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r METODOLOGÍA
POR
DE MATEMÁTICAS EN EL
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LCON.—1878.
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gosssssssssssssssss»
4»
Este primer libro de la Meto-
o dolopi'a, se halla de venta al o
«9 precio de tres* pesetas en León,
a casa del Autor, calle del Conde o
o de Luna—13—2," y se remite á
V) quien lo pida, si acompaña la
antedicha cantidad en l/tra de
< fácil cobro.
csícsüssssí^nsQsssssoa
METODOLOGÍA
POR
s
DE MATEMÁTICAS EN EL
LIBRO I.
Este libro,
aunque formando de por sí un cuerpo de doctrina acabado
y completo, puede considerarse como la introducción á una
serie de otros, respectivamente dedicados á tratar de los artifi-
cios ó métodos particulares
que en cada ciencia matemática determinada se emplean.
•tm «•»<« •
LEÓN.—1878.
P r e l i m i n a r e s . (I)
il) Entendemos por cMsta todo lo que puedo ser sujeto ú ob-
jeto (íe un acto mitorial ó inmaterial, y porcosa líatural aípiu-
ila (jiiu uu el muudo de la Naturaleza existe.
—21 —
p a r a c i o n liabrá por necesidad de efectuarse m e d i a n t e los
límites de l a s cosas c o m p a r a d a s , pues que estos limites
son lo único que d i s t i n g u e y separa á cada u n a de e l l a s
d e l a s d e m á s cong-éneres: el fondo es idéntico p a r a todas
y no serviría por lo t a n t o p a r a d e t e r m i n n r l a s . (1)
Si pues p a r a obtener ]n cantidad de u n a cosa, so
La de c o m p a r a r inodiauti; Vniiites con on-a cosa, no h a -
b r á c a n t i d a d en l a s ilimitadas ó infinitas. Xo debo ver-
se u n a contradicción entre esto y el «lae s ; considorcn en
l a M a t e m á t i c a canti'lades ¡njia.'i'is pues el iníinito (¡ue
a l l í so estudia no t's ol intínito alisolnío ó m(>tnfísico. sint)
el f|ue con más propiíídad debiera l l a m a r s j ¡níJ/'fi.ndo. es
decir: aquello líuyosi límites nuiv j^-rauíb's ó m u y ]ie(iuc-
ños se roiicihcn [lero no se pueden i m a g á n a r . ¡li") A'á
p u e s diremos: qa(! «cantidad infinita es a(|nella cu-
yos límites se, eouciben, pero no se pueden i m a g i -
nar» t a l sucedo con el n ú m e r o da tárminos de la serie:
-^-"+-T+ir+T(í+ ~ 1 ; y con el n u m e r o de p u n -
tos de u n a r e c t a de lonj^itud d e t e r m i n a d a : u n a recta de
doble long-itud t e n d r á n e c e s a r i a m e n t e doble n ú m e r o de
puntos.
La c a n t i d a d y l a c u a l i d a d , son cosas nat>ir:iles y
finitas; son n a t u r a l e s porque en l a N iturale:ía se d a n co-
mo a t r i b u t o s ; son finitas, poríjue eir cosas finitas solo
a t r i b u t o s finitos.se pueden en(!ontrar. Laeí^-o h a b r á c a n -
tidad y c u a l i d a d en l a c a n t i d a d , c u a l i d a d y c a n t i d a d
cos.B='
a'+o—V
2a c
,» , .i ,„> hagamos alto en este estado y salga-
cos.B =
2' a' c'
b c
mosde la hipótesis . = r r i = — ' de la cual sacaremos
^ a b' c'
a' b* c' a c . a'+c*—V
—-=—T-,=--Ti=- y sucesivamente: . , ..—r-.=
a' b* c \ a ' c "^ a ' + c —b'
2 a c a»-|-c —b» a'»4-c''—^b"^' . ,, ,
^ 2 ^ '• - n r ^ = ~ ^ I V - ' ^' ''^ ^8-ualdad y
de las anteriormente evidenciadas resulta eos. B=cos. B';
de donde B=B'. Del mismo modo se demostrarla que
C=C' y A = A ' .
