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Caminando hacia Jesús 1

José L. Caravias sj.


Catequesis bíblicas para jóvenes
I – Primer Testamento
Caminando hacia Jesús
Presentación
1. Abrahán y Sara se fían de un Dios nuevo que les promete felicidad
2. Isaac: A Dios no le gusta que se haga daño a los hijos
3. Jacob y Esaú: Dios no apoya la rivalidad, sino la unión entre hermanos
4. Moisés: Dios presente entre los oprimidos, pide compromiso con ellos
5. La Pascua, celebración de la fe en Dios liberador
6. Yavé y su pueblo realizan una Alianza: dos primeros compromisos
7. Normas básicas de respeto mutuo: 3º al 10º compromisos
8. Josué: Reparto de tierras según las necesidades de cada familia
9. Dios llama al joven Gedeón para que haga justicia
10. Dios llama al niño Samuel para que corrija a sus mayores
11. David y Natán: Un gobernante reconoce sus errores y pide perdón
12. Dignidad de la pareja humana
13. Las ingratitudes e infidelidades con Dios nos causan muchos males
14. Elías y Ajab: Yavé y Baal tienen proyectos opuestos
15. Primer Isaías: Dios santo, a quien ofende los rezos hipócritas
16. Oseas y Gomer: Dios fiel, que sabe perdonar y sanar
17. Dios llama al joven Jeremías para que sea su profeta
18. Ezequiel: Esperanza para los huesos secos
19. Ezequiel: El Buen Pastor nos dará un corazón de carne
20. Isaías júnior: Dios consolador
21. Salmos de confianza en Dios
22. Jonás: Dios universal que ama a todos
23. Rut: Dignidad de toda mujer
24. Job: Rebeldías sinceras contra Dios
25. La amistad, don de Dios
26. El Dios de los enamorados: Cantar de los Cantares
27. Tobías: amor familiar
28. Trabajo y ociosidad
29. Salud: cultura antigua y moderna
30. Daniel, eterno joven, fiel siempre a Dios
31. Los siete jóvenes mártires y la resurrección
32. La Sabiduría de saber reconocer y rechazar la idolatría
33. Esperanzas mesiánicas
Presentación de la catequesis bíblica
Poco a poco Dios fue manifestando su existencia y su forma de ser. Primero a través
de su creación. Más tarde, a partir de Abrahán, fue formando un pueblo especial, en el que
desarrolló un proceso de revelación progresiva a través del cual lentamente fue
manifestando su forma de ser y sus proyectos sobre la humanidad. Al final se manifestó de
forma más evidente a través de Jesús, Dios hecho hombre, en todo semejante a nosotros.
Dios nunca se impone a la fuerza. Él se da a conocer muy discretamente, según las
necesidades sentidas de los hombres y su capacidad creciente de entenderle y vivirle. Se
ofrece, se insinúa, entra o se retira, según nuestro grado de aceptación de su presencia. Él
sabe respetar nuestros variados niveles de comprensión y asimilación de su realidad.
Nosotros, a través de la fe, aceptamos su existencia, y tocamos, por decirlo así, su
realidad. Pero cuando pensamos esa fe, y formamos nuestras “creencias”, comprendemos
sólo algo de su realidad, pero tenemos que reconocer que la mayoría de su existencia se nos
queda en la oscuridad y aun muchas de nuestras creencias quizás sean falsas. Dios es
siempre mucho mayor y mejor de lo que pensamos.
El pueblo histórico que Dios se fue formando, Israel, recorrió un largo camino de
comprensión y asimilación de la existencia de Dios en sus vidas y en su historia. Y ellos, a
través de un largo proceso, fueron viviendo y escribiendo la experiencia de su Dios, tan
distinto a los otros dioses en los que creían los pueblos vecinos.
A la colección de libros que fueron escribiendo le llamamos Biblia. En ella se manifiesta
la historia de la maravillosa pedagogía de Dios, que fue paulatinamente manifestándose a
ellos, a partir de las necesidades sentidas de la gente y su capacidad de comprensión y
asimilación.
Esa pedagogía de Dios es la que intentamos seguir en estos temas catequéticos. La
ciencia bíblica moderna ha investigado con seriedad la belleza de la revelación progresiva de
Dios a través de la historia y los escritos bíblicos. Nos ha aclarado las circunstancias
históricas de muchos pasajes y el estilo literario del lenguaje usado en ellos. Podemos
saber, con suficiente precisión, en qué orden se fueron escribiendo la mayoría de los textos
bíblicos. Y todo ello contribuye a la mejor comprensión de los mensajes que Dios ha querido
transmitirnos.
Buscamos, pues, una mayor fidelidad a la experiencia bíblica originaria. Ponemos a
disposición de los catequistas de nuestras parroquias los hermosos adelantos bíblicos
actuales. Se escriben muchos libros sobre la Biblia, pero la mayoría de ellos no están al
alcance del pueblo, ni por su precio, ni por su estilo. En estos apuntes, pretendo poner lo
mejor de ellos al alcance de los catequistas, y por consiguiente, de nuestros niños y jóvenes,
y por supuesto, de sus papás.
La tarea no es fácil. Hay algunos pasajes que no se sabe bien cuándo fueron escritos.
Se debate mucho sobre ciertas interpretaciones. Pero podemos afirmar que muchos de los
avances de la ciencia bíblica actual ayudan eficazmente a conocer más claramente y más a
fondo el mensaje que nos quieren transmitir los pasajes bíblicos.
Queremos poner a disposición de los catequistas estas investigaciones bíblicas, pero
en la medida en que puedan ayudarnos en nuestras espiritualidad y nuestra pastoral. Mi
esfuerzo se centra en expresar todo esto en lenguaje sencillo. He pensado mucho la
selección de los temas. Muchos ha habido que dejarlos fuera. Se podrían ver, ciertamente,
otros temas diversos. Pero me he limitado a los que me han parecido más convenientes,
dentro de los estrechos límites de 32 semanas anuales de catequesis.
Un criterio importante de selección han sido las necesidades de los jóvenes de los
barrios marginales. Y siempre que he podido he preferido trozos narrativos. De todas
maneras, queda abierto el espacio para nuevos temas y, por supuesto, para todo tipo de
sugerencias. Lo importante es esforzarnos por respetar y seguir lo más cerca posible el
proceso pedagógico de formación de la Biblia adaptándolo a nuestro tiempo.
José L. Caravias sj.
Parroquia Sagrada Familia, Asunción 2005
jlcaravias@terra.com
Caminando hacia Jesús 1

1 – Abrahán
y Sara se
fían de un
Dios nuevo
que les
promete
felicidad

Texto: Gén 12,1-4; 15,1-6;


17,1-2; 21,1-7
Palabra central: FIARSE DE
DIOS

1. Leer los textos y contarlos.


Leer dos veces las citas seguidas, como un solo texto. Después
seleccionar la frase más importante, mientras entre todos van
recordando la narración. Todo ello adaptado a la edad y
conocimientos de los participantes.
2. Aclaraciones sobre el texto
Estamos en el siglo 18 antes de Cristo. Abrahán y Sara eran pastores
ancianos, sin hijos, y por eso se los miraba como malditos de los dioses. Pero
un nuevo Dios les promete la bendición de tener descendencia y tierra propia
en la que poder vivir prósperamente. Y a pesar de las dificultades y la larga
espera, ellos creen en sus promesas. Este Dios nuevo les promete lo que
necesitan para ser felices: hijos y tierra, o sea, familia y trabajo. Él es capaz
de cumplir estas promesas, por difíciles que parezcan, pero a su modo y a su
tiempo...
Ésta es la primera lección que pide Dios para empezar a caminar en su
búsqueda. Es que si no nos fiamos de Dios, todo lo demás es inútil. No se
puede seguir a alguien de quien uno no se fía.
Para empezar a formarse un pueblo Dios elige a una pareja que no podía
tener hijos. Pero, con su ayuda, lo consiguen. Con ello quiere comenzar el
proceso de su catequesis bíblica subrayando que con su ayuda todo lo bueno
es posible, por difícil que parezca… Esta imagen inicial de Dios prometiendo y
dando felicidad es básica para iniciar todo proceso de catequesis.
Jamás empecemos la catequesis amenazando con el castigo de Dios. Hay
que suscitar la confianza en el Dios de Abrahán, que nos promete lo que
necesitamos para ser felices. Los otros dioses, en cambio, son crueles y
castigadores: piden a los pobres resignación ante la miseria que sufren y
sumisión a los poderosos...
La fe de Abrahán es modelo básico para todos nosotros. Tendremos que
esforzarnos en aclarar qué es lo que realmente esperamos de Dios. En el
fondo es preguntarnos en qué Dios creemos. Tenemos que empezar
rechazando todo tipo de creencias en dioses terroríficos, raros, que sólo
piensan en castigar…
Abrahán es el “padre de los creyentes” en el Dios bíblico.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Conocemos a gente que no se fía de Dios, y por eso tiene miedo de
acercarse a él?
b) ¿También nosotros a veces desconfiamos de Dios? Poner algún ejemplo
nuestro...
c) ¿Qué esperamos nosotros de Dios?
d) ¿Qué promesas nos hace Dios hoy a nosotros? ¿Creemos que se
cumplirán?
e) ¿Por qué dice San Pablo que Abrahán es el padre de nuestra fe? (Ver
Romanos 4,18-22.
f) ¿Cómo podemos hacer crecer nuestra confianza en Dios?
4. Orar sobre la confianza en Dios:
Credo, esperanza, perdón, peticiones, gracias y alabanzas, como por ejemplo:
• Creemos, Señor, que quieres darnos todo lo que necesitamos para
ser felices.
• Sabemos que si nos fiamos de ti nuestra recompensa será grande.
• Esperamos de ti, Dios de Abrahán, la felicidad que nos prometes.
• Perdón, Señor, porque muchas veces no nos fiamos de ti.
• Te rogamos que lleguemos a ser padres y madres bendecidos.
• Gracias por el don de la tierra, que has creado para todos.
• Te bendecimos porque eres nuestro protector.
• Te prometemos educar a nuestros hijos de forma que sean bendición
para todos.
Cada uno podría decir en voz alta su oración según sus
sentimientos.
5. Despedida con un canto de confianza en Dios.
2 – Isaac: A Dios no le gusta que
se haga daño a los hijos

Texto: Gén 22, 1-19


Palabra central: NO DAÑES A TU HIJO

1. Leer el texto y recordarlo después entre


todos.
2. Aclaraciones sobre el texto
Abrahán se fiaba totalmente de su nuevo Dios. Pero a veces lo confundía
con sus antiguos dioses. Una práctica común entre aquella gente era pensar
que sus dioses les pedían sacrificios costosos y crueles, como era, por
ejemplo, sacrificar a sus hijos. Por eso pensó que su Dios le pedía también a
él esta “prueba”. Y este nuevo Dios le dejó hacer los preparativos para
dejarle bien claro al final que a él no le gustaban esas prácticas asesinas.
Pero sí le agradó la disponibilidad de Abrahán para realizar tan gran
sacrificio sin renunciar a la fe en que su Dios cumpliría sus promesas,
depositadas en Isaac. La Carta a los Hebreos lo destaca en 11,17-19.
Todavía hoy mucha gente no se fía de Dios porque teme que le pida
cosas crueles que les van a alejar de su felicidad. Por eso en la catequesis es
necesario insistir en que Dios jamás nos pedirá algo por encima de nuestras
fuerzas o que pueda apartarnos de la felicidad. El Dios bíblico es totalmente
fiable. No tiene nada de dictador caprichoso, que exige a sus devotos cosas
absurdas. Muchas veces confundimos las exigencias de los dioses paganos con
los maravillosos proyectos del Dios de Abrahán, en el que son benditas todas
las naciones.
Es triste cuando algunos padres causan daños a sus hijos creyendo que
así agradan a Dios. Reprimen las cualidades de sus hijos, en lugar de
ayudarles a desarrollarlas, con lo cual sacrifican el futuro de sus vidas. La
gloria del Dios de Abrahán nunca está en sacrificar algo de la vida del hijo,
sino en que viva a plenitud y su vida sea bendición para muchos. Dios quiere la
realización plena de todas las lindas cualidades que él mismo ha dado a sus
hijos, de forma que de adultos mucha gente se alegre al sentir su cariño y sus
servicios…
Hay papás que hacen sufrir dolores de muerte a sus hijos, retándolos
sin razón, acomplejándolos, castigándolos con violencia, o dándoles muy malos
ejemplos, como la borrachera o el mal trato entre esposos. Nada de eso
agrada a Dios. Él no es violento, ni antipático, ni represivo, como algunos
padres... La forma de comportarse los padres con los hijos pequeños influirá
poderosamente en la forman en que luego ellos puedan creer en Dios.
Nuestro Dios de ninguna manera quiere, pues, que se haga daño a los
hijos, sino que se les ayude a crecer siempre, en edad, en sabiduría y en
gracia.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Conozco a gente que no se acerca a Dios porque piensa que le
va a pedir cosas raras y aun violentas? Contar algunos casos concretos.
b) ¿Conozco a padres que hacen daño a sus hijos? ¿Qué pienso
que agrada más a Dios en el trato de los padres con los hijos?
c) ¿Cómo me gustaría que me tratara mi padre?
d) ¿Qué nos enseña este texto sobre la manera de ser y
comportarse Dios?
e) Compromisos concretos que sacamos de este tema, como
hijos o como padres y madres.
4. Orar el mensaje: Credo, perdón, peticiones o acción de gracias:
• Creemos que Dios no quiere que se haga daño nunca a los hijos.
• Creemos que los padres están en lugar de Dios para ayudar a los
hijos a crecer en sus cualidades.
• Perdón, Papá Dios, porque muchas veces no creemos en los planes de
felicidad que tienes para con nosotros.
• Perdón por el mal trato que algunos padres dan a sus hijos.
• Te rogamos que ayudes a nuestros padres para que nos comprendan
y nos ayuden.
• Te rogamos que nos sepamos preparar bien para que nosotros
lleguemos a ser buenos padres y buenas madres.
• Gracias por las ayudas que nos dan nuestros padres.
Siempre se ha de terminar la catequesis con estas oraciones u otras
parecidas, repetidas a coro por todos.

6. Despedida con un canto sobre la familia


Nota: Si los catequistas quieren profundizar en los mensajes de estas dos
semanas, pueden estudiar el folleto de Carlos Mesters llamado
Abrahán y Sara.
3 – Jacob y Esaú:
Dios no apoya la
rivalidad, sino la unión
entre hermanos

Texto: Gén 32,4-13. 23-32


Palabra central: HERMANOS
UNIDOS

1. Leer el texto y contarlo hasta entenderlo bien.


2. Aclaraciones sobre el texto
Jacob se había portado mal con su hermano Esaú, pues le había
engañado para robarle sus derechos. Lo mismo hizo con su padre. Tuvo que
irse lejos. Y después de mucho, al volver, tiene miedo de la venganza de su
hermano. Por eso le pide al Dios de sus padres que le dé fuerzas para poder
vencer a su hermano, al que reconocía más fuerte que él.
Manda a su familia por delante y antes de entrar en su tierra se queda
luchando con Dios durante una noche para que le fortalezca. Quiere conocer
el nombre de Dios para poder convencerlo. Pero Dios le golpea de forma que
lo deja rengo, o sea, físicamente más débil que antes, pero con una fuerza
interior nueva con la que pueda reconciliarse con su hermano. Por eso le pone
un nombre nuevo: Israel, que significa “fuerza de Dios”.
Le debilita en las fuerzas físicas, que él quería emplear contra su
hermano, pero le fortalece en unas fuerzas nuevas que capacitan para el
perdón y la unión de hermanos. El Dios de sus padres, siendo fiel a sus
promesas, no estaba dispuesto a que Jacob estropeara con violencias sus
planes de bendición familiar...
A aquel lugar en el que Dios cambió sus planes, Jacob lo llamó “cara de
Dios”, porque en él había entendido mejor los proyectos del Dios de sus
padres. Su hermano dejará de ser un peligro, pero no derrotándolo con
violencia, sino abrazándolo. Su ingle herida le ayudó a recorrer los caminos de
Dios. Ahora se vuelve humilde y por ello recompensa con creces las faltas
cometidas contra su hermano. Así acaban uniéndose aquellas dos familias de
hermanos tan largamente enemistados.
Muchas veces Dios tiene que golpear nuestra loca insistencia en el
orgullo y la violencia, para que nos decidamos a marchar por sus caminos de
reconciliación fraterna.
Aquel nuevo Dios se muestra digno de confianza, ya que busca siempre la
felicidad de la familia, no le gusta que se haga daño a los hijos y sólo ayuda a
la reconciliación familiar, sin colaborar jamás con los chismes y las discordias
familiares.
Nuestras catequesis debe que comenzar también insistiendo en la
confianza en Dios dentro del ambiente de la felicidad familiar. Dios vive en el
corazón de cada familia: se alegra con todo lo que sea unidad familiar y se
entristece con todo lo que lleve a la desunión.
3. Dialogar sobre el texto
El o la catequista deben seleccionar de antemano las preguntas que cree se
adaptan mejor a sus jóvenes, y quizás también confeccionar algunas nuevas.

