You are on page 1of 13

c 

 

 
  

Fundador: Mahoma

Deidad única: Alá

Tipo: Monoteísta,

Religión: abrahámica

Nombre y número de seguidores: musulmanes, unos 1.500 millones

Texto sagrado: Corán

Lengua litúrgica: árabe

Nace en: Arabia, Medio Oriente

Tierra Santa: La Meca, Jerusalén, Hebrón, Qom y Medina, , , , (Arabia Saudita), (Israel), (Territorios Palestinos),

(Irán)

País con mayor número de musulmanes: Indonesia

Ramas: sunnismo, chiísmo, sufismo, jariyismo

Símbolo: El testimonio (No hay más divinidad que Alá

y Mahoma es su mensajero)

Templos: Mezquitas

Clero: Ayatolá, huyyatulislam, ulema, jeque, etc.

Religiones relacionadas: judaísmo y cristianismo

    

El islam (en árabe , al-Islām ‰  i) es una religión monoteísta abrahámica cuyo dogma se basa en

el libro del Corán, el cual establece como premisa fundamental para sus creyentes que «No hay más Dios que

Alá[1] y que Mahoma es el mensajero de Alá»[2] La palabra árabe Allah, castellanizada como Alá, significa 'Dios'

y su etimología es la misma de la palabra semítica El, con la que se nombra a Dios en la Biblia. Los eruditos

islámicos definen al islam como: «La sumisión a Dios el Altísimo a través del monoteísmo, la obediencia y el

abandono de la idolatría».[3] El libro sagrado del islam es el Corán,[4] dictado por Alá a Mahoma a través de

Yibril (el arcángel Gabriel). Los seguidores del islam se denominan musulmanes (del árabe muslim ).

Atestiguan que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios y sello de la Profecía.[5]

Se aceptan como profetas principalmente (pero no limitándose) a Adán, Noé, Abraham, Moisés, Salomón y

Jesús. Además del Corán, los musulmanes de tradición sunnita siguen asimismo los hadices y la sunna del

profeta Mahoma, que conforman el Registro histórico de las acciones y las enseñanzas del Profeta. Se aceptan

también como libros sagrados la Torá (el Antiguo Testamento de los cristianos), los Libros de Salomón y los

Evangelios (el Nuevo Testamento).

El Islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin copartícipes. Se estima que

hay en la actualidad entre 1.000 y 1.800 millones de musulmanes en el mundo (y en crecimiento). Según el
ùaticano el islam es la religión más grande del mundo, ya que recientemente ha superado el número de

católicos,[6] y la segunda religión del mundo si se suma el número de fieles de las distintas confesiones del

cristianismo.

El islam se inició con la predicación de Mahoma en el año 622 en La Meca (en la actual Arabia Saudita). Bajo el

liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el islam se extendió rápidamente. Existe discrepancia entre los

musulmanes y no musulmanes si se extendió por imposición religiosa o militar, o por conversión de los pueblos

al islam.

La palabra Islām, de la raíz trilítera s-l-m, deriva del verbo árabe aslama, que significa literalmente, 'aceptar,

rendirse o someterse'. Así, el islam representa la aceptación y sometimiento ante Dios. Los fieles deben

demostrar su sumisión venerándolo, siguiendo estrictamente sus órdenes, y aboliendo el politeísmo. En palabras

del arabista Pedro Martínez Montávez: Se dice habitualmente que islam significa sumisión total a Dios, lo que es

indudablemente cierto, aunque no es menos cierto que ello corresponde a la traducción de sólo una parte de la

palabra. Queda una segunda parte por traducir, atendiendo a la raíz lingüística de la que deriva, que cubre el

campo semántico del bienestar, de la salvaguarda, de la salud, de la paz.

Quiere esto decir, sencilla y profundamente, que el creyente se somete a Dios, se pone en sus manos, porque

tiene la seguridad de que así se pone a salvo. Obsérvese también que islam y salam Ɯque es como en lengua

árabe se dice pazƜ son términos hermanos, al derivar ambos de la misma raíz.[7]

La palabra está dada por numerosos significados en el Corán. En algunos versos (ayat, o en castellano, aleyas),

la calidad del islam como una convicción interna es acentuada: «A quien quiera que Dios se desee dirigir, él

ampliará su pecho al islam». Otros versos conectan la palabra islām y dīn (traducido usualmente como 'religión'

o 'fe'): Hoy, he perfeccionado su religión (dīn) para usted; he completado mi bendición sobre usted; he

aprobado el islam para su religión. Todavía, algunas facciones describen el islam como una acción de devolver a

Dios, más que solamente una afirmación verbal de fe.