3.° Si el teorema es susceptible de sei* descompuesto
en dos ó más partes, ya sean estas casos particulares del
propuesto, y oñ-ezcaa más facilidad que este, ya consti-
tuyan de por si otros tantos teoremas diversos cuyo con-
junto ponga en luz el que se ha de demostrar, ya por úl-
timo sean partes reales en que se divida la figura ó el
número sobre que versa la coestion, convendrá general-
mente operar dicha descomposición—que será un verda-
dero análisis objetivo—pues dichas partes serán enla ma-
yoría de las ocasiones más fáciles que el todo y aún algu-
nas veces podrá escalonarse su estudio de tal manera,que
el de las unas sirva de fundamento al de las otras.
Ejemplo 1." Si se desea demostrar la regla de la
multiplicación de un polinomio por un monomio, conven-
drá considerar sucesivamente á este: 1." como positivo,
2." como negativo, 3.* como imaginario; el primer caso
se dividirá en otros tres según que dicho monomio sea
entero, quebrado ó incomensurable.
Ejemplo 2." Cuando se quiera demostrar que «los án-
gulos alternos internos entre paralelas son iguales» se
puede comenzar por hacer ver que lo son los dos triángu-
los que resultan trazando desde el punto medio de la se-
cante una perpendicular á una de las paralelas, llevando
7
—42—
la distancia quo media entre el pió de esta y. el de dicha'
secante, sobre la otra paralela á partir del punto de sec-
ción en sentido contrario al anterior y uniendo el punto
que resulta con el medio de la secante; continuar eviden-
ciando que las dos paralelas son respectivamente perpen-
diculares á las dos rectas auxiliares trazadas y concluir
probando que estas forman una sola recta. De esta ma-
nera habremos hecho depender el teorema propuesto de
este otro que suponemos admitido: «dos rectas que estan-
do en un mismo plano, son perpendiculares á una terce-
ra son paralelas.))
Ejemplo 3.° Demostrar que «el área 5 de un cuadri-
látero plano, es igual á la mitad del producto de sus dia-»
gonales, por el seno de uno cualquiera de los ángulos
que estas forman entre sí.» Supongamos que la figui'a
sea convexa y designemos por a jblos segmentos de una
de las diagonales y por c y d los de la otra; el poligono
queda naturalmente dividido en cuatro triángulos cuyas
áreas integran la de aquel, y pues que todos los cuatro
ángulos formados por las diagonales tienen senos igua-
les, designemos auno de ellos por 0;en consecuencia ten-
1 1 1
dremos: s= -^ ad. sen. O -|-;;d b.sen.O-j-;;b c. sen. 0-j^
-f-r c a.sen.0=-(ad-f db-|-bc -}-ca)sen.O='^ua-|-b)d-|-
Métodos generales
para la resolución de problemas.
s = - i b c s e n A = b c s e n - A c o s l A = b c i /(P—^Xp—g)x
2 V 2 2 V be
ix=-i/ZT
Ejemplo 3." ^^Con un radio conocido, trazar una cjr-
-—72—
eunferencia de circulo que sea tangente á una recta y á
otra circunferencia dada » La cuestión se descompone
naturalmente en estas otras dos: 1.* «con un radio de-
terminado, trazar una circunferencia tangente á una
recta fija.» El conjunto de dos paralelas á esta, trazadas-
á una distancia de ella, ignial al radio dado, proporcio-
na la solución. 2." «Con un radio conocido, trazar una
circunferencia tangente á otra prefija.» La reunión de
otras dos circunferencias concéntricas con la dada, y
distantes de esta'una cantidad igual al radio conocido
resuelven el problema. Finalmente: los puntos en que
las rectas y las circunferencias trazadas se corten, serán
los centros de otras tantas circunferencias, que respon-
derán al enunciado primitivo; en cuanto á sus radios
respectivos se determinan seguidamente con gran fa-
cilidad.
Nota. La descomposición objetiva, es muy convenien-
te cuando el problema tiene dos ó más incógnitas, y es-
tas son tales que por él intei-medio de las unas puede ve-
nirse fácilmente ert conocimiento de las otras. Entonces
se eligen aquellas ^^vprincipales, y se procuía despe-
jarlas, dejando para después el hallar el valor de las
restantes. •
Escolio 2." No es indispensable que al sustituir en la
serie de razonamientos un problema por otro, las incóg-
nitas de ambos sean las mismas, pues evidentemente bas-
tará que el conocimiento de las dersegundo, lleve en sí
el de las del primero, para lo cual es suficiente; que es-
tas estén ligadas por una relación cualquiera Con aque-
llas. Si dicha relación és fácil de aplicar, convendrá
hacer uso de las nuevas incógnitais, que en atención al
papel que representan en la investigación de las propues-
tas, se denominan auxiliares. ,,
Ejemplo 1." «Hallar un núinero que dividido p o r ' 8
d e l de residuo, y partíd'o por 7 deje 4 por resto, sien-
do el cociente entero igua| en ambas operaciones.»
