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Chorley (1992) puntualiza que solamente en años recientes, la zona costera se ha visto
reconocida como un asunto importante en sí mismo; lugar enfatiza sobre la gama enorme
de aspectos relevantes o consideraciones que involucra y por último habla del número
enorme de agencias implicadas a menudo con superposición de responsabilidades y
jurisdicciones así como quizá con objetivos incompatibles. (CoastGIS'95, proceedings,
p.5)
Para Uruguay, un país con poco más de 3.2 millones de habitantes, la gestión de la zona
costera es de gran importancia ya que un muy alto porcentaje de su población y de las
actividades productivas se concentran en esa estrecha franja. De los 680 Km. de costa que
posee el país, el 66% corresponde al litoral platense y el resto al océano Atlántico; desde
el punto de vista geomorfológico esta compuesta por una sucesión de playas, puntas
rocosas, barrancas y bahías. Allí en una fracción correspondiente al 3 % del territorio, se
alberga el 67 % de la población, comprendiendo áreas con una taza de crecimiento mayor
a 100 por mil anual y una presencia de la casi totalidad de los establecimientos
industriales. Las actividades económicas que se desarrollan incluyen: agropecuarias,
pesca, turismo, de puertos comerciales y deportivos.
1. los núcleos urbanos, cuya ubicación y falta de planificación conllevan al aumento del
volumen final de efluentes líquidos y residuos sólidos, que aumentan la carga de
materia orgánica sobre los cuerpos de agua receptores;
2. las áreas de producción agrícola, en las que se aplican fertilizantes y plaguicidas que
finalmente alcanzaran el ambiente costero; y,
3. la influencia del Río de la Plata, cuyas aguas contienen residuos de la gran Cuenca del
Plata, que tiene su origen en Brasil y atraviesa Paraguay y Argentina, conformando
una enorme cuenca de drenaje que atraviesa tanto áreas agrícolas, como industriales y
urbanas.
Por otro lado, conjuntamente con el reconocimiento del extraordinario valor que tiene la
biodiversidad, debido a la creciente presión antrópica impuesta por el desarrollo
económico, más y más gente ha comenzado a percibir su fragilidad. En este sentido
Meffe y Carroll (1997) alegan que se ha llegado a un acuerdo sobre la imperiosa
necesidad de conservar la integridad ecológica de la naturaleza para poder preservar los
invalorables servicios que esta presta a la humanidad. La biodiversidad marina, y la
costera en particular, sustentan una importante serie de servicios y bienes, tales como
recursos pesqueros, áreas de recreación y turismo y productos químicos. Constanza
(1997) estima que la contribución del océano es de un total de 21 trillones de dólares/año
al bienestar de la humanidad, siendo un 60% aportado por los sistemas costeros, en
comparación con un Producto Global Neto de 25 trillones de dólares/año.
Trabajos de Brazeiro et al. (2003) permiten percibir que el Río de la Plata y su Frente
Marítimo forman un área de particular relevancia, caracterizada por una alta diversidad
de peces e invertebrados y numerosas colonias de mamíferos marinos y aves. La
considerable biodiversidad y productividad, sumada a la magnitud de varias actividades
humanas (turismo, urbanización costera, vertidos industriales y domésticos, pesca,
puertos) confieren a esta región una alta prioridad de conservación (Sealey y Bustamante,
1999).
En particular, los estuarios son zonas de transición que unen el ambiente terrestre con el
marino y el dulceacuícola. La diversidad en estos sistemas es inherentemente baja porque
solamente unas pocas especies son capaces de sobrevivir y/o prosperar en condiciones tan
variables. Sin embargo, proveen funciones ecológicas esenciales, incluyendo la
descomposición y el reciclado de nutrientes, así como la regulación de flujos de
nutrientes, agua, partículas y organismos desde y hacia la tierra, ríos y el océano. Dado
que la baja diversidad biótica de estos sistemas tiene un relevante significado funcional,
la perdida de biodiversidad es particularmente importantes, ya que la pérdida de especies
puede generar efectos en cascada alterando la estructura y función del sistema (Levin et
al 2001).
Por otro lado, las áreas protegidas en el medio costero-marino (AMP) son muy recientes
si se comparan con las existentes en el medio terrestre, y especialmente la conciencia
sobre la necesidad de establecer figuras de protección en los océanos. Algunos países
establecieron sus primeras AMP hace ya varios años y en 1997 existían cerca de 4.000
AMP en más de 80 países, siendo la más extensa de todas ellas la Gran Barrera de Coral
australiana. Con las AMP se pretende proteger, conservar y restaurar especies, hábitats y
procesos ecológicos que como resultado de diversas actividades humanas se han visto
afectados. Del mismo modo, y actuando con cautela, pretenden prevenir la degradación
futura y el daño a especies, hábitats y procesos ecológicos aún no estudiados o
desconocidos. (WWF/Adena, 2005).
Si bien las Áreas Marinas Protegidas son escasas y cubriendo actualmente menos de 1%
de los océanos, su número aumenta. Las Áreas Marinas Protegidas pueden incluir zonas
de conservación, de desarrollo controlado, de investigación y manejo de pesquerías. Son
reconocidas mundialmente como una herramienta de ayuda para promover y conservar
los ecosistemas marinos.
