INTERNAMIENTO
Centros de
ENTREVISTA A PAU PÉREZ SALES
DIRECTOR Y COORDINADOR DEL ESTUDIO
Situación de los
Centros de Internamientos
para Ex
Extranjeros en España
Maitane
Arnoso
MUGAK /
Dtas
r. Pérez Sales, antes de nada
felicitarle por este estudio y
agradecerle ser los ojos de tan-
organizaciones que no han podido
SOS Racismo tener acceso a los Centros de Interna-
miento para Extranjeros. Quisiéramos
que pudiese ofrecer a nuestros lectores
y lectoras una fotografía de los mismos,
contándonos desde el perfil de la población inter-
na hasta la situación de los centros y de las perso-
nas en ellos retenidas.
Podríamos decir que los CIE –visitados– son
espacios de reclusión esencialmente de hombres
jóvenes, sobre todo en los de Valencia y Málaga, y
de edad media en Madrid. En el momento de hacer
las entrevistas había un porcentaje de hombres su-
perior al 85% en los tres centros. Aunque en todos
los CIE hay detenidos de todos los países, en Ma-
drid la mayoría de internos proceden de América
Latina; en Málaga hay una mayoría de personas
subsaharianas. En Valencia se añade a estos colec-
tivos una proporción muy importante de personas
magrebíes, especialmente de Argelia. Pareciera que
hay un cierto «perfil» de centro determinado por la
zona de entrada de inmigran-
tes en esa provincia, el tipo de
detención y factores logísticos
como la agrupación de inter-
nos de un mismo país o limí-
trofes para organizar vuelos co-
lectivos de expulsión.
¿Había menores en los CIE
visitados?
En el CIE de Málaga, durante
nuestra visita, un joven afirmó
ser menor de edad, aportando
elementos documentales que lo
corroborarían. Afirmó haber
MUGAK 49
hecho ya varios escritos sin éxito. En Valencia un
total de seis jóvenes reclamaron ser menores de
edad. Trasladados los casos al director en funcio-
nes, éste expuso que la comprobación de edad com-
pete a las autoridades que efectúan la detención y
que él debía fiarse tanto de ellos como del juzgado.
Aunque en los expedientes se pudo comprobar que
todos ellos tenían pruebas óseas efectuadas en las
que se afirmaba que el proceso de calcificación es-
taba finalizado y que por tanto podían considerar-
se adultos, cabe señalar que ninguno de estos in-
formes venía rubricado por un médico con firma y
número de colegiado identificable.
Se tiene la idea –vaga- de que las personas in-
ternas en los CIE son personas recién llegadas
e interceptadas en los aeropuertos o playas
Contra lo que pudiera pensarse, en los CIE se en-
cuentran sobre todo personas con más de 4 años
residiendo en España (es decir con derecho de arrai-
go), pudiendo encontrarse algunas con más de 10 e
incluso 20 años de estancia. Se trata de personas
sin residencia o nacionalidad, bien porque no la
han tramitado, porque se les denegó, porque te-
nían tarjeta de residencia y no
pudieron renovarla al perder el
contrato de trabajo o bien por-
que aún teniendo residencia, el
juez decidió expulsarles como
pena alternativa a otra no ne-
cesariamente grave. Cabe recor-
dar que el arraigo debería deter-
minar la no entrada en CIE.
Esto es importante registrarlo.
Aunque en la actualidad la
mayor parte de la población
inmigrante haya salido de su
país por motivos económi-
55
cos, imaginamos que habrá muchos cuya vida
esté en peligro en el caso de una expulsión y
retorno. ¿Qué hay del derecho al asilo?