a) ¿También nosotros a veces pedimos a Dios que nos ayude para


triunfar con violencia en contra de un hermano? ¿Tenemos miedos y
prejuicios contra algunos de ellos? ¿Queremos discutir y pelear, en vez
de buscar reconciliarnos?
b) ¿Buscamos triunfar a base de engaños y violencias? ¿Cuántas
veces hemos fracasado por culpa de ello?
c) ¿Qué nos enseña este texto sobre la manera de ser y
comportarse Dios?
d) ¿Por qué a Dios no le gusta la lucha entre hermanos, sino el
perdón y la amistad?
e) ¿Tenemos experiencias de reconciliación familiar cuando
buscamos ayuda en Dios?
f) Proponer acercarnos y dialogar con algún familiar con el que
estamos enemistados.
4. Orar el mensaje: Actos de fe en la ayuda de Dios para reconciliarnos,
perdón y gracias:
• Creemos que a Dios no le gusta la pelea entre hermanos.
• Creemos que a Dios le gusta vernos unidos.
• Perdón, Papá Dios, porque con frecuencia usamos el desprecio y la
violencia en contra de nuestros hermanos.
• Te rogamos que nos enseñes a reconciliarnos con humildad y respeto.
• Gracias por las ayudas que nos damos como hermanos.
5. Despedida abrazándonos todos como hermanos.
4 – Moisés: Dios presente
entre los oprimidos, pide
compromiso con ellos

Texto: Ex 3,1-17; 4,1.10-14


Palabra central:
DIOS ENTRE POBRES
1. Leer el texto y resumirlo.
2. Aclaraciones sobre el texto
El trasfondo de este nuevo paso en
el conocimiento de Dios es una dura
realidad de esclavitud y opresión en
Egipto (Ex 1,13-16), peor aun que la que
sufrimos hoy muchos pueblos. Entonces les reventaban de trabajo de forma
que no tuvieran tiempo ni de pensar. No gozaban ni del derecho a tener hijos
varones.
En la religión egipcia la gente pensaba que los dioses ayudaban con sus
favores sólo a los poderosos. La esclavitud era vista como maldición de los
dioses. El Dios de Abrahán, en cambio, que había pedido que se fiaran de él y
se comportaran como hermanos, dice que él, a diferencia de los otros dioses,
ve la humillación del pueblo, escucha sus gritos, conoce sus sufrimientos y
baja para liberarlos.
Pero esa liberación no la realiza directamente, venida de lo alto en
forma milagrosa, sino a través de personas concretas: “Ve, Yo te envío”. Y a
pesar de las muchas resistencias que pone Moisés, Dios insiste en
comprometerlo a favor de sus hermanos oprimidos.
Algo así nos pide también Dios a nosotros. Y, como Moisés, solemos
poner como pretexto que no somos nadie, que no estamos instruidos, que no
nos van a creer, que no sabemos expresarnos bien, por lo que rogamos que
envíe a otros, pero el Dios de Moisés insiste en que no tengamos miedo, pues
él estará siempre al lado nuestro para ayudarnos.
Este Dios se llama a sí mismo Yavé, o sea, “Yo soy el que estoy activo en
medio de ustedes, los marginados y explotados...” Su presencia es
completamente distinta a la de los otros dioses... Los dioses de Egipto viven
en los palacios, legitimándolos; Yavé vive entre los marginados, ayudándoles a
salir de sus esclavitudes.
3. Dialogo sobre el texto
a) ¿En qué se parecen los problemas de aquellos esclavos a los
problemas que tenemos nosotros hoy? Enumerarlos, si podemos...
b) ¿Conocemos a gente que busca a Dios sólo en medio de los
ricos? ¿Qué pensamos de ellos? ¿Dónde realmente pensamos que actúa
Dios?
c) ¿En qué se parecen las resistencias de Moisés a nuestras
propias resistencias para escuchar el llamado de Dios para
comprometernos a favor de nuestros hermanos?
d) ¿Por qué el Dios bíblico insiste tanto en el compromiso a
favor de los marginados y explotados?
e) ¿Sentimos el sufrimiento de la gente como un llamado de
Dios? ¿Qué estamos haciendo para ayudar a que nuestra gente se libere
de sus esclavitudes?
4. Orar el mensaje: Credo, perdón, peticiones, gracias, alabanzas:
• Creemos, Señor, que tú ves la humillación del pueblo,
escuchas sus gritos,
conoces sus sufrimientos y
bajas para liberarnos.
• Creemos que te duele de forma especial el sufrimiento de todos los
oprimidos de la tierra.
• Creemos que estás presente en todo lo que lleve a una auténtica
liberación.
• Ayúdanos a superar nuestros miedos para poder aceptar tu
llamamiento.
• Ayúdanos a prepararnos bien para poder comprometernos a favor de
los más explotados.
• Gracias por las organizaciones populares que nos ayudan a defender
nuestros derechos.
Seguir improvisando algunas oraciones más…
5. Despedida y canto: Oye, Padre, el grito de tu pueblo.

Si los catequistas quieren profundizar en el tema, pueden leer con provecho


el folleto de Carlos Mesters titulado “Un Proyecto de Dios”.
5 – La Pascua,
celebración de la fe
en Dios liberador

Texto: Ex 5,1-9; 6,1; 12,5-


14
Palabra central:
FE EN LA LIBERACIÓN
1. Leer el texto y contarlo.
El ideal es que cada joven
tenga su Biblia y siga en ella
las lecturas.

2. Aclaraciones sobre el texto


Faraón no reconoce al Dios liberador de los esclavos. Por eso, en vez de
dejarlos marchar, les oprime más duramente: “Que se aumente el trabajo de
estos hombres y así no prestarán atención a tonterías”.
Para pasar de la esclavitud a la libertad se necesita realizar un largo
proceso de esfuerzos y sufrimientos, que con frecuencia desaniman a la
gente. No deben extrañarnos las dificultades que acarrea todo proceso de
liberación. Vienen dificultades de fuera, y también de nosotros mismos.
En los capítulos 7 al 11, el Éxodo narra una serie de prodigios, “plagas”,
que son composiciones literarias, que no hay que tomar al pie de la letra. En
lenguaje simbólico, se trata de una serie de hechos nunca antes vistos, que
pretenden conseguir que el faraón acepte el nuevo proyecto del Dios de
Moisés, que demuestra ser más fuerte que los dioses del faraón.
Y al mismo tiempo estos sucesos nuevos van preparando al pueblo para
que se anime a ponerse en marcha. Es normal que las autoridades opresoras
se opongan a todo proceso de liberación. Aquellos esclavos, apoyados en el
Dios de sus padres, superan sus miedos y sus complejos, se organizan y luchan
de forma que consiguen salir libres. Eso es algo nunca visto hasta entonces:
los “mosquitos” y las “ranas” puedan vencer a los poderosos...
Muchos hoy día no se esfuerzan por salir de sus miserias porque piensan
que jamás lo lograrán. Tenemos que superar nuestros complejos de
inferioridad e inutilidad. Y ello sólo se consigue a través de pequeños y
progresivos éxitos comunitarios, antes nunca vistos.
La Cena Pascual, realizada de pie, con vestimentas de viaje, en un
esperanzador ambiente familiar, simboliza la actitud decidida de aquel pueblo
para salir de su esclavitud. Al vencer sus miedos y complejos, celebran su fe
en que Dios los acompaña en estos esfuerzos de superación.
Esta lucha, más o menos violenta, acaba con el paso del mar Rojo,
símbolo de la salida de las fronteras de la esclavitud. Todavía les falta
superar sus costumbres de esclavos, pero ya están en camino hacia la
construcción de una nueva sociedad de leche y miel para todos.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿En alguna medida somos nosotros esclavos? ¿De qué y de
quién? Poner ejemplos concretos.
b) ¿Tenemos también nosotros miedos y complejos que nos
impiden ponernos en marcha hacia algo mejor? ¿Cuáles son los “pasos”
que debemos dar para poder superarnos?
c) ¿Qué nos enseña este texto sobre la manera de ser y
comportarse Dios? ¿A qué nos comprometemos con él?
d) ¿Qué luz nos da este texto para entender mejor la Eucaristía
de Jesús?
e) ¿Podemos celebrar nosotros una Pascua joven? ¿Cómo? ¿Qué
sería lo más importante?
4. Orar el mensaje:
• Creemos que nuestro Dios quiere que no seamos esclavos de nada ni
de nadie.
• Creemos que Dios, que vive entre los pobres, pide nuestro
compromiso a favor de ellos.
• Te rogamos, Señor, que aumentes nuestra fe en tu presencia
solidaria en medio de nosotros.
• Perdón por nuestros complejos, que nos hacen pensar que no
servimos para nada.
• Gracias por los éxitos conseguidos y por los que vamos a conseguir.
• Bendito seas porque tú siempre estás dispuesto a ayudarnos.
5. Despedida con un canto de esperanza.
6 – Yavé y su
pueblo
realizan una
Alianza:
dos primeros
compromisos

Texto: Ex 20,1-7; 24,6-8


Palabra central:
SÓLO DIOS
1. Leer el texto y resumirlo entre todos.
2. Aclaraciones sobre el texto
Se trata de algo así como una celebración matrimonial entre desiguales.
Yavé no oculta su grandeza; ni el pueblo acierta a esconder su miseria. Pero, a
pesar de su poder y majestad, Yavé se había acercado y había ayudado a
aquel pueblo a salir de la esclavitud. Ahora, en libertad, celebran los dos unos
compromisos mutuos, firmados con sangre, derramada sobre Dios
representado por la tierra, y sobre el pueblo allá presente.
Esta Alianza de fidelidad tiene diez compromisos. Los dos primeros se
refieren a la relación entre el pueblo y su Dios. Y los otros ocho, a la relación
que, debido a su fe, deben tener entre sí los miembros de este pueblo.
La primera condición que le pone Yavé a este pueblo, fundado por él, es
que no siga a dioses ajenos, pues todos ellos tienen proyectos distintos a los
suyos. No les aclara aun que él es el único Dios: sólo les pide que no se
postren ante los otros dioses, pues ello supone aceptar una jerarquía de
valores y unos comportamientos sociales totalmente distintos a los que él
propone. Los que creen en Yavé han de vivir de forma muy distinta a como lo
hacen los que creen en los dioses del poder y de las riquezas...
Yavé es un Dios al que no se le puede manipular, y por eso exige que
nadie intente hacerse una imagen suya para adorarla, pues ello equivaldría a
considerarlo vulgar y comprable. Dios es infinito, y toda imagen que queramos
venerar se queda en algo ridículo, lejos de su realidad. Querer dibujar o
esculpir a Dios es como querer manejarlo, haciéndolo a nuestra medida,
pretendiendo adaptarlo a nuestra pequeñez, nuestras vulgaridades y quizás
nuestras suciedades. Sólo Jesús, Dios encarnado, será la imagen válida de
Dios mismo. Y sólo Jesús será el camino para poder llegar hasta Dios...
En aquella Alianza Yavé prohíbe también que se use su nombre en cosas
sucias. No le gusta que se le mezcle en cosas indignas de él. Su única honra es
la felicidad de su pueblo, y sabe que abandonarlo a él supone meterse en
duras realidades de opresión y frustración.
Aquel pueblo entiende que este nuevo Dios le ofrece una nueva felicidad,
nunca conocida antes, y por eso jura seguir los caminos indicados para
alcanzarla. Y Yavé les promete mantenerse fiel a su compromiso, siempre que
ellos guarden la Alianza contraída.
Nosotros tenemos que aprender ante todo a examinarnos del
cumplimiento del primer compromiso de la Alianza: no poner nuestra
confianza en otros dioses, sino sólo en Yavé...
Más tarde, una vez conocido este Dios nuevo como el único existente, el
primer compromiso tomará una fórmula más profunda: “Amarás a Yavé, tu
Dios, con todo tu corazón, con todo tu ser y todas tus fuerzas...” (Deut 6,4).
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Con qué título se presenta Dios a su pueblo? ¿Por qué? (Ex
20,2).
b) ¿Por qué Dios prohíbe adorar a otros dioses? ¿Qué
consecuencias tiene el adorar a otros dioses? Intentar poner ejemplos
para entenderlo mejor.
c) ¿Por qué no quiere Dios que adoremos a imágenes suyas? ¿Qué
es lo que está mal?
d) ¿Qué quiere decir usar el nombre de Dios en vano?
e) Compromisos concretos que sacamos de este tema, a escala
personal y familiar.
4. Orar el mensaje:
• Creemos, Señor, que las normas que nos das son sólo pensando en
nuestra felicidad.
• Creemos que tú eres el único Dios capaz de hacernos de veras
felices.
• Tú eres Dios de vida; los demás son dioses de muerte.
• Enséñanos a reconocer y rechazar todas tus imágenes falsas.
• Perdón porque tantas veces seguimos y adoramos a los dioses de la
mentira, del odio y de la esclavitud.
• Bendito seas porque nos haces libres para amar.
5. Despedida. ¿Sabemos algún canto sobre el primer mandamiento?
7 – Normas básicas de unión
y respeto: 3º al 10º
compromisos

Texto: Ex 20,8-17
Palabra central:
RESPETO FRATERNO
1. Leer el texto hasta poder resumirlo.
2. Aclaraciones sobre el texto
Si Yavé era aceptado como el único Dios
de aquel pueblo, entonces la relación entre todos los que se comprometían con
él tenía que ser de un gran respeto mutuo.
Los compromisos contraídos con Yavé son las condiciones para no volver
a caer en la esclavitud, y así poder vivir como hermanos. Una vez aclarado que
sólo deben adorar al Dios liberador, y no a los otros dioses, opresores de los
pobres, los “mandamientos” 3º a 10º (Ex 20,8-17) insisten en los puntos
básicos de relacionamiento mutuo: trabajo durante seis días y descanso
semanal cultivando el espíritu (3º), respeto a los padres (4º), respeto a la
vida humana (5º), fidelidad entre esposos (6º); respeto a la pequeña
propiedad ajena (7º) y a la verdad en los juicios (8º)... Y este respeto debía
llegar hasta el nivel de los pensamientos: por eso ordena no codiciar nada
ajeno (9º y 10º).
Hay que insistir en que estas normas básicas suponían un pueblo
igualitario, en el que no existían ni grandes propietarios ni nadie en la miseria.
Poco a poco se fue escribiendo después el Código de la Alianza (Ex 21 al
23), que aterriza los Mandamientos en la realidad social que vivían. Podemos
ver una selección de ellos en Ex 21,1-3.15-27; 22,1-6.21-27; 23,1-13. Se trata
de aplicaciones de principios generales a su realidad concreta campesina.
Aunque algunas de estas normas bíblicas nos parezcan duras, de hecho
suavizaban la realidad existente entonces.
Un caso especial es la “Ley del Talión” (21,23-25), en la que se iguala el
castigo infligido al causante de un daño, fuera del rango social que fuera. Los
otros dioses favorecían el perdón a los poderosos y el castigo cruel a los
pobres. Pero ante Yavé todos eran medidos por la misma regla: a todos se
castigaba por igual. Con la Ley del Talión se dio un gran paso en la
dignificación de toda persona humana, como fundamento para que Jesús
siglos más tarde pudiera dar su Mandamiento Nuevo del Amor. Pero no se
puede hablar de amor de hermanos si no se considera a todos con la misma
dignidad…
Nosotros debemos realizar también un esfuerzo para poder concretar
las grandes líneas de la Alianza en nuestros actuales problemas de
relacionamiento mutuo. En la vida concreta se debe notar quiénes creemos de
veras en Dios. Lo primero es cumplir las bases de la Alianza del Sinaí.
Después de cumplir los Mandamientos del Dios de Moisés, hay que cumplir el
Mandamiento del Amor de Jesús, que es aun mucho más exigente. Pero éste
se construye sobre aquél... No es posible el amor de hermanos si primero no
hay respeto y justicia entre todos.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Qué nos enseñan estas normas fraternas sobre cómo debemos de
comportarnos los que tenemos fe en el Dios de la Biblia?
b) ¿Qué enseñan sobre nuestra dignidad humana? ¿A qué nos
llaman?
c) Si hay tiempo, leer la selección del Código de la Alianza indicada más
arriba, y elegir lo que creamos más importante.
d) ¿Por qué el que cree en Dios debe respetar tan en serio a su prójimo?
e) Cada grupo de Catequesis, a su nivel, podría escribir su Código
de Alianza con Dios, lo más concreto posible. Ojalá se pueda realizar lo
mismo con la propia familia...
4. Orar el mensaje:
• Sabemos, Señor, que no somos felices porque no vivimos según tus
proyectos.
• Tenemos Fe en la Alianza celebrada entre Dios y el pueblo que cree
en él.
• Creemos que la fe en Dios nos lleva a respetarnos entre todos.
• Perdón, Señor, por tantas veces como somos infieles a tu Alianza
abusando los unos de los otros.
• Te suplicamos que nos fortalezcas para poder vivir según tus lindos
proyectos.
• Ayúdanos a entender cómo vivir hoy tus Mandamientos.
5. Despedida con algún canto sobre los Mandamientos.
Nota: Para profundizar los mensajes de estas dos semanas, los catequistas
pueden estudiar el folleto de Carlos Mesters “La Ley de Dios
herramienta de la comunidad”.
8 – Josué: Reparto de
tierras según las
necesidades de cada
familia

Texto: Núm 33,53-54;


