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SIGLO XXI
EDUCACIÓN INTERCULTURAL
A menudo se piensa que los jóvenes no tienen un norte que seguir, es más,
siempre se escucha expresiones como "La Juventud de hoy ya no es la misma
de ayer" "Esta juventud no sirve para nada", es lógico pensar que en esta
sociedad de constantes cambios, los jóvenes también cambien en su forma de
actuar y de ver las cosas. La misión de nosotros como educadores es lograr
desarrollar en ellos un cambio de actitud, que los conduzca a desterrar el
conformismo y se de paso al pensamiento crítico y creativo y a las producción
intelectual, afortunadamente el nuevo currículo de educación secundaria
apunta a este objetivo al pretender desarrollar en los jóvenes capacidades
intelectuales que sintonizan con las requeridas para esta sociedad del Siglo
XXI, cuyo perfil principal es el de preparar personas competentes acordes con
las exigencias del mundo empresarial.
En medio de todas las limitaciones que se presentan, los jóvenes deben ser
líderes y emprendedores – desde la escuela – que sean capaces de buscar
alternativas de solución ante la diversidad de problemas que se les presentan a
lo largo de su vida, es por ello que en este contexto del Siglo XXI, la educación
exige el desarrollo de capacidades como: de pensamiento sistémico, de trabajo
en equipo, de abstracción y de aprender a experimentar, lo cual prepara al
joven para tener la facilidad de encontrar salidas adecuadas y pertinentes. Los
jóvenes deben estar en condiciones de generar medios para poder vivir
aprovechando al máximo el potencial de recursos naturales con que cuenta el
país. Pensar en los jóvenes como las personas que dinamizaran el aparato
productivo no es una utopía, si nosotros verdaderamente logramos desarrollar
en ellos además de las capacidades señaladas, valores y actitudes como la
responsabilidad y la superación constante. Desde esta perspectiva debemos
revisar la forma como venimos trabajando en las aulas, que procesos
cognitivos estamos generando en ellos y si verdaderamente los estamos
preparando para desempeñarse en el mundo productivo ya sea desde el sector
primario hasta el de última generación.
A menudo se piensa que los jóvenes no tienen un norte que seguir, es más,
siempre se escucha expresiones como "La Juventud de hoy ya no es la misma
de ayer" "Esta juventud no sirve para nada", es lógico pensar que en esta
sociedad de constantes cambios, los jóvenes también cambien en su forma de
actuar y de ver las cosas. La misión de nosotros como educadores es lograr
desarrollar en ellos un cambio de actitud, que los conduzca a desterrar el
conformismo y se de paso al pensamiento crítico y creativo y a las producción
intelectual, afortunadamente el nuevo currículo de educación secundaria
apunta a este objetivo al pretender desarrollar en los jóvenes capacidades
intelectuales que sintonizan con las requeridas para esta sociedad del Siglo
XXI, cuyo perfil principal es el de preparar personas competentes acordes con
las exigencias del mundo empresarial.
En medio de todas las limitaciones que se presentan, los jóvenes deben ser
líderes y emprendedores – desde la escuela – que sean capaces de buscar
alternativas de solución ante la diversidad de problemas que se les presentan a
lo largo de su vida, es por ello que en este contexto del Siglo XXI, la educación
exige el desarrollo de capacidades como: de pensamiento sistémico, de trabajo
en equipo, de abstracción y de aprender a experimentar, lo cual prepara al
joven para tener la facilidad de encontrar salidas adecuadas y pertinentes. Los
jóvenes deben estar en condiciones de generar medios para poder vivir
aprovechando al máximo el potencial de recursos naturales con que cuenta el
país. Pensar en los jóvenes como las personas que dinamizaran el aparato
productivo no es una utopía, si nosotros verdaderamente logramos desarrollar
en ellos además de las capacidades señaladas, valores y actitudes como la
responsabilidad y la superación constante. Desde esta perspectiva debemos
revisar la forma como venimos trabajando en las aulas, que procesos
cognitivos estamos generando en ellos y si verdaderamente los estamos
preparando para desempeñarse en el mundo productivo ya sea desde el sector
primario hasta el de última generación.