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JUAN PABLO PEREZ ALFONZO

El Pentágono Petrolero

La política nacionalista de defensa y conservación


del petróleo persigue liberar al país de la excesiva
dependencia de un solo recurso no renovable.

Ediciones REVISTA POLlTlCA


Caracas 1967
SUMARIO

PROLOGO
por el Dr . .
LUIS B PRIETO F .
INTRODUCCION ................................................................. 5
DESARROLLO DE LA POLlTlCA PETROLERA ........................................ 7
PARTlClPAClON RAZONABLE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
COMlSlON COORDINADORA DE LA CONSERVACION Y EL COMERCIO DE HIDROCARBUROS 22
Las Restricciones Petroleras de Estados Unidos ................................... 29
CORPORACION VENEZOLANA DEL PETROLEO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
EL PRINCIPIO DE "NO MAS CONCESIONES" ......................................... 47
ORGANIZACION DE PAISES EXPORTADORES DE PETROLEO (OPEP) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

INSISTIENDO EN EL TEMA
EL PENTAGONO PETROLERO ................................................ 77
DEPENDENCIA ECONOMICA ................................................. 83
REFORMA DE 1943 Y DECRETO N? 112 DE 1945 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
LECCION Y ADVERTENCIA A LA DEMOCRACIA SUCESOS Y RESULTADOS DE LA .
REFORMA TRlBUTARlA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
REFORMA TRlBUTARlA ...................................................... 117

CUADROS GRAFICOS
GRAFICO DE LA FEDERAClON DE TRABAJADORES DE LA INDUSTRIA GRAFICA . . . . . .
INDUSTRIA PETROLERA: DlSTRlBUClON DE LOS INGRESOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
DlSTRlBUClON DE LOS INGRESOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
DISTRFBUCION DEL PRODUCTO PETROLERO. ...............................
DlSTRlBUClON DEL PRODUCTO PETROLERO (Gráfico) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
DlSTRlBUClON DEL PRODUCTO PETROLERO (Gráfico) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.
SECTOR PETROLERO CUENTAS Y RELACIONES VARIAS, 1950.64 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
TENDENCIA DEL REPARTO DE GANANCIAS DEL PETROLEO (Gráfico) . . . . . . . . . . . . . . . .
INDICE COMPARATIVO DE ALGUNAS CUENTAS NACIONALES Y DEL SECTOR PETRO-
LERO. 1950-1965 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.
CUENTAS NACIONALES TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO (Gráfico) ..................................
TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO (Grbfico) ..................................
INDICE COMPARATIVO DEL I N . . menos SECTOR PETROLERO E I. N . PETROLERO
(Gráfico) ...............................................................154
COMERCIO EXTERIOR. 1950-1'964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
MUNDO: COMERCIO NETO DE PETROLEO Y PRODUCTOS REFINADOS. 1959.1964 ..... 156
MUNDO: PRODUCCION DE PETROLEO CRUDO .................................... 157
MUNDO: TENDENCIA DE LA PRODUCCION Y PARTlClPAClON DE LA OPEP .......... 158
ORGANIZACION DE PAISES EXPORTADORES DE PETROLEO Y GRANDES EMPRESAS DE
.....................................................159
LA INDUSTRIA (Gráfico)
DOS CENTROS SUMINISTRAN PETROLEO: VENEZUELA-MEDIO ORIENTE (Gráfico) ..... 160

DOCUMENTOS
Decreto N? 112 del 31 de diciembre de 1945 ...................................
La política petrolera venezolana puede afectar l a situación mundial. por Ruth Sheldon
(traducido de "World Petroleum". julio 1946) ...................................
Creación de l a Comisión Coordinadora de la Conservación y el Comercio de los Hidro-
.
carburos Resolución N? 557 del 9 de abril de 1959 .............................
Declaración del Ministro de Minas en rueda de prensa del 6 de mayo de 1959 en l o
Embajada de Venezuela en Washington .........................................
Declaración de la Casa Blanca del 30.4.59 ......................................
Memorándum presentado a l Departamento de Estado el 24.4.59 ....................
Carta a l Embajador de Estados Unidos sobre el Programa de Restricciones Obligato-
rias (25-5-59) ................................................................
.
Creación de la Corporación Venezolana del Petróleo Decreto N? 260 del 19 de abril
de 1960 ...................................................................
Ley Aprobatoria del Convenio suscrito en Bagdod el 14 de septiembre de 1960 ......
Declaración Betancourt-Kennsdy del 17 de diciembre de 1961 ......................
INDICE A N A L I T I C O . . . . . . . . . . . . ..
.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
PROLOGO

JUAN PABLO PEREZ ALFONZO, cuya vida entera está consa-


grada al servicio de la Nación, sin pedir nada en cambio, entrega este
libro sobre la política nacionalista de la defensa y conservación del
petróleo, que ha bautizado con el significativo nombre de "EL PEN-
TAGONO PETROLERO".
Concebido dentro del marco de rígida doctrina de la economía
de conservación y explotación racional de los recursos no renovables,
en los países en vía de desarrollo, el libro señala las características
fundamentales de la actividad conducida por el gobierno democrático
de Venezuela para defender nuestro petróleo y a favor de esa acción
económica enrumbar al país hacia una progresiva liberación de la
dependencia de un solo recurso de exportación, porque ello hace débil
nuestra situación, siempre en peligro. Ese producto, a pesar de la
importancia internacional que tiene el petróleo en el mercado de la
energía, es motivo de arreglos perjudiciales por los grandes países
industriales consumidores, que son al mismo tiempo los mayores
accionistas del negocio petrolero, empeñados en adquirirlo siempre
a más bajo precio, con perjuicio de los países exportadores, débiles
por la naturaleza de sus economías y por el deficiente proceso de su
desarrollo económico.
El doctor Pérez Alfonzo ha sido por cerca de treinta años, en
compañía de Rómulo Betancourt y de otros hombres de vocación y
consagración nacionalista, artífice de la política petrolera nacional.
Desde el Ministerio de Fomento, en 1945 - 1948, delineó los contornos
de esa política, ya propalada en discursos, artículos, intervenciones
parlamentarias o conversaciones con especialistas. De entonces data
la cancelación del anticuado sistema de las concesiones, para sustituirlo
por medios más idóneos en un país moderno, que aspira a terminar
con el colonialismo económico para entrar en las vías francas de un
desarrollo económico independiente.
Esa política se afirma y afina durante el gobierno democrático
actual, en el cual cupo al doctor Pérez Alfonzo conducir por segunda
vez, durante casi cinco años, la actividad del Ministerio de Minas e
Hidrocarburos. Pero con modestia que le honra rechaza siempre la
personal referencia a su gestión, porque sostiene, y en este libro lo
recalca, que se trata de una acción colectiva "consecuencia razonable
de la situación nacional e internacional que se ha vivido. No es un
hallazgo casual ni una improvisación. No se la inventó al capricho
ni en forma imaginaria sino que es lo que se consideró necesario hacer
frente a los hechos que directa o indirectamente tienen relación con
el recurso natural más importante del país".
El título de este libro es un acierto. No alude, por cierto, la
estructura de la organización de defensa de Estados Unidos, sino que
simplemente señala cinco avenidas, que son como los cinco lados de
un pentágono, por donde se llega seguramente a conformar la política
petrolera venezolana. Por ello dice: "Se puede enmarcar la politica
petrolera nacionalista dentro de lo que se ha llamado el 'Pentágono de
Acción', con cinco ángulos claves".
Esos cinco ángulos son: 1) Participación razonable; 2) Comi-
sión Coordinadora de la Conservación y el Comercio de los Hidro-
carburos; 3) Corporación Venezolana del Petróleo; 4 ) N o m á s
concesiones, y 5) Organización de Paises Exportadores de Petró-
leo (OPEP).
De estos cinco medios, el último prolonga sus líneas fuera del
territorio nacional, mientras los otros cuatro están dentro del ámbito
de la soberanía de Venezuela.
Para el doctor Pérez Alfonzo, el concepto de la participación
razonable implica una consideración de equitativo tratamiento entre
kt Nación, propietaria de la riqueza minera, y los concesionarios,
definición que sería innecesaria si la historia no nos enseñara que
estos últimos se llevaron siempre la parte del león, porque los perso-
neros del Estado venezolano, usurpadores de la soberanía, carecían
de la autoridad moral y de la fuerza que deriva del origen de su
mandato, para establecer ese equitativo tratamiento en las negocia-
ciones, amén de que en éstas, muchas veces privó el interés personal
de los negociadores por encima del interés de la Nación.
Esa participación razonable se fijó en 1946 en lo que se llamó
distribución del 50 - 50, que se consideró como una fórmula elástica
sometida a constante revisión, de acuerdo con las circunstancias. Ese
pensamiento ha permitido ir aumentando paulatinamente la parti-
cipación del Estado Venezolano hasta más de sesenta y cinco por
ciento (65%). Según el criterio del doctor Pérez Alfonzo la elasti-
cidad de la fórmula debe permitir un ajuste constante para calcular
las utilidades de las empresas concesionarias de acuerdo con el benefi-
cio sobre el capital invertido o sea su activo f i j o neto, cuyo monto razo-
nable de utilidad no debería sobrepasar del quince por ciento (15%).
No obstante algunas empresas llegan a obtener utilidades exageradas
de hasta el cuarenta por ciento ( 4 0 % ) , lo que les permite recuperar
su capital en menos de tres años, sobrepasando así el concepto de
participación razonable.
Una constante vigilancia del Estado y la utilización de medios
adecuados, como los reparos, el cálculo de las amortizaciones y depre-
ciaciones y otros recursos de política administrativa o fiscal pueden
contribuir a mantener dentro de justos límites de rentabilidad el
capital invertido sin pérdidas apreciables en el manejo de la riqueza
petrolera nacional.
La organización de la Comisión Coordinadora de la Conservación
y el Comercio de los Hidrocarburos, que funciona en el Ministerio de
Minas, segundo ángulo de la Política petrolera, como su nombre lo
indica, es un instrumento administrativo de control, que evita el des-
pilfarro del petróleo, manteniendo la producción dentro de límites
que permitan sostener los precios. Surge de la necesidad prevista
desde 1945 de intervenir más directamente en el negocio petrolero, a
pesar de la resistencia de los consorcios inversionistas, interesados
más bien en agotar las reservas para sacarle las utilidades en el menor
tiempo posible. Pero el interés de la Nación se cifra en mantener
dentro de límites razonables, la producción de una materia que se
agota y que va adquiriendo tanto más valor cuanto menor es el monto
de las reservas. Nuestro interés se cifra en una producción que nos
permita obtener los fondos indispensables para promover el desarrollo
nacional poniendo en producción otras fuentes sustitutivas de riqueza,
que puedan continuar fomentando el bienestar cuando el petróleo
haya desaparecido. El objetivo fundamental estaría en producir poco
y vender caro, pero contra ello conspira el interés de los países consu-
midores que aspiran siempre a menores precios mientras ofrecen las
mercancías del intercambio a precios cada día mayores.
La Comisión Coordinadora mantiene la producción dentro de un
ritmo de crecimiento interanual que se consideraría óptimo alrededor
del cuatro por ciento (4 ) .
Una excesiva oferta envilece los precios, fenómeno que se viene
observando a partir de 1947, pero que se ha acentuado desde 1959.
La primera fecha indica el momento en que Estados Unidos deja de
ser país exportador de petróleo para convertirse en el primer impor-
tador de ese combustible. Su interés como comprador está por tanto
en obtener los precios más bajos. La segunda fecha marca las restric-
ciones discriminatorias que sufre nuestro petróleo en el territorio
norteamericano y que han sido motivo de sonadas discusiones entre
nuestro gobierno y el de Estados Unidos, sin que en seis años se haya
logrado cambiar apreciablemente la situación, porque las compañías
explotadoras, que deberían tener interés grande en el aumento de los
precios, participan con la competencia ruinosa que se hacen en el
debilitamiento de aquéllos, además de que lo que dejan de ganar en
el petróleo crudo que venden lo recuperan en el procesamiento de éste,
realizado por empresas de las cuales son dueños o fuertes accionistas.
El instrumento venezolano de regulación de la producción, apa-
rece por primera vez en nuestro país y está sirviendo de modelo a
los países de la OPEP para una política conjunta de defensa de los
precios cuando llegue a organizarse en todos. No obstante las compa-
ñías explotadoras y los países consumidores resisten una política de
esa naturaleza y asumen actitudes como las restricciones en Estados
Unidos que a la vez que limitan el mercado influyen en la baja de
precios en otros países importadores, que se aprovechan de las bajas
provocadas por la acción de Estados Unidos.
El tercer ángulo de la política de defensa y conservación del pe-
tróleo señalado por el doctor Pérez Alfonzo es la Corporación Venexo-
lana del Petróleo, que surge después de largos años de funcionamiento
de la industria petrolera en manos extranjeras. Su concepción data
de 1948, durante el primer gobierno democrático, pero detenida su
aparición por la dictadura de los diez años, se organiza en 1960. Ya
es hoy una empresa en plena actividad, con porvenir asegurado, pues
a ella corresponde recibir las reservas petroleras sobre las cuales no
existen concesiones ni se otorgarán otras en el futuro y es mediante
su gestión que el Estado Venezolano interviene directamente en el
negocio petrolero y se prepara para sustituir a las empresas cuando
sus concesiones actuales reviertan al patrimonio nacional.
La Corporación Venezolana del Petróleo es la encargada por el
Estado de negociar los contratos de servicios, cuya discusión tan
contradictorias opiniones ha despertado, pues algunos, con buena o
con dañada intención afirman que se trata de concesiones disimuladas.
El doctor Pérez Alfonzo se encarga, con su ponderado y claro criterio
de jurista, de definir la naturaleza de esa clase de contratos y sus
diferencias con las concesiones. Estas establecen derechos reales;
mientras que los contratos de servicio establecen derechos personales
y contractuales. "El titular de la concesión, -dice Pérez Alfonzo-
tiene derechos reales que ella le confiere sobre el petróleo que llegue
a explotar. La propiedad sigue siendo nacional, pero el derecho a
explotar los yacimientos dentro de los límites de la concesión tiene el
carácter de derecho r e a l mientras subsista la concesión. Con las asig-
naciones, -prosigue Pérez Alfonzo- derechos de explotación que se
transfieren a una entidad jurídica autónoma como la Corporación
Venezolana del Petróleo, que no puede enajenarlos ni gravarlos, y que
no pueden ser ejecutados, existe la imposibilidad jurídica de que
cualquiera sea el contrato que se celebre, nadie pueda adquirir un
derecho igual al que confiere la concesión. Consiguientemente, las
diferencias jurídicas tienen significación importante.
"La empresa contratante o la empresa mixta que se creare no
adquirirá derechos directos o reales de ninguna clase sobre el petróleo
que llegue a descubrir o a operar. El derecho personal, por el contrato
puede estar en función y referido a ese petróleo, pero será el resultado
de la obligación asumida por el signatario, la empresa estatal contra-
tante. Los derechos diyectos reales sobre el petróleo nunca podrán
salir del dominio del Estado?'.
Las explicaciones del doctor Pérez Alfonzo, en este capítulo
señalan además diferencias administrativas y diferencias económicas
entre asignaciones y concesiones, derivadas las primeras de la parti-
cipación del ente autónomo del Estado que interviene en el contrato
y las segundas de las finalidades que con las asignaciones se persigue,
que no son otras que la explotación directa por el Estado con la obten-
ción de la totalidad de las utilidades que de esa explotación se derivan.
Este capítulo del libro es de un extraordinario valor y cualquier
idea que de él pueda darse conducirá a una incompleta visión de los
problemas implicados en el régimen de concesiones y en las asigna-
ciones y contratos de s e ~ v i c i o .
Por otra parte, la importancia de la Corporación Venezolana del
Petróleo, tratada por su creador cobra interés por cuanto señala con
optimismo el porvenir que la espera, si actúa con la celeridad debida
pero también con el tacto indispensable para acertar. E n manos de
esa empresa está el futuro promisor de la política nacionalista de
defensa del petróleo y del mejor aprovechamiento de sus resultados
para continuar el desarrollo autónomo del país.
El cuarto ángulo del Pentágono de Acción, está constituido por
el principio de "No más concesiones", formulado en 1946, para poner
límites a la voracidad de los consorcios aceiteros que pretendían aca-
parar en su propio beneficio el subsuelo de la Nación, restándolo a
las esperanzas de futuro mejor, inmovilizando una riqueza, que podrán
mantener inexplotada, mientras en otras regiones de más favorables
proventos intensificaban la producción. No por inapropiado se deter-
minará la cancelación del régimen de concesiones, sino por el uso y
abuso que de él se hizo. Ese régimen tiene mucho que ver con el colo-
nialismo económico, por ello su eliminación encontró eco favorable
XII PR~LOGO

en la conciencia popular, que se pronunció por un cambio de sistema,


no sólo para el petróleo, sino también para el hierro y otras materias
de parejo significado.
El doctor Pérez Alfonzo analiza en todo un extenso capítulo de
este libro todo cuanto ese régimen significó como hipoteca del país,
y las ventajas que se derivan del nuevo sistema, que como dijimos
tiene como eje de su realización a la Corporación Venezolana del
Petróleo. Sobre la materia había tratado el autor con detalles escla-
recedores en su importante obra "Petróleo, jugo de la tierra", al cual
habrá de remitirse a todo lector que desee obtener una visión clara
de los problemas del petróleo en Venezuela.
Se detiene el doctor Pérez Alfonzo en la explicación de las áreas
en producción, las áreas probadas y aquellas, que aun siendo de extra-
ordinarias posibilidades todavía no han sido sometidas a las pruebas
de los taladros. Las áreas probadas en 1964 se situaban en una super-
ficie de 518.194 hectáreas, y un área ociosa de 2.725.536 hectáreas.
Pero la industria mantiene el deseo de controlar el mayor número de
cuencas petrolíferas porque a medida que se explota el petróleo su
volumen mundial disminuye y por tanto se encarece el producto. Si
conservan esas áreas en su poder pueden negociar con el futuro, res-
tando posibilidades a los países donde existe el producto, pero que
han dejado de ser sus propietarios por la imprevisión con que actuaron.
Las concesiones vigentes, alega el doctor Pérez Alfonzo, dan a
Venezuela amplio margen para esperar, aun cuando las compañías
explotadoras podrán utilizar esa espera desarrollando otras áreas con
el fin de forzar la resistencia nacional. Pero la fortaleza de nuestra
posición está en la situación geopolítica que ocupamos en el Hemisferio
Occidental. Por ello, con fe inquebrantable, el doctor Pérez Alfonzo
concluye diciendo que 'LE1 éxito de la implantación más inmediata
de los contratos de servicio dependerá más de la situación nacional que
de los suministros internacionales. Por ello se hace indispensable la
solidaridad en el frente nacional del petróleo, tan urgente en todos
10s aspectos9'r
El quinto y último ángulo del Pentágono lo constituye la Organi-
zación de Paises Exportadores de Pet~óleo,instrumento de defensa
de los precios del petróleo en los mercados internacionales, general-
mente envilecidos por una confabulación de intereses entre los países
industriales consumidores y las compañías que participan en el negocio
petrolero, cuyo capital tiene sus raíces en esos países. Esos intereses
no son, por tanto distintos, aun cuando en circunstancias especiales
pudieran aparecer en conflicto. Por otra parte, la competencia ruinosa
a que se entregan las empresas petroleras, organizadas en el cartel
PRÓLOGO XIII

más grande del mundo, tienden a favorecer los intereses de los países
consumidores, con grave daño de los países exportadores, que no dis-
ponen de instrumentos de reguiación, porque éstos están en manos
de las empresas explotadoras.
La OPEP surgió por sugestión venezolana y en su organización
tienen responsabilidad las ideas del doctor Pérez Alfonzo. Resistida
por las empresas y por los países consun~idoresde petróleo, la Orga-
nización se ha ido afincando porque tiene una función que cumplir
en el mundo de los negocios. E s una organización de países débiles,
víctimas de la voracidad de los podeíosos, que explotan sus condiciones
de subdesarrollo para comprarles barato una materia esencial para
el desarrollo industrial del mundo, vendiéndoles a precios cada día
más elevados los bienes industriales que necesitan para industriali-
zarse o para subsistir.
El análisis que de la OPEP hace el doctor Pérez Alfonzo en el
capítulo final de su libro es magistral y muestra el papel que desempe-
ña en la actualidad, la influencia que ejerce en la creación de instru-
mentos de control y defensa de los precios y de la producción, demos-
tración de que la solidaridad hace poderosos a los débiles, que así
pueden resistir los amagos destructores de los poderosos.
El libro del doctor Pérez Alfonzo, que ahora entra en circulación,
es el testimonio de una conciencia desvelada por la felicidad y bien-
estar de su pueblo y una contribución valiosa para que la juventud
de Venezuela aprenda en él cómo debe manejar los resortes de la
defensa de nuestro patrimonio y los bienes que consagramos al bienes-
tar, desarrollo y prosperidad de nuestro pueblo.

Luis B. Prieto F.
Defensa y ~ o n s e r v a c h
D E F E i i c A 1' COSSERVPiCIOS DEL PETROLEO
Bascs de la Politica S a c i o n i l
1. Administrar los recursos petrolíferos para. beneficio colectivo de los venezolanos.

1. Drfenra di1 petv~ileo: que lo extraído de este recurso capital deje los ma.
lores beneficios posibles.

1. Participación Razon Producci6n Adecuada


Defensa d e Precios y hlercados
Economía en la Explotación
Reversión d e Bienes
Industrialización
Mercado Doméstico
7 . Venezolanizacibn Fuerzas d e Trabajo

11. Conietcnriótz del P e t r t l e o : que se extraiga con máxima eficiencia.

1 . i'io hiás Concesiones Explotaci6n Adecuada


2 . Concesiones Ociosas CVP
3 . Asignaciones Contratos d e Servicios
4 . Reservas Suficientes Energía d e Yacimientos
5 . Recuperación hiáxirna Unificación
6 Recuperación Secundaria PIantas d e Inyeccibo

2 In~mertir lo obtenido de este recurso capital en el desarrollo econ6mico y social


(!e Vcnczuela, h ~ s t aterminar su dependencia del petróleo.

Vcr Const. Arts. 105, 106, 107 y 136-10.


EL PENTAGONO PETROLERO
Por mucho tiempo la economía de Venezuela continuará atada
a la gran riqueza minera del país, fundamentalmente constituida por
sus enormes recursos de petróleo. Entre los países monoproductores,
y en situación de dependencia del comercio exterior, el caso de Vene-
zuela es típico de cuanto esa situación significa en peligros para la
vida normal de la Nación, puesto que carece de posibilidades de domi-
nio de los acontecimientos que puedan afectar intensamente toda su
economía. A las otras circunstancias desfavorables que implica la
monoproducción, se añade el serio agravante de que el predominio
está representado por el petróleo que se agota, un recurso de gran
valor e importancia, pero cuyo valor e importancia derivan en parte
precisamente de no poder renovarse o producirse a voluntad.
La gran significación del petróleo en la vida de la RepúSlica fue
arraigando profundamente en la conciencia del pueblo venezolano,
quien, con mayor o menor grado de claridad, percibe los diversos daños,
perturbaciones o desajustes que puede causarle al país la exagerada
dependencia de ese extraordinario producto natural. El conocimiento
de esta realidad venezolana ha sido saludable y facilitó la elaboración
de una política adecuada a la situación conocida. Pero como nada
hay estático, y si algo resultara así demostraría con ello lo impropio
de las medidas aplicadas para movernos hacia adelante con el progreso
armonioso que reclama la vida, es necesario revisar constantemente
la situación del petróleo junto con la de los otros sectores de la vida
nacional, a fin de precisar cómo se ha desarrollado la actividad anali-
zada en relación a los objetivos de bienestar general. Con el petróleo,
más que con ninguna otra actividad económica, se impone este fre-
cuente comparar de lo que la Nación se ha propuesto obtener con lo
que ha obtenido o va obteniendo, dentro de la dirección que sigue.
Conviene, pues, revisar periódicamente los efectos de la aplicación
de las grandes líneas de la política petrolera, vigilando también los
cambios o modificaciones ocurridos en las circunstancias determi-
nantes de la política adoptada. Más todavía, conviene igualmente
medir la repercusión general en la vida del país que hubiese podido
producir la política petrolera adoptada. Como en ningún otro caso,
en el del petróleo, con su decisiva influencia en toda la vida nacional,
la política que se sigue va estrechamente unida a las aspiraciones de
progreso general de la Nación. Por ello es imperativo completar la
periódica revisión de la política petrolera con la evaluación de sus
otros efectos y consecuencias.
Por las razones expuestas, después de revisar el comportamiento
de los principios básicos de la politica de d e f e n s a y conservación del
petróleo, midiendo los avances alcanzados, se pasará a mostrar hasta
dónde ha contribuido la política aplicada a mover satisfactoriamente
la economía general de Venezuela hacia una menor dependencia del
petróleo.
Es necesario continuar conscientes del decisivo peso del petróleo
en la economía de la Nación, pero también conviene verificar cualquier
adelanto alcanzado en el camino de liberarse de esa dependencia. ( ' )
El éxito, aun cuando limitado y expuesto a eventuales retrocesos,
aviva y multiplica el esfuerzo de los venezolanos para consolidar las
conquistas ya realizadas y acelerar el triunfo último que se espera
obtener. Señaladamente, se debe comprobar, registrar y difundir ese
adelanto cuando concierne a la liberación del petróleo, porque hay una
tendencia fatalista de cómoda aceptación, que lleva a considerar con
escepticismo los avances en ese sentido. Además, poderosos intereses
foráneos, que sólo tienen en cuenta lo que pueda serles ventajoso,
naturalmente promueven esa posición fatalista de dependencia, por
muchos años realidad histórica vivida, que supieron aprovechar. Ve-
nezuela progresó empujada por el petróleo, pero en tal forma que
cada vez dependió más de él para seguir progresando. Semejante
realidad, tendenciosamente trabajada por una propaganda tenaz, llegó
a ser tan evidente que formó en muchos la convicción firme y casi
siempre de enter'a buena fe, de que la correlación de dependencia no
puede romperse, si es que se rompe algún día, sino después de un
esfuerzo muy prolongado. Es indudable que el esfuerzo es necesario,
pero también es cierto y halagador comprobar que en mucho menor
tiempo que el que nadie hubiese intentado predecir, se ha logrado
bastante más de lo que pudiera haberse pensado ni esperado. Esta
comprobación, indudablemente, facilitará el continuo renovar de los
esfuerzos de todos para mantener la lucha que reclama el afianza-
miento de las conquistas obtenidas y la continuación de la marcha

(1) Ver Capítulo "Ikpendencia Ecoilói~iica".


hacia el objetivo inalterable de que el petróleo termine por ser sólo
uno, entre muchós otros, de los sectores de importancia en la economía
de Venezuela.

DESARROLLO DE LA POLITICA PETROLERA

La polz'tica de defensa y conservación del petróleo en Venezuela


es la consecuencia razonable de la situación nacional e internacional
que se ha vivido. No es un hallazgo casual ni una improvisación. No
se la inventó al capricho ni en forma imaginaria, sino que es lo que
se consideró necesario hacer frente a los hechos que directa o indirec-
tamente tienen relación con el recurso natural más importante del
país.
Se puede enmarcar la politica petrolera nacionalista dentro de lo
que se ha llamado el "Pentágono de Acción" con cinco ángulos claves,
de los cuales uno, el constituido por la Organización de Países Expor-
tadores de Petróleo (OBEP), extiende sus líneas fuera del ámbito de
la jurisdicción nacional. Los otros cuatro ángulos de la estructura
del "Pentágono de Acción" quedan plenamente bajo la soberanía de
Venezuela, constituidos por los principios directivos de: 1. Partici-
pación razonable. 2. Comisión Coordinadora de la Conservación y el
Comercio de los Hidrocarburos. 3. Corporación Venezolana del Pe-
tróleo, y 4. N o m á s concesiones. Naturalmente, el orden lógico de
los cinco principios fundamentales en la defensa y conservación del
petróleo comienza con los cuatro que caen bajo la plena jurisdicción
del país, en el orden expuesto arriba, pero que se complementan con
el principio de relación internacional, basado en la comunidad de
intereses, que sirvió para estructurar la ya bien conocida y poderosa
Organización de Paises Exportadores de Petrdleo.
PARTICI PACION RAZONABLE

E n la política petrolera, como en la política de aprovechamiento


de cualquier recurso natural de propiedad colectiva, surge como pri-
mera cuestión de la administración que le está encomendada al Estado
la de obtener una participación razonable en la explotación de la ri-
queza colectiva. Pero para Venezuela obtener una participación rnzo-
nuble de su petróleo, codiciado por poderosos y hábiles intereses extran-
jeros, ha sido todo un proceso de lucha, aún no terminado. Mientras
la soberanía nacional estuvo usurpada por las dictaduras de turno,
los intereses extranjeros se movieron a su discreción y conveniencia,
frente a la negligencia y el temor de los usurpadores. Los intereses
extranjeros contaron para su acción con sus propias fuerzas poderosas
y con su capacidad bien experimentada en el disfrute de la impotencia
ajena. Así alcanzaron cuanto era necesario para consolidar sus posi-
ciones de ventaja, en el control de lo mejor de la riqueza petrolera
nacional. A sus propios medios, siempre pudieron agregar el decidido
apoyo de los gobiernos de los países de donde provienen los inversio-
n i s t a ~extranjeros. No es, pues, de extrañar el cúmulo de dificultades
que se tuvieron que i r venciendo para llegar a alcanzar lo que puede
verdaderamente llamarse una participación razonable en la industria
petrolera. Y como este interés de los gobiernos de esos grandes países
inversionistas, a la vez grandes consumidores de petróleo, se acrecienta
en la medida en que se hacen más dependientes del comercio inter-
nacional de esta fuente de energía, tampoco puede extrañar el continuo
batallar que reclama mantener una participación razonable frente a
la dinámica que cambia las condiciones de actividad de la industria
petrolera. Todo esto también en relación directa a la defensa de los
precios, eje y base de esa participación, como a la vez constituye
objetivo central de los compradores realizar sus operaciones a los
menores precios, olvidados siempre de lo que de palabra se ofrece
como contribución al desarrollo de los pueblos atrasados.
E n su primer período (18 de octubre de 1945 - 24 de noviem-
bre de 1948) el Gobierno Democrático, apenas tuvo tiempo de co-
menzar a definir una pa).ficipación raxonable y formular sus prin-
cipios básicos. Por primera vez se entró a investigar las cuentas
d t l las empresas y a analizas los estados de ganancias y pérdidas
resultantes de su contabilidad. Se echaron así las bases para de-
terminar los límites de lo que pudiera ser la pnrticipación razonable.
en función de la utilidad n e t a , también razonable, justificada por el
capital invertido para producir las ganancias en la explotación del
petróleo, y como aplicación equitativa de este principio se dictó el
Decreto No 112 del 31 de diciembre de 1945.(l) Circunstancialmente
las condiciones del momento conducían a que la elevación de la parti-
cipación hasta un nivel por lo menos igual a la utilidad neta de las
empresas, bajaba esa utilidad neta a un nivel aceptable en su relación
al capital. Al mismo tiempo, la participación se elevó considerable-
mente. Fue lo que entonces se denominó participación d e 50-50, por
el acercamiento de la participación a las utilidades y aun cuando el
resultado conjunto necesariamente haría siempre mayor la partici-
pación. En ningún momento se consideró esta fórmula como algo
estático ni permanente; por el contrario, se informó al Congreso y
a la opinión pública en aquella oportunidad, que la situación tendría
que revisarse periódicamente. Pero luego las empresas elaboraron
el alcance de la f ó r m u l a 50-50 con un sentido diferente, especialmente
dirigido a moderar las repercusiones internacionales que produciría
la medida adoptada por Venezuela.
Desde aquella misma época, el Gobierno Democrático además
de aplicar al sistema de concesiones petroleras vigentes la doctrina
económica de servicio púbiico y de consiguiente utilidad razonable,
a su vez determinante de la participación, también razonable, se
preocupó de iniciar la defensa de los precios, como base que son éstos
de las ganancias que proveen para la participación y las utilidades.
Por primera vez en la historia mundial del sistema de concesiones
petroleras, un Gobierno dispuso recibir en especie las regalías que
se le atribuyen por el sistema, para ofrecerlas en venta pública en
los mercados internacionales. La situación predominante en los
mercados petroleros después de terminada la Segunda Guerra Mun-
dial, fue una demanda con crecimiento más rápido que el de las posi-
bilidades de producción y transporte. Con todo, los consumidores
internacionales pretendían retener el nivel de los precios del petróleo
congelados durante la guerra, y no obstante la situación del mercado
Y las alzas desbocadas de precios para los artículos manufacturados.

(l) Ver Capítulo "Sobre l a Reforma de 1943 y el Decreto No 112 del 31 de


diciembre de 1945".
Desde entonces -la historia de ahora y de siempre- el éxito de los
fuertes de vender caro a los débiles, mientras les compran tan barato
como sea posible, sin reparos de ninguna clase. Con la licitación de
las regalías Venezuela rompió el cerco de los precios congelados, Y
fue así como las ganancias se elevaron en 1948 y 1949 a niveles razo-
nables, mejorando la participación del país en la explotación de su
riqueza colectiva fundamental.
E n 1949 la República quedó de nuevo indefensa bajo poder de
una dictadura usurpadora, circunstancia naturalmente propicia para
otra embestida de los intereses extranjeros, siempre a la caza de todas
las oportunidades. Aquel mismo año iniciaron la revisión de los
contratos de primas en los precios de las regalías, y hasta las fói-mulas
tradicionales para estimar su valor fueron revisadas en favor de los
concesionarios. De todos modos, 1949 resultó un año atípico por el
arrastre que en la materia petrolera mantuvo la acción de la demo-
cracia. Por esto, para considerar la participación durante el período
de la dictadura, debe restringirse el período de 8 años que van de
1950 a 1957 como el período neto de indefensión de Venezuela. Sobre
la participación percibida durante esos años, que aun así recibió
parcialmente las ventajas provenientes de los principios básicos esta-
blecidos en el período democrático anterior, se evaluará lo logrado
nuevamente por la democracia desde 1958 hasta 1964.
E n los ocho años de dictadura bajo consideración, 1950 - 1957,
la producción alcanzó la cantidad de 5.866 millones de barriles, que
es más de 17 por ciento superior a los 4.995 millones de barriles
producidos por Venezuela en sus 33 años de historia petrolera, que
van desde 1917 hasta 1949 inclusive. Los ingresos totales obtenidos
por las concesionarias en sus operaciones llegaron a Bs. 44.226 millones
al manejar la enorme producción de los 8 años que se analizan. Pese
a los ajustes de precios resultantes de las gestiones de 1949, con la
Guerra de Corea en 1953 y la crisis del Canal de Suez en 1957, el
ingreso por barril de petróleo dio un promedio de Bs. 7,54 resultante
de la influencia de los precios excepcionales de las crisis mencionadas.
La participación total recibida por el Estado de los Bs. 44.226
millones de ingresos alcanzó a Bs. 14.203 millones, es decir, el 32,11
por ciento, que es un poco menos de una tercera parte de los ingresos.
Frente a esa participación se encuentra la utilidad n e t a de las conce-
sionarias, Bs. 12.705 millones, que significa el 28,72 por ciento de
los ingresos. Las concesionarias recibieron como utilidad n e t a un
poco menos de lo que dejaron al Estado por participación total; la
relación fue de 47,22 - 52,78, como consecuencia de la previsión legal
de que la pai-ticipación del Estado nunca resultase inferior a la de
la utilidad de ninguna de las concesionarias; con ello necesariamente
resultaba un total consolidado para el Estado mayor al 50 por ciento.
Desafortunadamente, esa previsión legal se aplicó automática y rígi-
damente, descuidando la base principal de evaluación que se encuentra
en la relación z~tilidad n e t a y capital invertido para producir esa
utilidad.
El capital invertido e n activo fijo neto es el concepto de capital
que por la mayor certeza generalmente se utiliza para evaluar con
precisión la relación utilidad-inversión. En los usos corrientes del
comercio, J- muy señaladamente en los de las empresas que se encuen-
tran en relación con el Estado, cumpliendo actividades de concesio-
narias de servicios públicos o en otras explotaciones de bienes nacio-
nales, lo que se considera capital circulante o de trabajo varía a juicio
del concesionario, pero en una administración sana es posible lograr
mantenerlo compensado con el pasivo circulante. De aquí resulta la
conveniencia lógica de medir la relacion de la utilidad con el A F N .
En el período de la dictadura el AFN de la industria se inicia en 1950
con Bs. 5.021 millones, para encontrarse en 1957 en Bs. 9.002 millones.
P e r ~el promedio del período es de Bs. 6.036 millones y como el pro-
medio de las utilidades fue de 1.588 millones, el nivel medio de rendi-
miento del A F N fue de 26,30 por ciento, muestra indiscutible de la
indefensión del Estado y de la insaciable codicia de la empresa pri-
vada, cuando campea a sus anchas sin la vigilancia que reclama el
interés colectivo.
La contribución n e t a que dejó al país la industria petrolera en
los ocho años de auge excepcional llegó a la cantidad de Bs. 20.207
millones. Está constituida la contribz~ciónn e t a por la participación
total más los sueldos y remuneraciones pagados en Venezuela, cantidad
que llegó a Bs. 6.004 millones. Esta contribución n e t a recibida por
el país representa el 45,69 por ciento de los ingresos totales, obtenidos
por las concesionarias en el período (Bs. 44.226 millones).
En los siete años de democracia, transcurridos desde 1958 hasta
1964, nuevamente el Estado volvió a asumir la responsabilidad de
cuidar de los intereses colectivos de la riqueza petrolera de los vene-
zolanos. Con el propósito de reivindicar la participación razonable
que debe dejarse al país, el Gobierno ha venido tomando las medidas
adecuadas para cambiar radicalmente la estructura del reparto que
hacían a su favor los concesionarios, como a bien tenían. En estos
últimos siete años la producción acumulada llegó a 7.665 millones de
barriles. La tasa anual de crecimiento fue así de 4,03 por ciento,
conforme a lo que el Estado consideró más razonable para el país,
que no era precisamente lo querido por los concesionarios, siempre
en busca del mayor volumen del negocio. Pero ellos entienden así
la explotación de los recursos naturales que se agotan. Con el auto-
control de producción, casi se cortó a la mitad la tasa de crecimiento
impuesta por los concesionarios durante el último período de dictadura.
Los ingresos totales de los siete años sumaron Bs. 53.506 millones,
que por unidad de producción dan Bs. 6,98, es decir, Bs. 0,56 menos
que durante el período anterior. La disminución refleja la presión
sobre los precios que se viene ejerciendo desde la anticipada reapertura
del Canal de Suez, circunstancia aprovechada abierta y decididamente
en la campaña desplegada por los grandes países consumidores con
el propósito de beneficiarse de las necesidades y atraso de los países
exportadores de petróleo. La reducción en los ingresos por unidad
es importante, significa un descenso de 7,4 por ciento, que se acrecienta
con las alzas ocurridas en los bienes y servicios que tienen que impor-
t a r los exportadores de petróleo. Todos los precios de los productos
de los países industrializados y fuertes siguen una línea constante
de elevación. No obstante su vulnerabilidad económica, pero cons-
ciente de las consideraciones de geopolítica que hacen las grandes
potencias y de la dependencia de los países desarrollados del petróleo
importado para cubrir necesidades de energía, Venezuela viene ha-
ciendo lo necesario para conducir sus operaciones con petróleo en
tal forma que resulta el país exportadcr menos afectado por la baja,
mucho más pronunciada en otros países exportadores, siendo de
advertir que entre los exportadores figura la poderosa Unión Soviética.
Esta materia de precios corresponde tratarla en la acción desarrollada
en el plano de los otros principios básicos de la política petrolera,
cuya acción especial cubre la defensa de los precios. E n lo que res-
pecta a la participación razonable y a la evaluación de lo logrado en
este sentido, lo que se hace necesario es tener en cuenta la realidad
de la reducción de los ingresos por unidad de petróleo producido,
porque sin esta anormalidad mucho mayores resultarían las contribu-
ciones recibidas por el país de su principal recurso natural.
Por convenir a la Venezuela actual y a la del futuro se desaceleró
la tasa de aumentos desbocados que habían impuesto los concesio-
narios, y aun así disminuyó también el ingreso por unidad producida.
Con todo, el país obtuvo una participación total substancialmente
mayor, tanto en términos absolutos como en términos relativos. Con
la producción de 7.665 millones de barriles en los 7 años, los ingresos
alcanzaron a Bs. 53.506 millones y con base en estos ingresos la parti-
cipación total se elevó a Bs. 21.787 millones, obteniendo así el 40,72
por ciento de los ingresos.
Contra menos de u n a tercera parte recibida durante la dictadura,
lu democracia logró sobre dos quintas partes, en circunstancias de
menores aumentos de producción y de mayores dificultades de mer-
cado. Además, la industria pagó por sueldos y otras remuneraciones
de trabajo Bs. 6.004 millones en los 8 años del período 1950-1957,
cuando la industria se expandía y reclamaba un mayor empleo. Pero
pagó más, Bs. 7.347 millones, en los sólo 7 años del régimen democrá-
tico, de necesario auto-control y de retracción de actividades de la
industria por su reacción frente a la nueva política petrolera por las
dificultades para mantener los precios del producto. De consiguiente,
no solamente la participación total del Estado se elevó bastante, sino
que añadidos los pagos por trabajo realizado en el país, la contribución
neta total resultó también mejor y hasta aceptable. Todo esto se
puede analizar específicamente en los cuadros y gráficos que van en
los anexos, como demostración del curso seguido por los aconte-
cimientos.
Se comprende que las ventajas recibidas por el Estado para los
venezolanos y por el país en su conjunto, como incrementos de la
contribución n e t a del s e c t o ~petróleo, tienen que haber salido del otro
lado de la relación Estado-industria foránea. Conocido el hecho de
la disminución de los precios, afectando el volumen de ingresos de la
industria, la mayor contribución que obtuvo el país resulta necesaria-
mente en una disminución importante de las utilidades netas de los
concesionarios. Pero esto era lo justo y necesario, como era de injusto
y criticable el exagerado aprovechamiento realizado durante el período
de indefensión de los intereses de Venezuela.
La utilidad promedio de 26,30 por ciento como ganancia neta
del Activo Fijo Neto, en cada uno de los 8 años del período de la dicta-
dura, resultaba una exacción injustificable, cualquiera sea el punto
de referencia o el sentido en que se le mire. Por ello era evidente
que había paño en donde cortar para cubrir más justamente las nece-
sidades del pueblo, dueño de la riqueza natural que explotan los conce-
sionarios. Se cortó de esas ganancias exageradas de la industria
tanto por la vía directa de la tasa del Impuesto sobre la Renta, como
por la vía también eficaz, aun cuando indirecta, de mantener los
niveles de pago de las regalías que pertenecen al Estado, muy por
sobre los precios ciertos de realización. E n otra forma, como lo han
entendido los concesionarios, lo que importa en el fondo es la justicia
del equilibrio económico de la concesión. En los años de desgobierno
este equilibrio se rompió y se mantuvo roto en favor de los concesio-
narios, siendo natural que al restablecerse las proporciones justas,
en situaciones de dificultades mundiales de la industria del petróleo,
se iniciara la nueva situación con efectos que significaron algún des-
equilibrio en favor del país.
Elevada la tasa de impuestos en diciembre de 1958, la adminis-
tración que tomó la medida tuvo en cuenta la irrealidad de los precios
que aún pagaban las empresas por las regalías, y la necesidad de
los ajustes que la industria venía reclamando en relación a varias
cargas que la afectaban. Con estos ajustes la elevación del Impuesto
se habría reflejado menos marcadamente en la disminución de utili-
dades de los concesionarios, pero una vez iniciado el Gobierno Consti-
tucional se decidió mantener rígidamente todas las condiciones econó-
micas que favorecieran al país. La decisión resultaba justa porque,
de una parte tomaba en cuenta el excesivo disfrute del pasado, y de
otra parte había la expectativa de que bajo la presión de una carga
ligeramente abultada, se acelerase todo el movimiento de la industria
hacia la compensación que necesitaba alcanzar, aumentando la eficacia
de su operación.(l)
Todavía en 1958, sin reflejarse los ajustes de los precios en los
ingresos de aquel año, la utilidad neta fue 16,74 por ciento del AFN,
pese a la elevación del Impuesto sobre la Renta y a la negativa de
ajustar ninguna de las cargas que protestaban las empresas. Pero
en 1959 el porcentaje bajó a 12,87 por ciento que, tratándose de un
promedio, implica utilidades inferiores para algunas empresas aun
cuando también implica para otras utilidades superiores. Con base
al rendimiento del capital en la industria petrolera, y apartadas las
situaciones de excepción, por ello inaceptables como puntos de refe-
rencia, de los grandes productores del Medio Oriente, puede conside-
rarse un nivel de seguridad de rendimiento promedio u n 15 por ciento
del AFN. De consiguiente, el 12,87 por ciento a que cayó el rendi-
miento tenía que vigilarse con cuidado, como en verdad se hizo, para
no provocar irracionaimente reacciones perjudiciales para el propio
país.
E n 1960, pese a las continuadas dificultades internacionales, el
rendimiento inicia su recuperación, como se esperaba. Ese año la
utilidad neta representó el 13,12 por ciento del AFN, para remontarse

) La gestión del Gobierno Constitucional se dificultó por razón de que el Go-


bierno Provisional había inici¿ldo conversnciones coi1 las p r i n e i l ~ a l ~coinpa-
s
11ías con el propósito de aceptar ajustes tenidos en cuenta al elevar las tarifas
del impuesto.
en 1961 a 16,16 por ciento, que ya entonces pudo considerarse satis-
factorio.
Todo, pues, fue ocurriendo como se había esperado. La tendencia
a mejores rendimientos continúa en 1962, y al analizarse los resultados
finales de ese año se encontró que ya el nivel de utilidad neta se había
elevado a 19,91 por ciento. Superado tan ampliamente el nivel de
15 por ciento, que es una buena guía de justo equilibrio económico
de la relación Estado-concesionario, llegó el momento de considerar
nuevas medidas para elevay más aun la participación del país en su
riqueza petrolera. Desde entonces se viene persiguiendo este objetivo,
pero mientras tanto la utilidad neta no cesa de subir, habiendo llegado
hasta el 21,17 por ciento en 1963, según los datos verificados el año
pasado. Estos resultados hacen más imperativas las medidas de
reajuste de la participación que corresponde a Venezuela.
Las medidas por adoptarse tendrán que ser ahora más selectivas
o progresivas para basarse en la capacidad de contribución del conce-
sionario. ( l ) Es bien conocido que las diferencias de niveles de utilidad
en la industria petrolera son mucho mayores que en otras industrias
en general, ya que el petróleo, como industria realmente aleatoria,
basa su rentabilidad en la mayor o menor riqueza de los campos que
se tenga la suerte de descubrir. Por esto la selectividad del impuesto
en la industria petrolera no desestimula eficiencia, sino que permite
al Estado concedente hacer mejor justicia al adaptar su participación
a la mayor o menor suerte del concesionario.
Aun cuando no se han tomado todavía medidas de nuevos ajustes
de participación, y aun cuando la estimación de la utilidad en 1964
puede indicar un 22 poi- ciento, el promedio para el periodo de los
7 años es de 17,16 por ciento, que está 9,15 puntos por debajo del
promedio de utilidades del período 1950-1957. Esta reducción drástica
de las exageradas ganancias de las concesionarias es la que básica-
mente permitió las ventajas obtenidas por Venezuela que quedan
enunciadas.
Para medir la magnitud de las utilidades de las empresas debe
observarse que los 9,19 puntos tumbados al nivel alcanzado en el
período anterior, que fue de 26,31 por ciento, dan una proporción de
reducción de más de una tercera parte: el 34,93 por ciento. La dismi-
nución también es notable en cantidades absolutas cuando se proyecta
el nivel de 17,12 por ciento del período actual al período anterior. El
17,12 por ciento del A F N promedio 1950-1957, que fue de Bs. 3.036

(1 ) Ver Capítulo "Reforma Tributarla".


millones, habría dado una utilidad anual de Bs. 1.028 millones, que
es inferior en 560 millones a los Bs. 1.588 millones sacados del país
como utilidades por los concesionarios en cada uno de aquellos 8 años.
Por este solo respecto, al nível actual, que ya hemos visto ha debido
ajustarse de nuevo, los concesionarios se llevaron injustificadamente
un total de Bs. 4.450 millones. E n el gráfico de líneas divergentes
de los índices de participación total, contribución neta, ingresos y
zctilidades, -"Tendencia de Reparto de Ganancks del Petróleo"-
haciendo de base 200 los promedios 6950-1957, se puede apreciar
c!axmc.ntc el curso de separación de las ventajas y ajustes que se
analizan.
La participación total por barril de petróleo producido fue de
Bs. 2,42 en el período 1950-57, pero subió a Bs. 2,84 en el que terminó
en 1964. Por otra parte, la utilidad de los concesionarios, que se
mantuvo durante el primer período en Bs. 2,17 por barril, bajó en
el segundo período a Bs. 1,41, es decir, Bs. 0,76 menos por barril. Se
observará que la disminución de las utilidades de las empresas es
mayor que el aumento de la participación del Estado. Ello se debe
a que también tuvo que descontarse de la utilidad la reducción del
ingreso por barril, que fue de Bs. 0,56, porque la economía en los
costos no compensó sino parcialmente la disminución del ingreso.
L a participación e n las divisas petroleras es otra modalidad de
percepción de ingresos por el Fisco con motivo de las actividades
petroleras. Repetidamente la industria pretendió llevar a la conta-
bilidad de sus contribuciones las ganancias obtenidas por el Estado
en la reventa de las divisas petroleras. Por otra parte, se quiso
computar esas ganancias como ingresos fiscales de impuestos indi-
rectos sobre el consumo. Ahora la cuestión prácticamente ha desapa-
recido, mostrándose con ello que las ganancias de la Nación por con-
cepto de venta de divisas petroleras no constituye exactamente un
impuesto indirecto al consumo. Ese ingreso fiscal resulta propiamente
de las actividades de exportación de la industria petrolera, que es a
través de la cual ingresarán al Fisco en lo adelante. Pero tampoco
tenía razón la industria cuando procuró imputar semejante ingreso
fiscal en el sistema establecido para la participación del Estado.
Buscaba, al elevar de ese modo la participación del Estado más allá
del nivel de mitad y mitad, distanciar al país de su objetivo, de recibir
una participación raxonable en la explotación del petróleo. Bien re-
afirmado ahora el principio de que la participación razonable no es
nada que pueda atarse a una relación directa con la utilidad que deven-
gue la industria, sino que primero y antes que nada la vigilancia por
el Estado -que la práctica de dicho principio presupone y exige-
va dirigida a impedir que los concesionarios retengan ganancias por
encima de los niveles generalmente aceptados en los mercados de
capitales, como una justa remuneración de la inversión representada
por el Activo Fijo N e t o que produce la ganancia, quedó expedito el
camino para llevar a su verdadero campo las percepciones fiscales
resultantes del intercambio de las exportaciones de petróleo.
Para 1948 un resultado circunstancial de la comparación de las
utilidudes netas de la industria con la pnrficipación razonable del
Estado. indicaba una relación de un poco menos dc la mitad para la
industria y el otro poco más de la mitad para el Estado. Después
de los reajustes en el nuevo pei*íodo iniciado a finales de 1958, los
~esultadosde la comparación muestran una relación de 35-65 ese año
de 1958, que todavía baja más en 1959 y 1960, cuando se coloca en
32-68, y los niveles de utilidad de la industria se sitúan peligrosamente
p ~ debajo
r de los pmnzedios aceptables e n reiación al A F N , para luego
volver a elevarse a 34-66 en 1961 y 1962. En 1963 !a situación es
diferente y muestra que la relación utiliclnd-j?articipación no es un
hilen indicador de la iiisticin de la participación porque no toma en
cii~nta que la utilidad de los concesiona,rios resulte excesiva. Ese
sño la relación que se analiza vuelve a baiar para las emnresas, si-
tuándose en 33-67; pero el 33 de 1963 contiene una utilidad menos
aceptzble que Ia contenida en la relación de 34 del año anterior;
mientras en 1962 la relación zifilidad npfn-AFAT se encontraba en el
19.91 por ciento, esta relación se remonta hasta 21.17 por ciento en
1963, cuando en cambio la relación ~itilidad-pnrfic@c(ción parecía más
favoiablc al Estado, al situarsi. en 32-67. Av-iiiioncadas por la política
correcta de parficipación m i o m h l ~del Estado, las pmnresas se afa-
naron en lograr -y lograron- ajustes alxe aumentaron la nroduc-
tividad, por lo cual la compiiracih ?cti7irZnd-pn?~ficinnción perdió conti-
nuidad y mostró su limitación como guía de equidad en la repartición
de las ganancias. El énfasis, pues, ha de ponerse y mantenerse en
el más fiel indicador: el Activo Fijo Neto (AF'N) y su rendimiento,
o utilidad neta (UN). E1 AFN es la medida segura de la inversión
real -sujeto de remuneración- y la utilidad neta de la industria se
deberá comparar con la inversión real (AFN) para decidir si está
justificada o es excesiva. E s este el procedimiento iiniversalmente
aceptado para, la regulación de los servicios públicos, en los que el
interés colectivo es el elemento predominante. En la explotación del
petróleo el interés colectivo está consagrado en el ordenamiento jurí-
dico de la República, por lo cual el Gobierno tiene la responsabilidad
de defender la participación razonable que corresponde a la Nación.
La niz.elación dc La tasa de cambio, que por muchos respectos
bien conocidos debió aplicarse desde hace tiempo, al llevar los ingresos
fiscales por ganancias en las divisas petroleras a las actividades de
explotación de la industria, campo que le es propio, producirh también
dificultades en la continuidad de las comparacio~les que conviene
realizar con el mayor cuidado. De consiguiente, es imperativo recor-
dar siempre que la base de toda evaluación debe ser el A F N que gane
la utilidad n e t a ( U N ) necesaria y justa. También es preciso, cuando
se trata de i n ~ e ~ s i o n i s t aforáneos,
s reconocer la conversión que han
de hacer para recibir la remuneración que se les hubiese considerado
aceptable para el capital invertido en moneda extranjera, que no se les
permite revalorizar o ajustar al nuevo nivel de cambio. A los efectos
de la p n ~ t i c i p a c i ó n i.axonaOle que resulta de una relación también
razonable utilidad-AFN, se tiene que lzacer la referencia al cambio
real actual de las utilidades y al cambio real del pasado de las inver-
siones, operación que sólo puede realizarse en teoría y a los dichos
fines solamente, puesto q!ie la revalorización es inaceptable en cuanto
a los efectos en las amortizaciones J- clepreciaciones. ( ' )
Las anzortinnciones y depreciaciones constituyen otro factor de
incremento de los ingresos fiscales provenientes del petróleo, por
consecuencia de la nivelación del cqmbio que se hizo necesaria. Las
inversiones extranjeras, como antes se anotó, una vez contabilizadas
en moneda nacional, en ia forma correcta y cierta en que se ejecuten,
no pueden ser ajustadas más tarde por ningún respecto, puesto que
afectarían los impuestos y contribuciones. En la industria petrolera,
la mayor inversión de capital extranjero en Venezuela, sus 8.500 mi-
llones de Activo Fijo de 1962, representaban el 80 por ciento de todas
las inversiones extraiijeras en Venezuela ; esa cantidad representaba
en dólares la suma de 2.751 millones. Con la nivelación cambiaria esa
inversión, que continuó siendo Bs. 8.500 millones en 1963, se trans-
formó para los inversionistas en $ 1.932 millones, a causa del cambio
a 4,40 en vez de los 3,09 que regían para la época de la inversión. La
diferencia representa $ 819 millones, en el valor de recuperación para
la inversión extranjera. E s una diferencia práctica palpable en las
amortizaciones y depreciaciones que se pensaba sacar de Venezuela
a la misma tasa de cambio de las divisas en que vino la inversión.
Ahora se seguirán amortizando y depreciando Bs. 8.500 millones, a

(') Vei. Capítulo "Refoi-ma Tiihutaria"


la misma tasa de amortización que se venía aplicando, pero al conver-
tirse los bolívares en divisas extranjeras a la nueva tasa de cambio
producirán solamente los $ 1.932 millones indicados antes y no los
2.751 millones que habrían salido a la tasa anterior.
Con las amortizaciones y depreciaciones que saldrán de Venezuela
la economía nacional se dejará de empobrecer más o menos en la
mitad de la diferencia de $ 819 millones, diferencia que representa
el 29,77 por ciento del AFN. Semejante enriquecimiento cambiario
se percibirá en porciones anuales que acrecen la participación total
del Estado, por cuanto la menor cantidad de divisas reclamadas por
la amortización y depreciación preestablecidas pasará a ser ganancia
imponible. Solamente desaparecerá este ingreso extraordinarb en
la medida en que nuevas invei-siones vayan contabilizándose a la nueva
tasa de cambio. Tan substancial enriquecimiento del país habría
podido llegar a constituir una injusticia para el inversionista extran-
jero si a éste sus niveles de ganancia no le permitieran hacer los
apartados convenientes para mantener el ritmo de amortización en
moneda extranjera que venía siguiendo. En el caso del petróleo se
deja visto que no puede haber el menor remordimiento por este efecto
remoto de una medida por otros respectos indispensable. Con ese
efecto no hace más que corregirse una situación que en todo caso tiene
que atenderse para aplicar la justicia económica en las relaciones
Estado-concesionaria. Se tiene estimado que por la reducción en
amortizaciones la participación total unitaria se elevará en un 4 a 5
por ciento.
Los precios de realizaciones de cada empresa, que sirvieron de
base para la recaudación de la participación total, son objeto de revi-
siones de coritrastación con los niveles generales que obtuvo la indus-
tria en su conjunto en los distintos mercados petroleros. De estas
revisiones resultan reparos fiscales que pasan más tarde a incrementar
las recaudaciones de la pan5cipación total. Las dificultades que se
producen a posteriori tenderán a irse reduciendo en la medida en que
los trabajos preventivos de la Comisión Coordinadora de la Conser-
ración ?-j el Comercio de los Hidrocarburos evite las ventas que se
salgan de los niveles aceptables, en las operaciones que se van reali-
zando con petróleos similares poi los diferentes concesionarios. Pero
en el período en análisis aún resultan reparos substanciales que, con
base a los datos conocidos, pueden estimarse que aumentarán la parti-
cipi7ción totcd del Estado en esos año;; en un 6 por ciento. ( l )

(1 ) Ln trnnsawiiii accl~tnria re:liicr signiiicativninente el lwrcentaje estimado.