Jos 18,1-4
Palabra central:
TIERRA PARA CADA FAMILIA

1. Leer el texto y resumirlo.


2. Aclaraciones sobre el texto
El joven Josué se formó a los pies de Moisés. Éste, antes de morir, le
encomendó realizar con valentía y firmeza el proyecto fraterno de Yavé
(Deut 31,7-8.23). Y Dios así se lo confirmó: “Sé valiente y ten ánimo, porque
tú entregarás a este pueblo la tierra que juré dar a sus padres” (Jos 1,2.5-9).
No sólo tenía que conseguir tierras y repartirlas según la necesidad de
cada familia, sino lograr implantar una nueva forma de ser pueblo, que
asegurara leche y miel para todos. No había modelos que imitar. Lo único
claro era que no querían ser esclavos como en Egipto. No quería tener
autoridades acaparadoras, ni ejército permanente, ni sacerdotes poderosos,
ni sabiduría sólo para unos pocos. Sus nuevas costumbres y leyes tenían que
estar al servicio de la dignidad igualitaria de todos y en defensa de la
pequeña propiedad bien repartida.
Con gran realismo y creatividad, Josué, a partir de asambleas populares,
fue llevando poco a poco a la práctica estos proyectos y esperanzas. Su
corazón fue valientemente arriesgado para creer que las promesas de Yavé
se pueden llevar a la práctica. Piensa que cada familia tiene derecho a poseer
una “tierra para vivir”, sin favoritismos ni privilegios.
Por supuesto que esta voluntad divina se extiende también a la posesión
de un pedazo de tierra suficiente donde poder construir una vivienda digna.
La tierra pertenece a Dios y es promesa de él, desde Abrahán a Josué.
Por eso el pueblo ha de esforzarse para conseguir repartos justos. Y han de
cultivarla con admiración y cariño, como algo sagrado, buscando prosperidad
para todos. En momentos de peligro los israelitas se saben organizar para
defender sus propiedades, como lo hizo Débora; o sus cosechas, como en
tiempo de Gedeón. En aquel pueblo reunido alrededor de la fe en el nuevo
Dios Yavé, no podía haber ni acaparadores, ni campesinos sin tierra.
El capítulo 15 del Deuteronomio aclara el ideal de aquel pueblo creyente:
“No debe haber pobres en medio de ti” (Deut 15,4). Pero como de hecho
existen pobres, a causa de los vicios y las injusticias humanas, insiste en la
obligación de ser generosos con los necesitados: “No endurezcas el corazón...
Debes abrir tu mano a tu hermano que es pobre en tu tierra” (15,7.11).
A Josué tendríamos que proclamarlo patrono del reparto justo de las
tierras y de todos los dones de Dios, bajo la fe de que él, como buen Padre, lo
ha hecho todo para todos...
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Cómo es nuestra realidad nacional respecto a la propiedad de
la tierra? ¿Sabemos cuánto acaparan los terratenientes y cuánto poseen
los campesinos? Investiguemos los porcentajes...
b) ¿Qué nos enseña este texto sobre el proyecto de Dios sobre un
pedazo de tierra para cada familia, en la que poder vivir y trabajar
dignamente?
c) ¿Qué relación encontramos entre el derecho de propiedad y la
fe en Dios? ¿En qué circunstancias podemos decir que el derecho de
propiedad privada es sagrado y en qué caso no lo es?
d) ¿Por qué en la Biblia se insiste tanto en la posesión de “una
tierra para vivir?
e) ¿Podríamos cultivar una pequeña huerta en el patio de nuestra
casa, como expresión de agradecimiento del don de la tierra?
4. Orar el mensaje:
• Creemos, Padre Dios, que tú quieres que todos tengamos tierra
suficiente para poder vivir dignamente.
• Creemos que tú estás presente, ayudándonos, siempre que los
acaparadores pierden algo y los marginados progresan.
• Perdón por tantos acaparadores de tierra y tantos campesinos sin
tierra. Éste no es tu proyecto.
• Ayúdanos a aclararnos en estos problemas y a comprometernos.
• Gracias por las organizaciones campesinas y barriales.
• Bendito seas por esta tierra tan hermosa que tú has hecho para
todos nosotros.
5. Despedida. ¿Sabemos algún canto sobre la tierra?
Los catequistas podrían profundizar el tema de la tierra en la Biblia
viendo el libro Yvy Rekavo, En Busca de Tierra, de José Ortega y JL
Caravias.
9 – Dios llama al joven
Gedeón para que haga
justicia

Texto: Jue 6,3-6.11-16;


7,2-8.16-21
Palabra central:
DEFENSA DEL TRABAJO
1. Leer el texto y contarlo hasta
entenderlo suficientemente.
Los catequistas deben leer antes los
capítulos 6 y 7 completos, para poder
contar bien la historia. Y seleccionen qué versículos van a leer.

2. Marco histórico del texto


Después de la época de los patriarcas viene la época de los Jueces, que
dura casi 200 años. Ellos eran libertadores, llamados por Yavé en momentos
de crisis para que restauraran la justicia. Uno de ellos es Gedeón, joven al
que Dios le pide, a pesar de sus resistencias y complejos, que resuelva los
problemas de su pueblo. Ellos vivían en la miseria porque los poderosos
“madianitas” les robaban siempre sus cosechas, fruto de sus trabajos. Ellos
piden ayuda a Yavé, que llama al hijo menor de la más humilde de las familias,
un joven sin experiencia, acomplejado y un tanto altanero.
Dios lo llama alabándolo y animándolo. Pero el joven responde
primeramente con incredulidad: no cree que Dios esté con ellos, pues les va
muy mal. Ante la insistencia de Dios, él activa su complejo de inferioridad:
soy lo último. Su tercera reacción es la desconfianza, y por ello le pide a Dios
pruebas palpables, y aun caprichosas, de su llamado.
Yavé le responde con insistencia: Yo estaré contigo. Le concede todas
sus exigencias. Y poco a poco le va preparando para poder cumplir la misión
que le pide. En primer lugar le encomienda destruir los ídolos de su familia,
acción que le acarrea ya serios problemas, pero es que Dios sabe que
enredados en idolatrías nunca un pueblo se podrá librar de sus opresores.
Cuando Gedeón pone exitosamente en marcha su campaña, Yavé le hace
caer en la cuenta que lleva demasiada gente inútil con él. Le pide que mande a
sus casas a los cobardes y a los comodones. Pretendían vencer a los ladrones
de sus cosechas siendo más numerosos y fuertes que ellos. Pero Yavé les hace
ver que es un error combatir a sus opresores con sus mismas armas. Su lucha
debe ser desde los valores de su cultura campesina, simbolizados
primeramente en el pan de cebada rodando cerro abajo, y después en el
cántaro, el cuerno sonoro y la antorcha, que bien usados en el momento
oportuno hacen huir asustados a sus enemigos. Y así consiguieron la paz y la
prosperidad por mucho tiempo.
No se puede vencer a la corrupción con corrupciones, ni a la violencia
con violencias. El pueblo debe aprender a usar su solidaridad y su astucia, a
partir de sus valores culturales.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿También en nuestro tiempo hay gente que roba al pueblo los frutos
de sus trabajos? Poner ejemplos.
b) ¿Qué pasos tuvo que dar el joven Gedeón para poder superar su
desconfianza, sus complejos y sus miedos? Repasarlos entre todos.
c) ¿En qué se parecen los problemas de Gedeón a los nuestros?
Contar casos concretos.
d) ¿Cómo se comporta Dios con Gedeón? ¿Cuál es su pedagogía
para superar sus miedos y comprometerlo?
e) ¿Será posible que siendo los últimos podamos liberar a nuestro
pueblo de las injusticias que sufre?
f) ¿A qué puede ser que nos esté llamando Dios a nosotros?
4. Orar sobre la vocación de los jóvenes:
• Creemos que Dios llama a jóvenes pobres para comprometernos en la
liberación de los robos de los poderosos que sufrimos todos.
• Creemos que los jóvenes somos la esperanza de un futuro mejor.
• Te pedimos perdón, Señor, por nuestros miedos y complejos.
• Ayúdanos a saber escuchar tu voz exigente.
• Te agradecemos por la confianza que pones en nosotros.
• Te alabamos porque siempre estás a nuestro lado dándonos ánimo.
5. Despedida, animándonos para volver con ánimo la próxima semana.
10 – Dios llama al niño Samuel para
que corrija a sus mayores

Texto: 1 Sam 3,1-19


Palabra central:
SINCERIDAD
1. Leer el texto y contarlo hasta entenderlo bien.
2. Marco histórico del texto
Samuel es el último de los jueces y el primero de
los profetas (siglo XI a.C.). Su madre, Ana, lo educó muy
bien en la fe de sus padres y cuando era un jovencito lo
ofreció para el servicio del Templo.
Siendo criadito del anciano sumo sacerdote Helí,
Dios le encarga que avise a su jefe que está muy enojado
con él porque no sabe corregir a sus hijos, que en el servicio del Templo
engañan y roban a la gente. Muchas veces los niños son los únicos que ven la
verdad con ojos limpios, por lo que pueden escuchar lo que quiere Dios y
manifestarlo con claridad.
Este niño tan sincero será más tarde el dirigente espiritual de su país, al
que, a la luz de su fe, dirá siempre la verdad y sabrá aconsejarles con acierto
en todos los asuntos que hicieran referencia al bien del pueblo, especialmente
los temas políticos.
Samuel siempre buscó entender lo que Dios quería de él y de su pueblo:
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”. Y Dios lo eligió para transmitir su
mensaje a los poderosos. Él criticó el nombramiento de reyes acaparadores
(1Sam 8,11-18). No le gustaba que el pueblo pusiera demasiadas esperanzas en
sus posibles autoridades; la esperanza debe estar en la propia honradez del
pueblo unido, fortalecido por su fe en Dios.
Los niños y los jóvenes tienen que ser conscientes de que es posible que
Dios los llame para que sepan decir a sus mayores la verdad de lo que ven y
sienten, y, cuando sea necesario, denunciar las injusticias que presencian o
sufren. Por eso Dios ha puesto en ellos un sentido de rebeldía a favor de la
verdad y la justicia. Pero al mismo tiempo tienen que ser responsables con
esta llamada que les hace Dios, sin dejarse llevar por miedos, enojos o
violencias. El futuro del país depende mucho de los jóvenes, pero para ello hay
que prepararse ahora con sinceridad y valentía.
Y los mayores, especialmente padres y maestros, tenemos que estar
atentos para poder escuchar lo que Dios puede ser que está queriendo
decirnos a través de los jóvenes...
Este texto pide a los adolescentes valentía para hablar con sinceridad, y
a los mayores, humildad para saber escucharlos.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Existen también hoy entre nosotros gente que engaña y
explota al pueblo en nombre de Dios?
b) ¿Qué rebeldías sentimos los niños y los jóvenes frente a las
mentiras y los abusos de los mayores?
c) ¿Qué nos enseña este texto sobre la manera de ser y
comportarse Dios?
d) ¿Por qué será que Dios llama a veces a los jóvenes para cumplir
misiones importantes?
e) ¿Sabemos expresar nuestras rebeldías con sinceridad y
sencillez, de forma que sean eficaces, conscientes de que Dios quiere
hablar a través de nosotros?
4. Orar sobre la sinceridad juvenil:
• Enséñanos, Señor, a ser rebeldes según tus criterios.
• Danos fuerzas para poder decir con verdad todo lo que sentimos.
• Creemos que tú te fías de nuestro sentido de la justicia.
• Creemos que a veces tú nos llamas para corregir los defectos graves
de nuestros mayores.
• Gracias, Jesús, porque tú has sido niño y joven, y nos entiendes.
• Bendito seas porque das sentido a nuestras vidas y nos llenas de
esperanzas
5. Despedida con algún canto, a ser posible sobre la llamada de Dios a los
jóvenes.
Para profundizar en los personajes bíblicos de los próximos temas,
podrían adquirir el libro De Abrahán a Jesús, de JL Caravias.
11 – David y Natán:
Un gobernante
reconoce sus
errores y pide
perdón

Texto: 2Sam 12,1-7.9-14


Palabra central:
RECONOCER ERRORES
1. Leer el texto y contarlo.
2. Marco histórico del texto
Después que el primer rey, Saúl, fracasó como gobernante, Dios eligió
para rey al más pequeño de la familia de Jesé de Belén, llamado David,
despreciado por sus hermano y su mismo padre (1Sam 16,1-13). Este joven,
pastor y músico, puesta su confianza en Yavé, dio ejemplo a todos al vencer
con su humilde honda al gigante Goliat, perfectamente armado (1Sam 17,4-
10.32-51).
Pero al ser proclamado rey su corazón se enorgulleció y abusó de su
poder. Embarazó a una mujer ajena y después mató a su esposo a través de
engaños. Entonces el profeta Natán, en nombre de Yavé, fue a hacerle ver su
pecado contándole una parábola, en la que le hacía ver la crueldad de un
poderoso comiéndose lo poco que tenía un pobre. El rey se enojó en contra de
aquel rico y dijo que merecía la muerte, pero Natán le hizo ver que él mismo
era ese bandido. Entonces David reconoció su horrendo pecado y pidió
perdón.
Otras faltas graves cometió en su gobierno, como asesinatos, traiciones
y guerras internas, pero su fe le llevaba a reconocer sus traiciones a la
Alianza celebrada con Yavé. Sus hijos cometieron muchos disparates también,
por lo que sufrió una triste vejez. Pero siempre su fe en Dios le ayudó a
reconocer sus faltas y a levantarse una y otra vez. Cuando le hacen ver sus
errores, él se humilla y cambia de actitud. El profeta Natán sabe criticarle
con claridad, pero también con respeto y cariño, de forma que sus críticas
siempre son eficaces.
David nunca fue hipócrita frente a Dios, sino sincero y humilde, y por
eso Dios le promete ser siempre un padre para con él, que le corrige, pero
nunca le abandona (2Sam 7,14-15). La mayor grandeza de este gobernante es
su humildad. En el salmo 51 encontramos sus sentimientos ante Dios,
reconociendo sus debilidades y esperando su ayuda sanadora.
David representa nuestras tentaciones y debilidades, nuestras
purificaciones y triunfos, nuestros sufrimientos y alegrías, nuestra búsqueda
de Dios a tientas y tropiezos.
Cuanto más poder se tiene, más graves tentaciones y caídas se sufren.
Por eso es tan importante que los poderosos reconozcan con humildad sus
fallos, y sepan pedir perdón a Dios y a su pueblo... También nosotros, a una
escala más chiquita, debemos aprender a reconocer también nuestras faltas y
saber pedir perdón a nuestros padres y profesores o a nuestros hermanos y
amigos. Sin perdón sincero no hay futuro...
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Por qué decimos que David fue infiel e ingrato para con Dios?
b) ¿En qué nos parecemos nosotros a David? ¿Sabemos reconocer
nuestros fallos?
c) ¿Qué nos enseña este texto sobre la manera de comportarse
Dios con quien se acerca con humildad a pedirle perdón?
d) ¿Cómo se porta Natán ante las injusticias de David? ¿Podríamos
nosotros hacer algo parecido frente a los abusos de nuestras
autoridades, grandes o pequeñas?
e) ¿Ante nuestros pequeños cargos, qué tentaciones de orgullo
sufrimos y en qué abusos de poder caemos? Reconocerlos y pedir ayuda.
4. Peticiones de perdón: Pidamos perdón usando algunas frases del mismo
David, tomadas del salmo 51:
• Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad,
• Por tu gran corazón, borra mis faltas.
• Para que mi alma quede limpia de malicia, purifícame de mi pecado.
• Contra ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice.
• Tú ves que malo soy de nacimiento; pecador desde el seno de mi
madre.
• Rocíame con agua, y quedaré limpio.
• Haz que sienta otra vez tu alegría y tu felicidad.
• Aparta tu rostro de mis faltas y borra en mí todo rastro de malicia.
• Crea en mí, oh Dios, un corazón puro.
• Renueva en mi interior un firme espíritu.
• Dame tu salvación que regocija, un espíritu noble que me dé fuerzas.
• Te ofrezco mi espíritu quebrantado, un corazón arrepentido y
humillado.
• Ante todos, Señor, me comprometo a cantar tus bondades.
5. Avisos y despedida.
12 – Dignidad
de la
pareja
humana

