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Jorge Manrique
contemplando
tan callando,
da dolor;
fue mejor.
II
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
lo que espera
que es el morir,
derechos a se acabar
y consumir;
y más chicos,
y los ricos.
IV
Invocación
y oradores;
sus sabores;
de verdad,
el mundo no conoció
su deidad.
V
sin pesar;
sin errar.
y llegamos
descansamos.
VI
como debemos,
que atendemos.
descendió
do murió.
VII
y corremos,
las perdemos:
que acaecen,
desfallecen.
VIII
Decidme: La hermosura
Decidme: La hermosura,
de la cara,
la color y la blancura,
¿cuál se para?
y la fuerza corporal
de juventud,
de senectud.
IX
y el linaje y la nobleza
tan crecida,
en esta vida!
se mantienen.
X
¿quién lo duda?
que se muda.
presurosa,
en una cosa.
XI
con su dueño:
como sueño;
temporales,
eternales.
XII
que tenemos,
y la muerte, la celada
en que caemos.
sin parar;
no hay lugar.
XIII
corporal,
angelical,
y tan presta,
en componer la cautiva,
dejándonos la señora
descompuesta!
XIV
ya pasadas,
trastornadas;
y prelados,
de ganados.
XV
ni sus glorias;
sus historias;
no curemos de saber
vengamos a lo de ayer,
como aquello.
XVI
¿qué se hicieron?
que trajeron?
de las eras,
paramentos, bordaduras
y cimeras?
XVII
sus olores?
de amadores?
que tañían?
que traían?
XVIII
alcanzaba!
se le daba!
se le mostró;
lo que le dio!
XIX
llenos de oro,
del tesoro;
tan sobrados,
de los prados?
XX
le hicieron,
le siguieron!
en su fragua.
echaste agua!
XXI
tan privado,
degollado.
su mandar,
al dejar?
XXII
como reyes,
a sus leyes;
aquella prosperidad
y ensalzada,
fue matada?
XXIII
y varones
y traspones?
y en las paces,
y deshaces.
XXIV
y banderas,
y barreras,
¿qué aprovecha?
con tu flecha.
XXV
de la gente,
y tan valiente;
cuáles fueron.
XXVI
y parientes!
y valientes!
¡Qué razón!
qué león!
XXVII
En ventura Octaviano
En ventura Octaviano;
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito en liberalidad
con alegría,
en su brazo, Aureliano;
que prometía.
XXVIII
del semblante;
Adriano en elocuencia,
Teodosio en humanidad
y buen talante;
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Constantino en la fe,
de su tierra.
XXIX
ni vajillas;
y sus villas;
se perdieron;
que le dieron.
XXX
¿cómo se hubo?
Quedando desamparado,
se sostuvo.
que hacía,
que tenía.
XXXI
en juventud,
en senectud.
bien gastada,
alcanzó la dignidad
de la gran Caballería
de la Espada.
XXXII
ocupadas de tiranos
las halló;
las cobró.
fue servido,
dígalo el de Portugal
su partido.
XXXIII
al tablero;
la corona de su rey
verdadero;
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
a su puerta
XXXIV
y su halago;
en este trago;
por la fama,
esfuércese la virtud
que os llama.
XXXV
la batalla temerosa
que esperáis,
de la fama gloriosa
acá dejáis,
tampoco no es eternal
ni verdadera);
perecedera.
XXXVI
mundanales,
infernales;
y con lloros;
contra moros.
XXXVII
de paganos,
esperad el galardón
que tenéis,
ganaréis.»
XXXVIII
(responde el Maestre)
No tengamos tiempo ya
para todo;
y consiento en mi morir
clara y pura,
es locura.
XXXIX
(Oración)
y bajo nombre;
como es el hombre;
en tu persona,
me perdona.»
XL
Fin
conservados,
cercado de su mujer
y criados,
en su Gloria),
su memoria.