Por otro lado, considerando que el avance tecnológico nos conduce hacia el
mejoramiento del manejo de los datos pudiendo aportar dicha información para una
adecuada gestión de los ecosistemas, el trabajo fue visualizado como un aporte inicial a la
investigación e insumo para las instituciones encargadas de gestionar los recursos
costeros y del mar. En esta tarea los sistemas de información geográfica como
herramienta esencial en el análisis de los fenómenos donde lo espacial es substancial,
permitieron focalizar y estudiar la heterogeneidad del área para identificar más
acertadamente áreas de valor a proteger.
IMAGEN
RIQUEZA EN AREAS RELEVANTES
ZOOPLANCTON ZOOP >20 SP
BASE DE DATOS
AREA CON
RIQUEZA
ESPECÍFICA
Por otro lado, como se observa en el siguiente diagrama, se consideran las áreas
indicadoras relacionadas a procesos poblacionales y ecosistémicos como la cría y
reproducción de las especies nectónicas así como las zonas de alta concentración de
fitoplancton y zooplancton.
IMAGEN
AREAS DE
REPRODUCCIÓN DE
ESPECIES
NECTÓNICAS
AREAS DE CRÍA
BASE DE DATOS Y/O REPRODUCCIÓN
DE ESPECIES
NECTÓNICAS
AREAS DE CRÍA
DE ESPECIES
NECTÓNICAS
Un tercer criterio se relaciona con la distribución de especies carismáticas e ingenieras.
En “enfoque específico” en el contexto de conservación, las especies especies
carismáticas, paraguas y bio-ingenieros es ampliamente usado. Recoge a aquellas
especies de con alto reconocimiento social, lo cual representa un gran capital a la hora de
generar voluntad política para la conservación. Las especies “paraguas” son aquellas que
tienen grandes requerimientos de hábitat, lo que permitiría que su protección pueda
colaborar en la conservación de las especies menos “visibles” socialmente. Las especies
“bio-ingenieras” agregan complejidad estructural a los ambientes, generando una mayor
diversidad entorno a ellas, así como un incremento en la biomasa local. En el área del Río
de la Plata y su Frente Marítimo se han detectados tres grupos de especies con
características de especies carismáticas y paraguas, y al mismo tiempo con problemas de
conservación: lobos marinos (Otaria flavescens y Artocephalus australis), tortugas de
mar (tales como Chelonia mydas) y ballenas (Eubalaena australis y Pontoporia
blainvillei, entre otras). (Brazeiro A, et alter, 2003)
A partir de los tres criterios elaborados se realizaron mapas de síntesis con el objetivo de
identificar áreas homogéneas y situaciones de mayor concentración de especies y
funciones significativas para preservar la integridad ecológica del área. La posibilidad de
reconocer situaciones semejantes en espacios similares podría convertirse en el paso
inicial para determinar pautas para el diseño de políticas; el primer acercamiento se
realizó determinando áreas de características similares con el fin de obtener unidades
espaciales homogéneas, que se evaluaron en función de su potencial y sus limitaciones
para así determinar necesidades de gestión y de conservación o preservación. Luego se
pueden reconocer las situaciones conflictivas hacia el interior de cada una de ellas.
La asistencia a este enfoque radicó en expresar la realidad por medio de una serie de
mapas con información proveniente de coberturas diferentes pero estrechamente
relacionadas. Se entiende la zonificación como un instrumento técnico para identificar
opciones de uso de acuerdo a las características y condiciones del área de estudio. En su
totalidad, la información fue preparada para el análisis espacial, considerando que el
objetivo es la elaboración de planes de manejo para las zonas costeras y marinas, donde
se deben determinar la o las capacidades de recibir algún tipo afectación por la actividad
antrópica y la posibilidad de convertirse en amenaza para áreas especialmente ricas en
biodiversidad o significativas para la integridad ecológica.
La siguiente figura precedente es el resultado de una superposición ponderada y
estandarizada de todos los criterios considerados. Los valores están distribuidos en un
rango entre 0 y 0.41, siendo luego elaborado un mapa donde se determina las áreas
núcleo que reúnen un valor mayor a 0.20.
Fueron reconocidos 8 núcleos que se dispersan en toda el área pero coincidiendo con
áreas de alta productividad y frentes de turbidez, salinidad y de talud. En la figura
siguiente se observa la distribución de las mismas diferenciando las áreas acuáticas
prioritarias a conservar y los núcleos de prioridad.
1. Buenos Aires
Áreas Acuáticas Prioritarias 2. Banco Ortiz
Núcleos de Prioridad 3. Frente de Turbidez
4. Frente Salino
5. Costa Atlántica Uruguaya
6. Banco de mejillones
7. Frente de Talud
8. Costa Atlántica Argentina
Los mapas de síntesis permiten visualizar un grupo de variables, cada una de ellas en un
intervalo que indica una significativa presencia sobre el territorio. Estos mapas-resumen
asimismo permiten visualizar algunos posibles conflictos que se pueden estar generando
en la zona. En este sentido se esta trabajando hacia la identificación de la amenazas y el
establecimiento de áreas críticas.
Se debe enfatizar que la gran asignatura pendiente para la protección adecuada de áreas
costero-marinas es la falta de información para caracterizar estos hábitats. El SIG
proporciona a investigadores y políticos una visualización de la relación entre los
conjuntos de datos que pueden apoyar a estudios científicos y ayudar a quienes deben
tomar decisiones políticas con términos económicos y sociales en cuanto a ambientes
protegidos en mayor medida al basarse en más y mejor información.
BIBLIOGRAFÍA