Texto: Gén 2,18-25


Palabra central:
DOS EN UN SOLO SER
1. Leer el texto y contarlo hasta
recordar todas sus partes.
2. Aclaraciones sobre el texto
Estamos en tiempo del rey Salomón, alrededor del 950 antes de Cristo.
Este hijo de David, sabio cuando joven, de mayor “se portó mal con Yavé”, (1
Reyes 11,6) adorando a otros dioses y, por consiguiente, acaparando gran
cantidad de tierras, banquetes, mujeres y caballos. Y lo peor era que decía
que todas sus riquezas, incluidas sus mujeres, eran don especial de Dios, por
ser su hijo predilecto.
Frente al mal ejemplo de Salomón, un grupo de sabios se reunió para
escribir la historia de Israel. La obra que escribieron está ahora metida por
partes en Génesis, Éxodo y Números. De ellos es el relato de la creación que
leemos hoy. Se trata de un género narrativo simbólico. Los hechos y los
personajes no son históricos, pero sus simbolismos son de una gran realidad,
verdad profunda para todos los tiempos.
Adán es el nombre simbólico de toda la humanidad, íntimamente unido a
la tierra (adamá). En castellano lo podemos traducir por ser humano o gente.
Toda la naturaleza está hecha para su servicio: por eso Adán le pone nombre
a los animales. Pero necesita una ayuda complementaria semejante a él. Y para
ello Yavé forma otro ser humano a partir de él mismo, que ya no es animal,
sino “carne de su carne”. Desde ese momento, varón y mujer, unidos en forma
complementaria, serán los destinatarios de toda la creación, que Yavé pone en
sus manos para que la dominen y la usen a su servicio.
Desde este primer mensaje se insiste en que los dos tienen que unirse
en pareja, dejando a los padres, de forma que puedan “formar una sola
carne”. Y ello con tal sinceridad, que no encuentren nada malo en su desnudez.
Estos mensajes del origen divino de la pareja humana, y la consiguiente
dignidad igualitaria de los dos, tenían un fuerte impacto en aquel ambiente
machista de Salomón. Y entendidos en la profundidad de su simbolismo,
pueden orientarnos también en nuestro mundo, en el que tanto se idolatra al
machismo y al sexo sin amor. Para llegar a formar entre los dos “una sola
carne” hace falta aprender a desarrollar un auténtico amor de
enamoramiento. El sexo es humano sólo cuando es expresión de amor, y no
cuando se ejercita nada más que por instinto.
Casi quinientos años más tarde, durante el destierro de Babilonia, se
escribirá Génesis 1, en el que se avanza en el mensaje afirmando que tanto el
varón como la mujer son los dos semejantes a Dios. Y unos siglos después se
redactará el Cantar de los Cantares en el que se sublima el enamoramiento,
sin restos ya de machismo.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Hay machismo también hoy en nuestro país? ¿Hay autoridades
que presumen de ser mujeriegos? ¿Los miramos como un ideal?
b) ¿Qué nos enseñan estos textos sobre la dignidad de la pareja?
c) ¿En qué nos podemos ayudar varones y mujeres?
d) ¿Cómo superar el machismo? ¿Pensamos que el varón vale más
que la mujer? Leer Eclesiástico 37,24-27
e) ¿Cómo debe ser entre nosotros el trato entre chicos y chicas?
f) ¿Cómo podemos prepararnos para poder enamorarnos de veras, de
forma que nuestro futuro matrimonio dure para siempre, cada vez con
más amor?
4. Orar sobre la pareja humana:
• Creemos que tanto varones como mujeres somos creados por Dios a
su imagen y semejanza.
• Creemos que varones y mujeres estamos llamados a ayudarnos y
complementarnos.
• Perdón, Creador nuestro, por el machismo que nos domina.
• Enséñanos y ayúdanos a respetarnos y querernos, chicos y chicas,
como amigos sinceros y fieles.
• Gracias por habernos hecho varones y mujeres, de forma que nos
necesitamos los unos con los otros.
• Bendito seas porque el amor de pareja empieza a florecer entre
nosotros. Ayúdanos a cultivarlo.
5. Despedida. Se podría cantar algo lindo sobre el amor de pareja.
Los catequistas pueden profundizar el tema viendo José
L. Caravias, Matrimonio y Familia a la luz de la Biblia.
13 – Las
ingratitudes
e
infidelidades
con Dios nos
causan
muchos males

Texto: Gén 3,1-19


Palabra central: INFIDELIDAD Y DOLOR
1. Leer el texto y contarlo.
2. Aclaraciones
Aquel grupo de escritores del tiempo de Salomón, a quienes los técnicos
llaman “yavistas”, se propusieron dar respuestas básicas a los problemas más
importantes de la humanidad. Uno de ellos es el por qué del sufrimiento
humano. Y en lenguaje simbólico, como siempre hacían ellos, contaron que
desde sus comienzos la humanidad sufre demasiado porque no aceptamos los
caminos que Dios nos ha marcado para poder ser felices: eso es el pecado.
El Paraíso es el símbolo de la felicidad que Yavé quiere para todos. Pero
la maldad humana, representada por la serpiente, nos hace tomar decisiones
en contra del proyecto bondadoso de Dios, simbolizado en el árbol del bien y
del mal. Si la primera catequesis bíblica insistió con Abrahán en que había que
fiarse de Dios, la tentación es lo contrario: no fiarse de Dios, mirándolo como
a un contrincante, que nos engaña para que no lleguemos a ser felices como él.
El pecado original es el orgullo humano, que pretende ponerse en lugar
de Dios. Es no creer que siguiendo las normas dadas por nuestro Creador
podamos realizarnos como personas, y por eso buscar otros caminos
diferentes para poder alcanzar la felicidad. Pero Dios, que es nuestro
Fabricante, sabe cómo debemos comportarnos para funcionar bien. Cambiar
las normas de fabricación lleva a un mal funcionamiento o a la
autodestrucción. Él puso en nuestra conciencia, para nuestro bien, “el árbol
del bien y del mal”, que no podemos destruir sin destruirnos a nosotros
mismos. Es triste y amargo abandonar el proyecto de Dios...
Hay sufrimientos que son propios de la fragilidad humano, como la vejez,
por ejemplo; pero otros muchos pueden y deben evitarse, porque son efecto
de nuestros malos comportamientos, como ciertas enfermedades curables,
analfabetismos, opresiones, hambres, infidelidades, malos tratos... Todo ello
es consecuencia del orgullo que reta y quiere sustituir a Dios.
Directamente a Dios no le podemos ofender, pero nuestros pecados le
ofenden precisamente porque nos hacemos daño a nosotros mismos o a
nuestros semejantes, todos obra querida de sus manos. A Dios le duele y le
ofende todo lo que ofenda a la humanidad, todo lo que nos impida crecer como
personas, todo lo que ensucia o degrada a cualquier ser humano. Y le ofende
porque es nuestro Creador y nos quiere, igual que a una madre le ofenden los
maltratos contra sus hijos, aunque no le toquen directamente a ella...
La expulsión del paraíso nos la provocamos nosotros mismos cuando
comemos frutas que nos envenenan y nos matan. Por eso hay que hacer caso a
Dios, que sabe lo que nos conviene...
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Qué faltas pensamos que ofenden más a Dios? ¿Por qué?
b) ¿Por qué Dios respeta tanto nuestra libertad? ¿Podría él
obligarnos a ser buenos?
c) ¿A quién hacen daño nuestros pecados? ¿Por qué, entonces,
ofenden a Dios?
d) ¿Cuáles son, según Jeremías 2,12-13.17.19 las consecuencias del
pecado?
e) Resumir entre todos qué entendemos ahora por pecado.
4. Oraciones de sinceridad: Repetir a coro.
• Vemos lo triste y amargo que es apartarnos de Dios.
• Reconocemos que son nuestras mismas faltas las que nos castigan.
• Nos apartamos de ti, que eres manantial de aguas vivas, y nos
hacemos aljibes secos y agrietados…
• Una parte de nosotros está inclinada al mal y necesitamos, por ello,
de tu ayuda, Señor, para no caer.
• Gracias porque siempre estás dispuesto a perdonarnos, con tal de
que nos acerquemos a ti reconociendo nuestros pecados.
• Bendito seas por habernos enviado a Jesús, en quien encontramos de
cerca tu misericordia.
5. Despedida. Se podría realizar algún canto de perdón.
14 – Elías y Ajab:
Yavé y Baal
tienen proyectos
opuestos

Texto: 1 REYES 21,1-23


Palabra central:
LADRÓN Y ASESINO
1. Leer el texto y contarlo.
2. Marco histórico del texto
Elías fue un profeta importante del
siglo nueve antes de Cristo. En medio de gobiernos crueles, él insistió en que
creer en Yavé llevaba a un comportamiento muy distinto al de los que creían
en otros dioses.
Sus actuaciones, siempre claras y valientes, las podemos leer en 1Re 17
al 19 y el 21. Hoy reflexionamos sobre el caso de Nabot. Este honrado
campesino, creyente en Yavé, cultivaba una linda viña al lado de la casa de
vacaciones del rey Ajab, que, queriendo ampliar sus posesiones, le pidió que le
vendiera su viña. Nabot le contestó: “Líbreme Dios de vender la propiedad
de mis antepasados”. Ajab se enojó mucho, pero su esposa Jetsabel,
extranjera creyente en el dios Baal, pensaba que su marido tenía derecho
divino a poseer toda la tierra que quisiera. Y por eso ordena que condenen a
muerte a Nabot por haber ofendido a su dios y al rey.
Pero resulta que el Dios en el que creía Nabot era distinto al de la reina.
El Dios de Nabot, Yavé, ordenaba mantener las propiedades bien repartidas;
el dios Baal, en cambio, apoyaba el acaparamiento de tierras en manos de los
poderosos. Y en nombre de Baal el pueblo, engañado, mató a Nabot, para que
los reyes se apoderaran de su tierra. Pero Yavé ordenó a su profeta Elías que
se presentara en la fiesta en la que Ajab y su gente celebraban el
acaparamiento de aquella tierra, y le dijo públicamente de parte de Yavé que
era ladrón y asesino.
Además, puesto que ante Yavé todas las personas valen lo mismo, Elías
le anuncia que en el mismo lugar en el que el campesino despojado de su tierra
derramó su sangre, el rey derramaría también la suya. Y a Jetsabel, que fue
la intrigante, le anuncia que ahí mismo los perros se comerían su cuerpo. Es
que el Dios bíblico no hace distinción de personas. El que falta en algo grave,
aunque sea gente importante, debe pagar lo mismo que hacen con los pobres.
Los ídolos apoyan los acaparamientos de los poderosos; pero Yavé sólo
ayuda al buen reparto de los bienes de la tierra, que él mismo ha creado para
la prosperidad de todos.
En nuestro tiempo también hay gente que insiste en que toda propiedad
privada es sagrada. Pero ello no es cierto. Es sagrada sólo en los casos en que
se tiene lo suficiente para poder vivir dignamente. Pero de ninguna manera en
los que tienen de más.
Es totalmente contrario al proyecto de Dios el que existan campesinos
sin tierra y familias sin techo.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Existen también hoy gente que mata para robar tierras? ¿Hay
poderosos que expulsan a los campesinos de sus tierras o a los
inquilinos de sus casas?
b) ¿Qué diferencias encontramos entre la voluntad de Yavé y la de Baal?
c) ¿Qué nos enseña Nabot, no queriendo vender sus tierras al rey? ¿Por
qué no acepta el negocio que le proponen?
d) ¿Por qué a Dios no le gusta el acaparamiento de tierra y casas? Ver
Isaías 5,8 y Miqueas 2,1-3.
e) ¿Cómo podemos nosotros empezar a cumplir, aunque sea un poco, lo
que hemos aprendido hoy? ¿Puede ser que Dios nos llame, como a Elías,
a decir la verdad a una autoridad?
4. Resumir y concretar el mensaje. Intentemos representar la escena de
forma actualizada.
5. Orar sobre nuestro credo: En qué Dios creemos y en qué dioses no
creemos, como por ejemplo:
• Creo en el Dios que ha creado todo para todos sus hijos.
• No creo en los dioses que sólo ayudan a sus hijos predilectos.
• Creo en el Dios que quiere la felicidad de todo ser humano...
• No creo en los dioses que dan prosperidad a unos pocos y miseria
para la mayoría.
• Creo en el Dios que se alegra con la prosperidad de la gente.
• No creo en dioses castigadores, siempre serios, enigmáticos y
crueles.
• Creo en el Dios de la Vida.
• No creo en los dioses de la muerte.
Los catequistas pueden leer con provecho el folleto de Carlos Mesters “El
profeta Elías”.
15 – Primer Isaías:
Dios santo, a quien
ofenden los rezos
hipócritas
Texto: Is1,2-3.12-18
Palabra central:
REZOS HIPÓCRITAS
1. Leer el texto y resumirlo.
2. Aclaraciones sobre el texto
A los ídolos se les calma y se les encuentra a través de ritos sagrados,
pero Yavé se manifiesta sólo a través de la vida de los que creen en él. A Dios
no se le puede engañar o “ganar” ofreciéndole rezos o cultos separados de la
vida de cada uno. Él conoce la verdad de nuestras vidas. Isaías experimenta
que Dios es santo, totalmente diferente a nosotros. Y por ello no se le puede
engañar.
Los actos de culto no sirven para nada si es que con esos ritos
pretendemos contentar a Dios, sin tener nosotros que mejorar nuestro
comportamiento para con los demás y para con nosotros mismos. Peor aun si
con los cultos religiosos pretendemos tapar o justificar actos de
irresponsabilidad o de injusticia. Los fanatismos religiosos ofenden
gravemente a Dios, pues pretenden manipularlo haciéndolo cómplice de
desprecios e injusticias. A esa gente dice Dios en Isaías que de ninguna
manera puede escuchar sus ruegos y sus ofrendas, pues ello sería convertirse
en cómplice de sus fechorías. Si, por ejemplo, rezo para aprobar en los
exámenes sin haber estudiado, Dios no puede escucharme. O si rezo para
hacer daño a alguien, tampoco.
Los creyentes en el Dios de la Biblia también realizamos algunos ritos
sagrados. Son símbolos y expresiones de nuestra fe, pero no ponemos en los
ritos nuestra esperanza, sino en la fe vivida y manifestada en la honradez de
nosotros mismos. No podemos ofrecer nada a Dios con manos manchadas de
irresponsabilidades, ociosidades y ofensas al prójimo. Él no mira sólo
nuestras palabras, sino nuestras obras, nuestros servicios a los demás.
Para los creyentes en el Dios de la Biblia, la única forma de acercarnos a
Dios es buscando la justicia y dando sus derechos a los pobres. Sólo así
podemos suplicar el perdón y la ayuda de Dios. Él es Padre de todos, y lo ha
creado todo para felicidad de todos sus hijos. Por eso no le gustan los lujos
ofensivos, ni las injusticias, ni nada realizado con maldad. Él es santo a cabal,
insobornable, jamás mezclado con nada sucio.
Este mensaje bíblico sigue siendo de mucha actualidad, pues cantidad de
gente pretende blanquear sus injusticias hablando mucho de Dios o
mostrándose piadosos. A Dios nadie le engaña... Nada hipócrita vale ante él.
Sólo a través del compromiso solidario con los hijos de Dios, que son
todos los seres humanos, podremos tenerlo a él a nuestro favor. Sólo así
conseguiremos su perdón y su ayuda.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Pensamos también nosotros que podemos engañar a Dios con
rezos, sin tener una vida honrada? ¿Hay gente que piensa así?
b) ¿Qué es lo que Dios rechaza en este texto? ¿Y qué es lo que
dice que le gusta? Si es posible, se puede dar como tarea hacer dos
listas, lo que agrada y lo que desagrada a Dios, ayudados por este texto
y además por Is 58,2-10.
c) ¿Por qué el injusto no puede dar culto a Dios si no cambia su
comportamiento?
d) Compromisos concretos que sacamos de este tema, tanto a
escala personal como familiar y comunitaria.
4. Oraciones al Dios Santo:
• Creemos que a Dios le ofende todo lo que sea mentira e injusticia.
• Creemos que nunca podremos manipular ni engañar al Dios Santo.
• Perdón, Señor, por lo mucho que te queremos usar para cosas no
santas.
• Ayúdanos a buscar siempre la justicia y a dar sus derechos a los
oprimidos.
• Bendito seas por lo limpio que es siempre tu amor.
• Gracias porque nos quieres y nos respetas de una forma tan
perfecta.
5. Despedida. En corro, abrazados, danzar un poco con una canción de
solidaridad.
16 – Oseas y
Gomer: Dios
fiel, que sabe
perdonar y
sanar

