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El amor adulto y la eleccién de pareja El amor y la eleccién de objeto de amor se fundan, en el ser humano adulto, en una necesidad narcisista que le impul- sa, al mismo tiempo, a establecer una relacién de pareja Para referirse a la naturaleza del amor, los griegos disponian de tres acepciones, cada una de las cuales definia una manifes tacion distinta de ese sentimiento: eros, sinonimo de deseo; philos, de amistad, y agapé, de afecto. Para Freud, el amor es el amor a la propia persona proyectada en el otro. El ser humano ama en el otro lo que él mismo es, lo que ha sido en cierto momento de su vida, 0 el ideal al que se propone llegar (ideal de! Yo); a menos que el sujeto, afectado por una regresién, busque en el otro a alguien capaz de reactivar las figuras parentales. En contra posicién a esas motivaciones positivas en la bisqueda del otro, existen otras, negati vas, que impulsan al individuo hacia una busqueda de modelos opuestos a la pro- pia imagen, al ideal del Yo, o a las figuras familiares. Pero, en cualquier caso, es la eleccién del otro lo que permite de alguna manera que el individuo reviva sus fanta- sias y les dé forma en la realidad. Por otra parte, el amor implica conoci- miento y aceptacién de uno mismo, y, por lo tanto, de la propia identidad. Para la =xistencia de este sentimiento e dible la libertad. Asi, no sera valid como tal amor, cuando se ama a alguien a en se esté obligado a amar. Con la obligatoriedad se hace impo: ondicién imp! impres cion manent neaceannrsonsimmita existencia del amor. En Sullivan, encontra mos la afirmacién de que el nifio no es capaz de amar hasta los inicios de la adolescencia, ya que es en esta fase de su desarrollo cuando tomar conciencia de si mismo, al tiempo que se inicia en él un distanciamiento respecto a las figuras familiares, a las que, hasta ese momento, tenia cierta obligatoriedad de querer. Y es mediante el conocimiento de la propia persona, y con el paso de la dependencia ala libertad, que el ser humano inicia una etapa de su vida en la que el amor ya es posible. La libertad, y en consecuencia la libre eleccién, hacen posible ‘el amor como sentimiento incondicional desprovis- to de toda especulacién o chantaje vo. Cuando la libre eleccién se confunde con el sacrificio y el sentimiento del deber no se puede hablar de libre sentimiento del amor. Si hasta aqui hemos hablado de las condiciones bajo las cuales se da el amor, cabe analizar ahora sus componenies: sentimiento de afecto, aceptacién recipro- ca, y atraccién sexual, ninguno de los cuales define por si solo el amor La pareja Una vez definidos los componentes y las condiciones bajo las cuales se produce ar el mold: mor adulto, conviene abo le sentimiento: | en que se vuelca e: Pareja. En su eleccién se definen LA DINAMICA FAMILIAR estructuras-tipo: el amor capiativo, y el amor oblativo. En el amor captativo, el sujeto tiene como objetivo la satisfaccion de sus impul- sos narcisistas, en cuya satisfaccién se basa la eleccién del otro. En este tipo de amor, el sujeto, aunque se mienta a si mismo 0 ignore las razones inconscientes de su eleccién, buscaré en el otro a alguien capaz de formar con él una pareja basada en su egocentrismo. El sujeto tiende aqui a la realizacién de dos objetivos: satisfacer un narcisismo elemental, entroncado di- rectamente con el egoismo, y otro mucho mas elaborado, en que el individuo pedira al otro componente que le ayude a realizar las aptitudes que leva dentro de si, aun « costa del sacrificio, o bien amparandos en un supuesto sentimiento del deber del otro. Este sujeto sélo se ama a si mismo, es incapaz de una cormunicacion real, y funda sus relaciones en el poder. Las pretendi- das afinidades de gustos, ideas, inte etc. no son mas que un encubrimies la verdadera base en la que se apoyal tipo de pareja: la satisfaccién egoist En el amor oblativo, por el contra sujeto se olvida completamente mismo para consagrarse al place bienestar y ala realizacion de su comp roa. El olvido de si mismo y la dedica a