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El bien que dejas
(San Basililiioo)

Lucas 12, 13-21 // 18 Tiempo Ordinario –C-


Autora: Asun Gutiérrez. Música: Beethoven. Triple Concierto en Do. Largo.
Uno de entre la gente le dijo:
–Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
Jesús le dijo:
–Amigo, ¿quién me ha hecho juez o árbitro entre vosotros?

Jesús se niega a ejercer de juez. Como en otras ocasiones, se distancia


del caso concreto y va al fondo de la cuestión. Aprovecha la ocasión para
referirse a la actitud que sus seguidores y seguidoras deben mantener
frente a las posesiones materiales.
Y añadió:
–Tened mucho cuidado con toda clase de avaricia; que aunque se
nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas.

Jesús está convencido de que la felicidad no depende de los bienes materiales,


por muchos que se tengan. Jesús nos previene ante el deseo de acaparar,
usurpar, acumular posesiones y privilegios... porque esa actitud esclaviza, aleja
del amor generoso y gratuito del Padre y rompe la solidaridad entre l@s
herman@s.
El espíritu del Reino es abandonar el futuro en manos de Dios y compartir lo que
Les dijo una parábola:
–Había un hombre rico, cuyos campos dieron una gran cosecha.
Entonces empezó a pensar: “¿Qué puedo hacer? Porque no tengo
donde almacenar mi cosecha”. Y se dijo: “Ya sé lo que voy a hacer;
derribaré mis graneros, construiré otros más grandes, almacenaré
en ellos todas mis cosechas y mis bienes, y me diré: Ahora ya tienes
bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y
pásalo bien”.

En el diálogo que mantiene este hombre consigo mismo desvela sus prioridades
e intereses en la vida.
Invierte en un porvenir egoísta,piensa en tener sólo para él sin pensar en l@s
demás.
No hubiera desentonado en nuestra sociedad consumista, donde una de las mayores
idolatrías, también entre l@s cristian@s, es el dinero. ¿En qué valores invierto?
Pero Dios le dijo:
“¡Insensato! Esta
misma noche vas a
morir. ¿Para quién va
a ser todo lo que has
acaparado?”. Así le
sucede a quien atesora
para sí, en lugar de
hacerse rico ante Dios.

El dinero y todos los bienes materiales tienen valor si valen para la vida definitiva,
que ya ha comenzado.
Con lo que consumimos y tiramos, además de embotar nuestro espíritu, aumentamos
la miseria del resto del mundo y destruimos el planeta.
Jesús nos invita a plantearnos que el verdadero tesoro para nuestras vidas no
proviene de las posesiones materiales que consigamos y acumulemos, sino de lo que
seamos capaces de dar y recibir como don. ¿Quién es ric@ ante Dios?
Envía tu luz a esta tierra injusta
para que se reparta el pan al pobre.
Abre nuestros ojos para ver la verdad.
Abre nuestros oídos para oír el dolor.
Haz que seamos personas de Paz,
que llevemos la paz con nosotros.
Aparta de nosotros el ansia de consumir
y ayúdanos a saber compartir.
Que demos la mano a quien lo necesite.Amén.
Juanjo Elezkano

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