Texto: Os 2, 15.9-10.16-22
Palabra central: MISERICORDIA
1. Leer el texto y contarlo.
2. Marco histórico del texto
El pueblo había sido infiel a Yavé, pues había seguido a dioses ajenos,
con proyectos de vida totalmente distintos. Habían roto la Alianza del Sinaí.
Y por eso pensaban que Yavé los había abandonado. Parecía que ya no había
esperanza para ellos. Se habían prometido mutua fidelidad, y como el pueblo
no había cumplido, pensaban que Yavé ya no quería nada con ellos.
Esto pasaba en el siglo octavo antes de Cristo. Pero Yavé dio un nuevo
paso dándose a conocer como Dios Misericordioso. Cierto era que el pueblo
había sido ingrato e infiel, pero Dios, a pesar de las suciedades de su pueblo,
seguía queriéndolos y esperándolos, deseando perdonarlos y curar las heridas
de sus rebeldías.
Para dar a conocer esta verdad de su ser, Yavé se sirvió de la
experiencia de un profeta llamado Oseas. Este señor estaba profundamente
enamorado de su esposa, llamada Gomer. Pero ella le era gravemente infiel. Y,
como era natural, Oseas estaba muy dolido, con tentaciones de vengarse de
su esposa ingrata. Pero no lo hizo, sino que la esperó pacientemente. Y cuando
ella volvió a él, la perdonó de corazón y la llevó lejos de sus amantes, y allá,
con mucho amor, la volvió a conquistar, de forma que pudieron celebrar un
nuevo matrimonio, más lindo aun que el primero. “Nuestro matrimonio será
santo y formal, fundado en el amor y la ternura. Tú serás para mí una esposa
fiel, y así conocerás quién es Yavé”.
En esta experiencia tan vital Oseas comprendió que lo mismo que le
había pasado a él le pasaba también a Yavé. A Dios, como a Oseas, le dolían
las infidelidades de su pueblo-esposa (la palabra pueblo en hebreo es
femenina), con la que había celebrado una alianza matrimonial en el Sinaí.
Hasta deseó abandonarla y castigarla, pero su amor no se lo permitió. Y en
cuanto volvió ella, su amor se desbordó y la cuidó con tanto cariño que logró
regenerarla completamente. La única condición es que reconozca sus
infidelidades y vuelva humildemente a él. Ante el pecador arrepentido Yavé
jamás se quedará indiferente, sino que su actitud será siempre de
comprensión y cariñosa atención sanadora.
Si hay tiempo y se ve conveniente, se podría leer también el mismo caso
de Dios misericordioso aplicado a la ingratitud entre hijo y padre, en Oseas
11,1-9.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Conocemos a alguna persona que, como Oseas, haya perdonado
de corazón a alguien que le ofendió gravemente? Quizás el caso de
alguna madre con un hijo ingrato...
b) ¿Qué nos enseña este texto sobre cómo es la misericordia de
Dios?
c) ¿Sentimos que, si volvemos con humildad a Dios, él nos perdona
de corazón y nos ayuda con cariño a corregirnos?
d) ¿Por qué Dios es tan misericordioso para con todos los que se le
acercan con humildad?
e) Apliquemos esta enseñanza a la capacidad de perdón que deben
tener entre sí los esposos cristianos. Ayudemos a que nuestros papás se
sepan perdonar siempre...
4. Sentir la misericordia de Dios:
• Creemos que Dios siempre recibe con cariño a todo el que se le
acerca arrepentido de su mal comportamiento.
• Creemos, Señor, que tú eres capaz de regenerarnos, por mala que
sea nuestra conducta.
• Perdón por tantas veces como te hemos abandonado, cambiándote
por cosas inservibles.
• Te suplicamos que nos prepares para un matrimonio santo y formal,
fundado en el amor y la ternura.
• Bendito seas porque viendo nuestras miserias se te conmueve el
corazón y se remueven tus entrañas.
• Gracias por tu misericordia y tu ternura sin fin.
5. Despedida con algún canto, a ser posible sobre la misericordia de Dios.
17 - Dios llama al
joven
Jeremías
para que
sea su
profeta
Texto: Jer 1,4-10; 20,7-9
Palabra central: DIOS LLAMA
1. Leer el texto y contarlo.
2. Aclaraciones sobre los textos
En el siglo sexto antes de Cristo la situación mundial era muy
complicada, pues tres potencias luchaban por adueñarse de todo: Asiria,
Babilonia y Egipto. Y dentro de Judá había grupos políticos opuestos que
esperaban la ayuda de parte de alguna de estas potencias mundiales.
Tendría Jeremías unos 17 años cuando sintió la llamada de Dios. Él se
siente incapaz, pues es joven e inexperto, pero Yavé le insiste con fuerza, y
él se deja por fin “seducir” por Dios, aunque medio a la fuerza. “No les tengas
miedo, pues estaré contigo para protegerte. Pongo mis palabras en tu boca...”
Él experimenta siempre la fidelidad cariñosa y la fortaleza de Dios, que
destruye su timidez: “Hago de ti una fortaleza, un pilar de hierro y un muro
de bronce” (1,18).
Dios lo llama para ser su profeta, hombre experimentado en las cosas de
Dios y en los problemas del pueblo. Tiene que arrancar lo malo y sembrar lo
bueno, destruir y construir. Anunciar el rostro verdadero de Dios, que
siempre da esperanzas; y denunciar sus falsos rostros, que siempre llevan a
crueles injusticias. Con gran valentía, hace entender a su pueblo las actitudes
que deben tomar ante aquel mundo convulsionado. Directamente se mete en
política, apoyando lo bueno del rey Josías y denunciando después las
injusticias de sus sucesores Joaquín y Sedecías. Les insiste en que si conocen
de veras a Dios deben practicar la justicia (22,13-17).
Jeremías no sólo combate a los gobernantes. Denuncia también al
pueblo: a los que apoyan las mentiras y los robos de los poderosos (5,31).
“Ustedes son hijos tontos y sin inteligencia, que saben hacer el mal, pero no
el bien” (4,22). Se portan como burra salvaje (2,24). “Es la mentira y no la
verdad lo que prevalece en este país. Van de crimen en crimen...” (9,2). Lo
primero que pide al pueblo es que reconozcan sus culpas y cambien de
actitudes (3,12).
Jeremías sufrió muchas incomprensiones, calumnias y malos tratos.
Varias veces quisieron matarlo. Por eso entró con frecuencia en crisis. Pero
siempre fue sincero con Dios, contándole todos sus problemas. Y por eso
sintió la comprensión y la ayuda de Dios. Él es modelo del joven que dialoga
con Dios con toda sinceridad. Hasta discute con Dios (12,1; 14,8). Pero la
amargura de sus problemas recibe siempre la dulzura de los consuelos de
Dios.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿En qué se parecen los problemas de entonces a los problemas
que tenemos hoy? Se podría analizar en grupos el capítulo 2,
comparándolo con nuestra realidad actual.
b) ¿Cómo comprendemos, a la luz de estos textos, la misericordia
de Dios?
c) ¿Por qué Dios es tan exigente y tan comprensivo con Jeremías?
¿Sentimos también así nosotros a Dios?
d) ¿Qué será lo que Dios pide a los jóvenes de hoy día? ¿Puede ser
que me esté llamando a mí para que sea su profeta?
e) ¿Qué es lo que tenemos que destruir y qué es lo que debemos
construir? ¿Qué tendríamos que hacer y decir para poder ser buenos
profetas?
4. Orar el mensaje:
• Vemos que para ser profeta hace falta conocer bien a Dios y conocer
igualmente los problemas de nuestro pueblo.
• Aceptamos que si seguimos de cerca de Dios, tendremos problemas
con los poderosos.
• Perdón, Señor, porque muchas veces tenemos miedo de las tareas
que nos puedes pedir.
• Enciende tu fuego, Señor, en mi corazón, de forma que nunca más lo
pueda ya apagar.
• Gracias porque está con nosotros como poderoso defensor.
• Bendito seas porque saber comprendernos y perdonarnos.
5 Despedida con el canto del profeta Jeremías: Antes que te formaras…
18 - Ezequiel:
Esperanza
para los
huesos secos
Texto: Ez 37,1-14
Palabra central: ESPERANZA
1. Leer el texto y contarlo.
2. Marco histórico del texto
Una parte del Pueblo de Dios
estaba preso en Babilonia, haciendo trabajos forzados. Vivían sin esperanza,
pensando que Yavé estaba lejos, en Jerusalén, enojado con ellos, y además sin
poder hacer nada contra los poderosos dioses del imperio. Por eso la
desilusión y el desánimo se apoderan de los desterrados.
Pero el profeta Ezequiel siente que Yavé ha dejado su templo en
Jerusalén porque estaba lleno de idolatrías (cap. 8) e injusticias (9), y se ha
ido a vivir con ellos dentro de su campamento de desterrados, en el que viven
reventados de trabajo.
Ezequiel se esfuerza por hacer entender a los desterrados que están
allá por culpa de ellos mismos. Para ello usa un lenguaje simbólico muy rico.
Entre otras muchas parábolas, les cuenta una en la que se sintió llevado a un
campo lleno de huesos humanos ya secos. Yavé le pide que predique la Palabra
de Dios a aquellos huesos. Y al hacerlo, en medio de un gran ruido, los huesos
se juntaron, se revistieron de nervios, de carne y de piel. Después llamó al
Espíritu: “Sopla sobre estos muertos para que vivan”, con lo que se
reanimaron y se pusieron en marcha.
A partir del versículo 11 Dios le explica que el pueblo de Israel está
seco, sin ninguna esperanza, como esos huesos. Pero con la fuerza de Yavé,
por más muertos que estén, serán capaces de ponerse de nuevo en pie, salir
de su esclavitud y marchar hacia su patria.
Para poder salir del pesimismo total de los huesos secos, fue necesario
que un profeta al menos creyera que era posible salir de ese estado a partir
del contacto con la Palabra de Dios. Después de ello primero viene la
recomposición del cuerpo de aquellas personas, y una vez rehabilitada su
humanidad, se llenan del Espíritu, que les capacita para ponerse en pie y
marchar ordenadamente en busca de la prosperidad de su tierra.
Todos pasamos por periodos de crisis, en los que lo vemos todo negro,
sin esperanzas de salir adelante. Ojalá en esos momentos algún profeta esté
cerca nuestro, y crea que tenemos futuro; y sepa hacernos escuchar la
Palabra de Dios, de forma que se rehaga nuestra humanidad desecha y se
llene de la vida del Espíritu. En la experiencia de salir de nuestras “tumbas”
podemos dar pasos importantes en el conocimiento de Dios y de nosotros
mismos. Desde Abrahán la Biblia nos viene insistiendo en que si nos fiamos de
Dios llegaremos a realizar maravillas jamás soñadas. Con fe en Dios, huesos
secos se pueden convertir en un ejército en marcha.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿También a veces nosotros nos encontramos totalmente
desanimados, sin esperanza de ponernos de nuevo en marcha? Ojalá
alguien se atreva a contar sus desánimos.
b) ¿Según este texto, qué es lo que podemos nosotros esperar de
Dios?
c) ¿Qué pasos debemos dar para poder recuperar la esperanza?
d) ¿Creemos que la fuerza del Espíritu Santo trasmitida a través
de la Palabra de Dios puede causar en nosotros cambios radicales?
e) ¿Puede ser que Dios nos pida que seamos como Ezequiel, que
creamos en un futuro mejor de gente hundida que vive cerca de
nosotros? ¿Cómo podemos darles ánimo y fuerzas?
4. Orar el mensaje:
• Creemos que la Palabra de Dios puede iluminar nuestra realidad y
nuestro futuro.
• Creemos que la fuerza del Espíritu puede hacernos caminar hacia una
nueva vida.
• Perdón porque pensamos a veces que ya no hay esperanza y el fin ha
llegado para nosotros.
• Llena de carne y de espíritu, por favor, nuestros huesos secos.
• Enséñanos a usar la Biblia de forma que nos comunique nueva
vitalidad.
• Bendito seas, Señor, porque tú eres nuestra gran esperanza.
5. Despedida: Cada uno diga a un compañero qué espera que sea él.
19 - Ezequiel: El
Buen Pastor
nos dará un
corazón de
carne
Texto: Ez 34,11-16; 36,26-28
Palabra central:
CORAZÓN DE CARNE
1. Leer el texto y resumirlo.
2. Marco histórico del texto
Hemos visto que los desterrados en Babilonia estaban sumamente
desanimados. No se sentían con fuerzas para corregirse de sus infidelidades
e ingratitudes. Su corazón se volvió demasiado duro como para poder volver a
querer a Dios y a sus hermanos.
Ezequiel reconoce que mucha parte de la culpa la tienen los malos
pastores que no saben anunciar el rostro verdadero de Dios, sino que se
aprovechan de sus ovejas para engordar ellos mismos (34,2-10. Este texto se
podría revisar con los jóvenes, pero quizás no con los niños...).
Frente a las malas enseñanzas de los pastores y la debilidad pesimista
de aquellos esclavos, Yavé les promete enviarle un buen pastor, que les ayude
a cambiar sus corazones. Es un mensaje que hasta hoy día tiene que llenarnos
de esperanza, especialmente a los que creemos y seguimos a Jesucristo, que
es el Buen Pastor anunciado por Ezequiel.
Nosotros solos muy difícilmente podemos superar nuestras malas
inclinaciones. Somos muy débiles. Con frecuencia caemos en palabras y
hechos que no queríamos realizar, pero las tentaciones son más fuertes que
nuestra buena voluntad. Por eso Dios promete enviarnos a un Buen Pastor que
nos dé las fuerzas necesarias para vencer nuestros orgullos y egoísmos, de
forma que podamos desarrollar cada vez con más intensidad nuestra
capacidad de amar, a todos los niveles: que seamos mejores hijos, mejores
amigos y compañeros, mejores parejas, mejores padres... Crecer en el amor
es lo más importante de la vida. Por eso la promesa de ablandar nuestros
corazones de piedra.
La primera misión del Buen Pastor es ayudarnos a salir de todo tipo de
opresión y engaño. La segunda es reunirnos alrededor de él.
Ezequiel anuncia la predilección que tendrá Jesús a favor de los más
necesitados: “Buscaré la oveja perdida, traeré a la descarriada, vendaré a la
herida, fortaleceré a la enferma...” (34,16). Tenemos que sentir la cercanía y
el cariño de Dios cuando nos sentimos perdidos, descarriados o enfermos...
Jesús ha venido para darnos fuerzas y luz especiales a los que estamos
atascados en el barro de la vida. Su fuerza es como de un motor de doble
tracción, que nos hace salir de donde antes nos quedábamos. Y su luz es como
de faros alógenos, que penetran las nieblas que antes nos impedían ver el
futuro de nuestras vidas. Potencializa de forma inimaginable las energías del
amor: corazón de carne…
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿También entre nosotros hay falta de buenos pastores, que
sepan hablarnos con la verdad y el corazón en la mano? ¿Sentimos a
veces que no hay nadie que nos comprenda y nos pueda ayudar?
b) Repasemos las promesas esperanzadoras que da Dios a los
esclavos de entonces. ¿Sentimos que esas promesas están dirigidas
también a nosotros?
c) ¿Por qué será que usa Dios estas comparaciones tan fuertes de
corazón de piedra y corazón de carne?
d) ¿Cómo hacer para que nuestro corazón de piedra se vaya
convirtiendo en corazón de carne?
e) ¿Sabemos apoyarnos en Jesús, nuestro Buen Pastor, para que el
amor verdadero vaya creciendo en nosotros?
4. Orar el mensaje:
• Creemos, Señor, que buscas a la oveja perdida, traes a la
descarriada y vendas a la herida.
• Tú nos cuidas a todos con justicia.
• Perdona que muchas veces no nos dejamos cuidar por ti.
• Perdón porque nos alejamos de ti y nos perdemos con frecuencia.
• Infinitas gracias por lo mucho que nos has buscado y curado
nuestras heridas.
• Bendito seas, Papá Dios, por habernos enviado a tu Hijo Jesús para
trasmitirnos la fuerza de su resurrección.
4. Salida. Digámonos unos a otros palabras de esperanza.
20 – Isaías júnior:
Dios consolador
Texto: Is 41,10.13-14; 43,1-4
Palabra central: CONSUELO
1. Leer el texto y repasarlo hasta que nos
entre dentro.
2. Marco histórico del texto
Hace ya años que el Pueblo de Dios vive en
el destierro. Ya han reconocido sus pecados de
idolatrías e injusticias. Y en esos momentos de
dolor y humillación, Dios, enternecido, se
dedica a consolar y animar a estos pobres esclavos que ya han pagado todas
sus culpas. Lo hace a través de un joven cantor, nacido en el destierro, pero
que vive la línea espiritual de Isaías. Por eso lo llamamos Isaías júnior.
Sus escritos están en el libro de Isaías desde el capítulo 40 al 55. En
ellos Dios se manifiesta como una madre y como un padrino, siempre
comprensivo, cariñoso y consolador. Se siente a gusto en medio de su pueblo,
animándole constantemente a que no tema, ni mire con desconfianza, aunque
se vea a sí mismo como un gusano indefenso, pues Dios está a su lado y le
toma de la mano como a hijo querido. “Yo te doy fuerzas, Yo soy tu auxilio, y
con mi mano derecha victoriosa te sostendré”.
A pesar de ser un pueblo de esclavos, Yavé les confiesa su amor
entrañable. “Tú vales mucho a mis ojos; Yo te aprecio y te amo en demasía”.
Para con aquel pueblo tan humillado, Dios se muestra como una madre:
“¿Puede una mujer dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues aunque se
encontrara alguna que lo olvidase, ¡Yo nunca me olvidaría de ti!”.
Es muy importante tomarle gusto a estos mensajes de consuelo que nos
vienen de parte de Dios. También muchos de nosotros vivimos esclavizados y
humillados, desterrados, con trabajos forzados, que apenas nos dan para
comer. Y en estas circunstancias es lindo sentir la cercanía amorosa de Dios,
como la de una madre.
Es bueno desahogarse con Mamá-Dios, contándole todas nuestras penas,
sintiendo que nos toma de la mano y nos anima y nos ayuda a levantarnos y
seguir adelante. La amistad indestructible de Dios nos dignifica, nos consuela
y nos anima.
Tenemos que echar fuera de nuestras creencias todas esas imágenes de
Dios que lo presentan con cara de enojado, cruelmente exigente, con el palo
levantado para castigarnos al menor descuido. Dios tiene para con todos sus
hijos la cercanía, la comprensión y la actitud de ayuda de la mejor de las
madres. A nadie se impone a la fuerza: su respeto por nosotros es inmenso;
pero en cuanto nos acerquemos a Mamá-Dios, su corazón, derretido de cariño,
nos consuela, nos anima y nos ayuda a crecer en todo lo que somos su imagen y
semejanza, especialmente en el amor.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿En qué se parecen los problemas de los desterrados a los
problemas que tenemos nosotros hoy?
b) Esforcémonos por mirar a Dios como a una madre comprensiva y
amorosa. Intentemos conocer mejor a Dios acordándonos de lo más lindo
de nuestra propia madre.
c) Recordemos los momentos en nuestra vida en los que hemos
sentido la mano amorosa de Dios sacándonos de problemas.
d) ¿Por qué será que el segundo Isaías nos presentan a Dios
comparándolo con el cariño y los cuidados de una madre o de un padrino?
e) ¿Cómo debemos comportarnos en el futuro cuando tengamos
problemas, sabiendo ahora que Dios está siempre cariñosamente a
nuestro lado como la mejor de las madres?
4. Orar el mensaje: Escuchemos las palabras de reproche que nos dice Dios
cuando desconfiamos de él.
• Alguien lee y todos repiten, frase por frase, Is 40,27-31 y 49,14-15.
5. Despedida. Nos despedimos abrazándonos, diciéndonos frases de ánimo.
21 -Salmos de
confianza
en Dios
Texto: Salmos 23; 62; 118
Palabra central: CONFIANZA
1. Presentación
Hoy vamos a cambiar el estilo de la
catequesis. En vez de contar una historia y procurar entender su mensaje,
vamos directamente a rezar. Orar es dialogar con Dios, sabiendo que él es
siempre bueno, que nos quiere muchísimo y que continuamente intenta
ayudarnos para que seamos felices, si es que realmente le damos permiso
para entrar en nosotros.
Hay muchas maneras de hablar con Dios. Podemos conversar con él
sobre los temas propios de nuestra vida, todo lo que nos preocupa y lo que nos
anima, nuestros dolores y nuestras esperanzas.
A lo largo de esta catequesis bíblica hemos ido descubriendo poco a
poco el rostro cercano y amable de Dios; y nos vamos apartando de los
rostros airados y castigadores de los ídolos. Hoy queremos rezar con la Biblia
algunos salmos de confianza en Dios.
Los catequista deben seleccionar de antemano los salmos y los
versículos que van a ver, según sean sus catequizandos. Cada participante en
la catequesis irá rezando un versículo de cada salmo, y a continuación todos
los presentes repiten, frase por frase, cada versículo. Al acabar un salmo, lo
comentamos entre todos, diciendo cuál es la frase que más nos ha gustado. Y
así podemos rezar varios salmos, según el tiempo que tengamos.
Lo importante es que experimentemos la alegría de sentir a Dios tan
cerca, tan comprensivo, tan mamá... Sabiendo que él busca siempre nuestra
felicidad. Y nosotros, ante su amor sin límites, nos mostramos sinceramente
agradecidos y confiados.
Pero tener confianza en Dios no quiere decir que podemos esperarlo
todo de él sin hacer nosotros nada. Dios no es paternalista, que hace en lugar
nuestro lo que nosotros deberíamos hacer; eso sería fomentar nuestra
irresponsabilidad.
Tampoco esperemos cada rato “milagros” de Dios. Él respeta las leyes
de la Naturaleza, que él mismo ha creado; y respeta también nuestro libre
albedrío, o sea, nuestra libertad. A lo que está dispuesto a ayudarnos es a que
aprendamos a hacer las cosas por nosotros mismos, cada vez con mayor
responsabilidad.
Es muy importante que aclaremos de quién nos fiamos. Pues puede ser
que dirijamos nuestras oraciones a dioses falsos, inventados por nosotros o
por nuestra sociedad.
No podemos rezar a dioses que no existen. Sería como hablar por un
teléfono que no tiene línea. Es perder el tiempo querer pedir algo a un Dios
tarado, injusto, cruel, lejano, sencillamente porque no existe… Él no es
dictador, ni de una raza o nación. Jamás será enemigo de la gente, o del
progreso humano. No es vengativo, ni castigador. No es cuadriculado, ni
metiche, ni supersticioso.
Dios es amor, verdad, justicia, libertad, belleza… Es cercano y
comprensivo, siempre dispuesto a ayudarnos para que seamos personas
felices. Su alegría es nuestra felicidad.
Él es plenitud de amor. Es todopoderoso sólo en el amor… Nosotros
estamos llamados por él a crecer sin medida en el amor, como él. Nuestra
capacidad de amor es nuestra fuerza más poderosa. Y el gran milagro que
Dios siempre quiere realizar en nosotros es ayudarnos a crecer en el amor, en
todas las dimensiones y sin fin…
2. Reflexionar sobre los salmos
Lo más importante en esta catequesis es el rezo mismo de los salmos, realizado
con tranquilidad. Si sobra tiempo, podemos realizar las siguientes reflexiones:

