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La microeconomía tiene varias ramas de desarrollo, las más importantes son: la teoría del
consumidor, la de la demanda, la del productor, la del equilibrio general, y la de los
mercados de activos financieros. No pueden considerarse enteramente separadas porque los
resultados de unos aspectos influyen sobre los otros. Por ejemplo, las empresas no sólo
ofertan bienes y servicios, sino que también demandan bienes y servicios para poder
producir los suyos. La Microeconomía propone modelos matemáticos que desarrollan los
supuestos sobre el comportamiento de los agentes económicos, las conclusiones a la que se
llegue usando esos modelos sólo será válida, en tanto en cuanto, se cumplan los supuestos,
cosa que no ocurre siempre, especialmente si se trata de supuestos muy fuertes o
restrictivos.
La teoría del consumidor parte de las preferencias de un individuo y tiene como objeto
determinar qué elección realizará un consumidor entre los bienes que tiene disponible y
dentro de los que puede adquirir con los recursos que dispone. En lo que sigue y, a menos
que luego se diga lo contrario, todo lo dicho se referirá a la teoría del consumidor a la teoría
neoclásica habitual.
1. Las preferencias del consumidor pueden modelizarse como una función de utilidad U
convexa y al menos dos veces diferenciable.
2. Las funciones de utilidad no varían en el proceso de consumo, esto tiene el efecto de que
el consumidor se comporta igual que si antes de consumir nada decidiera como distribuir
la renta disponible (en lugar de ajustar adaptativamente el consumo a medida que gasta la
renta disponible.
Donde:
Consecuencias [editar]
Los supuestos anteriores implican que existe una curva de demanda continua para cada
consumidor.
Los supuestos anteriores implican que no existen bienes insubstituibles, es decir, que una
disminución en el consumo de un bien, puede ser compensada con un mayor consumo de
otros bienes. Esta consecuencia ha sido criticada, argumentando que ciertos bienes, como
algunos alimentos, son necesarios y no son intercambiables por una mayor cantidad de
ocio por ejemplo.
Más allá de cierto umbral finito consumido, una necesidad queda satisfecha y consumir más
unidades asociadas a esa necesidad no aporta ninguna satisfacción adicional. Eso implica
matemáticamente que a partir e cierto valor finito de la cantidad consumida la derivada de
la utilidad marginal se anula idénticamente. Las consecuencias de este principio han sido
analizadas por Georgescu-Roegen.
Separación [editar]
De acuerdo con este principio introducido por Lancaster, el consumidor subdivide sus
elecciones y necesidades en diversas categorías, débilmente relacionadas unas con otras.
Eso implica que los cambios en los índices de precios de un tipo de productos asociados a
una determinadas necesidades, no afecta prácticamente a las cantidades consumidas de
otras categorías, ya que las categorías son básicamente independientes. Así difícilmente una
cantidad insuficiente de alimento puede ser compensada por una mayor cantidad de oferta
cultural, dado que probablemente el alimento y el deseo de ocio pertenecen a categorías
diferentes de deseos y necesidades.
Este principio postkeynesiano contrasta con las hipótesis típicas de la teoría neoclásica
donde cualquier disminuición en la cantidad proveída para una necesidad puede ser
compensada por una cantidad superior de otro producto.dd
Subordinación [editar]
Artículo principal: Pirámide de Maslow
Las necesidades son a menudo jerarquizadas, subordinadas unas a otras. Este principio se
asocia a menudo a la pirámide de necesidades de Abraham Maslow. Según el principio de
subordinación la distribución del presupuesto no consiste en maximizar una utilidad entre
bienes disponibles, sino que los bienes situados en un nivel jerárquico no son consumidos a
menos que estén mínimamente satisfechas las necesidades de bienes de los niveles
jerárquicos inferiores. Esto puede implicar en algunos casos que orden de preferencias de
combinaciones de bienes siga un orden lexicográfico. Si eso sucede entonces la función de
utilidad asociada a la utilidad marginal tiene que estar representada por un vector cada una
de cuyas componentes estaría asociada a un determinado nivel jerárquico de necesidades.[1]
Crecimiento [editar]
Dependencia [editar]
Herencia [editar]
Los consumidores tienen preferencias sobre los bienes y servicios. Esto es, dadas dos
colecciones de bienes, también llamadas cestas de bienes (en las que, de cada tipo de bien
puede haber cero, uno u otra cantidad de bienes, incluso una cantidad no entera), un
consumidor preferirá a una sobre la otra (también puede ser indiferente entre ellas), si le
dieran a escoger entre ambas. Por ejemplo, si le dieran a escoger entre una cesta de bienes y
otra, que fuera igual a la anterior oferta, pero se le hubiera añadido algún bien más que le
gustara al consumidor, o si hubiera más cantidad de alguno de los bienes que lleva la
primera, generalmente preferiría la segunda cesta.
Se supone entonces, que para la mayoría de los consumidores habrá unas preferencias que
podrían manifestar para cualquier conjunto de cestas que se les presentara. Cada
consumidor tendría sus preferencias y no tendrían por qué coincidir con las de otro, aunque
pueden. Sin embargo, se espera que para la mayoría de los consumidores esas preferencias
sí que tengan unas propiedades comunes. Algunas de esas propiedades serían:
Completitud: el consumidor podría clasificar todo los tipos de cestas, es decir todos los
conjuntos de indiferencia no tienen fisuras.
Universalidad: Dado cualquier par de cestas imaginable en una economía, un consumidor
siempre podría decir si prefiere una cesta a otra. Nótese que es posible también que no
pueda considerar a una cesta realmente mejor que la otra, pero se espera que pueda decir
que una cesta es al menos tan buena como la otra. Es decir, no se necesitará que la
preferencia sea siempre estricta, sino que dadas cualquiera dos cestas, el consumidor
pueda siempre decir, o bien que lo mismo le da la una que la otra, o que considera una de
las dos mejor que la otra.
Transitividad: Generalmente, si un consumidor prefiere la cesta A a la cesta B, y la cesta B
a la C, también debería preferir la cesta A a la C.