Conclusión. La política de defensa y conservación del petróleo se
centra en la vigilancia para mantener una participación razonable
en el petróleo que se extrae. Este principio central de la política
petrolera está complementado con los otros principios básicos de esa
política, que se analizan después, pero la participación razonable es el
objetivo principal e indicador más importante del éxito alcanzado.
Para evaluar la participación razonable durante el período democrá-
tico 1958-1964, se la contrastó con la participación obtenida durante
el período anterior de 8 años.
Resumiendo los avances logrados se midió la participación total
directa, añadiendo los incrementos fiscales obtenidos por otros con-
ceptos, también directamente conectados a la industria del petróleo.
Todo ello se complementa con la cuestión básica que sirve para deter-
minar lo razonable de la participación, constituida por la utilidad n e t a
de la industria, que también debe ser razonable. Este resumen en
números se presenta así:

Partiripación y Utilidad Neta

Dif erencic~
1930-1957 1958-1964 Abs. (6

Ingreso por barril 7,54 6,98 0,50 7,4Z


-- - -
- .- -- ---- .
--. .-- --- ..- -.-

Participación total 2,42 2,84 0,42 17,36


Divisas Petroleras 0,22 0,71 0,49 22,30
Niv. Cambio Amortización - 0,14 - -

Reparos de Precios - 0,17 - -

TOTAL PARTICIPACION 2,64 3,86 1,22 46,22


Utilidad Neta 2,17 1,41 0,76 - :!5,03
Relación Utilidad/Total Parti-
cipación 42/55 27/73

Los datos de este cuadro son una síntesis del Cuadro "Sector
Petrolero - Cuentas y Relaciones Varias 1950-64" (ver Cuadros y
Gráficos) .
Se hace evidente de las cifras anteriores el adelanto alcanzado.
Pese al deterioro de precios, el Estado percibe por unidad de petróleo
producido más dci 46:; más de lo que percibió en el período 1950-57,
mientras la industria percibe 35 por ciento menos de utilidad neta por
barril. Resulta así una relación de 27/73 en vez de los 42/55 del
período anterior. Pero se deja igualmente establecido que esta rela-
ción no tiene significación determinante, puesto que la relación que
cuenta es la de la que la utilidad neta represente en función del Activo
Fijo Neto, que también se deja aclarado, ha alcanzado en los dos
ultimas años niveles tan elevados que justifican un reajuste selectivo.
Quienes tienen la suerte de explotaciones más rendidoras son quienes
habrán de ajustarse, contribuyendo así a un nuevo aumento de la
participación total del Estado.
COMISIO~\JCOORD11\1ADORA DE LA CONSERVACION Y EL
COMERCIO DE HIDROCARBUROS

L a C o m i s i ó n C o o r d i n a d o r a d e la C o n s e r v a c i ó n y el C o m e r c i o de
los H i d r o c a r b z w o s constituye el segundo de los ángulos del "Pentágono
de Acción" de la p o l i t i c a petrolera. Es el instrumento de defensa de
los precios para evitar el despilfarro económico del petróleo, que se
agota sin posibilidad de renovarse. Desde 1945 el Gobierno Demo-
crático reconoció la necesidad de tomar parte más directa en la eco-
nomía de la industria petrolera que administra las concesiones otor-
gadas. Se inició entonces la revisión y consolidación de cuentas de
los concesionarios, como base para determinar la p a r t i c i p a c i ó n razo-
n a b l e que debía obtenerse del petróleo. La p a r t i c i p a c i ó n r a z o n a b l e
reclamó intervenir en la economía de la industria para ver cómo y
hasta dónde debían partirse las ganancias obtenidas, lo cual, lógica-
mente, conduce a la cuestión de ia defensa de los precios, que consti-
tuye precisamente el eje económico de toda actividad industrial.
Desde aquella época la defensa de los precios exigió que él Estado
actuase vigilantemente y fue así como llegó a la decisión de licitar
las regalías petroleras, para precisar hasta dónde el mercado elevaría
los precios por sobre los arbitrarios niveles fijados a las cotizaciones
publicadas. El éxito de aquella acción fue evidente y grabó en la
mente de los venezolanos la necesidad de que el Estado tome parte
activa en la economía de los concesionarios de petróleo. Por esta.
razón, al asumir el poder el Gobierno Constitucional en 1959 se vio
impulsado a crear la C o m i s i ó n Coordinaclora,, como instrumento per-
manente de acción en la defensa de los precios, la base de la economía
de la industria y consiguientemente de la p a r t i c i p a c i ó n del E s t a d o .
No se trató entonces de llevar al mercado abierto el petróleo de las
regalías para fijar los precios más elevados que se pudieran conseguir,
sino, al contrario, se trataba de restringir o limitar las ofertas de los
concesionarios, urgidos de aumentar sus ventas aun con el detrimento
inevitable de los precios.
Las condiciones imperantes, mostrando un excesivo potencial de
producción disponible en todos los centros de producción mundial,
reclamaban la acción que sirviese para coordinar la producción a las
posibilidades de la demanda, constantemente en crecimiento pero in-
elástica a los efectos de los cambios en los precios. La Comisión Coor-
d i n a d o ? . ~viene sirviendo en Venezuela tal propósito, y todo hace espe-
r a r que los otros centros productores seguirán este ejemplo, lo que
la conservación de sus recursos petroleros recomienda. Por lo demás,
fue Estados Unidos, el mayor productor de petróleo del mundo, el
primero en apreciar la necesidad de crear estas agencias de coordi-
nación de los potenciales disponibles de producción, para ajustarlos
a los rígidos límites de la demanda y evitar el inútil despilfarro econó-
mico de tan valiosos recursos naturales no renovables.
La necesidad permanente de coordinar la producción con la de-
manda, atendida primero en Estados Unidos y Canadá y luego en
Venezuela, es una necesidad impuesta por la naturaleza del comercio
del petróleo que pronto, como se ha dicho, habrá de extenderse a los
demás productores de petróleo y muy señaladamente a aquellos que
concurren al comercio internacional del producto. Como un primer
paso hacia esta universalización de coordinar la producción para
ajustarla a la demanda, desde 1960 fue creada la Organización de
Paises Exportadores de Petróleo, sobre la cual se tratará más adelante.
Buen estímulo para la creación de esa Organización fue la creación
y funcionamiento previo en Venezuela de la Comisión ~ o o r d i n a d o r a .
Como es fácil comprender, el éxito de la Comisión Coordinadora
se ha visto limitado por cuanto la producción de petróleo de Venezuela
va dirigida principalmente al comercio internacional. La eficacia de
la acción fuera del ámbito nacional queda parcialmente supeditada a
la acción concurrente de los otros países que participan en el comercio
internacional. E n este sentido, el principal éxito de la Comisión Coor-
dinadora fue servir de estímulo a la creación de la OPEP, que a su
vez va echando las bases que harán posible en el próximo futuro la
acción conjunta de todos los países interesados en la defensa de los
precios.
De todos modos, pese a los limitados efectos de la acción inde-
pendiente, aun sin los otros concurrir a la defensa, es evidente que
la Comisión Coordinadora ha frenado la acción bajista de las poderosas
fuerzas que presionan los precios internacionales del petróleo. Contra
todos los principios económicos que prevalecen, Venezuela ha logrado
que su petróleo lo paguen los consumidores que lo compran a precios
más altos que los que pagan por otras compras de petróleos equiva-
lentes, pero de otras fuentes de abastecimiento. Desde luego, seme-
jante anomalía no la logra la Comisión Coordinadora por su simple
acción, sino porque esa acción se fundamenta en la realidad de que
es imperiosa necesidad de los consumidores de petróleo mantener
abiertas las fuentes de suministro desde distintas regiones. Venezuela,
como gran centro exclusivo de producción en el Caribe, constituye
una fuente de gran seguridad de suministro y tal situación sirve de
base a la acción de defensa de los precios, aun cuando hasta ahora
haya tenido que tomarse independientemente de otros abastecedores.
El diferencial de precios logrado por Venezuela, con la acción
de auto-control ejercitada por la CCCC y la conciencia de la impor-
tancia que el petróleo tiene para los países consumidores que lo impor-
tan, ha sido también reconocido y explicado en los principales centros
de consumo. Recientemente un estudio sobre la política energética
de los países que integran el Mercado Común Europeo analizó la
cuestión de precios diferentes para un mismo artículo, el petróleo.
Allí se reconoció que la evidente anomalía tiene plena justificación
en la situación real del abastecimiento del producto y en la necesidad
de mantener abiertos diferentes canales de suministro a un razonable
nivel de volumen de utilización. Igual reconocimiento práctico de
la situación se observa tanto en Estados Unidos como en Canadá J'
en otros centros de consumo. Ultimamente y en forma oficial Francia
señaló específicamente la conveniencia de entrar en relaciones directas
para posibles intercambios con las agencias apropiadas de países
exportadores, destacándose nuevamente el caso de Venezuela.
El diferencial que obtiene Venezuela en casos típicos de petróleo
de Oficina y de Tía Juana Ligero o Mediano en un centro de entrega
característico como Londres, se aprecia claramente en la tabla que
sigue :
PRECIOS COMPARATIVOS D E PETROLEO D E V E N E Z U E L A
Y D E L MEDIO O R I E N T E ENTREGADO E N LONDRES
(Dólares por barril)
PRECIO
Petróleo Puerto de Precio
embarque Cotizado Realizado Flete(1) entregado(2)

Oficina (35O) Pto. L a Cruz


Agha J a r i (34O) Randar Mashui.
Tía J u a n a La Salina
Ligero (31°)
Gach S a r a n (31°) Kliarg Island
L ~ w a i t( 3 l C ) Mena-al-Ahmadi
Tia J u a n a
Mediano (26O)
Khafji (26O) Ras-al-Khaf ji
Safaniya (27O ) Rastanura
(l) Computado a A t r s - 50
(2) Seguro y gastos de manejo no incluidos
( a ) Computado desde Mena-al-Ahmadi
Fuentes: Platt's, Diciembre 19, 1962; Enero 25, 1963; Febrero 19, 1963
Petroleum Intelligence, Febrero 4, 1963.

El diferencial en el caso de petróleo de Oficina resultó de 65 cen-


tavos con el precio de realización, y de 84 con la cotización oficial.
Representa una diferencia efectiva con petróleo de Agha Jari en Irán,
de 27 y 34 por ciento, respectivamente, y ello con el precio de reali-
zación de Agha Jari, que ya tiene un descuento de 19 centavos por
debajo de la cotización. E n el caso del Tía Juana Ligero, que se compa-
ra con el Gach Saran, de Irán, y con el petróleo de Kuwait, todos de
31" API, el diferencial va de 52 a 54 centavos con lo realizado efectivo,
y llega a 73 y 75 con la cotización del Tía Juana. E n porcentaje la
diferencia es de 25 y 34 por ciento, respectivamente. Similares son
los resultados con el Tía Juana Mediano, comparado con el Khafji,
ambos de 26", y el último proveniente de la Zona Neutral Arabia-
Kuwait.
Como fácilmente ha de comprenderse, las magnitudes económicas
representadas por tan alto diferencial, cada día en crecientes volú-
menes de petróleo, pesan seriamente en el ánimo de quienes pagan
esas diferencias. La CCCC tiene necesariamente que evaluar con
periodicidad la situación general que prevalezca, y como también
Venezuela tiene que mantener cierto nivel de ventas, es natural obser-
var los efectos de erosión en los precios que producen las presiones
de cargas económicas tan desequilibradas. Las refinerías de los
centros de consumo en las recetas económicas de las mezclas de precios
de petróleos similares, revisan sus proporciones con estimaciones Y
cálculos que no son propiamente económicos, y por ello son más difí-
ciles de apreciar.
Sin embargo, el tiempo muestra que trabaja de parte de los países
exportadores, que es la de la justicia y del reconocimiento de un valor
razonable de intercambio para una fuente de energía como el petróleo.
La ligera erosión de los precios es un efecto inmediato de inercia,
pero todo muestra que se afianza el sentido de responsabilidad de 10s
países exportadores de petróleo, que al presentar un frente unido más
solidario, harán más fácil de comprender a los compradores que debe
llegar el momento de restablecer el equilibrio económico de los precios
del lado que la justicia lo reclama.
E n la reunión de la OPEP en Djakarta, en diciembre de 1964,
se puso fin a la cuestión pendiente de cargar a gastos las regalías '
de los países del Medio Oriente. La solución adoptada no fue la que
todos habrían considerado más razonable, pero al apartar este asunto
quedó expedito el camino para atacar de frente el grave problema de
los precios. Además, con todo, la solución de las regalías juega tam-
bién indirectamente como factor significativo hacia el restablecimiento
del equilibrio de los precios. El arreglo aceptado por aquellos países,
con todo y lo menguado que es, cuando se toma en cuenta la situación,
dará a esos países un mayor ingreso de un poco más de 4 centavos
por barril, con vigencia para toda la producción de 1964, de 2.728
millones de barriles. E n el diferencial de los precios dejarán de pesar
$ 123 millones que se pagarán extra a esos países por la producción
del año pasado, y en la producción de 1965 la cantidad extra se elevarh
a casi $150 millones. Relativamente la cantidad es poca, un 3,2 poi
ciento del valor de realización de los petróleos de aquella región, mien-
tras el desequilibrio, como se ha visto, es del orden del 20 al 34 por
ciento. Pero 3,2 por ciento es una muestra significativa del curso
de los acontecimientos que deben venir, y también relativamente tiene
importancia porque está dentro del orden de más del 10 por ciento
del diferencial, que pesa en el sentido de evitar por lo menos la ten-
dencia al imbalance.
La misma Conferencia de Djakarta reanudó los pasos que van
directamente hacia la cuestión de los precios y dejó creado ya un
organismo que debe i r preparándose para funcionar similarmente a
la C o m i s i ó n C o o r d i n a d o r a de la C o n s e w a c i ó n y el Comercio de los
H i d r o c a r b u r o s , pero ya dentro del ámbito mucho más amplio de todo
el importante grupo de países que integran la OPEP. Hay razones
para esperar que sin grandes tardanzas y con el ejemplo práctico
presentado por la acción de la CCCC, puedan tomarse medidas efi-
caces para el esperado mejoramiento de los precios del petróleo.
La acción de la CCCC en la defensa y conservación del petróleo
fue la respuesta adecuada a la situación real que confrontaba Vene-
zuela con su petróleo. Los efectos de desaceleración de la tasa de
producción de petróleo, como resultado de las medidas de defensa y
conservación de esta riqueza, incluyendo la más razonable partici-
pación, encontraron plena motivación en lo que había que hacer con
el petróleo. E n otras palabras, la situación del petróleo determinó la
acción y los efectos que se han tenido con el petróleo. No fueron
],ropósitos extraños al petróleo, como lo habrían sido consideraciones
sobre la situación general económica del país -que lo habrían podido
ser- las que en forma alguna pesaron en las decisiones que hubo que
tomar. De todos modos, como es lógico y necesario, la extensión misma
de las medidas adoptadas tuvo que evaluarse y revaluarse frecuente-
mente para que lo uno no se dañara por lo otro.
Si el petróleo no pesara tanto en toda la vida económica de Vene-
zuela, la libertad de acción para su defensa habría sido menos difícil
de mantener. De aquí el peligro de la exagerada dependencia de pocos
factores de producción. Es más difícil y presenta siempre mucha
mayor inseguridad la vida de los países monoproductores y exporta-
dores. Pero si la exportación es variada y su importancia relativa
no es exagerada, se puede progresar con bastante firmeza y las accio-
nes defensivas ocasionales se adoptan con mayor seguridad. E n
Venezuela tenemos un caso claro de esta índole en nuestra producción
y exportación de mineral de hierro. Después de haber llegado a
exportar casi 20 millones de toneladas en 1960, cuando el país llegó
a ser el mayor exportador del mineral, drásticamente bajó la expor-
tación a menos de 15 millones de toneladas en 1961, y pasó los años
de 1962 y 1963 con poco más de 13 millones de toneladas cada año.
La situación internacional del mercado del mineral, con la entrada
de nuevos exportadores que isresponsablemente lo pelearon a costa
de los precios, condujo al corte de las exportaciones venezolanas, tan
significativamente como quedaba señalado, sin efectos dañosos para
el resto de la economía del país. La acción venezolana, que también
creó para este mineral una Comisión Coordinadora, puso en marcha
un movimiento similar al del petróleo que llegará a la integración del
frente común de los exportadores de mineral de hierro.
Con el petróleo la gestión de Venezuela tuvo necesariamente que
ser más conledida. Pero como el petróleo también es más importante
para los consumidores, los logros alcanzados con las medidas limitadas
tuvieron toda la significación que se deja analizada. La producción
de Venezuela sólo en 1958 sufrió una disminución absoluta al caer
de los 1.014 n~illonesde 1957, a 951 millones de barriles. Tenía que
hacerse un ajuste después del aumento extraordinario de 1957, por
causa de la crisis del Canal de Suez, que fue del orden de más del
11 por ciento. Exceptuándose 1958 la producción ha tenido constantes
aumentos que dan una tasa de aumento promedio para los 6 años de
1959 a 1964, de 4,03 por ciento, casi exactamente la previsión que
se hizo del crecimiento que debía esperarse dentro de las circunstancias
que prevalecían.
No hubo disminución absoluta en ninguno de esos años, pero
la desaceleración en la tasa de aumento hasta el nivel previsto de
4 por ciento llevó a menos de la mitad de la desbocada tasa de aumentos
que prevaleció durante el período 1950-1957. E n 8 años la producción
del año inicial se vio casi duplicada, mientras que a la tasa actual
de crecimiento la duplicación de la producción se tomará más de 18
años. ¡Cuánto aumento de garantía para el desarrollo seguro de la
economía de Venezuela! Con dos veces y cuarto más de tiempo para
aprender a usar mejor los recursos con que contamos, se tenderá a
actuar con mayor seguridad y eficiencia. Dieciocho años en vez de
ocho dan amplio margen para evitar errores que difícilmente podrían
compensarse más tarde. Las acciones que impuso la propia situación
del petróleo, determinantes de la desaceleración, difícilmente, si no
es que imposible, habrían sido aceptadas con propósito distinto al
de preservar y garantizar el desarrollo económico efectivo de Vene-
zuela. De no ser las circunstancias mencionadas, la intemperancia
creada por la especulación promovida por el crecimiento ficticio,
habrían impedido ver la conveniencia inmediata de frenar el creci-
miento del petróleo, único estimulante del falso auge. Parafraseando
a Huxley (l), se podría decir que, de haber la serpiente mantenido
su tentación, los habitantes de todos los edenes subdesarrollados
habrían continuado destrozando el Arbol para cambiarlo por bienes
de consumo, sin prepararse para el futuro. Debe agradecerse el éxito
del auto-control ejercido por la CCCC, a la colaboración impuesta
por la infranqueable barrera de la inelasticidad del consumo de petró-
leo, que hizo imposible aumentar la producción para obtener un
equivalente aumento de los ingresos. Se comprendió que el auto-

(1) Huxley, Aldous


"La Isla", Edit. S~idamericana,ed. 1963, pág. 177.
control era lo que con seguridad podría conducir, dentro de los límites
determinados por las circunstancias, a la meta de los mayores ingresos
deseados. Así se hizo, para lograrse, además, mayores contribuciones
del sector petrolero. Sin embargo, con los aumentos limitados de
producción, los aumentos de los ingresos quedaron limitados a esas
posibilidades.

LAS kESTRICCiONES PETROLERAS DE ESTADOS UNIDOS

Las restricciones petrolems de Estados Unidos, profunda inter-


vención en la libertad de empresa, y especialmente en la libertad del
comercio, fue otro element~~coadyuvante en la desaceleración del
desbocado aumento de la producción petrolera. La necesidad de
proteger su industria nacional condujo a esa intervención, tendiente
a corregir los efectos destructores del exagerado potencial mundial
de producción, desarrollado por la industria. El Gobierno de Estados
Unidos al establecer el control de importaciones cubrió su acción,
que habría podido interpretarse como egoísta, con la explicación de
que las medidas de protección para su propia industria repercutirían
también en ventajas de estabilización para la industria petrolera de
los países exportadores, amenazada igualmente por las presiones del
imbalance producción-demanda. De haber asumido esa responsa-
bilidad como correspondía ciertamente a su poderío económico y a
sus voceados propósitos de solidaridad internacional, lo positivo de
las restricciones de importaciones de petróleo por los Estados Unidos,
el mayor productor mundial, a la vez que el mayor importador, no
se habría enturbiado por el injusto procedimiento que implantó con
el objeto de aprovechar indebidamente la necesidad de limitar la
importación.
Venezuela, que siempre ha sido el mayor proveedor de Estados
Unidos, tanto en situaciones normales como en épocas de crisis, resultó
el país más afectado por el injustificado procedimiento de las cuotas
de importación que viene aplicando aquel Gobierno. Los venezolanos
reconocieron la conveniencia de desacelerar la producción petrolera,
para evitar la desarticulación de los mercados y la destructora guerra
de precios; por ello las restricciones a las importaciones de Estados
Unidos se consideraron positivas, en cuanto contribuían a limitar la
competencia destructora. Nunca se protestaron las restricciones como
tales, porque se comprendió su conveniencia ; pero sí viene rechazando
Venezuela la manifiesta injusticia de que se planeara el procedimiento
de las restricciones con el propósito de aprovecha~secomo coinpi.adores
de la debilidad de los países exportadores. Teniendo en cuenta la
importancia del petróleo, lo que representa contar con suministros
seguros en buenos y en malos tiempos y si, además, se considera que
casi en su totalidad la industria petrolera de Venezuela, más aun que
la de otras partes del mundo, pertenece a inversionistas estadouniden-
ses que se han llevado siempre para su país extraordinarias ganancias
y otros beneficios económicos, resulta mayor la injusticia del trato
discriminatorio, que la Nación Venezolana no alcanza a comprender,
ni puede soportar indefinidamente.
Con ocasión de implantarse las restricciones obligatorias, al Presi-
dente de los Estados Unidos se le hizo afirmar el 10 de marzo de 1959
que "el nuevo Programa está dirigido a asegurar una industria sana
y estable en Estados Unidos, capaz de explorar y desarrollar nuevas
reservas en el Hemisferio que reemplacen las que se van agotando. . .
Además de servir nuestros propios intereses directos de seguridad, el
nuevo Programa también ayudará a prevenir severas dislocaciones en
nuestro propio país tanto como en las industrias petroleras de otras
partes, que también tienen importante significación para nuestra
propia seguridad. Petróleo, dondequiera que se produzca en el mundo
libre, es importante a la seguridad, no solamente de nosotros, sino
también de los pueblos libres de todas partes del mundo". (l)
Pero los planes para explotar indebidamente a los débiles países
exportadores estaban en marcha, pese a tan formal declaración emitida
por el propio Presidente de Estados Unidos. Sin embargo, tales planes
no podrían aplicarse a países que por su desarrollo económico y social
se encontraran en condiciones de defender sus derechos. Mientras
Canadá, el vecino y aliado del Norte de Estados Unidos, a quien sí
reconocen como igual, se encontrara junto a Venezuela y a los otros
países exportadores, todos estaríamos seguros de recibir un justo
trato. E n su historia petrolera, Venezuela tiene buena experiencia
de marchar al lado de países desarrollados, que sabiendo defender
sus derechos hacen que se les respete. Fue así como nunca experi-
mentamos serias dificultades para obtener precios razonables por el
petróleo exportado, mientras Estados Unidos era exportador neto de
petróleo como Venezuela. Esta bienandanza llegó a su fin cuando el
poderoso exportador dejó de serio en 1947, para convertirse en impor-
tador neto de petróleo, cada día con mayores necesidades de abasteci-
mientos externos. Fue entonces cuando se iniciaron los primeros

(1) De White House, Statement by the President, Marzo 10, 1959.


serios tropiezos del comercio internacional del petróleo; fue para
aquella época cuando Venezuela tuvo que iniciar su propia defensa,
sacando a licitación las regalías petroleras a fin de romper la barrera
de los precios congelados, que interesaba a los compradores. En los
mercados internacionales Venezuela tuvo desde entonces que haber
continuado su defensa buscando la solidaridad de los demás países
exportadores. Pero en nuestro principal mercado en los Estados
Unidos la situación se mantendría menos grave mientras Canadá
continuara como Venezuela exportando para ese mercado, exporta-
ciones que había iniciado precisamente después que Estados Unidos
se convirtió en importador en gran escala. Para aprovecharse Estados
Unidos del control de las importaciones, necesariamente tenía que
buscar previamente la fórmula que exceptuara de semejante trato
a Canadá.
No transcurrió mucho tiempo para que la situación de excepción
quedara manifiesta en toda su crudeza, haciendo con ello evidente la
injusticia de trato hacia Venezuela. Fueron vanos todos los esfuerzos
y protestas contra la discriminación realizados cuando se tuvo conoci-
miento de lo que ocurría, y pese a todas las resaltantes circunstancias
que más bien. habrían debido conducir a un tratamiento de preferencia.
El Memorándum presentado al Departamento de Estado el 24 de
abril de 1959 resumió la posición de Venezuela frente a la desigualdad
que se crearía a favor de Canadá, desigualdad que con razón se presu-
mía colocaría al país en mucho más difícil situación para defenderse
contra las presiones sobre los precios. Pero esto era lo que se perse-
guía, que buena porción de los precios de mercado para el petróleo
importado se arrancase a los paises exportadores para subsidiar a la
industria doméstica. Este especial subsidio contribuiría a impedir
la elevación de precios para el consumidor nativo, disminuyendo la
de los crecientes costos de la propia producción de Estados Unidos.
A propósito de este plan, el editorial de una revista especializada se
preguntaba cómo harían las refinerías del interior para aprovecharse
de la rebatiña de las importaciones.(l) Añadía que "fue una bella
teoría desenvuelta por los autores del plan de Control de Importa-
ciones. . . esta idea de dar a cada refinería una cuota de importación
basada en un porcentaje del crudo tratado. El objetivo fue esparcir
las ganancias del crudo extranjero de bajo costo.. . Las refinerías
están encontrando que una cuota de importación es como dinero en
mano. Pueden negociarla por efectivo que va de 50 centavos a 1 dólar
por barril".

(l) "Oil and Gas Journal", Abril 27, 595'9.


Después de presentado el Memorándum de Venezuela la posición
del Presidente de Estados Unidos frente al plan del Departamento
del Interior no podía ser muy satisfactoria. Es así que el 28 de abril,
dos días antes de modificar el Programa de Restricciones para excep-
tuar a Canadá, el presidente Eisenhower escribió al presidente Be-
tancourt para hacerle explicaciones tendientes a mantener las segu-
ridades de tratamiento justo que se reconocerían también a Venezuela.
Afirmó el Presidente que la modificación "mejorará la operación del
Programa y servirá a los intereses del Hemisferio Occidental". Ase-
guraba también que "nuestros Gobiernos deberán continuar las discu-
siones buscando arreglos más amplios del Hemisferio".
La modificación fue proclamada el 30 de abril, y desde entonces
las discusiones continuaron sin ningún éxito práctico para Venezuela
ni para el Hemisferio, fuera de la ventaja que se acordó a Canadá y
que por inclusión inevitable alcanzó al mismo tiempo a México, el
otro vecino con comunicación terrestre, pueril excusa para la discri-
minación. En cambio, mucho éxito práctico tuvo la "bella teoría
desenvuelta por los autores del plan de Control de Importaciones" y
la rebatiña ha continuado para subsidiar una de las más poderosas
industrias de Estados Unidos, a costa de los débiles países exporta-
dores. Venezuela consideró que el trato que se dio a Canadá, trato al
igual, para que vendiera su producción exportable a igual precio que
la producción de Estados Unidos, era el trato justo que Estados Unidos,
rico y poderoso, debía extender a todos sus proveedores o, por lo
menos, por razón de solidaridad liemisférica, a los que se encuentran
en estas Américas que se dicen hermanas. Nunca se protestó el trata-
miento justo dado a Canadá, pero cuando se hace justicia parcial se
destaca con ello la mayor injusticia que se impone a quien se discri-
mina del justo tratamiento.
El daño material, económico, causado a Venezuela es enorme. Es
difícil medirlo exactamente en lo que significa por pérdidas en los
ingresos para las exportaciones hacia Estados Unidos, y más todavía
resulta complicado ponderar las pérdidas resultantes de las exporta-
ciones hacia otros mercados, por repercusiones de lo sucedido en el
mercado de Estados Unidos. Con todo, una estimación del daño di-
recto en las exportaciones hacia Estados Unidos no estará muy lejos
del blanco si se calcula con base al promedio entre los 50 centavos y
el dólar por barril, que es cantidad públicamente mencionada como
efecto de la rebatiña de las cuotas para las refinerías. La exacción
por este respecto sacada de Venezuela en beneficio de la industria
petrolera de Estados Unidos, en los casi seis años transcurridos sobre
un total exportado de 2.500 millones de barriles, sería de 1.875 millo-
nes. Esta cantidad se ha sacado, como queda dicho, por Estados
Unidos de Venezuela, país en que sus inversiones son de las más
importantes del mundo, y de donde extraen por este otro respecto
ganancias proporcionalmente muy superiores a las que obtienen sus
inversiones en Canadá o en cualquiera otra parte. E n petróleo, que
concentra el 80 por ciento de las inversiones extranjeras en Venezuela,
una inversión promedio en Activos Fijos Netos (AFN) de unos $3.000
millones, produjo por el sólo respecto de utilidades una cantidad igual,
es decir, de $3.000 millones, en los 6 años que van de 1959 hasta 1964.
Se puede estimar que tres cuartas partes de esas inversiones y sus
consiguientes ganancias corresponden a Estados Unidos, país igual-
mente beneficiado por la mayor parte de las maquinarias y servicios
extranjeros, que se pagan como costo del petróleo venezolano. Las
solas amortizaciones retiradas por la industria petrolera en los mismos
6 años, alcanzaron la cantidad de $6 1.761 millones. Por las exclusivas
dos causas de utilidades y de amortizaciones, Estados Unidos recibió
de Venezuela las tres cuartas partes de las anteriores cantidades que
hacen la suma de $3.571 millones. Esto deja suponer que Estados
Unidos no tiene en ninguna otra parte del mundo mejor campo de
inversiones que en Venezuela. Sin embargo, de nada le ha valido toda-
vía para que se cumpla el ofrecimiento de tratamiento justo, que
elimina la superimpuesta exacción, que ya debe alcanzar, como queda
dicho, a una cantidad superior a los $1.875 millones, por razón del
arbitrario sistema de cuotas a las refinerías.
Debe comprenderse que una situación tan injusta no puede con-
tinuar indefinidamente. Recientemente el profesor Odell se refirió
a esta actitud de los Estados Unidos con respecto a las importaciones
de materiales estratégicos del Hemisferio Occidental (entre los cuales
se encuentra el petróleo). Aunque a Venezuela se le ha garantizado
consulta previa antes de que se haga cualquier cambio en el Programa
de Importaciones petroleras de Estados Unidos, no ha alcanzado lo
que realmente desea: ya sea la igualdad de tratamiento con Canadá
y México, cuyas exportaciones de petróleo a los Estados Unidos no
están sujetas a las cuotas oficiales o, alternativamente, una cuota
por país de origen, por medio de la cual se garantice a Venezuela un
mercado en los Estados Unidos, con incremento estable para sus expor-
taciones de petróleo no sujeto a la competencia de otras partes del
mundo. La garantía de consulta es un pobre consuelo porque no
contribuye en nada a asegurar que Venezuela tendrá los mercados
que necesita para mantener una tasa de incremento anual en su pro-
ducción de 4 a 5 por ciento, tasa mínima de crecimiento necesaria
para respaldar el ambicioso programa de desarrollo nacional. La
estabilidad constitucional en Venezuela podría bien depender del logro
de tal incremento de su producción y los Estados Unidos podrían
sentirse obligados a reevaluar su política, dado el interés común de
la solidaridad hemisférica contra un mayor avance del comunismo
y a pesar de la oposición que tal medida pudiera provocar por parte
de las compañías petroleras internacionales. A estas compañías no
les agrada verse sujetas a cuotas provenientes de una fuente deter-
minada, en vista de la incidencia que ejercen sobre sus programas
de compras. (l) Podríase aclarar que Venezuela no aspira siquiera
a la garantía de crecimiento, que considera suficientemente asegurado
con la tasa cada vez creciente de aumento en el comercio internacional
de petróleo, tasa substancialmente superior a la constante general
de aumento mundial de consumo. Lo que sí considera su aspiración
mínima es el trato igual, el reconocimiento de que no se debe apro-
vechar pagarle su petróleo a menor precio del que pueden obtener los
petróleos de Canadá. Lo que protesta Venezuela es que se la ponga
a subsidiar a la industria americana, cuando se trata de un comercio
como el del petróleo que se reconoce ser de primera necesidad y de
recíproca seguridad hemisfésica. Lo que protesta es que no se sacien
los deseos de beneficio con las cuantiosas ganancias y otras ventajas
que extraen de Venezuela las grandes inversiones de Estados Unidos
en el país. Las repetidas ofertas de ayuda, colaboración y solidaridad,
no pueden llegar a despertar el entusiasmo que reclaman los cambios
que es preciso realizar en América Latina, mientras estos pueblos
contemplen situaciones tan ciaramente contradictorias con los otros
propósitos voceados, como la que presenta el caso de Venezuela en su
comercio con Estados Unidos. Para este caso ni siquiera es suficiente
la famosa expresión "Trade, not aid", porque el intercambio es grande,
pero evidentemente desigual y consiguientemente injusto. Puede
asegurarse que seguramente Venezuela preferiría limitar más aún sus
exportaciones, siempre que mediante el trato equitativo obtuviese la
necesaria compensación en sus ingresos para continuar sus programas
de desarrollo y mejoramiento social.
Al concluir, es indispensable todavía añadir que, mientras tanto,
en ios seis años que lleva Venezuela esperando que Estados Unidos
cumpla su ofrecimiento de revisar el trato que da al petróleo que le

(1) Dr. Peter R. Odell, Prof. Esc. Ecori. Londres, en "Petróleo y Estado en
América Latina", International Affairs, Octubre 1964, Vol. 10, N" 4.
compra, la mercancía que Estados Unidos vende a Venezuela ha se-
guido subiendo constantemente su precio. El índice general de expor-
tación que en 1959 estaba ya 6 por ciento más alto que en 1953, para
1961 subió 4 por ciento más, llegando en 1963 a 109. Y lo que experi-
menta los términos de intercambio con Estados Unidos, se refleja en
todo el remanente del comercio exterior del país. Estados Unidos,
como líder del Bloque Occidental, en una u otra forma tiende a decidir
el rumbo de las relaciones con los otros países, sin medir debidamente
los opuestos intereses que en justicia deben ser reconocidos.
CORPORACION VENEZOLANA DEL PETROLEO

La Corporación Venexolana del Petróleo es otro de los ángulos


de la politica de defensa y conservación del petróleo. Después de
tantos años de iniciada y desarrollada esta riqueza nacional por inver-
sionista~extranjeros, fue adquiriendo ansiosa urgencia el deseo de
organizar y hacer marchar una empresa nacional manejada por vene-
zolanos, para los venezolanos. Desde 1948 se estuvo cerca de realizar
esta ambición. Su postergación durante el período de la dictadura
no fue más que uno de tantos otros males de aquella usurpación de la
soberanía nacional. La CVP fue creada en abril de 1960 y al siguiente
año ya estaba funcionando. Su primer pozo fue localizado en pleno
corazón del Lago y el 3 de julio de ese año lo completó con una prueba
de producción de 3.800 barriles. Ahora es ya una empresa en marcha,
aun cuando, desde luego, para muchos luzca insignificante, a la sombra
de los mayores gigantes mundiales que tienen grandes actividades
en el país.
La CVP cumple una función vital en la política petrolera de los
venezolanos. Ella no solamente satisface una necesidad emocional
colectiva, sino que atiende finalidades económicas de gran signifi-
cación.
Para la participación razonable, además de constituir un elemento
de contrastación, es la mejor vía de optimizar su rendimiento porque
lleva a participar en el campo mismo de las inversiones. Con la CVP
se participará totalmente en los beneficios que determine la explotación
del petróleo en las áreas en que esta empresa opere sola. E n los casos
de contratos de servicio a que se llegue para dividir los riesgos, la
CVP permitirá participar en los beneficios, al igual que hasta ahora,
por razón de la propiedad colectiva de los yacimientos pero, además,
por razón de las inversiones y de la gestión de la empresa estatal.
También incrementará la CVP lo que a Venezuela corresponda
como participación en las actividades petroleras, al i r tomando para
si la proporción del mercado doméstico que se considere conveniente
atribuirle.
Para las funciones básicas que cumple la Comisión Coordinadora,
la CVP constituye una vara de contraste muy indispensable. Toda la
actividad de mercadeo de la empresa estatal irá sirviendo de prueba
práctica para las dxisioncs de Gobierno que son atribuciones de la
Comisión Coordinadora.
Pero es en la aplicación del principio de "No Más Concesiones",
que elimina el tradicional sistema de manejar la riqueza petrolera de
Venezuela, donde la CVP encuentra su otro punto de enlace principal
en la estructura de la política petrolera venezolana. Al terminar con
el sistema de concesiones se hacía indispensable prever cómo conti-
nuaría el país desarrollando la riqueza potencial que se encuentra
fuera de las áreas de concesiones vigentes. Es a la CVP, hasta ahora
única empresa estatal, a quien corresponderá continuar aceptando
inversiones de los particulares, nacionales o extranjeros, para el de-
sarrollo de ese potencial no sometido a concesiones, cuando la CVP no
considere conveniente desarrollarlo directamente.
Al no otorgarse nuevas concesiones toda nueva área que se decida
explotar ckberá asignársele a la CVP, o a otra entidad exclusivamente
estatal. para que sea esta agencia expei'imentada del Esta,do la que
investigue las formas más adecuadas de explotación de la nueva área,
con el propósito de lograr el mayor rendimiento posible. Será entonces
cuando habrá de decidirse sobre la exp!otación directa por la CVP, 0
sobre el tipo de contmio de servicio que se considere más adecuado a
los intereses colectivos, para hacer partícipe de los riesgos a las empre-
.!Y iilc!inadc.,s a asum;rlo~.
Algunos muestran impaciencias cle las más opuestas sobre la
gestión que va cumpliendo la CVP. Con visión simplista creen que
basta con querer para hacer, y como quisieran ver a la CVP calzada
con las botas de algunos dc los colosos de la industria, piensan que
nada se ha hecho mientras no la vean destacada en esa forma. No se
percatan de que se debe marchar hacia adelante en la importante tarea
de desarrollar el petróleo por los venezolanos, sin precipitaciones
innecesarias, pero sí con la seguridad y firmeza de hombres capaces
de administrar las enormes riquezas que ofrece el territorio de Vene-
zuela para su necesario desarrollo. El éxito de esta empresa nacional
no depende de las grandes ambiciones, ni de la simple buena voluntad.
Tampoco son decisivas las posibilidades de inversiones limitadas. Lo
que se hace más necesario es la consagración y el trabajo que, con la
experiencia de cada día, permitirán llegar con seguridad a los objetivos
que se persiguen, hasta la medida permitida por todos los factores que
están en juego, sin tomar riesgos no calculados que podrían llegar a
ser fatales para el éxito final.
E n sus comienzos, los repetidos fracasos de muchos concesio-
narios y las pérdidas iniciales sufridas por la industria, no afectaron
en ninguna forma la economía de Venezuela. Fueron hechos que
quedaron sin registrar en la historia conocida de los venezolanos.
Después, solamente los beneficios crecientes recibidos por el país son
los que llegan al conocimiento público, por la vía de las ventajas o
beneficios directos o indirectos. Y estas ventajas y beneficios alcan-
zaron tales límites que la vida misma del país está aún dependiendo
del petróleo.
Si en otras empresas estatales o servicios públicos, si en carre-
teras u otras obras incurre el Estado, como los particulares, en errores,
sin más consecuencias que las consiguientes pérdidas económicas, con
el petróleo es diferente. Consciente e inconscientemente, se sabe y se
siente por todos que todo aún depende del petróleo. Si la intervención
y gestión del Estado se observa frecuentemente con dudas que pro-
penden a una crítica exagerada, cuando la acción recae en algo tan
vital como el petróleo, más que nunca debe evitarse cualquier negli-
gencia. E n este campo existe, además, un patrón, la experimentada
industria petrolera internacional, que facilita las comparaciones, gene-
ralmente realizadas con extremada simpleza. Todo ello hace necesario
que, en razón misma de las muchas grandes posibilidades de la Corpo-
ración Venezolana del Petróleo, se guarden bien los frentes donde se
pudieran abrir flancos para su destrucción, tan anhelada por poderosos
intereses opuestos a los intereses de la colectividad. La CVP tiene
que manejarse con máximo dinamismo, pero sin la ligereza alegre
tan frecuente en nuestro clima. E n estas regiones, más que en otras,
es necesario "quemar etapas", para ver si damos el "gran salto ade-
lante", que tan en boga pusieran recientemente los chinos. E s preciso
hacer cuanto se pueda para alcanzar el progreso que se sabe posible,
mas también es imprescindible estar conscientes de nuestras capaci-
dades para no saltar de la sartén al fuego, que son muchos los que
eso persiguen.
Las condiciones del mercado, imbalance-abastecimihto-demanda,
obligan al auto-control de la producción, en la legítima d e f e n s a y con-
servación del petróleo.. También, como se verá más adelante, la des-
aceleración viene dando buenos frutos en otros campos de la vida
nacional y en cuanto al desarrollo de las actividades de la Corporación
Venezolana del Petróleo, ha evitado las mayores presiones que se
habrían producido para acelerar peligrosamente su gestión. Con el
tiempo ganado en esta forma se tendrá mayor garantía de que la CVP
aprovechará mejor las oportunidades que llegarán cuando se normalice
la situación petrolera, como ya se observa habrá de ocurrir muy
pronto.
Los contratos de servicio son actos previstos desde su creación
en el decreto constitutivo de la CVP. No solamente puede y debe
celebrarlos cuando las circunstancias lo recomienden, sino que, además,
puede promover "empresas con el propósito de desarrollar actividades
.
industriales o comerciales de hidrocarburos.. ( y también) podrá
suscribir o adquirir acciones, participaciones o cuotas en empresas
que persigan el mismo fin". Todo ello da gran amplitud de acción a
la CVP, pero se le advierte también en los Estatutos que "los derechos
de exploración y explotación de hidrocarburos no podrán ser enaje-
nados o ejecutados".
Puede la CVP, como lo ha hecho, celebrar contratos de obra para
perforar pozos o levantar instalaciones, o hacer contratos especiales
de pozo seco, o de operación de producción; mas también puede llegar
hasta los contratos propiamente de exploración, con los mayores o
menores riesgos que son inherentes a esta actividad en las áreas no
probadas o incompletamente comprobadas en trabajos anteriores. En
estos casos, la magnitud del riesgo de la inversión se habrá de retribuir
en proporción al éxito alcanzado por la exploración y subsiguiente
puesta en producción. Aun en tal caso, que sería el que más podría
asimilarse a los derechos del concesionario, las diferencias que impone
el régimen ideado para las asignaciones, que reclama la gestión de
la CVP o de otra empresa estatal, son determinantes en diferencias
trascendentales entre la concesión y cualquier contrato de servicio que
se pueda llegar a celebrar. Las diferencias fundamentales recaen
tanto en el orden de lo jurídico, como en el de lo administrativo y de
lo económico.
Las diferencias juridicas recaen esencialmente en la gran dife-
rencia que existe entre derechos reales y derechos personales y con-
tractuales. El titular de la concesión tiene derechos reales que ella
le confiere sobre el petróleo que llegue a explotar. La propiedad sigue
siendo nacional, pero el derecho a explotar los yacimientos dentro de
los límites de la concesión tiene el carácter de derecho real mientras
subsista la concesión.
Con las asignaciones, derechos de explotación que se transfieren
a una entidad jurídica autónoma como la CVP, que no puede enaje-
narlos ni gravarlos, y que no le pueden ser ejecutados, como se men-
cioiió antes, existe la imposibilidad jurídica de que cualquiera que
sea el contrato que se celebre, nadie pueda adquirir un derecho igual
al que confiere la concesión. Consiguientemente, las diferencias jurí-
dicas tienen significación importante.
La empresa contratante o la empresa mixta que se creare no
adquirirá derechos d i r e c t o s o reales de ninguna clase sobre el petróleo
que llegue a descubrir o a operar. El derecho personal, por el contrato,
puede estar en función y referido a ese petróleo, pero será el resultante
de la obligación asumida por el a s i g n a t a r i o , la empresa estatal contra-
tante. Los derechos d i r e c t o s reales sobre el petróleo nunca podrán
salir del dominio del Estado.
De otra parte, la falta de un derecho r e a l , d i r e c t o , no determina
efectos para destruir o disminuir el interés razonable de los inversio-
n i s t a ~ . Los beneficios perseguidos al tomar el riesgo que acepten
con el contrato, pueden medirse en relación al éxito de los trabajos
realizados, y hasta es posible aceptarse que todo o parte del beneficio
reconocido se entregue en especie. El contratante podrá adquirir el
derecho a recibir petróleo en las proporciones que se fijan, de acuerdo
a las condiciones del yacimiento que sea objeto del contrato. La cir-
cunstancia de no ser dueño ni tener un derecho r e a l sobre el petróleo
producido no puede alcanzar a disminuir su interés económico, que
no puede ser otro que el suministro del petróleo que buscaba, bien sea
que se le entregue del propio yacimiento descubierto u operado, de
acuerdo con el contrato, o bien sea que se le entregue otro petróleo
equivalente. La diferencia jurídica, en cambio, tiene interés jurídico
y económico para el Estado, puesto que puede atender su obligación
con mayor facilidad o flexibilidad, sin daño para el interés legítimo
de la otra parte.
Las d i f e ~ e n c i u sa d m i n i s t r a t i v a s entre la concesión y el c o n t r a t o
d e s e r v i c i o que más puede llegar a asimilársele, son también muy
importantes y derivan del régimen mismo de las asignaciones. En
éstas participa un instrumento nuevo del Estado: la empresa estatal
que persigue obtener sus propios beneficios. Conlo la a s i g n a c i ó n no
se puede enajenar, gravar o ejecutar, este otro ente estatal interviene
y vigila, como contratante, las operaciones que reclamen los trabajos
mineros de la a s i g n a c i ó n , cuando no los realice directamente. Las
agencias del Estado que regulan y controlan las actividades de los
concesionarios dentro de la órbita de su acción, también cumplirán
sus funciones en las asignaciones que se hacen a la CVP, o que lleguen
a transferirse a otros Institutos Autónomos similares. Pero por otro
lado, la empresa estatal, en la órbita que le es propia, similar a la del
empresario, estará siempre participando en todo cuanto haya de ejecu-
tarse en el área de la asignación.
Con esta ingerencia doble, el interés colectivo no queda limitado
a lo que representa un doble control administrativo. El interés del
sistema distinto a la concesión va mucho más allá porque se extiende
a todo cuanto implica la acción desplegada por la empresa estatal como
instrumento de acción empresarial o comercial. Aun la acción per-
sonal técnica resulta diferente en uno y otro caso porque los propósitos
son distintos. Cumplir funciones empresariales mineras reclama ca-
pacidades y actitudes diferentes a las que impone el ejercicio de las
funciones públicas de los servicios del tren administrativo. Se debe
lograr así una de las ventajas administrativas de significación que
surgirá del nuevo sistema de asignaciones. La acción empresarial
contribuirá a completar el mejor conocimiento que debe alcanzarse
sobre la riqueza petrolera, para que su aprovechamiento se impulse
al óptimo.
Las clife~enciaseconómicas, por último, no son de desdeñar. Aun
cuando dentro del sistema de concesiones la participación razonable
llegue al óptimo, no excluye que el óptimo posible en otro sistema re-
presente algo más deseable, por muchos respectos. Es claro y evidente
que el sistema de asignaciones prevé en principio la explotación directa
por el Estado, de los hidrocarburos que se encuentren en el área asig-
nada, y en tal caso todos los beneficios de la explotación los recibirá
el Estado. La diferencia cubre en estas situaciones toda la utilidad
n e t a razonable que se había de reconocer al concesionario. .
Al otro extremo de la gama de posibilidades del sistema de las
asignaciones estarían aquellos contratos de servicio de máximo riesgo,
necesariamente contrapuesto a las mayores recompensas, capaces de
estimular la inversión que asuma las consecuencias aleatorias de tales
operaciones. Estos son los casos que algunos no alcazan a comprender
en sus implicaciones económicas, porque se precisa tener claras las
varias etapas de desarrollo de la industria petrolera. No es buena
preparación para medir las implicaciones económicas de las explora-
ciones a todo riesgo, lo que se ve actualmente de la industria petrolera
en Venezuela, con el fabuloso éxito y logros alcanzados. Es necesario
i r un poco más al fondo de la industria petrolera y de los datos que
suministra su historia en escala mundial, para luego pasar al análisis
más particularizado de los hechos ocurridos en distintas partes, y
especialmente en Venezuela. Solamente entonces se llega a la con-
vicción de lo diferente que es el negocio petrolero en algunas de sus
distintas etapas a los negocios e industrias en general.
42 JUAN PABLO
P ~ ALFONZO
z

Todos los negocios y empresas tienen sus riesgos propios, en


mayor o menor escala, pero son riesgos conocidos que pueden evaluarse
con relativa precisión, y que pueden evitarse o compensarse con las
previsiones que correspondan. La exploración del petróleo es otra
cosa, como lo son por su naturaleza las exploraciones mineras cuyo
objetivo es encontrar depósitos o yacimientos ocultos. La búsqueda
del petróleo, después que se investigan y explotan los que muestran
sus señales más evidentes, entra en una etapa de éxitos decrecientes,
que van haciendo más difícil que el conjunto de los resultados econó-
micos de los éxitos alcance a cubrir las pérdidas soportadas por quie-
nes, con menos suerte, sufren los fracasos. Todavía en este período
el aliciente de los niveles de ganancias que se obtienen cuando se acierta
con el yacimiento que se busca, suministra ánimos a nuevos inversio-
n i s t a ~para continuar el juego de las apuestas a dar con el petróleo.
Luego, el inevitable agotamiento de este recurso no renovable, al
mismo tiempo que disminuye el número de aciertos posibles, disminuye
también las posibilidades de buenas ganancias. Después de todas las
crecientes dificultades para tener éxito, se comprueba que, aun cuando
se alcanza la suerte de descubrir petróleo, lo encontrado cada vez
resulta ser menos prolífico, menos capaz de dar los rendimientos que
mantengan vivos los estímulos para asumir nuevos riesgos. La situa-
ción analizada ocurrió en sus comienzos en muchos países, que muy
pronto quedaron desesperanzados del gran negocio del petróleo, muy
poco tiempo después de haber iniciado una explotación petrolera que
creían les llevaría al limitado número de los privilegiados por la natu-
raleza. Pero también el curso de los acontecimientos es inevitable
para todos, aun para los más privilegiados. E s lo que ya se observa
con toda claridad en Estados Unidos, país que por tanto tiempo se
viene manteniendo a la cabeza del mundo petrolero. Desde sus co-
mienzos ese fue el país del petróleo. E n los 43 años transcurridos
hasta 1900 Estados Unidos había producido el 58 por ciento de todo
el petróleo mundial, y cuando se cumplió el siglo de la historia petro-
lera en 1957, de los 103 mil millones de barriles producidos hasta
entonces, ese país todavía había producido el 57 por ciento. Sin em-
bargo, los cambios ocurridos en su posición mundial eran notables. Su
participación en la producción anual, que por tantos años fue prepon-
derante hasta el punto de que para 1947 aún significaba casi las dos
terceras partes de la producción mundial, desde ese año indica una
acelerada caída. Esta caída tiene su mayor significación cuando se
advierte que desde ese mismo año comienza otro acelerado proceso, el
de completar sus propias necesidades de consumo con crecientes impor-
taciones de petróleo, cuando antes lo exportaba en las mayores canti-
dades. Para el pasado año de 1965, con la producción mundial en
11.011 millones de barriles en ese solo año, ya Estados Unidos sola-
mente contribuyó a esa producción con 2.850 millones, que representa
sólo poco más de una cuarta parte, dramático cambio en el transcurso
de los últimos 19 aííos. Al mismo tiempo ese que fue el mayor expor-
tador del mundo es ahora el mayor importador. Estados Unidos está
importando ahora diariamente cerca de 2,5 millones de barriles diarios
de petróleo, que es casi una cuarta parte de su producción.
Tan dramáticos cambios en el país que mayor significación ha
tenido en la industria del petróleo, son ejemplos definitivos del proceso
que en una u otra escala tiene que seguir esta industria en todas partes.
El proceso que se muestra en esos cambios echa sus raíces en la tierra
de donde se extrae el petróleo. E n la medida en que adelanta el cono-
cimiento geológico de la región, progresa, se mantiene o decae, el
número de pozos perforados, en la última etapa de la búsqueda de los
nuevos yacimientos. E n todo tiempo los riesgos son numerosos cuando
se trata de verdadera exploración de nuevos campos, pero esos riesgos
se multiplican cuando los confines de la región van obligando a tra-
bajar las zonas menos seguras. Estados Unidos ha caído rápidamente
en su posición relativa de productor, no obstante sus crecientes de-
mandas de consumo, porque cada vez le resulta a la industria más
difícil reemplazar el petróleo que produce. No se alcanza a lograr el
reemplazo encontrando nuevo petróleo porque cada vez resulta mayor
la proporción de pozos secos en los esfuerzos realizados en esa bús-
queda.
Cuando en 1918 la industria de Estados Unidos perforó 25.813
pozos, más de 5.600 resultaron pozos secos, y esa proporción de 21,8
por ciento era algo tan aceptable que la industria continuó progresando
rápidamente. Para 1925 la proporción de pozos secos había subido
a 25 por ciento, pero ese nivel permite mantener y continuar el de-
sarrollo de la industria en los años siguientes. E n 1935 de los 23.000
pozos perforados los que resultaron secos fueron menos de 5.700, es
decir, todavía solamente una cuarta parte. Sin embargo, la situación
de declinación y dificultades se ve venir y se precipita con los esfuerzos
que reclama la Segunda Guerra Mundial. Cuando ésta termina en
1945 la relación entre perforación y pozos secos se encuentra en el
30 por ciento. La industria petrolera de Estados Unidos es una de
las más poderosas y se siente estimulada por las gestiones del Gobierno
que le mantiene la ayuda de la debatida depleción, o descuento por
agotamiento, que es el camino más expedito para llegar a millonario
sin la interferencia de los impuestos. Gran ímpetu mantienen los
trabajos de perforación, en vano esfuerzo por conquistar la suerte
del tesoro amparado contra los altos impuestos. Siguen aumentando
los miles de pozos que se perforan hasta llegar a los récords de 1955
y 1956, cuando se perforaron 55.200 y 57.390 pozos en esos dos años.
Pero de ellos resultan secos más de 42.000 pozos; en esos dos años de
mayor esfuerzo el impacto que deja la proporción desfavorable de
39,3 por ciento de pozos secos ya no se podrá olvidar jamás. El mayor
esfuerzo por descubrir petróleo en esos dos años dio por resultado
evidenciar lo que no se quería comprender, que el proceso del petróleo
irremediablemente conduce a una rápida etapa de declinación. La
enseñanza de 1957 determinó una declinación en el número de pozos
perforados que llevó a que en 1963 sólo se perforasen 41.467 pozos,
tratando de limitarse a escoger únicamente las mejores ubicaciones,
y aun así se produjeron 16.762 fracasos. Bajó el número de intentos,
28 por ciento del récord de 1957, y aun así creció la proporción del
riesgo. La relación entre el número de pozos secos y el número de
los perforados se elevó a 40,42 por ciento. Con todo lo que muestran
estos números en la prueba decisiva de las exploraciones, los pozos
perforados no señalan la realidad desfavorable en toda su amplitud.
Esa realidad sólo la conocen y la sienten quienes aparecen en la lista
de los favorecidos por haber registrado producción comercial sus
pozos productores. Lo más grave de la situación está en que cada vez
con mayor frecuencia esa producción encontrada con tantas dificul-
tades, se mantiene comercialmente sólo por muy limitado tiempo. Se
encuentra menor número de yacimientos, pero lo que pesa seriamente
más es que son de muy poca significación y el número de los yaci-
mientos que tienen alguna importancia es proporcionalmente mucho
menor al número de descubrimientos. Como consecuencia, los Estados
Unidos, el gran pais petrolero, observa con lógica preocupación que
su estupenda industria petrolera ha pasado su etapa de pleno desarrollo
para iniciar la de su irremediable declinación.
El de Estados Unidos es un caso entre tantos de los que presenta
el proceso de las industrias extractivas que, fundadas en un recurso
natural no renovable, tienen un lapso de vida similar predeterminado.
Pero el caso del petróleo en el pais de su mayor producción y consumo
es ejemplarizante y tiene que servir de base a la consideración de todos
los que tengan interés en la cuestión petrolera.
Dentro del complejo de implicaciones del proceso de vida de las
industrias extractivas, lo que tiene que destacarse a los fines de los
c o n t r a t o s de s e r v i c i o que llegará a celebrar la CVP, es la curva de
riesgo que presenta ese proceso en la industria petrolera. Cuando la
industria alcanza la plenitud de su desarrollo, considerándosela adulta
y capaz, la curva de riesgo inicia un recorrido de ascenso que sólo
concluirá cuando la industria misma se extinga. Mientras llega el
fin se presentarán situaciones de excepción que servirán de acicate
para mantener actividades exploratorias y de explotación, que per-
mitan la utilización de la totalidad de los recursos petroleros que tiene
Venezuela. E n las etapas parciales del proceso se podrá continuar
derivando beneficios netos para el país, si se tiene el cuidado de man-
tener abiertas las puertas a los inversionistas foráneos que deseen
continuar participando en las posibilidades de eventuales ganancias
que presenten las oportunidades decrecientes de éxito.
E n Venezuela la industria petrolera va acercándose a los 50 años
de su vida activa comercial. Creció tan rápidamente que en 1980
produjo 135 mil!ories de barriles, lo cual ya significaba una décima
parte de la producción mundial. Ese año sólo la superó Estados Uni-
dos, que produjo 898 millones, cuando todavía ese país aportaba casi
las dos terceras partes de la producción mundial. El Bloque Soviético
produjo 126 millones, el Medio Oriente solamente 47 millones, y todo
el resto del x ~ i i l d i10
, i miliones. E n 1920 la pod,msa i::dustria petro-
lera iiiternaciorial se encon~rabrtm bien afiilcada en Venezuela, que
sólo en Estados Unidos era más poderosa y nada ni nadie le ponía
vallas a que descremara a su discreción la riqueza petrolera nacional.
Esta situación de campo abierto para investigar, escoger, revisar y
seescoger se mantuvo hasta fines de 1945, con el paréntesis que le
impuso la Ley de Hidrocarburos de 1938 hasta que se la derogó en
1943. Sobre este escoger y desechar se tratará al analizarse el prin-
cipio de no nzás c o n c e s i o ~ e s . Por lo pronto, el interés de lo ocurrido
está en reconocer las consecuencias de esa libertad de acción de la
industria petrolera internacional, en las probabilidades y riesgos del
futuro desurrollo petrolero del país. La riqueza petrolera nacional,
que se quiera o no, ha sido trajinada por los más capaces y codiciosos
expertos en la materia. Afortunadamente, no se dispuso antes de
todos los medies más avanzados de la técnica moderna, ni tampoco se
creyó tan llegado el momento del cierre infranqueable de n o m á s con-
cesiones; es por ello que puede estimarse que Venezuela cuenta aún
con áreas de desarrollo de limitado riesgo. Estas áreas la CVP deberá
tener el cuidado de guardarlas y aprovecharlas con exclusión de paiti-
cipantes extraños. Pero en muchas otras regiones, también de interés
petrolero, convendrá diversificar los riesgos aceptando la participación
de otros que quieran correr el álea de las posibilidades que presenten
esas áreas de mayores riesgos. Siempre en tales casos el contrato de
servicio será económicamente más ventajoso que la concesión, porque
facilitará un ajuste más preciso a las posibilidades del éxito que se
obtenga.