    

La doctrina islámica tiene cinco pilares en su fe que forman parte de las acciones interiores de los musulmanes y

cinco pilares[8] que son una adoración tanto interior como exterior. que son:

La profesión de fe, es decir, aceptar el principio básico de que sólo hay un Dios y que Mahoma es el último y

más importante de sus profetas.

Medallón mostrando la palabra Allah. En Santa Sofía, Estambul (Turquía).

Dios en el Corán se nombra a sí mismo como Allah, nombre derivado de la raíz semítica El. Aunque el término es

conocido en occidente como referencia al Dios musulmán, para los hablantes en árabe (de cualquier religión,

incluidos cristianos y judíos) se emplea como referencia a "Dios".[][][]

                 

En Su existencia. Esto primeramente por guía del Creador a Su siervo,[ ]posteriormente por evidencias del

instinto natural del ser humano, la razón, los sentidos, signos en la creación y como prueba principal; los textos

sagrados.[

][]En que Él es el único, en Sus actos y dominio de este Universo, es decir; Él único Creador, Sustentador,

Soberano, etc.

En que Él es la única divinidad y sustentador de las cualidades divinas, por lo tanto solamente Él es el merecedor

de la adoración.

En Sus nombres y atributos: Consiste en afirmar de Dios lo que ha afirmado de Sí mismo en el Corán o a través

del profeta Mahoma, sobre sus nombres y atributos divinos, sin distorsión, negación, o asemejarlo a algo de este

mundo.[][]

Dado que se trata del mismo Dios de cristianos y judíos, las cualidades que los musulmanes le atribuyen son

básicamente las mismas que le atribuyen aquellos, pero hay diferencias considerables. Es reseñable, sin

embargo, que el islam, a semejanza del judaísmo pero alejándose del cristianismo, insiste en su radical unidad

(tawhid), es decir, que es uno y no tiene diversas personas (como afirma en cambio la mayoría de las corrientes

cristianas con el dogma de la Trinidad) en su carácter incomparable e irrepresentable.

El islam se refiere a Dios también con otros noventa y nueve nombres, que son otros tantos epítetos referidos a

cualidades de Dios: El Clemente (Al-Rahmān), El Apreciadísimo (Al-'Azīz), El Creador (Al-Jāliq), etc. El conjunto

de los 99 Nombres de Dios recibe en árabe el nombre de al-asmā' al-husnà o 'los más bellos nombres', algunos

de los cuales también han sido utilizados por cristianos y judíos o han designado a dioses de la Arabia

preislámica. Algunas tradiciones afirman que existe un centésimo nombre que permanece incognoscible, que es

objeto de especulaciones místicas, y que se define en ocasiones como el Nombre Inmenso (ism al-'Azam), o

como el Nombre de la Esencia, figura que también existe en el judaísmo, y que ha tenido una gran importancia

en el sufismo. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra rabb (señor).

Mahoma dijo que Dios tenía 99 nombres, en este versículo del Corán se mencionan algunos:

Es Alá "no hay más Dios que Dios", el Conocedor de lo oculto y de lo patente. Es el Compasivo, el

Misericordioso. Es Alá "no hay más dios que Dios", el Rey, el Santísimo, la Paz, Quien da Seguridad, el Custodio,

el Poderoso, el Fuerte, el Sumo. ¡Gloria a Alá! ¡Está por encima de lo que Le asocian! Es Allhá, el Creador, el

Hacedor, el Formador. Posee los nombres más bellos. Lo que está en los cielos y en la tierra Le glorifica. Es el

Poderoso, el Sabio.

Corán 59:22-24.

La palabra Allāh está en el origen de algunas palabras castellanas como "ojalá" (wa shā llāh: 'y quiera Alá'), "olé"

(wa-llāh: 'por Alá') o "hala" (yā llāh: 'oh, Alá').

[editar] Monoteísmo contra politeísmo

Todos los eruditos islámicos dicen que la orden más importante que Dios da al hombre es que este reconozca su

absoluta unicidad (en árabe: Tawhid) y esto significa que lo adore únicamente a Él,[] y esta

adoración no es válida excepto del monoteísta,[] por lo tanto Mahoma divulgó su mensaje entre hombres que

tenían diferentes tipos de adoración: algunos adoraban ángeles, otros adoraban profetas y hombres piadosos,
otros adoraban árboles, piedras, y de ellos quien adoraba al sol y a la luna. A todos ellos les reprendió sus actos

invitándolos al islam el Profeta sin hacer distinción alguna.[]

¡Oh, humanos! Adorad a vuestro Señor, quien os creó a vosotros y a quienes os precedieron, para que así seáis

piadosos. Él hizo de la tierra un lugar habitable para vosotros y del cielo un techo, e hizo descender la lluvia del

cielo con la que hace brotar frutos para vuestro sustento. No asociéis, pues, copartícipes a Allah, siendo que

sabéis [que Él es el único Creador].