En efecto. Un 11% de las personas detenidas refie-
ren de modo directo que huyeron de su país por
motivos políticos, a las que habría que incorporar
un 15% adicional que, aunque no lo refiere de modo
directo, en la descripción de las razones para venir
a España hay claros elementos de huida de un con-
flicto político. Es decir, alrededor de una de cada
cuatro personas tendría motivos para ser potencial
candidata a asilo y que su caso fuera estudiado. Sin
embargo, esta cifra es veinte veces superior al del
número de personas que solicitan asilo desde el CIE, refieren estrés y tensión crónica. La falta de activi-
lo que constituye un dato muy preocupante. A este dad, los problemas de alimentación y el propio es-
respecto merece la pena recuperar el testimonio de tado de ánimo pueden contribuir a explicar que
algunas personas trabajadoras del centro, quienes dos de cada tres internos refieran una situación de
confirman haber recibido instrucciones de no brin- fatiga crónica. Los problemas para dormir de modo
dar información sobre asilo de manera proactiva. adecuado y la situación de hacinamiento pueden
ayudar a entender que cerca del 50% de internos
¿Cuál es el estado de las instalaciones de los refieran tener dolores de tipo osteo-muscular. Tam-
centros? bién son frecuentes los dolores de estómago y gas-
La mayoría de internos consideran que existe haci- tralgias fruto de dietas no adaptadas culturalmente
namiento en los centros, siendo el de Málaga el que y de la propia ansiedad y desánimo derivados del
tendría las peores valoraciones, lo que no deja de contexto. Una cuarta parte de los internos refieren
ser significativo teniendo en cuenta que es el cen- tener problemas de piel desde que ingresaron, en
tro con mayor número de personas subsaharianas, relación con las mantas ignífugas y sobre todo
llegadas en patera y poco dadas a quejarse de las con la falta de higiene. Cabe recordar que en
condiciones en que están. Madrid no se dan kits higiénicos de baño, que
Entre los problemas que los internos mencio- hay internos que no pueden cambiarse de ropa
naron en las entrevistas destacan la sobrepoblación durante su estancia en el centro y que hay inter-
medida en el número de internos que comparten la nos con problemas de fungosis y otras dermatopa-
habitación, la precariedad de camas, colchones y tias trasmisibles derivadas de las dificultades del
falta de ropa de cama; el número de baños y el ho- camino migratorio.
rario en que es posible acceder a los mismos, aña-
diendo en el CIE de Madrid, la ausencia de protec- En términos de salud psicosocial, ¿cuáles son
ción que resguarde a la persona de las miradas de las emociones que mejor reflejan la situación
los demás. Así mismo las personas retenidas de- de las personas retenidas?
nuncian la falta de limpieza, armarios y muebles Cerca del 75% de las
donde depositar sus pertenencias. Una de las que- personas retenidas re- «Contra lo que pudiera
jas reiteradas de los internos en los diferentes in- fieren tristeza y ganas
formes previos a esta visita es respecto a la alimen- de llorar y alrededor del pensarse, en los CIE se
tación, en ocasiones con acusaciones graves 10% afirman tener en encuentran sobre todo
respecto a la cantidad y calidad de la comida.:A ello algún momento ideas
habría que añadir la falta de actividades: no hay nada de suicidio. Aunque personas con más de
que hacer en todo el día más que estar encerrados creemos que las ideas
en las habitaciones colectivas, sentados en el suelo
4 años residiendo en
de suicidio correspon-
o en la cama. En ninguno de los tres CIE existen den en realidad, en la España (es decir con
espacios en los que el interno, si lo desea, pueda mayoría de casos, a
estar solo. ideas de muerte pasiva derecho de arraigo),
(para estar en estas condi- pudiendo encontrarse
Ello propiciará un deterioro de las condicio- ciones es mejor morirse /
nes de salud en los internos, ¿verdad? prefiero morirme antes de algunas con más de
Alrededor del 60% de personas refieren sufrir do- que me expulsen), un pe-
lores de cabeza o migrañas, probablemente en re-
10 e incluso 20 años
queño porcentaje (alre-
lación con el cerca del 70% de internos que refie- dedor del 2% de inter- de estancia.»
ren sufrir insomnio y el porcentaje similar que nos) sí presentaban
56 MUGAK 49

Centro de Internamiento de Hoya Fría
ideas estructuradas y consistentes de suicidio. Una
persona había localizado una escalera sin protec-
ción y otra creía poder precipitarse por una venta-
na. Ninguno de ellos estaba recibiendo atención
psiquiátrica ni ningún tipo de apoyo terapéutico o
farmacológico.