Por todo lo expuesto se comprenderá que los contratos d e servicio


son: 1 ) absolutamente diferentes al sistema de las concesiones que
por tantos años se aplicó al petróleo venezolano, y 2) que es de interés
colectivo dejar abiertas las posibilidades de inversión en la industria
petrolera, para aprovechar el aliciente que da el petróleo a un natural
espíritu de riesgo y aventura. Reconocidas las características de la
industria petrolera, desde que se estableció el principio de n o m á s
concesiones, se previó la conveniencia de reencauzar las inversiones
dentro de un sistema contractual más ajustado a la defensa del interés
nacional.
EL PRINCIPIO DE "NO MAS CONCESIONES"

El principio de n o m á s concesiones, al igual que el de la p a r t i c i -


p a c i ó n razonable, se formuló desde 1946, cuando por primera vez el
Gobierno actuó como representante autorizado del pueblo venezolano.
A la opinión pública se explicaron ampliamente las causas determi-
nantes del cese del otorgamiento de concesiones petroleras. No fue
porque el sistema jurídico mismo de concesiones resultase inapropiado,
sino por razón del uso y abuso excesivo en el otorgamiento de conce-
siones petroleras, y por la magnitud del desarrollo alcanzado por esta
industria en el país. E n la Memoria al Congreso Nacional, mientras
afirmaba que "la época de las concesiones para la explotación de
petróleo, como se habían venido otorgando, ha pasado en Vene-
zuelaV,(l) también se daba cuenta de las concesiones de hierro de
Piacoa en las márgenes del Orinoco otorgadas a la Oliver kan, así
como de otras concesiones de oro, diamantes y demás minerales. Lo
determinante para poner cese al otorgamiento de concesiones petro-
leras fue lo ocurrido en petróleo, que no había sucedido aún para
aquella época en hierro, oro y diamantes. Después, también para el
hierro el desarrollo alcanzado reclamó que no se continuara el sistema
de concesiones para este mineral, observándose de paso que precisa-
mente las Minas de Piacoa otorgadas en 1947, revirtieron a la Nación
en octubre de 1960, prueba demostradora del equilibrio de posibilida-
des y ventajas mutuas cuando con el otorgamiento de la concesión
se intentó abrir camino a esta nueva industria, no desarrollada para
aquella época.
Llegado el momento de formular el principio de n o o t o r g a r n u e v a s
concesiones p e t r o l e r a s , se tuvo buen cuidado de explicar desde entonces
que la terminación del sistema de concesiones no significaba la termi-
nación de las posibilidades de invertir nuevamente los particulares
en la industria en formas diferentes al sistema de concesiones. E n el
mismo Informe al Congreso en que se presentó el principio de n o o t o r -
g a r concesiones se explicó que "el desarrollo de la explotación (de las

(1) Memoria de Fomento, 1947, pág. XIV.


concesiones) hacia los límites con tierras libres en las cuales los yaci-
mientos están en poder de la Nación" podía obligar a rápidas deci-
siones que evitaran daños a la colectividad. Aun para estos casos de
menor riesgo, en aquella época se sugirió como "una solución posible
enmarcada dentro del sistema jurídico vigente, y diferente por todos
respectos a. la concesión a particulares", que se diera la concesicín a
un Instituto del Estado. Se explicó que como el Instituto tendría que
cumplir "las obligaciones de concesionario -iguales a las empresas
particulares- y tratar de obtener otros beneficios. . . se verían exac-
tamente -medidas en bolívares- las ventajas o desventajas del
sistema, frente a las concesiones puras y simples". De seguidas se
explicaba que el Instituto que recibiera la concesión podría: a ) Rea-
lizar directamente los trabajos de exploración y de subsiguiente explo-
tación ; b) Contratar esos trabajos; c) Celebrar otros contratos de
acuerdo con lo más conveniente en las circunstancias". Con los propó-
sitos señalados trabajó una Comisión compuesta por los ex-ministros
Manuel Egaña y Enrique J. Aguerrevere y el diputado Alberto Car-
nevali, para estudiar y formular un proyecto que iniciara la nueva
experiencia del sistema diferente a las concesiones, para conservar
la posibilidad de diversificar el riesgo con participación de inversio-
n i s t a ~privados. Sobre esta Comisión también se informó al Congreso,
y concretamente se estaba tratando sobre las posibilidades de insta-
lación de "una refinería en unión con intereses argentinos". ( ] ) Luego
vino el paréntesis 1949-1957, pero ahora ya se cuenta con el Instituto
que se quería, la C o r p o ~ a c i ó nVenezolana del Petróleo, anteriormente
analizada. Las razones para mantener abiertas las posibilidades de
inversión de los particulares se explicaron al tratar sobre los contratos
de swvicio que puede celebrar la CVP.
El principio de n o mcis concesiones prendió vigorosamente en la
conciencia de los venezolanos, que han reconocido la necesidad de
pasar a una etapa diferente, tanto para el petróleo como para el hierro.
La cuestión fue constantemente debatida bajo los ataques, directos o
indirectos, de los intereses afectados. También el anhelante temor
de algunos obligó a tratar el tema con inusitada frecuencia. Mientras
tanto, algunos polarizaron las tendencias, desbordando los alcances
verdaderos del principio, distorsionándolo contra el específico interés
general colectivo, a, veces bajo la influencia de fines políticos egoístas.
Dr consiguiente, será necesario esforzarse en revisar con claridad,
una y otra vez, todos los hechos que conducen a fijar el principio de
no m á s concesiones, en el sentido exacto que interesa a la colectividad.
(1) Xemoiia del Níinisteiio de Fomenro, 1947. Introd., pág. XV.
Las cuencas sedimentarias constituyen el primer factor determi-
nante de las posibilidades petroleras de un país. El petróleo no se
encuentra por todas partes, como el aire o el agua, sino que al contrario
son sitios muy excepcionales los que han permitido las acumulaciones
de petróleo en cantidades económicamente explotables. El conoci-
miento de las circunstancias en que se puede encontrar el petróleo
lleva a una primera gran eliminatoria, la de excluir todas aquellas
partes de la tierra que desbordan los límites de las cuencas sedimen-
tarias. La influencia de la sedimentación en la formación del petróleo
da una primera posibilidad a estas cuencas, excluyendo lo que no sea
cuenca, sin llegar a constituir seguridad ninguna de yacimientos petro-
líferos comerciales. Tres de los seis países continentes, con amplísimas
cuencas sedimentarias, vienen comprobando el hecho de la poca ga-
rantía de petróleo que les presentan sus enormes volúmenes de sedi-
mento: ni la China, ni la India, ni el Brasil parece que llegarán a ser
grandes productores de petróleo. Este último, nuestro gran vecino
del Sur, tiene seis veces más extensión de cuencas que Venezuela y, sin
embargo, todos los esfuerzos que hace para producir petróleo no logran
hacerle pasar de la marca de 100.000 barriles diarios, cantidad relati-
vamente pequeña frente a los 3.500.000 barriles que produce VenezueIa.
Los 91,2 millones de hectáreas que hacen el territorio nacional
representan muy vastas superficies de tierra, pero de ellas lo más que
puede adjudicarse a las seis cuencas reconocidas en Venezuela son
44,5 millones de hectáreas. E s solamente allí, en las cuencas del Golfo
de Venezuela, de Maracaibo, de Falcón, de Apure, de Cariaco y de la
Gran Cuenca Oriental, donde había posibilidades petrolíferas. El
resto del país, con sus formaciones geológicas diferentes, tiene descar-
tadas esas posibilidades para sus 46,7 millones de hectáreas. Propor-
cionalmente, Venezuela está bien dotada de cuencas sedimentarias,
porque su territorio tiene un 49 por ciento de cuencas, mientras toda
la tierra firme del mundo y sus plataformas continentales solamente
ofrecen una cuarta parte en formaciones sedimentarias. Y como aún
dentro de esas cuencas sedimentarias, proporcionalmente menores a
las de Venezuela, grandes extensiones se sabe que no tienen posibili-
dades de producir petróleo, se aprecia mejor la privilegiada condición
del país.
Los 44,5 millones de hectáreas del territorio venezolano con posi-
bilidades petrolíferas por ser cuencas sedimentarias, aumentaron las
expectativas de riqueza petrolera al irse descubriendo prolíficos yaci-
mientos en muchos lugares de esas grandes extensiones del territorio
nacional. Pero siempre se está, aun así, dentro del concepto de posibi-
lidad, que no llega siquiera al de probabilidad, mientras solamente
se sustenta la expectativa sobre la condición de formación sedimen-
taria de la extensión de tierra que se tenga en cuenta, y no obstante
haber comprobado buenos yacimientos en la región.
Por esta razón, no debe crear confusión la proporción en que se
encuentren las áreas de concesiones vigentes frente a toda la extensión
de las cuencas sedimentarias. Es necesario tener en cuenta otros
factores, tales como los de la riqueza diferente mostrada por los dis-
tintos yacimientos probados en diferentes partes de las cuencas, y
como los de que en casi toda la extensión de las cuencas ya fue objeto
de cuidadosa inspección, selección y desecho por gente de la más
experta en el negocio del petróleo.
Todas estas cuestiones son de señalada importancia cuando se
trata de evaluar el futuro del petróleo en Venezuela. Se precisa
contrarrestar con voluntad, analizando cuidadosamente toda la situa-
ción, la hábil e interesada propaganda que por mucho tiempo viene
condicionando al venezolano para que actúe como si la riqueza actual
fuera inagotable. Se trata así de que vendado el país con esa riqueza,
la despilfarre con despreocupación, facilitando que los empresarios
activen su explotación del negocio para liquidarlo en el menor tiempo
posible. Si el tiempo es generalmente oro, en el petróleo lo es más. . .
para el concesionario. Sin embargo, para el dueño del petróleo el
tiempo es oro en sentido contrario, por muchos respectos. Tiempo
que pasa es tiempo que gana, porque el petróleo, recurso agotable,
cada día se hace más costoso encontrarlo y producirlo, mientras cada
día lo reclaman en mayores cantidades las necesidades del progreso
y las aspiraciones de bienestar de los pueblos.
Al mayor valor futuro se agrega la posibilidad de que con el
tiempo se haga un reparto de ganancias más razonable. Además, el
seguro valor futuro no llega a compensarse con el valor actual Útil,
porque generalmente los países exportadores de petróleo tienen exce-
dida su capacidad real para el empleo de capitales. Precisamente, se
han excedido a consecuencia de los ingresos que reciben y que, aun
cuando lo más frecuente es que no hubiesen llegado a un nivel razo-
nable, son tan importantes y crecen tan rápidamente que difícilmente
alcanzan a utilizarse como más conviene.
Las áreas petroleras constituyen otro concepto que es imprescin-
dible conocer. Están formadas las áreas-por aquellas partes de las
cuencas en que se han hecho trabajos exploratorios de alguna signifi-
cación. Con base en tales trabajos, las distintas partes de las cuencas
presentan extensiones más reducidas, en las que el conocimiento de
las posibilidades petroleras puede haberse precisado lo suficiente como
para evaluarlas mejor, estableciendo las consiguientes categorías que
las distinguen. En esta forma en Venezuela se tienen 36 áreas de
muy variado interés petrolero.
Se deja dicho antes que las cuencas sedimentarias, con su mera
posibilidad petrolífera, al aumenar los conocimientos que se van te-
niendo de ellas, permiten catalogarlas muy diferentemente. Se hizo
antes mención a las diferencias entre las cuencas de distintos países,
y lo observado a tal respecto se aplica a las cuencas de cada país. Las
cuencas venezolanas presentan también notables diferencias. Van
desde la Cuenca de Cariaco, que ha tenido tan poca atracción para
la exploración como para que no pueda asignársele ninguna área
petrolera, ni en su subcuenca del Tuy ni en la de Cubagua, hasta la
Cuenca de Maracaibo, que las supera a todas con atracción tan deslum-
brante como la de su Relámpago de Catatumbo.
Sin embargo, aun dentro de esta cuenca tan atrayente de Mara-
caibo, las diez áreas petroleras que se le reconocen presentan muy
v a ~ i a d ointerés. El Area Alquitrana, con el sacudimiento producido
por el terremoto de Cúcuta, en agosto de 1875, llevó al país a las
puertas de una industria petrolera venezolana desde aquellos primeros
años en que iniciaba el mundo la carrera del petróleo. Pero el jugo de
In tiewn que hizo brotar el ter~emotono provenía de yacimientos ni
remotamente parecidos a los que hicieron volar por el aire las decenas
de miles de barriles del Pozo Barroso 2 en la Costa del Lago, muchos
años más tarde. El fracaso de la Compañía Petrolia del Táchira no
se debió a limitaciones de los venezolanos sino, fundamentalmente, a
que el Area Alquitrana, no obstante encontrarse en la Cuenca de
Maracaibo, no era realmente un área petrolera comercial. La prueba
es que después del fracaso final de la compañía venezolana, uno de
los gigantes del petróleo obtuvo concesiones en esa área y también
fracasó. La Shell, con todo su potencial técnico y económico, después
de muchos años de gastos y de trabajo, se vio en el caso de abandonar
La Alquitrana a su suerte de engañador. Y la Shell fue precisamente
la empresa que sí dio en el blanco de la riqueza petrolera venezolana,
cuando en julio de 1914 produjo 250 barriles diarios del Pozo Zuma-
que 1 del área petrolera Mene Grande.
De las 10 áreas petroleras de la Cuenca de Maracaibo se sabe,
pues, que la de Alquitrana no tiene interés, pero que sí es importante
Mene Grande, y se puede agregar El Cubo, Boscán y Mara. Nada,
sin embargo, se puede comparar a la Costanera Bolívar. Esta área
es la que constituye realmente la riqueza petrolera de Venezuela. Se
le estiman 1.290.000 hectáreas, es decir, solamente como una quinta
parte de la Cuenca de Maracaibo, que a su vez solamente representa
el 13 por ciento de la superficie de cuencas de Venezuela, y 6,2 por
ciento del territorio nacional. De consiguiente, el área Costanera
Bolívar representa únicamente el 2,9 por ciento de las cuencas y el
1,4 por ciento del territorio de Venezuela. Pero la Costanera Bolívar,
que aportaba las dos terceras partes de toda la gran producción del
país para 1960, todavía continúa ganando terreno en estos años: de
los 1.242 millones de barriles que produjo Venezuela en 1964, la can-
tidad de 896 millones fue extraída de la Costanera Bolívar, como si
fuera mar sin fondo. Para volver por los niveles de ganancia, que
ya se ha dicho viene siendo oportuno rebajarles, cada día los concesio-
narios fincan más su extracción petrolera en el filón de "La Vía de
Oro" que sirve de eje a la Costanera Bolívar. La proporción extraída
de esta Area en 1965 está por sobre el 72 por ciento de toda la produc-
ción de Venezuela. Esta prodigiosa producción es la determinante
de la elevación en la producción por pozo que viene presentando Vene-
zuela. El promedio, que era de 266 barriles diarios para los 10.411
pozos en producción en 1959, llega a 307 barriles diarios en 1963 y
se remonta aun en 1964 hasta 313. La Cuenca de Maracaibo tiene
una producción de 366 barriles por pozo, mientras en el resto del país
sólo se llega a 209 barriles. Las reservas recuperables de esta famosa
área cubren como las cuatro quintas partes de los 18.000 millones de
barriles en que se han estado estimando como reservas fiscales de
Venezuela. Más todavía, de los 87 pozos exploratorios que probaron
reservas en 1960, los 18 pozos de la Costanera Bolívar contribuyeron
con el 93 por ciento de esas reservas, mientras los 69 pozos de otras
áreas sólo aportaron el 7 por ciento restante.
La conclusión evidente suministrada por los datos escuetos de
la realidad y de los hechos no permite dejar correr la imaginación,
ni siquiera en las regiones del Trópico. Pero el constante y hábil
trabajo para condicionar la mente y no mostrar la realidad, reclama
un perenne alei-ta por parte de los venezolanos que tienen la respon-
sabilidad de hacer de Venezuela un país activo en el progreso.
Venezuela tiene un gran territorio y en él están ubicadas cuencas
sedimentarias en una mayor proporción que el promedio mundial.
Cuatro de estas cuencas tienen reservas probadas y producción de
petróleo, pero todo conduce a demostrar que es únicamente una frac-
ción de la Cuenca de Maracaibo la que realmente coloca al país en
posición petrolera predominante. De no ser por la Costanera Bolívar
de la Cuenca de Maracaibo la situación sería que el país se encontraría
entre uno de tantos niuchos otros productores de petróleo que tienen
muy limitada significación. Siempre intentando llegar a la Costanera
Bolívar se mueve el mundo internacional del petróleo, por una u otra
parte del país, trabajando o haciendo que lo hacen en otras extensiones
y áreas, pero siempre pendientes de cualquier oportunidad que les
abra las puertas de "La Viu de O r o " . Hasta en la pequeña rebatiña
que les dio la pasada dictadura, la inmensa mayoría de las concesiones
otorgadas fueron prontamente devueltas como desecho, una vez que
consiguieron lo que buscaban en el Lago.
Más de la mitad del territorio nacional no tiene siquiera posibili-
dades de petróleo por no ser de formación sedimentaria. Los 44 mi-
llones de hectáreas restantes de rocas sedimentarias con posibilidades
petrolíferas han sido investigados y explorados por la más competente
técnica moderna de los gigantes internacionales del petróleo, con
amplia libertad de selección para conservar lo mejor y desechar lo
que se creyó sin regulares probabilidades petrolíferas. Hasta 1943
la Nación había recuperado en una u otra forma áreas que estuvieron
bajo el control de la industria petrolera en una extensión aproximada
de 10 millones de hectáreas. Después se han seguido devolviendo
otras grandes extensiones que estuvieron bajo el poder de las empresas,
con bastante tiempo para haberlas explorado a su arbitrio y devolver
solamente las que consideraron desechables. La suma de las áreas
devueltas es del orden de los 12 millones de hectáreas, cantidad que
añadida a lo sucedido antes de 1943 y a todas las posibilidades de
selección que han tenido las empresas, deja idea bastante clara de
las posibilidades limitadas que tiene el país, o puede tener en las áreas
que se encuentran fuera de los límites de las concesiones que controla
la industria.
La idea clara de la situación conduce a que ha de pensarse que
son bien limitadas las áreas escapadas del poder selectivo de las empre-
sas y representen una riqueza efectiva para el futuro desarrollo petro-
lero de Venezuela fuera de las áreas de las concesiones vigentes. Este
concepto es la base del principio de n o nzás concesiones, sobre el cual
se levantan las razones complementarias de los objetivos perseguidos
por el mencionado principio.
Por razones lógicas del proceso que se deja resumido y por la
misma naturaleza de las formaciones petrolíferas, lo que queda a
Venezuela fuera del control de las empresas en las concesiones vigentes
tiene que ser relativamente menor en cantidades absolutas y mayor
en dificultades de encontrarlo y producirlo. Ello bastaría para in-
tentar que un sistema distinto al de concesiones permita elevar al
máximo la participación del país. Pero hay otros factores que contri-
buyen a fortalecer el principio de n o m á s concesiones. Ellos provienen
de las condiciones en que se encuentran las concesiones bajo el control
de la industria petrolera.
El área probada por la industria petrolera es todavía insignifi-
cante en relación a toda el área de las concesiones vigentes, aún des-
pués de los 7 años transcurridos desde la reimplantación del principio
de n o m á s concesiones. También deberá tenerse en cuenta que ese
principio, implantado en diciembre de 1945, no pudo violarse en los
9 años de la dictadura sino ya para el momento en que ésta iba a
terminar. E n realidad aquel Gobierno solamente pudo colocar exten-
siones relativamente pequeñas, comparadas con las grandes extensio-
nes de concesiones que venían conservando desde 1943 las empresas
petroleras. A todo esto se agrega, como antes se dijo, que de las
822.163 hectáreas de las últimas concesiones gran parte fue devuelta
muy pronto porque el tomar esas concesiones tuvo por interés y propó-
sito encubrir el objetivo verdadero perseguido.
De consiguiente, es importante analizar el curso del control por
las empresas de las concesiones que conservan desde que se implantó
por primera vez el principio de n o m á s concesiones. En diciembre
de 1945 la industria tenía 11,7 millones de hectáreas y 10 años más
tarde, a fines de 1955, conservaba 5,9 millones. Con todos los años
transcurridos y los grandes aumentos de producción, que fueron de
los 323,4 millones de barriles para el año 1945 hasta los 787,4 para
1955, en este último año la industria solamente tenía probadas 322.794
hectáreas: apenas 5,47 por ciento. E n 1957 termina el año, incluidas
las concesiones entregadas por la dictadura, con 6,7 millones de hec-
táreas de concesiones y un área probada de 421.849 hectáreas, es
decir, apenas el 6,30 por ciento de las concesiones, y aun de ese pequeño
porcentaje una cuarta parte no estaba sometido a explotación. El
área neta, de la cual se estaba extrayendo la siempre creciente pro-
ducción que en 1957 superó los 1.000 millones de barriles, consistía
en tan sólo 318.864 hectáreas, o sea, el 4,76 por ciento de las conce-
siones bajo el control de la industria.
E n los 7 años transcurridos hasta 1964, año en que la producción
se elevó a 1.242 millones de barriles, y después que los constantes
deshechos de las empresas redujeron el área de las concesiones vigentes
a 3,2 millones de hectáreas, todavía el área probada apenas sobre-
pasaba el medio millón de hectáreas, es decir, menos de una sexta parte
de la extensión de las concesiones.
En los últimos 7 aííos, de estricta aplicación del principio de
n o mcis concesiones y de constante excitación a los concesionarios
para que exploren con perforaciones, o devuelvan al Estado las enor-
mes extensiones de concesiones ociosas que mantienen en su poder,
la industria solamente elevó su área probada de las 421.849 hectáreas
de 1957 a las 518.194 hectáreas de diciembre de 1964. Las 98.7'08
hectúreas agregadas clan el ~ n i n i m opromedio anual de 14.100, n o obs-
tante que e n diciembre de 1964 conservaban una Úrea ociosa de conce-
siones de 2.725.536 hectáreas. Como e n la medida e n que pasa el
tiempo el proceso de agotamiento mundial del petróleo se acelera,
frente a un acelerado aumento de la demanda, el valor de lo que nos
?.esta de riqueza petrolera aumenta. Ello explica hasta la evidencia
el manifiesto deseo de la industria de controlar las mayores exten-
siones que pueda de áreas con probabilidades petrolíferas. A la in-
versa, el interés colectivo reclama que la industria solamente mantenga
en su poder un mínimo razonable de áreas no trabajadas disponibles,
para sostener el proceso de producción que vaya cumpliendo en las
áreas probadas. Tal mínimo no se puede fijar a priori porque debe
ser función de las reservas encontradas en las áreas probadas, de los
niveles de producción y de los programas futuros de expansión de
esa producción. Pero, desde luego, es evidentemente inaceptable una
relación de 1 a 5, cuando se conoce que al 1 sólo se ha llegado agre-
gando en 7 años una quinta parte.
Además, se advierte que en los últimos 3 años el promedio anual
de hectáreas probadas añadidas fue solamente de 5.850, es decir,
0,466 por ciento de los más de 2,7 hectáreas ociosas: sólo 46,6 m2 de
los 10.000 m2 de cada hectárea ociosa!
Se observó en 1962 que "las 35.650 hectáreas probadas, añadidas
en los 3 últimos años (1959-1961) representan mínima fracción de
las concesiones vigentes: constituyen menos del 1 por ciento de las
siete octavas partes no probadas de las concesiones". Se agregó que
"a semejante lentitud exploratoria, teóricamente serían necesarios
más de 300 años para cubrir como hectáreas probadas los 3.620.204
hectáreas de concesiones sin reservas acusadas". (l) La situación se
ha agravado para los tres años transcurridos desde entonces, 3 años
más de tardanza en cumplir el compromiso, implícito del sistema de
concesiones, de trabajar efectivamente la concesión: el sistema es
hostil a las concesiones ociosas. Si los venezolanos realmente quisieran
o necesitaran volver a activar el sistema de concesiones, antes que
nada tendrían que volverse contra las concesiones ociosas actuales;
(1) "Política Petrolera", pág. 42.
tendrían que ser éstas las primeras en subastarse en el mercado. Pero,
en todo caso, también en el régimen de asignaciones y c o n t r a t o s de
servicios se va haciendo necesario terminar con las concesiones ociosas,
claro abuso de derecho del concesionario.
La t e r c e r a d i m e n s i ó n de las concesiones es un nuevo factor de
mucha significación en toda esta materia. Su difícil evaluación dentro
del concepto de las concesiones ociosas y como elemento de la p o l i t i c a
d e defensa y conservación d e l p e t d e o , no puede restarle importancia.
La circunstancia de que los derechos de los concesionarios se deter-
minen por las áreas teóricas de las superficies bajo las cuales se
acuerdan esos derechos de explotación, venía encubriendo la necesidad
de visualizar claramente que los derechos de concesión se extienden
en las tres dimensiones del espacio, de las cuales dos le están limitadas
al concesionario por las áreas de la concesión, mientras la tercera
dimensión, de la profundidad, sólo tiene por límites los que impone el
adelanto de la técnica que cada vez facilita los trabajos a mayores
profundidades. La t e r c e r a d i m e n s i ó n d e las concesiones sólo vino a
destacársenos con el primer descubrimiento de petróleo en forma-
ciones del Cretáceo en el Lago de Maracaibo. Por ello fue que desci~
1962 se introdujo en el gráfico tradicional de A r e a s P r o b a d a s e n Con-
cesiones, que intenta mantener a la vista la importante relación, la
figura del cubo para i r adquiriendo conciencia más exacta de la ampli-
tud de los derechos de los concesionarios, que van desde las formaciones
del Pleistoceno Reciente, con sólo una fracción de las reservas proba-
das, hasta el propio basamento; aun allí se almacena una porción
importante del petróleo de las reservas de Venezuela. Entre la más
superficial y la más profunda de las formaciones mencionadas, los
derechos del concesionario atraviesan seis otras formaciones, de las
cuales el Mioceno, el Otigoceno y el E o c e n o guardan la gran mayoría
de las reservas probadas.
El concepto real volumétrico de la concesión y el número de
formaciones que presentan interés petrolífero en el país conducen a
revaluar la situación general de las concesiones. E n consecuencia,
tiene que mantenerse presente que aun las áreas probadas de las
concesiones no implican que el derecho mismo se haya utilizado en
toda su amplitud. Muy pocas son las áreas probadas que fueron perfo-
radas hasta el basamento, y ningún ejemplo es más significativo y
evidente que el creciente número de perforaciones llevadas hasta el
basamento en el Lago de Maracaibo después del primer descubrimiento
de petróleo en el Cretdceo. Antes de esas perforaciones, bajo los
prolíferos yacimientos de sus áreas probadas, se encontraban otras
formaciones que no habían sido trabajadas. E s así, pues, que hasta
en las áreas probadas de las concesiones se encuentran derechos ociosos
de los concesionarios. Estos derechos en reserva tienen que tomarse
en cuenta en la razonable relación que debe existir entre el área de
concesiones probada y las áreas que se considere justificado mantener
en reserva.
Como queda dicho, las reservas probadas remanentes que tiene
el área probada en las concesiones se ha encontrado en 8 diferentes
formaciones, que van del P l e i s t o c e n o R e c i e n t e al B a s a m e n t o . De con-
siguiente, al tomar en cuenta la tercera dimensión, el área actual
probada de 525.000 hcctáieas, multiplicada por las 8 formaciones que
muestran probabilidades petroleras aumentaría el área a 4,2 millones
de hectáreas. Pero como se desconoce el número de formaciones
probadas de cada hectárea y se sabe que en muchos casos sólo pocas
han sido probadas, podría considerarse razonable que solamente la
mitad del área multiplicada por las formaciones se encuentra probada
en toda su extensión y que aun en lo que se había tenido siempre por
área probada, cuando sólo se tuvo e11 cuenta su extensión en un nivel,
mantiene un potencial ocioso equivalente a la otra mitad. Es decir,
de los 4,2 millones de hectáreas, tomadas en cuenta las 8 formaciones,
2,1 millones podrían estimarse realmente probadas, mientras el 2,l
restante debiera añadirse a las concesiones ociosas.
Extendido el concepto de la tercera dimensión a todas las conce-
siones vigentes, los 3,24 millones se multiplican por las 8 formaciones
dando un total de 25,92 millones de hectáreas. De este nuevo concepto
de extensión de las concesiones resulta una relación más cierta de
evaluación frente al área realmente probada que, como quedó explicado
anteriormente, corregida por el concepto de la tercera dimensión,
resulta de 2,l millones de hectáreas. La relación llega así a 13 a 1,
en vez de la de 5 a 1 que aparecía cuando solamente se tomaba en
cuenta la extensión y no el derecho a todo el volumen, como lo confiere
la concesión.
Todas las razones expuestas conducen a que, aun cuando Vene-
zuela tuviese todavía grandes nuevas extensiones sedimentarias, con
magníficas probabilidades petroleras, se justificaría el cese de la
entrega de nuevas concesiones mientras no se lograra movilizar con
mayor dinamismo la exploración de las áreas de concesiones vigentes,
que en tan grandes magnitudes exceden las áreas probadas, y más
aun las directamente en explotación, en las que la industria ya logra
extraer los elevadísimos volúmenes de producción de Venezuela. Pero
cuando el cuadro de la situación se completa con lo que se ha visto
de las probabilidades petrolíferas de las áyeas que quedan a Venezuela
fuera de las concesiones que mantiene bajo su control la industria,
se destaca la imposibilidad de seguir otorgando concesiones, como lo
tienen bien reconocido los venezolanos.
La sustitución del sistema está concebida y planeada desde el
mismo momento en que se propuso la terminación del sistema de
concesiones. Esta sustitución está en marcha con la Co?poración
Venezolana del Petróleo, y la complementación del nuevo sistema por
contratos de sewicios debe realizarse de un momento a otro. Sin
embargo, la celebración de contratos específicos de servicio, con riesgos
exploratorios en condiciones aceptables, no depende exclusivamente
del mayor o menor deseo que se tenga por parte del Gobierno. Depen-
de también del deseo y la voluntad de las empresas inversionistas,
dispuestas a convenir en las diferencias básicas del nuevo sistema.
Parece también muy claro que el cambio que se busca no puede lograrse
fácilmente. Los contratistas, como es natural, buscarán por todos
los medios las mismas condiciones de ventaja del sistema de conce-
siones. Por ello es necesario conocer cómo ha de actuarse en el regateo
que toda transacción implica y al que precisamente para e1 petróleo
se lo conoce como "el juego de la espera".
Las concesiones todavía vigentes queda demostrado que dan a
Venezuela amplio margen para mantener a su favor el dicho "juego
de la espera". Es verdad que, de otra parte, los potenciales de pro-
ducción en escala mundial son más que suficientes para que la indus-
tria petrolera internacional pueda también manejarse en el mismo
juego de intentar que la espera la favorezca. Mas, es importante
mantener muy presente que la abundancia de suministros en escala
mundial no incide con igual fuerza en todas partes. Se hace necesario
fijar con claridad la posición de Venezuela en el conjunto mundiai
de los suministros de petróleo, y ya se ha visto cómo pesa este factor
hasta para crear el diferencial de precios que obtienen los petróleos
del país. Razones semejantes a las que determinan pagar más por
el petróleo criollo, necesariamente serán decisivas en la urgencia de
obtener derechos, aun cuando no consistan en clefl.echos reales, sobre
nuevas reservas venezolanas, y aun cuando tengan que aceptarse
nuevas condiciones. El éxito en la implantación más inmediata de
los contratos de servicio dependerá más de la situación nacional que
de la de los suministros internacionales. Por ello se hace indispen-
sable la solidaridad en el frente nacional del petróleo, tan urgente
en todos sus aspectos.
O R G A N I Z A C I O N DE PAISES EXPORTADORES DE PETROLEO
(OPEP)

El principio de unión de todos los países exportadores de petróleo


surge de la comunidad de intereses y de la necesidad de defenderse
de las poderosas fuerzas foráneas, constituidas por la industria petro-
lera internacional que maneja las riquezas nacionales. La urgencia
del acercamiento entre Venezuela y el Medio Oriente se vio muy clara
desde que, terminada la Guerra Mundial y habiendo entrado en decli-
nación la industria petrolera en Estados Unidos, la inesperada deman-
da de postguerra aceleró ia puesta en producción de las enormes
reservas petroleras del Medio Oriente.
E n 1947 el gran país del petróleo, Estados Unidos, cruzaba la
línea del país exportador para convertirse en importador neto de
petróleo. E n la misma época el Gobierno de Venezuela tomaba una
posición más activa frente a su riqueza petrolera explotada por empre-
sas extranjeras. El Gobierno inició acción en la cuestión de los
precios que se pretendía mantener congelados, pese a las presiones
del mercado consumidor. De otra parte, también se movió el Gobierno
en el sentido de imponer una participación razonable en las ganancias
obtenidas pos los invessionistas foráneos. Desde entonces fue ele-
mento constante de presión para intentar volver a la situación anterior
la amenaza del petróleo del Medio Oriente, con sus costos mínimos
y sus incalculables reservas. Pero también desde entonces Venezuela
tuvo conciencia de que la comunidad de intereses llevaría a la solida-
ridad en el frente de la defensa contra los intereses opuestos.
Comentando una noticia de "Oil & Gas Journal" sobre el incre-
mento de la producción del Medio Oriente, el Boletín Informativo del
Ministerio de Fomento del 19 de octubre de 1948 afirmó : "Realmente
a Venezuela le complace que otros países puedan entrar a compartir
con ella la muy grave responsabilidad de abastecer al mundo su cre-
ciente necesidad de combustible líquido. . .". Desde entonces se asu-
mió la posición correcta de no lanzarse en una carrera de producción
ilimitada. Por el contrario, se reconocía la necesidad de limitar la
participación de Venezuela en los mercados internacionales a una
razonable concurrencia de otras fuentes de suministro.
Bien pronto se vio que también el Medio Oriente saldría a la
defensa de su petróleo y que las grandes distancias que separan al
Mar Caribe y al Golfo Pérsico no impedirían la coincidencia de inte-
reses. Después que Venezuela elevó su participación mediante el
procedimiento impositivo que se dio en llamar "Arreglo 50 y 50", el
Gobierno de Irán solicitó una participación equivalente de la Anglo-
Persian Oil Company, predecesora de la British Petroleum. E n 1949
la Anglo-Iranian pretendió llegar a un arreglo que escamoteaba la
justa participación persa, pero el Parlamento lo rechazó. Así surgió
el proceso que finalmente llevó a la nacionalización, cuando ~ o h a m e c l
Mossadeq asumió el poder en 1951. La cuestión planteada entonces
a consecuencia de haber intentado Irán obtener condiciones similares
a las de Venezuela, habría seguido un curso muy diferente si Vene-
zuela y otros países exportadores hubiesen tenido en aquellos años
gobiernos responsables, conscientes del interés común que estaba en
juego en el caso de Irán. Desafortunadamente, no fue así y Mossadeq
quedó derrotado con el aislamiento y el cinturón de estrangulación
económica que oprimieron a Irán, unidos a errores de nacionalismo
exagerado. Con todo, la acción venezolana, seguida por el intento
de Irán, produjo sus consecuencias favorables para los otros países
exportadores. E n diciembre de 1950 la Arabian América acordó a
Saudi Arabia reconocimiento de una mayor participación bajo una
fórmula especial del 50 - 50. E n noviembre de 1951 la fórmula se
extendió a Kuwait y en febrero del año siguiente a Iraq, mientras en
Bahrein sólo entró en vigencia en diciembre de 1952. Para Irán,
cuando llegó al arreglo de octubre de 1954, las condiciones establecidas
con el Consorcio fueron substancialmente superiores a lo que la Anglo-
Iranian pretendía. Además, esta empresa pagó también cara su ter-
quedad al encontrarse con un interés reducido a sólo 40 por ciento
en el Consorcio.
A través de todas estas incidencias los pueblos de los países
exportadores de petróleo fueron adquiriendo conciencia de la necesidad
de unir sus fuerzas para la defensa de los intereses comunes. Sería
cuestión de esperar la oportunidad de gobiernos responsables que
dieran impulso al proceso de acercamiento. Aún bajo el peso de la
dictadura, con todo y las limitaciones que conlleva, la necesidad de
acercamiento de Venezuela con el Medio Oriente llegó hasta concre-
tarse en el envío de una primera misión de buena voluntad. Si esta
misión no tuvo mayor trascendencia mostró, sin embargo, que la
cuestión del acercamiento estaba en marcha. Después, con ocasión
de celebrarse en Caracas la Convención Nacional de Petróleo, en
septiembre de 1951, algunos personajes relacionados con el petróleo
del Medio Oriente aprovecharon visitas a Venezuela. Fue entonces
cuando Abdullah Tariki estuvo en el país por primera vez, ansioso
de hacer contactos que crearan vínculos más permanentes entre los
dos grandes centros exportadores de petróleo. Sin embargo, como
era de esperarse, la situación no adelantó mucho más.
Acontecimiento de suma importancia para el petróleo fue el
cierre de1 Canal de Suez, a consecuencia de la guerra que le desataran
a Egipto por haber nacionalizado el Canal. Este hecho, que sacudió
al mundo y mostró a todos la importancia del petróleo y la creciente
dependencia que tienen los grandes consumidores del comercio inter-
nacional de este producto, también produjo efecto de gran profundidad
en el ánimo de los países exportadores de petróleo del Medio Oriente,
ansiosos de defender su riqueza petrolera. El Gobierno de la Repú-
blica Arabe Unida mostró al mundo de los países débiles y en estado
de desairo110 que se vivían tiempos diferentes a aquellos en que era
inútil toda defensa frente a la voracidad de los países fuertes y de-
sarrollados. Pero, además de mostrar la mayor solidaridad humana
que podía liegar a poner límites a injusticias manifiestas, sirvió de
ejemplo de que los países en desarrollo pueden tener la competencia
y la capacidad de administración que reclaman grandes empresas,
como la del Canal de Suez. Mostró que las especialidades técnicas
que no tenga el país pueden obtenerse de otras naciones mediante una
remuneración adecuada para los técnicos que puedan requerirse, que
es también la forma como lo hacen las empresas y gobiernos de los
países desarrollados.
E1 Canal quedó cerrado en octubre de 1956 en forma tal que todo
hacía pensar que transcurriría mucho tiempo antes de poderse volver
a usar una vez que, llegado a un arreglo, comenzaran los trabajos de
salvamento de los barcos hundidos. Tanto se pensó en la tardanza
de restablecer el tráfico que la industria petrolera internacional, Y
consiguientemente los países exportadores, pagaron caro el error come-
tido. No contaron con los adelantos de la técnica, ni con lo que los
países atrasados pueden hacer para utilizar esos adelantos aun cuando
ellos misnios no los tengan.
El primer arreglo provisional entre la RAU y la Cía. Universal
del Canal de Suez no se vino firmando sino el 29 de abril de 1958 en
el éxito del Congreso era indispensable la participación del mayor
exportador de petróleo que, además, se encontraba ubicado en una
región bien distante del centro productor del Golfo Pérsico, en el
Caribe. Sabían los organizadores que Venezuela era un país clave
para la seguridad del éxito en la defensa de los intereses petroleros
de los pueblos árabes. No sólo apreciaban en toda su importancia la
posición geopolítica del gran exportador del Caribe, sino que conocían
muy bien la forma como el pueblo venezolano había actuado, aun
independientemente de toda colaboración, en la primera oportunidad
en que tuvo un Gobierno que i'mlmente representó sus intereses.
La acción unilateml de Venezuela con el histórico Decreto N" 112
de 31 de diciembre de 1945, que llevó la participación para ese mismo
año al nivel que se juzgó razonable, f u e la señal de que este país sabía
ejercer sus derechos de soberanía rompiendo con ello toda una historia
de sumisión de los pueblos atrasados frente a la poderosa industria
internacional del petróleo. Ese Decreto, como lo comentó en su opor-
tunidad un editorial de una publicación especializada,(l) tuvo que
sacudir al mundo del petróleo por el precedente creado. El sacudi-
miento desagradable para los intereses afectados, fue para las naciones
similares a Venezuela un alerta hacia las posibilidades de defensa de
sus intereses. E l Decreto de diciembre de 1945, que llevó luego al
llamado "arreglo 50 - 50", se h a visto cómo repercutió en el Medio
Oriente, de donde se comprende la importancia que daban a la parti-
cipación de Venezuela los organizadores del Cong~eso. A todo se
agrega que la participación de Venezuela facilitaría también la parti-
cipación de Irán, otro gran exportador de petróleo no árabe, y de la
misma 1-egión del Golfo Pérsico.
'I'arios fueron los intentos que hicieron los organizadores del
Congreso para asegurar la asjstencia de Venezuela. Pero no fue sino
a comienzos de 1959, elegido el primer Gobierno Constitucional de
Venezuela, después de derrotada la dictadura en enero de 1958, cuando
el nuevo Gobierno mostró el interés que tenía en la celebración del
Congreso, asegurando su asistencia desde antes de asumir el poder.
Fue así que pudo celebrarse esta importante reunión internacional
en abril de 1959.
Las sesiones del Congreso tuvieron gran interés pero, como en
tantas otras reuniones de esta indole, más importantes resultaron las
entrevistas privadas celebradas entre los altos dirigentes guberna-
mentales de los principales países exportadores. Resultado de estas
reuniones fue un documento privado, autorizado por la firma de los
Jefes de Delegación de los países exportadores, incluyendo a Irán y
Venezuela.
Las discusiones de El Cairo y los principios reconocidos en el
documento privado que se firmó en aquella ciudad, constituyen el
germen de lo que ahora es la O~ganixaciónde Paises Exportaclo~esd e
Petróleo. Aquel germen se movió rápidamente hacia la creación
formal de la Organización, excitado por lo que siguió ocurriendo con
los precios del petróleo, sometidos a los programas de abaratamiento
que se habían propuesto los grandes países consumidores, urgidos
cada vez más de importar mayores cantidades de esta fuente de
energía. Junto con la ronda de baja de precios de agosto de 1960 se
produjo el sacudimiento final que llevó a la Reunión de Baghdad y
a la creación de la OPEP el 14 de septiembre de ese año.
La necesidad histórica de una organizrción como la OPEP se
ha evidenciado con el rápido éxito que lleva alcanzado, superando
todas las maniobras y presiones que saben ejercer los países avanzados
sobre los países ciébiles cuando están en juego intereses tan impor-
tantes como los del petróleo. Las dudas sembradas por todas partes
alrededor de la Organización han tenido que desvanecerse, confron-
tadas por los sucesivos hechos que muestran la fuerza solidaria de
la OPEP. E n el gráfico "Organización de Países Exportadores de
Petróleo y Grandes Empresas de la Industria" se indica la correlación
de la industria que funciona en los países exportadores.
Desde sus primeros momentos, cuando todavía se estaba en la
discusión de las bases mismas de la Organización, la Reunión de
Baghdad produjo el impacto de que las empresas internacionales
cancelaran una buena parte de las rebajas que habían llegado hasta a
publicar. Después, creada la Organización, lo-;precios publicados que-
daron congelados, por lo menos a los efectos de los impuestos que pagan
las empresas a los productores del Medio Oriente. E n sí con esto la
presión de los descuentos se encuentra contrapuesta con la resistencia
que significa que el descuento no pueda ni parcialmente transferirse
al país productor. E n estas condiciones en un centro exportador de
la categoría del Golfo Pérsico, aun cuando en otras regiones exporta-
doras el sistema de las realizaciones lleva a la transferencia de los
dhcuentos, las presiones sobre éstos aprovechan los efectos que deter-
mina la situación del Medio Oriente. E n una u otra forma la OPEP
há tenido el efecto positivo, aun cuando pasivo por no ser el resultado
de una acción directa, de frenar las presiones que amenazaron los
precios en la escala que indicaban las reducciones que precedieron a
la Organización.
También puede acreditarse a la Organización como hecho positivo
el mayor acercamiento, comprensión y confianza que se va estable-
ciendo entre los miembros de la OPEP. Cada día que pasa los miem-
bros reconocen la extensión y correlación de los importantes intereses
comunes que los ligan, derivándose de tal reconocimiento la seguridad
creciente de las fuerzas poderosas que pueden poner en juego para
contrarrestar a las que han venido aprovechando injustamente su
debilidad. Con la seguridad que da la confianza mutua, más cons-
cientes se hacen los países exportadores de la creciente significación
del comercio internacional del petróleo.
Vale la pena destacar, eiitre otros casos específicos, el de Kuwait,
el más pequeño gran productor de la OPEP. Su participación en
esta poderosa organización internacional ha contribuido decisivamente
a que adquiera mayor seguridad en toda su actuación internacional.
Desde luego, con mucha mayor razón puede mostrarse seguro en sus
relaciones con los concesionarios. También esta circunstancia le ha
hecho evolucionar rápidamente en su proceso de constitución como
Estado moderno. Evidencia ese proceso el debate del Parlamento
con ocasión del arreglo sobre las regalías.
Pero todos y cada uno de los miembros de la OPEP seguramente
reconocerán los beneficios derivados de su participación en esta
organización internacional. Naturalmente, el más constante de esos
beneficios es la mayor seguridad que sustentan sus acciones de defensa
de los derechos colectivos frente a los intereses opuestos de los respec-
tivos concesionarios.
De otra parte, la OPEP no ha dejado de dar resultados ventajosos
para sus miembros como efecto de sus propias actividades. De las
tres Resoluciones adoptadas con objetivos precisos de efectos econó-
micos en la IV Conferencia celebrada en abril de 1962 en Ginebra,
dos han tenido ya resultados finales. La Resolución IV.34, relativa
a la eliminación de "cualquier contribución a los gastos de mercadeo
de las compañías" fue la primera en poderse aplicar, determinando
un aumento en las percepciones de los países afectados por los cargos
de mercadeo, de relativa importancia económica. Más recientemente,
después de muchos trastornos y dificultades, se llegó a acuerdos hasta
cierto punto satisfactorios' sobre los objetivos de la Resolución I V . 33,
referente a no tratar como "un crédito contra las obligaciones del
Impuesto sobre la Renta" los pagos por regalías. El principio de
cargar las regalías a costos quedó aceptado después de la Conferencia
de Djakarta, y aun cuando su aplicación sólo entra en vigencia par-
cialmente, significará ingresos mayores para los países afectados,
del orden de los $123 millones para 1964 y $150 millones para 1965,
según se explicó al tratar el asunto precios como finalidad de la
Co?n&ión Coordinadora. Allí se exponen los efectos de este arreglo,
con su incidencia también en los precios, cuestión principalísima
pendiente, objeto de la Resolución IV. 32. A esta cuestión habrá dc
dedicar todo su esfuerzo la OPEP de ahora en adelante.
El comercio internacional del petróleo muestra una tendencia
impresionante. Que no se haya comprendido en toda su significación
esa tendencia y la oportunidad que presenta a los países exportadores
para hacer prevalecer sus derechos, sólo puede explicarse por el temol.
y la inseguridad sufridos por esos países, que por tales circunstancias
no alcanzan a realizar todo cuanto implica el curso que sigue el comer-
cio internacional del petróleo.
Para 1938, antes de la Segunda Guerra Mundial y cuando el
petróleo era ya un combustible de extraordinario consumo general.
el comercio internacional solamente atendía 16,54 por ciento de la
producción mundial aquel año, que había llegado a los 1.988 millones
de barriles. De los 5,4 millones de barriles diarios, 901.000 barriles
fueron objeto de comercio internacional, lo que entonces se consideraba
fabuloso. Pero diez años más tarde, en 1948, durante la reconstruc-
ción de postguerra, e1 comercio internacional movía más de una cuarta
parte de la producción mundial, que casi se había duplicado. De los
9,4 millones de barriles diarios de la producción de ese año, el 25,54
por ciento fue objeto del comercio internacional; a 2,4 millones de
barriles diarios se había llegado y en ellos Venezuela participaba con
1,3 millones mientras el Medio Oriente contribuía con 1 millón escaso
de barriles. Todavía 11 años más tarde, cuando se reunió el Primer
Congreso Arabe de Petróleo y se firmó en El Cairo el "Gentlemen's
Agreement" que se puede considerar el germen de la Organización de
Paises Exportaclores de Petróleo, y cuando no se trataba de la recons-
trucción de postguerra, se comprobaba que el desarrollo pacífico,
constante aspiración de la humanidad, reclama mayor aumento del
consumo de petróleo, producto que solamente puede obtenerse mediante
el comercio internacional. E n 1959, como se ve en el cuadro "Mundo:
Conzercio Neto de Petróleo", la producción se ha más que duplicado ;
ese año se producen diariamente 19,5 millones de barriles por todas
partes del mundo, pero los paises exportadores, que van a integrar
poco tiempo después a la OPEP, ya están produciendo casi las dos
quintas partes de tan elevada producción. Día que pasa día que
demuestra que las mayores cantidades de petróleo no podrán seguir
saliendo sino de los contados países que integran la Organización de
Paises Exportadores de Petróleo: en 1959 las necesidades mundiales
de petróleo dependían en dos quintas partes (39,42%) del comercio
internacional.
En 1964 no se ha cumplido otra década, pero la tendencia impre-
sionante sigue su curso. El mundo se vio precisado de producir para
el año pasado 10.260 millones de barriles, es decir, 28 millones cada
día. A esta increíble producción contribuyeron los países integrantes
de la OPEP con el 43,5 por ciento, ganando en posición a la tasa de
0,65 por ciento por año. El comercio internacional representa ese
año el 46,82 por ciento de la producción mundial, y en ese comercio
participan los miembros de 1s OPEP con el 40,75 por ciento del men-
cionado 46,82 por ciento, es decir, con el 87 por ciento.
En 1964 el aumento de la producción mundial superó el 8 por
ciento, con lo cual los 26 millones de barriles diarios producidos en
1963 pasaron a ser 28 millones de barriles por día; un aumento abso-
luto de más de 2 millones de barriles diarios de un año al otro,, ies
decir, 769 millones de barriles en el año. Para respaldar este aumento,
asegurándose su abastecimiento para el término mínimo de 15 años,
que no de los más de 30 años que son la relación actual, habrían tenido
que descubrirse reservas comerciales en la cantidad de 11.500 millones
de barriles que, agregados a la cantidad extraída en 1964, 10.260 mi-
llones, hacen 21.760 millones de reservas probadas que debieron ha-
berse agregado en 1964 para que la relación reserva-producción con
que cuenta el mundo no siguiera la tendencia de reducción que se
viene observando.
Los verdaderos productores importantes de petróleo es otra cues-
tión que tiene mucha significación para la OPEP. La producción
de 1964, como la de años anteriores, se extrae de 51 países diferentes;
el petróleo es un producto de primera necesidad y se lo encuentra en
muchas partes. Todos los países tienen gran interés en buscar y
producir por lo menos parte del petróleo que necesitan, y es por esto
que se encuentran tantos productores contribuyendo a cubrir las
grandes necesidades mundiales. Mas, se hace necesario observar
que son muy contados los productores con niveles de alguna impor-
tancia. El fenómeno que se observa en Venezuela, de gigantescas
diferencias entre las distintas regiones de sus grandes cuencas sedi-
mentarias, y que casi concentra la mayor parte de su extraordinaria
producción en el área Costanera Bolívar, también se aprecia al anali-
zarse lo que sucede en escala mundial.
Basta con zarandear con una red que separe los productores de
menos del 1 por ciento de la producción, un volumen de 280.000 b/d,
para dejar fuera de significación 38 de los 51 países que aparecen
contribuyendo a la producción de 1964. Con esto se encuentra que
solamente 13 países tuvieron realmente una producción de más del
1 por ciento del total y que su producción conjunta significó el 92,24
por ciento de la producción mundial. De este pequeño número de
países privilegiados siete son países exportadores, miembros de la
OPEP. Si a ellos se agrega Qatar, octavo miembro de la Organi-
zación, con producción limitada pero con buenas reservas y posibili-
dades, se observará que con él los 13 grandes productores sumarán
el 93,03 por ciento de la producción, y en este total la OPEP participa
con 43,46 por ciento. Hace 4 años la situación era diferente. Los
14 paises produjeron en 1960 el 93,64 por ciento, mientras los actuales
8 miembros de la OPEP solamente contribuyeron con el 40,56 por
ciento; y un poco más atrás, en 1955, la producción de los 14 países
llegaba al 94,22 por ciento, pero los 8 miembros de la OPEP sólo
aportaban el 36,36 por ciento. Todavía 5 años atrás, en 1950, del
94,40 por ciento que representó ese año la producción de los mismos
14 grandes, los miembros de la OPEP sólo alcanzaron a aportar 32,22
por ciento.
Cambio dramático el ocurrido en estos 14 años, fundamental-
mente causado por la imposibilidad de seguir en la extraordinaria
carrera de producción, el país más importante, por todos respectos,
en materia de petróleo. A los Estados Unidos corresponde, todavía
en 1950, más de la mitad de la producción mundial, pero ya para 1964
su contribución apenas alcanzó a cubrir poco más de la cuarta parte
de los 10.260 millones de barriles extraídos a las reservas mundiales
en ese año. Lo ocurrido con la producción de Estados Unidos tiene
su causa en lo que antes se anotara en relación a las dificultades
cyecientes de exploración que se ocasionan cuando cada vez se obtienen
menores éxitos y los éxitos son de menor significación.
E n el cuadro que sigue se aprecia claramente la creciente impor-
tancia de los 8 países de la OPEP, que aumenta más rápidamente que
el acelerado crecimiento de la producción mundial de petróleo.
PRODUCCTON Y' RESERVAS 3IUND1.4LlCS

PRODUCCION RESERVAS (l)


1964 1960 1955 1963
Países NM. Bbls. r/c % % m i . BHS.

S Países de la
OPEP
Venezuela
Kuwait
Arabia Saudita
Irán
Iraq
Libia
Indonesia
Qatar
-
Sub-Total

6 Países Mayores
Argelia 191 1,87 0,77 0,02
URSS 1.627 15,86 13,88 9,06

Estados Unidos 2.767 26,96 33,61 44,36


Canadá 274 2,67 2,56 2,27
México 120 1,17 1,42 1,61
Argentina 107 1,04 0,84 0,54

Sub-Total 5.086 49,57 53,08 57,86

Total 9.545 93,03 93,64 94,22


- - - -

37 Países Menores 715 6,97 6,36 5,78


- - - -

MUNDO 100 100 100

(1 ) Twentieth Century Petroleum Statistics.


Se advierte en el cuadro anterior que la participación de los
miembros de la OPEP en la producción mundial pasa del 32,22 por
ciento en 1950 al 43,46 por ciento en 1964, conforme ya se anotaba.
También se observa la razón fundamental de lo que va ocurriendo.
Surge esta razón de la situación mundial de las reservas, que precisa-
mente muestran su concentración en los 8 miembros de la Organi-
zación. La última estimación que se anota en el cuadro, para 1963,
atribuye 216.300 millones de barriles a los miembros de la OPEP, para
un total mundial de 300.000 millones de barriles, con lo cual las reser-
vas de los 8 países representan el 72,10 por ciento de las reservas mun-
diales. Meridianamente se explica la tendencia creciente seguida por
la participación de la producción de la OPEP, atendiendo al constante
incremento del consumo mundial. Y aun así se halla lejos esa partici-
pación de la que habrá de llegar lógicamente, en conformidad con lo
que determinan las reservas probadas de petróleo.
Las estimaciones, fáciles de computar, de lo que se venir en los
años inmediatos, se pueden apreciar en el gráfico "Tendencia de la
Producción y Participación de la OPEP". Se ve el avance de la Orga-
nización en la participación, señalada en el cuadro analizado antes,
pero también se tiene allí la proyección de lo que irremediablemente
ocurrirá para 1970. La estimación se basa en un crecimiento conser-
vador del 7,5 por ciento anual, que arrojan los últimos 14 años y no
obstante que en 1964 el aumento fue de 8,l por ciento y que en esta
década llamada del desarrollo, si algo se hiciera por el mejoramiento
general de los países atrasados, el crecimiento podría ser muy superior.
A esa tasa de crecimiento la producción de 1970 sería de 15.500 millo-
nes de barriles -42,28 MM b/d-.
Para los años que van hasta 1970 la OPEP, que creció en los
últimos 14 años a una tasa constante de 9,74 por ciento y que en 1964
creció 11,25 por ciento, se estima que podría tener un crecimiento del
orden del 10 por ciento interanual, llegando para 1970 a una produc-
ción de 8.000 millones de barriles, que representarían el 52 por ciento
de la producción mundial de ese año. Es casi irremediable que en los
6 años que van corriendo para llegar a 1970 la OPEP verá incrementar
su contribución al petróleo que consume el mundo hasta superar para
aquel año la contribución de todos los demás países. Su producción
diaria, que fue de 12,l millones de barriles en 1964, estará en 22 mi-
llones, es decir, cuatro quintas partes más que en 1964.
Especialmente en el cuadro "Mundo: Producción de Petróleo
Crudo", los índices con base 100 en 1950 muestran con dramatismo la
carrera acelerada de la producción mundial, que no puede seguir la
mayor parte de los productores, creándose un impulso muy superior
para la producción de los miembros de la OPEP. El índice de la
producción mundial llegará a 400,76 y, como los otros solamente alcan-
zarán al índice 288,5, la OPEP tendrá que llegar hasta 658,O.
El desigual crecimiento entre los miembros de la OPEP es otro
factor de mucho relieve en Ias expectativas de aumento de producción
de sus diferentes miembros. Como se anotó anteriormente, de 10s
2,4 millones de b/d del comercio internacional en 1943, Venezuela
exportó 1,3 millones mientras todos los países del Medio Oriente sólo
contribuían con algo menos de 1 millón y Libia no pensaba aún en
petróleo. El cuadro anterior señala claramente la participación de-
creciente de Venezuela en la producción mundial dentro de la creciente
participación del conjunto de los 8 países de la OPEP. Esta tenden-
cia, aceptada por Venezuela por cuanto interesa a la defensa y conser-
vación de su petróleo, continuará hacia el futuro. E n 1950 la pro-
ducción de Venezuela representaba el 14,38 por ciento y todavía en
1955 estuvo en el 14 por ciento. Sigue hasta 13,60 por ciento en 1960,
para colocarse en solamente 12,8 por ciento en 1964. Este último año
la producción de Venezuela solamente representaba el 27,90 por ciento
de la producción del conjunto de la OPEP, siendo así que en 1955 era
de 38,3 por ciento.
Venezuela proyecta para 1970 una producción posiblemente del
orden de los 1.550 millones de barriles, unos 4,26 MM b/d, que signi-
ficarían únicamente el 19,6 por ciento de los 21,7 MM b/d, que produ-
cirían en conjunto los 8 miembros de la OPEP en 1970. De consi-
guiente, el crecimiento estimado del 10 por ciento necesariamente será
mayor para los otros miembros de la OPEP, especialmente al tener
en cuenta que tampoco Indonesia y posiblemente otros de sus miembros
seguirán sólo un moderado ritmo de crecimiento. Con ello se facili-
tará el propósito común de afianzar y elevar los precios del producto
a niveles justos, lo que de lograrse, como todos esperan, podría deter-
minar una mayor contracción de la producción de Venezuela y de
otros miembros de la Organización.
Las resewas que habrán de encontrarse para garantizar la satis-
facción de la creciente demanda mundial desbordan todos los límites
previsibles dentro de la situación de la economía actual del petróleo.
Esta situación es factor de la mayor trascendencia en lo que significa
la OPEP para los países que reclaman petróleo en sus necesidades
de crecimiento. Para todas las gestiones de defensa de los intereses
colectivos de los respectivos países los exportadores de petróleo deben
estar conscientes de la fuerza que representan.
En los 5 años transcurridos de 1949 a 1953 la industria del petróleo,
recuperándose de la limitación impuesta por los años de guerra, tuvo
las mayores oportunidades para su desarrollo mundial. Las reservas,
que eran de 78.322 millones de barriles, subieron a 138.616 millones
de barriles para 1953 y como, además, se produjeron 20.782 millones
de barriles, se constata que en esos 5 años se añadieron reservas poin
la cantidad de 81.076 millones; un promedio de 16.215 millones de
barriles por año.
E n los 5 años siguientes, 1954-1958, la industria mundial sube
sus reservas de petróleo hasta 244.882 millones de barriles, y como
en esos 5 años la producción extraída sumó 29.884 millones, se com-
prueba que la industria agregó reservas que totalizan 136.150 millo-
nes; un promedio de 27.230 millones de barriles por año, substancial-
mente superior al promedio del quinquenio anterior.
Sin embargo, aun con esfuerzos redoblados frente al irremediable
crecimiento de la demanda, se impone la realidad del agotamiento de
los recursos no renovables de la humanidad. E n los 5 años que van
de 1959 a 1963, último año en que se tienen estimadas con mayor
seguridad las reservas mundiales, las cantidades añadidas no pueden
sostenerse a los niveles alcanzados antes. La producción de los últimos
5 años suma 41.242 millones de barriles, superando en un 38 por ciento
la del quinquenio anterior. Con semejante carga se comprende que
las reservas netas añadidas, de 81.744 millones, resultan casi una
cuarta parte inferiores a las añadidas en el período 1954-1958. ?Más
aun, la suma de la producción y la de las reservas netas añadidas
muestra que las reservas encontradas fueron 122.986 millones de
barriles ; un promedio de 24.597 millones de barriles por año, inferior
en un 10 por ciento a las del promedio del quinquenio anterior.
Fácil es predecir que en la proyección que se ve para 1970 no se
puede esperar que las reservas nuevas de petróleo que se encuentren
alcancen a mantener una razonable relación con la producción. Sobre
la producción estimada para aquel año de 15.500 millones, el aumento
previsible de cerca de 1.000 millones al año reclamaría reservas del
orden de los 15.000 millones de barriles para mantener una relación
de 15 a 1 con el solo aumento previsible. Consiguientemente, para
mantener la relación existente entre reservas y producción, que se
tuviese para 1970, sería indispensable encontrar ese año más de
30.000 millones de barriles. Se ha visto que lo que la industria ha
mostrado últin~an~ente es la imposibilidad de mantener los niveles de
descubrimientos que alcanzó en 1954-1958; la parábola se va haciendo
evidente. La relación reserva-producción, que llegó a su apogeo entre
los años 1956-1958, tiende ya a declinar como lo impone la naturaleza
de las cosas; cada vez habrá de consumirse más de lo que se tiene,
mientras tendrá que encontrarse menos de lo que al gastarse no puede
reproducirse.
En conclusión, la Organización de Paises Exportadores de Pe-
tr-óleo es un poderoso instrumento que se vieron en la necesidad de
crear los grandes países petroleros para la defensa y conservación de
su extraordinaria riqueza natural. Primero le correspondió cumplir
el objetivo esencial de revisar las bases de las relaciones de los países
miembros con la industria petrolera. Pero, ya logrado este objetivo,
la OPEP podrá dedicar toda su atención y todo su esfuerzo al objetivo
mayor y central que moviera a su creación: defender los precios del
petróleo para llevarlos a u n a ?,elación de intercambio equitativo.
Por la importancia del petróleo, por su concentración en un limi-
tado número de países, por su condición de producto irreemplazable,
la OPEP es la organización internacional más llamada a triunfar en
la lucha general de defensa de los precios de las materias primas. Es
así que además de cumplir sus propósitos de interés particular para
los países exportadores de petróleo, la acción de la Organización tam-
bién ejercerá influencia ejemplarizante en las organizaciones similares
para la defensa de otras materias primas y productos naturales. Es
por eiio que la política desarrollada por la OPEP viene gozando del
apoyo general de las grandes mayorías de los países en desarrollo,
que se debaten frente a las fuerzas opresoras de los mercados inter-
nacionales, donde los débiles pierden la capacidad de compra que
tanto reclaman sus necesidades.
Para todos son esperanzadoras las grandes posibilidades de de-
fensa del intercambio que representa la OPEP,
La propia Venezuela tiene interés múltiple en el éxito de la OPEP.
No es sólo su petróleo el que es preciso defender en los mercados inter-
nacionales sino que, por las mismas razones de su dependencia exage-
rada de este producto, tiene urgencia de diversificar sus exportaciones
aun con el indeseable comercio de otros productos y materias primas
que confrontan situaciones similares de deterioro de precios en el
mercado internacional.
En la medida en que progrese la OPEP, también para Venezuela
se afianzarán mejores posibilidades de defensa de esos otros artículos
de exportación. Para el café y para el cacao la acción está en marcha
bajo el impulso de quienes tienen mayor importancia en estos renglones
contando, desde luego, con la mas completa adhesión de Venezuela.
Pero es el mineral de hierro la otra materia de comercio internacional
que adquiere cada vez mayor significación y, consiguientemente, con-
fronta dificultades similares a las del petróleo, el que viene reclamando
más urgentemente la Organixación de los Paises E x p o r t a d o ~ e sde este
mineral. Venezuela tiene en el hierro una posición similar a la que
tiene en el petróleo, y es por ello que viene tratando de impulsar esta
Organización. El mayor éxito que tenga la OPEP en mostrar el
camino de lo que es necesario hacer para la defensa del intercambio
tendrá repercusiones generales favorables a todos.
De los cinco ángulos básicos de la politica de defensa y conser-
zación del petróleo, la OPEP es el que extiende su mayor alcance al
ámbito internacional, en el que se mueve la mayor parte de la pro-
ducción de Venezuela y demás países exportadores. Como se deja
visto, el conjunto de principios de la politica petrolera tiene muy
estrecha correlación y algunas de estas relaciones quedaron explicadas
al estudiarse los alcances que ha tenido la política. Corresponde ahora
verificar los efectos que, fuera de su alcance propio inmediato, ha
ejercido en el conjunto de la actividad económica del país y en su
progreso general esa política petrolera coordinada atendiendo a la
situación del petróleo en Venezuela y en el mundo.
INSISTIENDO EN EL TEMA
El- PENTAGONO PETROLERO

El trabajo que ahora se publica es la primera parte de un estudio


que tiene el propósito central de mostrar la marcha que seguimos
hacia la independencia o liberación del petróleo, la cual significará,
en verdad, la liberación económica de Venezuela. El país ha de alcan-
zar este último resultado más general, porque para salir de la sujeción
de un solo recurso perecedero, de la exagerada dependencia a que se
dejó arrastrar por su incontrolada explotación, debe estructurar una
economía equilibrada, fuerte y diversificada, que domine la desven-
tajosa situación actual.
Esta parte del trabajo, así como las líneas generales de la segunda
parte, que propiamente se refiere a la independencia del petróleo, se
lievaron a discusión en un Foro universitario de tres sesiones, en
junio de 1965. (l) E n la primera sesión consideré que tenía que exponer
lo que se ha logrado en petróleo, pese a los muchos factores negativos
enfrentados, para precisar que el nivel de la contribución neta de2
petróleo alcanzado en 1957, no había bajado. Era necesario comprobar
que, aun cuando a una tasa menor de crecimiento, la contribución neta,
el financiamiento aportado por el petroleo para el desarrollo económico
de Venezuela, se había seguido impulsando bajo una acción dirigida,
que tomó en cuenta las realidades del momento y, en definitiva, los
mejores intereses de la Nación. E r a partiendo del hecho de que la
contribución del petróleo siguió en ascenso que tenía que evaluarse
el mayor crecimiento del resto de la economía como condición de la
ansiada liberación económica que ha comenzado.
Para explicar la politica petrolera, objeto del presente trabajo,
había venido ensayando una presentación gráfica que sintetizara los
puntos resaltantes de esa política de defensa y conservación de nuestra
primera riqueza natural, y llegué a la idea de entrelazar los aspectos

(1) "Foro Petroleio. La dinámica del petróleo en el progreso de Venezueln".