Monotonicidad: Si una cesta A tiene los mismos bienes que otra cesta B, y alguno más, o
bien mayor cantidad de alguno de ellos, entonces A se prefiere o se considera al menos
tan buena como B
Convexidad: Se espera, aunque este supuesto es un tanto fuerte, que dadas dos cestas A y
B de bienes, se prefiera a ambas una cesta C que fuera una combinación convexa de
ambas. Es decir, una cesta que se compusiera en un porcentaje de las cantidades de cada
uno de los bienes presentes en A y en el resto del porcentaje (hasta completar el 100%) de
las cantidades de los bienes de B.
Teniendo en cuenta que los bienes tienen precios, y considerando estos datos, está claro que
un consumidor no puede conseguir trivialmente la cesta que prefiera de entre todas las
posibles. Si tenemos en cuenta además de los precios de los bienes la renta disponible del
consumidor, tenemos lo que se llama la restricción presupuestaria. Ésta es la que nos indica
qué cestas de bienes son las que el consumidor puede elegir y conseguir, teniendo en cuenta
el dinero de que dispone y los precios del mercado. La misión del consumidor será entonces
conseguir de entre todas esas cestas aquella que él prefiera a todas las demás (o alguna de
las cestas que él considere que son al menos tan buenas como todas las demás). Encontrar
esto es lo que se llama maximización del consumidor. Generalmente, es habitual que la
cesta elegida del consumidor se encuentre en la frontera de la restricción presupuestaria, es
decir, que sea una cesta cuyo valor (multiplicando los precios de los bienes por las
cantidades de estos en la cesta) sea exactamente igual a la renta disponible del consumidor.
Una forma de representar las preferencias, cuando estas tienen las propiedades adecuadas,
es mediante lo que se llama una función de utilidad. En este caso, las canastas de bienes se
pueden representar también como vectores numéricos, en que cada componente del vector
nos dice qué cantidad de cada bien hay en esa cesta. Introduciendo dos vectores de bienes
en una misma función de utilidad y viendo qué números nos devuelve esta, es posible ver si
una canasta es preferida a la otra o considerada como igual a la otra desde el punto de vista
del consumidor. Entonces, el problema del consumidor podría considerarse como el
problema matemático de maximizar una función matemática (a menudo de varias
variables), que sería la función de utilidad, dentro del conjunto representado
matemáticamente por todas las canastas de bienes (vectores) que cumplieran la restricción
presupuestaria, esto es, que su valor (resultado de multiplicar el vector de bienes de la
canasta por el vector de los precios correspondientes) fuera igual o menor que el valor de la
renta disponible.
Nótese que la función de utilidad se considera una función monótona creciente de los
bienes, pero que su valor es puramente ordinal, esto es, sirve para ordenar canastas , pero
no para decir cuanto es mejor una canasta que otra, esto es, no es una función cardinal. De
hecho, pueden usarse distintas funciones de utilidad para representar unas mismas
preferencias, y al resolver el problema de maximización todas darían el mismo resultado.
Utilidad marginal
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El concepto de utilidad marginal aclara el viejo enigma del agua y los diamantes. El precio
de un bien se define a través de su utilidad marginal, no a través de la utilidad objetiva. Allí
donde el agua está disponible en abundancia, su utilidad marginal es baja; la utilidad
marginal de los diamantes es alta a causa de su rareza. Este enunciado aclara la observación
diaria de que la oferta repentina amplia de un bien -por ejemplo, tomate- en general
conduce a una caída de su precio.
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1 Historia
2 Definición neoclásica Utilidad marginal
o 2.1 Maximización de la utilidad
o 2.2 Curva de demanda
3 Referencias y notas
4 Véase también
5 Enlaces externos
Historia [editar]
El concepto se desarrolló en el siglo XIX dentro de los esfuerzos de explicar el mecanismo
de formación de precios por un procedimiento alternativo a la Teoría del valor-trabajo que
había sido usada tanta por los economistas clásicos como por los economistas marxistas. La
teoría en la forma más o menos actual fue resumida por primera vez por el economista
Friedrich von Wieser, al que se le atribuye la acuñación del término de utilidad marginal
(Grenznutzen). (véase: teoría del valor subjetivo, oferta y demanda).
(1)
(3)
Otra cuestión de importancia en el estudio de la teoría del consumidor son las llamadas
"curvas de indiferencia". Una curva de indiferencia representaría a todas las cestas que para
una función de utilidad dada tienen el mismo valor.
Las curvas de indiferencia son el conjunto de puntos de combinaciones de bienes para los
que la satisfacción del consumidor es idéntica, es decir que para todos los puntos
pertenecientes a una misma curva, el consumidor no tiene preferencia por la combinación
representada por uno sobre la combinación representada por otro. La satisfacción del
consumidor se caracteriza mediante la función de utilidad en la que las variables son las
cantidades de cada bien representadas por el valor sobre cada eje.
Por otro lado la relación marginal de sustitución nos informa de cuanto es capaz de
intercambiar un consumidor de un bien por otro de manera que su utilidad se mantenga
igual.
Curvas de indiferencia
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Figura 1: Un ejemplo de mapa de indiferencia con tres curvas de indiferencias
Figura 2:Deducción de las curvas de indiferencia. En primer lugar comprobamos que la utilidad
marginal es decreciente respecto a las dos variables (requisito para que las curvas sean convexas y
exista equilibrio). A continuación creamos una representación de la función en la que Z sea la
utilidad. Finalmente proyectamos las curvas de nivel en el plano XY.
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1 Historia
2 Mapa de curvas y propiedades de las curvas de indiferencia
o 2.1 Aplicación
o 2.2 Ejemplo de curvas de indiferencia
3 Referencias
4 Véase también
Historia [editar]
La teoría de las curvas de indiferencia fue desarrollada por Francis Edgeworth, Vilfredo
Pareto y otros en la primera parte del siglo XX. La teoría se deriva de la teoría de la utilidad
ordinal, que presupone que los individuos siempre pueden clasificar cualquier combinación
de bienes por orden de preferencia.
Las curvas de indiferencia representan las preferencias del consumidor y de forma genérica
se pueden sacar conclusiones sobre ellas que son trasladables a las propiedades de las
curvas de indiferencia:
Algunas de las propiedades de las curvas de indiferencia expuestas son características que
suelen encontrarse en las curvas de indiferencia, pero no hay nada en la teoría que impida
que sean de otra forma, y de hecho sería posible encontrar algunas preferencias que rompan
estas normas y se representen de otras maneras.