ð 


Di: Él es Allah, la única divinidad. Allah es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No

engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él.

ð 


La prohibición más seria en el islam es considerada como politeísmo[21] (en árabe: shirk) y los actos

siguientes son considerados como tal: tomar intermediarios ante Dios, suplicarle a los profetas, muertos o

santos, las supersticiones, utilizar amuletos piedras o talismanes para alejar el mal, sacrificar para otro que no

sea Dios, la magia, consultar adivinos, la astrología, pedirle a cualquier tipo de imagen o estatua, jurar por otro

que no sea Dios, hacer actos de adoración para aparentar, pedirle a Mahoma, etc.[]

No invoques, en lugar de invocar a Allah, lo que no puede beneficiarte ni dañarte. Si lo hicieras, entonces, serías

de los impíos. Si Allah te aflige con una desgracia, nadie sino Él podrá librarte de ella. Si Él te desea un bien,

nadie podrá oponerse a Su favor. Se lo concede a quien Él quiere de Sus siervos. Él es el Indulgente, el

Misericordioso.

ð !
!"!#

Allah no perdona que se Le asocie nada a Él; pero fuera de ello perdona a quien Le place. Quien asocie algo a

Allah comete un pecado grave.

ð
$

Ángeles

Ángel representado en un mosaico según la creencia Selyúcida.

La fe en los ángeles dentro del islam consiste en:

1. Su existencia.

2. En aquellos ángeles de quienes se saben sus nombres (por la revelación) como Gabriel o Rafael y de aquellos

cuyos nombres ignoran, creen en ellos en general.

3.En sus cualidades, creen que el ángel Gabriel se le apareció a Mahoma en diferentes formas. Son siervos de

Dios y no desobedecen a Dios en lo que les ordena, no poseen cualidades de señorío o divinidad, son una gran

cantidad, muchísimos y su número solamente lo conoce Dios.[23]

Si en la Tierra hubiera habido ángeles andando tranquilamente, habríamos hecho que les bajara del cielo un

ángel como enviado.

ð #
%&

Libros revelados
La fe en los libros revelados dentro del islam comprende:

1) En que fueron descendidos y revelados por Dios:

El Corán (Qur'an) revelado al profeta Muhammad (S. A. W.).

La Torá (At-Tawrat) revelada al profeta Moisés.

Los Salmos (Az-Zabur) revelados al rey David.

El Evangelio (Al-Injil) revelado a Jesús (Issah para los musulmanes), hijo de María (Maryam).

Decid: Creemos en Allah y en lo que nos fue revelado, en lo que reveló a Abraham, a Ismael, Isaac, Jacob y las

doce tribus [descendientes de los hijos de Jacobo], y lo que reveló a Moisés, Jesús y a los profetas. No

discriminamos entre ellos, y nos sometemos a Él.

Corán 2:36

2. Afirman lo legítimo que informan (en el caso del Corán afirman todo) y aquello que no ha sido tergiversado de

los libros pasados. El Corán reconoce, pues, el origen divino de la Concep judía y el Evangelio cristiano, por ello

llama a los cristianos y a los judíos 'la gente del libro' (Ahl al-Kitab) pero no reconoce la autenticidad de los

textos que actualmente tienen por auténticos los fieles de dichas religiones, afirma que han estado expuestos al

tahrif ( ) o distorsión por las personas, y como resultado no son cien por ciento confiables. De todas

formas, la tradición católica no considera a la Biblia como única fuente de conocimiento, por lo que no entraría

en contradicción con el cristianismo si se considera desde este punto de vista.[]

3. Creen que deben actuar con las reglas y leyes que no han sido abolidas de ellos, y que el Corán abroga a

todos los libros excepto en algunas leyes, para los musulmanes. Acerca de los asuntos que no abarca el Corán ni

los dichos de Mahoma, como sucesos o datos históricos y no contradicen al islam, no los afirman ni los niegan a

priori.

 ' El zakat o azaque (traducido a veces como limosna), es decir, compartir los recursos con los

necesitados.

El ayuno en el mes de ramadán.

La peregrinación a la Meca (para quien pueda) al menos una vez en la vida.

A éstos añaden algunos musulmanes el sexto pilar del yihad o esfuerzo en defensa de la fe. En términos

estrictamente religiosos se entiende fundamentalmente como un esfuerzo espiritual interior de cada creyente por

vivificar su fe y vivir de acuerdo con ella. A esto se le llama yihad mayor, mientras que existe un yihad menor

que consiste en predicar el islam o defenderlo de los ataques. De este último concepto nace la idea de yihad

como lucha o guerra que se ha popularizado en todo el mundo.