Imprenta Universitaria de Caracas, 1965.
principales de su acción en el polígono que hace un pentágono. Luego
hubo que bautizar los puntos seleccionados con nombres sugerentes y
conformes a la concepción Gel gráfico. Fue así que en el Foro univer-
sitario advertí que "la acción de la politica petrolera, que comprende
tantos aspectos, se pueae enmarcar en cinco ángulos claves dentro
de los cuales caben todos los demás, pero destacando esos ángulos
como la base fundamental de esa política. Varias veces hemos visto
los ángulos en distintas direcciones y considerado la mayor o menor
importancia de uno frente al otro" (ob. cit., pág. 19). Más adelante,
aquella misma noche, aclaré que "varias veces había probado motes
diferentes para los distintos ángulos, porque es difícil llegar a estar
seguro de si queda bien sugerida la idea que se intenta destacar. Aho-
r a yo busco, más que la presentación lógica en este caso, la presen-
tación emocional, porque es una figura, un dibujo. . ." (ob. cit.,
pág. 73).
Después de aquellas discusiones, revisando los orígenes de la
formulación de la politica petrolera, encontré que el número cinco
parece tener un poder de síntesis especial. E n efecto, ya en 1947,
cuando intentaba sintetizar la política petrolera que iba poniendo en
marcha el primer gobierno democrático venezolano, había dicho en
la Introducción a la Memoria de Fomento, que "los principios geiie-
rales que han servido de guía a la política petrolera son. . .", para
agregar de seguidas los cinco elementos considerados entonces esen-
ciales. De aquellos puntos solamente dos se mantienen entre los cinco
de ahora, aunque expresados diferentemente. Mientras en 1947 di-
jimos : "no otorgar nuevas concesiones", ahora, más claro, como lema,
se viene repitiendo simplemente: n o m á s concesiones. Y cuando en-
tonces el número cuarto era "vigilar la participación de la Nación e n
las ganancias de la industriu", hoy día el lema escueto, pero muchísimo
más expresivo y lleno de significado concreto es participación laxo-
nable. Los cambios en los otros puntos fueron más completos porque
al restablecerse el gobierno democrático se pudo continuar la acción
de defensa y conservación del petróleo, mediante la creación de orga-
nismos dinámicos que simbolizan con su ejemplo el camino por el que
seguirá adelantando la política petrolera venezolana.
E n 1947, apenas puesta en marcha una política petrolera, los
principios generales básicos se formularon manteniendo su parale-
lismo, en forma normativa, por cuanto aún no podían presentarse
realizaciones concretas dinámicas. Ahora es diferente. En 1959
empezó a funcionar la Comisión Coordinadora de la Conservación y
el Comercio de los Hidrocarburos, un instrumento de acción más
directa del Estado sobre la gestión de los concesionarios. La creación
de la Comisión Coordinadora venezolana innegablemente influyó en
el nacimiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo,
otra realización trascendental. También, la empresa petrolera estatal,
en el pasado una mera aspiración, es hoy la promisora y estimulante
realidad de la Corporación Venezolana del Petróleo. La CCCH, la
CVP y la OPEP son hechos reales cumplidos, cuyo impacto emocional
en quienes circula sangre venezolana, necesariamente tiene un sentido
mucho más trascendental que cualquiera formulación normativa de
los principios de acción representados por estos hechos.
Para evaluar el Pentágono Petrolero es indispensable conocer los
propósitos y los fines que persigue. Se trata de sintetizar la política
petrolera y su acción en los distintos frentes. El gráfico que la pre-
senta procura hacer percibir en forma rápida la amplitud y comple-
jidad del campo que cubre la politica nucionatistn de defensa y conse?--
vación de un recurso natural perecedero tan vital y tan codiciado. No
se intenta, pues, contener la discusión y el análisis de la política petro-
lera en un marco rígido de cinco lados, determinados por los cinco
elementos claves que se escogieran como síntesis de esa política.
Dentro del Pentágono Petrolero cabe cuanto interese a los venezolanos
y cuanto tenga relación con esta riqueza colectiva, porque los ángulos
del Pentágono y el entrecruzamiento de líneas de acción que sugiere
son para hacer resaltar, antes que para constreñir o limitar, lo que
tenga relación con la materia.
Es conveniente anotar que la irregularidad de presentación actual,
que había sido precedida por la ya mencionada enunciación de los
cinco principios normativos de 1947, se impuso como algo sentido,
antes que razonado, en el esfuerzo de comunicar a todos una imagen
pronta y firme de la política petrolera que se ha ido desarrollando,
como la que más se conforma con los intereses nacionales. Sin embar-
go, parece comprobado el acierto de la modificación acogida cuando
se contrasta con las críticas de que fiiera objeto en el Foro univer-
sitario.
El Pentágono pasó la prueba principal al concentrarse las obje-
ciones y sugerencias de cambios en la selección y enunciación de los
principios claves, angulares, escogidos para simbolizar la política
petrolera. Por lo menos pareció unánime la aceptación del número
cinco como base de síntesis de los principios fundamentales de esa
política. Hubo quien propusiera un Pentágono que se integrase poi'
cinco aumentos: 1 ) de las reservas, 2) de la recuperación, 3) de
la valorización del petróleo, 4) del aprovechamiento múltiple, y 5) de
la participación nacional. Por supuesto, si el Pentágono fuera paya
"aumentar" todo aquello que nos convenga, en realidad se quedaría
vacío porque sería como intentar llenarlo del simple aire de una aspi-
ración natural. Más y más de lo que queremos.. . no es necesario
decirlo. Quien tal propusiera había iniciado más acertadamente su
crítica cuando observó que 'se confunden principios normativos con
elementos dinámicos", pero luego resultó que el acierto era de puro
azar, en cuanto entró a analizar los elementos dinámicos, puesto que
afirmó que "muchos de ellos están incorporados en el Pentágono del
Dr. Pérez Alfonzo; uno como planteamiento, el planteamiento de no
más concesiones, y los otros como instrumento de la política petrolera".
Ya se h a visto que dos ángulos contienen principios enunciados norma-
tivamente, planteamientos, que diría el critico. N o m á s concesiones
es uno de ellos, pero el otro es participació3 raxonnble. Ninguno de
los dos puede ser considerado como dincimicos, en el sentido de la
distinción.
De otra parte si n o wzús concesiones es elemento dinámico, enton-
ces todos los principios del Pentágono son elementos dinán~icos,y
dentro de este criterio no cabe que se afirmara lo primero, de confundir
"principios normativos con elementos dinámicos" (ob. cit., pág. 36).
Otro de los críticos fue más consistente porque sólo coincidió con
el anterior en que "en los ángulos del Pentágono aparecen en lugar
de principios normativos", "elementos de dinámica que inducen a
confusión". P a r a completar su idea explicó que "a la CVP debe
agregársele la Petroquímica, y es que no debe decir en ese ángulo del
Pentágono 'CVP', sino participación directa del Estado e n la activiúacl
pet)*olern" (ob. cit., pág. 64). Desde luego, aquí sí estamos en la
conveniencia o inconveniencia del paralelismo, y la decisión depende
del objetivo que se tenga. E n la tabla explicativa adjunta al Pentá-
gono que se distribuyó en el Foro se encuentran enunciadas las bases
de la política nacional de defensu y conservación del petróleo, mencio-
nándose las disposiciones constitucionales que le sirven de guía (C.N.
arts. 103, 106, 107 y 136-10). E n este cuadro explicativo señalamos
dos bases centrales : "1) administrar los recursos petroliferos para
b c ;zrticio colectiz-o (!t. los cenexolanos", y " 2 ) inlsepfii- lo obfenido r 7 ~
este recurso cc~pifale n el clesawollo econórnico U social dc Vcnmccln.
l ~ n s f «ic, mina 1 . S?, d q m , 4 c n c i a r l d pp trólro".
La primera base general es la que desarrolla propiamente la
política petrolera y a su vez se divide en dos bases principales, con
siete bases secundarias la primera, y seis la segunda. Naturalmente,
entre las bases secundarias se incluyen todos los objetivos precisos
que se persiguen en la etapa de desarrollo de la política que se consi-
dere. Entre las bases secundarias de la base principal, d e f e n s a del
p e t ~ ó l e o ,se incluyó además de la CVP, el IVP y también el INC. Hay,
pues, razón para sostener que el ángulo que ocupa en el Pentágono
la CVP debería sustituirse por la enunciación más genérica de lo que
implica ese principio representado por la CVP, que claramente podría
ser la "participación directa del Estado en la actividad petrolera".
Mas, lo cierto es que la finalidad del gráfico no es cubrir todo el
análisis lógico de la acción desatada por la política petrolera, sino que
persigue estimular la mente hacia la dinámica constante que debe
mantener esa política. Seguimos creyendo que la enunciación norma-
tiva del principio no tendría nunca la fuerza comunicativa e inspira-
dora que encierra el hecho de tener al fin nuestra propia empresa
nacional. La CVP, por tantos años esperada, animará constantemente
la aplicación del principio normativo de intervención directa que ella
personifica mejor que nada.
Los argumentos son similares para la crítica y la defensa de la
OPEP y de la CCCH, ya que, como lo he explicado muchas veces y
lo reafirmé en el Foro, "ei gráfico no persigue otro propósito que
atraer la atención hacia aquellos puntos más candentes, más cruciales
de toda la actividad petrolera. . .". Porque corresponde a los comen-
tarios explicativos analizar los principios teóricos aplicados en los
casos concretos resaltantes del Pentágono. La misma idea de unir
los cinco principios escogidos para destacar la acción de la política
petrolera, por las líneas que hacen un pentágono, seguramente surgió
del repetido mencionar que en los últimos tiempos ha tenido esta
expresión. Por ello su empleo en esta materia de política petrolera
contribuirá a despertar mayor interés en todo aquello que es objeto
de esa política.
Para terminar, puede señalarse como acogida favorable al gráfico
del Pentágono, la circunstancia de que pese a la amplísima critica
que se quiso extender a toda la ponencia del Foro universitario, fuera
de las dos críticas a que antes hice mención, ninguno de los otros
participantes formuló objeciones a este respecto. Refiriéndose al
Pentágono, Maza Zavala dijo que "puede exponerse esta política en
un polígono de menor número de ángulos", para continuar enunciando
cuatro puntos críticos que él observa en Venezuela, lo cual no implicó
crítica alguna al gráfico propiamente dicho. Y en cuanto al Piof. Cór-
dova, afirmó que "en todo caso estamos en principio de acuerdo con
los tres pilares fundamentales de la política del Dr. Pérez Alfonzo
que, a nuestro criterio son: la OPEP, el desarrollo de la CVP y la
política de n o concesiones" (ob. cit., pág. 123). Con todo lo expuesto
se comprueba el eficaz impacto de enmarcar la política petrolera entre
dos principios normativos de la calidad de no m á s concesiones y p a ~ t i -
cipación razonable, y de tres realizaciones concretas como la OPEP,
la CVP y la CCCH, con todo s u arrastre de implicaciones principistas.
DEPENDENCIA ECONOMICA

E n el Foro Petrolero universitario en que se sometió a discusión


material del trabajo que se publica ahora, una de las cuestiones más
debatidas fue la de la dependencia económica en el caso concreto de
Venezuela y su petróleo, que el ponente presentó como parte central
del asunto petrolero y, en general, de la situación de monoproducción
de países subdesarrollados. (l) Varios de los participantes en el Foro
se inclinaron a destacar como lo más significativo del estado de depen-
dencia de esos países el hecho de que comúnmente la monoproducción
se encuentra en manos de inversionistas extranjeros, quienes consti-
tuyen los verdaderos elementos de mediatización y dependencia.
La materia es de gran trascendencia porque de los distintos
criterios que se adopten sobre dependencia resultan líneas de política
económica muy disímiles, especialmente en cuanto se refiere a la
conveniencia o inconveniencia de inversiones extranjeras. Los marx-
istas criollos y, desde luego, los comunistas que sobre ellos ejercen
mucha influencia, han mostrado siempre gran celo en el sentido que
dan a la dependencia económica. Desde hace muchos años conozco
su manera de comportarse, que se corresponde con la creencia de que
sólo el cambio violento puede significar un verdadero adelanto. Cuan-
do en la Introducción a la Memoria de Fomento de 1947 señalé el
peligro de la dependencia del petróleo y la condición semi-colonial de
Venezuela, el diputado Machado afirmó en el Congreso que creía que
"por primera vez en un documento oficial de esta categoría, un Des-
pacho Ejecutivo se atreve a decir que la economía del país es una
economía dependiente, que en Venezuela existe lo que hemos llamado
los marxistas y únicamente los marxistas una economía semi-colonial".
La exclusividad reclamada para el marxismo es buena señal de su
interés en el asunto y sirve para explicar que se intente mantener la
exclusividad, por lo menos, en las consecuencias que se saquen del
reconocimiento de dependencia. Cuando no se marcha por el mismo
camino, cuando no se tienen las mismas "grandes perspectivas que
-
(l) "Foro Petrolero. La Dinámica, etc.".
extraemos los marxistas de esa base", como también se afirmara
entonces, "sin confesarlo, nos llevan por caminos que no conducen
realmente hacia la liberación nacional, hacia la liberación económica
del país, sino que nos empujan hacia la agravación constante de esa
dependencia".
E n el Foro Petrolero, muchos años después, los comunistas y
algunos marxistas siguieron por el mismo camino de minimizar la
debilidad creada por la dependeccia monoproductora para magnificar
la dependencia por razón de las inversiones extranjeras. El profe-
sor Mejía afirmó: "El problema de fondo que plantea el doctor Pérez
Alfonzo como ponente es el de liberamos del petróleo como elemento
central de nuestra economía. Todos estamos de acuerdo en diversi-
ficar nuestra economía. Pero el problema no está en liberarnos del
petróleo, sino en liberarnos del control que sobre nuestro petróleo
ejercen los factores externos, las empresas extranjeras" (ob. cit.,
pág. 40). Más simplista aun fue Ochoa, cuando afirmó que "la de-
pendencia no es del petróleo sino de las empresas extranjeras, espe-
cialmente las norteamericanas que vienen explotando el petróleo en
Venezuela desde su aparición" (ob. cit., página 65). Pero fue el
profesor Córdova quien trató más a fondo el tema. Córdova dijo:
"Es verdad que la economía venezolana depende del petróleo, pero,
a su vez, los resultados petroleros del pais dependen de las decisiones
que toman los consorcios internacionales fuera de él", añadiendo que
"la dependencia del petróleo es el elemento que sirve de base a una
dependencia mucho más profunda y mucho más negativa para el país
que es la dependencia con respecto al capital extranjero". También
llamó la atención sobre "caer en última instancia en una reformulación
del problema de la monoproducción como aspecto crucial de la proble-
mática económica del pais" (ob. cit., pág. 47).
De otra parte, nuestra tesis se ha basado en la experiencia histó-
rica más que en las teorías económicas, cualesquiera que ellas fueran,
en muchos casos matizadas por los conceptos filosófico-políticos que
con ellas tienen relación. La experiencia venezolana ha consistido
en que dirigida nuestra producción desde la época colonial por extran-
jeros, se encaminó a la satisfacción de necesidades foráneas determi-
nantes de monoproducción y comercio exterior. La independencia
política no cambió aquella estructura colonial y Venezuela continuó
viviendo del comercio de exportación e importación que la mantuvo
en situación de semi-colonia, dependiente de actividades económicas
que escapan de su control de soberanía. Venezuela no tuvo antes del
petróleo una situación económica independiente. Mientras vivimos
principalmente de las exportaciones de café y cacao, dependimos de
estos productos y de las ocurrencias en sus mercados internacionales.
Que las haciendas fueran nuestras no evitó las exacciones y abusos
de toda índole que nos imponían los compradores foráneos. Por lo
contrario, fue aquella situación de atraso y dependencia económica
la que condicionó y marcó el camino que siguiera el desarrollo de la
riqueza petrolera, profundizando y agravando los males tradicio-
nales. (l)
Se hace necesario, pues, caer de nuevo en la cuestión básica de la
rnonoproducción. Al ella determinar una preponderancia excesiva
del comercio exterior, mantiene abierta una vulnerabilidad económica
fácilmente aprovechable por las economías más desarrolladas, colo-
cadas en posición dominante para sacar ventajas excesivas del inter-
cambio. Que la monoproducción petrolera llegara a extremos más
debilitantes para la economía de Venezuela, no borra ni resta validez
al hecho histórico de la dependencia básica, dañosa del comercio exte-
rior. Cuando el petróleo sustituyó al café y al cacao como productos
dominantes de la economía del país, agravó la dependencia por razón
de la mayor significación e incidencia que alcanzó frente al resto de

(1) E n relación a los males tradicionales parece muy oportuno destacar la situa-
ción realista del país, tal como la presenta a comienzos del siglo XX, mitad
del camino recorrido desde la Independencia, el conocido hombre público
Clandio Bruzual S e n a . Escribe desde París, el 24 de enero de 1900, para
continuar informando a Castio sobre sus ideas. ( E s t a carta la publicó el
Eol. Arch. Hist. Miraflores, N" 34, Enero-Febrero 1965). Escribe Bruzual:
"Pasando ahora a 13s reflexiones.. . (de) lo precario que es para nuestro
bienestar económico, no contar sino con un solo fruto de exportación, empe-
cemos por ocuparnos de un hecho que en mi sentir es el más importante y
primordial. Como casi siempre hemos tenido la buena suerte de que el
producto del café y del cacao nos produzca lo necesario para cubrir todas
nuestras necesidades (estructura colonial de exportación J . P . P. A.) , no nos
hemos ocupado de hacer que s e establezcan entre nosotros las pequeñas
industrias, para no estar cometiendo el grave pecado de introducir del
extranjero hasta los artículos m á s insignificantes de primera necesidad,
que nosotros podríamos producir mejores y más baratos que los importados.
Parece increíble, General, pero así es la verdad, que nosotros compreiuos al
extranjero: mantequilla, queso, pescados conservados, jamón, frutas en su
jugo, en fin, conservas y confituras de todo género, y lo que es más grave
aun, hasta maíz y caraotas (subraya J . P . P . A.). E s decir: importamos el
desayuno, el almuerzo y l a comida, y enviamos vor ello al extranjero una
suma respetable en oro, oro que tanto necesita el país.. . Yo creo que si
el Gobierno dijese u n día: 'me prohibe la importación de mantequilla', dentro
de poco comeríamos en Venezuela verdadera y buena mantequilla criolla,
en lugar del veneno que por tal nos envían los Estados Unidos. Yo sé bien
que no faltan quienes tomen esto a risa y digan: 'cómo; prohibir l a intro-
la economía. Elevó así el grado de dependencia dentro del binomio
característico monoproducción-exportación. Del mismo modo, el hecho
no discutido de que el nuevo producto de exportación fuese controlado
más de cerca por factores externos mediante la inversión directa,
control sin ssitu, es otra circunstaricia agravante, pero que no cambia
la naturaleza del mal original, que es preciso atacar.
Desde luego, es evidente que se puede disminuir la dependencia
económica corrigiendo circunstancias agravantes, pero lo más correcto
y lo que parece más sensato en el caso tan extremo de Venezuela es
dirigirse al fondo mismo de la situación. El ataque al mal debe abrirse
en todos los frentes en que una acción correctiva pueda rendir venta-
jas, reduciendo la vulnerabilidad de nuestra economía. Mas, se hace
imprescindible que los planes de cambio se apliquen siempre dentro
de la concepción de que el objetivo central es i r limitando la incidencia
de un comercio exterior movido por unos pocos renglones de grandes
exportaciones.
Sosteniendo esta tesis de la necesidad básica de corregir el bino-
mio monoproducción-exportación como causa principal de vulnera-
bilidad económica y como obstáculo para un desarrollo independiente,
y al considerar el extremo grado de dependencia a que nos dejáramos
llevar por el desarrollo petrolero -dependencia que incluye el grado
de preponderancia del producto y el hecho de su manejo por inversio-
n i s t a ~foráneos- es que enfocamos las posibilidades que presentan
las inversiones extranjeras en otros sectores de la producción. Afir-
mamos que en el caso venezolano, la inversión extranjera, con todos
los peligros que se le advierten, aun aceptándose como más sano y
ducción de la mantequilla!' 'y entre tanto que no se fabrique en el país, qu6
manteauilla comemos?'. . . Pues ninguna, hay que contestarles, hasta que
la produzcamos. No nos moriremos por dejar de comer oleoinargarina por
algunos meses. A l contrario, eso nos hará bien. Lo mismo puede decirse
de las sardinas y demás pescados en potes, etc., etc., etc., con que nos enve-
nenan, sobre todo los americanos del norte. Aquí en Europa no se les pei-
mite introducir tales venenod"' (Después de la segunda Guerra Mundial el
respeto al poderoso y la tendencia a imitarlo permitió 10 que se ha llamado
la cocacolización.)
Como se comprueba, siempre hubo quien viera clara la situación. Pero
quienes se reían de l a posibilidad de producir mantequilla, sólo hacían una
manifestación superficial de l a verdadera resistencia que se oponía a l cambio.
Desde la Colonia el comercio de exportación - in~portaciónconstituía la vida
económica de Venezuela y, consiguientemente, quienes lo manejaban, en el
interior o desde fuera, venezolanos o emranjeros, integraban el equipo del
poder, con todas sus ramificaciones e instrumentos; desde entonces y hasta
ahora ellos Iian logrado impedir la liberación económica de Venezuela.
seguro el desarrollo que se logre con recursos propios, aun aceptando
que en sí mismas puedan considerarse un mal las inversiones extran-
jeras, frente al mal muy superior e inmediato de la dependencia del
petróleo, controlado por inversiones extranjeras, es un riesgo calculado
que debe asumirse. La inversión extranjera presenta peligros gene-
rales conocidos, que pueden limitarse cuando se tiene la voluntad
responsable de encauzarlas y controlarlas. Podemos estar seguros
de que peor sería prolongar innecesariamente la peligrosísima situa-
ción existente, por la falta de decisión de afrontar los riesgos evitables
de medidas que, bien aplicadas, nos pongan en camino de disminuir
la amenaza principal y actual de la dependencia del petróleo.
Para disminuir esa dependencia, reconocida como el mayor obs-
táculo del desarrollo económico del país, se estableció el principio de
n o m á s concesiones. Todos admiten la ventaja de esta decisión porque
ataca al mal en su origen, la preponderancia de un solo producto, y
consiguientemente su magnitud en el comercio exterior.
Pero el principio de n o m ú s concesiones no basta por sí solo para
corregir la dependencia que nos ata. Aun cuando tiene todo el alcance
y la profundidad que demuestra la reacción intensa con que se le
combate, el freno a1 petróleo es urgente complementarlo con una
agresiva diversificación de la producción. Es en este sentido que
conviene estimular inversiones extranjeras, dirigidas y controladas,
como contrafuego a la voracidad expansiva del sector petrolero, apo-
yado hasta en poderosos aunque minúsculos grupos de venezolanos.
Está bien y es explicable la pretensión de marchar solos hacia el
desarrollo económico, porque la mayor lentitud puede considerarse
compensada con la mayor seguridad e independencia. Mas, parece
evidente en la situación de peligrosidad de Venezuela, que el éxito
se compromete o dificulta de no tomarse responsablemente medidas
de emergencia cuyos riesgos puedan calcularse y, por lo tanto, evitarse.
E n el caso de Venezuela, semejante pretensión de marchar sola habría
encontrado explicación antes del petróleo, cuando el mal era en grado
similar al de otros muchos pciíses necesitados de desarrollo. Después
del petróleo, la pretensión del desarrollo por nosotros mismos solos,
con nuestros propios recursos y rechazando por principio cualquier
cooperación de capitales extranjeros, no puede recomendarse con
razones valederas, que abran claras y ciertas perspectivas de triunfo.
La situación de dependencia del petróleo es tan extrema en Vene-
zuela que ni siquiera el freno del principio de n o m á s concesiones
puede ser aplicado en forma absoluta. Por ello nadie ha sostenido
la conveniencia de esperar la declinación natural de la producción
petrolera en las concesiones vigentes, para que en esa medida se
multipliquen las causas de declinación de la incidencia del petróleo
en el resto de la economía. Por lo contrario, todos aceptan la conve-
niencia de seguir manteniendo la actividad petrolera -en mayor o
menor grado y por más o menos tiempo- para que el ingreso recibido
de ese sector continúe impulsando el desarrollo general.
Es en razón de esta necesidad de continuar valiéndonos del
producto petrolero, por lo menos a los altos niveles actuales por algu-
nos años más, para financiar el aumento y las mejoras de nuestro
equipo económico, que resulta inevitable aceptar todavía inversiones
extranjeras en el sector petrolero. Desde que fue planteado POS
primera vez el principio de n o m á s concesiones en 1947, cuando hasta
la extrema izquierda desconcertada reaccionó equivocadamente, se
reconoció la necesidad de la inversión extranjera para mantener la
industria en los niveles reclamados por el desarrollo económico. Pero
no es del caso insistir en este momento sobre la conveniencia nacional
de inversiones extranjeras en forma distinta a la amparada por el
sistema de concesiones. Nos limitamos a recordar que para continuar
en los altos niveles de producción alcanzados por el país, son indis-
pensables exploraciones de gran riesgo y que ellas, en una industria
madura como la nuestra, prácticamente constituyen inversiones de
azar en las que los apostadores continúan el juego halagados por los
premios de los buenos descubrimientos.
E n las industrias petroleras maduras, descremados los mejores
recursos, los riesgos en lo que va quedando aceleran su ascensión para
llegar a que en el balance global exploratorio las inversiones resulten
superiores a lo que signifiquen los descubrimientos. Si la ruleta
sigue girando se debe a que no son los mismos todos los que pierden
mientras, además, hay algunos que ganan. Todas las inversiones
exploratorias integradas en un solo apostador, en el país que las haga,
resultan una actividad económica que únicamente puede explicarse
en situaciones excepcionales. Tal exclusividad tendría sentido cuando,
de otra parte, se llegara a producir en el propio país todo cuanto
reclama la exploración, tanto en bienes como en servicios. Mientras
son otras las condiciones, cuando todavía gran parte de los bienes y
servicios tienen que importarse, las exploraciones que reclaman los
altos niveles de producción de Venezuela ,-si se quiere mantener esos
niveles- significaría verdadera necedad intentar hacerlas solos, en
tanto existan posibilidades de atraer inversionistas foráneos que
acepten reglas de juego diferentes a las de las concesiones.
Disminución de dependencia

La importancia de los indicadores expuestos en el Foro Petrolero


como señales de disminución de dependencia, fue admitida por el
profesor Córdova en la segunda sesión del 23 de junio (ob. cit.,
pág. 123). E n esa oportunidad Córdova dejó de lado la discusión
sobre la preponderancia de la inversión extranjera como determinante
de dependencia y prefirió poner en duda y discutir las cifras oficiales
presentadas por el ponente, que prueban la iniciación del despegue,
el comienzo de la tendencia de disminución de esa dependencia. Si se
aceptaba que la incidencia del sector petróleo en la economía de Vene-
zuela realmente había decaído, independientemente de que continuara
ese sector en poder de inversionistas foráneos, se corría el riesgo
de convenir en que la economía venezolana había avanzado en el
sentido de disminuir su vulnerabilidad. Semejante reconocimiento
habría minado las bases dogmáticas contra la inversión extranjera,
base a su vez de toda una actividad política pretendidamente revolu-
cionaria. Fue así que tuvieron que entrar a discutir algunas de las
señales presentadas, y bien vale la pena analizar la forma y argu-
mentos de esa discusión.

Ing,reso nacional

E n la tercera sesión del 25 de junio, Córdova intentó negar la


mejora lograda en esta materia (ob. cit., pág. 223). E n la sesión
anterior había tratado las cifras relativas al producto petrolero, que
muestran que en el período 1950-57 había crecido a la tasa de 9,65,
mientras el no petrolero se movió a la tasa de 9,26 por ciento. E n
cambio, en el período 1957-64, mientras el producto petrolero creció
a la tasa de 3,19, el no petrolero avanzó a la de 4,62 por ciento ("lo
cual lo lleva a concluir que si el producto no petrolero crece más
rápidamente que el petróleo, evidentemente estaría disminuyendo de
grado de dependencia del petróleo", dijo Córdova. Ob. cit., pág. 125).
Entonces se pretendió que yo sostenía "que la dependencia hay que
medirla considerando el peso que tiene la producción petrolera sobre
la producción total del país". La verdad es que los cuadros presen-
tados mostraban todas las cifras para que cada quien pudiera eva-
luarlas, pero mi exposición se dirigió a destacar que la importancia
de toda la actividad petrolera en la vida económica de Venezuela tiene
que ser analizada en sus efectos en Venezuela. Como el producto
petrolero casi en su totalidad se exporta, tiene que considerársele
en lo que ese producto realmente significa para el país, que no las
meras cantidades absolutas o relativas de tal producto petrolero. Así
lo reconoció Córdova cuando argumentó contra la presentación que
hice del ingreso nacional, que no del producto. Reconoció ,pues, que
yo no sostenía que la dependencia habia que medirla por el peso de
la producción petrolera sobre la producción total. Pero vale la pena
señalar el tipo de contra-argumentos presentados contra el supuesto
argumento del peso de la producción. Se dijo que si va a medirse
"los resultados de su política, no debería tomarse como base el año
1957, sino el año 1958j9,todo con el propósito de por lo menos mostrar
una "tasa de crecimiento del sector petrolero exactamente la misma
del sector no petrolero". Dos falsos supuestos de una vez: uno, que
la disminución de dependencia había que medirla por la producción;
el otro, que se trataba de "medir los resultados de su política". El
primero fue descartado cuando se vio la necesidad de reconocer que
era el ingreso el que se estaba presentando como señal de importancia
de la disminución de dependencia. El segundo falso supuesto no sé
si realmente lo alcanzó a descubrir el grupo que ve toda señal de
progreso del país como un intento de ensalzar las actividades políticas
de otro grupo, aun cuando se trate de Acción Democrática. Solamente
la pasión política puede llevar a gente universitaria a acorralarse en
situaciones tan indefendibles. Que la disminución de dependencia
resalte más incluyendo el año de gobierno provisional de Larrazábal
y Sanabria (que no solamente del gobierno fugaz de1 último) no
resta ni añade fuerza al argumento. Como también es inmaterial
que realmente la desaceleración del crecimiento petrolero en parte
se deba a retaliación de las empresas; o como lo es el factor más
indeseable, de la disminución de los precios del petróleo. Que algunos
males tengan ciertos efectos positivos, no disminuyen las ventajas
de tales efectos incidentales.
Siguiendo en esta actitud de politicismo a ultranza, al tratar el
ingreso nacional se llaman "cifras del doctor Pérez Alfonzo" las de
1958-63, con el móvil de restringir la señal de liberación económica
a los nueve puntos de diferencia entre los 8 por ciento aumentados
por el ingreso petrolero, frente a los 19 por ciento aumentados por
el ingreso no petrolero, en ese corto período. La verdad que resulta
de los cuadros presentados a la discusión es que, para cubrir períodos
de cierta importancia, se dan las cifras de 1950-57 y de 1957-64. E n
el resumen que leí en la tercera sesión fue que, a los solos fines del
argumento y para i r hasta el terreno extremo de los extremistas,
dije: "Aun cambiando las bases de cálculo y haciendo 100 en 1958,
para detenerse en 1963, el ingreso nacional no petrolero mostraria un
aumento del 19 por ciento, con sólo un aumento de 8 por ciento para
el ingreso nacional petrolero" (ob. cit., pág. 184, énfasis nuevo).
Las cifras presentadas por mí en el Foro, como prueba de dismi-
nución de la dependencia, son las de la tabla "Indice Comparativo de
Algunas Cuentas Nacionales y del Sector Petrolero, 1950-1964" (ob.
cit., pág. 109). E n esta confrontación se divide el período en dos
etapas de ocho años cada una y se hace figurar al año 1957 dos veces,
con el propósito de comparar dos etapas de igual duración. E n la
segunda etapa se incluye, como se comprueba, un año de dictadura,
puesto que no se trata de un análisis político sino de una evaluación
de hechos histórico-económicos. Este análisis sirvió para precisar
que en la primera etapa, que llamo de la carrera perdida, como lo
evidencia el gráfico sobre el "Indice Comparativo del I . N . Menos
Sector Petrolero e 1.N. Petrolero" (ob. cit., pág. 113), mientras ei
1 . N. Petrolero corría desbocado para colocarse en un 153,3 por ciento
sobre el año base, el 1.N. No Petrolero (1. N. menos Sector Petróleo)
sólo avanzó 81,8 por ciento; nos quedábamos atrás, nos destruía el
Minotauro. E n la segunda etapa, al analizar lo ocurrido, igualando
la partida de la carrera en el propio alto nivel de 1957, el 1 . N. Petro-
lero llegaba para 1964 a adelantar solamente 12 por ciento. E n cam-
bio, al final de esta etapa de reestructuración político-económica, pese
a las perturbaciones que indican los datos anuales, el I.N. No Petro-
lero de 1964 se levanta 49 por ciento, es decir, más de cuatro veces
lo alcanzado por el I.N. Petrolero; esto es lo que llamo la carrera
ganada, que de continuar nos sacaría del laberinto en que nos deba-
timos. Y la carrera la seguimos ganando en 1965, con mayor margen
aun que en años anteriores, puesto que el I.N. Petrolero muestra
ligera declinación, que el resto de la economía puede superar regis-
trando un adelanto estimado en el 8 por ciento; seguimos sacando
ventaja.
Semejantes datos no podía manejarlos ni el propio profesor Cór-
dova, para no mencionar a sus colegas Mejía, Maza Zavala o Malavé
Mata, porque en la materia resultó el primero el de la voz cantante.
Las magnitudes observadas escaparon hasta de la supuesta hábil
dialéctica empleada en el manipule0 de las cantidades menores, más
manuables, del período "político" ad hoc, o, por lo menos, seleccionado
como tal. Pero, con todo, los argumentos no pasan de ser especiosos.
Aun para ese período "político", Córdova tiene que reconocer:
['Evidentemente, si el ingreso no petrolero está creciendo más rápida-
mente que el petrolero, la parte que este ingreso no petrolero repre-
senta en el total, estará creciendo también, mientras que iría decre-
ciendo la cuarta parte [sic] del ingreso petrolero. Este sería el razo-
namiento del doctor Pérez Alfonzo" (ob. cit., pág. 223), preguntándose
de inmediato "qué es lo que h a subido dentro de ese ingreso no petro-
lero más rápidamente que el petrolero?" Córdova se responde así:
"la agricultura mantiene su promedio de 7,5 por ciento anual estan-
cado. . . ". Si esto fuera cierto el estancamiento relativo en un 1. N.
que crece, no es estancamiento sino crecimiento, porque la posición
sólo está estancada relativamente. Y como el petróleo no está estan-
cado en esa posición relativa, sino que, por lo contrario, se mueve en
sentido inverso, negativo, de todos modos hasta la agricultura estaría
despegándose del petróleo o liberándose. Pero ni siquiera es cierta
esa afirmación mal interpretada del estancamiento agrícola. Las
cifras señalan que el I.N. de ese sector se colocó en el 7,60 por ciento
en 1960, subió a 7,81 en 1961, para 1962 llegó a 7,89 y en 1963 ya
estaba en 8,17 por ciento; no es poca la significación de este incre-
mento. (Inf. Ec. BCV, 1964, pág. 403 y sig.).
Seguidamente, el crítico de la liberación del petróleo pierde el
hilo de su propia argumentación. De la participación proporcional
agrícola en el I . N . pasa, sin más explicación, a las manufacturas,
para enfocar entonces la tasa de crecimiento anual, porque es en
esta tasa que puede señalar que Pérez Jiménez hacía más que el Go-
bierno que luego pudieron elegir los propios venezolanos. Dice el
profesor Córdova: "las manufacturas que durante el período de Pérez
Jiménez tuvieron una tasa anual de crecimiento de 10,8 por ciento,
la bajan durante el período que analiza el ponente al 6,l por ciento",
para continuar enrostrándonos que "la producción de bienes en general
baja de una tasa de 4,8 por ciento en el período de Pérez Jiménez a
una tasa de 3,7 por ciento en el período actual". Este cambiar del
terreno de discusión es evidencia de dificultades a las que no se en-
cuentra. cómo dar el frente. Es similar a lo que sucede al torero
cuando, incapaz de coordinar la faena, mueve exageradamente los
pies sin pararlos en firme.
Las tasas de crecimiento del período perezjimenista están, por
supuesto, en todos los datos y exposiciones empleados por mí en el
Foro. Durante la dictadura hasta el 1. N. No Petrolero creció mucho
más que en la etapa democrática: 81,8 contra 48,8, en esas respectivas
etapas de ocho años. Pero en esta oportunidad, no se trataba de
indagar por qué este pueblo venezolano aumentó más su 1. N. econó-
mico -que no otra cosa- mientras estaba oprimido, que después,
cuando obtuvo su libertad y soberanía. Las causas del "fenómeno"
son muy conocidas, y quienes no las conocen las sienten y presienten.
Se trataba de algo más complejo y que no puede evaluarse tan fácil-
mente, pues consiste en precisar que todo cuanto creció la economía
en la primera de esas etapas, que fue mucho, sin embargo fue muchí-
simo menos que lo que tuvo que crecer el sector petróleo para contri-
buir a aquel resultado. E s por eso que, repetimos, aquella era una
carrera evidentemente perdida. Estaba perdida porque el petróleo
se agota, porque aún antes de agotarse, la demanda internacional no
continuaría descargada tan preponderantemente en las fuentes vene-
zolanas; pero más que nada, porque la desigualdad que mostraba el
crecimiento no petrolero era evidencia de que el exagerado crecimiento
del petróleo había saturado la capacidad de absorción útil de capital,
y sus excesos eran innecesarios y criminalmente desperdiciados.
Después de los desajustes naturales debidos al profundo cambio
político-económico, el crecimiento en el sector manufacturero fue en
1963 de 12,8 por ciento, es decir, sustancialmente mayor al del pro-
medio del perezjimenismo. Esto ocurre con la significativa diferencia
de que la recuperación económica se cumple con el impulso propio de
los factores nativos de la producción, mientras el sector petrolero
sigue un curso de nivelación decreciente. Por otra parte, el valor del
producto de este sector manufacturero a p r e c i o s constantes, lo que es
más importante, creció en los últimos tres años, 1963-1965, a un pro-
medio de más del 11 p o r ciento.
Más débil e insostenible aparece la posición del profesor Córdova
contra la evidente liberación del petróleo cuando, confundido en la
imposible faena que se le encomendara, cambia de nuevo sin anuncio
su línea de argumentación. Se pasa Córdova del Ingreso Nacional,
que es el punto sostenido, para volver con el producto de bienes en
que, después de señalar su tasa de 3,7 por ciento, como inferior al 4,8
por ciento del período de dictadura, asienta: "Pues bien, ese 3,7 por
ciento en que crece la producción de bienes en el país, es inferior al
4,3 por ciento en que crece el petróleo, o sea que se da la aparente
anomalía de que el petróleo está todavía creciendo más rápidamente
que la producción de bienes. . .". De seguidas regresa Córdova al
Ingreso Nacional, para explicar la supuesta anomalía que alega como
el efecto de que "lo que ha subido es precisamente la producción de
servicios", y así continúa enredado sin terminar por aclarar nada de
lo que pretende sostener.
A los fines de determinar la dependencia o liberación del petróleo,
lo que interesa -habrá que repetirlo cada vez- no es el producto,
por su volumen o su valor teórico, puesto que solamente el 5 por ciento
es utilizado en el país, en tanto que el 95 por ciento restante se vende
al exterior. Lo que interesa a ia economía venezolana es el valor de
retorno del petróleo, es decir, la aportación real de este sector al
Ingreso Nacional. Es por ello que la línea principal de razonamiento,
reconocida por Córdova, es que "ha bajado el porcentaje del ingreso
nacional petrolero sobre el ingreso nacional total". Y este 1.N. Petro-
lero solamente subió 12,2 por ciento en los 8 años de la etapa 1957-
1964; o creció 8 por ciento en los cinco años de la etapa 1958-1963,
recortada a la medida de los fines del argumento. Por ninguna parte
aparece, pues, el crecimiento de 4,3 por ciento que quiere enfrentar
Córdova al 3,7 por ciento del crecimiento de los bienes (ob. cit.,
págs. 223-24). E s allí donde está la anomalía, en la confusión del
producto de exportación con el Ingreso Nacional, cuando es esto último
lo que interesa.
Pero es que por donde se tomen los deshilvanados argumentos,
con sólo mirarlos y verificarlos, se derrumban por su propio peso.
Es cierto que una característica viciosa de la economía venezolana,
como de las economías atrasadas en general, consiste en la exagerada
participación que alcanza la producción y el ingreso por servicios.
Pero es incierto que fuera el incremento de la producción de servicios
el determinante principal en el crecimiento económico no petrolero
de los años de etapa democrática, logrado al tiempo de la desacele-
ración del ingreso petrolero.
Las Cuentas Nacionales disponibles son las que presenta el BCV
en el antes mencionado Informe de 1964. La serie solamente cubre
los años 1960-1963; cuatro años que limitan la comparación relativa
a tres tasas de crecimiento anual. Si del Ingreso Nacional excluimos
al petróleo y al gobierno, podemos agrupar en dos las actividades
de la producción : la de bienes, integrada por la agricultura, la minería,
la manufactura, la electricidad y la construcción; mientras en el grupo
de servicios estarían los servicios propiamente dichos, el comercio,
los transportes y los alquileres. Los respectivos totales de cada agru-
pación para 1960 se situaron en Bs. 4.914 millones y Bs. 7.995 millo-
nes, es decir, que se encontraban en la proporción de 38 contra 62 por
ciento. Para 1963 el Ingreso Nacional proveniente de las actividades
productoras de bienes se remonta a Bs. 5.975 millones, señalando un
aumento relativo de 21,5 por ciento sobre 1960. En cambio, la agru-
pación de los servicios llega a Bs. 9.003 millones, pero su aumento es
muy inferior al de los bienes, pues se sitúa en 12,6 por ciento sobre
el mismo año 1960. De esto resulta que la relación entre las dos
agrupaciones varía sustancialmente, subiendo la de los bienes en la
proporción de dos puntos, que pierde la agrupación de los servicios;
el cambio es, consiguientemente, del orden del 4 por ciento, que tiene
m u c h a significación. La proporción 38-62 de 1960 cambia para 1963
a 40-60, evidentemente contradiciendo la ligereza del profesor Cór-
dova. (l)
E n relación a las indicaciones de liberación del petróleo derivadas
del análisis del comercio exterior, no hice sino remitirme al Informe
Económico del Banco Central, que señala que las importaciones "cons-
tituían 29,3 por ciento del consumo privado de bienes" en 1957, mien-
tras que para 1963 se sitúan en el 13,2 por ciento (Inf. Ec. BCV 1963,

(1) A1 analizar los datos de 1965, la Comisión Econónlica papa América Latina
(CEPAL) reconoce el crecimiento aproximado del 7 por ciento para la
economía venezolana, añadiendo que ese aumento "representa un producto
por habitante de casi el 4 por ciento". Las informaciones cablegráficas
publicadas en toda la prensa el miércoles 11 de mayo de 1966, destacan los
sectores que contribuyeron con "tasas superiores a l promedio". Entre ellos
están la industria manufacturera, la constiucción, la electricidad, el g a s y
el agua. Están en menor medida sobre el promedio, la contribución de
transporte y comunicaciones, es decir, seivicios. Las informaciones también
señalan qne "el sector agropecuario se expandió en una tasa ligeramente
superior a l conjunto". E s decir, la agricultura sigue la tendencia que seña-
láramos desde 1960, que, aunque inferior a otros sectores, es importante
porque es superior a l conjunto, y porque se trata de nn sector de la pro-
ducción que no es nada fácil cambiar rápidamente, como lo muestran las
experiencias de los propios países socialistas.
Creemos apropiado destacar que la deformación bienes-servicios de las
economías atrasadas, que Venezuela viene superando, como lo muestra la
tendencia que estudiamos, resulta que al alcaiizar cieitos niveles de progreso
debe volver a cambiar. E n las economías bien avanzaclas, aquellas en que
los bienes llegan a los niveles de los más altos consumos, los mayores sub-
siguientes crecimientos recaen en más y mejores servicios. Precisamente
en la agricultura es donde mejor s e destaca esa tendencia de mucho mayor
crecimiento de servicios que de bienes. E n el reciente muy comentado libro
"Brave New Victuals" (E. Iluxley, Londres 1965:37), "se estima que 75 de
cada 100 del valor de 'agribusiness' en gastos, no va a la granja". E s decir,
una cuarta parte v a a los bienes producidos y t i e s cuartas partes a los ser-
vicios, y se añade quc la tendencia continúa. E n la medida en que el trabajo
campesino se tecnifica y automatiza, su producto, y naturalmente el ingreso
del campo, tiene que bajar relativamente, y aun cuando suba por persona,
hasta los más altos niveles alcanzados en la industria. No puede suceder de
otra manera cuando s e llega al caso citado en la misma obra de un granjero
cpe "tiene a una muchacha encargada de 26 mil aves en una sola casa de
batería, y los estudios de tiempo y movimiento han indicado que sil trabajo
podría reducirse a menos de cuati-o horas al día. Piincipalmente consiste
en dos cosas: transferir huevos a una correa de movimiento que los conduce,
sin ninguna otra intervención humana, a la estación de embalaje para ser
autoináticamente iluminados (candled), graduados y empaquetados; y a
retirar las aves muertas" (loc. cit.).
pág. 502). Me limité a llevar a la Universidad todo cuanto implica
tan dramático cambio, cuando se toma en cuenta el poco tiempo trans-
currido y las perturbaciones que se han sucedido.
Córdova también tenía que levantarse contra esto. Aceptó que
"evidentemente, hay que comenzar por reconocer que ha habido cierto
grado de avance en la disminución aparente de la dependencia de estas
cifras" (añadido el énfasis). Lo que queda, pues, es "poner en duda"
el sentido cuantitativo del notable cambio. i Y es a esto que se llama
dialéctica! A esto que, como se dijo, basta sacudirlo para que caiga
de su propio peso. Se dice que si se analizan las cifras se encuentra
lo que se va a "explicar de la manera más sencilla posible", para
continuar afirmando que las importaciones están constituidas "por
unos bienes que a última instancia van a ser consumo y otros bienes
que van a ser bienes de capital". Luego se vuelve a preguntar, como
en el catecismo : "2. Cuáles son las importaciones que nosotros necesi-
tamos que bajen?" Y, desde luego, se contesta: "las importaciones
destinadas al consumo". Pero a renglón seguido de la perogrullada
se pregunta de nuevo : "¿qué ha pasado? La importación de capitales
[sic] que durante el período de Pérez Jiménez tuvo una media anual
de 1.600 millones de bolívares, baja durante el periodo constitucional
a 700 millones de bolívares, o sea a menos de la mitad". Y con esto
y un poco más creyó que se salía de la suerte. Y parece que hasta
para la edición del libro que publicó la UCV sobre el Foro Petrolero
siguió creyendo que aquello efectivamente ocurrió.
Con frecuencia se afirma que no hay peor ciego que el que no
quiere ver. Es lo que sucede con las importaciones señaladas por mí,
como indicador de liberación del petróleo. Precisamente, como se
cae de maduro que lo que nos interesa es que bajen las importaciones
destinadas al consumo, el cambio, de tanta significación, mencionado
por mí, se refiere a ese tipo de importaciones que conviene disminuir
y que cayó del 29,3 por ciento -que erradamente coloca Córdova en
20 por ciento- al 13,2 por ciento -que también erradamente coloca
en 12 por ciento-: la caída fue a bastante menos de la mitad.
La cuestión de la importación de bienes de capital no entró -está
claro- en el argumento. Fue el oponente quien la trajo, literalmente
por los cabellos, para tratarla "de la manera más sencilla posible".
Y lo que ocurre es que no hay manera de tratar ciertos asuntos con
sencillez sin incurrir en simpleza infantil. La importación de bienes
de capital en países atrasados, que con las máquinas tienen que iinpor-
t a r a los maquinistas, o por lo menos debieran importar los conoci-
mientos necesarios para emplear económicamente esos artefactos que
no producimos, no constituye por sí misma una garantía de ser impor-
taciones preferibles a importaciones para el consumo. Se da muestra
de mucha ligereza y de profundo desconocimiento de los hechos reales
de la vida del país cuando se pretende que la muy trajinada cuestión
de las excesivas maquinarias importadas durante la barahúnda dicta-
torial, fue señal de progreso para Venezuela. Cualquiera que analice
un poco aquella situación, no puede sino llegar a la conclusión de
que los vendedores foráneos de los tales bienes de capital, que para
ellos son simples bienes producidos para el consumo, supieron explo-
tarnos con igual intensidad codiciosa, tanto en lo que nos vendían
como en lo que nos sacaban para pagar esas compras. Cualquiera
que abra un poco los ojos podría constatar que los bienes de capital
representados por los muchos millones pagados en la etapa de Pérez
Jiménez, en promedio significaron menos inversiones valiosas y
necesarias que las más reducidas importaciones de ese mismo tipo
de bienes realizadas en la siguiente etapa. Pasada la alucinación
petrolera, los empresarios midieron mejor sus proyectos. Superada
la etapa de alucinación no se pueden repetir los casos del Helicoide o
del Humboldt, para no mencionar más que aquellos que físicamente
se levantan sobre el resto, y en los cuales la responsabilidad recae
tanto en el sector privado como en el sector público.
E n otra pregunta catequística del Foro se reconoció que la impor-
tación de bienes de consumo sí había bajado, "aun cuando sea débil-
mente". El débilmente +qué manera de calificar!- es la caída a
menos de la mitad relativa en el total del consumo privado de bienes.
A la caída dramática, maliciosamente menospreciada, se la pretendió
descalificar con otra razón muy sencilla, tan sencilla que de nuevo se
incurre en simplismo. Se adujo una transitoria baja del I.N. por
habitante, presentándola como una baja constante de la etapa en
análisis, que redujo la variable, disminuyendo "la propensión a impor-
tar" (ob. cit., pág. 225). La verdad es que son falsos hasta los hechos
mismos en que se basa toda esta argumentación, aparentemente simple.
El ingreso nacional que queda libre para su uso por los particu-
lares, llamado ingreso disponible, es el que en alguna forma - e n
ningún caso directamente- puede llegar a afectar la propensión a
importar. Bien podrían darse situaciones de colonialismo extremo
en que la disminución se dirigiera principalmente, como ocurrió en
otros tiempos, a restringir el consumo de lo propio para mantenei.
los niveles de importación de bienes de consumo. Pero nada de esto
tiene interés en la situación que se analiza, puesto que el ingreso
disponible de los venezolanos no disminuyó, como sin razón, preten-
dieran los contrincantes; más bien, subió significativamente. Por
este contraste resulta todavía de mayor interés el cambio extremo
producido en la importación de bienes de consumo. Para 1957, año
cumbre de la dictadura pereajimenista, y año que sirvió de base para
medir nuestro progreso en las señales de liberación presentadas, las
importaciones cubrieron el 29,3 por ciento del consumo privado de
bienes, según tantas veces hemos tenido que repetir. Ese mismo año
el ingreso disponible por persona fue de Bs. 1.781. Pues bien, para
1963, cuando la proporción de lo importado cae a sólo 13,2 por ciento,
el ingreso disponible por cada venezolano llegó a Bs. 2.199: habia
subido 23,47 por ciento sobre lo que fuera e n 1957. Si aplicamos la
tasa de importación a los Bs. 1.781 de 1957, tendríamos que de ese
ingreso disponible Bs. 522 podrían haberse consumido en importa-
ciones. El mismo cálculo, tasa de importación por ingreso disponible,
para 1963 arrojaría Bs. 290. Es decir, contra lo que se pretendió
en el Foro, en un intento de desfigurar en cualquier forma cualquier
progreso de los venezolanos, con mucho más dinero disponible por
persona se compró mucho menos en el exterior, cambio trascendental,
y por ello mismo irritante para algunos. Además, la situación fabri-
cada al calor de la imaginación, permitió continuar hacia el que se
llamara "coeficiente de hambreamiento de las masas venezolanas"
para explicar el favorable cambio del coeficiente de importaciones.
Pero la verdad y los hechos, con toda su terquedad, se continuarán
imponiendo. Si bien las masas venezolanas no alcanzan todavía ni
remotamente los niveles de vida de los privilegiados de las Univer-
sidades -retardo que en parte se debe a esa misma injustificable
desigualdad, que contribuye a mantener a los últimos alejados de la
realidad- esas masas, que aprenden de su propia experiencia, sí saben
que adelantan y que el progreso adquirirá velocidad.
INGRESO NACIONAL Y DISPONIBLE

1.N. I . N . Disp. Per/cap. Indice


- - - -.

1957 16.782 11.979 1.781 100


1958 18.279 13.162 1.892 106,23
1959 19.742 14.894 2.069 116,17
1960 19.294 16.071 2.149 120,66
1961 19.638 16.315 2.103 118,08
1962 20.646 16.644 2.072 116,34
1963 22.364 18.277 2.199 123,47
19f, i 27.326 21.463 2.487 11,)
1963 29.238 22.877 2.534 11:1
Fuente: Mem. e Inf. BCV.
Por el momento terminaré esta materia de la liberación del pe-
tróleo, que sólo he tratado en cuanto sirve de muestra del tipo de
discusión que se sostuvo en el Foro Petrolero. También indica la
tozudez oscurantista que prevalece en algunos medios de nuestras
Universidades, con grave perjuicio para la investigación seria de
los problemas del país. La situación del petróleo en la economía de
Venezuela, la liberación del predominio a que se dejó llegar el desarro-
llo petrolero, será objeto de un trabajo más extenso que seguirá a la
publicación del que ahora hago. Entonces se examinarán las contra-
dicciones y los hechos falsos que aparecen en algunas de las conclu-
siones presentadas al finalizar el Foro.(l)

(1) Sin embargo, para complementar la situación presentada en relación a


discusiones sobre dependencia económica, considero de interés mencionar
ciertas incidencias ocurridas que, por su tónica irracional, contribuyen a
delinear mejor el panorama.
En la primera sesión, el relator Mejía Alarcón, al iniciar su relación,
pretendió contestar la pregunta que él mismo se formulara sobre lo que
pensaba el ponente respecto a l petróleo. Hizo entonces una cita, tendencio-
samente cortada a la medida, de la Introducción a la Memoria de Fomento
de 1947. Luego sostuvo que "en el fondo su ideología (la que quería derivar
de la cita trunca) con respecto a estos asuntos no ha variado.. .".
En la siguiente sesión del Foro, cuando concluía mi exposición me referí
a este asunto. Expliqué que el texto recortado se refería a que "en este
conjunto de empresas debía considerarse como incidental la extranjería"
para que se aplicaran plenamente las leyes del país. Añadí que era "conve-
niente presentar las citas dentro de su contexto a fin de que puedan inter-
pretarse bien". También recordé que en el Congreso que recibió la Memoria,
cuando se leyó y discutió completa "no se hicieron observaciones a la inte-
gración de la industria petrolera en la economía venezolana", mientras por
el contrario, sí se dudó del principio de no más concesiones. Cité a este
respecto al diputado Gustavo Machado, mencionando la Gaceta del Congreso
Nv 18 de 1948, en la que aparecía la duda de Machado al criticar hasta ese
principio de no más concesiones y, sin embargo, no pretendió tergiversar lo
que se decía de la industria petrolera, con el sentido que lo hizo el relator
Mejía.
Pues bien, en esa misma sesión en que tuve la "osadía" de referirme al
dirigente comunista - q u e se encontraba en el terreno y bien dispuesto a las
mayores críticas en l a oportunidad de ser presentada la Memoria de 1947-
cuando completé la cita que recortada se trajo al Foro, al profesor Córdova
le correspondió ser Relator. Con ese carácter Córdova tuvo una amplia
intervención en esa sesión, que empleó para criticar cuanto pudo la expo-
sición del Ponente. Esa noche, sin embargo, no apreció nada criticable en
la lógica referencia a Machado, como elemento de interpretación de lo que
yo había afirmado hacía tantos años. También intervinieron en esa misma
sesión otros destacados marxistas que tampoco advirtieron nada impropio
en lo ocurrido. Salvador de la Plaza insistió sobre su calificación de la
regalía, mientras Maza Zavala extendía su crítica a gran parte de la ponen-
cia. El propio profesor Mejía Alarcón también intervino, y hasta reconoció
que Yndudablemente, yo pretendí y aGn pretendo situar a l doctor Pérez
Alfonzo ante los resultados negativos de una política de la que él fue artífice
e impulsador". Pero también creyó oportuno reconocer que 61 mismo había
defendido esa política en sus "libros, conferencias y artículos, ante mis
alumnos y ante el pueblo", añadiendo que en algunos de esos trabajos afir-
maba que "a pesar de las bajas de precio y de las amenazas de las empresas
el Ministro de Minas defendía y avanzaba en ambas líneas de la política
petrolera de la que él había sido artífice. Los más variados sectores de
opinión de l a sociedad venezolana mostraron su acuerdo con dicha política".
Se comprende que el profesor Mejía no resintió l a explicación que tuve que
hacer en relación a la cita incompleta que había malinterpretado. Por último,
el profesor Malavé Mata habló en esa misma sesión para criticar a fondo
l a exposición del Ponente, pero sin observar tampoco nada impropio en la
mención del diputado Machado de 1948.
De consiguiente, resulta verdaderamente extraño y da mucho que pensar,
que fuera necesario el transcurso de dos días para que entonces se conside-
rase como un ataque la referencia al diputado Machado, y como un ataque
injustificado, según calificación del profesor Mejía Alarcón, todo para consi-
derar que "desgraciadamente por razones de estadía en sitio cerrado el
doctor Machado no puede responder personalmente". Está bien que el
relator Mejía se tomara dos días para intentar responder sobre las dudas
comunistas respecto al principio de no más concesiones; pero fue en el mo-
mento del supuesto injustificado ataque, que podía evaluarse mejor si se
trataba de ataque o si era, como en verdad lo fue, l a simple mención de
hechos ocurridos en el pasado remoto.
Traído a consideración tardíamente el supuesto ataque, se tuvo tiempo
para constatar que el interesado en su oportunidad tuvo todas las facilidades
y las usó para "responder personalmente a l sentido que se le había dado
a su intervención en el Congreso de 1948". Fue por eso que en aquella
misma sesión expuse: "si traje a l debate intervenciones en el Congreso de
1948, fue porque el profesor Mejía Alarcón citó parcialmente una parte
de la Introducción que se discutió en aquel Congreso, y en cuanto a la refe-
rencia a l principio de no más concesiones, iniciado desde entonces, y a la
pocos concesionarios tenían "un 234 por ciento más hectareaje de concesiones"
actuales sino que había sido objeto del más amplio debate tanto en el Con-
greso como también más tarde en México, cuando ambos estábamos en el
exilio. E n 'Venezuela democrática', que precisamente se acaba de citar,
fue todo esto objeto de debate en aquel país.. .".
El desplante del supuesto ataque, para explicar el contra-ataque para
mencionar el encierro de Machado, y con el insostenible análisis de conce-
siones para explicar las dudas comunistas, no podía conducir a otra situación
que de contradicciones inexplicables. Se pretendió que como en 1947 unos
pocos concesionarios tenían "un 234 por ciento más hectaraje de concesiones"
quizás se podía considerar darles unas tantas concesiones más a otras mu-
chas compañías para "diversificar" el negocio, como lo alegara la dictadura
en su oportunidad. Textualmente, mostrando incomprensión cerrada, afirmó
Mejía: "es obvio que casi todo el patrimonio nacional en materia de conce-
siones había sido otorgado en 1947 a los grupos monopolistas más poderosos,
y era cuando menos justificado tener una posición equívoca. . .". Una posi-
ción equívoca cuando casi todo el patrimonio nacional se encontraba entre-
gado! Realmente se hace necesario vivir el aislamiento que en algunos
determina la Universidad, para ofuscarse al extremo de creer que alguien
pueda entender un razonamiento de esta índole. Tampoco puede explicarse
sino como otra ofuscación aparentar un tardío resentimiento por el tal
injustificado ataque a Machado, que nadie resintió en los momentos en que
se pretende haber ocurrido.
También tardíamente el profesor Córdova pretendió que el Ponente había
tenido una "intervención abiertamente política en l a tarde de ayer y ratifi-
cada en l a de hoy". La intervención, pretendidamente política, no había
sido en la "tarde de ayer" (¿deseo de acercar el tiempo transcurrido?) sino
que había ocurrido en la sesión anterior, en l a noche de anteayer. Córdova
se refiere a lo dicho por mí de que había habido "oportunidad de discutir
estos problemas con el doctor Gustavo Machado cuando estaban los dos en
el exilio", para preguntarse -siempre el catecismo- "¿por qué viene a
criticarlo aquí cuando el doctor Gustavo Machado, su compañero de exilio,
está en la cárcel ?"
La imaginación siempre desbocada, alejándose cada vez más de la realidad,
tiende naturalmente a crear los molinos de viento de la fantasía, exacerbada
por el trópico. No en otra forma puede entenderse que las circunstancias
de encontrarse en algún lugar personas exiladas, conlleva a un imaginario
compañerismo. La controversia pública en México destaca, por lo contrario,
el enfrentamiento continuado que Acción Democrática ha tenido que mante-
ner en todo tiempo con el comunismo criollo, siempre con mente ofuscada
y por ello incapaz de comprender las realidades del país. El compañerismo
imaginado por Córdova se explica solamente por el deseo de insistir en una
defensa que, en todo el tiempo transcurrido, nunca pudieron realizar ni
Machado ni demás compañeros comunistas: la defensa de aquellas dudas
sobre el principio de no más concesiones. Como siempre, la carencia de
comprensión para reconocer a tiempo los errores en que pueda incurrirse,
conduce inevitablemente a caer cada vez más profundamente en la confusión
y en errores de mayor significación.
REFORMA DE 1943 Y DECRETO No. 112 DE 1945

