nuestro Gobierno, que será EL GOBIERNO DEL TRABAJO PARA TODOS LOS COLOMBIANOS, cuento con su
aporte y podrán ustedes contar con su Presidente: con un compatriota que los respeta y admira, y que cree,
como ustedes, que la seguridad es la base sobre la cual podemos construir el progreso y la justicia social.

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