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http://pidolapalabra1.blogspot.com/2009_10_01_archive.html
Uno de los peores desaciertos que han cometido los cristianos evangélicos en
América Latina recientemente ha sido la incursión en la política con los mal
llamados “partidos políticos cristianos”. Es un error gravísimo con múltiples
aristas, tanto teológicas como sociológicas. Veamos algunas.
Primero vamos con lo teológico. Esa idea de que “Colombia será para Cristo” ni
es bíblica ni va a ocurrir. No olvidemos que hasta hace muy poco Europa era un
continente “cristiano.” La Biblia dice que el evangelio será proclamado en
todas partes, pero en ninguna parte afirma que todo el mundo se va a
convertir en cristiano; todo lo contrario. El evangelio en general es y será
rechazado porque el ser humano prefiere vivir a sus anchas sin pasar por las
angostas de la ética cristiana, la de Jesús.
El primer error teológico es doble: pensar que todos se van a convertir a Cristo
en el país, y que con gobernantes cristianos habrá justicia, paz y felicidad. Eso
no ha ocurrido en ninguna parte y nunca va a ocurrir. Lea el Nuevo Testamento
y verá cuán humanos son los cristianos.
El hecho de que la gente haga tanta leña de estos árboles caídos muestra que
los críticos tienen un sentido de lo correcto y, más aún, una vara ética más alta
para medir a quienes ejercen cargos públicos no como ciudadanos, sino como
cristianos. Por eso la factura tan elevada.
La franca lid es el trabajo honesto y dedicado por el bien público, desde abajo.
A la hora de votar, el elector vota por la historia pública del candidato y su
partido, no por una religión. No confundamos elección de ministros religiosos
con elección de ministros de gobierno.
Tantos parecidos entre los mal llamados políticos cristianos con los políticos
tradicionales sugiere que Pierre Bastian tiene razón: Muchos de los
movimientos “cristianos” de América Latina no son más que una expresión de
la religiosidad popular católica.
©2009Milton Acosta