Estos casos son la punta del iceberg de un sen-
timiento global de desesperación a los que cabría
sumar los de miedo, bloqueo, confusión, impoten-
cia, tensión y estrés como las emociones que mejor
reflejan el clima emocional de los CIE. Tomados
en conjunto todos estos datos configuran un pa-
norama sombrío del que hasta ahora no se tenían
datos. El CIE como estructura, por todas las carac-
terísticas vistas, genera una psicopatología severa.
En ocasiones pueden considerarse síntomas adap-
tativos a una situación de encierro y pérdida de pro-
yecto vital. Pero en otras, da la impresión que el
daño pueda ser más permanente.
¿Se han detectado casos de malos tratos y tor-
turas?
Sí y éste es uno de los temas más delicados en los
Centros. A la vista de algunos de los testimonios
recogidos a lo largo de las entrevistas, se realizaron
investigaciones más en profundidad de algunas de
las situaciones descritas por su gravedad. Fruto de
las mismas se pudo constatar que existían eviden-
cias graves de malos tratos y torturas en los Cen-
tros de Internamiento de Madrid y Valencia. Por
ejemplo, en el caso de Madrid, existen testimonios
independientes, congruentes y sistemáticos que
muestran la existencia de actos de tortura a inter-
nos antes y durante el traslado desde el CIE al aero-
puerto de Barajas y en las dependencias del propio
aeropuerto. Llama la atención cómo la práctica to-
talidad de las personas que han denunciado malos
tratos han sido expulsadas el mismo día o al día
siguiente, de no mediar recurso de su abogado y
medidas cautelares. De manera esporádica se han
dado situaciones de maltrato o tortura dentro del
CIE por personal policial ajeno al mismo, pero con-
tando para ello con la colaboración activa o pasiva
de al menos un agente del centro. Asimismo, la sala
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de lavandería, que carece de cámaras de seguridad,
parece ser el lugar empleado para ello, según co-
rroboran al menos dos testigos independientes.
¿Con qué criterios es han basado para demos-
trar la veracidad de estas denuncias?
Además de la trayectoria en investigación y acom-
pañamiento a personas y colectivos que sufren
malos tratos que nos avala en la detección de los
mismos, el equipo ha considerado 3 niveles de cer-
teza: a) lo que hemos denominado indicios, que se
refiere a aquellos datos que proceden de una sola
fuente de información y que en general se ha tendi-
do a no registrarlo o a hacer simple constancia en
caso de ser un elemento de especial importancia en
términos de derechos y garantías; b) lo que consi-
deramos son evidencias en tanto proceden de ma-
nera coincidente de dos fuentes de información
independientes y c) las evidencias probadas, cuya
información proviene de tres o más fuentes de
información independientes. Salvo casos excep-
cionales, las investigaciones de hechos específi-
cos presentadas en este informe basan sus con-
clusiones, como decimos, en lo que desde nuestra
experiencia, mejor saber posible y honesta vo-
luntad, son evidencias y evidencias probadas.
Éste es un enfoque inusual -por estricto- en este
tipo de informes, pero supone una garantía adi-
cional para la institución. En este sentido este
informe busca ser esencialmente técnico, cuan-
tificado y basado en datos más que en opiniones
con cotejo de evidencias por triangulación de
fuentes y basado en un nivel muy alto de exigencia
de veracidad.
¿Cuál fue la reacción de la dirección del centro
cuando le trasladaron esta información?
Expresó su total inconformidad e indignación con
estas prácticas y agradeció la información propor-
cionada. Insistió en las diferentes medidas que vie-
ne tomando para impedir este tipo de situaciones y
su compromiso personal con el esclarecimiento.
¿Cree que se tortura de forma sistemática?