Cuando las petroleras preparaban el proyecto para la reforma


de la Ley de Hidrocarburos aprobada en 1943, varios voceros oficiales
-entre quienes se destacó el ingeniero Edmundo Luongo Cabello, que
luego mostró lo que era en su actuación como Ministro de la dicta-
dura- dieron explicaciones públicas de los cálculos alegres de los
resultados esperados con Ia Reforma. Esos cálculos, igualmente
arreglados por los que habían preparado las bases del proyecto, apa-
rentaban un reparto de los beneficios del petróleo entre el Gobierno
y la industria, que fácilmente se podía comprobar cuán alejado iba
a resultar d ? la realidad. Se llegó a afirmar que las solas regalías
significarían contribuciones fiscales equiparables a los beneficios
netos que retiraría la industria. El Voto Salvado por Acción Demo-
crática en el Congreso hizo mención precisa de la falsedad de la hipó-
tesis de repartos de beneficios, señalando que si el conjunto de las
contribuciones -no las solas regalías- llegaran a representar canti-
dades por lo menos iguales a los beneficios de la industria, podrían
considerarse aceptables los resultados. E n el Voto Salvado se afirmó
que ni siquiera esto último sucedería, como en efecto ocurrió.
Constituyó desagradable sorpresa comprobar más tarde que el
gobierno derrocado a fines de 1945 -y que había sucedido al de
López Contreras por designación de éste-, nada había hecho para
i r verificando los resultados de la aplicación de la nueva Ley de Hi-
drocarburos.
El Ministerio de Fomento, que tenía a su cargo minas y petróleo,
después de la Reforma de 1943 se siguió mostrando tan campante
como lo venía haciendo desde los tiempos de Gómez, y se limitaba a
contar maravillado el dineral que le entregaban las compañías por
algo que antes nada producía: petróleo. Es verdad que por lo menos
en la época de Gumersindo Torres, cuando se inició la fiscalización
de la producción, base de las contribuciones recaudadas, se había
comenzado a contu?. lo recibido. A partir de Torres se hizo un poco
más difícil el uso de bodegas falsas de los tanqueros aparejados con
el propósito de robar nuestro petróleo y desafueros semejantes. Pero
todavía para la terminación del gobierno de Medina, el Ministerio
que administraba estos vitales recursos nacionales no había adelantado
mucho más de lo que logro hacer el ministro gomecista, pese a que
la discusión de la ley-contrato de 1943 obligó a considerar y mencionar
los beneficios que se llevaban las compañías. Aprobada con urgencia
la "formidable Reforma que fue un negoción" -como dijo y ha repe-
tido uno de los más altos voceros del medinismo-, para qué iba a
meterse el Gobierno con quienes le habían proporcionado ese negoción,
si se estaba viendo que de verdad, verdad, le pagaban al Gobierno
más que antes! Lo mejor era dejarlos hacer, que los musiúes son
"los que saben", como lo ha mostrado la fabulosa organización que
han ido instalando en el país. Y así fue que encontramos en octubre
de 1945, a casi dos años de promulgada la "trajinada reforma", que
ni siquiera por razón de los propios cambios que ella introdujo, ni por
la novedad del Impuesto sobre la Renta, el Ministerio había tratado
de adaptarse a lo que reclamaba la situación, estableciendo un sistema
de cuentas que diera alguna idea de cómo marchaba el desconocido
negocio de la otra parte, con quien se pactara para llegar a la Reforma.
A la carrera, para no dejar vencer el año fiscal general que
terminaría con el año calendario, se comenzó a recopilar la mayor
información a fin de dictar una decisión tributaria que fuese lo más
justiciera en las circunstancias dadas. (l) De otra parte, se tuvo en
consideración el engaño con que la industria había presentado el
proyecto de reforma que más le convenía para legalizar su situación
en el país y, de paso, abrirse las puertas hacia las reservas petrolera^
en nuevas áreas, que estaban cerradas. Tal consideración cubría
cualquier exceso en que incurriera el Gobierno Revolucionario al
decidir el Decreto de 1945. E n la gestión de un gobierno responsable
ese año no podía escapar a la justicia fiscal, que cabía aplicar sin
efectos retroactivos, procediéndose antes del 31 de diciembre. Con
el propósito de consultar la información más completa que se pudiera
obtener, la publicación del Decreto N" 112 esperó hasta el propio 31 de
diciembre de 1945. No se trató de aumentar el rigor de la medida
fiscal aplicando el Decreto en aquellos días de general holgorio, como
insinuaron con malevolencia personas vinculadas a los intereses afec-
tados, sino, por lo contrario, de tomar una decisión justa dentro de
la necesidad impostergable de defensa del interés nacional.
(1) Así lo informé a l Congreso en el debate de< 29 de octubre de 1948, cuando
se discutió l a Memoria de Fomento. (Gaceta del Congreso NQ18, pág. 1.031).
Participación razonable

Cuando se discutió la Ley de 1943, el Voto Salvado por Acción


Democrática en el Congreso señaló el lógico tratamiento que el Estado
ha de dar a los concesionarios de hidrocarburos - c o m o a los conce-
sionarios en general- en lo que respecta a la participación justa y
razonable que debe hacerles pagar. Dentro de ese orden de ideas y
filosofía político-económica, se dictó el Decreto NQ 112 del 31 de di-
ciembre de 1945.
Se afirmó en aquel Voto Salvado que era justa y razonable la
participación que recibiría el Gobierno frente a la participación muy
inferior supuesta para la industria en los alegres cálculos publicados
en la época, no porque la participación fiscal fuese mucho mayor que
la de la industria, sino porque ésta no excedería la justa ganancia.
E n el caso presentado por el Gobierno, vendiendo el barril de
petróleo en 81 centavos de dólar, al descontarse 40 centavos como
costos estimados, de los 41 centavos restantes que serían la utilidad
el Estado recibiría 24% centavos, mientras para la industria sólo
quedarían 16y2 centavos, caso analizado por el principal vocero oficial,
el mencionado ingeniero Luongo Cabello.
E n aquella ocasión examiné ese caso aplicando el principio general
de gobierno de que aun los particulares en sus transacciones con el
Estado no pueden obtener excesivas ganancias. Respecto a este
principio de aceptación general, cité al famoso juez inglés Lord Hale,
a quien se atribuye el primer reconocimiento oficial del principio de
que "cuando una propiedad está afectada a un interés público cesa
de ser ju&-privateJJ. ( l ) La elaboración de este principio en el Dere-
cho Administrativo condujo a lo que ya se mencionó de que en las
transacciones con el Estado el aprovechamiento exagerado determi-
nante de ganancias excesivas es inaceptable. La tendencia, por su
carácter moral, continúa en progreso hasta el punto de que aun en
el Derecho Privado el excesivo aprovecharse de la incompetencia o
negligencia de otra persona va siendo objeto de sanción, por el rena-

(1) Sir Matthew Hale estuvo renuente para aceptar el honor que le ofreció
Carlos 11 de hacerlo Caballero. De origen puritano, cuando estudiaba en
Oxford se proponía alcanzar órdenes religiosas, pero después de una acci-
dentada vida se dedicó a intensos estudios legales. Pasó once años como
Juez "chief baron of the exchequer", eligiéndosele luego justicia mayor (lord
chief justice) hasta su retiro en 1676.
cimiento de la teoría de la lesión; se la tiene "como prueba de la debi-
lidad del consentimiento de quien ha sido lesionado". ( 2 )
E n Derecho Público la cuestión no se debatió más desde hace
mucho tiempo en los países de nuestra civilización occidental, 10s
cuales no sufren el retardo institucional correlativo al retardo general
de todo su progreso.
Desde 1943 tuve la oportunidad de afirmar que nadie puede dudar
del interés público en la explotación del petróleo de la Nación. Expli-
qué que es "no sólo porque así lo tenga expresamente declarado el
Congreso Nacional en una o más leyes, sino porque en la realidad
misma de las cosas ella constituye la base principal de la economía Y
vida nacional".
Agregué de seguidas que "en consecuencia, saben y les consta
a los particulares esa situación y saben y les consta que sus propie-
dades privadas una vez que las destinan a cumplir este fin de interés
público, quedan también afectadas por ese interés y no pueden ser
manejadas contra el bienestar general". E s de esta situación jurídica
que surge, como también lo dije entonces, que "una utilidad que exceda
de una justa ganancia, una utilidad que sobrepase aquella que normal-
mente rinden los capitales en Venezuela, sería en la industria privada
una ganancia a título de habilidad excepcional, que a nadie perjudica,
o que en último caso sólo choca contra intereses privados. Mas una
ganancia excepcional en la industria del petróleo, que versa sobre
bienes del dominio público y de los cuales dependen las condiciones
de vida y el mejoramiento económico, social y cultural de los vene-
zolanos, resulta, en cuanto exceda de la justa remuneración del capital,
una ganancia injustificada por ser contraria al interés público y al
bienestar general".
De las mencionadas tan alegres cuentas medinistas, como ya se
ha dicho, se consideró que era razonable la participación del Gobierno,
no porque era mayor a la de la industria, sino porque analizada econó-
micamente se encontró razonable la ganancia obtenida en relación
a la inversión que la producía.
Más tarde, en 1948, cuando se estableció el sistema impositivo
que diera permanencia a lo que se llamó participación de 50-50, se
explicó que el impuesto adicional daba un interés más directo a la
(2) G. Ripert, "Le Régime Democrátique e t le Droit Civil Moderne", pág. 181.
Libraire Generalle, París 1936.
(8) "Acci6n Democrática ante la Ley de Hidrocarburos", Editorial Futuro, Ca-
racas 1943.
Nación por lo que tendría que "discutir las inversiones de la empresa
y los gastos, porque ellos pueden determinar una menor participación"
y a quienes pretendieron que este impuesto favorecería a las compañías
grandes, se les aclaró que resultaba todo lo contrario. Se explicó que
"allí se establece una exoneración del impuesto para las compañías
que no realizan utilidades sobre el 10 por ciento de su patrimonio ; es
decir, que aquellas compañías que comienzan a realizar utilidades,
aun cuando reciban más participación en su renta neta líquida que
los pagos al Gobierno, por tratarse precisamente de esa primera etapa
de desarrollo, no se les recaba la participación adicional del 50 por
ciento". (l)

(1) Gaceta del Congreso No 18, pág. 1.035.


LECCION Y ADVERTENCIA A LA DEMOCRACIA

SUCESOS Y RESULTADOS DE LA REFORMA TRIBUTARIA

Los extraordinarios recursos con los cuales la Naturaleza dotó


al territorio nacional, exponen a los venezolanos a retos y riesgos
considerables. Más que otros pueblos, el de Venezuela tiene que
mantenerse alerta para contener las insistentes maniobras de propios
y extraños, encaminadas a continuar y hasta intensificar el despojo
de la riqueza que pertenece a la colectividad nacional. Todo cuanto
pueda servir de experiencia para mejorar la defensa del patrimonio
común debe ser objeto de cuidadoso análisis, a fin de contrarrestar
de algún modo la habilidad que la codicia estimula en los intereses
dedicados a perseguir el propio beneficio.
Con los sucesos y resultados de las gestiones recientes para
modificar el sistema impositivo se tiene una renovada lección y una
advertencia del peligroso acrecentamiento de fuerzas que coliden
frecuentemente con los intereses colectivos. El ejercicio de la sobe-
ranía, que la lógica de la organización social atribuye exclusivamente
a los poderes públicos, cada vez encontraría mayores dificultades si
esas fuerzas económicas continuaran echando sus raíces incontroladas
al margen del sistema político-jurídico del país.
Del conjunto de los sucesos, e independientemente de los errores
que se puedan atribuir al Gobierno, lo que resulta más sobresaliente
y por ello tan evidente como para que no admita discusión, es la
influencia de la inversión extranjera, esencialmente petrolera, en toda
la oposición desplegada contra las medidas propuestas para modificar
el sistema tributario. Cuando las cuestiones que afectaban a esa
inversión extranjera quedaron resueltas en el sentido que se propu-
sieron los capitalistas a quienes corresponden y que las manejan desde
el Centro Rockefeller de Nueva York, toda la maraña que parecía
afectar a tantos intereses criollos se despejó como por arte de magia.
Entonces nuestros mucho más complejos problemas internos pudieron
resolverse sin las premeditadas interferencias que los habían presen-
tado como insolubles. Lo ocurrido debe evaluarse en todas sus pro-
yecciones para poder tomar las decisiones tendientes a i r moderando
y corrigiendo la desmedida influencia que todos los venezolanos pu-
dieron comprobar. Desde luego, lo más urgente es programar delibe-
radamente, con la responsabilidad nacional que amerita el caso, la
disminución paulatina, pero inflexiblemente consecutiva de las inver-
siones foráneas en petróleo, así como las provenientes de Estados
Unidos, en general. Las características de las inversiones de dicho
país en Venezuela, las magnitudes que han alcanzado, los hábitos de
dominio y explotación que les son propios, a lo cual se agregan sus
nexos con otros elementos de poder, en fin, todo se confabula para
hacer indeseable por peligroso cuanto pueda contribuir a que estas
inversiones no declinen de la desorbitada posición que obtuvieran
en Venezuela, cuyas renovadas señales de dominio se mostraron con
ocasión de los sucesos ocurridos al procederse a la denominada Re-
forma Tributaria.
Como ahora se ha llegado a comprobar muy específica y espe-
cialmente después de la Primera Conferencia Mundial sobre Comercio
y Desarrollo, las cuestiones que confrontan los países atrasados tienen
significado de alcance mundial. Por más variadas que se encuentren
las diferencias de los múltiples casos, el subdesarrollo emerge de bases
tan comunes que hácense imprescindibles acciones mancomunadas
que quizás sean las únicas capaces de igualar los frentes de lucha
de los mundos diferentes de desarrollados y subdesarrollados. Las
naciones que nos encontramos en este mundo inferior o submundo,
así como en lo económico o lo político no podemos representar una
contraparte apropiada en las relaciones con los países desarrollados,
mucho menos podemos sustentar nuestras posiciones sobre las fuemas
militares, que acrecientan cada día los poderosos. Tal vez podamos
ovitar que se nos continúe oprimiendo separadamente si hacemos los
esfuerzos necesarios para unir nuestras fuerzas y hacer valer las
condiciones de ventaja que en nuestra defensa presentemos y puesto
que ciertamente existen esas ventajas, pero la única forma de que
den resultados adecuados es mediante la acción conjunta de todos.
Hecho el precedente reconocimiento de la difícil situación de
los países subdesarrollados y de que la clave de la solución está en
consolidar un frente común, debe añadirse que dentro del panorama
conjunto de debilidad, los países productores de materias primas
industriales, en los que fincan su principal interés las inversiones
extranjeras, se encuentran en posición de mayores dificultades e
inseguridad. Y si todavía dentro de este grupo se continúa la inda-
gación, se llega a la posición extrema de los países exportadores de
petróleo, materia prima la más codiciada y de suprema importancia
en el comercio mundial, con lo cual, sin más explicación, se comprenden
las dificultades confrontadas por tales países. Pesando correctamente
esta situación, Venezuela se anticipó en la aplicación de medidas
colectivas de defensa, que finalmente determinaron la creación de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo. Con la OPEP
reconocieron los países exportadores de petróleo que la principal
defensa es la acción conjunta. Pero la posición de estos países es
tan crítica, son tantas las amenazas perturbadoras, que fuera de los
procedimientos normales de defensa común, deben poner en práctica
cuanta acción independiente pueda contribuir a limitar el yugo en
que han caído, precisamente por razón de la fabulosa riqueza de sus
recursos petroleros.

Freno a la inversión extranjera

Entre las acciones independientes de defensa resalta como medida


preventiva el freno a la inversión extranjera que reúne a su innegable
eficiencia un alto grado de flexibilidad, con lo cual facilita su a d a p
tación a las variables de la situación que amerite la medida. Vene-
zuela comenzó a frenar moderadamente la inversión extranjera en
petróleo desde 1946, cuando proclamó el principio de no más conce-
siones. Ocurrió después el paréntesis de la dictadura, que abrió un
amplio frente para la reconquista extranjera de la débil nación vene-
zolana, pero con todo ello su impacto en el sector petróleo tuvo efecto
relativamente limitado, debido precisamente a las acciones preven-
tivas iniciadas con anterioridad en este sector. Solamente se dieron
las concesiones de 1956 y 1957, las cuales, sin embargo, contribuyeron
al derrocamiento de la dictadura y el subsiguiente restablecimiento
del principio de no más concesiones petroleras, extendido luego a la
explotación de mineral de hierro, que había alcanzado intenso desarro-
llo, y a otros minerales considerados de estratégica influencia eco-
nómica.
El freno que significaba la terminación del sistema de conce-
siones solamente se había considerado como un cambio cualitativo
en las inversiones destinadas a la explotación de petróleo, hierro y
los otros minerales seleccionados. Ante las ventajas de inversiones
extranjeras en estos campos de elevado riesgo, se estudiaba la conve-
niencia de contratos de servicios como sistema sustitutivo de mayores
garantías para el interés nacional. Personalmente me correspondió
idear e impulsar esa nueva modalidad para inversiones petroleras y
mineras, defendiendo insistentemente su conveniencia y la posibilidad
de continuar aceptando en esa forma inversiones extranjeras sin los
peligros del sistema más liberal de concesiones. Sin embargo, después
de los sucesos que nos ocupan, considero forzoso revisar de inmediato
toda la política de inversiones extranjeras, no sólo por lo que a ellas
directamente se refiere, sino también en cuanto han mostrado sus
complejos efectos en los más variados aspectos de la realidad econó-
mico-política nacional. Lo ocurrido permitió medir con mucha cla-
ridad hasta qué punto avanzó la reconquista colonialista durante la
última etapa de dictadura. El crecimiento económico de entonces,
que aún anhelan sus aprovechadores, fue monstruoso, no por las
Ialsas magnitudes que los interesados pretenden destacar en ese creci-
miento, sino por la agravación de las deformaciones económicas que
se venían produciendo y que con ello llegaron a extender el mal distor-
sionadoy a estructuras igualmente débiles en lo social y político. El
aberrante crecimiento hacia afuera de la economía venezolana había
de tener funestas consecuencias. Sin perjuicios graves no se podía
dejar crecer el capital existente en petróleo y hierro 162 por ciento
en los siete años de 1950 a 1957 mientras todo el resto del capital
productivo -de principal interés para el desarrollo hacia adentro-
solamente aumentaba 69 por ciento. Fue así como la inversión
extranjera, que había alcanzado el peligroso nivel de 18,9 por ciento
de todo el capital existente en Venezuela para 1950, se remontó al
22,5 por ciento para 1957, y es así como todavía para 1965 se mantuvo
en un 16,5 por ciento.
Consecuencia de esa reconquista colonial es que la proporción
gravada del Producto Nacional Bruto, que era del 11 por ciento en
1950, llegó al insólito nivel del 15 por ciento en 1957, y solamente
ha bajado al 10 por ciento para 1965. Semejante clase de explotación
externa excepcionalmente !a soporta algún recién nacido país como
Zambia, lo que se advierte al comprobar los datos internacionales que
sobre esta importante relación suministra la Tabla 181 del Anuario
Estadístico de las Naciones Unidas para 1965. Ninguno de los her-
manos países del hemisferio paga más del 2 por ciento de su P . N . B.,
con excepción de Jamaica, que pagó el 4 por ciento en 1963, y de
Panamá, con el 3 por ciento en 1962. Ni aun en el resto numeroso
de países atrasados o semicoloniales abundan economías tan seria-
mente gravadas por el sector externo. Suráfrica y Malasia están
en el orden del 4 por ciento, mientras el Congo, cuando vio subir su
dependencia hasta el 8 por ciento en 1959, se vio en el caso de tomar
la medida extrema de nacionalizar la compañía belga que lo succionaba
desde fuera. Hasta el Banco Central en su Informe Económico de
1962, al referirse a lo que nos quedaba como Producto Nacional,
reconoció que "esos ingresos (de los factores externos) se sustraen
al efecto multiplicador en el país de origen para ejercerlo en el país
de donde provienen los capitales extranjeros, por lo que es muy impor-
tante el conocimiento de la relación entre Producto Nacional y Pro-
ducto Territorial" (p. 552). Si no podemos o no deseamos llegar a
hacer lo que el Congo, y si verdad~rainentelos sentimientos de iiacio-
nalidad nos mueven a querer resolver nuestros problemas o dificul-
tades con alguna independencia de la interesada influencia externa,
mayor que la que todos pudieron apreciar en las discusiones alrededor
de las modificaciones tributarias, no podremos menos que decidirnos
a hacer cuanto sea preciso para que la inversión extranjera, especial-
mente en petróleo y hierro, acelere la pérdida de posición relativa
en la economía nacional. De no proceder firmemente en este sentido,
de seguir contemplanclo la posibilidad de celebrar contratos de sei-
vicios con quienes actuaron con el insultante descaro que solamente
explica la codicia desbordada, no se podrá pi'ever los extremos a que
será llevada Venezuela.
Como una simple muestra de lo ocurrido, que da idea de la con-
f u s i h que se produjo, pienso que es útil mencionar que las obsei-
vaciones hechas por mí en aquella oportunidad sobre "La Reforma
Tributaria, el Gasto Público y el Petróleo", después de grabarse en
"videotape" para ser televisada, no llegaron finalmente a difundirse.
Imagino que, sin evaluar el contenido de lo explicado allí, se sospechó
que mi participación en el debate podría exacerbar peligrosamente
las fuerzas hostiles, aumentando las dificultades que se atravesaban.
Como podrá apreciarse de la lectura de esas observaciones que ahora
se publican textualmente, la intención fue mantenerse dentro de la
mayor moderación que resultaba compatible con el deseo de destacar
algunas de las razones que justificaban los objetivos perseguidos.
Principalmente explicaba mi participación en el asunto la cuestión
petrolera y minera.
Sobre la cuestión petrolera y minera, que es a la que limitaré
el comentario en esta oportunidad, hice la advertencia previa de que
"las características propias de este sector. . . lo distinguen y separan
de los demás contribuyentes". Destacaba que como concesionarios
son "contratistas especiales", con lo cual se crea una relación de
negocios en la que las partes siempre han de estar pendientes de los
efectos de participación en las ganancias que a cada quien corres-
ponda, y es así como "sus pagos al Fisco, aun cuando sean denomi-
nados impuestos, no tienen relación con las necesidades del gasto pú-
blico". El Estado puede estar necesitando ingresos urgentemente,
como en los años 1961 y 1962, y tendrá que acudir a sus contribu-
yentes, pero no habrá de tocar las ganancias del concesionario, como
no lo hizo entonces, si esas ganancias no justifican incrementar la
participación fiscal, dado que prevalece la relación de negocio y el
negocio no se debe arruinar, especialmente cuando no existe otro
nexo real que el beneficio mutuo. Motivos similares, que el Estado
necesite o no elevar sus gastos, o que éstos puedan considerarse inefi-
cientes, no pueden ejercer ninguna influencia razonable en la consi-
deración de cuándo, cómo y hasta dónde deba elevar Venezuela su
participación en las ganancias derivadas de la explotación de bienes
de la comunidad nacional, y mucho menos si se trata de recursos
naturales que se agotan con la explotación.
Se puede añadir ahora algo a lo dicho entonces en relación a la
especial situación del Estado frente a las empresas que contratan
con él, con base a los más recientes hechos que muestran la tendencia
que sigue esa relación hasta en el supercapitalismo de Estados Unidos.
Los intereses de la comunidad, representados por el Estado, hace que
hasta en las negociaciones corrientes, aun cuando no se dan las condi-
ciones específicas de concesionarios que utilizan en su explotación
bienes de la comunidad y que caracterizan el servicio público, el interés
nacional se opone a que el empresario pueda hacer ganancias excesivas
y consiguientemente injustificadas, en sus tratos con la colectividad
representada por el Estado. Esta es la filosofía que viene guiando
los informes muy significativos de la Oficina General de Cuentas de
aquel país (General Accounting Office, GAO, especie de Contraloría
General). Claro está que algunos contratistas califican de subversiva
y destructora de la supuesta "libre empresa" esa posición que va
poniendo coto a sus entradas a saco en la Tesorería, pero es lo cierto
que la Contraloría llegó al convencimiento de que por lo menos en los
contratos celebrados con el Ministerio de la Defensa debe tratarse
a la industria en "forma análoga a la industria regulada y, por consi-
guiente, las ganancias deben resultar limitadas de manera parecida
a como son limitadas las ganancias de compañías de servicio público
por las comisiones reguladoras". La cosa ha movido a extremo tal
a la poderosa industria de guerra que emplean a los políticos "pork-
barrelistas" del Congreso -aprovechadores de los gastos públicos-
para mover al Subcomité Holifield a fin de que en vez de investigar
a los grandes aprovechadores, amedrente a los funcionarios del GAO
(ver "The Putsch Against MacNamara" por H. L. Nieburg, Prof. de
Cienc. Polít. en la Univ. de Wisconsin, en Nat., Dcb. 26.66: 696).
Pero nada de todo ello valió para moderar las pretensiones obce-
cadas de los concesionarios más poderosos, encaminadas a detener
cualquiera acción de justicia en sus inconfesables por desorbitadas
ganancias. De igual modo, no sirvió el comedimiento de las razones
que se exponían para garantizar que se las oyera dentro de la con-
fusión premeditada que crearon los interesados. ¿Qué consideracio-
nes proyectadas al futuro y encaminadas por principios de justicia
pueden esperarse de quienes sin empacho llegan a acostumbrarnos
a embolsillar como ganancias cantidades anuales equivalentes a la
mitad del capital empleado para realizarlas? Se comprende que in-
tenten en todas formas encubrir tales situaciones mediante las cono-
cidas revalorizaciones de activos, ventas traslativas de ganancias y
demás artimañas. Pero no se puede esperar que sin acción firme
de la contraparte explotada indebidamente se acepte ni siquiera un
impuesto selectivo que habría tomado alguna porción apreciable de
tales excesos. El contemplado en el proyecto de reforma habría
rebajado una tasa promedio de ganancias del 37 por ciento a casi
un 33 por ciento. Y la realidad del funcionamiento del selectivo es
que principalmente habrían contribuido a esa rebaja del conjunto
quienes con un promedio del 53 por ciento de ganancias, habrían sido
llevados al 45 por ciento mediante un aumento de sus contribuciones
del orden de los Bs. 200 millones. Esto significaba que todavía
extraerían del país grandes ganancias, puesto que se habrían podido
llevar Bs. 1.190 millones en vez de los Bs. 1.390 que fue lo que se
llevaron en 1965, año que se tomó por base de las estimaciones, pero
habríase establecido un principio de justicia de participación razo-
nable. Lo que se obtuvo, fuera de representar irrisorio aumento en
la contribución de los concesionarios, tomadas en cuenta las ganancias,
continúa desconociendo el principio mundialmente aceptado de que
los explotadores de servicios públicos, que utilizan en sus explota-
ciones bienes colectivos nacionales, no pueden retirar ganancias irres-
trictas, sin-más límites que los fijados por la propia naturaleza en
los yacimientos.
Pero hay bastante más. Las concesionarias aprovecharon el
movimiento antinacional que lograron provocar alrededor de los cam-
bios tributarios para arreglar, también satisfacto7-iamente, otras
cuentas pendientes con la Administración: los reparos. Las bases
jurídico-económicas de éstos no habrían podido discutirlas con se-
riedad ni fundamento alguno y, sin embargo, los .cancelaron con pagos
irritantes por. su insignificancia relativa. Mientras esto sucedió con
el extranjero, quien menos que nadie tenía razones para rebelarse
contra el tratamiento que se le debía aplicar., una vez resuelta su
situación, se vio que las cuestiones pendientes entre venezolanos, y
extranjeros realmente residentes en Venezuela, se podían arreglar tam-
bién, como ya se señaló, pero en forma mucho más razonable y, de
consiguiente, conforme a los intereses nacionales. Hasta la muy
importante materia de globalización de la renta de personas natu-
rales, que significa la eliminación de la exclusión de dividendos, cuya
trascendencia es enorme en la regularización de un sistema impositivo
moderno, pudo incluirse en la refoima sancionada, pese a que el
Ejecutivo se abstuvo de presentar esa modificación debido a circuns-
tancias especiales originadas en el inicio del período presidencial.
Nada podía haber más aleccionador para destacar la profunda dife-
rencia entre el capital nacional, que en fin de cuentas tiene un interés
nacional, y el capital extranjero, que en definitiva persigue dominar
para explotar al máximo, sin miramiento alguno moyal ni de cualquier
otra índole. ( l )
Por la experiencia que se viene teniendo al multiplicarse y diver-
sificarse internzcionalmente las inversiones extranjeras, ahora hasta
países fuertes e industrializados, vigilan cada vez más estrictamente
esas inversiones.
E n Canadá o en el Japón, al igual que en Francia o Alemania,
existe una conciencia general de que las inversiones extranjeras
pueden continuar siendo útiles, pero cada vez se reconoce mejor la
necesidad de controlarlas para poder administrarlas sin peligros de
arriesgar la independencia nacional. Por supuesto, en ninguno de
esos países se encuentra gravado el Producto Nacional en forma ni
levemente apreciable. Ni pensar en las proporciones de países atra-
sados; y, desde luego, niveles como los de Venezuela o Zambia no se
pueden siquiera concebir. En Canadá la preocupación general de
resguardar su independencia, que algunos de sus vecinos estiman de

(1) Pueden criticarse algunos puntos de vista sostenidos por Asher Brynes en
su reciente libro "We Give to Conquer! A new look a t the United States
Foreing Aid Program", pero su tesis central tiene general aceptación. Cual-
quier ayuda unilateral, sea de ese país, o soviética o china, por su natura-
leza resulta imperialista, aun cuando directamente no produzca beneficios.
Los antecedentes históricos que enumera Rrynes prueban el hecho desde el
viejo sistema romano de comprar clientes y aliados. Y si esto resulta así
para la mera ayuda, ¿qué podría resultar de la inversión interesada, que
muestra los dientes abiertamente?
manía peísecutoria, la recoge el ex-ministro Walter Gordon como
una disyuntiva crucial ( A Choice f o r Canada, McCelan & Stewart,
Toronto 1966). Afirma Gordon : "podemos hacer lo que es necesario
para reconquistar el control de nuestra economía y así mantener
nuestra independencia. O podemos aceptar convertirnos en colonia
dependiente de los Estados Unidos, sin más futuro que la esperanza
de una eventual absorción" (pág. 124). Naturalmente, entre lo que
es imprescindible está que el capital que se pueda necesitar llegue
"en forma de préstamos que algún día podamos pagar y menos en
la forma de inversiones directas que puede que nunca podamos re-
adquirir" (pág. 100).
E n los dos colosos económicos de Alemania y Japón, parecerían
inútiles medidas protectores contra la inversión foránea. Sin embar-
go, tan estrictas llegaron a ser en Japón como para movilizar una
gran presión internacional. El importante diario "Mainichi Shim-
bun" considera que este año "el principal problema que confronta la
economía japonesa es cómo manejar la solicitud que se le hace desde
el exterior (EE. UU. y Europa) para liberalizar el movimiento de
capital". Una promesa en este sentido obtuvo el Secretario de Co-
mercio de EE. UU., J. T. Connor, en la conferencia de julio, cele-
brada en Kyoto. Se piensa que se establecerá una lista de condiciones
para que inversiones extranjeras puedan participar "en ciertas in-
dustrias".
Por lo que a Francia respecta y su nuevo Reglamento de Cambios
e Inversiones Extranjeras decretado el 27 de enero pasado, "Le
Monde" se pregunta si contiene una "libertad moderada o una regla-
mentación atenuada" (Fbr. 5 . 6 7 ) . Lo cierto es que la liberalización
se dirige principalmente a las inversiones de Francia en el extran-
jero, que sólo en casos excepcionales serán intervenidas, mientras
que seguirá muy de cerca toda inversión directa en Francia. E n este
respecto el cuidado llega al extremo de someter al control adminis-
trativo no solamente las personas físicas o morales, públicas o pri-
vadas que tienen su residencia habitual o su asiento en el extranjero,
sino también las sociedades francesas bajo control extranjero, directo
o indirecto, o las establecidas en Francia por sociedades extranjeras.
La acumulada experiencia de otros países, las medidas que adop-
tan para defender su independencia, deben servirnos para aclarar
posibles dudas sobre la evaluación que hagamos de nuestra propia
experiencia, destacada con impresionantes hechos en el avasallante
movimiento contra la reforma tributaria. No vimos visiones, no es
la imaginación tropical acalorada la que induce a exagerar medidas
de defensa nacional. Más bien se trata de nuestro general descuido
el que ha podido conducirnos mediante la complicidad de gobiernos
usurpadores al extremo en que con motivo de lo ocurrido pudimos
advertir la situación. Como lo espera Gordon para el Canadá, el
pueblo venezolano debe reclamar que sus políticos y dirigentes de
todas las tendencias, adopten una posición clara y definida en rela-
ción a esta cuestión de vida o muerte para la nacionalidad. Si se
quiere subsistir no queda más camino que adoptar decisiones razo-
nables desde ahora, que no queda mucho más tiempo que perder.
REFORMA TRIBUTARIA

Después de mucho estudio y mucha meditación, el Gobierno de-


cidió presentar al Congreso Nacional una Reforma Tributaria, que
constituye en los momentos el tema de discusión más candente. Es
posible que la forma de expresar su descontento algunos grupos que
se pretenden afectados resulte a veces más exagerada de lo que habría
podido pensarse. Lo cierto es que en materia de impuestos cualquier
cambio, por más moderado que sea, siempre preocupará o afectará
a algunos que en materia tan sensible como lo es el dinero pondrán
en juego cuanto puedan por evitar la modificación de la situación
existente. De aquí proviene la poca inclinación generalizada de los
Gobiernos a asumir la responsabilidad de preparar ni siquiera los
más indispensables cambios de los sistemas impositivos, en la medida
que el progreso los reclama, especialmente en los países en desarrollo.
Aun cuando en los países en desarrollo las grandes mayorías
nacionales se encuentran al margen de la actividad económica y de
consiguiente no son sujetos de impuestos, los Gobiernos evitan cambios
en éstos, porque las minorías en quienes pueden incidir esos cambios
presentan la más ciega resistencia, sin comprender que el progreso
general es la más segura garantía de su propio bienestar económico
y hasta de la seguridad de sus intereses particulares.
Venezuela es un país en marcha, gracias al poderoso impulso que
logró imprimirle su riqueza petrolera, después de la coincidencia de
la creciente demanda de post-guerra con un razonable ajuste en la
participación nacional sobre el ingreso de esa riqueza. Es un país
en marcha -o despegando, como dirían otros- que tenía un capital
de Bs. 26.500 millones en 1950, cuyo crecimiento fue tan acelerado
que se elevó a Bs. 47.500 millones en 1957, y sigue su impulso hasta
alcanzar más de Bs. 63.000 millones en 1965. Esta es la base para
que todos los bienes y servicios producidos en Venezuela, que integran
su Producto Territorial Bruto (PTB), pasara de los Bs. 12.728 millo-
nes en 1950 a Bs. 23.848 en 1957, cantidad que se ha elevado a
Bs. 34.300 millones en 1965. Tan prodigioso y efectivo crecimiento,
que se mide en las cantidades señaladas, a los precios constantes que
utiliza el Banco Central, es algo que concierne a todos los venezolanos,
bien sea que se trate de los ricos que lo han aprovechado más o de
los pobres a quienes estos beneficios apenas han comenzado a llegar.
Más real y seguro se hace este crecimiento, superados como han sido
los inevitables ajustes que sufrió el país al pasar de un sistema dicta-
torial y arbitrario de Gobierno a un sistema de Gobierno de respon-
sabilidad democrática como el actual. Mientras el gasto público, antes
caprichoso y centralizado, determinó el crecimiento a un costo excesivo
del perecedero recurso petrol.ero, la situación de ahora es diferente
porque el gasto diversificado y de mejor rendimiento social impulsa
el crecimiento en proporción mayor al de la explotación petrolera.
Ese crecimiento económico de la Nación es el que debe tenerse
siempre presente, no solamente para defenderlo y evitar que se per-
turbe, sino para garantizarlo y propender a que continúe su progreso.
El crecimiento económico no se debe dañar perjudicando a los ricos
en un vano intento de beneficiar a los pobres, pero tampoco puede
frenársele por el transitorio sacrificio que debe reclamársele a los
primeros o a todos con el propósito impostergable de asegurar ese
progreso que es la más efectiva garantía de bienestar general. Es esa
necesidad de continuar el crecimiento económico la justificación funda-
mental de la R.T., o de la simple elevación de impuestos misceláneos,
como la pretenden calificar quienes no tienen otro afán que mantener
el "statu quo" del cual derivan transitorias ventajas relativas.
Asunto de tanta trascendencia, como el crecimiento económico
y las Reformas Tributarias que tiendan a garantizarlo, necesariamente
tiene mayor impacto en el máximo sector económico de Venezuela,
como lo es el sector petróleo. Este es el principal motivo que me
induce a opinar sobre puntos que considero claves en la Reforma,
refiriéndolos al debate público suscitado. Sólo me guía la aspiración
de aportar al país lo que pueda servirle de mis conocimientos y expe-
riencia, sin la más ligera influencia de interés, pues, como se sabe,
me he retirado definitivamente de toda actividad pública o privada
remunerada. Al tratarse de petróleo y del crecimiento económico
sustentado por esta riqueza, deseo dar a conocer mis ideas sobre algu-
nos de los puntos que a mi juicio son principales en la cuestión
debatida.
E s difícil combinar la brevedad con la claridad necesarias cuando
la trascendencia de los asuntos determina que intencionalmente se
haga cuanto se pueda por desfigurarlos, para confundir a la opinión
pública, con el propósito de impedir el cambio que requiere el país.
Así se desplazan los puntos centrales de discusión hacia las cuestiones
más remotas que crean fuentes artificiales de diversión. Así se
constata que quienes atacan la R.T. inician su acción desconociendo
el carácter mismo de la Reforma para sostener que lo que hay es una
apresurada elevación de impuestos, destinados a cubrir un déficit
presupuestario o el insaciable deseo de aumentar la burocracia. De
inmediato otros, o los mismos, afirman que no hay derecho a elevar
Impuestos mientras la situación del Tesoro Público arroje superávits
anuales. Los unos, los otros y todos dan señales de que apoyarían una
verdadera Reforma Tributaria. La R.T. es un sentimiento político
nacional, basado en la necesidad del cambio que desde hace tiempo ha
debido irse realizando. De aquí que nadie se opone abiertamente a
una R.T. ;pero al pasar del dicho al hecho las cosas cambian y mientras
tanto la R.T. ideal jamás llegará a materializar en forma alguna
concreta y aceptable.
Lo mejor es dejar de lado calificaciones que lo que tienden es a
desviar la discusión y entrar de lleno al asunto que interesa. Que
quienes tienen ideas distintas sobre la R.T. expresen cómo y cuándo
la quieren, pero que también digan de paso si esa Reforma que quieren
elevará o no los impuestos. Ahora consideremos de una vez esto que
se dice heterogénea o miscelánea elevación de impuestos. Dejemos a
un lado la cuestión de si la Reforma, o como se la llame, es o no po-
pular, porque la incidencia de los aumentos en los Impuestos recaiga
sobre el todavía limitado número de los que tienen mucho mayores
rentas que las grandes mayorías nacionales. Así podremos constatar
si la Reforma es popular, en su sentido más elevado de perseguir el
bienestar general colectivo o simplemente "popular", en el torcido
sentido que se le ha querido dar de populachera, porque atienda sola-
mente al miope interés de las masas que no pagarán, y que, en todo
caso, se encuentran todavía económicamente marginadas, incapaces
de contribución alguna. E s cuestión indudablemente fundamental
en toda recaudación de Impuestos, cualquiera sea la forma o denomi-
nación como se la presente, especialmente si el resultado final es un
aumento, precisar sus efectos generales para determinar su impacto
en el crecimiento económico, garantía de bienestar general. Sería el
Gobierno el primero en pagar su equivocación si las medidas imposi-
tivas adoptadas en vez de propender al desarrollo lo estancaran. Bien
pasajera resultaría la irracional satisfacción de quitar a algunos para
dar a otros, o para malgastar en burocracia o en servicios inútiles,
lo que de otro modo habría tenido un mejor aprovechamiento. Es el
voto popular y directo la mejor seguridad de que los Gobiernos que
con él reciben legítimamente las responsabilidades del Poder Público
tienen que cuidar ejercerlo con la diligencia indispensable para que
se alcance el progreso a que todos aspiramos.
De otra parte, el Gobierno no cumple tampoco su función ni se
libra de responsabilidad con la abstención. Tiene que estar consciente
de los riesgos de su acción o inacción, especialmente en materia impo-
sitiva, que naturalmente siempre produce reacciones más o menos
fuertes. Así es como no escapa de riesgos cuando por dejar de actuar
también se producen efectos perjudiciales a la colectividad, la cual
sabrá cobrarlos con la poderosa fuerza de su soberanía, cuando la
ejerce en las elecciones. Conservar el "statu quo" es lujo que sólo
se pueden dar los particulares, especialmente cuando tienen bien
cubiertas sus necesidades. Ellos no tienen ante quién responder por
su falta de acciones, de donde resulta la natural inclinación a que
ante la duda se abstengan. Por esto nos encontramos con la hostilidad
que muestran quienes tienen algo más que pagar frente a la elevación
de los Impuestos, pues no ven cómo y por qué sea preciso recaudar.
Aun algunos de los empresarios o capitalistas más avanzados dudan
de que el efecto provechoso del gasto público respecto del crecimiento
económico, sea también válido y aplicable en un país como Venezuela
- q u e ciertos interesados sólo quieren ver en desorden y bochinche-
donde muy pronto el Gobierno ha pasado a manejar cantidades cada
vez más importantes de dinero. Ante semejante duda es lógica la
abstención del particular, y hasta su reacción negativa a contribuir
con más dinero porque piensa que él administraría mejor.
Al Gobierno no cabe la excusa de abstención. Precisamente, por
razones del Poder Público que se le confía y por los efectos que sobre
toda la colectividad determina el ejercicio adecuado de ese Poder, el
Gobierno está obligado a tomar decisiones que los particulares pueden
evitar. Solamente en los países más adelantados, sin reminiscencias
inmediatas de la acción irresponsable de dictaduras, los propios sec-
tores económicos más poderosos van asumiendo la responsabilidad de
vigilar, al mismo tiempo que el Gobierno, cuando el crecimiento econó-
mica exige elevar los Impuestos, pese a que serán ellos mismos los
que mayores aportaciones habrán de pagar. Esto es lo que se ha
observado en los últimos meses en Estados Unidos. El Gobierno de
ese país viene tratando de evitar la elevación de Impuestos, que tam-
bién allá produce un frente amplio de hostilidades con desagradables
consecuencias políticas, ante la esperanza de que los propios meca-
nismos de la economía detengan las tendencias inflacionarias que se
predicen. La actual tasa de crecimiento económico, que excede la
tendencia histórica de ese país, hace temer una agravación de la
inflación u otras perturbaciones que pueden dañar el crecimiento
constante a que se aspira. La conciencia de la necesidad de mantener
el crecimiento, evitando al mismo tiempo las perturbaciones, induce
a que responsablemente se aconseje al Gobierno las medidas sobre
mayores impuestos que frenen exageraciones en la propensión a in-
vertir y en otros sentidos. Banqueros y Economistas del sector pri-
vado más importante son los que dan mayor énfasis a la urgencia de
aumentar los impuestos, aun cuando, de otra parte, siguen sosteniendo
que el Gobierno es mal administrador, mal empresario, y que solamente
la empresa privada invierte bien el dinero. Pero ya conocen muy bien
la función del gasto público como elemento central del crecimiento.

Crecimiento y Gasto Público

Venezuela es un país en marcha, pero es indudable que no está


aún desarrollado. No es solamente en lo material, sino que, y quizás
más, en nuestra cultura e instituciones tenemos muchos saltos que
dar hacia adelante para acercarnos a la avanzada del progreso. Mucho
de cuanto ha surgido con ocasión y en torno a la R.T. es indicación
del retardo. Sabemos que con las máquinas que importamos traemos
técnicas exóticas que apenas comienzan a echar raíces en nuestras
tierras tropicales. Cuando se dispone de recursos económicos hasta
nuestros males corporales imaginamos que podemos curarlos mejor
bajo el tratamiento del extranjero. Sin embargo, semejante tendencia
a mirar lo de afuera por encima de lo nuestro revierte hacia su extremo
opuesto bajo impulsos emocionales, cuando en algún modo lo extran-
jero se presenta contrariando lo que se quiere. Así se ha visto en
las reacciones suscitadas con las opiniones favorables coincidentes de
expertos extranjeros sobre la R.T. Ellos sabrán o no sabrán mucho,
se dice, pero en tratándose de lo nuestro es imposible que sepan nada.
No es de extrañar, en la situación en que todavía nos encon-
tramos, el concepto mantenido por muchos sobre el gasto público,
cuando hasta en los países adelantados sobrevive una actitud de sos-
pecha frente a tales gastos. El economista Bernstein, que escribe
para los Estados Unidos, dice : "El problema de los gastos guberna-
mentales está sobrecargado de emotividad, prejuicios y verdades a
medias, en todos los aspectos de la discusión. Aún la misma expresión
'gasto gubernamental' da lugar a que se piense en despilfarro, desen-
freno, soborno y socialismo". (Peter L. Bernstein, The Price of Pros-
perity 1962; El Precio de la Prosperidad, México 1964, pg. 127). El
mismo autor recuerda que Galbraith explica la situación por "la mala
reputación de los reyes tiránicos", puesto que la tradición histórica
del gasto público arranca de los tributos y contribuciones recaudados
por los reyes y tiranos, principalmente para su uso y beneficio per-
sonal. Hasta en los Estados Unidos este economista considera nece-
sario explicar que el gasto público es ahora muy distinto a la apro-
piación personal y caprichosa de antes. Dice que en "los gobiernos
democráticos desempeña un papel fundamentalmente diferente. La
ampliación de las actividades gubernamentales puede proporcionar
trabajo para un nuevo empleado público, o crear negocios adicionales
para alguna empresa privada; pero el objetivo de estas actividades
es mejorar a la comunidad, no enriquecer al Presidente o al Gober-
nador o al Alcalde. Construimos escuelas públicas, no pirámides.. .
Cobramos impuestos para financiar la superación del bienestar ge-
neral, no para colmar las cuentas bancarias de los recaudadores de
impuestos". El mismo autor considera conveniente citar al profesor
Tobin de la Universidad, de Yale, así: "La ideología económica clá-
sica confiere racionalidad, santidad y pureza al proceso mediante el
cual las firmas privadas y las familias deciden cuánto y en qué gastar.
E n contraste, los mecanismos de la decisión de la política y de la
burocracia se juzgan como fortuitos y con frecuencia sórdidos. Este
contraste sólo puede mantenerse desde un punto de vista indebida-
mente cínico de los procesos políticos democráticos y por visión exce-
sivamente idealizada de los procesos de decisión de los consumidores
y de los hombres de negocios". (Business Week, Feb. 25, 1961 : 24).
Con el milagro que produjo el gasto público en la recuperación
de Estados Unidos después de la crisis mundial de 1929, la función
que cumple el Gobierno con sus gastos sobre el proceso de crecimiento
económico es reconocida por todo el mundo. No se duda de que el
gasto público es parte dinámica de ese proceso y que, de consiguiente,
ha de seguirlo en su constante progreso. E s el propio Bernstein quien
dice: "Considerarlos en un marco estático, en que cada aumento de
los gastos gubernamentales exprime, con seguridad, el sector privado
de la economía, es anular la esencia misma del desarrollo económico.
Sólo si entendemos y apreciamos la dinámica que comporta podemos
evitar que la tesis esté dominada por los fantasmas gemelos de la
inflación o del peso agobiante de los impuestos". (Ob. cit., pg. 138).
Como se observó antes, y como todos lo sentirnos y vivimos, el
crecimiento de Venezuela ha sido extraordinario. El capital existente
se viene multiplicando y mayor ha sido el crecimiento de los bienes
y servicios que se producen. Este PTB fue en 1957, un 87 por ciento
superior al de 1950, y el de 1965 lo excedió en 170 por ciento.
Desafortunadamente el empuje en la primera etapa se cumplió
bajo el impulso de un gasto público que corrió más aceleradamente
que los aumentos del PTB. E n efecto, los Bs. 2.074 millones que se
gastaron en 1950, se habían remontado a un nivel de Bs. 4.376 millo-
nes en 1957, sin contar deudas pendientes de pago, o sea, las famosas
deudas de la dictadura, cargados a cuesta de la democracia. Los sólos
gastos pagados mencionados ya eran 110 por ciento mayores que los
gastos de 1950 ; crecimiento en una cuarta parte mayor que el del PTB.
Pero la situación real era mucho más grave por las tales deudas acu-
muladas que determinaban el verdadero nivel de los gastos públicos.
Ello se evidencia por el salto que dan los gastos en 1958, cuando los
pagos de ese año sumaron Bs. 6.260 millones, es decir, más del triple
de los gastos de 1950 (302%). El Gobierno Constitucional encontró
esta situación en la que el PTB escasamente había alcanzado a dupli-
carse para 1958, puesto que los Bs. 24.164 millones de ese año eran
solamente 90 por ciento superiores a los Bs. 12.728 millones de 1950,
y mientras tanto el gasto público que había impulsado este crecimiento
en 1958, se encontraba 202 por ciento por sobre el gasto de 1950. Los
resultados podían claramente preverse y son ahora hechos de la
historia.
La velocidad del crecimiento del gasto público no podía continuar
como venía, porque no habría habido forma de proveer a tan desbocada
carrera, aun cuando el Gobierno hubiese sido todo lo irresponsable
como para pretender seguir la delirante actuación de la dictadura.
El Gobierno hizo cuanto pudo para moderar los efectos negativos
generales en la economía, que inevitablemente habrían de producirse
al frenar el crecimiento del gasto público. De 1959 a 1962 se logró
evitar que el nivel del gasto público cayera de la cresta a que subió
en 1957 y 1958, - q u e estos dos años tienen que considerarse en su
conjunto por razón de la anormalidad de las deudas mencionadas-.
Ahora bien, todos conocemos los desagradables resultados de aquella
situación que confrontó el país, mientras el gasto público no pudo
sostener un ritmo satisfactorio de crecimiento que marcara el paso
a un crecimiento igualmente satisfactorio en el conjunto de la economía
nacional.

Después, la marcha adecuada de esta correlación viene siendo la


siguiente :
Año PTB Variación Gasto Público Variación
( s i n incluir
amortización)

Un enfoque más general de la correlación del gasto público con


el crecimiento económico nacional muestra igualmente resultados favo-
rables. Los Bs. 7.400 millones del gasto de 1965 fueron sólo 18 por
ciento superiores a los Bs. 6.200 millones de gastos de 1958. Mientras
tanto, los Bs. 34.300 millones del PTB muestran un crecimiento de
42 por ciento sobre Bs. 24.164 millones del PTB de 1958. Además,
tiene que advertirse que el crecimiento del PTB es más significativo
porque está expresado a precios constantes de 1957, mientras que las
cantidades de los gastos públicos están expresadas a precios corrientes.
Con base en la experiencia venezolana, en lo sucedido y en lo que
sigue sucediendo, no importa cuáles sean las ideas que se tengan sobre
el gasto público y cualesquiera sean los propósitos para mejorar su
rendimiento en beneficio de todos, no puede eludirse el imperativo
de hacer cuanto sea necesario para proveer al mantenimiento de una
tasa de aumento que se corresponda con el crecimiento económico
general del país, a la que todos tenemos que aspirar. No creo, pues,
indispensable examinar específicamente la amplia variedad del gasto
público en Venezuela, que anualmente es objeto de discusión y análisis
por quienes están más autorizados para hacerlo, los representantes
del pueblo, que cumplen funciones de Poder Legislativo. Además,
recientemente, el Ministro de I-Iacienda hizo una muy precisa expo-
sición a este respecto.
Sin embargo, en relación a la R.T. se ha pretendido que la ele-
vación de impuestos debe ser precedida de un programa de los nuevos
gastos que se harán con los nuevos ingresos. Se sugiere que como
se gasta tanto actualmente no puede haber otras cosas en qué gastar
más. Semejante reclamación no hace otra cosa que mostrar el absurdo
a que conduce la pasión. Igualmente absurdas son las interrogantes
que se abren frente al volumen de los gastos aprobados anualmente
por el Congreso Nacional. Que en qué hay que gastar, no es una
pregunta razonable ni siquiera en los países adelantados, que parece
lo tienen todo. Mucho menos razonable es en los países en desarrollo,
con necesidades acumuladas y crecientes que constituyen un verdadero
catálogo de demanda diferida. Como en todas partes, la interrogante
anual permanente que confrontan los Gobiernos y las Cámaras Le-
gislativas de Venezuela es la de que será lo que pueda continuar
diferiéndose para conservar el equilibrio financiero indispensable a
las seguridades del crecimiento económico y del bienestar general.
Las dificultades están, pues, en encontrar los ingresos necesarios
para satisfacer el creciente nivel de gastos y, desde luego, en selec-
cionar el destino de lo que se puede gastar para que el rendimiento
social sea óptimo.

Aumentos d e Impuestos

La función que cun~pleel gasto público en el crecimiento econó-


mico determina la necesidad de proveer a los aumentos de los gastos
que va reclamando esa función. Como se dice entre los anglosajones,
al mismo tiempo no se puede comer la torta y guardarla, o como
también decimos nosotros, para hacer la tortilla hay que romper los
huevos. Si en realidad se desea mantener una tasa satisfactoria de
crecimiento económico, muy especialmente en Venezuela, no se puede
lograr ese objetivo sin aceptar que el gasto público mantenga una tasa
correlativa de aumento, y no se pueden pagar tales aumentos si no
se elevan los impuestos. Hay quienes parecen convenir en que se
aumente el gasto público siempre que no se le provea con impuestos
y mucho menos si van a incidir principalmente en quienes puedan
pagar más y habrán de hacerlo directa y conscientemente. Otra cosa
sería distribuirlos entre todos en la forma indirecta, que haciéndolos
imperceptibles los hace más aceptables, pero absolutamente contrarios
a los fines del crecimiento económico.
Otra razón más para el racional y constante aumento del gasto
público, independiente del crecimiento, pero también con influencia
en el mismo, es el aumento constante de la población, que en el caso
venezolano alcanza a la exagerada tasa de casi un 4 por ciento. Esta
tasa de aumento anual al incidir en los menores de edad recae en los
más costosos servicios que presta el Estado, que aun sin el aumento
cuantitativo reclamarían mayores gastos para su mejoramiento cuali-
tativo, con aumento de su índice de eficiencia. A este respecto y a
cuanto pueda exigirse de la vilipendiada burocracia vale la pena recor-
dar lo que se publicó recientemente con amplio despliegue en un impor-
tante diario local donde se decía que "más de Bs. 2.000 millones in-
vierte en burocracia el Gobierno Nacional", añadiendo que "la cifra
sólo alcanza a los 224.000 empleados nacionales". Esta cantidad no
se la relacionó con ninguna otra que de algún modo contribuyera a
su evaluación. Habría podido hacerse señalando simplemente el gasto
comparativo de la industria petrolera, que en 1964 pagó Bs. 636 millo-
nes a sus 33.262 trabajadores: a un 14,8 por ciento de la cantidad
de 'burócratas' se pagó un 31,8 por ciento de lo que pagó el Gobierno.
E s decir, los no burócratas recibieron más del doble, sin contar los
beneficios complementarios en la industria petrolera, que llegaron
a Bs. 471 millones en ese mismo año. E n otra ocasión señalé que
la industria petrolera maneja el sector más importante de la economía
nacional, mientras que el Gobierno Nacional, además de la vigilancia
sobre esa industria, tiene la responsabilidad de todo lo demás, que
no es poca cosa. No hay duda que el Gobierno puede y debe aumentar
su eficiencia, pero este es un proceso lento que al mismo tiempo re-
clama mayores gastos, tanto para poder mejorar como para atender
al aumento de la población. Si se descuidaran los servicios para los
aumentos de la población, todos ellos sufrirían un deterioro progresivo
que en corto tiempo influiría negativamente en el crecimiento econó-
mico y en el bienestar a que todos deben propender.
Ante lo expuesto y ante lo mucho más que se sabe sobre la materia,
debe darse por sentado que nadie puede objetar seriamente el razo-
nable aumento del gasto público. Se concreta la cuestión a estudiar
la mejor forma de proveer estos aumentos, y para llegar a ello creo
indispensable ver sumariamente cómo se cubren los gastos actuales,
determinando las fuentes de los ingresos que nos han permitido llegar
a donde estamos. Los datos que siguen facilitan este análisis:
INGRESOS FISCALES

Años Total P. y H. % Otros % Tributar. % % I.N.

Estas cifras no engañan, y son verificables por quien se tome el


trabajo de ver las publicaciones oficiales. Muestran cómo el capital
colectivo, constituido por la riqueza minera no renovable del petróleo
y el hierro, cada día ha ido soportando una carga mayor del gasto
público. E n 1950 ya aportaba la importante porción del 47 por ciento
de los ingresos fiscales que sirvieron para pagar los gastos públicos.
Todavía para 1957 solamente había subido 3 por ciento, pero luego,
mediante la gestión activa de la responsabilidad del Gobierno para
mejorar la participación en la explotación de sus riquezas, el ingreso
minero se eleva al 60 por ciento en 1958 y se mantiene en un 56 por
ciento en 1963, pese al violento salto de ingresos que hubo de recabarse
en esos años en el intento antes mencionado de evitar la caída del
gasto público. Para 1964 y 1965 la aportación del ingreso minero
resulta más realista porque ha desaparecido la ganancia indirecta del
diferencial cambiario que en todo caso se producía con ocasión prin-
cipal de la actividad petrolera. Eliminada esa distorsión de los in-
gresos al decidirse la nivelación cambiaria, se hizo más evidente la
importancia del ingreso fiscal minero, que se coloca en un 68 por ciento
en 1964 y mantiene el mismo nivel en 1965.
Sucede lo contrario totalmente con la fuente normal proveedora
del gasto público, constituido por los ingresos fiscales tributarios
internos. Su ya limitada aportación de apenas un 23 por ciento en
1950, baja rápidamente en los años subsiguientes de la dictadura,
período de distorsión de la economía, hasta colocarse en el mínimum
del 17 por ciento en 1957, situación que sólo se modifica muy lenta-
mente hasta el momento.
Más significativos son todavía los datos de la relación entre los
ingresos tributarios y el Ingreso Nacional, según aparecen en la última
columna. El ínfimo de 5,10 por ciento a que se había llegado a costa
de disponer cada vez más del capital minero, reduciendo la partici-
pación de los contribuyentes en los gastos de la comunidad, no cam-
bia sustancialmente en los años posteriores. Sin embargo, es pre-
cisamente durante el régimen democrático cuando la anormalidad
se acrecienta porque las libertades públicas sirven para que el
sector económico más fuerte, a sabiendas de que le corresponde con-
tribuir con más, utiliza todos los medios a su alcance para participar
cada vez menos en el compromiso de atender a los crecientes gastos
sociales. Se evidencia que son los ingresos tributarios los más indi-
cados para que, corregida la distorsión que han seguido en el curso
de los años recientes, aporten lo necesario para los aumentos del
gasto público, indispensables para el crecimiento económico, que
aprovecha más que a nadie al sector que es dueño de los medios de
producción en los cuales se promueve el crecimiento. Si los capita-
listas y empresarios llegan a conocer bien su negocio, sin la miopía
del avaro, que sólo goza contando y recontando sus bienes acumulados,
llegarán a ser ellos mismos los que, como ya lo hacen en paises ade-
lantados, propiciarán que el Gobierno tome las medidas necesarias
para elevar los impuestos cada vez que así lo recomiende la necesidad
del crecimiento. Reconociendo en el gasto público la función principal
multiplicadora que acelera el crecimiento, como ha quedado demos-
trado en Venezuela, comprenderían también que los aumentos nece-
sarios deben atenderse con sus contribuciones. Como se ha visto, en
los ingresos fiscales de los años recientes es la tributación la que
presenta la mayor y mejor posibilidad de aportación.
La magnitud de los Ingresos Fiscales provenientes de la riqueza
minera nacional parecería indicar que debieran quedar fuera de toda
consideración de aumentos, dado el peso que ya recae sobre esta fuente
de ingreso dentro del total. Pero la cuestión aquí resulta de que su
cuantía dentro de los Ingresos es secundaria porque lo principal con-
siste en que se trata de un negocio, de la explotación industrial del
petróleo y del hierro, en la cual la participación razonable que debe
quedar en la Nación, propietaria de los yacimientos, nada tiene que
ver con el destino que se dé a esa participación incluyéndola en los
Ingresos de que dispone el Estado para los gastos públicos. Bien
podría apartarse esa participación, como a la larga deberá irse ha-
ciendo para destinarla exclusivamente a gastos de inversión: son
ingresos de capital que deberían conservarse como capital. Es por
esto que la consideración de la R.T. en cuanto incide sobre el sector
minero se aparta de las consideraciones generales que merecen los
aumentos de impuestos contemplados en la Reforma, que sí tienen
un carácter exclusivamente fiscal. Por ello nos ocuparemos al final
de los aumentos tributarios del sector minero.
Apartados los Bs. 300 millones que resultarían del sector minero
por las modificaciones en el Impuesto sobre la Renta, el total de los
aumentos impositivos previstos en la R.T. se estima que sólo alcanza
a unos Bs. 250 millones que pagaría el sector económico nacional.
Esta cantidad significa 3,4 por ciento de los ingresos recaudados
en 1965 y apenas alcanzaría para aumentar en un 3,2 por ciento el
nivel de los gastos de Bs. 7.868 millones previstos para 1966. No
pueden ser más discretos los aumentos.
Precisada la moderación de los aumentos, corresponde indagar
de dónde resultan. La R.T. indica que el Impuesto sobre la Renta
proveería unos 74 millones, contribuyendo las personas naturales con
22 millones y las personas jurídicas con 52 millones. Los cigarrillos
producirían unos Bs. 106 millones, los vehículos unos Bs. 50 millones
y los licores como unos Bs. 20 millones. Esta escueta información
de hechos precisos cuantificados muestra cómo no se puede explicar
razonablemente todo el despliegue de oposición contra lineamientos
que permitirán mantener el dinamismo del gasto público con un ritmo
adecuado a las necesidades sociales crecientes y al indispensable impul-
so del crecimiento económico. La prueba de que no es razonable la
oposición ni sinceros sus alegatos, es que mientras mucho se habla
sobre los aumentos y sus repercusiones nada se dice en concreto y
específicamente sobre cada uno de los aumentos.
E n el Impuesto sobre la Renta las personas naturales pagarían
Bs. 22 millones más. Saben todos, sin que nadie lo niegue, que esa
cantidad no afecta a la gran mayoría de los contribuyentes de este
impuesto. Por el contrario, la gran mayoría pagará algo menos y
con ello se le estará haciendo justicia porque la escala de quienes más
pueden pagar tampoco se eleva apreciablemente con el modesto aumen-
to de los Bs. 22 millones. Apartando 139.000 contribuyentes que no
pagarán nada, así como los que pagarán menos o muy poco más,
solamente quedarían 9.883 contribuyentes que pagarían unos Bs. 135
millones, incluyendo casi todo el aumento de Bs. 22 millones. Estos
últimos contribuyentes tienen una renta declarada de unos Bs. 1.200
millones, no tomándose en cuenta los otros muchos ingresos que no
están obligados a declarar. Lo que tendrían que pagar solamente
representa 13 por ciento de su renta. Está claro, pues, que el aumento
tiene que ser insignificante. Por ello, quienes se oponen a la reforma
eluden hacer estas cuentas. Nadie podría tener la cara tan dura
como para sostener que incremento tan limitado pueda afectar las
inversiones, que son cosas de principal interés para quienes disponen
de este nivel de rentas. Es evidente que el aumento a lo sumo se
restaría del gasto de ostentación o de lujo y, en cambio, la cantidad
percibida por el Gobierno y dirigida al gasto público aumentará la
demanda efectiva para nuestros productos y servicios y, de consi-
guiente, estimulará más bien la inversión.
Similares son las consideraciones que se pueden hacer en re-
lación al aumento de 52 millones para las personas jurídicas. De
los 11.365 contribuyentes en este sector, 9.397 tienen rentas inferiores
a Bs. 100.000 y prácticamente no serán afectados sino beneficiados
por la Reforma. Los 1.968 contribuyentes restantes pagarian Bs. 415
millones, incluyendo los Bs. 52 millones del aumento. Como ellos
declaran una renta de Bs. 1.284 millones, su contribución sólo significa
un gravamen inferior a un tercio (32,3 por ciento), que en cualquier
parte ha de considerarse muy moderado. El sólo aumento significa
4 puntos, porque con la Ley actual la contribución habría representado
el 28,3 por ciento. Dentro del sector de personas jurídicas uno de
los grupos más importantes es el de los Bancos, que paga un Impuesto
actual de Bs. 21,3 millones en 1964, con el aumento previsto habría
pagado 27,l millones de bolívares, es decir un aumento de Bs. 5,8
millones. Como este importante grupo informa ampliamente al pú-
blico, puesto que en general sus acciones se cotizan en la Bolsa, me
tomé el trabajo de estudiar un caso concreto de significación que
muestra lo que tanto he tratado anteriormente de destacar: la influen-
cia del crecimiento económico.
E n el caso analizado, el 25 por ciento del aumento en el Impuesto
Únicamente significa una cantidad que se cubre con el simple aumento
de las utilidades líquidas obtenidas en el año por razón del aumento
en las operaciones. Todo el significado del aumento lo que representa
es que al cubrirse con el simple aumento de las utilidades de fin de
año, pasada la transición los aumentos de los años subsiguientes conti-
nuarán favoreciendo a los Accionistas de los Bancos.
Los otros aumentos de Impuesto son los de cigarrillos, vehículos
y licores, pero son estos tres renglones los que universalmente se
reconocen como los más liamados a soportar impuestos por cuanto
significan, por lo menos en dos de ellos, un moderador de gastos, que
nadie puede pretender que conviene estimular.
E n el caso de los cigarrillos, que producirían un poco más de
Bs. 100 millones, se tuvo el cuidado de hacer incidir el aumento sobre
los cigarrillos de mayor valor, que en ningún caso puede creerse que
sean los menos dañosos. Por lo contrario, es el tabaco criollo negro,
empleado en los cigarrillos no afectados por la elevación del impuesto,
el que se considera que produce efectos menos perjudiciales a la salud.
Bien pudiera suceder que los consumidores se desplazaran hacia los
cigarrillos más económicos y menos perjudiciales, con lo que la renta,
si en vez de aumentar decrece, todos ganaríamos, aun cuando tuvié-
semos que reanudar la pelea para determinar de dónde proveer al
impostergable aumento del gasto público.
Los Bs. 20 millones del posible aumento sobre los licores es sola-
mente el resultado de una aplicación más eficiente de las tasas de
imposición vigente, permitida por la técnica de la instrumentación
moderna. En vez de los saltos por grados de alcohol se puede seguir
una línea constante que es la que determina el aumento estimado. Por
lo demás el consumo de licor, como el de cigarrillos, es algo que debería
desalentarse no solamente por la vía de los impuestos sino mediante
una campaña consciente que prepare mejor para resguardarse de
estos males sociales y preservar la salud física y espiritual. E n los
países adelantados, incluyendo Francia, más que ninguna interesada
en vinos y licores, es constante la campaña, contra el abuso de la
bebida y son muchas las previsiones que limitan la acción de los pro-
ductores que tienda a estimular esos consumos.
Respecto a los vehículos, que en cierta forma hasta van constitu-
yendo también un vicio entre nosotros, el aumento de los impuestos
está concebido en el sentido de evitar el despilfarro y la ostentación,
de modo que antes de trabas o limitaciones a la utilización de los
vehículos, lo que estimulará será el ahorro y el crecimiento de los
servicios de mantenimiento que tiendan a conservarlos.