Aplicación [editar]
La teoría del consumidor usa las curvas de indiferencia y la recta de balance para obtener
la curva de demanda del consumidor que se define como el conjunto de puntos que
potencialmente pueden ser de equilibrio. Notese reciprocamente que en caso que las
curvas de indiferencia carezcan de alguna de las restricciones exigidas por el modelo
(continuidad, derivabilidad, convexidad, utilidad marginal decreciente de ambos bienes,
no sustituibilidad perfecta, etc.) la existencia de puntos de equilibrio no queda garantizada
en absoluto.
Ejemplo de curvas de indiferencia [editar]
Figura 3: Tres curvas de indiferencia donde los bienes X e Y son perfectamente sustitutivos. En este
caso el equilibrio no es único.
En la figura 1, el consumidor elegirá I3 en vez de I2, y también se elegirá I2 mejor que I1,
pero no informa donde se colocará el consumidor dentro de la curva. La pendiente de una
curva de indiferencia (en valor absoluto), conocido por los economistas como relación
marginal de sustitución, mide la relación en la que el consumidor está dispuesto a sustituir
un bien por el otro. Para la mayoría de los bienes la relación marginal de sustitución no es
constante, así que sus curvas de indiferencia son curvas. Las curvas son convexas al origen,
mostrando el efecto sustitución negativo.
Si los bienes son bienes sustitutivos perfectos, las curvas de indiferencias serán rectas
paralelas, con una pendiente constante. La relación marginal de sustitución será constante.
Un ejemplo de función de utilidad que está asociada con las curvas de indiferencia como
éstas podría ser: .
Si los bienes son perfectamente complementarios las curvas de indiferencia tendrán forma
de "L". Un ejemplo típico de bienes complementarios perfectos sería zapatos del pie
izquierdo y zapatos del pie derecho. A un consumidor le es indiferente que se incremente el
número de zapatos del pie derecho mientras no lo hagan también los zapatos del pie
izquierdo. La característica más importante de estos bienes es que el consumidor prefiere
consumirlos en proporciones fijas. Un ejemplo de función como el descrito sería:
.
Las diversas formas de las curvas implican respuestas diferentes a un cambio en precio
como muestra el análisis de la demanda dentro de la teoría del consumidor.
Bien económico
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Los bienes económicos o bienes escasos por oposición a los bienes libres, son aquellos que
se adquieren en el mercado pagando por ello un precio. Es decir, bienes materiales e
inmateriales que poseen valor económico y por ende susceptible de ser valuados en
términos monetarios. En este sentido, el término bien es utilizado para nombrar cosas que
son útiles a quienes las usan o poseen. En el ámbito del mercado, los bienes son cosas y
mercancías que se intercambian y que tienen alguna demanda por parte de personas u
organizaciones que consideran que reciben un beneficio al obtenerlos.
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Cuando analizamos cómo varían las demandas conjuntas de un conjunto de bienes nos
encontramos que fijado un nivel de consumo y precios variables, cualquier variación de
precios de un bien afecta a todos los demás. De hecho se acepta que existen n funciones del
tipo:
Los bienes complementarios son aquellos bienes que tienden a utilizarse en conjunto; por
lo tanto, si baja la demanda de uno (por ejemplo, porque aumenta su precio) esto afecta
la demanda del bien complementario. Un ejemplo de estos bienes son los automóviles y la
gasolina, pues el uso del automóvil también requiere del uso de gasolina; además, si el
precio de los coches aumenta, esto puede hacer que la demanda de coches disminuya y,
por lo tanto, hacer que la demanda de gasolina también baje. Dos bienes i y j son
complementarios cuando se cumple que:
Los bienes sustitutivos son bienes que satisfacen la misma necesidad del usuario o
consumidor; por tanto, están compitiendo en los mercados. Los biens sutitutivos son
competencia uno del otro; en consecuencia, si el precio de uno de los bienes aumenta
considerablemente y, debido a eso, la demanda de ese bien disminuye, la demanda del
bien sustitutivo aumentará, pues los compradores intentarán reemplazar al que aumentó
de precio. Un ejemplo de este tipo de bienes son la mantequilla (producto derivado de la
leche) y la margarina (producto vegetal). Si aumenta el precio de la mantequilla, por
ejemplo, las personas tenderán a comprar margarina, puesto que ambos bienes satisfacen
la misma necesidad. Para ellos se cumple que:
Bien de consumo, son bienes que no buscan producir otros bienes o servicios. Un bien de
consumo es aquel que se usa para satisfacer directamente las necesidades específicas del
último consumidor que lo demanda y lo adquiere. Ejemplos de bienes de consumo son la
vivienda (bien de consumo durable) y la comida (bien de consumo no perdurable).
Bien intermedio, también llamados «bienes de equipo» o «bien de uso» porque se
utilizan para producir. De esta forma, bienes como la madera no se consideran un bien de
consumo, sino un bien intermedio, pues se utiliza para fabricar otros bienes, por ejemplo,
muebles.
Bien de capital. Son los factores de producción constituidos por inmuebles, maquinaria o
instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, principalmente
el trabajo y bienes intermedios, se destinan a la producción de bienes de consumo.
1: Bienes privados, aquellos que poseen tanto rivalidad como excludibilidad. (no confundir
con bienes ya sea producidos o de propiedad privada, -a pesar que muchos lo son: un bien
de consumo privado, no importa quien sea el propietario o el productor, una ves que
alguien lo usa, su disponibilidad a terceros disminuye o desaparece: irrelevantemente de
quien sea el propietario del manzanal, una ves que alguien se come la manzana esta es
“consumida” y la cantidad de manzanas disponible disminuye.)