Es difícil constatar algo así. No creo que haya una
política sistemática de maltrato o tortura, pero sí,
en ocasiones, un laissez faire que en todo caso hay
que impedir.
Lo que parece importante aquí es facilitar el
acceso a la justicia a los internos, ¿no?
Sí, y resulta preocupante que apenas el 42% de las
personas entrevistadas en todos los centros cono-
cían el nombre de su abogado/a y tenían su núme-
ro de teléfono u otra forma de contactar con él o
ella. Un 16% adicional le vieron en comisaría, pero
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no saben el nombre y perdie-
ron el contacto. El descono-
cimiento de letrado/a no pre-
juzga la inatención del/la
interno/a. Es posible que el/
a abogado/a de oficio acudie-
ra a comisaría, se entrevista-
ra con la persona inmigran-
te, le explicara someramente
la situación y trámites de ape-
lación y le dejara su nombre
y teléfono. Pero a partir de
ese trámite inicial ni el abo-
gado/a considera que deba
contactar nuevamente al in-
terno (porque entenderá que
no puede hacer más gestio-
nes) ni éste tiene capacidad
para saber quién es para localizarle y poder, con
más calma, preguntarle y entender lo que ocurre,
documentarse sobre sus derechos o poder encon-
trar el apoyo jurídico para denunciar malos tratos
en caso de producirse.
Respecto a la posibilidad de hacer quejas al ex-
terior del centro en caso de percibir vulneración de
derechos básicos, sólo el 20% afirman conocer al-
guna vía para hacerlo. La mayoría expresan sentir-
se incomunicados o en situación de indefensión
ante los abusos. Las formas de queja expresadas
son en ocasiones erróneas o poco realistas (ha-
blar con el director, ir a una comisaría o denun-
ciar en los medios de comunicación). Sorprende
las pocas personas que entienden que deberían
comunicarlo a su abogado/a, probablemente en
conexión con que la mayoría desconocen quién
es y el prácticamente nulo número de personas
que se refieren a Organizaciones No Guberna-
mentales o al Defensor del Pueblo como agentes a
quien dirigirse. Sobre todo la precariedad en el siste-
ma de quejas se da en el CIE de Valencia donde se
produce una clara situación de indefensión de las per-
sonas detenidas
¿Cuál es el nivel de compromiso médico en la
certificación de malos tratos en los CIE?
Se planteó el supuesto (real) de que un interno vol-
viera de un traslado con signos de golpes o fractu-
ras y pidiera al facultativo ser examinado y un parte
de lesiones. El examen al reingreso es preceptivo y
viene marcado por la Orden Ministerial. Docu-
mentar las lesiones es también parte del cometi-
do del médico que debe anotar aquello que ob-
serve en el paciente y que, si éste lo solicita, y de
acuerdo a la Ley General de Sanidad, debe ex-
tenderle copia de la historia clínica o informe
adaptado a partir de las notas de la misma. Al
plantearle el supuesto, el trabajador del centro
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afirmó que nunca se había
dado un caso de ese tipo y
al explicarle que había ha-
bido varias denuncias por
malos tratos en traslados des-
de el CIE al aeropuerto de
Barajas y en el retorno (por
no haberse hecho posible la
repatriación), invirtió las res-
ponsabilidades y explicó
cómo muchos abogados/as
les suelen sugerir a los inter-
nos que se golpeen la cabeza
o se tiren por la escalera. Los
hematomas, según explicó, se
explicaban por la buena vo-
luntad de los policías que los
agarraban con fuerza para
protegerles y evitar que se tiren por las escaleras y
sufran daños.
Otro ejemplo sería, tal como reflejamos en el
informe, el caso de una persona de origen nige-
riano que afirmó en la entrevista haber sido gol-
peada violentamente por funcionarios de policía
durante su detención. Presentaba dificultades
para movilización de extremidades superiores y
dolor agudo intercostal. El interno solicitó in-
forme médico. Éste inicialmente se negó, aun-
que cuando le preguntamos por los criterios para
realizar este tipo de exploraciones, decidió exa-
minar al interno y le prescribió un analgésico ines-
pecífico durante tres días. Redactó unas notas a
mano en una hoja que no entregó al interno,
sosteniendo que en caso de desear la hoja, debe-
ría solicitársela al Director del Centro.