Además, conforme al Corán todos los musulmanes tienen que creer en Dios, sus ángeles, sus libros, sus

profetas, la predestinación y en la próxima vida.[]

( ð) * '   +,) -

El Corán fue escrito originalmente en escritura hijazi, masq, ma'il y cúfica. En un principio, sin vocales, sólo con

consonantes, siguiendo la técnica de escritura vigente hasta entonces en árabe y en otras lenguas semíticas de
la Península Arábiga. Para evitar posibles desacuerdos en cuanto al contenido de los versos del Corán, se

crearon marcas diacríticas que indicaran las vocales o la ausencia de estas, el fonema hamza y la prolongación o

geminación de consonantes. En cambio, no tiene signos de puntuación, interrogación o exclamación, pues el

idioma árabe contaba con partículas (palabras breves) de interrogación y de énfasis.

La forma del Corán más utilizada actualmente es el texto de Al-Azhar de 1123, preparado por un grupo de

prestigiosos eruditos de la Universidad Islámica de Al-Azhar de El Cairo.

(. 

El Corán afirma que Dios mandó un mensajero (profeta) a cada comunidad, llamando adorar únicamente a Dios,

y a descreer en todo lo que es adorado fuera de Él.[] Cada uno de ellos era veraz, guiado y recto, y obedecieron

a Dios en lo que les fue encomendado, ninguno de ellos cambió o alteró su mensaje. Todos ellos eran seres

humanos, creaciones de Dios, sin cualidades de divinidad o Señorío, y no pueden responder si se les pide

ayuda.[] El Corán menciona más de 20 profetas, desde Adán hasta Mahoma y llama a Mahoma, «sello de la

profecía»,[] creen que Su misión era devolver el mensaje divino a su pureza inicial, como en su momento hizo

Jesús de Nazaret o Issah ibn Maryam en árabe (Issah: Jesús, Ibn: 'hijo', Mariam: María), a quien Alá en el C orán

lo considera como un profeta y no su hijo.

--------------

Fuente: www.corazones.org

Mahoma es el "profeta" fundador del Islam (622). Al morir (632) tenía bajo su control a toda Arabia. Ningún otro

árabe lo había logrado. Fundó el Islam basado en revelaciones que dijo haber recibido de Dios por medio del

ángel San Gabriel. Estableció un imperio militar donde el líder es la cabeza tanto del estado político como de la

estructura religiosa.

(/ '  c   0  ,

El liderato político y espiritual pasó a los califas (sucesores) o diputados del profeta. Estos gobernaron en todos

los aspectos excepto la función de profeta.

En una década habían tomado posesión de Egipto, Palestina, Siria, Iraq, Iran y toda mesopotamia. En 635

capturaron a Damasco, en 640 a Jerusalén, en 641 a El Cairo, en 642 Alejandría. Después invadieron y

controlaron todo el norte del Africa. Invadieron también la India, Indonesia, Pakistán, Afganistán y China.

Cruzaron el estrecho de Gibraltar y conquistaron a España y Portugal. Desde la península Ibérica invadieron a

Francia pero fueron repulsados por Carlos Martel en 732 AD. La conquista continuó desde el Oriente, contra el

imperio bizantino (es el término historiográfico utilizado desde el siglo XùIII para referirse al Imperio romano de

Oriente en la Edad Media. La capital de este Imperio cristiano se encontraba en Constantinopla (en griego,

ǔ Ȃ Ƕ Ǽ ǽ Ǫ Ƕ ǽ Dz Ƕ Ǹ Ȇ IJ Ǹ Ǵ Dz ǻ , a c t u a l E s t a m b u l ) , d e c u y o n o m b r e a n t i g u o , B i z a n c i o , f u e creado el término

Imperio bizantino por la erudición ilustrada de los siglos XùII y XùIII). Conquistaron lo que hoy es Turquía y los
Balcanes. Finalmente fueron detenidos en las puertas de ùiena cuando se proponían conquistar el resto de

Europa.

En el año 2000, por primera vez en la historia, hay mas musulmanes que católicos.El Islam no solo es árabe sino

que tiene seguidores entre las principales razas y culturas.

Desde el Concilio ùaticano II la Iglesia ha querido buscar el diálogo y establecer puntos de entendimiento.

Concilio ùaticano II, Nostra Aetate, n3:

La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente,

misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos

designios procuran someterse con toda el alma como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con

complacencia. ùeneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a María, su Madre

virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios remunerará

a todos los hombres resucitados. Por ello, aprecian la vida moral, y honran a Dios sobre todo con la oración, las

limosnas y el ayuno.

Si en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias y enemistades entre cristianos y musulmanes,

el Sagrado Concilio exhorta a todos a que, olvidando lo pasado, procuren y promuevan unidos la justicia social,

los bienes morales, la paz y la libertad para todos los hombres.