la pareja son una actitud, y imperativo moral 0 sociocultural. No que confundir el amor oblativo sacrificio y el sometimiento. Estas dos clases de amor puedes considerados como los dos polos de en torno al cual se iran formando, distintos -2mponentes de uno y otro diferentes tipos de parejas. En la eleccién de la pareja haji momento inicial sin el cual ésta no pi producirse y del que dependeré el fi de la misma, Es el llamado encue E/ wencuentroy constituye el momento Basico de la constitucién de la pareja, tanto s/ ello tiene lugar de repente (aflechazon) 0/0 si se realiza progresivamente ya través del trato continuado. momento en el que se ponen en juego, por ambas partes, una serie de componentes que condicionan su cohesién y su ulterior volucion. Este encuentro puede darse sajo la forma de un estallido fulgurante 0 ascinacién reciproca: el llamado “‘flecha- ©”. Puede darse también en forma pro- fesiva, cuando los dos sujetos viven fentro de un mismo ambito social que les acilita un trato continuado (escuela, traba- D, Universidad, etc.) En este acercamiento progresivo, las rimeras experiencias o tomas de contac. no siempre implican afinidades positi- as evidentes: a la atraccién de uno puede esponder la indiferencia e incluso el odio el otro, valoracion inicial negativa que uede mas adelante revertirse y pasar a =r positiva. Cuando la atraccién es positi- a desde un primer momento, ambos gmponentes pueden verse abocados a a proceso de idealizacién mutua. Esta ealizacion puede ser consciente o in- gnsciente, y, a lo largo de la misma, se an sentando las bases de la relacion. Esto arte popular suele recoger —como en esta émica de Caru-Aru (Pernambuco) los ymentos sublimes de la realizaci6n de la yeja de acuerdo con el contenido ingenuo xaltante que tiene la relacién amorosa. El amor adulto y Ia eleccién de pareja leva consigo una presuncién de afinidad —ilusoria o real— de gustos, caracteres e ideales que se fundamenta en la necesidad de reasegurarse frente al otro, quien, aparentemente, no es un “extrafio”, aun- que tropecemos con él por primera vez Desde este momento, la inhibicion y la agresividad desaparecen, y ambos indivi- duos se sitian en un mismo nivel de comunicacién, expresandose con esponta- neidad. Si todos los atributos responden a lo esperado, el futuro de la pareja esta asegurado. Si no son més que el producto de una ilusion, 0 de una atraccién de tipo sexual, cuando ambas se desvanezcan la relacién habra llegado a su fin, Sin embar- go, en ciertos casos, estas presuncione: iniciales ilusorias no se desvanecen tan répidamente, y lega a constituirse la LA DINAMICA FAMILIAR pareja, Al enfrentarse luego con la reali- dad, a través de la cotidianeidad de la convivencia, el ideal del otro se desvane- ce, y da comienzo el proceso de ruptura, En el encuentro de dos seres es importante considerar la necesidad de que las expectativas narcisistas de cada uno de ellos se vean cumplidas. Y asi, ca- da uno le pedira al otro que satisfaga esas expectativas (sexuales, profesionales, so- ciales, etc.), cuya composicién cuantitativa y cualitativa variar en cada individuo a tenor de la calidad de su amor Visién determinista de la pareja En la satisfaccién de las necesidades mutuas es puesta a prueba la compatibili- dad funcional de la pareja. Ello implica una complementariedad de las actitudes y una armonizacién del nivel de intensidad de la relacién, La complementariedad de las actitudes Presupone una mutua adaptacién de las estructuras del caracter y de las necesida- des de cada uno de los: miembros. Asi, a una esposa posesiva deberia correspon- der hipotéticamente un cényuge inmaduro que aceptase una dependencia de tipo infantil Entre los principales ejes bipolares alrededor de los cuales se articula la complementariedad de las parejas cab citar los de afirmacién / receptividad, do- minacién / dependencia, tendencia a pro- teger / necesidad de ser protegido, y agresividad / necesidad de ser humillado. Esta clasificacion de “parejas-tipo” est 14

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