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Chaco, Argentina. Septiembre de 2009.

El destete y la realidad:

Es de uso común el conocimiento de la impotancia de la leche materna para el desarrollo del niño
en sus primeros tiempos, especialmente por el aporte de nutrientes y el valor inmunológico que
incluye.

Es más, el aporte del alimento materno en el marco de la función materna en los primeros años
es decisivo para la supervivencia del niño y la calidad de la supervivencia del niño. Alimento como
componente que nutre lo biológico como alimento como componente afectivo.

En oportunidad de entrevistar a una joven madre de 24 años, con un niño en brazos de un año y
diez meses y uno mayor -de ocho años-, he podido encontrar algunas de las limitaciones muy
profundas a mis intervenciones y a mi propia e ingenua humanidad.

Blanca -pongamos un nombre- pasa a consultorio con su hijo menor de la mano quedando el hijo
mayor en la sala de espera. El niño hace unos gestos de cierta resistencia y malestar a lo que la
madre corresponde alzándolo en su regazo y extrayendo su pecho de la ropa abrigada que vestía.
El niño con naturalidad orienta todo su cuerpo hacia el pecho en cuestión y se dispone a
alimentarse.

Esto sucedía mientras se hacía cierta referencia al encuadre de la intervención, y se consultaba


algunos datos personales. La madre inicia su conexión con el motivo de consulta, pero es
interrumpida por un respetuoso pero incisivo interrogante de quien suscribe:

- Blanca ¿cuántos años tiene tu hijo? (ya había dado ése dato pero mi instinto terapéutico me
decía que era una forma de señalar).

- Un año y diez meses.

- ¿Por qué le seguís dando el pecho?

Ella responde con un gesto de incomprensión y hasta de sorpresa.

- ¿sabés que ya es grande para seguir tomando el pecho?

- Sí. (expresa con naturalidad)

- ¿Y?

- Lo que pasa es que si no le doy la teta no voy a tener leche. No quiero quedarme sin leche en
el pecho.
Observé al niño "his majesty", gordinflón y rechoncho cómo acometía a su delgada madre. Me
pareció oportuno favorecer dicho contacto con una referencia directa a la inadecuación de la
conducta materna.

- Y bueno, Blanca, debes saber que lo que le hacía bien de bebé, siendo niño pasa a ser nocivo
porque los nutrientes que le brinda la leche ya no son los mismos que antes y el niño necesita
incorporar otros tipos de alimentos.

- Lo que pasa es que muchas veces no tengo leche.

Hago un gesto de interrogación como de ¿Y?, y ella sigue:

- No, no tengo leche en polvo ni comida para darle, entonces hago que siga tomando el pecho
para no quedarme sin leche y que él no se quede sin comida.

Un profundo silencio siguió a esa afirmación, todas mis teorías sobre psicoprofilaxis y de la
promoción de conductas orientadas a la autonomía de los niños tambalearon. Winnicot y Mahler
cayeron con sus conceptos y pude darme cuenta de tamaña limitación de mi mirada.

La señora posteriormente comentó que vivió desde los dieciocho años con su pareja que
actualmente la golpea y maltrata a su hijo mayor por ser de otra relación. Que hace seis años se
trasladaron a una villa en las afueras de la capital federal y que despuès consiguieron un terreno
fiscal en Ezeiza donde pudieron armar una casa con maderas. Y que desde allí comenzó a sufrir la
privación material y afectiva, junto a las agresiones recurrentes de su concubino (ahora de 31
años).
El machismo virgen atrapado por una mujer:

"Con vos soy virgen" dice la frase

En alusión al narcisismo primario "El amor de los padres -escribe Freud-, tan conmovedor y, en el
fondo, tan infantil, no es más que su narcisismo que renace y que, a pesar de su metamorfosis en
amor objetal, manifiesta inequívocamente su antigua naturaleza."

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