a) ¿Cuándo rezamos, cómo nos imaginamos que es Dios? ¿Lo vemos


como juez castigador o como papá cariñoso? ¿Distraído o atento?
¿Enojado o sonriente?
b) ¿Qué nos enseñan estos salmos sobre la manera de ser y
comportarse Dios?
c) Intentemos resumir qué es lo que entendemos por confianza en
Dios. ¿Cuándo la confianza es falsa y no sirve para nada, y cuándo es
auténtica?
d) ¿Cómo debemos comportarnos de forma que los demás vean
nuestra confianza en Dios?
3. Resumimos el mensaje repitiendo algunos la frase de confianza en Dios
que más nos ha gustado entre los salmos elegidos.
4. Cantamos: “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar”...
22 -Jonás: Dios
universal
que ama
a todos
Texto: Jonás 4.
Palabra central:
DIOS DE TODOS
1. Leer este capítulo de Jonás hasta
ser capaces de contarlo.
2. Marco histórico de Jonás
La historia de Jonás es una narración popular inventada para enseñar
que a Dios le preocupan todos los seres humanos, y no sólo los de la propia
nación de uno. Presenta a un Dios universal, que está en todos lados y está
siempre dispuesto a ayudar a todos, sean de donde sean.
Aunque ya Isaías júnior había aclarado que Yavé no era solo Dios de
Israel, sino de todo el mundo, un siglo más tarde las creencias volvieron a
hacerse cerradamente nacionalistas, y comenzaron de nuevo a despreciar a
los extranjeros como gente no querida por Dios.
En este ambiente, los “Pobres de Yavé” redactan este hermoso cuento.
En él Jonás simboliza al judío conservador y cerrado, que no está dispuesto a
predicar conversión a los extranjeros. Y aunque él intenta irse lejos, Dios le
fuerza por todos los medios para que vaya a Nínive, que es el símbolo de la
ciudad muy corrupta. Allá realiza bien su misión y consigue que los ninivitas se
conviertan a Dios, pero Jonás se enoja porque Dios los perdona, y se marcha a
un cerro vecino a ver si Yavé cambia de opinión y decide castigar a aquella
ciudad tan pecadora.
Dios se acerca a Jonás para preguntarle si tiene razón para estar tan
enojado. Él le contesta groseramente. Y entonces Dios le hace crecer
rápidamente una planta para que le dé sombra. Entonces Jonás se alegra
mucho, pero al día siguiente la planta se seca, y Jonás vuelve a enojarse aun
más. En ese momento se le acerca de nuevo Yavé y le hace reflexionar que si
él se ha alegrado y enojado tanto por una planta que él no había sembrado,
por qué Dios no iba a sentir la muerte de los ninivitas, al menos la de los niños
y la de los animales, que no tenían ninguna culpa.
La lección es maravillosa: Yavé se preocupa de dar vida a todos, tanto al
necio y terco de Jonás, como a los corruptos de Nínive. Para él no hay
diferencias. Cualquiera que se acerque con humildad a él, sea quien sea,
recibirá con gusto su misericordia. Para Dios no hay despreciados. Todos los
seres humanos, si lo quieren de veras, tienen derecho a recibir sus
atenciones...
Nosotros debemos procurar ensanchar nuestro corazón, superando toda
clase de prejuicios, de forma que no despreciemos a nadie, por más distinto a
nosotros que sea.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Pensamos que Dios nos quiere a nosotros más que a la gente de
otros países? Recordemos frases que se dicen sobre este tema.
b) ¿A quiénes representa la figura de Jonás? ¿Por qué se enoja él?
¿Encontramos en nuestro ambiente gente que se parece a Jonás?
c) ¿Por qué Dios no quiere castigar a los ninivitas? Leer Hechos
10,34-35.
d) ¿Qué imagen de Dios se manifiesta en este texto?
e) Compromisos que podemos sacamos de este tema, respecto a
nuestro comportamiento ante otros grupos humanos a los que se les
suele despreciar.
4. Orar el mensaje:
• Reconocemos que Dios no hace diferencia entre las personas.
• Dios acepta a todo el que lo honra y obra con justicia, sea de donde
sea.
• Perdón por las veces que despreciamos a los que no son igual que
nosotros.
• Enséñanos a creer que tú eres Padre amoroso de todos, aun de
nuestros enemigos.
• Bendito seas porque sabes perdonar a todos los que se arrepienten,
sean de la religión que sean.
• Gracias infinitas porque abres tus brazos a todos los seres humanos.
5. Despedida. Cada uno salude con respeto y cariño al que crea que es más
distinto a él o ella.
23 -Rut:
Dignidad
de
toda
mujer
Texto: Rut 4
Palabra central:
DIGNIDAD FEMENINA
1. Leer el texto, más o menos completo,
según sea conveniente.
2. Marco histórico del relato.
Se trata de una novelita popular, escrita en el siglo cuarto antes de
Cristo, que tiene lecciones muy lindas.
Los catequistas deben leerla como se lee un cuento, intercalando
explicaciones que ayuden a comprender y dialogar el mensaje. Para ello es
imprescindible que hayan preparado antes el tema y sepan explicarles las
circunstancias que se explican a continuación.
Hace casi un siglo que han vuelto del destierro de Babilonia, y tienen un
gobierno nacionalista muy conservador, que ha decretado que todos los judíos
casados con extranjeras, sobre todo si son moabitas, deben divorciarse de
ellas. Dicen que sólo deben ser respetadas las descendientes de David.
Suponen que ninguna extranjera puede ser buena esposa.
En esta narración, escrita por los “Pobres de Yavé”, Rut es el prototipo
de la persona despreciada. Ella es mujer, extranjera, viuda y sin hijos. Pero a
pesar de ello es una maravillosa mujer. Es noble, cariñosa y totalmente
solidaria con su suegra: “Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”.
Los “Pobres de Yavé” se oponen a divorciarse de sus esposas
extranjeras, y para ello escriben esta hermosa novelita en la que muestran a
una moabita que se convierte en una fervorosa judía, respetando y
cumpliendo todas las tradiciones de su pueblo de adopción. Y como ironía final
la ponen como bisabuela del rey David, con lo que el argumento de la pureza
de la raza queda inutilizado. Así combaten el machismo y el nacionalismo de
las autoridades de entonces.
En los Libros Sagrados que existían hasta entonces estaba ya escrito
que lo que quedaba atrás en las cosechas era para los huérfanos, las viudas y
los extranjeros, y por eso Rut va a espigar las sobras de las cosechas para
poder comer ella y su suegra. Existía además la Ley del Levirato que pedía
que cuando una mujer enviudaba sin haber tenido hijos, el pariente más
cercano del difunto tenía que casarse con ella para que tuviera herederos el
difunto, y por eso ella busca al pariente más cercano de su marido para que le
dé hijos que puedan heredar su tierra. De esa unión con Boás nacerá Obed,
que será padre de Jesé, y éste de David.
Nosotros tenemos que esforzarnos para no despreciar a ningún
extranjero. Puede ser que, como Rut, llegue a ser mucho mejor que nosotros…
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Sufrimos nosotros también las plagas del machismo y el
nacionalismo? ¿En qué se notan? Pongamos algunos ejemplos.
b) ¿Qué idea de Dios tienen los “Pobres de Yavé” que escriben
este texto?
c) ¿Qué cualidades demuestra tener la extranjera Rut?
d) ¿Por qué Dios apoya tan decididamente a aquella mujer tan
despreciada por la cultura ambiental?
e) ¿Qué lecciones concretas sacamos de este caso para nuestra
vida familiar y comunitaria? ¿Cómo podemos combatir el machismo y el
nacionalismo cerrado?
4. Resumir entre todos el mensaje de esta narración.
5. Orar el mensaje:
• Creemos que Dios aprecia y bendice a toda mujer despreciada.
• Creemos que Dios mira el corazón de las personas, y no su porte
exterior.
• Perdón, Señor, porque con frecuencia despreciamos más a los que ya
son despreciados.
• Pidamos a Dios que sepamos respetarnos y apreciarnos, hombres y
mujeres, nacionales y extranjeros.
• Gracias porque tú sabes ver lo bueno que hay dentro de nosotros.
• Bendito seas, Señor, porque en tu inmenso corazón podemos entrar
todos.
6. Despedida, si es posible con una canción que cante las cualidades del
corazón de la mujer.
24 - Job: Rebeldías
sinceras
contra
Dios
Texto: Job 7,15-21; 42,2-6
Palabra central: REBELDÍA
1. Leer los textos hasta poderlos resumir.
2. Marco histórico de los textos
Aunque la niñez y juventud es época de alegrías e ilusiones, también con
frecuencia nos encontramos con fuertes rebeldías y protestas.
Uno de los puntos conflictivos suele ser el de la fe en Dios. Con
demasiada frecuencia escuchan los jóvenes que sus padres y educadores
recurren a la amenaza del castigo divino para frenarles en sus ímpetus
juveniles. No aceptan las imágenes de un dios demasiado controlador, enemigo
y contrincante de su felicidad. Ni a un Dios contrario a todo lo que sea sexo,
libertad o creatividad. O un Dios viejo, al que no le gusta nada nuevo. O el
Dios opuesto a todo avance moderno...
Los problemas de fe se agravan cuando nos tocan desgracias, fracasos,
humillaciones, enfermedades... Y no falta entonces quien nos diga que Dios
nos está probando... En estos casos las rebeldías contra Dios pueden ser
mucho más fuertes. Hasta que nos sentimos tentados de rechazar la fe en
Dios como algo absurdo, que nos impide crecer como personas.
Así sintió también Job. En medio de terribles dolores, sus amigos le
repiten machaconamente que sus sufrimientos son castigo de Dios. Y él siente
una rebeldía terrible contra ese Dios. Le acusa de injusto, le pide que se aleje
de él y le deje tranquilo. Piensa que a Dios se le ha escapado el mundo de las
manos. Pero con toda sinceridad le cuenta a Dios mismo todas sus rebeldías, y
aun sus insultos.
Hasta que poco a poco se va dando cuenta de las falsedades que
encierra la idea de Dios que le han transmitido sus antepasados. Se le va
aclarando qué no es Dios. Y así, lentamente, va entendiendo que Dios es otra
cosa muy distinta a lo que pensaba antes. No acaba de comprenderlo; pero
acepta el misterio de Dios, que es muy superior a sus entendederas, y le da
un voto de confianza. Se aclara un poco dónde no está Dios; y deja una ancha
ventana abierta por la que pueda recibir las maravillas y la grandeza de la
novedad de Dios...
Al final del libro Dios reconoce que le ha gustado la sinceridad y la
búsqueda de su amigo Job, y, en cambio, se muestra enojado contra los que
tanto lo querían defender hablando de su justicia y sus castigos (42,7-8).
Nosotros también tenemos que darnos cuenta que es posible que
nuestras rebeldías en contra de Dios pueden ser legítimas, pues quizás no son
directamente contra la realidad de Dios, sino en contra de las falsas
imágenes de Dios que nos tradicionalmente nos han presentado.
3. Dialogar sobre el ejemplo de Job
a) ¿Cuántas veces hemos sentido rebeldías en contra de ciertas
imágenes castigadoras de Dios que nos presentan nuestros mayores?
b) ¿Qué es lo que no nos gusta del Dios que a veces nos predican?
¿Dios castigador, enemigo de nuestra creatividad y nuestra felicidad...?
c) ¿Por qué será que a Dios le gustan las rebeldías de Job, pero le
desagradan las defensas que le hacen los tres “entendidos?
d) Hagamos un credo al revés: en qué dioses no creemos.
e) Intentemos construir un nuevo credo sobre Dios. ¿Qué
podemos intuir acerca de las maravillas y la grandeza de Dios? ¿Le
damos un voto de confianza, aunque por ahora no lo podamos entender
del todo?
4. Orar el mensaje:
• Perdón, Señor Dios, porque nos pasamos la vida echándote la culpa
de todo lo malo que nos pasa.
• Ayúdanos a rechazar tus rostros falsos y a andar siempre buscando
tu verdad.
• Gracias, Señor, porque entiendes la verdad de nuestras rebeldías.
• Bien sé yo que ni Defensor vive, y que él hablará el último. Job 19,25
• Yo me podré de pie dentro de mi piel y en mi propia carne veré a
Dios.
• Reconozco que lo puedes todo y que eres capaz de realizar todos tus
proyectos. Job 42,2
5. Como final, podríamos cantar, si sabemos, una canción de protesta,
pensando en cuáles de esas protestas estaría de acuerdo Dios.
Si algún catequista quiere profundizar en el tema del
sufrimiento, podría ver Fe y Dolor, de JL Caravias.
25 - La amistad,
don de
Dios
Texto: Eclo 6,14-17; 22,20-
22; 27,17-21
Palabra central:
AMIGOS FIELES
1. Leer los textos lentamente,
más de una vez, hasta que sepamos repetir lo más importante.
2. Explicación de los textos
Todos los seres humanos nacemos con una gran capacidad de amar,
capacidad que debemos desarrollar poco a poco, sin límites. Ésta es nuestra
mayor semejanza con Dios: la de poder amar y ser amados. Y estamos
invitados a crecer en el amor hasta la medida de Dios.
En esta vida jamás llegaremos a llenar del todo nuestra capacidad de
amor. Pero puede crecer ininterrumpidamente y sin medida, aunque a su
plenitud sólo llegaremos en la resurrección, cuando nos encontremos, ya
purificados, capaces de amar como Dios ama.
Existen diversos tipos de amor: de hijos, de hermanos, de amigos, de
pareja, de padres... En alguna manera debemos desarrollar todos los tipos de
amor, aunque, según los casos y la etapa de la vida, podemos dar prioridad a
uno u otro. Pero hoy nos fijamos especialmente en el amor de amigos, en la
amistad.
Cultivar y desarrollar nuestra capacidad de amistad es muy importante
en la niñez y la juventud. Del saber tener amigos, de ambos sexos, depende
en gran parte el futuro de felicidad de una persona. Por ello nos dedicamos
hoy a reflexionar sobre la amistad, ayudados por algunas citas bíblicas.
Podemos leerlas, primero entre todos, y después en grupitos pequeños, de
forma que podamos seleccionar las que más nos gustan y después dialogar
sobre ellas, diciendo cada uno qué piensa sobre este tema y en qué le ayudan
estas citas bíblicas.
Si se dividen en grupos pequeños, podrían ver también en el libro de los
Proverbios 17,9.17; 27,5-10.19. O quizás se podría realizar más tarde en las
casas esta investigación.
Sobre la amistad se habla con frecuente en la Biblia, pues aprender a
cultivar amistades es un arte vital para todos. Sepamos ver a Dios
ayudándonos a ser cada vez mejores amigos...
Jesús dijo que él es nuestro amigo (Jn 15,14-15). Y cuando nos reunimos
como amigos él está activo en medio de nosotros (Mt 18,20). Donde hay amor,
ahí está siempre Dios, aunque nosotros no nos demos cuenta de su presencia
(1Jn 4,7-8.12.16).
En el tema siguiente hablaremos de un amor especial: el enamoramiento.
3. Dialogar sobre la amistad
a) ¿En qué consiste ser de veras amigos? ¿Cuáles nos parecen que
deben ser las características de la verdadera amistad?
b) ¿Cómo distinguir una amistad verdadera de una falsa?
c) ¿Por qué será que insiste tanto la Biblia en la fidelidad a la
amistad y especialmente en no revelar secretos?
d) ¿Cómo debe ser la amistad entre chicos y chicas? ¿Qué
diferencia hay entre ser amigos y ser novios?
e) ¿Qué podemos planificar juntos para cultivar mejor nuestras
amistades?
4. Orar sobre la amistad:
• Creemos, Señor, que la amistad es uno de tus más lindos dones.
• Creemos, Jesús, que tú siempre estás presente entre los amigos,
como un amigo más.
• Perdón porque a veces somos infieles con nuestros amigos.
• Ayúdanos a jamás revelar el secreto de un amigo.
• Ayúdanos a tener cada vez más y mejores amigos.
• Bendito seas por ser nuestro más fiel amigo.
5. Nos despedimos con una abrazo en corro, bailando, y si es posible
cantando algo sobre la amistad, por ejemplo, aquello de “yo quiero tener un
millón de amigos”...
26 -El Dios de los
enamorados:
Cantar de los
Cantares
Texto: Cant 6,2-5; 8,4-7
Palabra central:
YO SOY PARA MI AMADO Y ÉL PARA MÍ.
1. Leer el texto y recordar lo más importante.
2. Marco histórico del texto