!   1 1 2 ( cc

Es con sincero amor que se puede compartir la verdad sobre Dios.

,   ,       (

Durante la visita de S.S. Juan Pablo II a Baku, Azerbaiján, la directora del Palacio de Deportes de Baku,

musulmana, ha repetido varias veces al P. Daniel Pravda, superior de la misión de Azerbaiján. (Fides): "Dios nos

ama verdaderamente si nos envía el Papa". Cuando allí celebró la misa el Papa el jueves 23 de mayo 2002 dijo el

Padre Pravda: "Toda la población está en efervescencia por esta visita tan esperada. Es un gran placer, un gran

honor para todos que el Papa venga aquí, y la gente, independientemente de su fe religiosa, ve en este hecho

una bendición divina".

"En nuestra diversidad, nos encontramos ante la fe en un solo Dios. Que Dios nos ilumine y ayude a encontrar el

camino de amor y paz" -Benedicto XùI, Turquía, 2006.

34 1 3

Entre los musulmanes hay diversas interpretaciones sobre el significado del El Jihad o "guerra santa". ¿Es una

lucha espiritual por superarse o una declaración de guerra contra todos los "infieles" 

En los países cristianos siempre han existido guerras pero las motivaciones verdaderas no han sido su religión

sino intereses políticos. ¿Ocurre así con el Islam  Es difícil de responder porque en el Islam no hay un magisterio

que interprete sus libros sagrados. Tampoco hay consenso sobre lo que enseña su fundador, a pesar de que
Mahoma, en sus últimos 10 años lanzó continuas guerras y mataba a quienes le resistían. Decapitó a cientos de

judíos de la tribu de Beni Quraiza que no se pusieron de su lado en la batalla.

Las leyes islámicas conciben un mundo divido en dos partes: Dar al-Harb (la tierra de la guerra) y Dar al-Islam

(la tierra bajo el Islam). Tanto Paúl Fregosi en "Jihad en el Occidente" y el judío Bat Ye'or en "Declive del

Cristianismo Oriental bajo el Islam" documentan la realidad de las cruzadas musulmanas mucho antes de las

famosas cruzadas cristianas de la Edad Media que fueron concebidas como un medio de defensa.

Hay pasajes donde claramente las escrituras del Islam proponen "guerra santa" con lenguaje extremo: En Sura

5:33, "El castigo de aquellos que hacen guerra contra Dios y Su Mensajero... es ejecución, o crucifixión, o

amputación de las manos y pies de lados opuestos o exilio de la tierra: esa es su desgracia en este mundo...".

Sin embargo un grupo de 18 líderes musulmanes, en su carta abierta a Benedicto XùI, 2006 >>>, aseguran que

el Islam no permite la conversión forzada y que la crueldad y la agresión son contrarias a la voluntad de Dios.

Según ellos, la comunidad musulmana original luchaba contra quienes les habían sacado de sus casas y

perseguido. Mas tarde las conquistas islámicas eran de naturaleza política. Presentan varias citas de sus

sagradas escrituras a favor de su posición.

San Francisco de Asís propuso un acercamiento con amor, no con armas, haciendo así posible el testimonio del

amor aun ante la hostilidad y el martirio. El mismo se fue a entrevistarse con el Sultán de Egipto y le predicó el

Evangelio.

(    c 

ð 2 , 5 +

En lo referente en lo que se ha dado en llamar "Mundo islámico" ƛcuyo rostro multiforme no puede ser descrito

aquí ni siquiera de manera aproximada- quiero solo referirme de forma crítica de uno de los lemas del debate

contemporáneo, que se ofrece gustoso como la clave general para el esclarecimiento de los procesos actuales: la

expresión "fundamentalismo".

Si, en primer lugar, nos aseguramos de forma muy breve acerca de las bases sobre las cuales se apoya el

renacimiento actual del mundo islámico, saltan a la vista dos causas.

En primer término, se halla el fortalecimiento económico y, con éste, también político y militar del mundo

islámico, a partir del significado que el petróleo ha adquirido en la política internacional. Pero mientras que en

Occidente el impulso económico ha conducido a un debilitamiento de la sustancia religiosa, en el mundo islámico

se vincula al nuevo impulso económico una nueva conciencia religiosa, en la cual se conjugan en indisoluble

unidad la religión islámica, la cultura y la política.

Esta nueva conciencia religiosa y las posturas que se desprenden de ella se califican hoy en Occidente como

fundamentalismo. Desde mi punto de vista, se traspone un concepto del protestantismo norteamericano, en


forma inadecuada, a un mundo conformado de modo distinto por completo, y esto no contribuye al verdadero

conocimiento de las circunstancias.