2: Monopolios Naturales[11] o Bienes de Empresa publica[12] o de Pago por uso:[13] aquellos
que poseen excludibilidad pero no rivalidad (ver, por ejemplo, Peaje).-
3: Bienes públicos o Bienes Públicos Puros: aquellos que no poseen ni excludibilidad ni
rivalidad (aire, aguas de lluvia, conocimiento, etc).-
4: Recursos comunes -Gregory Mankiw; Elinor Ostrom, Perreira, etc - o Bienes comunes: [14]
aquellos que poseen rivalidad pero no excludibilidad. (siguiendo los ejemplos de Mankiw:
peces en el océano, medio ambiente, etc)
Una clasificación alternativa es propuesta por James M. Buchanan para quien los “Bienes
públicos puros” son aquellos que no poseen excludibilidad. Todos los otros bienes comunes
son Bienes club.:[15] aquellos que satisfacen las necesidades a los usuarios libremente en el
momento de uso, pero implican costos compartidos.
Bien inferior
Bien normal u ordinario
Bien de Giffen
Bien de lujo
Bien de Veblen
Bien superior.
La primera distinción que se realiza es entre los bienes destinados a satisfacer una
necesidad, y los destinados a satisfacer un deseo. Los primeros son los bienes que son
imprescindibles para sobrevivir dentro de la sociedad. Dicha supervivencia no se refiere
sólo a la supervivencia física del individuo, la cual es mantenida con bienes como
alimentos o medicinas, sino también a la supervivencia como integrante de la sociedad y el
sistema económico. Por esto, se incluyen también como necesidad bienes como la ropa y el
alojamiento.
Un deseo, por el contrario, es la motivación para comprar cualquier otro bien económico
que no sea imprescindible para sobrevivir. En condiciones normales, se espera que una
unidad económica doméstica destine sus ingresos a la satisfacción de deseos una vez que la
satisfacción de las necesidades haya sido cubierta.
Los ejemplos no son firmes y deben ser evaluados en su contexto. La ropa es una necesidad
en la medida que se la requiera para no estar desnudo (lo cual mantendría a la persona fuera
de la sociedad), pero es un deseo si es consumida basándose en la moda o criterios
similares. Asimismo, las normas de convivencia de diversas sociedades podrían diferir y
hacer que un bien que sea una necesidad en una, pueda no serlo en otra: por ejemplo, los
bienes relacionados con las prácticas religiosas podrían considerarse una necesidad dentro
de algunas sociedades teocráticas mucho más de lo que pudiera hacerse en otras.
Bien complementario
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(Redirigido desde Bienes complementarios)
Entre los factores que determinan la demanda de un producto se encuentra el precio de los
otros productos. Según como sea esta influencia se distinguen bienes complementarios y
bienes sustitutivos.
Se dice que un bien "A" es complementario de otro "B", cuando la subida del precio de "A"
provoca una disminución de la cantidad demandada del bien "B".
El grado de complementariedad entre dos bienes no tiene por qué ser mutuo o comportarse
para los bienes por igual en ambos sentidos. En el caso por ejemplo de videojuegos, un
juego específico (bien complementario) tiene que ser usado con un determinado tipo de
videoconsola (bien base), pero no funciona en sentido contrario, porque la videoconsola no
tiene por que ser usada con ese juego específico y concreto.
Bienes sustitutivos
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1 Introducción
2 Concepto
3 Sustitutivos perfectos
4 Sustitutivos imperfectos
Introducción [editar]
Los bienes sustitutivos se pueden encontrar cuando la elasticidad precio demanda cruzada
entre bienes es positiva. Es decir, si aumenta el precio de un bien y debido a ese cambio la
demanda por otro bien aumenta, se dice que el primero es sustituto del otro.
Concepto [editar]
En economía, un bien se considera un bien sustitutivo de otro, en tanto uno de ellos puede
ser consumido o usado en lugar del otro en alguno de sus posibles usos. Ejemplos clásicos
de bienes sustitutivos son las margarina y la mantequilla, o el petróleo y el gas natural. El
hecho de que uno de los productos sea un bien sustitutivo de otros tiene consecuencias
económicas inmediatas. En cuanto un bien puede ser sustituido por otro, la demanda de las
dos clases de bienes será considerada conjunta por el hecho de que los consumidores
pueden cambiar un bien por el otro si se convierte en algo ventajoso hacer eso. Así un
incremento del precio de uno de los bienes (ceteris paribus) provocará un incremento de la
demanda de sus bienes sustitutivos y una disminución del precio (ceteris paribus) provocará
una disminución de la demanda de sus sustitutivos. De esta manera se puede predecir que
una subida del precio de los coches incrementará el negocio del servicio de transporte
público o que la caída de los precios de los teléfonos móviles significa un abandono de la
demanda de teléfonos públicos..
Es importante subrayar que cuando se habla de bienes sustitutivos se hace de dos tipos
diferentes de bienes, así la sustituibilidad de uno de los bienes por otro siempre es una
cuestión de grado. Un bien es un sustituto perfecto de otro, solamente si puede ser usado
exactamente de la misma forma y con el mismo resultado y entonces es cuando un
consumidor no tiene ningún incentivo para preferir un bien sobre el otro. El hecho
resultante es que hay pocos bienes sustitutivos perfectos excepto entre dos bienes de la
misma clase.
Bien inferior
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Un bien inferior es, en las ciencias de la economía, un tipo especial de bien cuya demanda
responde de forma opuesta a los efectos de ingreso (o renta) a como responden los bienes
normales: al aumentar el ingreso de un individuo (medido como el salario nominal o el
ingreso per cápita), éste compra menor cantidad del bien o evita comprarlo del todo. En
efecto macroeconómico, entonces, un aumento de la renta tiene como efecto una menor
cantidad demandada de un bien inferior.
Cabe notar que un bien inferior ve disminuida su demanda como respuesta al mayor
ingreso disponible, y no como respuesta a una mayor cantidad de dinero disponible
(Liquidez (economía)).
Ejemplos [editar]
Un ejemplo clásico de bien inferior es el transporte público (por ejemplo, buses, taxi o
"colectivo"): al aumentar el ingreso per cápita, los individuos tenderán a comprar su
propio automóvil.
Muchos bienes que tienen un comportamiento de precio de marca, como los automóviles
y los electrodomésticos como televisores que no sean bienes de lujo, ya sea por su uso
excesivo o por las preferencias del mercado, se comportan más como bienes inferiores a
medida que pasan tiempo en el mercado: un individuo que en el año 2001 tiene un
automóvil del año 1999, preferirá, al aumentar su renta el año 2002, vender su auto 1999
y comprar uno 2002 que comprar otro automóvil año 1999.