Ante ambientes de libertinaje sexual,
despreciadores del matrimonio, surge este
maravilloso libro bíblico como defensa y fomento
del amor de enamoramiento de hombre y mujer.
Cada catequista debe decidir cómo adaptar este
mensaje a la realidad sicológica y cultural de su grupo.
Se trata de una joven campesina profundamente enamorada, separada a
la fuerza de su pareja, que siente y sueña con lo que le quiere decir a él y con
lo espera que él le diga a ella.
Acá ya no hay ni restos de machismo. “Mi amado es para mí y yo para él”.
Hay una entrega mutua total. El amor hace resaltar las cualidades de la
persona amada y decírselas con todo cariño. El Cantar es un constante rosario
de piropos, sumamente poéticos, según la cultura campesina de su época.
No existe un falso pudor. Ella describe con admiración el cuerpo de él
(5,10-16), y él el de ella (4,1-15). Añoran sus relaciones sexuales, pero con
delicadeza y poesía (manzanas y granadas), como expresión de su amor mutuo.
Tampoco existen los celos, pues están seguros el uno del otro. “Es
fuerte el amor como la muerte... Sus flechas son dardos de fuego como llama
divina. No apagarán el amor ni lo ahogarán océanos ni ríos”.
En nuestro mundo se habla mucho de amor y se juega mucho con el amor,
pero se sabe poco cultivar auténticos enamoramientos. El gran problema de
muchas parejas es que, aunque hayan empezado enamorados, no crecen en su
enamoramiento. Torpemente se estancan, con lo que su amor acaba
pudriéndose.
Es muy importante que niños y jóvenes se vayan preparando para que en
su momento sean capaces de enamorarse de veras y de cultivar ese
enamoramiento durante toda su vida. En los inicios de los enamoramientos los
jóvenes deben poder encontrar con quién sincerarse de forma que les puedan
ayudar en tema tan vital para su futuro. Padres, maestros y catequistas
deben asumir este papel con mucha mayor seriedad y conocimiento de los que
lo hacen ahora.
Prepararse para poder enamorarse en serio y saber después cultivar
constantemente su enamoramiento es una tarea primordial de la juventud.
“Jamás sexo sin amor” puede ser un ideal a cultivar, en contra de la corriente
degradante de la cultura televisiva de los poderosos. Porque queremos llegar
a desarrollar una sexualidad auténticamente humana, no queremos ensuciar
algo tan grande y tan digno, de lo que depende en buena parte nuestro futuro
de felicidad y el de unos posibles hijos. Cantar de los Cantares es un manual
divino de cultivo del enamoramiento. Aprendamos a aprovecharlo…
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Tenemos problemas niños y jóvenes en los primeros tanteos de
enamoramiento? ¿Nos sentimos incomprendidos por los mayores?
b) ¿Nos gustaría tener cerca personas que comprendan nuestros
problemas y sepan ayudarnos? ¿En qué temas concretos nos gustaría que
nos ayudaran?
c) ¿Por qué dice el Cantar que el amor es fuerte como la muerte y
sus dardos de fuego son como llama divina? (8,6).
d) ¿Qué lugar puede ocupar Dios en nuestros procesos de
enamoramiento?
e) ¿Hay alguna relación entre Dios y la sexualidad? ¿En qué?
¿Cómo?
f) ¿Cuál sería el ideal de un noviazgo? ¿Para qué sirve el noviazgo?
4. Orar el mensaje:
• Creemos, Señor, que tú has creado nuestra sexualidad como
expresión de amor complementario y fecundo.
• Tú no eres enemigo de la sexualidad, sino que nos ayudas a
entenderla y vivirla a plenitud.
• Perdón porque seguimos como esclavos las propagandas de sexo sin
amor, peor que animales.
• Te rogamos encarecidamente que nos ayudes a capacitarnos para
poder enamorarnos de veras, de forma creciente y para siempre.
• Que sexo y amor jamás estén divorciados.
• Gracias por el don de la sexualidad, que tanto nos ayuda a
realizarnos y a hacernos felices.
5. Como final, cantemos una canción positiva sobre el enamoramiento.
Los catequistas pueden profundizar el tema viendo de nuevo
Matrimonio y Familia a la luz de la Biblia.
27 - Tobías:
Amor
familiar
Texto: Tobías
Palabra clave:
CARIÑO Y COMPRENSIÓN
1. Contar la narración de Tobías.
2. Presentación del tema
Hoy vamos a dialogar sobre otro tipo de
amor: el familiar.
En el tiempo de la narración de Tobías,
además de la corrupción general, se acentuaba también una profunda
degeneración de las familias. Este libro de Tobías, como contrapartida,
exalta los valores tradicionales de la familia, como la unión, el amor y el
respeto, la solidaridad con los hermanos necesitados especialmente en
momentos de persecución, la formación de los hijos, la preocupación por su
porvenir económico y la preparación para que puedan realizar un buen
matrimonio.
Los catequistas deben darse tiempo para leer de antemano esta
hermosa narración didáctica, de forma que la puedan contar con amenidad a
sus catequizandos, leyendo en medio de su narración algunos párrafos
bíblicos, entresacados con anterioridad. Cuando sea conveniente, subrayen el
carácter simbólico de la narración y el paralelismo que puede tener con
nuestro mundo actual.
Vean cómo Tobit y Ana, que vivían en Nínive, perdieron su estatus social
por haber ayudado a sus hermanos más necesitados, especialmente a las
víctimas de la represión. Y cómo el papá se preocupa por el futuro de su hijo.
Vean los caracteres distintos pero complementarios del padre y la madre.
Sus oraciones en los tiempos difíciles y cómo Dios los oye, enviándoles un
emisario suyo, y preparando en la lejanía el matrimonio futuro de Tobías y
Sara...
En Ecbátana otra familia honrada, formada por Ragüel y Edna, con su
hija Sara, también tienen problemas. Un “demonio” había matado en la noche
de bodas a varios maridos de Sara. Ella, angustiada, recurre a Dios, que
también la escucha. A través de su “enviado” hace encontrarse a los jóvenes
Tobías y Sara, que con toda pureza, ante Dios, contraen matrimonio. Es
interesante la oración de los dos en su noche de bodas (8,5-8).
La narración está llena de lindos detalles familiares, que cada
catequista, según convenga, puede resaltar. Es una novela enternecedora. En
las dos familias se destaca el cariño de los suegros para con sus nuevos hijos.
Y el respeto también y los cuidados de los hijos para con sus padres ancianos.
Por todos lados se destila amor familiar...
Podemos encontrar varias clases de oraciones, tanto para los momentos
de dolor y aun de desesperación, como para los de encuentro, triunfo y gozo.
Son de destacar los consejos que dan los padres a sus hijos, tanto de
solteros como de casados, especialmente la insistencia con que piden
austeridad de vida, justicia social y ayuda a los pobres (4,3-19). Al final
repite consejos semejantes el ángel Rafael, cuando se da a conocer (12,6-15).
3. Dialogar sobre la familia
a) ¿En qué se parecen los problemas familiares del libro de Tobías
a nuestros propios problemas familiares?
b) ¿En qué nos han ayudado nuestros padres para prepararnos
para la vida?
c) Recordemos algunos buenos consejos que nos hayan dado papá o
mamá.
d) Repasemos los consejos que en este libro se dan a los hijos,
cuando solteros y cuando casados, y veamos en qué nos sirven a
nosotros.
e) Podríamos ver cómo dialogar y rezar en casa sobre cómo hacer
crecer el amor dentro de nuestra familia.
4. Orar el mensaje:
• Creemos, Señor, que tú estás presente en todo lo bueno que hay en
nuestro amor familiar.
• Perdón por las muchas incomprensiones y tensiones que hay en
nuestras familias.
• Ayúdanos para que sepamos crecer en el respeto y amor mutuo
dentro de nuestras familias.
• Que los padres enseñen a sus hijos la justicia y la limosna, la
alabanza y la bendición de Dios (Tobías 14,8).
• ¿Cómo mejorar el amor entre padres e hijos y entre hermanos?
5. Despedida, con afecto familiar, como hermanos...
28 - Trabajo y
ociosidad
Palabra clave:
TRABAJO DIGNO Y HONRADO
1. Reflexión sobre el trabajo
Se trata de reflexionar sobre la
obligación y la dignidad del trabajo,
desde las primeras letras hasta
realizar una buena profesión. Y sentir
también vergüenza de querer a veces vivir sin trabajar. Aunque digamos que
no tenemos nada que hacer, siempre hay algo que arreglar o mejorar en la
casa, y siempre podremos prepararnos a trabajar mejor.
Trabajar es colaborar con Dios en mejorar la creación, al servicio de los
hermanos. En el aprender a trabajar con gusto y calidad está una buena parte
de nuestra felicidad futura. El trabajo no es una maldición, sino una bendición
de Dios. Si durante la juventud sabemos exigirnos a nosotros mismos,
llegaremos a ser profesionales cualificados y apreciados.
Aprender a vivir del propio trabajo es una honra y una felicidad. Los
seres humanos nos realizamos a través de del esfuerzo personal de cada uno.
Nunca queramos vivir de limosna, sino del propio esfuerzo, realizado
cada vez con mejor calidad... De nuestra actitud de superación de ahora
depende nuestro futuro...
El trabajo normal durante la juventud es el estudio. No debemos
estudiar porque nos lo exijan desde fuera, o por miedo a castigos, sino porque
nos sale de dentro de nosotros mismos, porque sabemos que buena parte de
nuestro futuro depende de la calidad de los estudios.
Los estudios o los trabajos mal realizados debieran de avergonzarnos. Y
mucho peor, las tentaciones de ociosidad.
Vamos a ver hoy la mucha importancia que la Biblia da al trabajo; y lo
mucho que desprecia a la ociosidad.
2. Dialogar sobre el trabajo
a) ¿Nos gusta trabajar? ¿En qué queremos especializarnos?
b) ¿Hemos sentido ya la felicidad de ganar algo con nuestro propio
trabajo?
c) ¿Por qué la Biblia alaba tanto al trabajador y desprecia
fuertemente al ocioso?
d) ¿Cómo entendemos esto de la dignidad del trabajo y la
deshonra de la ociosidad?
e) ¿En qué podemos ayudar en nuestra casa o en nuestro barrio?
3. Iluminar la reflexión con textos bíblicos:
Leer por grupitos estas citas, eligiendo las que más nos gustan, de forma
que nos den luz y fuerzas para prepararnos para ser buenos
trabajadores y trabajadoras. Según los casos, estas citas se pueden ver
antes del diálogo.
a) Trabajo:
Gén 1,28 Dios los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos y multiplíquense.
Llenen la tierra y sométanla”. 2,15 Entonces Yavé Dios tomó al hombre y
lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. 3,19 Con el
sudor de tu frente comerás tu pan...
Ex 20,9-10 Trabaja seis días, y en ellos haz todas tus tareas... Y al séptimo
descansa...
Prov 12,11 El que cultiva su tierra se hartará de pan, el que persigue ilusiones
es un insensato.
Ecl 3, 22 Lo mejor para el hombre es gozar de sus obras, porque ésa es la
condición humana. 5,17 La felicidad que le conviene al hombre es comer,
beber y gozar de bienestar en el trabajo que se da bajo el sol, durante
los años que Dios le conceda.
b) Ociosidad:
Eclo 22,1-2 El ocioso es semejante a una piedra manchada; se burlan de su
deshonra. Es semejante a una bola de estiércol, todo el que lo toca sacude
la mano. 33,28 Ponte a trabajar para que no estés ocioso, porque la
ociosidad enseña mucha maldad.
Ecl 10,18 Por falta de cuidado se cae la techumbre, y cuando la gente es floja
la casa se llena de goteras. 11,4 Quien observa el viento no siembra, y el
que mira las nubes no cosecha.
Prov 6,6 Anda a ver a la hormiga, perezoso, mira sus costumbres y te harás
sabio. 7 Ella no tiene jefe, ni mayordomo, ni amo. Asegura en el verano su
provisión, recoge durante la siega su comida. ¿Hasta cuándo, perezoso,
estarás acostado?
Eclo 40,28-30 Hijo mío, no vivas pidiendo limosnas, más vale morir que
mendigar. No es vida la del hombre que atisba la mesa del vecino... Lo que
regalaron al hombre irresponsable le parece dulce en su boca, pero en su
vientre será fuego ardiente.
4. Orar el mensaje: A la luz de estas citas, pedir aprender a trabajar bien,
querer trabajar y tener buen trabajo...
29 - Salud:
cultura
antigua y
moderna
Texto: Eclesiástico 38,1-14
Palabra central:
SALUD PARA TODOS
1. Leer el texto y resumirlo.
2. Marco histórico del texto
En los últimos siglos antes de Cristo el Pueblo de la Biblia sufrió
sucesivas invasiones de los persas y diversos imperios de cultura griega.
Persas y griegos no eran tan violentos como los imperios anteriores. Ellos
dominaron a los judíos principalmente a través de invasiones culturales.
Cambiando la cultura popular consiguieron debilitar su fe en Yavé, con lo que
se degeneraron los valores del pueblo, y dejaron así de ser posibles enemigos.
La cultura es como el conductor por el que corre la fuerza de la fe en
Dios. Y si se corta el cable, la electricidad no llega. Por eso es tan grave que
el pueblo pierda su cultura.
En aquellas circunstancias de invasión cultural, Dios inspiró una nueva
clase de libros, llamados sapienciales, como los Salmos, Job, el Cantar, el
Eclesiástico y otros. En estos libros se valoriza y se cultiva la cultura popular
en muy diversos temas, como la valorización de la mujer y la pareja, la
amistad, el trabajo, el trato entre ricos y pobres, la piedad popular, el
sentido del sufrimiento, y otros muchos más. Se intenta resucitar y purificar
las costumbres populares, además de asimilar las cosas buenas de la nueva
cultura que viene, todo a la luz de la fe en el Dios de la Biblia, tan distinto a
los otros dioses.
Estos libros ayudan a estar abiertos para mantener lo bueno de
nuestras tradiciones y abiertos también para asimilar lo bueno de la ciencia y
la cultura nueva. El caso de la salud nos viene muy bien para entender esta
problemática. En el texto del Eclesiástico se unen los dos enfoques. Por un
lado se reconoce que Dios ha puesto en la naturaleza cantidad de remedios
para prevenir o curar nuestras enfermedades, pero al mismo tiempo se
reconoce también que Dios ha dado su ciencia a los especialistas en salud para
que ellos puedan ayudarnos a ser más sanos y poder curarnos en caso de
enfermedad. El Eclesiástico ve a Dios presente tanto en la medicina natural
como en la científica.
A Dios no le gusta alterar las leyes de la Naturaleza que él mismo ha
creado. Por eso no debemos esperar de él curaciones milagreras, sino la
sabiduría de conocer los secretos maravillosos que él ha puesto en la
Naturaleza y saber sacarles frutos cada vez mayores...
Que sepamos cuidar de nuestra salud, especialmente en la juventud, es
un deseo de Dios, que debemos tomar muy en serio. De ello puede depender
una buena parte de nuestro futuro.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Sufrimos también en nuestro tiempo invasiones culturales
extranjeras, que debilitan nuestra fe en Dios, y degeneran nuestras
costumbres y nuestra personalidad?
b) ¿Qué cosas de la cultura extranjera están dañando nuestras
costumbres y nuestra calidad de vida, sobre todo en temas de salud?
c) ¿Cuál será la voluntad de Dios en la prevención de la salud y en
la curación de las enfermedades?
d) ¿Qué cosas de la medicina moderna son buenas y nos hacen
bien?
e) ¿Por qué la atención de la salud no llega a todos? ¿Qué
podríamos hacer para que esté al alcance de nuestra gente?
f) ¿Cómo ayudar a algún enfermo necesitado de nuestra
comunidad?
4. Orar el mensaje:
• Creemos, Papá Dios, que tú has puesto en la naturaleza cantidad de
remedios al servicio de nuestra salud.
• Gracias por los adelantos en salud que con tu ayuda han descubierto
los científicos.
• Perdón porque estos adelantos están al servicio sólo de unos pocos.
• Concédenos la sabiduría necesaria para poder discernir lo que nos
conviene, según tus proyectos de felicidad.
