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“La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión
que desemboca en la soledad”.
(Pablo Neruda)
Francisco de Sales
SOLO - SOLEDAD
Francisco de Sales
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¿Ventajas de la soledad?
Las hay.
Muchas personas buscan una vida que no comparten con
otras, salvo en lo socialmente imprescindible, como los
religiosos de clausura, algunas personas que han
enviudado, algunos yoguis y ermitaños (si quedan).
Hay personas que tienen muy claro el motivo.
Francisco de Sales
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Francisco de Sales
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ATENCIÓN
Si ya tenemos claro que nacemos solos y morimos solos, y
que durante toda nuestra vida vamos a tener que estar con
nosotros, que nos vamos a encontrar en cualquier espejo al
que nos asomemos y en cualquier lugar al que vayamos,
en los momentos de placer y en los días en que no nos
apetezca vernos, en la salud y en la enfermedad… si
somos muy conscientes de esto, conviene valorar muy
seriamente la posibilidad de que esta relación con nosotros
sea del mayor agrado.
Claro, a veces tenemos miedo a la soledad, y se nos
aparece como algo impuesto y desagradable.
No nos aceptamos en algunas facetas, lo que es un
absurdo error, y nos da miedo quedarnos a solas con
nosotros mismos porque no nos gustamos, no nos
Francisco de Sales
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ATENCIÓN
El peor enemigo del que no es capaz de entender la solitud
es él mismo: su incapacidad para hacerse compañía, y su
dificultad para llenar los vacíos que deja la ausencia de
otros seres humanos.
No se debe confundir solitud ni soledad con aislamiento. El
aislamiento se produce cuando uno no es sociable, o
cuando se niega a compartirse con el resto de la
humanidad. Ya sabemos que estamos solos desde el
nacimiento a la muerte, y que parte de nuestro tiempo lo
conllevamos estando con los demás, pero quien se niega a
relacionarse, quien no es capaz de abrirse y compartir sus
pensamientos o realidades, quien no se comunica, se
equivoca; se aísla de un mundo en el que se ofrece la
relación con el prójimo como fuente de ánimo, de abrazos,
de compartir, o de recibir amor. Ellos son los que nos
proveen de esas cosas que nosotros solamente nos
daríamos en una pequeña o nula medida.
El aislamiento es lo que aparece cuando uno huye de la
solitud o cuando uno no está listo para aceptar la soledad.
Si no aceptas la realidad de ambas, entonces serás tú
quien te sentirás aislado –en este caso, porque son los
demás o las circunstancias quienes te aíslan a ti-, y
sucederá que comenzarás a olvidarte de ti mismo, ya que
uno es uno, solo, pero necesita inexorablemente la relación
con los demás.
Francisco de Sales
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SECCIÓN GRATIS
En los momentos de encuentro contigo, ten cuidado de no
centrarte únicamente en tus partes negativas. Que no te sirva
sólo para regodearte en tus miserias (que quizás las haya en este
momento, pero acabarás desterrándolas), en el sufrimiento (ya
sabes de la inutilidad del sufrimiento), la pena (no hay que sentir
pena), el dolor (se puede evitar), el llanto (o que sea un llanto de
lágrimas amargas y atrasadas que necesiten ser vaciadas, y que
luego te deje una agradable sensación de haberte deshecho de
ellas); que no te sientas desvalido, y si te sientes así, que seas
capaz de abrazarte y acogerte de todos modos; que no sientas el
abandono, (aunque haya desatención real por parte de otras
personas, porque el único abandono que te ha de invadir es el
tuyo propio)…
Haya, también, diálogo interno constructivo, reposo, armonía,
paz…
Hay vida en la solitud y en la soledad.
Francisco de Sales
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SOLUCIONES o SUGERENCIAS
Casi todos conocemos alguna persona que está o se
siente muy sola.
Es un deber humanitario acompañarla.
Y no hace falta decir más.
soledad
Francisco de Sales
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Te odio.
Te odio porque me fuiste impuesta,
porque no me refugié en ti,
ni te di mi consentimiento.
Te soporto aparentemente:
a tu espalda trato de encontrar compañera mejor.
Francisco de Sales
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si tú,
y yo,
y la noche,
y las lágrimas,
y las ausencias,
y el rencor,
y las penas,
tenemos que seguir juntos,
hagamos un trato:
dejadme trabajar y dormir algunos ratos.
RESUMIENDO
Sin miedo: ni a la solitud ni a la soledad. Siempre son estados
puntuales. Nadie debe vivir continuamente en ellos. La vida
sigue, y sigue con ellas o a pesar de ellas. Presta atención cuando
estés en alguno de los dos estados y que te sirva de alimento
espiritual, y de crecimiento personal.
Francisco de Sales