Bien de Giffen
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Un Bien de Giffen es un producto que posee una curva de demanda con pendiente positiva.
Esto significa que a medida que el precio del bien aumenta, los consumidores desearán
adquirir una mayor cantidad de dicho bien, y cuando el precio de dichos bienes comience a
descender, querrán adquirir una cantidad cada vez menor del mismo. Se puede discutir la
existencia de estos bienes en el mundo real, pero hay un modelo económico que explica
como una cosa así puede existir. Estos bienes reciben su nombre de Robert Giffen, al que
atribuye esta idea Alfred Marshall en su libro Principles of Economics.
As Mr. Giffen has pointed out, a rise in the price of bread makes so large a drain on the
resources of the poorer labouring families and raises so much the marginal utility of money
to them, that they are forced to curtail their consumption of meat and the more expensive
farinaceous foods: and, bread being still the cheapest food which they can get and will
take, they consume more, and not less of it.
Como ha señalado Mr. Giffen, un aumento en el precio del pan genera una pérdida de
recursos en las familias trabajadoras más pobres, y provoca un aumento en la utilidad
marginal del dinero tales que obligan a dichas familias a recortar su consumo de carne y
alimentos más caros. Siendo el pan todavía el alimento más barato al cual pueden
acceder, las familias consumirán más del mismo.
Si la precondición 1. se cambia a "el bien en cuestión debe ser tan inferior que el efecto
renta sea mayor que el efecto sustitución", entonces la condición 1 es necesaria y suficiente.
La curva de demanda, junto con la curva de oferta, es una de las herramientas de análisis
teórico empleadas en economía neoclásica para predecir la determinación de precios. El
punto de intersección entre ambas curvas se conoce con el nombre de equilibrio entre la
oferta y la demanda.
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Decreciente - Requiere que la elasticidad respecto al precio sea positiva para todo el
dominio de la función.
Continuidad - Depende de la infinita divisibilidad del bien.
Derivabilidad - Depende la estructura de las curvas de indiferencia.
Preferencias completas - El consumidor tiene que saber cuál de los siguientes casos le
aplica: X>Y o X<Y o X~Y. Quiere dar a entender que uno prefiere X, o prefiere Y, o le da
igual entre esas opciones. X puede ser un plátano e Y una manzana
Racionalidad del consumidor - Si el consumidor prefiere X a Y, y prefiere Y a Z, tiene que
preferir X a Z.
Oferta y demanda
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(Redirigido desde Ley de la oferta y la demanda)
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1 Historia
2 Teoría fundamental
3 Oferta
4 Demanda
o 4.1 Cambios en la demanda y cantidad demandada
5 Ejemplo: oferta y demanda en una economía de 6 personas
6 Críticas
7 Véase también
8 Enlaces externos
Historia [editar]
La expresión "oferta y la demanda" fue acuñada por James Denham-Steuart en su obra
Estudio de los principios de la economía política, publicada en 1767. Adam Smith usó esta
frase en su libro de 1776 La riqueza de las naciones, y David Ricardo, en su libro
Principios de política económica e impositiva de 1817, tituló un capítulo "Influencia de la
demanda y la oferta en el precio".
En La riqueza de las naciones, Smith en general asume que el precio de oferta es fijo, y que
es únicamente la demanda la que hace que el precio suba o baje. Ricardo, en los Principios
de política económica e impositiva, establece de forma más rigurosa algunas suposiciones
que sirvieron para forjar sus ideas sobre la oferta y la demanda. Pero fue Antoine Augustin
Cournot el primero que desarrolló un modelo matemático para explicar la oferta y la
demanda en su libro Desarrollo de los principios matemáticos de la teoría de la bonanza
económica.
Durante los últimos años del siglo XIX surgió la escuela de pensamiento marginal. Este
campo fue iniciado por Stanley Jevons, Carl Menger y Léon Walras. La idea principal es
que el precio se establecía a partir del precio más alto. Fue un cambio sustancial respecto a
las ideas de Adam Smith sobre la determinación del precio de oferta.
Este modelo fue desarrollado y popularizado más tarde por Alfred Marshall en su ensayo
Principios de economía. Junto con Léon Walras, Marshall se centró en el punto de
equilibrio en el cual las dos curvas se cortaban. Desde finales del siglo XIX, esta teoría de
la oferta y la demanda se ha mantenido prácticamente inamovible. La mayoría de los
estudios posteriores se han centrado en buscar las excepciones del modelo como los
oligopolios, los costes de transacción o el pricipio de no racionalidad).
El modelo establece que en un mercado libre, la cantidad de productos ofrecidos por los
productores y la cantidad de productos demandados por los consumidores dependen del
precio de mercado del producto. La ley de la oferta indica que la oferta es directamente
proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se
ofrecerán a la venta. Por el contrario, la ley de la demanda indica que la demanda es
inversamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los
consumidores. Por tanto, la oferta y la demanda hacen variar el precio del bien.
Oferta [editar]
La oferta es la cantidad de bienes ofrecidos por los proveedores y vendedores del mercado
actual. Gráficamente se representa mediante la curva de oferta. Debido a que la oferta es
directamente proporcional al precio, las curvas de ofrecimiento son casi siempre crecientes.
Además, la pendiente de una función curvilínea de oferta suele ser también creciente (es
decir, suele ser una función convexa), debido a la ley de los rendimientos decrecientes.
A veces, las funciones de oferta no tienen una pendiente creciente. Un ejemplo es la curva
de oferta del mercado laboral. Generalmente, cuando el salario de un trabajador aumenta,
éste está dispuesto a ofrecer un mayor número de horas de trabajo, debido a que un sueldo
más elevado incrementa la utlildad marginal del trabajo (e incrementa el costo de
oportunidad de no trabajar). Pero cuando dicha remuneración se hace demasiado alta, el
trabajador puede experimentar la ley de los rendimientos decrecientes en relación con su
paga. La gran cantidad de dinero que está ganando hará que otro aumento de sueldo tenga
poco valor para él. Por lo tanto, a partir de cierto punto trabajará menos a medida que
aumente el salario, decidiendo invertir su tiempo en ocio-. Este tipo de curvas de oferta ha
sido observado en otros mercados, como el del petróleo: después del récord del precio
provocado por la crisis de 1973, muchos países exportadores de petróleo disminuyeron su
producción.