Sector M i n e r o

Cuanto llevo dicho sobre aumentos de impuestos, así como de la


urgencia de proveer a los moderados aumentos del gasto público para
asegurar el crecimiento económico y el bienestar de la comunidad,
hace ver claramente que la oposición organizada contra las nuevas
medidas impositivas no puede encontrar sus bases en esas medidas.
Nos queda por ver ahora cómo afecta la Reforma al sector minero.
Antes que nada se hace necesario establecer las características
propias de este sector, que lo distinguen y separan de los demás
contribuyentes.
El sector minero afectado por la Reforma lo integran 17 conce-
sionarios petroleros que producen cerca de 1.300 millones anuales
de barriles de petróleo, y los dos concesionarios de mineral de hierro
que producen o pueden producir más de veinte millones de toneladas
de ese mineral. Además, en el caso del petróleo, se agregan unos
cuantos contribuyentes que negocian o tienen interés en el petróleo
producido por los concesionarios.
La característica general del sector minero es la de n o s e r s i m p l e s
c o n t r i b u y e n t e a . Antes, y más que contribuyentes, son concesionarios,
es decir, contratistas especiales a quienes se les han entregado recur-
sos perecederos mineros de propiedad nacional para que sean explo-
tados eficientemente. Se crea así una situación de negocios entre el
Estado concedente y el concesionario, ambos interesados en obtener
las mayores ganancias para su reparto razonable entre las partes.
Como se comprende, esta situación es muy diferente a la de los contri-
buyentes ordinarios, que simplemente están obligados a pagar sus
impuestos por el compromiso legal y social de atender a los gastos
públicos que necesita hacer la comunidad.
El impuesto está justificado por el gasto público. Los pagos que
hacen los concesionarios, en las variadas modalidades previstas por
la concesión, no son otra cosa que porciones integrantes de la partici-
pación razonable que debe recibir el Estado de las ganancias obtenidas
en la explotación de los recursos mineros nacionales entregados a
los concesionarios. Es en razón de este interés del Estado en la explo-
tación de sus recursos mineros que la Ley declara de utilidad pública
las actividades industriales de los concesionarios.
De esta característica de los concesionarios se deriva que sus
pagos al Fisco, aun cuando sean denominados impuestos, no tienen
relación con las necesidades del gasto público. La participación razo-
nable debe percibirla el Estado aun cuando no tenga en qué gastarla
o no quiera hacerlo. Es su parte en el negocio, que la otra parte no
tiene derecho a discutirle por razones del destino que se le vaya a dar.
Del mismo modo, el Estado no debe pretender aumentar su partici-
pación justificando semejante medida en las necesidades fiscales.
Esta realidad distingue la situación de los concesionarios de la de
los contribuyentes ordinarios y tiene ya una tradición en el país.
Aun cuando en 1948 se consideró justo que ningún concesionario
obtuviera utilidades líquidas superiores a la participación que hubiese
recibido el Estado, con cuyo propósito se estableció en la Ley de Im-
puesto sobre la Renta un impuesto adicional, se exceptuó de este
impuesto a los concesionarios con utilidades inferiores al 10 por ciento
de sus inversiones; y el impuesto se reducía a la mitad para aquellos
con utilidades que significaran tasas entre el 10 por ciento y el 15
por ciento. Unicamente se pagaba el impuesto completo cuando las
utilidades pasaban del 15 por ciento de las inversiones.
El caso más reciente ocurrió después de la elevación de los impues-
tos en 1958. Esta medida situó las utilidades de la industria petrolera
en menos de 13 por ciento en 1959, un poco más de 13 por ciento
en 1960 y solamente llegó a un poco más de 16 por ciento en 1961.
Para este último año se hacían sentir en Venezuela los efectos de una
acentuada contracción económica producida por los cambios y reajus-
tes conocidos, que presionaban al Gobierno y angustiaban al país.
Se tenían que tomar medidas económicas urgentes y de muchos sec-
tores se clamaba, como es natural, que el sector petrolero, el sector
económico más importante, contribuyera más que otros a las necesi-
dades de restablecer la situación económica. El Gobierno, responsa-
blemente, se negó a hacer uso de impuestos que incidieran en la in-
dustria petrolera, precisamente por la consideración primordial de
que la participación del Estado en esta industria tiene que ser el
resultaclo de la situación del negocio antes que de las necesidades
colectivas. Como utilidades por debajo del 15 por ciento se han consi-
derado desde hace tiempo desalentadoras para la industria, se decidió
que el restablecimiento del nivel de utilidades hasta el 16 por ciento
de 1961 no justificaba aún la revisión de la participación razonable
que se había hecho a fines de 1958. Nada puede demostrar mejor
que estos hechos la posición justa del Gobierno. Consciente está cl
Gobierno de que los concesionarios no son simples contribuyentes del
Estado, sino que con ellos tiene establecida una relación de negocios,
que como tales deben ser analizadas en relación a !as medidas que
adopte.
Ahora bien, la situación de mejoraniiento de la industria ha
continuado desde 1961, como era de esperarse. Su tasa de ganancias
siguió subiendo por sobre el 15 por ciento, considerado como línea
de peligro, haciéndose al mismo tiempo necesaria la revisión de la
participación que debe recibir el Estado, puesto que la participación
de la otra parte ha ido pasando los límites de normalidad de la razo-
nable remuneración de un concesionario de empresa de utilidad pública.
El impuesto selectivo presentado conjuntamente con las otras
modificaciones tributarias puede considerarse como la solución más
equitativa y al mismo tiempo más adecuada a la prosperidad de la
industria petrolera y del hierro. Este impuesto no procede como los
aplicables a la generalidad de los contribuyentes que únicamente se
basan en el volumen de la renta. Como la situación del concesionario
es distinta, el volumen de la renta no es elemento suficiente de juicio
para decidir la conveniencia y justicia de la contribución que se le
exija. El impuesto selectivo se basa principalmente en el propio
resultado económico del negocio, en cómo la ganancia libre que queda
al concesionario constituya o no la remuneración adecuada que sirva
de estímulo para continuar y ampliar el negocio.
De aquí resulta que por más grande que sea el volumen de la
renta libre que queda al concesionario, ella no será afectada por el
selectivo, si para obtener esa renta se tienen inversiones en activos
fijos en relación a los cuales la renta no pasa del 15 por ciento. Por
razón de esta selectividad algutios concesionarios no serán afectados
en la actualidad ni en el próximo futuro, si no es que encuentran yaci-
mientos más rendidores, que eleven sus ganancias por encima del
15 por ciento de la invemión.
Por razón también de la modalidad del selectivo, todos los conce-
sionarios, aun aquellos con ganancias que pasan del 50 por ciento, no
son afectados por este impuesto en la buena porción de esa ganancia
que va hasta el 15 por ciento. Es de aquí en adelante que por por-
ciones sucesivas se recaba una participación creciente en cada una
de éstas hasta llegar al límite de un poco más de una tercera parte
de la porción de ganancia que exceda el 50 por ciento. E n ningún
caso desaparece así el interés lógico de continuar aumentando las
ganancias, puesto que nunca se exige más del 36 por ciento, cualquiera
que sea la cantidad, que pase del 50 por ciento del activo fijo.
Véanse ahora los efectos concretos del complemento selectivo con
base en los resultados de la explotación de petróleo e hierro en 1965.
La renta libre que tomaron los concesionarios -y el grupo de decla-
r a n t e ~operadores en petróleo- alcanzó a 2.913 millones, integrados
por 2.706 en petróleo y 207 en hierro. Para producir la renta los
concesionarios y demás declarantes tenían una inversión en Activos
Fijos Netos (AFN) de Bs. 7.872 millones, de donde resulta que la
renta mencionada, libre de todo impuesto, significó una tasa promedio
de ganancias de 37 por ciento. Aun cuando el AFN se reajuste a los
efectos de la evaluación económica -reajuste teórico, puesto que la
Ley, ni aquí ni en ninguna parte, autoriza tales revalorizaciones- la
elevación de todo el Activo -que en parte ya se ha cargado-, al
cambio de Bs. 4,40, llegaría a Bs. 11.158 millones. Aun con tal reva-
lorización teórica total, el rendimiento promedio representaría 26,l
por ciento.
Las razones para escoger los Activos Fijos Netos como base de
referencia se explican claramente en la Exposición de Motivos del
Proyecto y todo analista de empresas conoce muy bien su justificación.
Es también la base de la referencia que generalmente se adopta en
los ajustes de las tarifas de las empresas de servicios públicos que
tienen que mantenerse dentro de ciertos límites de ganancias. El
capital promedio empleado en las empresas no es un elemento de
juicio estable porque depende del financiamiento, de si el empresario
decide emplear capital de riesgo en acciones, o capital de poco riesgo
tomado a préstamo y que, de consiguiente, no entra realmente como
capital de la empresa. Por lo demás, la experiencia histórica de
Venezuela es que hasta algunas veces el capital promedio ha resultado
inferior a los AFN, y que en la generalidad de los casos, no mantiene
una diferencia tan apreciable, como para variar sensiblemente los
resultados de la relación con el AFN: la diferencia oscila alrededor
de los 2 puntos.
El selectivo habría producido en 1965 unos Bs. 300 millones,
rebajando la renta libre de impuestos a unos 2.600 millones. Todavía
el rendimiento promedio se habría mantenido en 32,82 por ciento, de
todos modos y en cualquier parte bastante halagador : el justificado
aumento de la participación del Estado únicamente habría reducido
poco más de 3 puntos el alto rendimiento de los concesionarios. Hasta
haciendo el teórico avalúo, una vez pagado el selectivo, la renta libre
antes mencionada arroja una tasa de 23,2 por ciento, es decir menos
de 3 puntos por debajo del 26,l por ciento que obtuvieron los conce-
sionarios en 1965, con ese AFN ajustado.
Pero hay bastante más. Lo que tenemos de los promedios totales
del sector petróleo e hierro, que hasta en esa forma general es eviden-
temente razonable, resulta mucho más ajustado cuando se enfoca el
efecto concreto de los distintos escalones selectivos. Bastará en este
momento destacar que tres o más concesionarios de petróleo e hierro,
de los 19 que producen todo el petróleo e hierro y la casi totalidad de
la renta que nos ocupa, no están afectados en la modalidad del selec-
tivo. Su renta es inferior al 15 por ciento, que es el primer escalón
de la renta que para ellos, como para todos, queda libre de la modalidad
del selectivo. Al otro extremo se encontrarían también 3 concesio-
narios que por tener una renta promedio superior al 53 por ciento
pagarían por cada una de las fracciones de rentas en los escalones
que van del 15 al 20, al 25, al 30,al 40 y por último al 50 por ciento,
para terminar luego en cuanto exceda de esta cantidad. E s única-
mente sobre las fracciones de rentas que se paga la creciente propor-
ción selectiva y en el caso extremo de los tres concesionarios que
llegarían hasta allí, la renta libre que tuvieron ese año y que representó
53 por ciento del AFN habría bajado solamente al 45 por ciento.
Estos concesionarios al tener tan elevado rendimiento pagarían en
cada uno de todos los escalones y así su contribución al selectivo habría
sido la mayor, situándose en unos Bs. 200 millones. Su renta libre
absoluta habría quedado en Bs. 1.190 millones después de pagados
los 200 millones y con todo, su rendimiento promedio, aun bajando
relativamente más que todos los demás contribuyentes se habría si-
tuado en el 45 por ciento, que es substancialmente mayor al promedio
de todos los demás contribuyentes en petróleo e hierro. Los otros
Bs. 100 millones se habrían repartido del mismo modo moderado
adecuándose a los distintos rendimientos.
Sin análisis ni estudio, alejados de los hechos económicos del
negocio, se repite en la forma automática del robot que cualquier
nueva carga sobre el petróleo hará menos competitiva la producción
venezolana. La verdad es que el aumento en la participación que el
Estado debe recaudar se tomará de las ganancias netas, después de
pagados los costos y de consiguiente el aumento de participación no
los afectará. Además, como se deja dicho, no afecta ni siquiera a las
ganancias que están por debajo de un neto libre del 15 por ciento.
No toca el selectivo la renta por debajo del 15 por ciento, ni siquiera
en la fracción de los que exceden el 15 por ciento: toca al concesionario
lenta y progresivamente en cada escalón que va pasando del 15 por
ciento.
Por lo demás, si la competencia se refiere a la mayor o menor
atracción que se mantenga por ia tasa de ganancias, aun en tal caso
no puede decirse que el petróleo venezolano será menos competitivo
porque atraerá menos a los inversionistas. No es así, por las razones
siguientes :

l.-Unicamente se aplica después del 15 por ciento, nivel que


debe considerarse atrayente puesto que es sustancialmente
superior ai rendimienio de !as iri.vcrsir:nes i n t ~ r i ~ e c i o n a l e ;
de capital, para no mencionar los rendimientos en los grandes
mercados de capital, que los tienen más bajos que los mer-
cados internacionak de inversión.
2.-E1 15 por ciento es también superior al rendimiento p r o m ~ d i r ~
de las empresas internacioiia!es petroleras integradas : su;
inversiones le rinden entre el 8 y el 10 por ciento. Zsta es
la justificación directa del Iíniiie del 15 por ciento que sirviú
de saya para rechazar aumentos impositivos en la industria
petrolera de Venezuela mientras el rendimiento promedio
no pasó de ese límite. La industria en Venezuela siguió
trabajando cuando su renta se mantuvo en menos dcl 15 por
ciento y aún hoy todavía algunos concesionarios, como se
dijo, no serán afectados por encontrarse por debajo riel límite
de selección.
-Los 300 millones de aumento en gran parte, dos tercios, seiuáii
pagados por quienes ganan mucho más, y el rendimiento
efectivo, aun después del selectivo, se mantendrá m u y por
encima del rendimiento de los otros concesionarios. Cien
se sabe que esta última gran mayoría h a venido manteniendo
sus actividades muy satisfechos, con imdimicntos bastnnt::
inferiores al nivel de rendimiento que conserva;fm aquellos
a quienes corresponde pagar las dos terceras partes dzi se-
lectivo.
La segunda característica que distingue al sector minero -pe-
tróleo e hierro- es que además de ser concesionarios, todas son
empresas que pertenecen a inversionistas extranjeros. Esta caracte-
rística determina efectos económicos diferentes a los que se producen
cn relación con los impuestos s ~ b r elas rentasi de quienes son venezo-
lanos o extranjeros residentes. El efecto fundamental diferente con-
siste en que estas inversiones extranjeras sacan del territorio nacional
las rentas libres que obtienen, al mismo tiempo que las amortizaciones
de sus inversiones. Mientras van y vienen las discusiones con los
nacionales y residentes sobre la proporción y conveniencia de sus
contribuciones a los gastos públicos, sus rentas y amortizaciones se
quedan en Venezuela o a su disposición, en manos de los contribuyentes
o en manos del Estado: capitales, bienes y servicios del sector privado
o del sector público hacen un todo en el conjunto de la Nación. E n
estos casos las discusiones y dilaciones puede que aminoren el creci-
miento económico, pero no existe el peligro de empobrecimiento inme-
diato y directo del país. En cambio, este empobrecimiento si ocurre
con el sector minero debido a la característica mencionada: si por
cualquier motivo deja de obtenerse la participación que en justicia
pueda reclamar el Estado, en esa cantidad se empobrecerá el país.
A la inversa, ese aumento de participación que dejen de pagar al
Estado los concesionarios irá a engrosar las rentas de inversionistas
foráneos, sin otro interés en el bienestar de Venezuela, fuera del
interés en el negocio mismo productor de las ganancias que se trata
de revisar.
Por las razones anteriores se comprende muy bien que el inver-
sionista extranjero haga cuanto pueda por evitar cualquier aumento
en sus contribuciones, no importa lo razonable y justo que sean tales
aumentos, como tampoco importa que sean esos aumentos indispen-
sables para impulsar el ritmo de crecimiento económico general. Ellos
no están aquí y consiguientemente el crecimiento y bienestar general
si los afecta en alguna forma lo sería muy remotamente, por puro
sentimiento humanitario. Por lo contrario, el aumento sí les afecta
directamente, cualquiera sea su justificación, y esto es necesario
comprenderlo para poder evaluar la situación, manejándola en el es-
tricto plano de los negocios. Las discusiones y dilaciones en los asun-
tos nuestros son diferentes, porque aun aquellos en quienes incida
más fuertemente algún aumento de contribución, pueden llegar a
comprender -como ya se ha dicho sucede en otras partes- que la
pérdida inmediata que le representa el aumento la llegará a ganar
con creces en el crecimiento económico, que por su propia situación
podrá aprovechar mejor que a nadie. Al extranjero no queda el
consuelo del nacional y el asunto de los aumentos es preciso colocarlo
en este plano de realidad. Sólo pagarán en fuerza a la justeza del
reclamo. Pretender que una política petrolera diferente podría evitar
estas confrontaciones es desconocer u ocultar la realidad mencionada.
Para terminar, hago un llamado a todos los venezolanos, a todos
los que queremos ver un país cada vez más próspero, pero muy seña-
ladamente a quienes por su posición económica la Reforma impositiva
pueda afectar en mayor grado, para que serenamente analicen la
situación del país en relación a la necesidad del aumento de gastos
públicos y de la mejor manera de atender a esos aumentos indispen-
sables. La mayor satisfacción que he tenido en estos días de tan
acalorados debates la recibí con la clara comprensión de esta situación
que presenta el gráfico publicado el domingo y el lunes por la Fede-
ración de Trabajadores de la Industria Gráfica. Esta destacada
Federación, que tanto ha contribuido al establecimiento de 1s demo-
cracia en Venezuela, con muy pocas palabras y un dibujo colocó la
Reforma Tributaria en el sitio preciso, que la explica con un impacto
que ricos y pobres deben entender al observar la relación de los
aumentos de impuestos previstos en esa Reforma. Implícito queda
en ese gráfico que además de la incidencia principalísima en el sector
petróleo e hierro, sobre esa porción muy superior a la que afecta al
sector interno de la economía, no puede haber discusión sobre quien
aprovechará mejor el dinero, si el Estado o los contribuyentes: la
tajada del petróleo e hierro iría en todo caso al exterior. Esta es la
cuestión central que dejo a la consideración de todos los venezolanos.
También a la del sector foráneo de petróleo e hierro, que deberá ver
más claro el justo tratamiento que se aplica a elevadísimas ganancias
que venían cohibiendo el desarrollo de actividades de sus propios
beneficiarios, ante el temor a la rectificación que en algún momento
habría de llegar.
La Federación de Trabajadores de l a
Industria Gráfica de Venezuela y sus
filiales informan al pueblo:

EL AUMENTO DE LA REFORMA TRlBUTARlA


El producto de la Reforma Tributaria, en cuanto se refiereal Impuestosobre
la Renta está calculado en 370 millones de Bs. que serán distribuidos asl:

1 LAS COMPANIAS
PETROLERAS Y
MINERAS e
NO PUEDEN trasladar
al público este aumen-
to de impuestos, por-
que sólo les grava LAS PERSONAS -a
utilidades netas y no Las restantes Empresas NATURALES
afecta costos de
TAMPOCO PUEDEY
producción
porque grava sur utilida. trasladar el aumento que
des netas y nada tiene que grava sueldos superiores
ver con los cosíos de a 3.000 Bolívares
producción

QUIENES TE AMENAZAN C O N SUBIR EL COSTO DE LA VIDA QUIE-


REN QUE TU C O N TUS POCOS INGRESOS PAGUES EL IMPUESTO
QUE A ELLOS LES CORRESPONDE POR SUS ALTAS UTILIDADES.
CUADROS Y GRAFICOS
Ingresos Totales

Sueldos y Salarios
% del Ingreso Total

Deprec. y Amortizac
% del Ingreso Total

Otros Costos y Gastos


% del Ingreso Total

Utilidad Bruta
% del Ingreso Total

Participación Contable
% del Ingreso Total

Utilidad Neta
% del Ingreso Total

Sueldos y Salarios Total


% del Ingreso Total

Participación Total
% del Ingreso Total

Contribución Neta
% del Ingreso Total

Activo Fijo Neto

Relación Util. Neta/Act. Fijo

Relac. Util. Neta/Part. Total

Producción M. M. Bbls.

Tasa de Crecimiento

Fuente: Indicadores de Hidrocarburos, Sumario Financiero, Petróleo y Otros Datos Estadísticos.


11300 VQG 650317
oeum.
DISTRIBUCION DE LOS INGRESOS
(Millones de Bolívares)

Ingreso Sueld. y Sal. Deprec. Otros .Utilidad Partici- Utilidad Sueldos Partici. Contri. Contri- Activo P.T.B. Utilidad Produc-
Año Cargados y Costos p paci6n y Sal. pación bución bución Fijo Petro. Cam. ciún
Total a Gastos Arnortiz. Gastos Bruta Contable Neta Total Total Neta Total Neto lero biaris hfhl.8hls.

a. Cifrar provisionales.
fuente: Indicadores de Hidrocarburos, Sumario Financiero y Petró!:~ y Otros Datos Ertadisticos.
11300 VQG 650317.
0cL.m.
DISTRIBUCION DEL PRODUCTO PETROLERO
(Millones de Barriles)

Períodos Pro medios Distribrcidn Porcentd


Conceptos
1950-57 1958-64 1950-17 1958-64 1964 19~0-57 1958-64 1364

Ingresos Totales 44.226 53.507 5.528 7.644 7.995 100,OO 100,OO 100,OO

Utilidad Neta 12.705 10.755 l. 588 1.536 1.675 28,73 20,lO 21,OO
Participación Total 14.203 21,744 1.775 3.106 3.484 32,11 40,63 43,69
Sueldos y Salarios TotaIes 6.004
- -
7.353
-
751 1 .O51
- 1.020
- 13,58
- 13,75 12,79

Otras Deducciones 11,314 13.655 1.414 1.951 1.796 25,58 25,52 22,52

Fuente: 11300 VQG 650317


11400 JCP 650616
.......
...:.: UTILIOAO N E T A

OTRAS DEDUCCIONES

P A R T I C I P A C I O N TOTAL

SUELOOS Y SALARIOS TOTALES PRODUCTO PETROLERO


..........
.:.,.:........
:::::i:i:i:::::
::::::i:i:i::;:
:::::::::i:i;i;
............
.:.:.:.:.:.....
triiitiiiiiiiii OTiLlOAO H I T A

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>&~,<,

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..>,S.,.:,. C+ OTRA5 010lJCClOlfS

PAR1 ICIPAClOn TOTAL

SUELDOS Y SALARIOS TOTALES


SECTOR PETROLERO
CUENTAS Y ELACIQNES VARIAS, 1950-1964
(Millones de Boiívares)

Prqduc- @grelo sueido Pnrtici. Contri. Depre. Contri. Utilidad P.T.B. Activo Part. Ingreso
ci6n pacidn bucidn ciacidn g bución Fijo Div. Utilidad
Activo
--
(hfMBls.) Total
y Sal.
Total Total Neta Amortiz. Total Neta Petrol. Neto Petr.
- -
-
Fijo % Unitaiio

19.50-1957 5.866 44.226 6.004 14.203 20.207 4.840 25.047 12.705 37.752 48.287 1.284 2631 7,54
Promedio 733 5.528 751 1.775 2.526 605 3.131 1.588 4.719 6.036 161 2431 7,54
9'0 al Ingreso - 100,OO 13,59 32,11 45,70 10,94 56,64 28.73 85,37 109J9 591 -
1958.1964 7.665 53.507 7.353 21.744 29.097 6.303 35.400 10.755 46.155 62.680 5.436 6 6,9S
Pioinedio
ó: al Ingreso
Indice1(1950.19~7=100)
1.095
-- 7.664
100,OO
13S228
1.051
13,75
139,95
3.106
4063
17499
4.157
5638
16457
900
li,77
148,76
5.057
66,15
161J1
1.537
20J1
%,79
6.594
8426
139,73
8.954
117,14
148,34
777
10J6
482,63
-
17.16

65,22
498

92,57

Cambio'
t/o de Cambio* P -- 416
1,le
8,52
26,s)
8,68
18,99
0,83
7J9
9,51
16.79
-8,62
-?lOJOO
0,89
1,04
7,95
7128
7,25
249J4

Ba por Buril Producido

Cambio
1. Respecto 1 los pmmedids.
- 436 4,06 442 0,36 -401 O - 477 4,42 4,OJ 0.49

t. Diferencias entre el "porcent~jeal Iogrero" 1958.1961 1 el del &odo l9j04997,


3. Variacidn intcrperiodor del "porcentaje 'al fngmo".
11400 RH 6504O.
orum.
TENOENEIA DEL REPARTO 0.E GANANCIAS DEL PETROLEO
INDICE COMPARATIVO D E ALGUNAS CUENTAS NACIONALES Y D E L SECTOR PETROLERO, 1950 - 1965
Id
W
O

I.N. menos
P.N.B. Sector I.N.
Año P.N.B. Indices Petrolero Indices Petrolero Indices Petrolero Indices
MM. Bs. MM. Bs. MM. Bs. MM. Bs.
CUENTAS NACIONALES
TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO
(miles de bolívares)

A Precios de 1957
Producto Terr. Bruto .........
Tasas 7 años
Tasas 14 años
Producto Terr. Bruto menos
Sector Petrolero ............
Tasas 7 años
Tasas 14 años
Producto Terr. Bruto Petrolero
Tasas 7 años
Tasas 14 años
A Precios Corm'entes
Producto Terr. Bruto .........
Tasas 7 años
Tasas 14 años
Producto Nacional Bruto. ......
Tasas 7 años
Tasas 14 años
Producto Nacional Bruto
Petrolero...................
Tasas 7 años
Tasas 14 años
Ingreso Nacional .............
Tasas 7 años
Tasas 14 años
Ingreso Nacional Petrolero. ....
Tasas 7 años
Tasas 14 años

+
Tasas Promedio de Crecimiento calculadas según fórmula Pn = Po (1 t ) n
Fuentes: MMH. PODE 1964 y Cifras revisadas del 11300 VQG 660317.
B . C. V.,Memorias e Informe Económico.
TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO
( M I L L O N E S DE BOLIVARES A PRECIOS DE 1 9 5 7 1
- - --

T A S A S PROMEDIO DE CRECIMIENTO
(MILLONES DE BOLIVARESI

PN.6.
-. PN.8. I.N. I.N.
(PETROLERO) ( PETROLERO) (PETROLERO) IPETROLERO)
INDICE COMPARATIVO DEL LN:SECTOR PETROLERO E
I.N. PETROLERO.
Dir isas Petdaas
Indie
Divisas Vendidas Totd
lndiee

Divisas Vendidas AjuR


Indice

I'uak: 1950.1963 B.C.V ; 1961 Es(inxjone M M.H.


I14M) 113 6?0407.
"ron. .
MUNDO: COMERCIO NETO DE PETROLEO Y PRODUCTOS REFINADOS, 1959 - 1964
(miles de barriles diarios)
-
E x p o r t a c i ó n N e t a

Paises de la O P E P

Medio Oriente
VENEZUELA ARABIA IRAN IRAQ QATAR T o t a l INDONESIA LIBIA Total OPEP ARGELIA U.R.S.S. O t r o s Total Mundo Producción Mundo
--
Varia- Varia- Varia- Varia- Varia- Varia- Varia- Varia- Varia. Varia- Variria- Varia- Varia- Varia- Varia-
Año ción ción ción ción ción ción ción ción ción ción ci616n ción ción ción ción
% 2 % %2 %2 %2 %2 %2 % :; 2 % 2 % % 2 %
1959 2.578 - 1.368 - 1.092 795 - 4.224 - 7.049 - - --
--
300 - 330 - 7
19.480 -
1960 2.685 42 1.591 16,3 1.238 906 14,O 4.811 13,9 7.792 10,5 141 428 42,7 289 -13,9 12,6 20.920 774
1961 2.764 279 1.642 3,2 1.397 1.030 13,7 5.195 8,O 8.271 61 295 109,9,2 561 31,l 303 478 98 22.318 67
1962 3.010 92 1.853 12,9 1.555 1.159 12,5 5.710 9,9 9.245 11,8 413 40,0,0 617 10,O 280 - 7,6 11,9 24.252 897
1963 3.074 178 1.971 6.4 1.693 1.309 12,9 6.286 93 10.127 975 485 17,7,4 708 14,7 381 36,O 10,9 25.964 7J
1964* 3.212 4,5 2.270 5,2 1.790 1.550 18,4 1.000 11,7 11.407 12,6 610 533 740 475 459 20,5 12,1 28.040 88
% de los Mercados Internacionales

% Dependencia del Comercio Internacional

1. Incluye l a mitad de l a Exportación Neta de la Zona Neutral.


2. Con respecto a l año anterior.
Fuente: Exportación Neta. Bureau of Mines. World Petroleum Statistics and Interriational Petroleum Quarterly, Annual 1963, Nov. 64.
Producción. World Oil, agosto 15, para cada año.
* Estimado, M. M. H. en base a datos de Producción y Consumo.
MUNDO: PRODUCCION DE PETROLEO CRUDO
Miles de Barriles

1910 1951 1960 1964 1970

MUNDO 3.803 5.641 7.666 10.260 15.500


OPEP 1.225 2.051 3.109 4.459 8.060
OTROS 2.578 3.590 4.557 5.801 7.440

Distribución Porcentual

MUNDO 100,OO 100,OO 100,OO 100,OO 100,OO


OPEP 3222 3636 40,56 43,46 52,OO
OTROS 67,68 6344 59,44 56,54 48,OO

lndice 1950 = 100


MUNDO 100,O 148,3 201,6 269,8 407,G
OPEP 100,O 167,4 253,s 364,O 658,O
OTROS 100,O 139,3 176,s 225,O 288J

Fuente: Turetr~iethCentrrry Petrolevrn Statistics. Pág. 4.


M U N D O : T E N D E N C I A D E L A PRODUCCIGN Y PARTICIPACION
DE L A O P E P

PAISES o~ L A OPEP ~ ~ R O S
-------
P H O C L C C I ~ NM U N D I A L

M I L L C N E S OE B A R R I L E S
OR~ANIZAGIONDE PAISES EXPORTADORES DE PE'TROLEO Y GRANDES EMPRESAS DE INDUSTRIA
DOS CENTROS SUMINISTRAN PETROLEO
-
VENEZUELA MEDIO ORIENTE
1963

PSODUCCION DE
PETROLEO .l963

VENEZUELA : 3.24ll

% O€ C W T ~ I B U C I O N
AL COMERCIO
INTERNACIONAL: 26,Z

OTROS
TOTAL

l% DE CONTRIBUCION
AL COMERCIO
INTEnNACIONU:SLO l
J/ INCLUYE LA MITAD D L LA CROOUCCIO@ Be
L A ZúñA N E U T R A L
DOCUMENTOS
DOCUMENTO No 1

La Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos


de Venezuela,

en uso de los plenos poderes asumidos en su Decreto NQ1,

que es propósito central del Gobierno Revolucionario mejorar las


condiciones de vida del pueblo venezolano, facilitándole, junto con
una alimentación mejor y más barata, habitación adecuada y al alcance
de sus posibilidades ;
CONSIDERANDO :
que para el logro de estas finalidades se hace indispensable la orga-
nización de un sistema que promueva e impulse la deficitaria produc-
ción nacional en los renglones agrícola, pecuario e industrial por lo
cual es determinación del Gobierno Revolucionario crear de inmediato
un Instituto de Fomento de la Producción con suficiente capital para
atender a tales fines;
CONSIDERANDO :
que es propósito del Gobierno Revolucionario proceder sin plazos
dilatorios a la construcción masiva de viviendas para trabajadores
en las regiones del país que más lo necesiten, a la fundación de un
Banco Hipotecario y a la creación de una Marina Mercante Nacional ;

que para realizar estos proyectos inaplazables se requiere una suma


de dinero necesariamente superior a cien millones de bolívares;

que durante los últimos años algunas personas naturales y jurídicas


realizaron utilidades excepcionalment,e cuantiosas, y que no existe en
el actual régimen fiscal de la Nación una Ley sobre exceso de utili-
dades que le permita al Estado percibir participación equitativa de
esas ganancias extraordinarias ;

que es razonable y justo que quienes realizaron excepcionales ganan-


cias contribuyan también en forma especial a satisfacer mejor las
necesidades nacionales, abriendo así para todos los empresarios del
país, incluidos los contribuyentes a que se refiere uno de los conside-
r a n d o ~anteriores, insospechadas posibilidades de desarrollo en sus
actividades productoras,

dicta el siguiente

DECRETO N9 112

Articulo 1 9 - Los contribuyentes cuya renta neta global, calcu-


lada de acuerdo con lo que establece la Ley de Impuesto sobre la Renta
asciende a más de ochocientos mil bolívares (Bs. 800.000) pagarán
sobre dichas ganancias del presente año, además de los impuestos
previstos en la referida Ley, la siguiente contribución extraordinaria :

el 6% sobre l a fracción de renta entre Bs. 800.000 y Bs. 1.000.000.

el 10% sobre l a fracción de renta entre Bs. 1.000.000 y Bs. 1.400.000.

el 15% sobre l a fracción de renta entre Bs. 1.400.000 y Bs. 2.000.000.

el 20% sobre l a fracción de renta entre Bs. 2.000.000 en adelante.

Artículo 29 - El susodicho impuesto será exigido solamente por


el presente año, y afectará la renta neta global sin deducción de lo
que al contribuyente corresponda pagar por concepto de los impuestos
cedular y complementario normales establecidos en dicha Ley. La
liquidación y recaudación de esta contribución extraordinaria se efec-
tuará junto con la del Impuesto sobre la Renta y de acuerdo con las
normas que rigen este impuesto, en cuanto sean aplicables.
Artículo 3 9 - El Encargado del Ministerio de Hacienda queda
encargado del cumplimiento del presente Decreto.
Dado, firmado y sellado en el Palacio de Miraflores, en Caracas,
a los treinta y un días del mes de diciembre de mil novecientos cua-
renta y cinco. - Año 136 de la Independencia y 87 de la Federación.

(L. S.)
Rómulo Betancourt
Mayor Carlos Delgado Chalbaud
Doctor Raúl Leoni
Capitán Mario Vargas
Doctor Gonzalo Barrios
Doctor Luis B. Prieto F.
Doctor Edmundo Fernández

DOCUMENTO NQ 2

LA POLITICA PETROLERA VENEZOLANA PUEDE


AFECTAR LA SITUACION MUNDIAL

Por Ruth Sheldon


(Traducido de "World Petroleum"
julio 1946)

La atención de la industria petrolera internacional se concentra


fuertemente en Venezuela, donde ocurren sucesos que harán preceden-
tes y pueden tener efectos políticos e industriales de alcance mundial.
Rápidamente están sumando acontecimientos en campos diversos
pero íntimamente relacionados. Los trabajadores de Venezuela han
surgido como un poderoso factor en la situación. Los planes del
Gobierno para vender su regalía petrolera en un mercado de compe-
tencia hacen historia nueva en petróleo. Por primera vez Rusia
demuestra un activo interés en el petróleo venezolano. El anuncio
de una próxima invasión del Hemisferio Occidental por petróleo árabe
está estimulando la formulación de una política exterior petrolera
venezolana y el Gobierno de Venezuela puede llegar a constituir una
fuerza poderosa en los asuntos petroleros internacionales. Venezuela
está desplegando activo interés en el examen de la distribución de
las utilidades petroleras y contempla la revisión de las fórmulas exis-
tentes. Más aun, el Gobierno tiene entre sus conceptos principistas
algunas ideas sobre la participación activa del Estado en la refinación.
Estos acontecimientos no pueden descartarse como las primeras
acciones radicales de un nuevo gobierno revolucionario que irán
disminuyendo su fuerza y cambiando de objetivo. El gobierno revo-
lucionario simplemente destapó la botella y lo que de ella va saliendo
refleja cambios de las condiciones sociales e industriales que no son
meramente locales sino que ejercen influencia en todas partes.
Por el momento el problema laboral de Venzeuela es de primordial
importancia. Llamaradas de la conflagración obrera que ardió feroz-
mente en Estados Unidos en los últimos meses saltaron por encima
del Golfo de México y durante varias semanas de tensión amenazaron
con derivar hacia una huelga petrolera de extensión nacional, que
habría paralizado la economía venezolana a la vez que agudizado la
actual escasez mundial de petróleo.
Afortunadamente, ni las compañías, ni el Gobierno, ni los traba-
jadores permitieron que la situación llegara a un punto muerto y
maniobrando hábilmente pudieron encontrar una zona suficientemente
amplia de entendimiento como para evitar la confrontación y que
sirviera de base para un contrato colectivo de trabajo que actualmente
se negocia entre los sindicatos petroleros y las compañías, que regirá
hasta fines de diciembre de 1947. El logro de este resultado puede
mostrarse como una realización notable en vista de los peculiares
factores nacionales e internacionales que complican la situación vene-
zolana. Estos factores implican tal potencial de conflicto y tantas
condiciones anormales que la rapidez con la que se llegó a un acuerdo
fundamental y lo razonable de sus términos resultan realmente sor-
prendentes.
A pesar de que es evidente que los trabajadores harán mayores
demandas al finalizar el contrato, la verdadera virtud del presente
acuerdo consiste en que resuelve el problema laboral satisfactoriamente
por ahora y permite que pase año y medio antes de que se revise. En
este tiempo deberán estar suficientemente estabilizadas las actuales
condiciones de desequilibrio económico mundial para permitir una
evaluación más precisa y una solución de los problemas obrero-
patronales en todas partes, lo que se reflejará en la forma en que
Venezuela enfrenta su propia situación.
Las principales reivindicaciones obtenidas por los trabajadores
son: inclusión permanente en el salario básico del aumento de salario
de Bs. 2,00 (US$0,60) que se otorgó el año pasado para compensar
el aumento del costo de la vida; aumento de Bs. 2,00 (US$ 0,60) en
el salario diario de todos los trabajadores (pedían Bs. 4,00, o sea,
US$1,20) ; aumentos desde 3 a 15 por ciento en los sueldos de los
empleados ; pago de 56 horas por semana de 48 horas ; pago completo
del tiempo de viaje desde y al sitio de trabajo que exceda de 15 minu-
tos; pago por enfermedad; 15 días de vacaciones pagadas para todos
los trabajadores ; los trabajadores de los contratistas y subcontratistas
de las compañías recibirán pagos y prestaciones iguales a los de los
trabajadores petroleros. Se lograron muchos otros beneficios que
mejoran las condiciones de vida, cajas de ahorro, becas, escuelas indus-
triales, seguros de vida, proveedurías ("commissaries") y hospitales
de las compañías.
La estimación del costo adicional de este contrato para las
compañías oscila entre Bs. 40.000.000 y Bs. 110.000.000 anuales (de
US$12.000.000 a US$ 33.000.000). Las compañías estiman que el
arreglo representa entre 35 y 50 por ciento de aumento de salarios
para los 25.000 obreros petroleros de todas clases de Venezuela, dentro
de un total de 30.000 trabajadores de la industria petrolera.
Desde el punto de vista de las empresas petroleras, lo más satis-
factorio del arreglo es la exclusión de todas las demandas que inter-
fieran la libertad de administración. Por ejemplo, los trabajadores
pedían que, a solicitud del sindicato, las empresas estuviesen obligadas
a despedir a cualquier funcionario cuyas acciones, en opinión del
sindicato, "no garantizaran la armonía que debe existir entre los
trabajadores y la administración". Esta cláusula del contrato no
fue objeto de discusión debido a que el comité patronal de negociación
sugirió, simplemente, que para ser equitativos debería ampliarse.
Debería incluir la previsión de que, a petición de la compañía, el
sindicato estaría obligado a retirar a cualquiera de sus funcionarios
de quien la compañía opinara que no contribuía a la armonía entre
los trabajadores y la administración. Los dirigentes sindicales sugi-
rieron entonces que el asunto fuera totalmente eliminado.
Las empresas petroleras comenzaron las negociaciones con gran
ansiedad. Desde su punto de vista las circunstancias estaban lejos
de ser favorables. Las caóticas condiciones huelguísticas en Estados
Unidos fortalecía la actitud de los trabajadores venezolanos. El
gobierno revolucionario de Venezuela, establecido el pasado octubre,
es un gobierno pro-laboral y busca aumentar su fuerza política en
todo el país para mejorar su posición en las próximas elecciones que
escogerán una Asamblea Constituyente y subsecuentemente seleccio-
narán un Presidente por votación popular. Los trabajadores petro-
leros constituyen un bloque poderoso de miembros del partido de
gobierno, Acción Democrática. Por ello parecía poco probable que
el Gobierno quisiera o pudiera ejercer alguna influencia restrictiva
sobre los trabajadores petroleros.
Sin embargo, el Gobierno asumió una definida posición de me-
diador durante las negociaciones. Ejerció presión tanto sobre las
compañías como sobre los sindicatos para que llegaran a un arreglo
antes del plazo fijado para la huelga y el contrato fue firmado en el
despacho del Ministro del Trabajo, Dr. Raúl Leoni. El anuncio del
contrato fue hecho, dramáticamente, por el Presidente de la Junta
Revolucionaria de Gobierno, Rómulo Betancourt, como tema inicial
de un discurso, anunciado con bastante anticipación, sobre problemas
económicos venezolanos ante la Cámara de Comercio, discurso que
fue radiodifundido a toda Venezuela y Colombia. El presidente Be-
tancourt dijo a los oyentes: "Por la comprensión y buena voluntad
de las partes contratantes no h a sido necesario llegar a una de esas
huelgas que vienen entorpeciendo las economías de los grandes países
industriales".
La satisfacción producida por el arreglo .fue, en cierto modo,
ensombrecida por las afirmaciones y la actitud de los sindicatos petro-
leros. Luis Tovar, Presidente de la Federación de Trabajadores
Petroleros, declaró inmediatamente después de la firma del arreglo :
"Hemos ganado muchos millones de bolívares pero la pelea no ha
terminado. Debemos obtener todas las demandas contenidas en nues-
tro pliego y tomar el pliego como nuestro programa de lucha". Las
empresas petroleras ya habían tenido experiencia con ese pliego, ya
que fue formulado en gran parte tomando cláusula por cláusula del
pliego de peticiones mexicano que tuvo por resultado la expropiación
de las instalaciones petroleras de ese país en 1938. Algunas de las
cláusulas venezolanas seguían a las mexicanas tan literalmente que
hasta estaban enunciadas en un español mexicano más que en un
español venezolano.
No obstante, el Gobierno está consciente de sus responsabilidades
tanto hacia las empresas petroleras como hacia los trabajadores. La
política y el punto de vista del Gobierno han sido admirablemente
expresados por el Dr. Juan Pablo Pérez Alfonzo, un joven y brillante
profesor de Derecho y ex-diputado al Congreso, que es ahora Ministro
de Fomento. Define la política del Gobierno como la de "mantener
bajo constante observación las relaciones entre los trabajadores y las
compañías, pero tomando en consideración la libertad que corres-
ponde a cada uno".
"El reconocimiento del legítimo derecho de los trabajadores a
disfrutar de razonables condiciones de vida acordes con las ganancias
de la industria, debe considerarse como un justificado deseo nacional",
dice él. "Por otra parte, considero que si el pueblo venezolano en su
conjunto aspira a retener en el país una justa participación en las
ganancias obtenidas de la explotación de sus recursos naturales, no
es el mejor método el de dar esta participación como remuneraciones
ilimitadas a la parte de la población que está económicamente ligada
a la explotación del recurso. La forma razonable de distribución es
la de la discreción financiera que deberá ejercer necesariamente un
gobierno popular en la forma que resulte más adecuada al bienestar
general. El otro procedimiento crearía un grupo privilegiado, una
permanente fuente de conflictos, puesto que la población no favorecida
trataría constantemente de desplazar a la favorecida. El trabajador
petrolero debe recibir un salario y otras prestaciones que le permitan
vivir decentemente y quizás mejor que el resto de sus compatriotas.
Pero cualquier otra cosa sería inaceptable".
La preferencia del Gobierno de orientar los beneficios adicionales
derivados de la industria petrolera hacia el Tesoro Nacional antes
que hacer de ellos posesión exclusiva de un grupo de la población, se
basa en el hecho de que el petróleo es el factor principal de la economía
venezolana y debe ser manejado en el interés de todos y no en el de
unos pocos.
El gobierno revolucionario no está totalmente satisfecho con la
actual distribución de los beneficios de la industria. La Ley petrolera
venezolana de 1943 representó un aumento de 70 por ciento del ingreso
petrolero del Gobierno proveniente de la regalía petrolera y en ese
entonces las compañías consideraron que se había llegado a un reajuste
máximo en la división de las ganancias. Cuando en octubre se esta-
bleció el actual gobierno las compañías petroleras tenían serios temores
acerca de su situación pues el presidente Betancourt y el ministro
Pérez Alfonzo habían sido líderes de la oposición contra la aprobación
de la Ley de 1943, basándose en que la Ley no daba al Gobierno una
participación equitativa en tiempos de ganancias extraordinarias. E l
Gobierno aseguró a las compañías que no tenía intenciones de derogar
la Ley de 1943, pero bien pronto procedió a hacer efectivas las obje-
ciones que había hecho anteriormente.
Los ejecutivos petroleros despertaron el día de Año Nuevo con
un verdadero "ratón", pues el Gobierno, el 31 de diciembre de
1945, emitió un decreto que fijaba impuestos extraordinarios a todas
las utilidades obtenidas en 1945. Esto era aplicable a todo el
mundo en Venezuela, pero colocaba a las compañías petroleras en
el escalón del 20 por ciento, haciendo que su contribución a los
Bs. 100.000.000 (US$33.000.000) fuera aproximadamente de
Bs. 90.000.000 (US$30.000.000). Como dicen en Venezuela, esta
era "una ley con nombre y apellido" (en español en el original N.T.)
o, para traducir libremente, "un decreto con dirección y número de
teléfono".
El presidente Betancourt resumió la posición del Gobierno en
su importante discurso ante la Cámara de Comercio mencionado
anteriormente. "Este decreto se dictó", dijo, "tomando en cuenta
diversas circunstancias, entre ellas que Venezuela es uno de los pocos
países del mundo que no tiene un impuesto sobre utilidades excesivas ;
la otra fue que las empresas más afectadas, las petroleras, una de
las cuales debe pagar US$16.000.000 y ha pagado ya su primera
cuota, han obtenido beneficios que no se corresponden con los términos
del acuerdo de 1943". Comentó que el actual gobierno, que entonces
constituía la oposición, había criticado el método de calcular la partici-
pación del Gobierno y sus críticas estaban siendo confirmadas por
las declaraciones de ingreso presentadas por las empresas en 1944 y
1945, las cuales demostraban que las compañías recibían mucho más
utilidades que el Gobierno. Esto, concluyó, "explica por qué las
compañías no discutieron la justicia del impuesto".
Si bien es cierto que las compañías no hicieron una campaña
pública contra el decreto, pues no tenían fundamentos legales que se
lo permitieran, protestaron verbalmente ante el Gobierno, pero sola-
mente en el terreno "moral". El ministro Pérez Alfonzo, sin embargo,
comentando el impuesto al exceso de utilidades, dice: "El Gobierno
ha declarado formalmente que no recurrirá a nuevos impuestos. No
obstante, me parece razonable pensar que el Gobierno Constitucional,
elegido por el voto popular directo y que es esperado por todos los
venezolanos, debe estudiar necesariamente un impuesto sobre utili-
dades excesivas para Venezuela, tal como se está haciendo en el resto
del mundo, impuesto éste que deberá evitar una exagerada explotación
del pueblo y de sus recursos naturales. Como dijera recientemente
el señor Bernard Baruch, debemos "permitir ganancia pero no abuso"
("allow profit but no profiteering").
El ministro Pérez Alfonzo señaló cuidadosamente que las obje-
ciones del Gobierno a la Ley petrolera de 1943 no se deben a que ésta
no sea una ley buena, sino a que en algunos aspectos no es lo sufi-
cientemente buena. Argumenta que mientras la Ley prevé, por una
parte, que las regalías pueden reducirse cuando una concesión, debido
a aumentos de costos, no pueda operar económicamente bajo la carga
de la regalía, no prevé la contrapartida de ese concepto, o sea, que
en los tiempos de ganancias extraordinarias el Gobierno participe
proporcionalmente.
La Ley de 1943 fue concebida para la división de las ganancias
en las condiciones existentes de precios y costos, la cual representaba
aproximadamente una participación de 50-50 para el Gobierno y la
industria. El Gobierno sostiene que si los precios de mercado aumen-
tan y los costos se mantienen iguales, las compañias reciben mayores
ganancias de sus 5/6 del petróleo que el Gobierno de su 1/6. Una
regalía basada en un porcentaje fijo permite al Gobierno beneficiarse
en el aumento del volumen pero no la correspondiente participación
equitativa en las ganancias por aumento de los precios. Un impuesto
sobre el exceso de ganancias reajusta esos valores, pero el Gobierno
preferiría que esas disposiciones se hubieran incorporado en la Ley
petrolera.
Ciertamente, la búsqueda de una fórmula perfecta para la equi-
tativa distribución de las ganancias entre los gobiernos, propietarios
del subsuelo, y las empresas privadas, que lo explotan, no ha terminado
en Venezuela, como tampoco en el resto del mundo.
Otra indicación de que el Gobierno venezolano no está satisfecho
con la fórmula vigente es que, por primera vez en la historia del
petróleo, un gobierno está negociando seriamente para vender su
regalia petrolera en el mercado abierto. Hasta ahora todos los go-
biernos propietarios de la riqueza del subsuelo han recibido de las
compañias explotadoras en efectivo el valor de las regalías, y se han
limitado a negociar con esas compañías las bases adecuadas para
estimar el valor que debe asignarse al petróleo de regalía.
De vez en cuando, en tiempos de escasez mundial de petróleo,
empresarios independientes o grupos han propuesto a varios gobiernos
la compra del petróleo de regalía. Los gobiernos se han mostrado
reacios a considerar estas proposiciones pues no deseaban perturbar
los arreglos a largo plazo concertados con las empresas que realmente
producen el petróleo.
Sin embargo, el actual Gobierno venezolano, convencido de que
el Estado debe participar, siempre que sea posible, en las ganancias
extraordinarias, está estudiando la firma de un contrato pos dos afios,
que la Ley de 1943 autoriza para vender un tercio de su regalia, que
alcanza a un total aproximado de 166.000 barriles diarios, a D. D. Feld-
man, un empresario petrolero de Dallas, Texas. La oferta de Feldman
consiste en tomar no menos de 20.000.000 de barriles anuales a un
precio que no será inferior al que el Gobierno recibe ahora de las
empresas concesionarias. (Este precio se calcula comparando en la
Costa del Golfo el petróleo del campo venezolano con el del Este u
Oeste de Texas, dependiendo de la gravedad de que se trate). Feldman
ofrece dividir por igual con el Gobierno las ganancias que pueda obte-
ner en la venta de ese petróleo por encima de dicho precio, o, en el
caso de que cualquier cantidad de crudo sea usada por una refinería
en la cual pueda él tener interés directo o indirecto, se garantizará
al Gobierno un beneficio de 5 centavos por barril.
Se informa que Feldman considera unirse con un grupo indepen-
diente en Estados Unidos que desearía comprar el oleoducto Big Inch
y transportar petróleo venezolano a refinerías del Interior. Este
arreglo, por supuesto, es altamente especulativo puesto que el Gobierno
norteamericano no ha decidido todavía qué hará con el Big Inch. Si
el Gobierno lo vende, lo más probable es que sea usado para trans-
portar gas en vez de petróleo, debido a los múltiples obstáculos que
han sido señalados y que impiden que pueda ser usado con éxito como
oleoducto.
Feldman también está en negociaciones con el Gobierno colom-
biano para comprarle su regalía petrolera, pero en este caso la propo-
sición es para refinar el petróleo, aproximadamente 9.000 barriles
diarios, en Colombia, en una refinería de la cual serían propietarios
el Gobierno y el grupo de Feldman por partes iguales.
El Gobierno venezolano ha seguido un curso desusado respecto
a la proposición sobre el petróleo de regalía al invitar a la prensa,
el público, las compañías petroleras y los otros partidos políticos a
expresar sus opiniones. Tal como era de esperarse, las compañías
petroleras no han opinado, pues la Ley precisamente contempla accio-
nes de este tipo. Una venta como esta significaría un reajuste de
sus programas de producción para poder cumplir sus propios compro-
misos, en los cuales se había incluido el volumen de las regalías.
La reacción general del público venezolano y los partidos políticos
es favorable con una sola excepción importante. La proposición actual
no garantiza beneficios adicionales al Gobierno sino que simplemente
conviene en dividir cualesquiera ganancias especulativas. Un sector
importante de la opinión pública venezolana cree que si el Gobierno
interviene en un arreglo de esta naturaleza el beneficio debería estar
garantizado.
El ministro Pérez Alfonzo afirma que: "Pensamos que la ope-
ración sea una experiencia que permita el establecimiento de una
nueva política de utilización de nuestra parte de la producción petro-
lera. Se la considera como una experiencia orieritada hacia el estable-
cimiento de empresas mixtas de refinación y aun hacia la producción
de petróleo en asociación con las compañías y no por medio de las
acostumbradas concesiones, ya que la experiencia acumulada desde
1943 h a demostrado que no garantiza en todos los casos una justa
participación del Estado en la riqueza natural que constituye el eje
de la economía del país".
Los deseos del Gobierno de establecer una refinería del Estado
y los particulares en Venezuela los indican la reciente experiencia de
la Creole (subsidiaria de la Standard Oil Co. de New Jersey, que
controla cerca del 54 por ciento de la producción diaria de 1.000.000
de barriles). Como resultado de las negociaciones que llevaron a la
Ley petrolera de 1943, la Creole convino, tal como lo hicieron varias
otras empresas, en construir una refinería en Venezuela con una
capacidad de 50.000 barriles antes de 1951 o tan pronto fuera posible
obtener los materiales. Cuando se estaba escogiendo el sitio para la
refinería, el Gobierno anterior pidió a la Creole que considerara el
Puerto de Turiamo, en la costa del Caribe y casi a la mitad de camino
entre los campos petroleros de Oriente y Occidente, pues el Gobierno
estaba ansioso de levantar esa región. La Creole inició negociaciones
con el Gobierno por los terrenos, que eran de propiedad nacional. El
Gobierno continuó esas negociaciones pero sugirió abiertamente que
las tierras del Gobierno debían usarse para ubicar una refinería en
la cual participara el Gobierno en condiciones de igualdad con la
compañía. La Creole, a quien no le gustan las empresas mixtas, de
inmediato puso término a las negociaciones. E n la actualidad planea,
igual que la Shell, ubicar su refinería en la Península de Paraguaná,
que comienza en la entrada del Lago de Maracaibo, en donde se en-
cuentran los grandes campos de Occidente.
Estos cambios internos y las nuevas maneras de abordar el Go-
bierno los problemas petroleros venezolanos tienen interés mundial
por su posible influencia en el pensamiento de otros países sobre
petróleo. Las razones para la preocupación de americanos y británicos
son obvias. Tampoco Rusia olvida la importancia de Venezuela en
el panorama petrolero mundial y ha enviado como Embajador ante
el Gobierno venezolano al Dr. Foma A. Trebin, ingeniero petrolero y
geólogo, quien fuera alto funcionario de la organización petrolera
del Gobierno ruso. La experiencia técnica del Embajador deja fuera
de duda que el Gobierno ruso estará fielmente informado de cada fase
de la situación petrolera venezolana. Además, el Dr. Trebin tiene
una personalidad muy agradable y ha hecho una impresión sumamente
buena en Venezuela.
Sin embargo, la influencia rusa sobre el pensamiento político
venezolano -petrolero u otro- no es una cuestión en la actualidad.
El Partido Comunista Venezolano desconcertaría al mismo Stalin,
puesto que está dividido en tres fracciones que tienen mayor interés
en pelear por asuntos internos que en seguir cualquier línea de Moscú
para el Partido. Más aun, la devoción de Venezuela por su indepen-
dencia es una herencia de Simón Bolívar para los venezolanos tan
grande como la de George Washington lo es en Estados Unidos. Cual-
quier sistema político que surja en Venezuela será tan peculiarmente
venezolano como cualquier cambio de gobierno en Estados Unidos
será siempre un producto estrictamente americano.
E n los círculos petroleros internacionales el interés por los acon-
tecimientos venezolanos está relacionado con sus efectos en la posible
situación de competencia entre el petróleo venezolano y el árabe. Esta
competencia es, de igual manera, una preocupación principal del Go-
bierno venezolano. Por primera vez Venezuela está comenzando a
pensar en la formulación de una política petrolera internacional. Su
gobierno estudia las posibilidades de asumir su responsabilidad como
líder en los asuntos petroleros mundiales antes que concentrarse en
las relaciones damésticas con las compañías petroleras, tal como lo
ha venido haciendo hasta ahora.
Por mucho tiempo el presidente Betancourt ha estado interesado
en que Venezuela participe activamente en negociaciones para un
acuerdo petrolero internacional. Cuando el anterior secretario del
interior Harold L. Ickes estaba en Londres el año pasado discutiendo
el proyecto del tratado petrolero anglo-norteamericano, el presidente
Betancourt, en su condición de dirigente político de Acción Democrá-
tica, escribió enérgicos editoriales periodísticos reclamando que Vene-
zuela estuviese representada en esas conferencias. Ahora, como
Presidente, se ha intensificado su interés en los acontecimientos petro-
leros internacionales.