El fundamentalismo es, según su sentido originario, una corriente surgida en el protestantismo norteamericano

del siglo XIX, la cual se pronunció contra el evolucionismo y la crítica bíblica y que, junto con la defensa de la

absoluta infalibilidad de la Escritura, intentó proporcionar un sólido fundamento cristiano contra ambos. Sin duda

existen analogías con respecto a esta posición en otros universos espirituales, pero si se convierte en identidad

la analogía, se incurre en una simplificación errónea.

De dicha fórmula se ha extraído una clave demasiado simplificada, a través de la cual se pretende dividir el

mundo en dos mitades, una buena y otra mala. La línea del pretendido fundamentalismo se extiende entonces

desde el protestante y el católico, hasta el fundamentalismo islámico y el marxista.

La diferencia de los contenidos no cuenta aquí para nada. Fundamentalista es aquel que siempre tiene

convicciones firmes, por ello actúa como factor creador de conflictos y como enemigo del progreso. Lo bueno

sería, por el contrario, la duda, la lucha contra antiguas convicciones, y con esto, todos los movimientos

modernos no dogmáticos o antidogmáticos.

Pero, como se desprende del contenido, a partir de un esquema clasificatorio puramente formal no puede

interpretarse realmente el mundo. Según mi parecer, se debería dejar a un lado la expresión «fundamentalismo

islámico», porque oculta, bajo una misma etiqueta, procesos muy diferentes en lugar de aclararlos. Habría que

diferenciar, según me parece, el punto de partida del nuevo despertar islámico y sus diversas formas.

En lo que respecta al punto de partida, me parece muy significativo que los primeros síntomas del viraje en Irán

fueran atentados contra los cines norteamericanos. El estilo de vida occidental, con su permisividad moral, fue

asumido como un ataque a la propia identidad y a la dignidad de la propia forma de vida.

El mundo cristiano había generado, en los momentos de su mayor despliegue de poder, un sentimiento negativo

en torno al propio subdesarrollo y dudas acerca de la propia identidad, al menos en los círculos cultos del mundo

islámico. De este modo, creció el desprecio frente al confinamiento de lo moral y lo religioso en el ámbito

puramente privado, frente a una configuración de la vida pública, en la cual sólo resultaba válido el agnosticismo

religioso y moral.

El poder con el cual ese estilo de vida fue impuesto formalmente, sobre todo mediante la exportación de la

cultura norteamericana, un estilo de vida que debía aparecer como el único normal, fue percibido cada vez más

como un ataque contra lo más profundo de la propia esencia. El hecho de que no sea la atea Unión Soviética,

sino los Estados Unidos de Norteamérica, tolerantes en materia religiosa y al mismo tiempo fuertemente

marcados por la religión, los que son combatidos y atacados depende de ese choque entre una cultura

moralmente agnóstica y un sistema de vida, choque en el cual la nación, la cultura, la moral y la religión

aparecían como una totalidad indivisible.

Las configuraciones concretas de esa nueva autoconciencia son muy variadas. El aferrarse fanáticamente a las

tradiciones religiosas se vincula en muchos sentidos al fanatismo político y militar, en el cual la religión se

considera de forma directa como un camino de poder terrenal. La instrumentalización de las energías religiosas

en función de la política es algo muy cercano sin duda a la tradición islámica.


En consonancia con esto, se ha desarrollado, en relación con el fenómeno de la resistencia palestina, una

interpretación revolucionaria del Islam que roza la teología cristiana de la liberación, y que ha hecho con

facilidad una mezcla del terrorismo occidental, inspirado por el marxismo, y el islámico. Lo que de manera

superficial se denomina «fundamentalismo islámico» se podría vincular sin dificultad con las ideas socialistas

acerca de la liberación: el Islam es presentado como el verdadero conducto de la lucha por la liberación de los

pueblos oprimidos. Por esta vía, por ejemplo, ha encontrado Roger Garaudy su camino del marxismo al Islam.

ùe en este último el portador de las fuerzas revolucionarias contra el capitalismo dominante.

En contraposición con esto, un mandatario fuertemente marcado por la religión como es el rey Hassam de

Marruecos ha expresado su profunda preocupación por el futuro del Islam: una interpretación del Islam que

considere como su núcleo la entrega a Dios está reñida con una interpretación político-revolucionaria, en la cual

la cuestión religiosa se convierte en parte de un chauvinismo cultural y con ello se subordina a lo político. No

deberíamos disponernos con tanta ligereza al análisis de un fenómeno tan completo como éste.

El Islam, tan seguro de sí mismo, actúa desde lejos sobre el Tercer Mundo como algo más fascinante que un

cristianismo dividido consigo mismo.