Cuando cambien los costos de los productores, la curva de oferta se desplazará. Si el costo
se reduce, los productores ofrecerán más cantidad en cada precio y esto desplaza la curva
S1 a la derecha hacia S2. Este incremento en la oferta causa que el precio de equilibrio se
reduzca de P1 a P2. La cantidad de equilibrio aumenta de Q1 a Q2, ya que la cantidad
demandada aumenta por el precio más barato.
Demanda [editar]
La demanda es la relación de bienes y servicios que los consumidores desean y están
dispuestos a comprar dependiendo de su poder adquisitivo. La curva de demanda representa
la cantidad de bienes que los compradores están dispuestos a adquirir a determinados
precios, suponiendo que el resto de los factores se mantienen constantes (cláusula ceteris
paribus). La curva de demanda es por lo general decreciente, es decir, a mayor precio, los
consumidores comprarán menos.
Los determinantes de la demanda de un individuo son el precio del bien, el nivel de renta,
los gustos personales, el precio de los bienes sustitutivos, y el precio de los bienes
complementarios.
Como se ha dicho antes, la curva de demanda es casi siempre decreciente. Pero hay algunos
ejemplos extraños de bienes que han tenido curvas de demanda crecientes. Un bien cuya
curva de demanda tiene una curva creciente se conoce como un bien de Giffen o un bien
Veblen. Sin embargo, la existencia real de este tipo de bienes es más que discutible, y en
todo caso estaría orientada a fenómenos sociales y no puramente económicos, como la
ostentación de riquezas.
El gráfico muestra un incremento de la demanda desde D 1 hasta D2, provocando un aumento del
precio y de la cantidad producida.
El precio de un producto del mercado está determinado por un equilibrio entre la oferta (lo
que se quiere producir a un precio determinado) y la demanda (lo que se desea comprar a
un precio determinado). El gráfico muestra un incremento de la demanda desde D1 hasta
D2, provocando un aumento del precio y de la cantidad producida relativas.
Cuando más gente desea algo, la cantidad exigida en todos los precios tenderá a aumentar.
Esto es un aumento en la demanda. La demanda creciente se puede representar en el gráfico
como la curva a la derecha, porque en cada punto del precio, se exige una mayor cantidad.
Este aumento en demanda hace que la curva inicial D1 se desplace a la nueva curva D2.
Esto sube el precio de equilibrio de P1 al P2. Esto levanta la cantidad del equilibrio de Q1 a
Q2. Inversamente, si la demanda disminuye, pasa lo contrario, se va de la curva D2 a D1.
Hay muchas transacciones posibles que agradarían a las dos personas implicadas, pero no
todas ellas sucederán. Por ejemplo, hoteles Place y Master estarían interesados en hacer su
negocio a cualquier precio entre 25 y 30. Si el precio fuese superior a 30, Cristina no estaría
interesada, ya que es un precio demasiado alto. Si el precio bajara de 25, entonces sería
Hoteles Master al que no le satisfacería la transacción. Sin embargo, Cristina descubrirá
que hay otros productores en el mercado que están dispuestos a vender por debajo de 25,
con lo cual no negociará con Fernando. En un mercado eficiente, cada vendedor percibirá el
precio más alto posible, y cada comprador pagará el precio más bajo posible.
Imagínese que Cristina y hoteles Master están discutiendo sobre el precio. Hoteles Master
ofrece un alquiler por 25. Antes de que Cristina lo acepte, hoteles Place lo ofrece por 24.
Fernando no está dispuesto a vender a 24, así que se retira. En ese instante, nuestra empresa
se ofrece por 12. Place obviamente no va a vender a ese precio, con lo que parece que la
venta está decidida. Sin embargo, aparece Bruno y ofrece 14, pero sólo una persona está
dispuesta a vender a ese precio (nuestra empresa). Cristina se entera y como no quiere
perder esta gran oportunidad, ofrece 16 a nuestra empresa por habitación. Ahora Place
también está dispuesta a vender, con lo cual tenemos dos compradores y dos vendedores a
ese precio (nótese que podría haberse establecido cualquier precio entre 15 y 20). Aquí
parece que los cuatro están de acuerdo. Pero ¿qué ocurre con Hoteles Master y Alicia?
Ambos no están dispuestos a negociar entre ellos, debido a que Alicia sólo está dispuesta a
pagar 10 y hoteles master no desea aceptar nada por debajo de 25. Alicia no puede mejorar
las ofertas de Bruno y Cristina para comprar a Nuestra empresa, con lo cual Alicia no
puede negociar con ellos.Master no puede rebajar el precio de venta tanto como nuestra
empresa o hoteles Place, con lo cual ahora ya no puede negociar con Cristina. En otras
palabras, se ha logrado un punto de equilibrio.
Curvas discretas de oferta y demanda
Se puede dibujar un gráfico con sendas curvas de oferta y demanda a partir de estos datos.
La oferta sería:
Críticas [editar]
El filósofo y sociólogo positivista Emilio Durkheim, en su libro 'Las reglas del método
sociológico', en el capítulo dos, habla de la creación de leyes en las ciencias sociales y
crítica el alcance empírico que se le ha dado a la ley de la oferta y la demanda:
Así está, p. ej., la famosa ley de la oferta y la demanda. No ha sido nunca establecida
inductivamente como expresión de la realidad económica. Jamás ninguna experiencia,
ninguna comparación metódica se ha instituido para establecer que, en realidad, las
relaciones económicas actúan según esta ley. Todo lo que se ha podido hacer, y todo lo
que se ha hecho, es demostrar dialécticamente que los individuos deben proceder de ese
modo si entienden bien sus intereses, que toda otra manera de obrar les sería perjudicial y
que implicaría por parte de los que se prestasen a ella una verdadera aberración lógica.