(Este artículo fue publicado por la conocida revista internacional petrolera "World
Petroleum" en su número de julio de 1946. Debido a su gran interés y a la auto-
ridad de la señora Sheldon, la revista sacó en separata el artículo para su mayor
difusión.
La señora Ruth Sheldon Knowles tiene ganada fama internacional como
experta petrolera. E s geóloga y esposa, nieta e hija de petroleros independientes.
Numerosos son sus artículos técnicos publicados en revistas profesionales, pero
también ha escrito para "Saturday Evening Post", "Wall Street Journal" y mu-
chas más. Su libro "The Greatest Gamblers", publicado en 1969, es ya un clásico
entre la gente del petróleo. Los libros y artículos de l a señora Sheldon reflejan
su gran experiencia profesional. Después de la expropiación, México la contrató
en 1939 para que le informara sobre sus campos petroleros y refinerías. El fa-
moso Secretario del Gobierno de Roosevelt, Harold L. Ickes, la nombró en 1941
como especialista petrolera, para que le informase sobre los campos petroleros y
refinerias de América Latina. Por esto, en 1943 participó en las gestiones del
contrato-ley venezolano de 1943 y conoció muy bien las intimidades de esta trami-
DOCUMENTO No 3

Creación de la Comisión Coordinadora de la Conservación


y el Comercio de los Hidroca?.buros

República de Venezuela. - Ministerio de Minas e Hidrocarburos. -


Oficina Técnica de Hidrocarburos. - Número 557. - Caracas,
9 de abril de 1959. - 1 4 9 ~y 1019.

Por cuanto la explotación de los hidrocarburos constituye la


base casi exclusiva de la economía de Venezuela y todo lo relacionado
con la industria que extrae y comercia los hidrocarburos es de interés
público fundamental ;
Por cuanto Venezuela es el principal país exportador de petróleo
del mundo y en ocasiones su posición económica se ve desfavorecida
por cambios en la estructura de los precios del petróleo crudo y sus
derivados que no obedecen a la relación Consumo-Producción ni toman
debida cuenta en las continuas alzas de los costos de las operaciones
para reemplazar el petróleo consumido por la humanidad;
Por cuanto los países productores han reconocido la necesidad
de tomar medidas de conservación del petróleo y del gas, riquezas
naturales no renovables y también medidas de restricción de la pro-
ducción y del comercio, con miras a una razonable estabilidad de
precios y mercados ;
Por cuanto la estabilidad de precios y mercados es condición
indispensable para el mantenimiento de una industria petrolera econó-
micamente sana, capaz de satisfacer con seguridad los requerimientos
de energía y materia prima que cada vez reclaman en mayores canti-
dades el bienestar y el desarrollo económico de los pueblos;
Por cuanto se considera conveniente crear una organización que
estudie y recomiende las regulaciones sobre el comercio de los hidro-
tada reforma. E s por esto último que el análisis que hace de la verdadera nueva
política petrolera venezolana del Gobierno Democrático tiene tanto valor. Más
aún cuando su evaluación de acontecimientos internacionales petroleros fue con-
firmada ampliamente por los hechos históricos subsiguientes. Fue el movimiento
reformista que analiza este artículo el inicio de los acontecimientos que se han
venido sucediendo, entre los cuales destacan l a nacionalización del petróleo en
Irán, la extensión de la participación 50-50 a la región del Medio Oriente y más
recientemente la creación de la OPEP).
carburos y las coordine con la política de conservación aconsejada
por los supremos intereses nacionales :
1 - Se crea en el Ministerio de Minas e Hidrocarburos la Comi-
sión Coordinadora de la Conservación y el Comercio de los Hidro-
carburos, integrada por el Director de la Oficina Técnica de Hidrocar-
buros, el Director de Economía, los Jefes de las Divisiones Técnicas
de Producción y Fiscalización y de Conservación, y el Jefe de la
División de Economía Petrolera.
2 - Para el mejor cumplimiento de sus funciones, la Comisión
queda facultada para solicitar toda la información que fuere necesaria
de las empresas que trabajan la industria de hidrocarburos, muy
especialmente las relativas a sus programas de producción y ventas.
También podrá la Comisión, cuando lo recomienden las circunstancias,
solicitar el asesoramiento y colaboración de otras personas o entidades
extrañas a su seno.
comuníquese y publíquese.
Por el Ejecutivo Nacional,
JUANP. P&REZ A.,
Ministro de Minas e Hidrocarburos.
(Gaceta Oficial de l a República de Venezuela Nv 25.931 del 9 - 4 - 59).

DOCUMENTO No 4

Declaración del Ministro de Minas en rueda de prensa del 6 de


mayo de 1959 en la Embajada de Venezuela en Washington

El Gobierno de Venezuela lamenta profundamente la acción uni-


lateral tomada por el Gobierno de Estados Unidos en el sistema de
restricciones de importación de petróleo del 30 de abril. Tan sólo a
los dos meses del primer Programa Mandatorio de Restricciones,
proclamado después de largos estudios y discusiones, se le modificó
para crear una condición privilegiada en favor de uno solo de los
países del Hemisferio.
Venezuela ha venido siendo por muchos años el mayor abaste-
cedor de petróleo de EE. UU. y la producción de sus campos petroleros
ha estado disponible en los períodos de paz y de emergencia en bases
muy similares a las de los propios recursos de energía de EE. UU.
Debe mantenerse presente que el área del Caribe está más cercana
a la gran área consumidora de la Costa Atlántica que la Costa de
EE. UU. en el Golfo.
Venezuela entendió el primer Programa Mandatorio de Restric-
ciones convencida de que realmente perseguía asegurar la estabili-
zación de los mercados y los precios para mantener una industria
petrolera sana no sólo en EE. UU. sino también en el resto de los
países productores, como se afirmó en la Declaración de la Casa
Blanca del 10 de marzo.
Venezuela también tomó en consideración los ofrecimientos que
se nos hicieron y que fueron reafirmados en la mencionada Decla-
ración del 10 de marzo, de que los intereses conjuntos de Canadá y
de las Repúblicas americanas habrían de ser objeto de estudios futuros
mutuos con el propósito de alcanzar un acuerdo que tomaría muy
en cuenta todas las condiciones especiales de nuestro Hemisferio.
Ahora Venezuela encara con angustia el desarrollo reciente de
sucesos en relación al Programa de Importación. No es tan sólo la
condición de privilegio acordada a Canadá por el Gobierno de EE. UU.
-la cual envuelve una discriminación contra Venezuela- sino tam-
bién la cuestión de la manera como el sistema de licencias para las
refinerías se cumple en contra de las importaciones de petróleo.
Estos hechos recientes concurren a apoyar la posición que Vene-
zuela ha venido manteniendo desde el inicio de conversaciones entre
nuestros gobiernos.
La posición de Venezuela se ha presentado en varias ocasiones
a los funcionarios de EE. UU. y recientemente fue fijada en una
entrevista del Ministro de Minas e Hidrocarburos de Venezuela, pu-
blicada en la edición de "Petroleum Week" del l?de mayo de 1959.

DOCUMENTO N9 5

Declaración de la Casa Blanca del 30 de abril de 1959 autorizada


por James C. Hagerty, Secretario de Prensa del Presidente

El Presidente modificó hoy su Proclama NQ3.279 del 10 de marzo


de 1959, que impuso restricciones a las importaciones de petróleo.
Con efecto desde el 1 9 de julio de 1959, la Proclama de hoy exceptúa
de las restricciones de importación de petróleo crudo, petróleos no
terminados y productos terminados que entren a los Estados Unidos
por oleoductos, tanques de motor o ferrocarril desde el país de pro-

Entre los asistentes a la rueda de prensa se encontraron reporteros de las agencias


noticiosas A.P. y U.P., A.F.P., New Mayer, A.S.S. MacGraw Hill y de los
diarios especializados Oil and Gas Journal, Oil Daily y Journal of Commerce.
ducción. Esta excepción se aplica a los petróleos provenientes de
fuentes que estarían accesibles por transporte de tierra en la even-
tualidad de una emergencia.
Al proclamar los controles mandatorios de petróleo el 10 de
marzo, el Presidente señaló nuestros intereses conjuntos de defensa
con Canadá y otros países del Hemisferio Occidental dentro de la
gran esfera de seguridad del mundo libre. En reconocimiento de este
hecho las conversaciones c o n t i n u a r á n con Venezuela y otros paises
del H e m i s f e r i o Occidental en busca de una solución coordinada del
problema del petróleo, puesto que se relaciona con la defensa y los
intereses de todos los países productores.

DOCUMENTO N? 6

M e m o r á n d u m presentado al Departamento de E s t a d o el 24
de a b r i l de 1959 e n relación a la modificación del P r o g r a m a
de Restricciones que se sabia e n consz'dermión

1. El Gobierno de Venezuela está profundamente preocu-


pado con las medidas que se consideran por el Gobierno de EE. UU.
en el Programa Mandatorio de Importación de Petróleo para excluir
al petróleo crudo, los petróleos no terminados o productos terminados,
transportados a los EE. UU. por oleoductos, tanques de motor o ferro-
carril. El lenguaje de la Proclama que se considera para modificar
la Proclama 3.279 del 10 de mamo de 1959 -la cual ajusta las impor-
taciones de petróleo y productos- se aplicaría específicamente y tan
sólo a las importaciones de petróleo desde el Canadá y México, discri-
minando las importaciones de petróleo desde otras fuentes del Hemis-
ferio Occidental. El Gobierno de Venezuela está particularmente
extrañado por la tendencia indicada por las acciones del Gobierno
de EE. UU. al establecer discriminaciones contra las importaciones
de petróleo desde Venezuela S &e la base de la seguridad nacional
de EE. UU., y esta tendencia hace surgir la implicación de que a
Venezuela se la desestima y que las fuentes de petróleo de Venezuela
ya no se consideran, como antes lo fueron, esenciales para la seguridad
de EE. UU.
2. Parece apropiado recordar que el Comité Especial del Gabi-
nete para el Estudio de las Importaciones de Petróleo recibió instruc-
ciones del Presidente de los Estados Unidos el 26 de junio de 195'7
para examinar la seguridad nacional en sus términos más an~plios
y buscar balancear factores generales como los de los requerimientos
de petróleo crudo de EE. UU. a largo plazo, las consideraciones mili-
tares, económicas y diplomáticas implícitas en la obtención de petróleo
crudo de varias áreas extranjeras, el mantenimiento de una industria
doméstica dinámica que atienda a las necesidades nacionales en paz
o en guerra y cualquier significado especial de las importaciones en
las diferentes regiones del país. E n relación con todo esto la que
entonces era Oficina para la Movilización de la Defensa estableció
una excepción condicional para las importaciones de petróleo de Vene-
zuela, reconociendo así la posición del petróleo venezolano que siempre
se ha tenido en cuenta en cualquier acción gubernamental que afectara
el petróleo.
3. El Departamento de Defensa de EE. UU. ha enfatizado desde
hace tiempo la necesidad de mantener conexión con abastecimientos
de combustibles extranjeros, y que EE. UU. no debiera tomar nin-
guna acción que pudiera dañar seriamente las relaciones políticas y
comerciales entre EE. UU. y los países con reservas petroleras Y
poner en peligro esas fuentes extranjeras de suministro. El Gobierno
de Venezuela desea llamar la atención hacia el hecho de que Venezuela
siempre ha sido una fuente segura de suministro de petróleo en pa-
sadas emergencias. Siempre h a habido continuidad y consistencia
en su política respecto a la disponibilidad de abastecimiento para
EE. UU. en tiempos de paz y en tiempos de guerra, especialmente
de petróleo y de mineral de hierro. El Gobierno de Venezuela desea
destacar la aportación de petróleo de Venezuela en períodos de emer-
gencia : Segunda Guerra Mundial, Guerra de Corea y la reciente Crisis
de Suez.
4. El Gobierno de Venezuela está totalmente consciente de la
existencia de factores económicos internacionales que contribuyen a
la reducción de los mercados mundiales para el petróleo; y que esta
situación obliga a varios países a considerar el problema de acuerdo
a las condiciones económicas, sociales y políticas de cada uno. Sin
embargo, el Gobierno de Venezuela se resiente muy seriamente de
cualquier medida discriminatoria en el Programa Mandatorio de
Importación de Petróleo en favor de uno o dos países sobre bases de
seguridad, cuando excluye a otros países productores del Hemisferio
Occidental. Cualquier excepción, implícita o explícita, a las impor-
taciones de petróleo de Canadá y México sin ninguna seguridad inme-
diata de extender tales excepciones a Venezuela, indudablemente
encontrará una reacción adversa en la opinión pública de Venezuela
y contribuirá con certeza a fomentar muchos sentimientos y hostilidad
contra los Estados Unidos.
5. El Gobierno de Venezuela y el pueblo dan gran importancia
a la amistad sincera y tradicional que siempre ha existido entre
EE. UU. y Venezuela, pero el Gobierno de Venezuela no puede aceptar
que exista justificación alguna para que EE. UU. discrimine el pe-
tróleo del área del Caribe sobre la base de que el petróleo extranjero
que llega por mar es inseguro en tiempos de emergencia. La pre-
tensión de que EE. UU. tiene justificación sobre la base de la segu-
ridad en limitar solamente importaciones de petróleo de países de
ultramar, no toma en cuenta el hecho de que gran parte del petróleo
usado en EE. UU. se mueve por tanqueros oceánicos independiente-
mente de que el petróleo esté producido en su territorio o tenga su
origen en el extranjero. Se debe tener presente que el área del Caribe
está más cerca de Nueva York que la Costa de EE. UU. en el Golfo.
El Departamento de Defensa de EE. UU. tiene establecido que consi-
dera probable que cantidades substanciales de petróleo continuarán
llegando a los Estados Unidos y sus aliados de áreas relativamente
protegidas del Hemisferio Occidental en las condiciones de tiempos
de guerra.
6. La substancia de la posición de EE. UU., como se la ha
presentado al Gobierno de Venezuela, es que la política restrictiva
petrolera resulta mejor para Venezuela que la de puertas abiertas
porque estabilizaría los precios del petróleo. De consiguiente, Vene-
zuela pudiera vender menos petróleo, pero el ingreso en dólares resul-
taría más elevado ;la industria petrolera tendría buen rendimiento, etc.
Si las restricciones de EE. UU. mantuviesen en alto los precios del
petróleo en el resto del mundo, esto sería razonable. Sin embargo,
la tendencia de reducción de precios que tuvo lugar en febrero en
realidad se ha acentuado dificultando la posición competitiva de Vene-
zula. La reciente reducción de precios por la British Petroleum en
el Medio Oriente se ha extendido a los crudos de Venezuela, con lo
cual se ha causado una preocupación seria al Gobierno venezolano.
El mayor productor de petróleo en Venezuela emitió seis boletines
de precios en 1958 y 1959, anunciando en cada uno reducciones de
precios para los petróleos de Venezuela ofrecidos en venta. El último
de éstos, efectivo en abril 4 de 1959, siguió inmediatamente a la adop-
ción del Programa Mandatorio de Importación de Petróleo y a las
mencionadas seguridades de estabilidad de precios.
Además de precios más bajos, la producción de petróleo en Vene-
zuela se ha reducido. Durante la semana que terminó el 8 de abril
de 1959, la producción de petróleo en Venezuela fue de 2.720.578
barriles diarios, o cerca de 12 por ciento menos que la de la semana
terminada el 11 de marzo de 1959, mostrando una baja todas las
semanas de este intervalo. Por contraste, la información disponible
muestra que durante marzo Irán produjo petróleo crudo al más alto
nivel y que Arabia Saudita durante marzo alcanzó el pico mayor de
su producción diaria. Esto se menciona sin relacionarlo con lo que
haya ocurrido en otros países del Medio Oriente.
7. El Gobierno de Venezuela desea señalar que la inclusión del
combustible residual y el asfalto en el Programa Mandatorio de
Importación de Petróleo, sobre la base de la seguridad nacional, puede
considerarse discriminatorio contra Venezuela. En efecto, el combus-
tible pesado del extranjero no compite con, sino que suplementa los
suministros domésticos de petróleo. La limitación a las importaciones
de combustible residual - s o b r e la base de la necesidad, en interés
de la seguridad nacional, de mantener una industria doméstica fuerte
y saludable- tendrá poco efecto, si es que lo tiene en la producción
de crudo a EE. UU. o en estimular la exploración. Sin embargo, una
limitación muy ciertamente afectará desfavorablemente la industria
de refinería de petróleo en el Caribe, pues las plantas refinadoras no
pueden operar sino cuando cuentan con mercados para todos sus
productos. Las refinerías del Caribe proveen por lo menos el 85 por
ciento del combustible residual importado por EE. UU., y probable-
mente todo el abastecimiento extra necesario para cubrir los picos
de demanda del invierno en EE. UU.
El Programa no parece comprender ninguna medida mediante
la cual las refinerías venezolanas puedan vender combustible a nuevos
clientes, tales como plantas de servicio público que quisieran importar
por su cuenta, u otros que no importaran en 1957, o también distri-
buidores locales que pudieran tener escasez de combustible para
atender a sus necesidades de calefacción de edificios de oficina, hospi-
tales y casas de apartamentos.
Con respecto al asfalto no hay consideración alguna de seguridad
nacional para justificar su inclusión. Las importaciones de asfalto
equivalen tan sólo a 0,3 por ciento de la producción doméstica de
petróleo crudo y como es demostrable no dañan ninguna industria
doméstica. Al contrario, desde el punto de vista de la seguridad
nacional resultaría ventajoso asegurar suministros adecuados de as-
falto al programa de expansión de carreteras federal y estatal, al
costo mínimo posible.
8. La restricción de tipos especiales de crudos venezolanos hasta
afecta la industria doméstica de petróleo de EE. UU. Algunas refi-
nerías de EE. UU. en la Costa del Golfo, por ejemplo, están solamente
interesadas en refinar asfalto. No están ellas interesadas, puesto
que estas refinerías no lo podrían hacer, en producir gasolina u otros
productos ligeros. El crudo doméstico al tener una base asfáltica
sin cera no está a su disposición, y consiguientemente si no pueden
importar de Venezuela crudos, resultará imposible operar esas re-
f inerías.
9. El Gobierno de Venezuela considera que la propuesta excep-
ción no contempla consideraciones de preferencia para el petróleo
del Hemisferio Occidental en su conjunto en el mercado de EE. UU.
y no parece haber ninguna posibilidad de asegurar que el petróleo
venezolano no sea desplazado del mercado de EE. UU. por petróleo
del Medio Oriente. Además, la propuesta reducción del Programa
Mandatorio de Importación de Petróleo en favor de ciertos países
del Hemisferio, no ofrece a Venezuela ninguna ventaja comparable.
Pese al argumento de que la presión para que Canadá construya el
oleoducto a Montreal resultará frenada por la propuesta excepción,
el Gobierno canadiense no parece poder dar a Venezuela ninguna
seguridad de que el mercado de Montreal continuará abierto a las
importaciones de petróleo venezolano, a cambio de que Venezuela
acepte la excepción de Canadá. E n realidad, Venezuela no considera
que el oleoducto de Montreal esté relacionado a la propuesta acción
de EE. UU. para exceptuar las importaciones de petróleo de Canadá
y México.

10. El Gobierno de Venezuela insiste en su preocupación sobre


el alcance de todo el Programa de ~estriccionesde Importación de
Petróleo en conexión con el interés conjunto en la defensa hemisférica
y reitera su deseo de continuar las conversaciones sobre este asunto,
que ya han sido iniciadas.
El Gobierno de Venezuela desea destacar que cualquier revisión
del Programa debe tomar muy en cuenta el principio de no discrimi-
nación en la aplicación de cuotas a los países productores de petróleo
del Hemisferio Occidental, de acuerdo a las reiteradas afirmaciones
de funcionarios competentes del Gobierno de EE. UU.
DOCUMENTO NQ 7

Carta al Embajador de Estados Unidos sobre el


Programa de Restricciones Obligatorias

Caracas, 25 de mayo de 1959


Señor Embajador :
Tengo a honra dirigirme a Vuestra Excelencia en la oportunidad
de hacerle llegar, con el ruego de que se sirva transmitirlos a SU
Honorable Gobierno, los puntos de vista que el Gobierno de Venezuela
sustenta en relación con la situación planteada por el establecimiento
de medidas restrictivas obligatorias a la importación de petróleo de
los Estados Unidos de América, las cuales fueron acordadas según
decisión ejecutiva de fecha 9 del presente mes.
l o ) El Gobierno de Venezuela se enteró con satisfacción de
la declaración del Honorable Presidente de su país, fechada el 10 de
marzo en curso, que precedió la proclamación del Programa de Res-
tricciones Obligatorias, en la cual reconoce que la medida adoptada,
no solamente sirve al propio interés directo de seguridad de Estados
Unidos, sino que también el nuevo Programa ayudará a prevenir
serias dislocaciones, tanto en ese país como en las industrias de pe-
tróleo de otras partes que igualmente tienen gran importancia para
la seguridad. Así como del concepto expresado en la aludida decla-
ración acerca del especial interés que tiene su país, en común con el
Canadá, Venezuela y las otras Repúblicas Americanas, en la defensa
del Hemisferio.
29) Entiende, sin embargo, el Gobierno de Venezuela, que un
sistema obligatorio de restricción a las importaciones establecido por
los Estados Unidos h a debido reconocer, cuando menos, la preferencia
del Hemisferio Occidental para el nivel limitado de las importaciones,
con el objeto de mantener la estructura normal del mercado de los
Estados Unidos para el petróleo procedente de Venezuela.
30) Una limitación indiscriminada en el mercado de petróleo
de los Estados Unidos podría resultar en una pérdida discriminada
de mercados para el petróleo venezolano por petróleo más barato de
otros países. La medida podría ser interpretada como una represalia,
con la intención de mantener las ganancias excesivas del capital
americano invertido en esta industria en Venezuela, en momentos
cuando nuestro Gobierno está tratando de ajustar sus ingresos prove-
nientes de la industria petrolera sobre una base equitativa.
49) Piensa el Gobierno venezolano que una política restriccio-
nista de carácter permanente puede influir desfavorablemente en los
tradicionales principios de cooperación que han sido norma funda-
mental de las relaciones entre las naciones de este Hemisferio.
59) La opinión pública venezolana no ha dejado de sentir su
preocupación respecto a las consecuencias que las medidas acordadas
podrían tener sobre la vida nacional, especialmente por la inclusión
dentro del plan de productos derivados del petróleo que los Estados
Unidos importan desde Venezuela.
69) Considera mi Gobierno que los vínculos existentes entre
los dos países requieren la necesidad de mantener un estrecho y per-
manente contacto, para lograr el entendimiento entre ambas partes
respecto de la consideración de los problemas comunes y de las medidas
que se adopten para resolverlos.
79) El sistema de consultas puesto en práctica en la ocasión
del comienzo del nuevo plan de restricciones, si bien ha sido prove-
choso en muchos aspectos, no ha, sin embargo, posibilitado un acuerdo
satisfactorio sobre los problemas planteados en la industria petrolera
del Hemisferio Occidental.
89) E n razón de las consideraciones expuestas, el Gobierno de
Venezuela desea insistir ante el de los Estados Unidos sobre la nece-
sidad de que se continúen realizando consultas orientadas a lograr
un mercado estable y una garantía en los precios del petróleo vene-
zolano y de los otros países hemisféricos.
Válgome de la oportunidad para reiterarle a Vuestra Excelencia
las seguridades de mi mayor consideración y aprecio.

IGNACIO
LUISARCAYA.
Al Excelentísimo Señor
Edward J. Sparks,
Embajador Extraordinario y Plenipotenciario
de los Estados Unidos de América.
Caracas.
DOCUMENTO N9 8

Decreto por el ~ ~ 1 se. 1crea la


Corporación Venezolana del Petróleo
Decreto Número 260 - 19 de abril de 1960

ROMULO BETANCOURT,
Presidente de la República,

en ejercicio de la atribución 38 del artículo 108 de la Constitución


Nacional y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 39 de la
Ley de Hidrocarburos, en Consejo de Ministros,

Que la experiencia y los conocimientos adquiridos durante el largo


tiempo que tiene establecida la industria petrolera en el país unido
a que el petróleo continuará siendo por muchos años base de nuestra
economía, justifican la creación de una empresa nacional de petróleo;

Que en áreas vecinas a campos en producción la naturaleza migratoria


de los hidrocarburos crea problemas de drenaje que sólo pueden resol-
verse de manera definitiva mediante la explotación de dichas áreas;

Que al lograrse la explotación de las áreas vecinas por medio de la


empresa nacional de petróleo, se obtendrá el desarrollo más eficiente
de los yacimientos y se favorecerá la realización de proyectos de recu-
peración secundaria ;
CONSIDERANDO :
Que no se justifica la participación del capital privado en áreas ya
probadas, cuya explotación no envuelve riesgos importantes;

Que es política definida del Gobierno Nacional no otorgar nuevas


concesiones, por lo cual conviene atender al aumento de los recursos
petrolíferos del país en relación con el desarrollo económico, no obs-
tante que la industria privada mantiene bajo su administración exten-
sas áreas que permiten un crecimiento normal de esos recursos;

Que la Ley misma prevé que el Ejecutivo Nacional podrá ejercer


directamente el derecho de explorar con carácter exclusivo y el de
explotar, refinar y transportar los hidrocarburos;

Que por todas las razones anteriores la creación de una empresa na-
cional de petróleo es legítima aspiración del puebla venezolano,
DECRETA
:
el siguiente :

Estatuto de la C o ~ p o ~ a c i óVenezolanu
n del Petróleo

CREACION, DENOMINACION Y DOMICILIO

Artículo 1? - Se crea la Corporación Venezolana del Petróleo,


adscrita al Ministerio de Minas e Hidrocarburos, con personalidad
jurídica y con patrimonio propio e independiente del Fisco Nacional.
Tendrá su domicilio en la ciudad de Caracas y podrá establecer depen-
dencias en los lugares que considere necesarios.

OBJETO

Artículo 29 - La Corporación tendrá por objeto:


a ) La exploración, explotación, refinación y transporte de hidro-
carburos, así como la compra, venta y permuta de los mismos en
cualquier forma, dentro o fuera del país;
b) La promoción de empresas con el propósito de desarrollar
actividades industriales o comerciales de hidrocarburos, pudiendo
contribuir la Corporación al capital de dichas empresas con los aportes
que estime convenientes. Igualmente podrá suscribir o adquirir ac-
ciones, participaciones o cuotas en empresas que persigan el mismo
fin;
c) La realización de cualesquiera otras actividades que co1iti.i-
buyan al cabal cumplimiento de los fines de la Corporación.

PATRIMONIO

Artículo 30 - El patrimonio de la Corporación estará constituido :


a ) Por los derechos de exploración y de explotación de hidro-
carburos que le transferirá el Ejecutivo Nacional, previa la autori-
zación del Congreso establecida en el artículo 23 de la Ley Orgánica
de la Hacienda Nacional. A los derechos de exploración y explotación
se les atribuirá un valor de acuerdo a criterios técnicos y mercantiles
sentados por especialistas en la materia;
b) Por los gasoductos nacionales que le transferirá el Ejecutivo
Nacional, previa la autorización del Congreso establecida en el ar-
tículo 23 de la Ley Orgánica de la Hacienda Nacional;
e) Por los aportes en dinero que le haga el Ejecutivo Nacional;
d) Por los bienes muebles e inmuebles y otros derechos que le
transfiera el Ejecutivo Nacional o que adquiera por cualquier otro
medio ;
e) Por la parte de los beneficios líquidos que conserve para el
desarrollo de sus actividades.

ACTOS Y CONTRATOS

Artículo 4 9 - La Corporación podrá adquirir, enajenar y gravar


bienes muebles e inmuebles y, en general, efectuar todos los actos y
celebrar todos los contratos relacionados con el cumplimiento de su
objeto. Los derechos de exploración y de explotación de hidrocarburos
no podrán ser enajenados, gravados o ejecutados. La adquisición,
enajenación o gravamen de activos permanentes con valor superior
a Bs. 500.000 deberán ser aprobados previamente por el Ministro de
Minas e Hidrocarburos, a solicitud del Consejo Directivo.

PRESTAMOS Y CEDULAS

Artículo 5" - La Corporación podrá contratar préstamos y


emitir cédulas o bonos hipotecarios o quirografarios que la Nación
podrá garantizar, todo de conformidad con lo establecido en la Ley.

ORGAMOS

Artículo 60 - Los órganos administrativos de la Corporación


serán: el Consejo Directivo y la Junta Ejecutiva.

CONSEJO DIRECTIVO

Artículo 79 - El Consejo Directivo estará integrado por el Mi-


nistro de Minas e Hidrocarburos o su representante, quien lo presidirá,
y por seis personas de reconocida competencia en la materia, desig-
nadas, junto con igual número de suplentes, por el Ejecutivo Nacional.
Artículo 80 - El Consejo Directivo será el Órgano máximo de
la Corporación y tendrá a su cargo la elaboración de normas de polí-
tica general, planes de largo alcance y otras materias atinentes a la
cabal realización de los objetivos de la Corporación. En particular
tendrá las siguientes atribuciones :
a ) Dictar la reglamentación interna de la Corporación y modi-
ficarla cuando las circunstancias lo requieran;
b) Aceptar o modificar el proyecto de Presupuesto General de
la Corporación, así como el Programa de Operaciones elaborado anual-
mente por la Junta Ejecutiva, y someterlos a la consideración del
Ejecutivo Nacional para su aprobación y modificación;
c) Examinar y aprobar o modificar el Informe Anual, el Ba-
lance General y la Demostración de Ganancias y Pérdidas, presentados
por la Junta Ejecutiva, los cuales serán sometidos a la consideración
del Ejecutivo Nacional, dentro de los tres meses siguientes a la termi-
nación de cada ejercicio anual;
d) Nombrar al Director General y demás miembros de la Junta
Ejecutiva, previa aprobación del Ejecutivo Nacional ;
e) Resolver acerca de la promoción de empresas y la adqui-
sición o suscripción de acciones, participaciones o cuotas, a que se
refiere el artículo 29, letra b) ;
f ) Considerar todas las materias que requieran la aprobación
del Ejecutivo Nacional y someter a éste las decisiones tomadas;
g ) Resolver la contratación de préstamos y emisión de cédulas
a que se refiere el artículo 5 9 ;
h) Crear por su propia iniciativa o a proposición de la Junta
Ejecutiva los fondos especiales a que se refiere el artículo 18;
i) Resolver cualquier otro asunto que le sea presentado por la
Junta Ejecutiva.
Artículo 99 - El Consejo Directivo se reunirá una vez al mes,
por lo menos, y cuando sea convocado por su Presidente, por propia
iniciativa, o a petición de tres de sus miembros.
Artículo 109 - El quórum necesario para deliberar será de
cuatro miembros. E n caso de empate en las deliberaciones, el voto
del Presidente decidirá.
Articulo 119 - Si un miembro del Consejo Directivo dejare de
asistir a dos reuniones consecutivas sin causa justificada, perderá
su condición de tal.

JUNTA EJECUTIVA

Artículo 120 - La Junta Ejecutiva estará integrada por un


Director General, quien la presidirá, y tres Directores que serán
nombrados por el Consejo Directivo, previa aprobación del Ejecutivo
Nacional.
Artículo 139 - La Junta Ejecutiva tendrá a su cargo la admi-
nistración de la Corporación y le corresponderán todas las facultades
de disposición y administración que no estén atribuidas al Consejo
Directivo. E n particular tendrá las siguientes atribuciones :
a ) Elaborar anualmente el proyecto de Presupuesto General
de la Corporación y el Programa de Operaciones y someterlos al
Consejo Directivo ;
b) Presentar al Consejo Directivo el Informe Anual, el Balance
General y la Demostración de Ganancias y Pérdidas;
c) Resolver sobre el otorgamiento de poderes judiciales;
d) Proponer al Consejo Directivo la creación de los fondos
especiales a que se refiere el artículo 18;
e ) Cumplir las decisiones y acuerdos del Consejo Directivo.
Artículo 149 - La Junta Ejecutiva se reunirá una vez por se-
mana, por lo menos, y cuando sea convocada por el Director General,
por propia iniciativa o a petición de dos de sus miembros. El quórum
necesario para deliberar será de tres miembros. E n caso de empate,
el voto del Director General decidirá.
Artículo 159 - La falta temporal del Director General será
suplida por el Director que designe la Junta Ejecutiva.

EL DIRECTOR GENERAL

Artículo 169 - El Director General presidirá las reuniones de


la Junta Ejecutiva, convocará las reuniones de ésta, ejercerá la repre-
sentación legal de la Corporación y tendrá a su cargo la gestión diaria
de los negocios de la misma. Podrá celebrar todos los actos, contratos
y negocios relacionados con el objeto de la Corporación con sujeción
a las decisiones del Consejo Directivo y de la Junta Ejecutiva.

ANO ECONOMICO

Artículo 170 - El año económico de la Corporación comenzará


el 19 de Enero y terminará el 31 de Diciembre de cada año. El primer
ejercicio económico comenzará en la fecha de publicación del presente
Decreto y terminará el 31 de Diciembre del presente año.

BALANCE GENERAL

Artículo 189 - El día 31 de Diciembre de cada año se cortarán


las cuentas y se formularán el Balance General y la Demostración
de Ganancias y Pérdidas del año, en los términos establecidos por
el Código de Comercio y siguiendo las normas contables generalmente
aceptadas en la industria.
El Consejo Directivo, a proposición de la Junta Ejecutiva o por
su propia iniciativa, podrá crear fondos especiales de reserva, de
previsión o de amortización, o cualesquiera otros que considere nece-
sarios, y en este caso para esos fondos se cargará a la cuenta de
ganancias y pérdidas la cantidad que determine el mismo Consejo
Directivo.
Artículo 19" - Los beneficios líquidos de cada ejercicio serán
distribuidos por el Consejo Directivo en la forma siguiente:
a ) Un mínimum de cincuenta por ciento (50% ) pasará al Fisco
Nacional ;
b) Hasta un máximum del cincuenta por ciento (50%) para
el desarrollo de la Corporación o para el mejoramiento de sus ins-
talaciones ;
c) Una cantidad será destinada a bonificación de los miembros
de la Junta Ejecutiva y demás empleados ejecutivos en los términos
que establezca el Consejo Directivo. Las bonificaciones individuales
no podrán exceder en ningún caso de la sexta parte de la remuneración
anual.
Artículo 209 - El Balance General y la Demostración de Ga-
nancias y Pérdidas deberán ser certificados por una firma de auditores
independientes, designada por el Consejo Directivo, y publicados,
junto con dicha certificación, dentro de los tres meses siguientes a
la terminación del ejercicio.

DISPOSICIONES FINALES

Artículo 219 - La Corporación no gozará de las prerrogativas


y privilegios que se acuerden al Fisco Nacional en la Ley Orgánica
de la Hacienda Nacional, con excepción de lo previsto en el artículo 49
de este Decreto. Estará sujeta al pago de los impuestos que fijan
las leyes.
Artículo 229 - Lo no previsto en el presente Decreto será re-
suelto por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos.
Palacio de Miraflores, en Caracas, a diecinueve de abril de mil
novecientos sesenta. - Año 1509 de la Independencia y 1029 de la
Federación.

(L. S.)
ROMULO BETANCOURT
Refrendado
El Ministro de Relaciones Interiores
(L. S.)

Refrendado
El Ministro de Relaciones Exteriores
(L. S.)
IGNACIOLUIS ARCAYA
Refrendado
El Ministro de Hacienda
(L. S.)
JosÉ ANTONIOMAYOBRE
Refrendado
El Ministro de la Defensa
(L. S.)
JosuÉ LÓPEZ HENR~QUEZ
Refrendado
El Ministro de Fomento
(L. S.)

Refrendado
El Ministro de Obras Públicas
(L. S.)

Refrendado
El Ministro de Educación
(L. S.)

Refrendado
El Ministro de Sanidad y Asistencia Social
(L. S.)
ARNOLDO
GABALDON
Refrendado
El Ministro de Agricultura y Cría
(L. S.)
VÍCTORGIMÉNEZLAND~NEZ
Refrendado
El Ministro del Trabajo
(L. S.)
Refrendado
El Ministro de Comunicaciones
(L. S.)

Refrendado
El Ministro de Justicia
(L. S.)
ANDR& AGUILARMAWDSLEY
Refrendado
El Ministro de Minas e Hidrocarburos
(L. S.)
JUAN PABLO~ R E ALFONZO
Z

(Gaceta Oficial Nv 26.234 del 22 de abril de 1960).

DOCUMENTO NQ9

Ley Aprobatoria del Convenio suscrito en Bagdud


el 14 de Septiembre de 1960

Articulo Unico. - Se aprueba en todas sus partes el "Convenio


suscrito en Bagdad, el 14 de Septiembre de 1960, entre los represen-
tantes de la República de Irak, del Reino de Irán, del Principado de
Kuwait, del Reino de Saudi Arabia y de la República de Venezuela,
en el cual se adoptaron previsiones para unificar la política petrolera
de los países miembros y con tal fin se decidió formar un organismo
permanente llamado Organización de los Países Exportadores de
Petróleo (O.P.E.P.)", y cuyo texto, publicado en la Gaceta Oficial
N* 26.372, de fecha 1 9 de Octubre de 1960, dice así:
"Por invitación de la República de Irak, la Conferencia de los
Países Exportadores de Petróleo, compuesta de los representantes
de la República de Irak, Irán, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela,
que en adelante se llamarán Miembros, se reunió en Bagdad del 10
al 14 de Septiembre de 1960, y habiendo considerado:
Que los Miembros tienen en marcha muchos programas nece-
sarios de Desarrollo, financiados principalmente por las entradas
provenientes de sus exportaciones petroleras;
Que los Miembros tienen que contar en alto grado con las entradas
petroleras para equilibrar el presupuesto anual nacional;
Que el petróleo es una riqueza perecedera y en la medida en que
se va agotando debe ser reemplazado por otras riquezas;
Que todas las naciones del mundo, para mantener y mejorar sus
niveles de vida, tienen que contar casi por completo con el petróleo
como fuente primaria de generación de energía;
Que cualquier fluctuación en el precio del petróleo afecta nece-
sariamente la marcha de los Programas de los Miembros, y resulta
en una dislocación perjudicial no solamente para sus propias econo-
mías, sino también para las de todas las naciones consumidoras,

Ha decidido adoptar las siguientes Resoluciones:

RESOLUCION NQ 1

1. - Que los Miembros no podrán por mhs tiempo permanecer


indiferentes ante la actitud adoptada hasta ahora por las Compañías
Petroleras al efectuar modificaciones de precios;
11. - Que los Miembros exigirán que las Compañías Petroleras
mantengan sus precios estables y libres de toda fluctuación innece-
saria; que los Miembros tratarán de restablecer los precios actuales,
por todos los medios a su alcance, a los niveles prevalecientes antes
de las reducciones; que se asegurarán de que si surge alguna nueva
circunstancia que según las Compañías Petroleras necesitase modifi-
caciones de precio, dichas Compañías deben entrar en consultas con
el Miembro o Miembros afectados para explicar cabalmente las cir-
cunstancias ;
111. - Que los Miembros estudiarán y formularán un sistema
para asegurar la estabilización de los precios, entre otros medios, por
la regulación de la producción con la debida atención hacia los inte-
reses de las naciones productoras y de las consumidoras, y a la nece-
sidad de asegurar una entrada estable a los paises productores, un
abastecimiento eficiente, económico y regular de esta fuente de energía
a las naciones consumidoras, y una justa ganancia para su capital a
quienes inviertan en la industria del petróleo;
IV. - Que si como resultado de la aplicación de cualquier decisión
unánime de esta Conferencia se emplearen cualesquiera represalias
directa o indirectamente por alguna Compañía interesada contra uno
o más Países Miembros, ningún otro Miembro aceptará oferta alguna
de tratamiento ventajoso bien sea en la forma de un aumento en las
exportaciones o de una mejora de los precios, que se le pudiera hacer
por una o más de dichas Compañías con la intención de desalentar
la aplicación de la decisión unánime tomada por la Conferencia.
RESOLUCION NQ2

1. - Con miras a hacer efectivas las previsiones de la Resolución


NQ1, la Conferencia decide formar un Organismo permanente llamado
Organización de los Países Exportadores de Petróleo, para consultas
regulares entre sus Miembros con vista a coordinar y unificar las
políticas de los Miembros y determinar entre otros asuntos la actitud
que los Miembros deben adoptar cada vez que surjan circunstancias
tales como las contempladas en el Parágrafo 11 de la Resolución NQ1.
11. - Los Países representados en esta Conferencia serán Miem-
bros Fundadores de la Organización de los Paises Exportadores de
Petróleo.
111. - Cualquier país con una exportación neta substancial de
petróleo puede llegar a ser Miembro si es aceptado unánimemente
por los cinco Miembros Fundadores de la Organización.
IV. - El principal objetivo de la Organización será la unificacióii
de las políticas petroleras por los Países Miembros y la determinación
de los mejores medios de salvaguardar los intereses de los Países
Miembros individual y colectivamente.
V. - La Organización efectuará reuniones por lo menos dos
veces al año y si es necesario, más frecuentemente, en la capital de
uno u otro de los Países Miembros o en cualquier otro lugar que sea
aconsejable.
VI. - a ) Para organizar y coordinar el trabajo de la Organi-
zación se establecerá un Secretariado de la Organización de los Países
Exportadores de Petróleo.
b) Un Subcomité formado de por lo menos un miembro de cada
país, se reunirá en Bagdad no más tarde del 1 9 de Diciembre de 1960,
con el objeto de elaborar y someter a la próxima Conferencia un ante-
proyecto de reglamento concerniente a la estructura y funciones del
Secretariado, de proponer el presupuesto del Secretariado para el
primer año y de estudiar y proponer la sede más conveniente para
el Secretariado.

RESOLUCION NQ 3

1. - Los Miembros participantes en esta Conferencia someterán


antes del 30 de Septiembre los textos de las Resoluciones a las Auto-
ridades competentes en sus respectivos países para su aprobación y,
tan pronto como sea obtenida dicha aprobación, notificarán conse-
cuencialmente al Presidente de laTrimera Conferencia (Ministro de
Petróleo de la República de Irak).
11. - El Presidente de la Conferencia fijará, de acuerdo con
los otros Miembros, la fecha y lugar de la próxima Conferencia.
Dado en Bagdad, el 14 de Septiembre de 1960.
El jefe de la Delegación de la República de Irak, (Fdo.) Dr. Tala'at
al-Shaibani. El Jefe de la Delegación del Gobierno de Irán, (Fdo.)
Fuad Rouhani. El Jefe de la Delegación de Kuwait, (Fdo.) Ahmed
Sayid Ornar. El Jefe de la Delegación de Arabia Saudita, (Fdo.)
Abdullah Tariki. El Jefe de la Delegación de Venezuela, (Fdo.)
Dr. Juan Pablo Pérez Alfonzo".
Dada, firmada y sellada en el Palacio Federal Legislativo, en
Caracas, a los veintidós días del mes de Mayo de mil novecientos se-
senta !-uno. - Aíio 1529 de la Independencia y 103" de la Federación.

El Presidente,
(L. S.)
RAUL LEONI
El Vice-Presidente,
RAFAELCALDERA
Los Secretarios,

Palacio de Miraflores, en Caracas, a veintiseis de Mayo de mil


novecientos sesenta y uno. - Año 1529 de la Independencia y 1039 de
la Federación.
Cúmplase.
(L. S.)
ROMULO BETANCOURT
Refrendado
El Ministro de Relaciones Exteriores,
(L. S.)
MARCOSFALCÓN BRICEÑO
Refrendado
El Ministro de Minas e Hidrocarburos,
(L. S.)
PABLO
JUAN PÉREZ ALFONZO

(Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nv 26.562 del 26 - 6 - 61).


DOCUMENTO NQ 10

Declaración Betancourt-Kennedy del 17 de Diciembre de 1961

Los Presidentes de los Estados Unidos de América y de la Repú-


blica de Venezuela, señores John F. Kennedy y Rómulo Betancourt,
han convenido en firmar la siguiente Declaración:
lo Reafirmar la inquebrantable amistad de los dos pueblos y
gobiernos.
2" Confirmar su adhesión a los principios y normas de las
Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, los
cuales consagran el respeto a los derechos humanos, el ejercicio
efectivo de la democracia representativa con oportunidades iguales
para todos, la libre autodeterminación de los pueblos y la no in-
tervención.
30 Confían en que la libertad prevalecerá en todos los países
americanos, y en que los problemas que aquejan a América y al mundo
serán solucionados por medios pacíficos.
4" Los Presidentes manifestaron su determinación de lograr
los objetivos de la Alianza para el Progreso conforme a los principios
del Acta de Bogotá y de la Carta de Punta del Este. Los progresos
de Venezuela en la formulación y ejecución de un plan realista de
largo alcance para el desarrollo económico y social, especialmente
en el campo de la industria, la agricultura, la reforma agraria, la
educación, y la construcción de viviendas y acueductos, fueron exami-
nados en relación con la necesidad de movilizar recursos adicionales
tanto nacionales como externos. El Banco Interamericano de Desarro-
llo y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento están consi-
derando nuevos préstamos importantes además de los ya aprobados.
5" Ambos Presidentes convinieron en que es necesario un es-
fuerzo especial en 1962 para asegurar un fuerte impulso a la actividad
industrial y comercial, tanto para reforzar la presente tendencia
hacia la recuperación a raíz de la recesión que ha experimentado
Venezuela durante los años 1960-61, como para alcanzar un ritmo
acelerado de crecimiento económico con un rápido aumento del ingreso
de los grupos menos favorecidos, que han quedado hasta ahora margi-
nados del proceso de desarrollo.
6" Los dos Presidentes manifestaron su convicción de que una
labor de gran aliento en el campo social conforme a los principios de
la Alianza para el Progreso, debe estar estrechamente vinculada al
proceso de desarrollo económico. Los precios de los productos básicos
y las prácticas comerciales de los países importadores, deben tomar
en consideración de modo efectivo la dependencia de la América
Latina de las expoi-taciones. El reconocimiento de esta realidad es
factor vital para la vigencia, en su letra y su espíritu, de la Carta de
Punta del Este.
79 Los Presidentes consideraron la suma importancia que tiene
para el pueblo de Venezuela la gran Presa Hidroeléctrica de Guri en
su propósito de intensificar el desarrollo de la región de Guayana.
Se dio particular consideración a los programas de Venezuela en
materia de remodelación de barrios, viviendas baratas y desarrollo
de la comunidad y fomento municipal. Los Presidentes consideraron
que este estimulante programa debería tener vasta aplicación en el
esfuerzo de acelerar el progreso local, de resolver allí los problemas
humanos y, lo que es más importante, de aprovechar las oportunidades
económicas locales por medio de la iniciativa de la comunidad.
80 E n el curso de los próximos meses, funcionarios de Venezuela
y de los Estados Unidos examinarán en detalle los préstamos de
desarrollo y la asistencia técnica que serán suministrados por el
Organismo de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, así
como otras medidas encaminadas a apoyar el programa de desarrollo
de Venezuela y fortalecer las relaciones económicas entre ambos países.
El presidente Kennedy prometió todo el apoyo y la asistencia posible
de parte, de Estados Unidos, para que Venezuela pueda dar cumpli-
miento a su programa de desarrollo en el tiempo previsto, complemen-
tando así sus esfuerzos para tal fin.
90 El presidente Kennedy y el presidente Betancourt se unen
para expresar su esperanza de que esta Declaración, formulada en
la fecha de hoy en la ciudad natal de Simón Bolívar, sea recibida como
un mensaje de fe y optimismo por los pueblos del Continente.

