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Investigación histórico-social de la cultura

Actividad “B”

Problemática social en torno al arte

Michel Balam Traverse Hernández

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Tema:

Pérdida de la técnica escultórica michoacana conocida como “Pasta de caña


de maíz”.

Introducción:

La sociedad purépecha, como muchos pueblos mesoamericanos, durante


las épocas de guerra tenían la tradición de llevar al campo de batalla a sus dioses,
creían que el llevarlos consigo a la guerra les traerían grandes victorias y era
señal de buenos augurios. Los tarascos, o purépechas al contrario de otras
culturas prehispánicas paralelas, tenían una ventaja sobre sus contemporáneos
ya que las deidades que sus rivales acostumbraban llevar a la contienda eran
hechas de materiales pesados y eran difíciles de transportar; los purépechas en
cambio, desarrollaron una técnica escultórica a base de pasta de corazón de maíz
la cual hacía que las representaciones físicas de sus dioses tuvieran muy poco
peso en proporción al tamaño, facilitando su transportación por grandes
distancias.

Durante la conquista el pueblo tarasco o purépecha fue sometido al


dominio español sin derramamiento de sangre. Jaime Staransky (1996) señala
que el cronista Fray Francisco Mariano de Torres dio cuenta que en 1525 el
franciscano Fray Martín de la Coruña mandó quemar y destruir las deidades, y
que “A las primeras exhortaciones fueron trayendo los indios los militares de ídolos
que adoraban y porque no todos eran de la misma materia, los combustibles
(como eran los de caña de maíz) fueron quemados públicamente, y los de piedra
fueron arrojados a la vista de los mismos indios en lo más profundo de la laguna
de Zintzuntzan (sic.)” . Es en este momento histórico cuando se pierde la técnica
por primera vez ya que se dejó de practicar. Posteriormente es hasta la Colonia

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cuando se retoma la técnica con la llegada de Vasco de Quiroga al Obispado de
Michoacán; el obispo oye hablar de la técnica escultórica de voz de los
franciscanos, que ya habían tenido un acercamiento a ella sin lograr resultados
óptimos. Don Vasco trata de rescatarla, siendo una labor difícil ya que para ese
entonces no se tenían escritos ni referencias exactas de la técnica. Quiroga
empieza a hacer experimentos hasta llegar a innovar, incorporando nuevos
elementos del viejo mundo a la técnica prehispánica. Después de varios intentos
se perfecciona la técnica y se bautiza como “pasta michoacana”. Durante la
colonia la iglesia católica afianza su poder en Michoacán; se construyen los
hospitales que fungen como escuelas de oficios, entre ellos se hallan de gran
importancia el taller de Santa Fe de la Laguna, la Escuela Escultórica de
Pátzcuaro y los Hospital de Uruapan y de Tzintzuntzan fundados por Don Vasco,
siendo provenientes de estos centros artesanales la mayor parte de las esculturas
de la época en Michoacán. Asimismo se edifican templos por doquier, se crean
las cofradías, la técnica de pasta de caña o pasta michoacana ,se hace populariza
ya que las piezas (imágenes católicas) juegan un papel muy importante en la
evangelización de los indios; se mandan hacer muchas figuras, cristos y vírgenes
en su mayoría para adornar las nuevas capillas e iglesias , los cristos son
paseados en las procesiones religiosas jugando un papel muy importante en la
integración social al catolicismo traído de Europa. La técnica se expande hasta
Europa haciéndola muy popular en entre los siglos XVI y XVII convirtiéndose
Michoacán en uno de los mayores exportadores de cristos al viejo continente.

Así pasó el tiempo y es hasta finales del siglo XVIII que vuelve a
desaparecer la técnica de pasta de caña según Julián Bonavit. Se cierran los
hospitales artesanales y se cierra la escuela de Páztcuaro dejando la técnica en el
olvido. Es hasta finales de los 90 del siglo XX que el INAH en Michoacán trata de
rescatar la técnica por segunda vez haciendo seminarios de rescate de la misma
en Tupátaro y Cuanajo en el estado de Michoacán. De estos seminarios se derivó
un taller que funciona como escuela de artesanías que hoy sigue en pie.

