You are on page 1of 1

COMENTARIO DE TEXTO: ‘LA CANCIÓN TAMBIEN VENDE’

La alianza entre la publicidad y la música pop se ha convertido en un lucrativo


negocio gracias al cual muchos artistas noveles hallan la fama y los consagrados, se
embolsan un extra.

Una sintonía bien elegida logra transformar un producto nimio en irresistible. La


búsqueda de una banda sonora perfecta para un spot de veinte segundos conlleva
mucho esfuerzo. Normalmente, los publicitarios buscan una mezcla de imagen y
sonidos que impacte con inteligencia y emocione hasta el punto de poner los pelos
de punta.

LAS TENDENCIAS

 En el mercado de valores publicitarios, los mitos tienen su precio: El


primero en abrir brecha fue el del nuevo Volkswagen Golf, con John Lennon
en cuerpo y voz, convertido en vendedor de coches. Ahora, la suspensión de
otro auto ha servido para desenterrar a Elvis en forma de gracioso
muñequito.

 Nacidas para tararear: Más agradecidos resultan los jingles. La del "Yo soy
aquél negrito" de Cola Cao, la de "Al mundo entero quiero dar..." que
aparecía siempre con Coca Cola felicitando la Navidad o la de Nescafé con
un cierto toque étnico. Cada vez más fuera de onda.

 Yo quiero la del anuncio del detergente: Elegir la música de un grupo


desconocido supone un doble triunfo para los creativos, primero, por
descubrir a un diamante en bruto de la música (el público la conocerá como
"la canción del anuncio de tal o cual") y segundo, porque las discográficas
ofrecen a las agencias todo un abanico de posibilidades sonoras. Esos
temas-pelotazo se recopilan en un CD doble para beneficio de discográficas
y comodidad de los televidentes.

EL NEGOCIO

En este fructífero romance entre publicidad y pop, se menejan cifras muy golosas.
Según Antonio Guijarro, director de servicios creativos de Sintonía, dedicada a la
creación de música para spots "Se puede pagar más o menos, dependiendo del
artista, la canción y de cómo se lleven las negociaciones. En general, la compra de
derechos está entre las 500.000 y los 20 millones de pesetas, mientras que la
media de un copyright ronda los dos o tres millones". Pero está claro que hay unos
derechos claros a sufragar si se usa la música de un artista. Primero, los derechos
autorales, los que corresponden al autor por la utilización de su obra. Luego los
derechos fonográficos, los derivados del uso del disco en particular y que
pertenecen a la compañía discográfica. Y finalmente, los derechos de imagen, si en
algún momento dado sale el artista en el anuncio.

You might also like