Palacio de Miraflores.
Caracas - Venezuela, Diciembre 17, 1961
INDICE ANALlTlCO
Abastecimiento-demanda, 24, 30 38, 67 Amenaza del petróleo del Medio Oriente, 59
Abiertm las posibilidades de inversión de los America Latina, 34 (v. "Hemisferio Occiden-
particulares, 48. tal")
Abuso de derecho del concesionario, 56 Amortizaciones y depreciaciones, 18. 19. 33, 137,
-en el otorgamiento de concesiones, 47 144
Acción Democr&tica, 90, 101, 102, 104, 105 Amuay, 25
-unilateral (v. "Decreto de diciembre de Anglo-Iranian, 60
1945") Anglo-Persian, 60
-venezolana segulda por IrBn, 60 (v. Angulos claves de la polftlca petrolera nacio-
"OPEP") nalista, 7, 22, 36, 74, 78
Acelerada calda de Estados Unidos en la pro- Años de democracia, 11, 12, 17
ducción, 42-43 -de desgobierno. 13
Acelerado agotamiento mundial de petróleo, -de dictadura, 10, 13, 15
55 Apogeo de la relación reserva-producción, 72
- aumento de la demanda, 55 Apoyo de los gobiernos, 8
- crecimiento de la producción mundial, 68, -general de que viene gozando la OPEP, 73
69 Aprovechamiento de indefensión, 8, 13. 14
Activo Fijo Neto, 11. 13, 14. 15, 19, 133, 134, -de la riqueza petrolera. 41
135, 143, 144, 148 Apuestas a dar oon el petróleo, 42 (v.
Administración, 8, 11 "Riesgos")
AFN (v. "Activo Fijo Neto") Apure, cuenca de, 49
Agencia experimentada del Estado, 37 (v. "Cor- Arabla-Kuwait (Zona Neutral), 25
poraci6n Venezolana del Petr6leo") Arabla Baudita. 62, 69. 156, 159, 160
Agencias de coordinación en Estados Unidos, Arabian América, 60
23 Arbitrario sistema de cuotas a las refinerfas,
-de paises exportadores, 24 33
-del Estado, 40 Arbitrarios niveles fijados a las cotizaciones
Agha Jari, 25 publicadas, 22
Agotamlento, 30, 42, 55, 72, 73 Area(8) petrolera(s) :
Agricultura, 92, 94, 95 - Costanera Bolívar (v. "Costanera Bolívar")
Agua, 49. 95 -de Venezuela, inter6s muy variados de las,
Aguerrevere, Enrique J., 48 50, 51
Aire, 49 -probadas, 54. 57
Ajuste(s) de capltal, 18 -recuperadas por la Nación, 53, 54
- de participación, 15-16, 21 Argelia, 62, 69, 156. 159
- de precios, 10 Argentina, 69
-de producción, 28 Arreglo que escamoteaba la justa participa-
Alcohol, 130 ción persa, 60 (v. "Fórmula 50-50")
Alea en la industria petrolera, 15, 42. 43-45 Asignación(es), 39-41, 56
Alemania, 114, 115 Atraso de los países exportadores de petróleo,
Aliciente de los niveles de ganancias en la ex- 12
ploración del petróleo, 42 Atribuciones de la Comisión Coordinadora, 37
-qué da el petróleo al espíritu de riesgo y Aumento de producci~in,13, 28, 29, 67
aventura. 46 -de miembros de la OPEP, 71
Alquitrana inicia el petróleo en Venezuela, 51 -de riqueza petrolera (v. "Cuencas"). 49, 55
Alta representación de la producción de la -de la demanda mundial, 55, 72 (v. "Agota-
Costanera Bolívar en la producción de toda miento", "Tiempo")
Venezuela, 52 -de las reservas, 71. 72
Alzais) constante de precio de la mercancía, -del consumo, 34, 66, 67
9. 35 Auto-control de producción, 12, 13, 24, 28, 38
-ocurridas en los bienes y servicios que tie- (V. "Comisión Coordinadora" y "Defensa")
nen que importar los exportadores de petró- Aves, 95
leo, 12 Ayuda y protección del Qobierno de Efitados
Ambito internacional, 74 (v. "OPEP") Unidos a su industria petrolera, 29, 34, 43
Badawi, Helmi Bahgat, 62 - e n la posizión petrolera de Estado; Unidos,
Baghdad, Primera Conferencia y creación de 30, 42, 43, 68
OPEP, 64, 192-95 - en los precios, 23
Bahrein, 60 - e n Am6rica Latina, 34
Banco Central, 92, 94, 95, 98, 111, 118 -planes de, 86
Bancos, 130 - q u e se busca no puede lograrse facilmente,
Bandar Mashur, 25 58
Barroso 2, 51 Campaña desplegada por los grandes consu-
Basamento, pe-foración hasta el, 56 midores, 12
Base del principio de "No mas concesiones" 53 Campo(s) abierto para investigar. escoger, re-
-para la recaudación de l a participación to- visar y re-cscoge-, 45
tal, 19 - nuevos, 43
-principal de evaluación para cumplir l a pre- -riqueza de los, 15, 43 ( v . "Cuencas sedimen-
visi6n legal de q u e la Participación Total del tarias" y "No mas concesiones")
Estado n o sea inferior a la Utilidad de n i n - Canada, 23, 24, 30. 31, 31, 33, 34, 69. 114, 115,
guna concesionaria, 11 (v. "AFN", "Parti- 116
cipación razonable" Y "Utilidad Neta de l a Cannl de Suez, 10, 12, 28, 61, 62
industria") Canales de suministro, 24
Bases de la política de defensa y conservación Capacidad de administración que reclaman
del petróleo, 2, 80, 81 grandes empresas, 61
-las relaciones de los paises miembros de l a - d e compra de los débiles, 73
OPEP con la indvstria petrolera (su revi- Capital(es! circulante o de trabajo, 11
sión), 73 -extranjero(s), 8, 11, 18. 84, 87, 111, 114, 115
Beneficios, 36, 38, 40, 41, 48 ( V . "Inversiones extranjeras")
-derivados por los miembros de la OPEP, 65 -invertido en Activo Fijo Neto, 11. 17
-netos para el país, 45 - y capacidad real de emplearlos en los pai-
-perseguidos al tomar el riesgo (su posiblc S-s exportadores de petróleo, 50
pago e n especie), 40 (v. "Contratos de ser- Caracas, 61, 77, 105
vicios") Carzotas, 85
Berstein, Peter L., 121, 122 Cariaco, 49. 51 (v. "Cuencas")
Betancourt, 32 Caribe, el. 24, 60, 63
Bienes de consumo, 28 Carnevali, Diputado Alberto, 48
-nacionales, 11 Carrera de producción, 59, 68, 70
- y serv'cios importados, 12, 96, 97 - del petróleo, 51
Bienestar general, 5 -ganada, 91
Bloque Occidental, 35 -perdida, 91, 93
Bloque Soviético, 45 Carreteras. 38
Bodegas falsas, 103 CaÉt -o, 85
Boletin Informativo del Ministerio de Fomen- Catalogación de las cuencas sedimsntarias, 51
to, 59 ( V . "Cuencas" y "Posibilidades petrolíferas")
Bclivar ( a . "Costanera") Catatumbo, Relampago de, 51
Bolsa, 170 Centro exclusivo de producción en el Caribe,
Boscan, 51 24
Brasil, 49 - exportador (Golfo PBrsico), 64
British Petroleum, 60 - productcr del Golfo Pérsico, 64
Bruzual Serra, Claudio, 85 - Rockefeller de Nueva York, 107
Brynes, Asher, 114 CEPAL, 95
Burocracia, 119, 122, 125, 126 Cierre del Canal de Suez, 61 (v. "Crisis" y
Búsqueda del petróleo, 42 (v. "Exploración"~ "Suez")
Cacao, 73, 85 Cigarrillos y lico-es (impuestos), 128, 130
Café. 73, 85 Cincuenta y cincuenta (v. "Fórmula 50-50")
Caida acelerada de la participación de Esta- Circunstancias desfavorables, 5
dos Unidos en la producción mundial de pe- - determinantes. 5
tr6Ie0, 42-43 Cinturón de estrangulación económica, 60
Cairo ( E l ) , 64, 66 Cocacolización, 86
Cambio(s), 5, 119 Codicia, 11, 107, 111
- divisas, nivelación cambiaria, 18, 19, 20, 144, Cod!ciosos expertos (capaces y ) , 45, 50
148 Comercio: de hierro, significación del, 74
- dramgtico (indicaciones de liberación del -de otros productos y materias primas, 73
petróleo), 95-96 - d e petróleo, 23, 31. 34, 61, 65, 66, 67, 71
-exterior, 5, 35, 84, 85, 86, 87, 155, 156 Concesionario(s), 10, 11, 13, 15, 16, 17, 22, 38,
-libertad de, 29 39, 41, 48, 50, 52, 55, 56, 65, 100, 102, 104, 111,
-neto de petróleo. 66, 156 112, 113, 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137
- u o s corrientes del, 11 - de servicios públicos, 11
Comisión CoordinacPora del Comercio y la Concurrencia de otras fuentes de suministro,
Conservación de los Hidrocarburos, 7. 19, 22- 60 (v. "Medio Oriente")
23. 37, 63, 79, 81, 82, 175 Conferencia de OPEP en Djakarta (creado or-
-acción bajista. frenada por la, 23 ganismo para funcionar similarmente a la
- de auto-ccnt~ol,24 CCCGH), 26, 66 (v. "BaghdacY" y "Ginebra")
-ajuste -de los potenciales disponibles- a Ccnferencia Mundial sobre Comercio y Des-
los rígidos límites de la demanda, 23 arrolo, 108
- constante excitación a los concesionarios Congo, 110, 111
para que exploren o devuelvan al Estado Congelación de precios, 9. 31, 59, 64
las enormes extensiones de concesiones Congreso Arsbe del Pet.-óleo, Primer, 62-63,66
ociosas, 55 Congreso Nacional. 9, 47, 48, 83, 99, 100. 102,
- desaceleración de la tasa de aumentos, 12, 103. 104, 105, 106, 117, 124
34. 36, 38, 39 Connor. J. T., 115
- pu:a el mineral de hierro, 27 Cmservación de los derechos directos reales
Egaña-Aguerrevere-Carnevali, 48 del Estado sobre el petróleo en los contra-
Compañia Petrolia del Táchira, 51 tos de servicio, 39-40
- Universal del Canal de Suez, 61. 62 -del petróleo. 1, 2, 6, 7, 20, 22, 23, 26, 27, 36,
Comparación de la inversión real (APN) y la 38, 56, 71, 74, 77
iitilidrd neta de la industria, 17 (v. "Parti- Consideraciones de geopolitica que hacen las
cipación razonable") Grandes Potencias 12
Competencia destructora, 29 Consolidación de cuentas, 22
Complementación (v. "Contratos de Consorcio en I r h , 60
seivicio") Constante aspiración de la humanidad. 66
-excitación a los concesionarios para que
Conipradores, 26, 30 (v. "Consumidores") exploren o devuelvan al Estado las enor-
Comprobación de buenos yacimientos, 50 mes extensiones de concesiones ociosas, 55
Comunidad de intereses, 7, 23, 59, 60. 65 (v. -incremento del consumo mundial, 70, 73
'.OPEP")
- y hábil trabajo para condicionar la mente.
Comunismo, 34, 101
50. 52
Comunistas, 83, 84, 100, 101
Constitución Nacional, 2, 80
Concentración de petróleo en u n limitado Consulta previa, 33
niámero de paises, 73
Consumidores, 9. 12, 23. 24, 28, 64
- d e las reservas del mundo en los 8 miem- Consumo de petróleo, 66, 73
bros de OPEP, 70 - inelástico, 23, 28
Concepto base del principio de "No más con- -mundial, 34, 70
cesiones", 53 Contabilidad, 9, 16, 18, 19, 22
- de capital para evaluar con precisión la re- Contracción de la producción de Venezuela
lación utilidad-inversión, 11, 21 y otros miembros de OPEP (en relación con
-de posibilidad, 49 afianzamiento y elevación de los precios).
-de la tercera dimensi6n. 56, 57 71
-qué es imprescindible conocer (áreas pe- Cantradicción de situaciones con propósitos
troleras), 50 voceados, 34 (v. "Ejtad'os Unidos", "Res-
- real volumétrico de la concesión, 56 tricciones")
Concesión(es). 7, 9, 13, 22, 37. 45, 47, 48, 57, Contraloría General, 112
58, 78, 80, 82, 87, 88, 99. 100, 101, 109, 110. 172 Contrarrestar hábil e interesada propaganda,
-de oro, diamantes. etc., 47 50
-de la dictadura. 53 54 Contrastación, 19, 20, S6
-devueltas, 53, 54 Contraste, 37
-ociosas, 54-56, 57 Contratos, 10, 48
- contratos de servicio (diferencias), 39-41. - de servicio, 36, 37. 40, 44, 48, 56, 58, 109, 111
110 -ventajas de los, 39, 41, 46
-libertad de selección, 50, 53 Contribución a los gastos de mercadeo de las
-principio de "No m4s concesiones" (v. "No compañias. 65 (V. "OPEP")
más concesiones"), 37, 47 -de Estados Unidos a la producción mun-
-tercera dimensión de las, 56 dial en 1950 y en 1964, 68
-ventajas para el contratista, 58 -de OPEP para 1970 (estimación), 70
-neta, 11, 13, 16. 77, 143, 144, 148 Cot!zaclón(es), 22. 25 (v. "Prec~os")
Contribuciones recibidas por el país de s u Creación de la OPEP, 64
principal recurso natural, 12 Crecienteb) costos &e producción de Estados
Control administrativo (funciones de la Unldos, 31
CaCCH en las asignaciones que be hacen -demanda mundial y reservas que habrán
a la CVP), 40-41 de encontrarse para atenderla. 71
-de importaciones en Estados Unidos (v. - dependencia de los grandes consumidores,
"Restricciones"), 29, 31-34. 176-184 61
- de la producción (v. "Auto-control", "Co- -importancia de los paises de ia OPEP. 68.
misión Ooordinadora", "Defensa de los pre- 69
cios". "Defensa y conservación del petróleo" -necesidad de conlbustible liquido. 59
y "Deterioro de los precios") -número de perforaciones hasta el bnsa-
-deseo de controlar de la industria, 55 mento en el Lago de Maracaibo, 56
Conveniencia de aceptar la participación de - participación de los países de la OPEP en
otros que quieran correr el Blea e n drens la producción mundial, 71
de mayores riesgos, 45-46 - significación del comerclo internacional del
Coordinación de producción y demanda. 23 petróleo, 85
(V. "Comisión Coorblnadora") Crecimiento conservador, 70
Coraldn, del Lago. 36 - del comercio internacional de petrCleo des-
Córdova. Prof.. 82. 84. 89, 90. 91. 92, 93, 94, de 1928, 66. 67
95. 96. 99. 101 - dcl orden del 10 por ciento inter-anual has-
Oorea, guerra de. 10 ta 1570 fproducción OPEP), 70
Corporación Venezolana del Petróleo, 7, 36-46, -de la demanda. 72
58, 79, 80. 81. 82, 184-192 -más rkpldo que el de lns posibilidades de
-abiertas las posibilidades de inversión de producción y transporte (después de ter-
los particulares, 48 minada la Segunda Ctuerra Mundial), 9
-actividad de mercadeo, 37 -de la producción mundial, 68, 69
- adquisición de acciones, participaciones o -de la proporción del riesgo en la perfora-
cuotas en empresas que persigan el mtsmo ción de pozos en Estados Unidos, 44
fin. 39 -de las reservas entre 1949 y 1958, 72
- agencia experimentada del Estado, 37 -desigual entre los mlembros de la OPEP, 71
-concesión y contrato de servicio (sus dlfe- -económico. 117, 118, 119, 120, 124, 125, 126,
rencias jurfdicas, económicas y admink- 127, 129, 137
trativas). 39-41 - y gasto público, 121 sgts.
- contratos de exploración, 39 -y sector minero, 131 sgcs.
-de obra, para perforar pozos o levantar - ficticio, 28
instalaciones. 39 -hacia afuera de la economia venezolana.
- de operación de producción, 39 110
-de servicio, 44. 45. 46. 48. 56, 58 - rkpido de los ingresos de los paises expor-
-de m&ximo riesgo, 41 tadores de petróleo. 50
-especiales de pozo seco, 39 Cretkceo (primer descubrimiento en el Lapo),
- desarrollo petrolero de Venezuela fuera de 56
las Breas de las concesiones vigentes, 53 CrLsls, 10, 29, 122 (v. "Canal de Suez")
-primer pozo. 36 Cubagua, sub-cuenca, 51
Correlación de dependencia. 6 Cubo (El).51
-de principios de la politica petrolera. 74 Cúcuta (v. "Terremoto")
Corte de las exportaciones de mineral de hie- Cuenca(s) sedimentarla(s). 49
rro. 27 -de Cariaco. 49. 51
Costa del Lago, 51 -de Maracaibo. 51, 52, 53, 68
Costanera Bolivar y posición petrolera pre- -diferentes posibilidades. 51. 67
dominante de Venezuela, 51. 52. 53, 68 - extensión, 49
Costo(s), 16 Cuentas alegres medinistas, 102-5
-crecientes de la producción de Estados Uni- - de las empresas, 9. 103
dos. 31 - de los concesionarios, 22
- del petr6leo venezolano (mBq. y servicios Cuestión bBsica. 20
extranjeros), 33 - de los precios. 59, 64
-minirnos del petr6leo del Medio Oriente, 59 - e n Djakarta. 26
-y regalias, 26, 65 - principalislma pendlente. 66
Costoso encuentro del petróleo, cada dfa ma- -que tiene mucha significación para la
yor, 50 (v. "Pozoa") OPEP, 67
Cufstiones de seíialada importancia, 50 Desaceleración de la producción, 12, 27, 28. 29,
Cuidadosa inspección. selección y deshecho, 50, 90
53 (v. "No m4s concesiones") Desarrollar el petr6leo por los venezolanos, 37
Cuota(s) de importación, 31, 32, 33 Desarrollo. 2, 70, 80
Curso del control de las empresas en las con- -de nuevas reservas en el Hemisferio, 30
cesiones, 54 - de Venezuela, 28, 34. 37. 77
-divergente de ventajas y ajustes, 16' -de la industria de petróleo, 47, 53, 72
-que sigue el comercio internacional del pe- -de la politica petrolera, 7
tróleo, 66, 67 -del comercio internacional de petróleo en-
Curva de riesgo en el proceso d e desarrollo tre 1938 y 1948. 66
de la industrla petrolera, 44, 45 (v. "Etapas") -futuro petrolero del país, 45
China, 49 Desarticulación de los mercados. 29
Chinas, 38 Descremar a discreción la riqueza petrolera
Daríos. 5, 32, 33. 48 nacional. 45
Debilidad de los paises exportadores. 30, 65 Descubrimiento(s). 72
Decada llamada del desarrollo, 70 -de prolificos yacimientos. 49 (v. "Cuencas")
Declaración del Presidente de Estados Unidos. - e n el Cretáceo (L. de Maracaibo), 58
30 Descuento(s). 64
Declinación de la industria petrolera en Es- -por agotamiento (depleción), 43
tados Unidos, 43, 59 Deseo de la industria de controlar las mayo-
- relación reserva-producción. 72-73 res extensiones que puedan de &reas con
Decreto constitutivo de la CVP, 39, 184 probabilidades petrolíferas, 55 (v. "No m4s
-de diciembre de 1945, 63, 102-106. 163 concesiones")
Defensa, 31 Desigual crecimiento entre los miembros de
-de la participación razonable que corres- la OPEP. 71
ponde a la Nación, 18 (v. "Participación ra- Deslumbrante atracción de la Cuenca de Ma-
zonable") racaibo. 51
-de los derechos colectivos, 65, 71 (v. Despegue, 89, 92, 96, 117
"OPEP") Despilfarrar con despreocupación la riqueza
-de los precios. 9, 12, 22, 23, 26. 71, 73 (v. petrolera. 50
"Licitación de las regalfas" y "OPEP") Despilfarro económico del petróleo (la CCCCH
- del interbs nacional, 46. 103. 116 instrumento para evitarlo), 22,. 23
-defensa y conservación del petróleo. 1, 2, 6. Despreocupación, 50
7, 20. 23. 27. 36, 38, 56, 71, 73, 74, 77. 78, 79, Deterioro de precios. 21. 22, 23. 73
80, 81 Determinante de la elevación en producción
de la Plaza, Salvador, 99 por pozo de Venezuela (Costanera Bolfvar),
Demanda de post-guerra, 9. 59 52
-mundial creciente. 71 Devolución de 4reas por las empresas. 53, 54
Democracia, 10, 11, 13, 17, 118, 123, 127, 128 Diamantes, 47
Departamento de Estado, 31 Dictadura(s). 8, 10. 12. 13. 60, 91, 96, 100, 109,
-del Interior, 32 110, 118, 120. 123, 127
Depencia, 77, 83-101. 110 Diferencial (v. "Precios")
-de u n solo recurso. 5, 77 Diferencias de niveles de utilidad en la in-
-del comercio exterior. 5. 85, 86, 156 dustria petrolera. 15 (v. "Alea")
-del petróleo, 2, 5. 6. 27, 38, 73. 80, 84, 87 -&el negocio petrolero con negocios e indw-
-importado, 12, 30, 61. 66 trias en general, 41
-disminución de la, 89. 90. 91, 93, 96 -entre concesión y contratos de servicio, 39
Depleción o descuento por agotamiento, 43 Y sgu.
Depósitos o yacimientos ocultos, 42 (v. "Alea") -entre las distintss regiones de las grandes
Depreciaciones. 18, 19. 143. 144, 148 cuencas sedimentarias de Venezuela, 67
Derechos colectivos, 65 Diferentes partes de las cuencas y dlstintoa
-de concesión, 56 nive:es de riqueza de los yacimientos. 50
-de exploración y explotación de la CVP no Dificil situación para defenderse -Venezue-
podrtin ser enajenados o ejecutados, 39, 40 la- contra las presiones sobre los precios
-de explotación, 56 (v. "Defensa de los precios". "Estados Uni-
- de soberanía, 63 dos), 31
- del concesionario, S9, 56 Dificultades crecientes de exploración, 68 (v.
-reales del Estado sobre el petróleo que se "Estados Unidas")
llegue a descubrir o a operar en ejecución -de mercado. 13
de contratos celebrados por la CVP, 40 -de la industria de Estados Unidos para re-
emplazar el petróleo que produce, 43 (v. -estatal (v. "CVP"). 37. 40. 41, 79, 80, 81, 82
"Reservas") - nacional, 36, 40, 81
- internacionales. 14 - (libertad de), 29
-mundiales de la industria del petróleo, 14 Energia. 12, 26, 64
-para mantener los precios del producto, 13 Eoceno. 56
-similares a las del petróleo (mineral de Equidad en la repartición de las ganancias. 17
hierro), 73-74 (v. "Participación razonable")
DlnBmica. 8, 80, 81, 122 Equilibrio de posibilidades y ventajas, 47 (v.
Dinámica del petróleo en el progreso de Ve- "Hierr0"j
nezuela, 77 -económico de la concesión. 13, 15
Dinamismo de la CVP, 38 Erosión de los precios, 25, 26
Discriminación (restricciones de Estados Uni- Escuela de Economfa de LoncY-es. 34
Crus), 30, 31, 32 Espera ("juego de la espera"). 58
Discusiones de El Calro, 64 Espíritu de riesgo y aventura, 46
- de los Gobiernos de Venezuela y Estados Estabilidad constitucional en Venezuela, 34
Unidos, 32 (v. "Restricciones") Estabilización, 29
Disfrute de la impotencia ajena (por los in- Estados Unidos. 23. 24. 42. 43. 44, 45, 59, 69,
tereses extranjeroal. 8. 11 108, 112, 115. 120, 121, 122
Dlslocaclones, 30
- abastecimientos externos, 30
Disminución del ingreso, 16
- cambios ocurridos como pais petrolero, 30
Distribución de 1- ingresos de la industria
42, 43, 68
petrolera, 143-49
- comeicio de Venezuela. con, 14
Diversificar las riesgos, 45, 46, 48
-- cuota de :mportación a cada refinería para
Divisas petroleras, 16, 18, 19, 20, 155
ttparcir lcs ganancias del crudo extranjero
División de riesgos, 36
de bajo costo, 31, 32
Djakarta, reunión diciembre 1964, 26. 66
-cuotas, 34
Doble control administrativo, 41
-- de Importación, 29
Doctrina económica de servicio público. 9 - of!ciales, 33
Dominio de los acontecimientos. 5
--por pais de origen, 33
Dos sistemas diferentes: el de concesiones y
- daflo matcrial causado a Venezuela por la
el de asignaciones, 39, 46 ~iscrlminación. 32, 33
Dramaticos cambios, 43. 44, 68 (v. "Estados
-Departamento de Estado, 31
Unidos")
-del Interior, 32
Dramatismo, 70
- discriminación. 30, 31. 32
Dr&stica(s) reducción de ganancias, 15 -extensión del trato justo a todos los pro-
- baja6 en la exportación de mineral de hic- veedores de petróleo de, 32
rro. 27
Dudas respecto a la intervención y gestión -- incumplimiento del ofrecimiento de revisar
del Estado, 38 el trato que da al petroleo venezolano, 34
-sembradas por todas partes, 64 --intervención en la libertad de empresa, 29
Duefio de petróleo y tiempo, 50 (v. "No m8s - memor4ndum presentado al Departamento
concesiones") de Estado, 31. 32
-de la riqueza natural que operan los con- -país mas importante en materia de petró-
cesionarios, 13 (v. "Nación" y "No m&s con- leo, 68
ceslonea") -perforación de pazos en, 43, 44
Economfa, 5, 6 - rebatiiia de las importaciones, 31, 32
- restricciones obligatorias, 30, 32, 33, 176-
-del petróleo. 22, 71
-de Venezuela, 5, 6, 27, 38 124
- de los concesionarios, 22 -- 'Trade. not aid", 34
mafia, Manuel. 48 FstBtico, nada hay. 5
Elsenhower, 32 Estatutos de la CVP, 39, 186
Egipto. 61 Estructura colonial de exportación, 85
Eje Económico, 22 -de la politlca petrolera venezolana, 37
Elaboración de una polftica adecuada, 5 -del Pent4gno de Acción. 7
Electricidad. 94. 95 -del reparto, 11
Elevación de la participación, 9 Etapuís) de declinación, 44
Elevar los precios del producto a niveles jus- - de exitos decrecientes, 42
tos, 71 -de pleno desarrollo. 44, 45
Empresa(s) 9, 14, 15, 17, 48. 53, 59, 84 -de carrera ganada. 91
-de la industria, 64 - perdicPa, 91, 93
-diferente tanto para el petroleo como para Fuentes de suministro (necesidad de los con-
el hierro, 48 sumidores de mantenerlas abiertas), 23, 24
- ( 'quemar etapas" ', 38 Fuerza(s) de la OPEP, 64. 65, 71
Evaluación, 6 - - forkneas, 59
- cle lo logrado), 38 -opresoras de los mercados. 23, 73 (v. "Co-
de posibilidades petroleras, 51 (v "Cuen- misión Coordinadora", "Defensa de los pre-
cas sediinentarias") cios" y "OPEP")
-del futuro del petroleo en Venezuela. 58 Funciones empresariales públicas, 41
- pe.iidica de la situación, 25 Gaceta del Congreso. 99, 103. 106
E~acción(es),13, 32, 33, 85 Gach Saran, 25
-sacada de Venezuela en beneficio de la in- Galbraith, 122
dustria petrolera de Estados Unidos, 32, 33 Gananc!a(s), 20, 42. 50, 135. 138
Exagera& dependencia, 5, 27. 73, 77 ( v "De- -de Activos Fijos Netos petroleros, 13. 21, 33,
pendencia") 105
Exagerado apiovechamiento, 8. 13, 14 - d e Estados Unidos en Venezuela, 33, 34
-potencial de producción, 22, 29 -de refinerlas cControl de Importación), 31,
Exclusioii de participantes extraños, 45 33
E\ito(s) de la empresa estatal. 37 (v "CVP ' ) -de la industria, 9, 13. 15, 17, 19, 22, 52. 59,
- deci ecientes, 42, 45 78, 104, 105. 111. 112, 113, 132, 133, 134, 135.
- e n liberarse de la dependencia del petroleo, 136, 141-49
6 ( V "Libeiación del petróleo") -en divisas petroleras. 16. 18
Exploración. ¿O, 39, 42, 43, 44, 51, 57. 68 Gas. 95
Explotaci6n de la riqueza colectica, 8 Gasto público, 111, 112, 118, 120, 124. 127, 129
- d e los recursos naturales que se agotan, 12 -y crecimiento económico, 121 sgts.
-de nuevas Bieas, 37 - y sector minero, 126. 127, 128 sgts.
-del petróleo, 9, 47. 77 Gastos de mercadeo de las compafiias, eli-
-directa por e1 Estado, 41, 61 minación de contribución a, 65
-hacia los limites con tierras libres, 47-48 Gente experta ea el negocio del petróleo, 45,
- por los venezolanos, 37 50
'.Cientlemen Agreement" de Ei Calro, germen
Exportación de mine-al de hierro, 27
de la OPEP, 64, 66
- d e petióleo y divisas petroleras, 16
Geopolitica de Venezuela y su peso. 12, 58
Expoitadores de petróleo, 7, 12, 23. 26. 29, 31,
Gigantes del petróleo, 51. 53
32, 50, 59, 61, 62, 64. 65, 66, 67. 71, 73, 74
Ginebra, 65
Extensión de las concesiones. 54, 55, 57
Gobierno, 8. 9, 11, 14, 22, 37, 47, 54, 58, 59, 62,
- d e las cuencas sedimentarlas 49, 52, 57
78, 102, 103. 104. 105, 106, 107, 116, 117, 118.
Evtraordlnaria carrera de producción, 68
119, 120. 121, 122, 123, 125, 126, 127, 128, 129,
- riqueza natural, 73 132, 133
- ganancias, 30
G a f o de Venezuela, 49 (v. "Cuencas")
Falcón, cuenca, 49
- Pérsico, 60, 63, 64
Federación de Rabajadores de la Industria G61iiez, 102
Grkfica. 138 Gordon, Walter. 115, 116
Fines politicos egoistas. 48 Gran centro exclusivo de producción en el
Fomento, Ministerio de, 48. 78, 83, 99, 102, 103 Caribe, 24
- Boletín Informativo @el. 59 -- Cuenca Oriental, 48
Foimaclon del petióleo, 49, 53 - exportador de petróleo no &rabe (Irán). 63
- sedimentarla, 50, 53 ciel Caribe, 63
Formaciones Cret&ceo, 56 -- interbs e n buscar y producir petróleo. 67
- Pleistoceno Reciente. 56, 57 -país petrolero, 44, 58
Fórmula 50-50, 9, 16, 17, 60, 105 -producción en el Area Costanera Bolívar,
Foro Petrolero Universitario, 77, 78 79, 80, 81, 68 (v. "Costanera Bollvar y posición petro-
83. 84, 89, 91, 92, 96, 97. 98, 99 lera predominante de Venezuela")
Fracaso(s) 38, 42, 51 -riqueza minera del pafs, 5
F'rancia, 24, 114. 115, 131 -salto adelante. 38
Frecuente comparar de lo que la Nación se - significación del petróleo, 5
ha propuesto obtener con lo que h a ob- - valor e importancia del petróleo, 5
tenido, 5 Grnndes consumidores, 12, 61
Freno a la inversión extranjera, 108, 109 sgts - cuencas sedimentarias, 67
Fuego, 38 - empresas de la industria, 64, 159
Fuente de enelgia, 26 64 -líneas de la política petrolera, 5
emplazar el petróleo que produce, 43 (v. -estatal (v. "CVP"), 37, 40, 41, 79, 80, 81, 82
"Reservas") -nacional, 35, 40, 81
- internacionales, 14 - (libertad de). 29
-mundiales de la industria del petróleo, 14 Energía, 12, 26, 64
-para mantener los precios del producto, 13 Eoceno, 56
-similares a las del petróleo (mineral de Equidad en la repartición de las ganancias. 17
hierro). 73-74 (v. "Participación razonable")
Din4mica. 8, 80, 81. 122 Equilibrio de Posihllidades y ventajas. 47 (v.
Dinámica del petróleo en el progreso de Ve- "Hierro")
nezuela, 77 -económico de la concesión. 13, 15
Dinamismo de la CVP, 38 Erosión de los precios, 25, 26
Discriminación (restricciones de Ehtados Uni- Exuela de Economia de Lond-es, 34
dos), 30. 31. 32 Espera ("juego de la espera"), 58
Discusiones de El Cairo, 64 Espíritu de riesgo y aventura, 46
- de los Gobiernos de Venezuela y Estados Estabilidad constitucional en Venezuela, 34
Unidos, 32 (v. "Restricciones") Estabilización, 29
Disfrute de la impotencia ajena (por los in- Estados Unidas, 23. 24, 42. 43. 44, 45, 59, 69,
tereses extranjeros'. 8, 11 108, 112, 115, 120, 121, 122
Dislocaclones, 30
- nba~te~imient0S externos, 30
Disminución del ingreso. 16 - cambios ocurridos como pais petrolero, 30
Distribución de las ingresos de la industria 41, 43, 68
petrolera. 143-49 - come1cio de Venezuela, con. 24
Diversificar los riesgos, 45, 46, 48
--cuota de :inportación a cada refinería para
Divisas petroleras, 16, 18. 19, 20, 155
ttparcir Ins ganancias del crudo extranjero
División de riesgos. 36
de bajo costo, 31, 32
Djakarta, reunión diciembre 1964. 26, 66
-cuotas, 34
Doble control administrativo, 41
-de importación, 29
Doctrina económica de servicio público, 9
- of!ciales, 33
Dominio de los acontecimientos. 5 ---por pais de origen, 33
Dos sistemas diferentes: el de concesiones y
- - datio matarial causado a Venezuela por la
el de asignaciones, 39, 46 cYiscriminación. 32, 33
Dramáticos cambios. 43, 44, 68 (v "Estados
-Departamento de Estado, 31
Unidos")
- del Interior. 32
Dramatismo, 70
- discrimfnación, 30, 31, 32
Dr&stica(s) ieducción de ganancias, 15 -extensión del trato justo a todos los pro-
-bajas en la exportación de mineral de hie-
veedores de petróleo de, 32
rro. 27
Dudas respecto a la intervención y gestión - incumplimiento del ofrecimiento de revisar
del Estado, 38 el trato que da al petroleo venezolano. 34
-sembradas por todas partes, 64 --intervención en la libertad de empresa, 29
Dueño de petróleo y tiempo, 50 (v. "No más - memorándum presentado nl Departamento
concesiones") de Estado, 31, 32
-de la riqueza natural que operan los con- - pais más importante en materia de petró-
cesionarios, 13 (v. "Nación" y "No más con- leo. 68
cesiones") -perforación de pozos en, 43, 44
Economfa, 5. 6 - rebatiíia de las importaciones, 31, 32
-del petróleo, 22. 71 -reatricclones obligatorfas, 30, 32, 33, 176-
-de Venezuela, 5, 6, 2'7, 38 104
-de los concsionarios, 22 - 'Trade, not nid", 34
Egaña. Manuel, 48 EstBtico, nada hay, 5
Eisenhower, 32 Estatutos de la CVP, 39, 186
Egipto, 61 Estructura colonial de exportación. 85
Eje Económico, 22 -de la polftlca petrolera venezolana, 37
maboración de una política adecuada, 5 -del Pent4gno de Acción. 7
Electricidad. 94, 95 -del reparto, 11
Elevación de la participación, 9 Etapa(s) de declinación. 44
Elevar los precios del producto a niveles jus- - de (txitos decrecientes. 42
tos. 71 -de pleno desarrollo, 44, 45
Empresa(s) 9, 14. 15, 17, 48, 53, 59, 81 - d e carrera ganada, 91
- de la industria, 64 -perdida, 91, 93
-diferente tanto para el petróleo como para Fuentes de suministro (necesidad de los con-
el hierro, 48 suniidores de mantenerlas abiertas), 23. 24
-- ("quemar etapas"', 38 Fuerzats) de ln OPEP, 64. 65, 71
Evaluación, 6 - - foráneas, 59
- cle lo logrado), 38 - opresoras de los mexados, 23, 73 (v. "Co-
--- de posibilidsdes petroleras, 51 (v. "Cuen- mlslón Coordinadora", "Defensa de los pre-
cas sediinentarias") cios" y "OPEP")
-del futuro del petróleo en Venezuela, 58 Funciones empresariales públicas, 41
- peritdica de la situación, 25 Gaceta del Congreso, 99, 103, 106
Exacci&n(es). 13, 32. 33, 85 Gach Saran, 25
-sacada de Venezuela en beneficio de la in- Galbraith, 122
dustria petrolera de Estados Unidos, 32, 33 Ganancia(s), :O, 42, 50. 135, 138
Exagerada dependencia, 5, 27. 73, 77 (v. "De- -de Activos Fijos Netos petroleros, 13. 21, 33,
pendencia") 105
Exagerado aprovechamiento. 8, 13, 14 -@e Estados Unidos en Venezuela, 33, 34
- potencial de producción, 22. 29 - d e refinerias (Control de Importación), 31,
Exclusión de participantes extraños, 45 33
Exito(s) de la empresa estatal, 37 (v. "CVP") -de la industria, 9, 13, 15, 17, 19. 22, 52, 59,
- decrecientes, 42, 45 78. 104, 105. 111, 112. 113, 132, 133. 134, 135.
- en liberarse de ln dependencia del petróleo, 136, 142-49
6 (v. "Liberación del petróleo") -en divisas petroleras. 16, 18
Esploraci6n. LO. 39. 42, 43, 44, 51, 57. 68 Gas, 95
Explotación de la riqueza colectiva. 8 Gasto público, 111, 112, 118. 120, 124, 127, 129
- de los recursos naturales que se agotan, 12 -y crecimiento económico, 121 sgts.
- de nuevas Breas, 37 - y sector minero, 126, 127, 128 sgts.
-del petróleo, 9, 47, 77 Gastos de niercadeo de las compañins. eli-
---directa por el Estado. 41. 61 minación de contribución a, 65
-hacia los limites con tierras libres, 47-48 Gente experta en el negocio del petróleo. 45,
- por los venezolanos, 37 50
'.Gentlemen Agreement" de El Cairo, germen
Exportación de mineral de hlerro, 27
de la OPEP, 64, 66
- d e petróleo y divisas petroleras, 16
Geopolitica de Venezuela y su peso, 12. 58
Exportadores de petróleo, 7, 12, 23, 26. 29, 31,
Gigantes del petróleo, 51, 53
32, 50, 59, 61. 62. 64, 65, 66, 67, 71, 73, 74
Ginebra, 65
Extensión de las concesiones. 54, 55, 57
Gobierno, 8, 9, 11, 14. 22, 37, 47. 54. 58, 59. 62.
- d e las cuencas sedimentarlas 49. 52, 57
78. 102, 103, 104. 105, 106. 107, 116, 117, 118.
Extraordinaria carrera de producción, C8
119, 120, 121, 122, 123, 125. 126, 127, 128, 199,
- riqueza natural, 73
132, 133
- ganancias, 30
Golfo de Venezuela. 49 (v. "Cuencas")
Falcón. cuenca, 49
- Pérsico, 60. 63, 64
Federación d e Trabajadores de la Industria Góniez, 102
Gráfica, 138 Gordon, Walter, 115, 116
Fines polfticos egoístas, 48 Oran centro excluslvo de producción eu el
Fomento. Ministerio de, 48, 78, 83, 99, 102, 103 Carlbe. 24
- Boletin Informativo @el. 59 - Cuenca Oriental, 40
Formación del petrbleo, 49, 53 - exportador de petróleo no árabe ( I r á n ) , 63
- sedimentarla, 50, 53 - tiel Carlbe. 63
Formaciones Crethceo, 56 -1nteres e n buscar y producir petróleo, 67
- Pleistoceno Reciente. 56, 57 - paIs petrolero, 44, 59
Fórmula 50-50, 9, 16, 17, 60, 105 - producción en el Area Costanera Bolívar,
Foro Petrolero Universitario, 77. 78. 79. 80, 81, 68 (v. "Costanera Bolfvar y posición petro-
83. 84. 89. 91. 92, 96, 97, 98. 99 lera predominante de Venezuela")
Fracaso(s) 38, 42, 51 - riqueza minera del pata. 5
Francla. 24, 114, 115, 131 -salto adelante, 38
Frecuente comparar de lo que la Nación se - significación del petróleo, 5
ha propuesto obtener con lo que h a ob- -valor e importancia del petróleo. 5
tenido, 5 Grandes consumidores, 12, 61
Freno a la inversión extranjera, 108, 109 sgts. - cuencas sedimentarlas, 67
Fuego, 38 -empresas de la industria, 64, 159
Fuente de energfa, 26, 64 - lineas de la politlcs petrolera, 5
-mayorías, 73 Importancia de los paises de la OPEP, 68, 69
- necesidades mundiales, 67 -del petróleo, 5, 30. 61, 64, 73
-países consumidores. 64 - y crecimiento rhpido de los ingresos de los
- expoitadores, 62 países exportado:es de petróleo, 50
-petroleros, 73 Imposibilidad de Estados Unidos de seguir
- posibilicbdes de la CVP. 38 en la extraordlnarie carrera de producción,
-de la OPEP. 73 68
- potencias (y sus consideraciones de geo- -de mantener los niveles de deccubrimien-
polftica), 12 (v. "Comisión Coordinadora", to, 72
"Defensa de los precios", "Diferencial". -jurídica de adquirir -mediante contratos
"Participación razonable") con la CVP- los derechos reales que con-
- productores, 49, 68 fiere la concesión. 39-40
-del Medio Oriente, 14, 64 Impotencia ajena (disfrute de ella por los in-
Guerra de precios, 29 tereses extranjeros). 8
-Mundial (Segunda). 9, 43. 59. 66. 86, 117 Improvisación. 7
H&bil e interesada propaganda, 50, 52 Impuesto(s), 14, 16, 18, 44, 64, 65, 103, 105, 106,
HBbiles intereses extranjeros, 8 107, 112, 117, 118, 119. 120, 121, 122, 124, 126,
Hacia el objetivo inalterable, 7 127, 128, 130, 131, 132
Hale, Juez Lord. 104 - aumentos. 125 sgts.
Hallazgo casual, 7 -selectivo, 15. 113, 133 sgts.
Hectáreas ociosas. 55 (v. "Conceiones Incalculables reservas de petróleo del Medio
ociosas") Oriente, 59
-probadas afiadldas. 55, 57 Incidencia en los precios del cargo de rega-
Hechos que conchicen a fijar el principio de lías a Costos, 26, 66
"No mds concesiones", 48 Incremento(s) del consumo mundial, 70. 73
Helicoide. 97 -de la contribución de OPEP hasta 1970 (es-
Hemisferio Occidental, 30, 32. 33, 110 timación). 70
Hidrocarburos, 7, 22, 26, 39, 41. 45 (v. "Ley de -de la participación de Venezuela en las ac-
Hidrocarburos") tividades petroleras (la CVP), 36
Hlerro, mineral de, 27, 48, 73, 109, 111. 127, 131, -de la producción del Medio Oriente en 1948.
133. 135, 136 59
Historia de la industria petmlera en escala -fiscales. 18, 20 (v. "Ingresas del Fisco")
mundial (necesidad de estudiarla), 41 Incumplimiento del ofrecimiento de revlsar
-de sumisión cle los pueblos atrasados fren- el trato que da EE.UU. al petróleo venezo-
te a ia poderosa industria internacional del lano, 33, 34
petróleo. 63 Ina"emnizaci6n por la nacionalización del Ca-
- petrolera. 42-43 nal de Suez, 62 ("Suez")
Holifleld, Sub-Comit6, 112 Independencla del petróleo, 77
Huevos, 95. 125 Indeseable comercio de otros productos y ma-
Humanidad, 66. 72 terias primas, 73
Humboldt (Hotel). 97 India, 49
Huxley. Aldous, 28 Indonesia, 69, 71, 156, 159
Husley, E., 95 Iiielastlcidad del consumo de petróleo, 23, 28
Idea clara de la situación, 53 Inesperada demanda de post-guerra, 9, 59. 117
Igualdad de tratamiento con Canadá y MBxi- Iniluencia del petrbleo en la vida nacional. 6
co, 33 Informe Económico del Banco Central, 95. 111
Imaginación y Trópico, 52 Ingreso(s) del Fisco, 16, 18, 20
Imbalance abastecimiento-demanda, 26, 29, 34. -de la industria. 13, 143-49 (v. "Ganancias
38 de la industria")
Imperiosa necesidad @e los consurnldores de - deseados, 29
petróleo de mantener abiertas las fuentes -Nacional, 89. 90, 93, 94. 97
de suminlst-o, 24 -por unlciad de producción, 10, 12, 16, 104
Importaciones crecientes de Estados Unidos, -totales obtenidos por las concesionarias. 10,
43 11, 12. (v. "Participación Total" y "Contri-
- de petrókeo en EE.UU (restricciones\, 29, 30, bución Neta")
33 - y utilidades, 15
-por EE.UU., de materlaies estrat6gicos del Insaciable codicia, 11
Hemisferio Occidental, 33 Insignificante área probada por la industria
Importador en gran escala. 31 petrolera, 54
-neto de petróleo, 59 Inspección, seleccidn y deshecho, 50, 53
Instituto del Estado, 48 -Y e:4oración de los gigantes internaciona-
-que se quería -la CVP-, 48 ( v . "Corpora- les del petróleo. 50. 53
ción Venezolana del Petróleo") IrBn, 25. 60. 63, 69, 156, 159, 160
Institutos Autónomos similares a la CVP, 40 Iraq, 60, 62, 69, 156, 159, 160
Instrumento de acción empresarial o comer- Irrealidad de los precios de las regalfas en
cial, 41 1958. 14
-de defensa de los precios, 22 (v. "Defens~ liremediahle crecimiento de la demanda. 72
de los precios") "Isla, La" (novela de Aldous Hiixley), 28
-nuevo del Estado, 40, 41 IVP (v. "Petroquimica")
Intemperancia, 28 Janiaica, 110
Intento de Irán, 60 Jamón. 85
Intercambio, 17, 73, 74 Japón. 114. 115
-injusto. 34 Juego de la espera, 58
Interés colectivo, 11, 17, 41, 46, 55 Juego de las apuestas, 42, 88
-de las Breas petroleras de la Cuenca de "Jugo de la tierra", 51
Maracaibo. 51 Jur:sdicción del pafs, 7
-de todos los paises en buscar y producir -nacional, 7
petróleo. 67 Justa ganancia, 105
-del sistema distinto a la concesión, 41 Justicia en el comercio internacional (justo
- general, 48 mato), 30, 32
-nacional. 46. 109, 112, 114 - e n el equilibiio económico de la concesión,
- piiblico en la explotación del petróleo de la 13, 15, 19
Nación, 105 -en la participación, 17, 60
-razonable de los inversionistas no destrui- -en la remuneración del capital, 17
do o disminuido por la falta de u n derecho Khafji. 25
real. 40 Kharg Island, 25
Intereses afectados por la politlca de "No Kuwait. 25, 80, 62, 65, 69, 156, 159, 160
concesiones". 48 Kyoto, 115
-colectivos. 11, 37, 38, 71, 107, 112 Lago de Maracaibo, 36, 53. 56
-comunes de los pafses exportadores de pe- LarrazBbal, 90
tróleo, 60. 65. 71 Le Monde", 115
- de Venezuela, 13 Lentitud exploratoria de la industria. 55 (V.
-de la colectivldad. 38 "Conceslones O ~ I O S ~ S " )
- del Hemisferio Occidental, 32 Ley de Hldrocarburos, 45, 102, 103, 104, 105. 132
- dlrectos de seguridsd. 30 Liberación fiel petróleo, 2, 7, 77, 84, 90. 91, 92,
-extranjeros. 8, 10 93, 94, 95, 98, 98. 99
- foráneos, 6 - económica, 62, 77, 84
-opuestos. 65 Liberar al pals de la exceslva dependencia de
-petroleros de las nacionw babea, 62, 63 un solo recurso no renovable, 6
- t a n importantes como los del petróleo, 64 Libertad de acclón, 27, 45
Interferencla de los impuestos, 44 - de comercio, 29
"International Affaire". 34 - de empresa. 29
Intervención, 22. 29. 38 - de selección. 50. 53
-en la economia de la industria, 22(v. "Par- Lihia, 62, 69. 71. 156, 159
ticipación razonable") Licitación de las regalfas, 10, 22. 31
- e n la libertad de empresa. 29 Licores y cigarrillos (lmpue6tos a ) , 131
Inversión(es) de la empresa estatal, 36 Liga Arabe, (11
-extranjeraís). 17. 18, 19, 33, 34, 37, 48. 83, Limitado niimero de paises (con petrólea), 73
84, 86, 87. 88, 89, 107, 110. 111, 114, 132, 136, Limites a Injusticias manifiestas. 61
137 - previsibles de la economla actual del pe-
-freno a la, 108. 109 sgts. tróleo (desbordados por la creciente deman-
- petrolera en dólarea, 18. 19 da mundial). 71
-promedio en Activos FiJw Netos petroleros. Localización del primer pozo de la C'VP, 36
33 Logros alcanzadas. 28. 77
- real -sujeto de remuneraclón- y utilidad Londres. 24, 25. 34
neta de la industria, 17 (v. "Participación López Contreras, 102
razonable") Lucha general de defensa de los precios. 73
Inversionistas, 19. 36, 40, 42. 45, 48. 59. 83. 136 -por el progreso, 61
Investlgacibn de las cuentas de las empresas -por la defensa de los precios, 73
(comienzo de ella), 9 - por la partlclpaci6n razonable, 8
-por la liberación del petróleo, 6 Minerales, 47
Luongo Cabello, Edmundo, 102, 104 M!notauro. 91
Machado, Gustavo, 83, 99, 100, 101 Mioceno, 56
Maiz, 85 Misión de buena voluntad, 60
Malasia, 110 Moneda extranjera, 18
Malavé Mata, 91, 100 -nacional, 18
Maniobras y presiones, 64 Monoproducciln. 5, 27, 83, 84, 85, 86
Mantequilla, 85, 86 Mossadeq, Mohamed, 60
Manufacturas (tasa de crecimiento), 93 Movilizar con mayor dinamismo la explora-
Maquinarias y servicios extranjeros, 33 cion de las áreas de concesiones vigentes,
Mara, 51 57
Maracaibo, cuenca de, 49, 51, 52. 56 (v Movimiento del m u n d o internacional del pe-
"Cuencas") tróleo hacia la Costanera Bolivar, 53, 54
Mar Caribe, 60 Mundo del petróleo, 63
Materiales estratégicos del Hemisferio Occi- - d e los países d-biles, 61
dental, 33 - internacional del petróleo. 53
Materias primas y prcductos naturales (or- -libre, 30
ganizacioiies para la defensa de), 73 Nación, 6, 16. 18, 30, 47, 48, 53. 77, 78. 105, 106,
MAximo dlnamismo con q u e debe manejarse 109, 118, 128, 137
la CVP. 38
Nacionalidad,, 116
-riesgo, 41
Nacionalización del Canal de Suez, 61, 62
Mayor aumento del consumo de petróleo (re-
- del petróleo e n Irán, 60
clamado por el desarrollo pacifico), 66
Naciones Unidas, 110
- exportador de petróleo, 63
Naturaleza de las cosas, 73
- d e mineral de hierro (Venezuela e n 19601,
- de las formaciones petroliferas, 53
27
Necesidad de Estados Unidos de importar ca-
-proporción de pozos secos e n Estados Uni-
da vez más petróleo, 43
dos, 43. 44
- d e estudiar la historia d e la industria pe-
-valor futuro, 50
trolera e n escala mundial, 41
- volumen del negocio, 12
- d e q u e el Estado tome parte directa y ac-
Mayores costos cada dia para encontrar pe-
tiva e n la economia de l a industria, 22
trbleo, 50 ( Y . "Pozos")
- d e ievisar constantemente la situación del
Mayorias, 73
petroleo, 5, 9, 25
Maza Zavala. 81. 91, 100
- d e visualizar claramente q u e los derechos
Medidas adecuadas, 11
de concesion se extienden e n las tres di-
-aplicadas, 5, 27
mensiones del espacio, 56 (v. "Tercera di-
- d e nuevos ajustes de participación, 15 mensi6nW)
- d e reajuste de la participación q u e corres- - de la CVP, 36
ponde a Venezuela, 15 - d e los consumidores d e petróleo de man-
- limitadas, 28 tener abiertas las fuentes d e suministro, 24
-selectivas o progresivas, 15 -histórica de u n a organización como la
Medina. 103 OPEP, 64, 73
Medio Oriente, 14. 25, 26, 45, 59, 60, 61, 63, 64,
66, 71, 160 Necesidades de crecimiento y reclamo de pe-
Mejia Alarcón, Prof., 84. 99, 100 tróleo, 71
Memorándum presentado al Departamento de - d e energia, 12
Estado, 31, 32 - del pueblo. 13
Memoria del Minlsterlo de Fomento, 48, 78, 83, - mundiales, 67
- d e petroleo y comercio internacional, 66, 67
99, 103
Mena-al Ahmadi. 25 - y atraso de los paises exportadores de pe-
tróleo (aprovechamiento d e ) , 12
Mene Grande, 51
Mercadots) Común Europeo, 24 Negligencia y temor de los usurpadores, 8
- internacionales, 9, 23. 31, 73 Negocio, 12, 50
-petroleros despues de la Segunda Guerra -petrolero, 41, 50
Mundial, 9 (v. "Particlpación razonable" y Nieburg, H. L.. 113
"Regalías") Nivel aceptable de utilidad neta. 9
México, 32, 33, 69. 100, 101 - d e cambio, 18
Miembros de la OPEP, producción d e los, 66, -de rendimientos. 11, 14, 17, 19, 52
67. -razonable de ingresos, 50
Mineral de hierro, 27, 48. 73 Nivelación cambiaria, 127
No m& concesiones, 7. 37, 45, 46, 47, 48, 49. Otros sectores de la vida nacional. 5
53. 54. 55, 57, 78, 80, 82, 87, 88, 99, 100, 101, Osford, 104
109 Pago de las regalías, 9, 13. 65
Nueva York, 107 País activo en el progreso. 52
Nuevas concesiones, 57 -clave para la seguridad del éxito en la de-
-medidas para elevar la participación del fensa de los intereses petroleros de los pue-
país, 15 blos árabes, 63
- reservas venezolanas, 58 -productor (transferencia del descuento a l ) ,
Nuevo concepto de extensión de las concesio- 64 ( v . ''Medio Oriente':)
nes, 57 Paises, 35, 67, 68, 69, 73
-factor de mucha significación en materia -afectados por los cargos de mercadeo, 65
be concesiones, 56 (V. "OPEP")
-nivel de cambio, 18 -atrasados ( y / o en desarrollo), 61, 70, 83, 87,
Nuevos ajustes de participacióu, 15 96, 108, 110, 114, 124
-campos, 43 -avanzados ( y / o adelantados o desarrolla-
- operadores internacionales, 62 dcs), 30. 61, 64, 108, 120, 121, 124, 128, 131
Objetivo de la OPEP, 73 - consumidores. 24 (v. "Consumidores")
Objetivos de bienestar general, 5 - Continentes, 49
-de la CVP, 37 - dábiles, 64
-7ogrados por la OPEP, 65 - e n desarrollo (frente a las fuerzas opreso-
-perseguidos por el principio de "No más ras de los mercados internacionales), 73
concesiones", 53 - exportadores de petróleo, 7, 12, 23, 26, 29, 30,
Oclosas (v. "Concesiones ociosas") 31. 32, 50. 59, 60, 61, 62, 64, 65, 66, 67, 68, 73,
Odell, Dr. Peter R. (v. "Restricciones"), 33, 74, 109 (V. "OPEP")
34 -miembros de la OPEP y revisión de sus re-
Ofertas de ayuda. colaboración y solidaridad, laciones con la industria, 73
34 - monoproductores, 5, 27
- d e los concesionarios, 22 -petroleros, 73
Oficina Gene:al de Cuentas (de Estados Uni- - privilegiados, exportadores miembros de
dos), 112 OPEP, 68
Ofrecimiento de revisar (EE.UU.) el trato que - q u e reclaman petróleo en sus necesidaües
da al petróleo venezolano, 34 de crecimiento, 71
- d e tratamiento justo, 32, 33 - socialistas, 95
"Oil and Gas Journal", 31 Panamá, 110
Oligoceno, 56 Parábola, 72
Oliver Iron, 47 Paréntesis 1949-1957, 48
OPEP. 7, 23, 26, 59, 64-74, 79, 81, 82, 108, 109, - d e la Ley de Hidrocarburos de 1938, 45
156, 157, 158, 159, 160, 192-95 Paris, 85
Operación de producción (contratas de), 39 Parlamento de Kuwait, 65
Operadores internacionales. 62 - iranio, 60
Opinión publica, 9, 47 Participación adaptada a la mayor o menor
Oportunidad para los paises exportadores, 66 suerte del concesionario. 15, 21
Oportunidades decrecientes de Bxito, 45 (v. -creciente del conjunto de los paises de la
"Exitos decrecientes") OPEP en la producción mundial, 71
-para s u desarrollo mundial (de la industria - d e Estados Unidos en la producción m u n -
del petróleo), 72 dial. 42-43, 45
Ordenamiento jurídico de la República, inte- - de inversionistas privados, 48
rés colectivo en la explotación del petróleo - d e los paises exportadores -+róximos in-
y remuneración justa del capital realmznte tegrantes de la OPEP-, 66
invertido (m), 17 (v. "Participación ra- -decreciente de Venezuela en la producción
zonable") mundial, 71
Organización de Paiscs Exportadores de Hie- -persa, 60
rro, 74 -razonable, 8, 22, 27, 36, 41, 47, 59, 63, 78, 80,
-Petróleo (v. "OPEP") 82, 104, 111, 112, 113, 117, 128, 131, 132, 133,
- internacional mas llamada a triunfar, 73 137,
Oriental (Gran Cuenca Oriental), 49 -total, 10, 19, 20, 143-49
Orinoco, 47 - directa, 20
Oro, 47, 50, 52, 53, 85 - e n los beneficios de la explotación del pe-
Otorgamiento de concesiones, 47, 57 tróleo, 36
-por la pasada dictadura, 53, 54 -unitaria, 19. 20
-y las utilidades, 9 Foiiciones d e ventaja, 8
-y utilidad neta (relación), 20 Potencial de producción. 58
Participantes extraños, 45 -mundial. 22, 29
Particulares, 38, 47 - ocioüo, 57 (v "Tercera dimensión")
Pasivo circulante, 11 POZOS, 39
Pentágno Petrolero, 1, 7, 22, 77-82 - pcrfoiados en Estados Unidos, 43, 44
Percepción de ingresos por el Fisco -otra Prec:o(s), 13, 21, 29, 32, 66. 00, 93, 100, 118
modalidad de- con motivo de las activida- -cotizados, 22, 25
des pertoleras, 16 (v. "Divisas petroleras") -defensa de los, por OPEP, 23
Percepciones, 65 (v. "OPEP") -de productos importados, 12
- fiscales, 17 - clc realizaciones, trabajos preventivos de la
PCrdida de la capacidad de compra (de los CCOCH, 19, 25
débiles en los mercados internacionales), 73 --de las materias primas (lucha general de
Pérdidas dc Venezuela por la discriminación, defensa de), 73
32, 33 - dc los productos do lhs paises industriali-
-iniciales sufridas por la industria, 38 zados, 12
- y fracasos en la exploración del petróleo, -del mineral de hierro, 27
42 -del petróleo. 9, 14, 25, 26, 31, 59, 64, 73
Perez Jiménez, 92, 96, 97 - diferencial logrado por Venezuela. 24
PerióQica revisión de la política petrolera. 6, 9 -rebala cancelada por reunión de Bagdad.
Pcriodo 1946-49, 8-10 64
- democrbtico 1058-1964, 20 - recetas, 26
-neto de indefensidn de Venezuela, 10 -reduccioucs que precedieron a OPEP, 64
Perturbacionea o desajustes. 5 PresiOn, 23
Pescados conservados, 85 -- de la amenaza del petróleo del Medio Orien-
Peso del factor posición geopolitica de Vene- te, 59
zuela, 12, 58 - de los descuentos, 64
-de los miembros de la OPEP en la pro- -sobre los preclos, 12 (v. "Suez")
ducción mundial y en el comexio inter- Presiones, 25, 64
nacional de petróleo, 67-68 - del imbalance producción-demanda. 29
Petróleo de Oficina, 24, 25 - del mercado consumidor. 59
-de Tía Juana. 24, 25 -que anlenazaron los precios, 64
-del Medio Oriente, 59, 61 -sobre los descuentos, 64
- en cantidades econ6micamente explotables, -sobre los precios, 31
49 Primas en los precios de las regalías, 10
Petrolia del Tbchira. 51 Principio central de la polftica petrolera, 20
Petroquimica. 80, 81 - de relación internacional. 7
Piacoa, 47 - d e unión de todos los países exportadores
Plan de subsidio al consumidor norteamerica- de petróleo. 59
no de petróleo a costa de los paises expor- Principios b&sicos de la politica de defensa y
tadores, 31, 32, 33, 34 (v. "Discriminación" y conservación, 6, 10, 20, 78, 79. 80, 81
"Restricciones") Privilegiada condición del pais, 49
-del Departamento del Interior, 32 (v. "Plan Privilegiados por la naturaleza, 42
de Control de Importaciones") Probabilidad y posibilidad, 50
Plataformas continentales, 49 Probabilidades limitadas en las áreas no con-
"Platts", 25 troladas por la industria, 53, 58 (v. "Cuida-
Pleistoceno Reciente, 56 dosa inspexión")
Plenitud de desarrollo, 45 (v. "Etapas") - y riesgos del desarrollo futuro petrolero del
Pleno corazón del Lago, 36 pais, 45
Población y gasto público, 125, 126 Produccfon, 66-72
Pobre consuelo, 33 -calda de la participación de Estados Uni-
Politics. 5, 7, 8, 17, 77, 78, 79, 81, 82, 83. 100, dos. 43
137 -nlundial, 22, 43, 68. 70, 156, 157, 158
-de defensa y conservación (v. "Defensa y -por pozo en Venezuela. 52
conservación del petróleo") -y exportación de mineral de hierro, 27
Posibilidad y probabilidad, 50 Producto de primera necesidad, 67
Pasibilidades en cuencas sedimentarias, 51 (v. - irreemplazable, 73
"Areas petroleras") Productores con niveles de alguna iinportan-
-petrolíferas de Venezuela, 49, 53 (v. d a , 68, 69
"Cuencas") - contribuyendo, 67, 68
-de más de 1 por ciento de la produccion Realidad del agotamiento de los recursos no
mundial, 68, 69 renovables, 72
-de menos de 1 por ciento, 68, 69 Renpcrtura del Canal de Suez, 12, 62 ( v .
Productos naturales (organizaciones para la "Suez)
defensa de), 73 Rebaja, 64 (v. "Precios")
Profundo arraigo del principio de "No mLs Rebatifla de coticesiones de la dictadura, 53,
concesiones", 48, 54 54
Programa de desarrollo nacional, 34 -de las importaciones en Estados UnitYos, 31,
Programas de desarrollo y mejoramiento so- 32
cial (compensación para continuarlos), 34 Recaudaciones, 19
Progreso, 5, 38, 50, 52, 62, 95, 98, 105. 117, 118, Recetas (v. "Precios")
120, 121, 122 Reconquista colonialista, 109, 110
Prohibición a la CVP de enajenar derechos de Reconstrucción de post-guerra, 66
exploración y explotación de hidrocarburos, Recorrido de ascenso. 45 (v. "Etapas")
39, 40 Reducción drástica de ganancias, 15
Prolíficos yacimientos, 49, 57 -en los ingresos por unidad, 12
Promedio anual de &rea probada, 55 Reemplazo de reservas que se van agotando,
-de aumento de las reservas, 72 30, 43
- de hecthreas probadas afiadidas. 55 Refinería en unión con intereses argentinos,
-de utilidad, 14, 15 48
Promedios aceptables en relación al AFN. 17 Refinerías, 25, 31, 32, 33
Propaganda, 6. 50, 52 Reforma de 1943, 102-106
Propiedad colectiva, 8 - tributaria. 15, 107-139
-de los yacimlentos, 36 Regalías, 9, 10, 13, 14, 22, 31, 100, 102
-nacional de los yacimientos y derecho del - venta pública internaclonai, 9
concesionario a explotarlos (derecho reaU, Regateo, 58
39 Reglamento de Cambio e Invemones Extran-
Proporción de cuencas sedimentarlas en Ve- jeras (Francia), 115
nezuela y en el mundo, 49. 52 Regiones de inter4s petrolero, 45
-del riesgo en la perforación de pozos en -del Trópico, 52
Estados Unidos, 43-44 - de las grandes cuencas sedlmentarias de
Propósito común de afianzar y elevar los pre- Venezuela, 67 (v. "Areas petroleras")
cios del producto, 71 - exportadoras, 64
-de aprovecharse como compradores de la Regulación de los servicios públicos y remu-
ctebilidad de los países exportadores, 30 neración de la inversión real (AFN), 17 ( v .
Protección de EE.UU. para s u propia indus- "Participación razonable")
tria petrolera, 29 eg. Reimplantación del principio de "No más con-
Proyección de lo que irremediablemente ocu- cesiones". 54
rrir& para 1970, 70, 71 Relación reserva-producción, 67, 72, 73
Prueba de reservas en la Costanera Bolívar, Relhmpago del Catatumbo. 51
53 Remuneración del capital invertido, 17, 18, 105,
- decisiva de las exploraciones, 44 133, 143, 148 (v. "Activo Fijo Neto")
-pr&ctica para las decisiones del Gobierno, Remuneraciones, 11
37 Rendimiento del AFN, 11, 14 (v. "Activo Fi-
Puertas abiertas a los inversionistas for&neos, jo Neto")
45, 46 Rentabilidad, 15
Qatar, 68, 69, 156, 159, 160 Reparos de precios, 19, 20. 113
"Quemar etapas", 38 Repartición de las ganancias, relación utilidad
Queso, 85 neta-AFN, 17 (v. "Participación razonable")
Rdpidas decisiones que evitarán dafios a la Reparto, 11
colectividad, 48 -'de ganancias más razonable, 50
Ras-al-Khafji, 25 Repercusiones en el Medio Oriente del llama-
Rastanura, 25 do "arreglo 50-50", 63
Razonable concurrencia de otras fuentes de República, 5, 18
suministro, 60, (v. "Medio Oriente") República Arabe Unida (RAU), 61. 62, (v.
-relación de reservas nuevas con la prochic- "Cairo")
ción para 1970 (estimación), 72 Reservas, 30, 52, 55, 56, 59, 67, 80
Reacción de la industria frente a la nueva -fiscales de Venezuela, 52. 58
politica petrolera del regimen democrático, -mundiales, 68, 69. 72; para 15 años, 67
13 -del Medio Oriente, 59
-probadas, 52, 56, 67, 70, 72 Sanabria. 90
- d e la Costanera Bolívar, 52 Bnrtén (saltar de la sartén al fuego), 38
- venezolanas, 58 Sector minero y reforma tributarla, 131 sgts.
Responsabilidad de abastecer al mundo, 59 -petrólm, 7, 13. 20, 28, 89, 118, 151-54
- d e cuidar de los intereses colectivos, 11 Sedimentanas ( v . "Cuencas")
- d e hacer be Venezuela u n pais activo e n Segutida Guerra Mundial (situación predo-
el progreso, 52 minante en los mercados. 9 ( v . "Defensa
-del Gobierno de defender la participación de los precias" y "Participación razonable")
r~Z0nable q u e corresponde a la Nación, 18 Selccción y deshecho ( v . "No más concesio-
(V. "Participación razonable") nes")
Restablecimiento del equilibrio de los precios. Selectividad, 15, 113, 133 sgts. ( v . "Alea" e
26 "Impuestos")
Rmtricciones petroieras de Estados Unidos, Serpiente, tentación de la, 28
29, 176-184 Servicio(s) extranjeros, 33, 68, 96
Resultados económicos en la exploración del -publico(s), 9, 17, 38, 112, 113, 134
petróleo, 42 Shell, 51
-finales de dos resoluciones de la OPEP con 3;gnificación del petróleo cn la vida de IR
objetivos precisos, 65 República, 5
-ventajosos de las actividades de la OPEP, Signlficacio de la OPEP para los paises q u e
65 reclaman petróleo en s u s necesidades de
Retracción de las actividades de la industria crecimiento, 71
(reacción de ésta frente a l a nueva politi- Sistema contractual más a j u ~ t a d 0 a la de-
ca petrolera del regimen democrático), 13 fensa del interés nacional, 46 (v. "Contra-
Retribución de l a inversión e n exploraciones tos de se-vicio")
q u e llegue a contratar la CVP, 39 - d e concesiones para el hierro. 47 ( v .
Retrocesos, 6 "Hierro")
Revaloiizacion del AFN. 18. 113 Situación de dependencia, 5, 7 i
Revalunción de IR situación general de las - de excepción, 31 (v. "Canadá", "Discrimi-
concesiones, 56 nación" y "MBxico")
Reventa de divisas petroleras. 16 - d e obros sectores de la vida nacional (ne-
Reversión de las Minas de Piacoa, 47 cesidad de revisarla constantemente, junto
Revisión de la politica petrolera, 6, 9. 25, 48 con la del petróleo), 5
- á e las relaciones de los miembros de la - be1 Medio Orientc, 64
OPEP con la industria petrolera, 73 - del p e t ~ ó l e oen Venezuela y en el mundo,
- d e los contratos de primas en los precios 74
de las regalías en 1949, 10 - (necesidad de revisarla constantemente). 5,
-de la política de inversiones extranjeras, 9, 27
110 sgts., 114 - d e la economia actual del petróleo, 72
-y consolldación de cuentas de los conce- - d e los suministros internacionales, 58
sionarios, 22 -general de las concesiones, 56 ( v . "Tercera
Riesgo(s), 46, 87, 88, 107, 120 dimensión de las concesiones")
--curva de. 44 - económica del pais, 27 ( v . "Acción de la
-de l a inversión, 37-41 CCCCH" y "Participación razonable")
- división de los, 36, 37, 45 -injusta, 33 (v. "Estados Unidos")
- exploratorios, 39, 41. 42, 43, 44 -internacional del mercado de mineral de
-máximo, 41. 88 hierro, 27 (v. "Hierro")
- n o calculados. 38 - muncfial de las reservas, 70
-retribución, 39, 40 - nacional ( y el éxito e n la implantación dc
- y aventura, 46 los cont-atos de servicios), 58
Ripert, G., 105 - e internacional ( y la politica de defensa y
Riqueza colectiva fundamental, 10, 79 conservación del petr6ieo e n Venezuela), 7
-diferente mostrada por los distintos yaci- --predominante en los mercados petroleros
mientos, 50 después de terminada la Segunda Guerra
Riquezas nacionales. 59 Mundial, 9 (v. "Defensa de los precios")
Ritmo de crecimiento ( a q u e seguirá la pro- - real del abastecimiento. 24
ducción de miembros de OPEP), 71 Soberanía (Decreto de diciembre de 1945). 63
Rocas sedimentarias, 53 ( v . "Cuencas sedi- -nacional, 7, 36
mentarlas") -usurpada, 8
Rockefeller, 107 "Statement by t h e President", 30
Salina (La). 25 Subasta be concesiones, 56
Sub-cuenca (v. "Cariaco" y "Tuy") Trato e n comercio con Estados Unidos, 31
Subsidiada por Venezuela industria america- sgts.
n a , 34 Triunfo iiltimc sobre el petróleo, 6
Subsidio y restricciones en Estados Unidos, 31 Trópico e imaginación, 52
sgt. Tuy, sub-cuenca, 51
Sueldos y salarios, 11, 143, 144, 145, 146, 147. Unidad de producción (ingreso por), 12
148, 149 iJnión Sluviética, 12, 69, 156
Suerte, 42 Urgencia d e diversificar (las exportaciones
Suez, 10, 12, 28, 61 y sgt. leros de Venezuela, 45
Suministros disponibles, 23, 24 - d e los ingresos de los paises exportadores
Sumisión de los pueblos atrasados, 63 siones, 47
Superficie de cuencas de Venezuela, 49 Usos corrientes del comercio, 11
- del área Costanera Bolívar, 52 Usui'pado:es y concesionarios. 8
- d e la cuenca d e Maracaibo, 52 Utilidad neta de la industria, 9, 10. 11, 14,
Super-producción, 62 18-21, 21, 41, 106, 132, 133, 143-49
Suráfrica, 110 Utilización completa de los recursos petro-
Táchira, Compafiia Petrolia del, 51 de petró;eo. 50
Tariki, Abduilah, 6 1 l e Venezuela), 73
Tasa de amortización, 19 c?so y abuso en el otorgamiento d e conce-
- d e cambio, 18, 19 Valo: actual y valor futuro frente a capaci-
--de crecimiento de Venezuela, 11, 12, 28, 34, 0-d de empleo de capital, 50
77, 95, 125 -de realización del petróleo del Medio
Oriente, 26
- d e l a producción, 70
-de impuesto, 13, 14 - d e riqueza petro1e.a aumenta con el tiem-
Técnica moderna, 45, 53, 56 po, 55
- raLonabie e intercambio, 26
Temor e inseguridad sufridos por los paises
exportadores, 66 Vara de contraste de la CVP. 37
Tendencia a mejores rendimientos. 15 Variado interés de las áreas petroleras de la
Cuenca de Maracaibo, 51
- a l imbalance, 26
- de producción, 70 sgt. Vehículos (impuestos a ) , 128, 130, 131
-de reducción de la relación reserva-pro- Vendar a1 país, 50
ducción, 67 Veneeo!anos, 6, 11, 13. 22, 29, 36, 37, 38, 48, 50,
51, 55. 58, 79 80, 87, 92, 97, 98, 105, 107, 108,
Tentación d'e la serpiente, 28
114, 118, 136, 138
Tercera dimensión de las concesiones, 56-57
Terquedad cara de la Anglo-Iranian, 60 "Venezuela Democrática". 100
Terremoto d e Cúcuta, 51 Ventajas o beneficios y ajustes obtenidos por
Territorio nacional, 49, 52, 53, 107, 137 Venezuela, 16, 38
Tia J u a n a , 24, 25 Veiitas, 19, 22, 25
Tiempo para el concesionario y el duefio, 50 Veidadeios productores importantes de petró-
Tiempos diferentes, 61 leo, 67
Tierra firme. 49 (v. "Cuencas") Vía de Oro ( L a ) , 52, 53, 103
Tierras libres y concesiones, 48 Vicia nacional, otros sectores &e la (necesi-
Tobin, 122 dad de revisar su situación junto con la
Torres, Gumersindo, 102 del petróleo), 5
Trabajando o haciendo que lo hacen, 53 - n ~ r l n a lde la Nación, 5
Trabajo(s) a mayores profundidades, 56 Vigilancia por el Estado de la participación
-de la concesión, 55 razonab!e, 16
- exploratorios, 50 c Vinculos más permanentes entre los dos gran-
-y CVP, 37 des centros exportadores de petróleo, 61 ( v .
"Trade, n o t aid", 34 ' OPEP")
Tradicional sistema de manejar la riqueza pe- Vinos, 131
trolera de Venezuela, 37 Visita a Venezuela de personajes conectadas
Transferencia d e derechos d e explotación con el petróleo del Medio Oriente, 61
(asignacióii.l, 39 Vuirierabilidad económica, 12, 86, 89
- de los descuentos, 64 Volumen (concepto real volumétrico de la
Transporte (posibilidades después d e la Se- c o n c e s i h ) , 56
g u n d a Guerra Mundial, e n crecimiento me- Volumen d e ingresos de l a industria, 13
nos rtipido q u e la demanda), 9 Voracidad de los países desarrollados, 61
Voto Salvado de Acción DemwrBtica, 102, 104, Wisconsin, Universidad de, 113
105 Yacimientos, 16, 39, 40, 42, 43, 44, 48, 49, 50,
Wheeler, Rayrnond (despeje del Canal de 51, 52, 113, 128, 133
Suez), 62 Yale, 122
White House, Declaración Presidencial Marzo Zambia, 110, 114
10, 1959, 30 Zarandear proc?uctores de petr6le0, 68
"World Petroleum" (comentarias al Decreto Zona Neutral Arabia-Kuwait (precio del pe-
de diciembre 1945). 63, 165-7 iróleo), 25

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