5. Como despedida digámonos unos a otros en qué debemos mejorar nuestra
salud.
30 -Daniel,
eterno
joven,
fiel siempre
a Dios
Texto: Dan 6,2-24
Palabra central:
FIDELIDAD A DIOS
1. Leer el texto y contarlo brevemente.
2. Marco histórico del texto
Al comienzo del siglo II antes de Cristo, los judíos sufren una cruel
opresión por parte de los emperadores sirios. La gente está desanimada. Pero
existe una corriente que insiste en que la presencia de Dios en medio de su
pueblo les debe animar a resistir y luchar.
Un autor clandestino escribe un libro enigmático en el que el
protagonista es un joven llamado Daniel, que vive a lo largo de varios imperios,
manteniéndose siempre joven, gracias a su fidelidad heroica a la Alianza con
Yavé. Él, y sus jóvenes compañeros, a partir de su fe, se muestran
inteligentes, bien preparados, competentes, sagaces, siempre superiores a
sus opresores.
Este libro, escrito en el género literario llamado apocalíptico, sirvió para
mantener en alto la moral del pueblo perseguido. Es un libro de protesta,
resistencia y esperanza.
Daniel y sus compañeros Ananías, Misael y Azarías simbolizan al pueblo
honrado, sencillo, valiente, lindo y sabio. Ellos se mantienen fieles a sus
costumbres y no aceptan las de los poderosos del imperio, con lo que se
vuelven más fuertes y sabios que sus enemigos (1,8-17).
Daniel sabe ver que el tiránico emperador Antíoco IV es duro y fuerte,
de oro y plata por arriba, pero sus pies son de barro (2,31-36). Por eso una
piedrita bien lanzada, que le destruya los pies, echará por tierra todo aquel
esplendor.
En cambio el pueblo fiel a sí mismo y a Dios, aunque parezca débil, se
mantiene eternamente joven, vivo e inteligente. Las autoridades habían
ordenado que todos adoraran la estatua de oro del imperio (3,5-6), pero
Daniel y sus compañeros se niegan a someterse, y por ello son condenados al
horno de fuego (3,14-24) y más tarde al foso de los leones (6,17-23), pero de
los dos los salva Dios, pues habían puesto en él todas sus esperanzas. El rey,
esclavo de sus estructuras, no les puede salvar, aun teniendo buena voluntad;
pero Yavé sí.
Son hermosos los himnos de alabanza que cantan estos jóvenes al
sentirse librados por Dios de las manos de sus opresores. Podremos rezar
algo de ellos al final de la catequesis.
Quizás el pasaje más simbólico y atractivo de este libro es el de los
leones. Otra cita interesante, según los casos, sería la de Susana (13).
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿Existen jóvenes entre nosotros que se mantienen buena gente,
a pesar de las muchas tentaciones del ambiente? ¿Contemos algún
testimonio concreto?
b) ¿Tenemos la experiencia de que manteniéndonos fieles a Dios
somos más felices?
c) ¿Hemos sentido a veces cómo la ayuda de Dios nos ha sacado de
problemas graves?
d) ¿Nos esforzamos en ser siempre competentes, mejores que los
que nos oprimen?
e) ¿Entendemos que la fidelidad a Dios nos puede mantener
siempre en actitudes jóvenes? ¿En qué consistiría? ¿Cómo conseguirla?
4. Orar el mensaje: Bendigamos a Dios repitiendo algunas estrofas del
cántico de victoria de Daniel y sus amigos (3,52-90)
• Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres.
• Alábenlo estrellas del cielo y animales de la tierra.
• Hijos de los hombres, alábenlo eternamente
• Espíritus de los justos, alábenlo para siempre.
• Santos y humildes de corazón, bendigan a Señor.
• Jóvenes, bendigamos al Señor, porque nos libra de las garras de los
leones y de las llamas de muerte.
• Demos gracias al Señor porque es bueno y su misericordia es eterna.
5. Nos despedimos con un canto de alegría.
31 - Los siete
jóvenes mártires
y la resurrección
Texto: 2 Macabeos 7
Palabra central:
RESURRECCIÓN
1. Leer el texto y contarlo.
2. Marco histórico
Seguimos en la época del cruel Antíoco IV. El apocalipsis de Daniel había
dado ánimo y fortaleza al pueblo para resistir la orden del emperador de que
lo adorasen como Dios. Él pensaba que un dios se había encarnado en él, y
exigía bajo pena de muerte que adoraran a su poder absoluto como venido de
lo alto.
Entre los resistentes heroicos que se oponían a adorar a este monstruo
opresor,
estuvieron siete jóvenes hermanos en unión con su madre. En el libro de
los Macabeos se cuenta con detalle sus torturas, las amenazas de Antíoco
dirigiendo los tormentos, y cómo aquellos jóvenes enfrentaron al emperador.
Es importante destacar el papel que desempeña la mamá. Ella había
enseñado a sus hijos a crecer en fe y en valentía. Y en estos momentos
decisivos los anima con entereza a mantenerse fieles a sus enseñanzas, a
pesar de las terribles torturas que padecen. Leamos con respeto y admiración
los consejos de esta madre maravillosa (7,22-23. 27-29), que merece ser
nombrada patrona de la educación para momentos difíciles.
En este tiempo de heroicidad extrema, Dios hace la última revelación
importante en este camino de preparación para la venida de Jesús. Aquellos
jóvenes que están dando su vida, miembro a miembro, reciben una iluminación
especial, totalmente nueva, que les hace confesar que Dios les devolverá los
miembros y la vida que dan con tanta generosidad (7,9.11.14.23.29.36). “El
Rey del mundo nos resucitará... De Dios espero recobrar mis miembros”. Y la
madre a sus hijos: “Él les devolverá en su misericordia el aliento y la vida, que
ustedes desprecian ahora por amor a sus leyes”. Y al hijo menor: “Recibe la
muerte para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en el tiempo de la
misericordia”. Es la primera vez que se habla de resurrección en la Biblia.
Poco más de un siglo después, Jesús ampliará este mensaje muy bellamente:
“El que crea en mí vivirá para siempre...”
Es importante destacar también la claridad mental y la valentía con que
estos jóvenes le echan en cara al dictador su crueldad y cómo le pronostican
que sus crímenes no quedarían impunes.
Se acerca ya la venida del Mesías. Aquel pueblo conoce ya
suficientemente a Dios como para que pueda llegar el Redentor. Todo el
próximo curso lo dedicaremos a él.
3. Dialogar sobre el texto
a) ¿También en nuestro tiempo hay quienes exigen que se adore al poder
político como si fuera un Dios? Recordemos la crueldad de algunas
dictaduras que hemos sufrido...
b) ¿Conocemos a gente que ha sufrido persecución valientemente, sin
abandonar su compromiso?
c) ¿Por qué será que Dios reveló la gran verdad de la resurrección a unos
jóvenes, y no a mayores muy estudiados?
d) ¿Creemos de veras que resucitaremos con la fuerza agradecida de
Dios y recuperaremos con creces todo lo que hayamos perdido por
mantenernos fieles a él?
e) ¿Podemos sufrir persecución si es que nos negamos a adoramos al
dios-poder? ¿Qué estamos dispuestos a sufrir con tal de no caer en la
idolatría al poder opresor?
4. Orar el mensaje:
• Creemos, Señor, que tú nos resucitarás y nos darás una vida eterna.
(7,9)
• El Creador del mundo nos devolverá en su misericordia el aliento y la
vida (7,23).
• Enséñanos a recibir la muerte heroicamente, y así nos
encontraremos todos en el tiempo de la misericordia (7,29).
• Perdón porque muchas veces somos cobardes, y no arriesgamos nada
por mantenernos fieles a Dios.
• Ayuda a nuestras madres para que nos enseñen una fidelidad heroica
a nuestra fe.
• Bendito seas, Señor, por la valentía de los mártires.
6. Despedida: Ojalá sepamos cantar a los mártires de la dictadura.
32 – La Sabiduría de
saber reconocer y
rechazar a los
ídolos
Texto: Sabiduría 13,1-5.10; 14,12-14.22-30
Palabra central:
IDOLATRÍA NO
1. Presentación del tema:
La Biblia hace un largo recorrido buscando
dar a conocer cada vez mejor a Dios. Empieza a
partir de las creencias paganas, y poco a poco va
purificando las ideas y los sentimientos falsos
sobre Dios, y así logra mostrar progresivamente con más claridad el
verdadero rostro de Dios.
En la medida en que conocemos a Dios, aprendemos a detectar y
rechazar mejor sus falsas imágenes: ¡los ídolos! Y en la medida en que
desenmascaramos a los ídolos, nos acercamos más al auténtico Dios.
La idolatría es una actitud interior de las personas por la que nos
inventamos ideas o imágenes falsas sobre Dios. Es pensar que es Dios lo que
no es Dios: crear imaginativamente divinidades que acepten y favorezcan
nuestras vulgaridades, nuestros caprichos, nuestros egoísmos o nuestros
vicios. A veces estas ideas quedan sólo en nuestra mente, pero con frecuencia
las proyectamos en objetos exteriores a nosotros mismos, como pueden ser
imágenes concretas, o más frecuentemente la plata acumulada sin medida, el
poder opresor o diversos placeres egoístas, como el sexo desenfrenado, el
consumismo o la gula. A todo ello le atribuimos un valor absoluto, capaz de
hacernos plenamente felices; y como de hecho su adoración no nos consigue la
felicidad deseada, seguimos siempre frustrados, insaciados, queriendo
siempre más.
El idólatra confunde a la creación con su Creador. Ninguna imagen
creada, o la plata o el poder o el placer, son en sí mismas un ídolo. En sí no son
malos; es más, son necesarios para la vida. Todo depende de la actitud con
que los miremos. Si les damos un valor absoluto y ponemos todas nuestras
esperanzas en ellos, entonces los convertimos en ídolos. Cualquier cosa ante
la que nos postremos, considerándola norma suprema de conducta, por encima
de todo otro valor, ésa nuestra actitud la convierte en ídolo. Pero no es ídolo
si la miramos como ser creado, sometido a los valores determinados por Dios.
Toda idolatría es pecado, el peor de los pecados. Pero no todo pecado es
idolátrico, si es que reconozco mis faltas, y pido perdón y ayuda. Lo malo es
cuando quiero justificar mis pecados echándole la culpa a Dios o
presentándolos como queridos por Dios. Pero si recurro con sinceridad y
humildad a Dios, ahí no hay nada de idolatría.
Los jóvenes también creamos nuestros propios ídolos, con los que nos
engañamos y nos causamos mucho daño. Y sufrimos cantidad de propagandas
que nos hacen tomar actitudes idolátricas se sumisión total: si no seguimos lo
que impone la moda, “no somos nadie”.
2. Leer las citas hasta que seamos capaces de hacer un resumen de lo más
importante.
3. Dialogar sobre la idolatría
a) ¿Tenemos los jóvenes algunas idolatrías? ¿Soy yo idólatra? ¿En qué?
¿Por qué?
b) ¿Cuándo las imágenes, la plata, el poder o el placer son idolátricos y
cuándo no?
c) ¿Por qué dice el texto que la idolatría es la causa de todos los males?
(14,12 y 27).
d) ¿Qué tendríamos que hacer para desprendernos de nuestros ídolos?
4. Orar el mensaje:
• La grandeza y hermosura de las cosas creadas dan a conocer a su
Creador mucho más grande y hermoso (13,5).
• Son unos desgraciados los que llaman dioses a obras humanas; y
desgraciadas sus esperanzas (13,10).
• Los ídolos son el origen del libertinaje y la corrupción (14,12).
• El culto de los ídolos infames es el principio, la causa y el fin de todo
mal (14,27).
• Perdón porque tantas veces nos hemos hecho ideas falsas de Dios
(14,30).
• Perdón porque llamamos dios a lo que de ninguna manera es Dios.
• Tú, Dios nuestro, eres bueno, fiel, lento para enojarte, y gobiernas
todas las cosas con misericordia (15,1).
(Los catequistas pueden profundizar en el tema leyendo
José L. Caravias, Idolatría y Biblia).
33 - Esperanzas
mesiánicas
Palabra central: ESPERANZA
1. Presentación del tema
Llevamos un curso “caminando hacia
Jesús”. Lentamente hemos ido
preparándonos para encontrarnos con él.
El próximo curso se llamará “Caminando
con Jesús”. Repasamos hoy textos que
anunciaron la esperanza de su venida.
Dice Isaías: "El Señor mismo les va a
dar una señal de amistad: Una Virgen
concebirá y dará a luz un hijo. Y le
pondrán por nombre Manuel, Dios con nosotros" (Is 7,14). Y Jeremías le
llama "Justicia nuestra" (Jer 23,6). Jesús será, pues, “Dios con nosotros”,
“nuestra Justicia”.
Isaías le da nombres que especifican más su misión: "Un niño nos ha
nacido...: Este es el Consejero admirable, el Héroe divino, el Padre que no
muere, el Príncipe de la Paz... El establece su Reino y lo sostiene por el
derecho y la justicia, desde ahora y para siempre" (Is 9,5-7). "Sobre él
reposará el Espíritu de Yavé, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de
prudencia y valentía, espíritu para conocer a Yavé y para respetarlo y para
gobernar conforme a sus preceptos. No juzgará por las apariencias, ni se
decidirá por lo que se dice, sino que hará justicia a los débiles y dictará
sentencias justas a favor de la gente pobre..." (Is 11,1-4).
El salmo 72 repite la misma idea: "Él librará al mendigo que reclame y al
pobre que no tiene quién le ayude. Compasivo del débil y del pobre, será su
Salvador. De la opresión violenta salvará su vida, que es preciosa ante sus
ojos" (Sal 72, 13-14).
Isaías júnior dibuja las actitudes del Mesías esperado: "No se dejará
quebrantar ni aplastar, hasta que reine el derecho en la tierra... Yo, Yavé, te
he llamado para cumplir mi justicia, te he formado y tomado de la mano, te he
destinado para que unas a mi pueblo y seas luz para todas las naciones. Para
abrir los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cárcel y del calabozo
a los que estaban en la oscuridad..." (Is 42,4.6-7).
Un siglo más tarde, el tercer Isaías dirá sobre la misión del Mesías:
"Yavé me ha enviado con buenas noticias para los pobres, para sanar a los
corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los
presos su vuelta a la luz. Para publicar un año feliz lleno de los favores de
Yavé..." (Is 61,1-2). Jesús dirá en la sinagoga de Nazaret que estas palabras
se cumplen a él (Lc 4,18-19).
Será un Mesías "pobre, que anda sobre un burrito" (Zac 9,9). "Hombre
de dolores, familiarizado con el sufrimiento, semejante a aquellos a los que se
les vuelve la cara..., tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías..."
(Is 53,3.5).
Se podrían seguir añadiendo otras muchas citas mesiánicas. Pero con
éstas nos podemos hacer una idea, de forma que podamos estudiarlas y
dialogar con esperanza sobre ellas.
Los jóvenes también vivimos en actitud de espera. Medio asfixiados por
nuestras dudas y nuestros problemas, deseamos siempre la llegada de
tiempos mejores. En ese deseo están escondidas las ansias de encontrarnos
de veras con Jesucristo, nuestro único y auténtico Redentor…
2. Dialogar sobre la esperanza en el Mesías
a) ¿Sentimos la necesidad de Alguien que venga a dar sentido y
fuerzas a nuestras vidas?
b) ¿Quién es para mí Jesús? ¿Me hace ilusión encontrarme de
veras con él?
c) Repasemos los nombres y las misiones que dan a Jesús los
textos anteriores, y revisemos si queremos que eso mismo sea también
para nosotros.
d) ¿Cómo debemos prepararnos para que nuestro encuentro con
Jesús sea auténtico?
4. Orar el mensaje:
• Creemos que tú, Jesús, puedes llenar el vacío de nuestros corazones.
• Perdón porque con frecuencia te despreciamos como algo anticuado e
inútil.
• Ayúdanos a prepararnos para tener un encuentro profundo e íntimo
contigo.
• Gracias por ser para nosotros una maravillosa esperanza.
• Tú eres “Dios con nosotros”, “nuestra Justicia”.
• Queremos conocerte cada vez con más sinceridad,
amarte cada vez más a fondo,
y así poder seguirte siempre de cerca.
6. Despedida: Nos despedimos con la esperanza de unirnos de nuevo el
próximo curso para vivir la experiencia maravillosa de
encontrarnos con Jesús como un gran amigo y poder caminar
junto con él.

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