Es racional que las industrias más productivas sean las más investigadas, que los
poseedores de los productos más solicitados y más raros los vendan al precio más alto.
Pero esta necesidad completamente lógica no se parece en nada a la que presentan las
verdaderas leyes de la naturaleza. Éstas expresan las relaciones según las cuales se
encadenan realmente los hechos, no la forma en que sería bueno que se encadenaran.
Lo que decimos de esta ley se puede repetir de todas las que la escuela económica
ortodoxa califica de naturales y que, por otra parte, no son apenas sino casos particulares
de la precedente. Son naturales, si se quiere, en el sentido de que enuncian los medios que
parece, o debe parecer natural, hayan de ser utilizados para alcanzar tal hipotético fin;
pero no debe dárseles este nombre si por ley natural se entiende toda manera de ser de la
naturaleza comprobada inductivamente. No son, en suma, otra cosa que consejos de
prudencia práctica y, si ha sido posible presentarlos de un modo más o menos especioso
como expresión misma de la realidad, es que con motivo o sin él se ha creído posible
suponer que estos consejos eran seguidos efectivamente por la generalidad de los hombres
y en la generalidad de los casos.(Durkheim,66-67:1986)[1]
Biblografía Emile Durkheim(1986)- Las reglas del método sociológico- Fondo de Cultura
Económica, Ciudad de México.
Efecto renta
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En microeconomía, se entiende por efecto renta a uno de los efectos que tiene la variación
del precio de un producto sobre su demanda.
Introducción [editar]
La demanda de un producto depende, entre otros factores, del precio del mismo. Es decir
cuando se altera el precio de un producto, se produce un cambio en la cantidad demandada
de ese producto. El estudio más profundo de esta influencia ha descompuesto el citado
efecto en dos partes diferenciadas. Cuando varía el precio del producto se produce por un
lado un cambio en la renta real del sujeto que influye en la demanda y que es estudiada por
el denominado efecto renta y por otro lado se produce un encarecimiento o abaratamiento
del producto con respecto a los demás que es estudiado por el denominado efecto
sustitución.
Es decir, si toda la renta está destinada a adquirir dos bienes asociados (por ejemplo,
tomates y manzanas) y disminuye el precio relativo de sólo uno de los bienes (tomates), va
a terminar adquiriendo una mayor cantidad del primer bien (tomates) y va a variar la
cantidad de dinero que destinábamos para la compra del otro bien (manzanas). El efecto
total de la variación se puede descomponer en dos partes; el Efecto renta y el efecto
sustitución.
La diferencia entre las cantidades adquiridas del primer bien (tomates) que compraría para
quedar en la misma curva de indiferencia (quedar igual de contento que antes) pero
gastando menos dinero y la cantidad que compra ahora (gastando igual de dinero que antes,
pero comprando más porque tiene el descuento) es llamado el efecto renta
Efecto sustitución
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Max U(x1,x2,...,xn)
Este modelo se resuelve usando una técnica matemática llamada de los Multiplicadores de
Lagrange (si se supone que finalmente se consumirá toda la renta disponible, lo que
equivale a suponer que p1x1+...+pnxn=M ) o bien el de los Multiplicadores de Khun-Tucker,
si se cree que puede que sobre renta (caso en el que mantenemos que la restricción es del
tipo <=).
Las soluciones que se obtienen nos sirven para el análisis anteriormente dicho, para obtener
cómo reaccionarían las cantidades demandadas si cambiaran los precios, y es posible
estudiar también, mediante modificaciones a este problema básico, qué ocurre si se
introducen impuestos sobre la renta, impuestos indirectos, subvenciones, que sucedería si
consideramos el ahorro como un bien, que ocurre si consideramos también bienes cuyo
valor es incierto (como en el caso de activos financieros), etcétera, y ver cómo influyen no
sólo sobre la cantidad de bien consumida sino también sobre la utilidad que recibe el
consumidor.
En microeconomía, las economías de escala son un proceso mediante el cual los costes
unitarios de producción disminuyen al aumentar la cantidad de unidades producidas o,
dicho de otra forma, aumentos de la productividad o disminuciones del coste medio de
producción, derivados del aumento del tamaño o escala de la planta.
Isocuanta
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Mapa de isocuantas, donde se representan tres curvas isocuantas, cada una de la cuales informa
de un volumen de producción, Q1, Q2 y Q3, cada uno más elevado que el anterior. X e Y
representan dos factores productivos cualesquiera, usualmente capital y trabajo
Características [editar]
Las isocuantas no se intersectan.
Son convexas al origen.
El mapa de isocuantas es denso. Aunque solo trazaremos una o dos isocuantas en el mapa
de coordenadas, el espacio constituye un universo de posibles isocuantas.
Tienen pendiente negativa dentro de las posibilidades eficientes de producción.
Dan una medida cardinal de producción.
Las curvas más altas se refieren a niveles más altos de producción, e inversa.
Si una empresa desea estudiar distintos niveles de producción, debe entonces trazar un
mapa de posibilidades con varias isocuantas. Las isocuantas brindan importante
información a la empresa para poder responder a las variaciones de precios en los
mercados. Además, en el análisis de toma de decisiones, el conocimiento de dichas curvas
pueden ayudar a escoger entre varias alternativas de producción para escoger la
combinación que mejor se adecúa en un momento dado para obtener los mejores
rendimientos de los distintos factores que afecta dicha curva, para el elevar la eficiencia de
la empresa..
Expresa la naturaleza general del objetivo de firmas no es el beneficio por sí mismo que las
firmas deben intentar para maximizar. En lugar las firmas desean maximizar el valor de sus
tenencias de equidad. Este valor de equidad es igual al valor actual (descontado) previsto de
las vueltas netas de esas tenencias. Las vueltas se utilizan aquí más bien que beneficio
debido a algunas tecnicidades que tratado de más adelante. La clarificación más importante
requerida es la materia de la equidad basada sobre consideraciones a largo plazo contra el
concepto a corto plazo del beneficio. Si la firma está funcionando en condiciones de estado
estacionario tales que todas las condiciones entonces, y solamente después son en un cierto
plazo constante, quiera la maximización de vueltas anuales sea equivalente a la
maximización del valor actual de todas las vueltas netas. Incluso en el caso de la operación
de estado estacionario de la firma no es beneficio por sí mismo que es el objetivo apropiado
de la firma. El beneficio relevante para una firma es por supuesto el beneficio después de
impuestos. El recibo de la contribución para una firma depende de la definición del
beneficio imponible. Generalmente el problema de maximización del beneficio se puede
estudiar tanto a corto plazo como a largo plazo. A corto plazo se considera que uno de los
inputs, como el capital, está ya decidido para la empresa y el precio por el mismo se ha
pagado ya. A largo plazo, sin embargo, todos los inputs implicados pueden variar, por
ejemplo, si la empresa varía la cantidad de capital disponible.