 6   6         6    


7

Según la tradición islámica («Hadit»), a un cristiano le está prohibido casarse con una musulmana si él no se

convierte antes al Islam. De hecho este caso se da muy raramente. Sólo en familias muy liberales y no

condicionadas por la religión. La familia, en este caso, no es un impedimento. A una mujer musulmana, según la

jurisprudencia islámica aceptada por la Comunidad musulmana, le está prohibido absolutamente casarse con un

hombre de otra religión, ya que se pone en peligro de abrazar la religión del marido. Las consecuencias, si lo

hace, pueden ser muy graves, incluso la muerte, causada por sus familiares, o por fanáticos o también por las

autoridades del Estado, si esté tiene como ley fundamental la «Sharia», que es considerada por los musulmanes

como una ley divina.

El caso es diverso cuando un musulmán se casa con una cristiana. El Corán pone como impedimento mayor para

el matrimonio la disparidad de religión y prohíbe a los musulmanes casarse con mujeres infieles o paganas. Un

versículo perteneciente al comienzo de la «revelación medinesa» dice: «no os caséis con mujeres asociadoras

(infieles, paganas) hasta que crean. Una esclava creyente es mejor que una asociadora, aunque ésta os guste

más» (Sura II, 2,21). Permite, sin embargo, casarse con «las mujeres del Libro» (judías o cristianas). Dice otra

Sura: «De hoy en adelante... se os permite (a los musulmanes) casaros con judías o con cristianas» (Sura ù,5).

La tradición musulmana va más allá y considera loable que un musulmán se case con una cristiana. Y la razón es

fácil de comprender: el hombre conseguirá, por las buenas o por las malas, que la mujer se haga musulmana,

con lo cual adquirirá méritos ante Dios. En teoría la mujer cristiana no está obligada a abrazar el islam, pero será

tanta la presión que deberá sufrir por parte de la familia, del ambiente u otro, que será muy difícil que pueda

continuar siendo cristiana. En todo caso lo hijos nacidos de este matrimonio serán siempre musulmanes, a pesar

de que el Código de Derecho Canónico insiste en la necesidad de que los hijos nacidos de estos matrimonios ƛ

que son válidos para la Iglesia - sean educados en la fe católica (cc. 1125-1229).
Hay también otro problema importante, que va contra la mujer y muy especialmente contra la muj er cristiana:

es el divorcio y el repudio. Tanto en la sociedad judía como en la musulmana ƛ la legislación es muy similar -,

existe el divorcio, que es concedido por los tribunales religiosos. En ambas religiones sólo el hombre puede pedir

el divorcio; a la mujer no le está permitido hacerlo. Y menos, claro está, si ésta es cristiana. A esto se añaden

motivos económicos que empujarán a la mujer cristiana a abrazar la fe musulmana. Según la ley islámica un

cristiano, por ejemplo, no puede heredar de un musulmán y, en el caso de divorcio o de repudio, el musulmán

no está obligado a pagar «los alimentos» («nafaqa») a una mujer no musulmana.

Â( 80          9

Es una pregunta que se pueden hacer también los hombres y mujeres de nuestras naciones, en donde la

presencia de tantos emigrantes musulmanes puede ser una ocasión de que una mujer conozca y se enamore del

hombre que considera su amor y su futuro. De hecho, conocemos muchas mujeres españolas y de otras

naciones casadas con musulmanes y que viven en Tierra Santa y en otros países de Oriente Medio. En Occidente

hay un ambiente diverso, existe el matrimonio civil, el divorcio y la cultura permiten una mayor libertad. Y sobre

todo no se conoce bien la situación en la que se encontrará la futura esposa si viene a vivir a un país musulmán.

Una mujer cristiana de Belén o de Jerusalén, que conoce bien las implicaciones de un matrimonio con un

musulmán, ¿por qué lo hace  Las razones pueden ser muy diversas:

En primer lugar ƛ y esto no es una novedad ƛ por amor. En una sociedad abierta como es Israel, ya no están

separadas las comunidades religiosas como antes. Es normal que, especialmente en la universidad, chicos y

chicas de diversas religiones se relacionen, se enamoren y quieran afrontar un futuro juntos en el matrimonio.

En estos casos será muy difícil convencer a la mujer de las consecuencias de su decisión. «El amor lo supera

todo», pensará, y estará convencida de ello. Más aún: verá en la oposición de su familia un intento de

estropearle la propia vida y la felicidad. Sucede también que la relación de la pareja se lleva a escondidas y la

mujer se encuentra sola, sin que nadie le explique las consecuencias de su decisión. O que los mismos padres no

se atrevan a contrariar a su hija.