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Planteamiento:

Toda esta historia nos hace plantearnos una pregunta:

¿Por qué desapareció la técnica en ese periodo de tiempo, es decir, a finales del
siglo XVIII?

Dentro de toda la bibliografía encontrada al respecto de la imaginería de


caña de maíz, ninguna aborda este tema de manera concreta, solamente se hace
referencia aproximada de cuándo se perdió por última vez pero no se enfatiza en
el motivo. ¿Qué pasó en Michoacán en ese tiempo para que se dejara de
practicar este oficio?

Hipótesis del por qué desapareció la técnica a fines del siglo XVIII.

Después de la conquista y durante la colonia en Michoacán el control


político del territorio estaba en manos de la iglesia católica novohispana y muchos
oficios relacionados a la producción de insumos para la iglesia tuvieron una gran
auge.

Como lo fue la elaboración de imaginaria católica. Según Óscar Mazín


Gómez en su libro “El Cabildo Catedral de Valladolid de Michoacán” (1996, p.313)
hace una acotación de actas de cabildo que entre 1765 y 1771 el obispado de
Michoacán atravesó una violenta crisis económica que impactó en la cosechas y
en la compra de insumos para la iglesia “disminución monumental en las arcas de
cabildo catedral” esto siendo como mi primer hipótesis un factor determínate para
la no adquisición de imaginaria de pasta de caña en esa época.

Otra referencia es de la historiadora Marta Terán (1996), encontrada en el artículo


“Políticas contra las fiestas pueblerinas michoacanas durante la época borbónica”
refiere a la entrada los borbones a España hasta que en el siglo XVIII con la
imposición de las reformas borbónicas crea un apartado para la fiscalización del

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gasto de la iglesia. Se consideran irracionales los gastos “fiestas pinturas,
esculturas, esplendor del culto religioso”. Como segunda hipótesis creo que las
reformas borbónicas tuvieron un gran papel en la desaparición de la técnica ya
estas fueron un freno muy importante para la iglesia y por ende las iniciadoras de
una crisis económica, la cual se ve reflejada por la fecha en la primera hipótesis.

Conclusión

Creo que la historia del arte es uno de los rubros menos tratados de la
historiografía en Michoacán puedo afirmar que se carece de estudios formales
sobre el patrimonio artístico del estado, ya que para la realización de este trabajo
solo encontré 3 referencias bibliográficas específicas del tema (libros) de las
cuales sólo una está editada por alguna institución educativa de carácter público.
Creo que es de suma importancia el rescate de este tipo de técnicas ya que dentro
de ellas hay un valor sociocultural que nos da identidad como michoacanos. Es
lamentable ver cómo se pierde en el tiempo esta maravillosa manera de crear.
Considero que el esfuerzo del INAH por recuperar la técnica es muy valioso, sin
embargo se debe esmerar el trabajo de investigación y difusión del patrimonio
cultural de Michoacán.

Dentro de la pregunta planteada, creo que las dos hipótesis van de la mano
y considero que puede existir información muy valiosa al respecto en los archivos
históricos de Michoacán. Quizá puedan existir referencias en alguna acta de
Cabildo Catedral en ese periodo sobre el momento en el que se dejó de comprar y
pagar estas esculturas. Sería interesante confirmar esta información en un futuro
para alguna investigación de carácter exhaustivo.

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Referencias:

Imaginería michoacana de caña de maíz. Sofía Irene Velarde Cruz (1996).


Universidad Michoacana de san Nicolás de Hidalgo.

Proyecto de restauración de patrimonio cultural (cnrpc) para el estado de


Michoacán en el programa de estímulos y promoción cultural taller de imaginería
de caña de maíz. (INAH)

Jaime Stranky. En: www.mexicodesconocido.com.mx No 234

Historia y sociedad ensayos del seminario de historia colonial de Michoacán


(1994). Universidad Michoacana de san Nicolás de Hidalgo.

Los quehaceres de Dr. Bonavit por Julián Bonavit (1987). Universidad Michoacana
de san Nicolás de Hidalgo.

Imaginería en Caña. Juan Estrada Jasso. Editorial Vaelo Monterrey.

El Cabildo Catedral de Valladolid de Michoacán. Óscar Mazín Gómez (1996) El


Colegio de Michoacán.

Foto: Michel Traverse H (2006)

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