Max P1Y1+...+PnYn-(C1X1+...+CmXm)
s.a.
Y1<=F1(x11,...,x1m)
...
Yn<=Fn(xn1,...,xnm)
Condiciones de uso de los inputs adquiridos por la empresa. [Pueden ser reescritas para
algunos outputs, ver más adelante en (*)]
X1=x11+...+xn1
...
Xm=x1m+...+xnm
(*) Si, por ejemplo, se usara del input de tipo 1 en la producción de los distintos outputs
posibles, la suma del total de lo utilizado para cada uno de los outputs debería ser igual al
total del input 1 adquirido por la empresa (Es decir, si usa x11 del input 1 para fabricar el
output 1, x21 para fabricar del output 2, etcétera, entonces, x11+...+xn1=X1, y X1 sería el
total del input 1 utilizado). No obstante, y esto es importante, en algunos casos es posible
que al usar de algunos inputs "no se consuman" al usarlos en la fabricación de ciertos
outputs, por lo que podría ser que estas condiciones no estuvieran escritas así. Por ejemplo,
si consideráramos el tiempo de trabajo, en horas, de cierta máquina como un input, y esa
máquina pudiera elaborar dos tipos o más de output al mismo tiempo, no se introduciría la
restricción correspondiente en este modelo, es decir, si por ejemplo la máquina trabajara 8
horas haciendo dos outputs diferentes al mismo tiempo, no repartiría las 8 horas entre cada
uno de ellos sino que las invertiría enteras en cada uno.
Este problema se puede resolver también usando los Multiplicadores de Lagrange o los de
Khun-Tucker.
Una forma habitual de simplificar el problema es suponer que sólo se produce un bien y
que sólo va a haber un input que varíe según la producción de la empresa, estando todos los
demás fijos (Nota: En un modelo determinado, suponer que un conjunto de variables puede
cambiar mientras que el resto de variables van a permanecer constantes,
independientemente de sus relaciones con el resto del modelo, es lo que se llama Céteris
Páribus, una técnica simplificadora pero que puede llevar a error cuando se compara con la
realidad, en la que en última instancia todo se relaciona e influye con todo) Con esto, por
ejemplo, se puede estudiar cómo la producción de una empresa de un bien va a determinar
la demanda de trabajo por parte de esa empresa. Todos los inputs por los que la empresa ha
pagado ya, y que no va a variar en el corto plazo, el valor total de los mismos nos daría lo
que se llama el Coste Fijo.. Por el contrario, el valor de los inputs que cambiará según se
decida el nivel de producción, será el Coste Variable.. La suma de los dos será el Coste
Total. Como conforme varíe la producción de la empresa estos costes van a variar, se
obtiene para el estudio microeconómico lo que se llaman Curvas de Costes. Las más
importantes, serían la de Coste variable, la de Coste total, la de Coste Medio, y la de
Coste marginal.
La Curva de Coste variable relaciona el total de los costes variables con el nivel de
producción. Generalmente es creciente, pero puede tender a crecer a menor velocidad. La
de Coste Total es prácticamente idéntica, ya que sería una traslación de la Variable en la
magnitud del Coste Fijo, lo cual es importante sobre todo en Teoría de la Producción
Industrial porque unos costes Fijos elevados disuaden a empresas de entrar en el mercado.
La Curva de Coste medio, por el contrario, puede ser ascendente o descendente, incluso
ascendente en unos tramos y descendente en otros, ya que esta curva nos informa de
cuanto, por término medio, nos cuesta producir cada output dependiendo del nivel de
producción. Por ejemplo, es posible que con cierta función de producción el valor de
producir 300 unidades de output sea tal que cada una cueste 1.5 unidades monetarias,
mientras que producir 600 pueda costarnos cada una sólo 1 unidad monetaria. Esto estaría
relacionado posiblemente con la existencia de economías de escala, como se dijo antes.
La Curva de Coste Marginal, tiene para el análisis gran importancia, razón por la que a
veces se llama a ciertos estudios de la economía "marginalistas". Esta curva, que
matemáticamente equivale a la derivada de la Curva de Coste Total, nos representa cuanto
más nos cuesta producir una unidad de output a partir del nivel anterior de producción. Por
ejemplo, si para producir 100 unidades de un bien tenemos un coste de 1000 unidades
monetarias, y producir 101 unidades de ese mismo bien el coste fuera de 1020 unidades
monetarias, la curva valdría 20 (1020-1000) en el nivel 100 de producción.
El análisis más general para decidir el nivel de producción de una empresa parte de que la
empresa quiere maximizar su beneficio. El beneficio es igual a los ingresos (I) menos los
costes (C), ambos son funciones dependientes del nivel de producción. Desde el punto de
vista matemático, maximizar una función supone igualar a cero la derivada esa función con
respecto a la variable que queremos maximizar; si derivamos la función beneficio, sería la
derivada de sus componentes: los ingresos menos los costes:
dI/dx - dC/dx = 0
Lo que lleva a que el Ingreso marginal (Que sería derivar los Ingresos de la empresa en la
función de beneficio) debe ser igual al Coste Marginal, que es la derivada de los Costes de
la empresa, como condición para que el nivel de producción sea el que maximice el
beneficio. Si suponemos que los precios del mercado no pueden cambiar por la actuación
de la empresa, sino que están dados (porque estemos en lo que se llama Competencia
Perfecta, en la que hay muchas empresas y ninguna puede influir en el precio), entonces la
condición es: Precio ha de ser igual a Coste Marginal.