En segundo lugar, porque faltan jóvenes cristianos para casarse. Muchos cristianos palestinos han abandonado

Tierra Santa porque aquí no encuentran las condiciones mínimas y elementales como son la vivienda, el trabajo,

la seguridad, la educación, las ayudas sociales, etc., para llevar una vida digna y esperar en un futuro que

merezca la pena. En busca de un futuro mejor, los chicos jóvenes se van de Tierra Santa. De los casi 2000

cristianos palestinos que han emigrado en estos últimos dos años, la mayor parte de ellos eran varones en edad

núbil. Es muy difícil ƛ en la cultura y en la mentalidad de Oriente Medio, incluida la religión ƛ que una chica

joven se aventure a afrontar una vida, la de la emigración, que comporta hoy tantas incógnitas y dificultades.

Pero los chicos lo hacen.

¿Qué solución dar a este problema 

Es difícil dar una solución a un problema tan complicado. Pero, creemos, que hay algunas medidas a tomar que

serían importantes:

En primer lugar, es necesaria una formación religiosa más profunda. Y esto es responsabilidad de los pastores,

especialmente los párrocos. La catequesis cristiana y matrimonial debe ahondar no sólo en los contenidos de la
fe, sino también en las consecuencias a las que se puede llegar en un matrimonio mixto. La ignorancia en estos

temas puede ser muy peligrosa para la mujer.

En segundo lugar, debe haber un mayor esfuerzo por parte de los cristianos palestinos y también por parte de

los gobiernos occidentales en la democratización de las estructuras políticas de los estados musulmanes. Ello

vale de un modo especial en estos momentos en los que prepara el proyecto de la Constitución del futuro Estado

palestino. No es comprensible que, con la colaboración política y económica de Europa, se cree un Estado

palestino no respetuoso con los derechos fundamentales del hombre, particularmente el derecho a la libertad

religiosa y a la libertad de conciencia.

En tercer lugar, es necesaria una mayor ayuda a los cristianos. Los cristianos se sienten abandonados por los

gobiernos de Occidente y por las sociedades de beneficencia cristiana. La frase tantas veces repetida por los

políticos: «Nosotros no ayudamos a los cristianos; ayudamos a los palestinos», puede tener, y tiene, un sentido

en Occidente. Aquí no se entiende. La religión invade todos los aspectos de la vida de cada grupo y el conflicto

que se vive en Tierra Santa es ante todo religioso. Los cristianos se sienten traicionados por sus hermanos de

Occidente, lo cual no sucede con los judíos y con los musulmanes. Al no tener esta perspectiva, las ayudas del

mundo cristiano van a parar tanto a los musulmanes como a los judíos. Y se da la amarga paradoja que, con la

ayuda de los cristianos, las mayorías se hacen más fuertes, dejando a un lado a la minoría cristiana que se ve así

obligada a emigrar. Todos tenemos una obligación con nuestros hermanos los cristianos de Tierra Santa.

En último lugar, pero es quizás lo más importante, es urgente que las religiones y las culturas reconozcan la

dignidad de la mujer y sus derechos inalienables dentro de la sociedad. Es éste un capítulo de la historia que no

termina por escribirse, especialmente en Oriente Medio.

Fuente: Zenit ZSI04121103

( c )  : 6  

En relación a la mujer:

En la religión islámica el matrimonio no es concebido como un sacramento. Se trata de un contrato cuyo

contenido fijan los futuros esposos dentro de los límites del orden público religioso (por ejemplo, puede pactarse

una cláusula anti-poligamia, que limite este privilegio del marido musulmán, pero no puede pactarse una

cláusula que le prohíba la facultad de repudiar a la esposa).

El repudio islámico: Según el derecho islámico, el repudio es el privilegio que se concede al marido musulmán de

poner fin a su matrimonio unilateral y discrecionalmente. Es decir por la sola voluntad del marido y sin necesidad

de motivo alguno. No obstante, la mujer puede reservarse en el contrato de matrimonio la posibilidad de solicitar

que el marido la repudie pagando al mismo una indemnización (repudio, «khol»). Esta medida, al igual que la

cláusula anti-poligamia, sólo la suelen adoptar las mujeres con recursos.

Algunos ejemplos de la ley islámica en cuanto aplica a la mujer: La mujer musulmana no puede casarse con un

hombre no musulmán, la poligamia es aceptada, el repudio marital, la patria potestad sobre los hijos
corresponde al padre, las hijas reciben un caudal hereditario consistente en la mitad de lo que reciben los hijos

varones.

En relación a los ancianos

Los musulmanes mantienen el concepto de la familia amplia y cuidan de sus padres y abuelos.

Fuente: «Derecho e inmigración: el repudio islámico en Europa», Profesora Ana Quiñones, Profesora de la

Facultad de Derecho de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.


Y

You might also like