¿Cuáles son las conclusiones o reco-
mendaciones que se han derivado de
este estudio?
El informe ha posibilitado formular diver-
sas recomendaciones para garantizar la
dignidad y el respeto a los derechos de las
personas internas. Además de las recomen-
daciones de mejora de alimentación, in-
fraestructuras y la habilitación de espacios
para la lectura, la oración o el deporte,
entre las recomendaciones que hemos
considerado de máxima prioridad des-
taca la depuración de las responsabili-
dades en los casos de tortura, así como
tomar las medidas pertinentes para evi-
tar que ocurran en el futuro. En concre-
to, garantizar que todas las instalacio-
nes están sometidas a video-vigilancia,
exigir el adecuado cumplimiento de los
protocolos de traslado desde los CIE al
aeropuerto y de expulsión y garantizar el
MUGAK 49
 acceso inmediato a atención médica ante la peti- En cualquier caso, seguimos creyendo que
ción del interno y la existencia de lesiones. Se de- la existencia de los CIE en sí constituyen una
biera proveer atención psicológica cuando las per- vulneración de derechos básicos, ¿verdad?
sonas internas lo requieran, y en el caso de enfermos Por supuesto. Hay que reconocer que este informe
psiquiátricos, su traslado a centros adecuados. Ade- contó con la autorización preceptiva del Ministe-
más, se recomienda el establecimiento de criterios rio del Interior a través del Secretario de Estado de
de control de calidad de los servicios médicos que Seguridad y que a lo largo de los cinco meses de
incluyan, como mínimo, la existencia de historias documentación, la política institucional fue la de
clínicas individualizadas, así como un sistema efi- facilitar el acceso con una política de transparencia
caz de mediadores y traductores y con una actitud, en líneas generales, de colabora-
Por otro lado, es urgente que se incluyan equi- ción que es preciso reconocer. Sin embargo, ello
pos de trabajo social que palien las graves deficien- no debe hacer olvidar en cualquier caso que CEAR,
cias de información, atención a familiares, gestio- como institución, está por la supresión de los CIE
nes y provisión de ropa y comunicación con el como centros vulneradores de derechos básicos en
exterior del centro que acaben con el aislamien- el entendido de que no es posible privar de libertad
to actual. Es decir, las personas internas debe- a ciudadanos por largos períodos de tiempo en con-
rían tener una información clara y comprensi- diciones peores a las del régimen penitenciario por
ble, no sólo de las normas sino sobre todo de los el hecho de cometer una falta administrativa.
derechos que les asisten, en-
tre otros, el derecho de asilo
y además, contar con herra-
mientas que les permitan te-
ner acceso al exterior, tanto
a través de correo electróni-
co como telefónico. Y por
supuesto, debe garantizarse
el acceso a la justicia, garan-
tizando un sistema de peticio-
nes y quejas efectivo en todos
los centros y en especial en el
CIE de Valencia, para que el
interno pueda dirigirse si lo
considera al Juez o al fiscal que
instruye su causa

Protesta ante los CIES de Barcelona y Madrid

¿Qué pasos nos quedan a las organizaciones

sociales?
Hay que seguir en la política de denuncia a la vul-
neración de derechos, siendo actores clave como
observadores de derechos humanos que vigilan
las actuaciones de las administraciones. Ése debe
seguir siendo siempre nuestro rol. Pero además,
nos cabe hacer una reflexión y autocrítica acerca
de por qué la mayoría de los internos se sienten
poco apoyados por las organizaciones y perci-
ben cierta indiferencia hacia su problemática. Es
preciso que repensemos las estrategias para que
el apoyo social pueda ser percibido por las per-
sonas internas y esto necesariamente debe pasar
por seguir presionando para que las organiza-
ciones sociales puedan tener acceso autorizado
a los centros.
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