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Armadillo Barrera
Armadillo Barrera
batalla perdida desde hace ya diez noches, con una bestia que salió
el murito de tapia que separaba los solares – mi ama dice que usted es
saco unos metros de cuerda, una lámpara de aceite y una navaja que
según Nuno Conto era suiza. Por el sudor alcoholizado que expedía
Edmundo, la señora Conto pensó que nada bueno haría Calarca con
Otra vez en el camino de vuelta, María Pia, una beata rezandera muy
aquel armadillo infernal. Muchos tuvieron que ver con Edmundo esa
mañana.
Cuando el sol llegaba hasta lo más alto y el olor de los fogones de leña
sellar cualquier posible entrada con las tablas restantes del catre,
que formaban ángulos perfectos entre sí. Calarca sabía que nada
volvería a ser igual, se sentó sobre la escalita que separaba la casa del
rectángulo árido que era su patio. Todas las mañanas, ella salía con su
yerbatero le dijo que había sido un infarto, o tal vés un mal de ojo,
pero él pensó que finalmente las semillas la habían matado por tanta
dichoso cereal…se quedó tan tieso que apenas podía parpadear, ese
edén, flores y arbustos con todas las frutas se levantaban aquí y allá,
defensa.
menos cuarto, lo único que escuchó fueron unos ruidos fugaces que
la línea en tierra de las bromelias; por más esfuerzo que hacía con los
ojos no lograba ver con nitidez aquel curioso movimiento que poco a
hasta el amanecer.
logró atraerlo hacia dentro con tanta fuerza que sino hubiera sido por
los gritos de juego del hijo de la vecina, el viejo habría tenido medio
cinco primeras noches, salvo que Calarca sabía que al día siguiente no
debía buscar el cuerpo del animal se llevó algunas flores y ramas del
nada podía hacer más que ver su armadura móvil hundirse como en
Por eso al onceavo día todo sería diferente, Calarca sabía que hacer,
tan corpulento como era, tan desafiante como pudo, tan preparado
Que más pudo haber pasado atento lector, sino el seguro correr del
ahora se extendían por todo el solar, una fortaleza vegetal tan espesa
pues los ruidos fugaces nocturnos en los solares traían siempre con el
corazón…y todos los solares en La Barrera aún tienen una corte igual.