Sustituiremos á la incógnita del problema por el
cociente x de que trata el enunciado-, pues conocido
aquel, como se nos, dá el divisor y el\resto, el dividendo
será fácil de hallar. , ' ;
Las condiciones del problertia se traducen así:
8 x-}-l=7 x-|-4; y sucesivamente,'xi=4—1; x=íÍ3'; luego
-73-
el número pedido será 8X3-f 1=25, que también pudiera
averiguarse por la operación 7x3-f-4=25.
Ejemplo 2." «Trazar un trapecio, conociendo sus
cuatro lados, y entre ellos cuáles son las bá^es.» Si con-
sideramos un triángulo, cuyos tres lados sean, los dos
no paralelos del trapecio, y la diferencia entre las bases,
este triángulf» será una incógnita auxiliar, pues prolon-
gando el lado igual á la diferencia, tomando en su con-
tinuación una magnitud igual á la base menor, y hacien-
do lo mismo en idéntico sentido con una paralela previa-
mente trazada por el vértice opuesto, tendremos después
de unidos los dos puntos resultantes, el trapecio pedido.
Finalmente, cuando en geometría se nos pide la
construcción de una figura cualquiera, podemos tomar
por incógnitas auxiliares, elementos de aquella, que bas-
ten para determinarla; si es un triángulo, sus tres lados,
ó sus tres medianas, ó dos lados y el ángulo comprendi-
do, etc.; si es una circunferencia, su centro y su radio,
ó tres de sus puntos; si es un cuadrado su lado, ó su dia-
gonal, y así de las demás.
Escolio 3." No siempre el proceder adoptado para la
resolución de un problema, es desde su principio hasta
su terminación el representado por una de las ramas de
la figura; á veces se comienza la serie de silogismos por
«na de aquellas y sé concluye por otra, pues luego de ha-
laer reducido la cuestión por medio del artificio A', por
ejemplo, á otra más fácil, se puede hallar la solución de
esta, valiéndose de otra cualquiera via.
Escolio 4." Tampoco es siempre posible, obtener la
equivalencia entre cada dos sistemas de condiciones du-
rante toda la serie de razonamientos empleados, y enton-
ces será indispensable hacer lo que se llama la discusión
del problema, para averiguar si existen soluciones per-
didas y cuales sean estas, para descartar las soluciones
estrañas caso de haberlas, para lo uno y para lo otro, ya
que ambas cosas pueden suceder, ó para convencernos
de la compensación entre aquellas y estas, que algunas
veces tiene lugar. Dicha discusión, puede efectuarse por
partes, examinando uno tras otro los anillos en que no
exista equivalencia, pero es mejor evidenciar después de
resuelta la cuestión, que las soluciones halladas convie-
nen todas al enunciado y que no existen otras que le sa-
tisfagan.
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Ejemplo 1.' «Hallar el valor de á? en la ecuación
x'4-sx=o.» Este problema puede considerarse como una
consecuencia del siguiente que supongo ya resuel-
to. «Encontrar el valor de la incógnita, en la ecuación
x.''-f9x-|-p=o. La fórmula conocida x = — ' - ± 1 / ^ 5 p
ÍNDICE.
Prólogo.
CAPÍTULO \.—Preliminares.
Párra-
fos.
1 Razón, Juicio, Juzgar, Conocimiento, Concepto é idea.
2 Silogismo; sus elementos; su legitimidad; su empleo on la
Matemática.
3 Enzonamiento.
4 Ciencia, su concepto.
5 Clasificación de las ciencias,
(i Principios formales; datos primeros,
7 Definición. La verdad es indefinible. Cr'terio do la verdad.
8 Caracteres de la ciencia.
9 Concreción. Abstracción.
10 Generalización.
11 La abstracción es indispensable para construir ciencia.
12 Análisis. Síntesis.
13 Extensión; Comprensión; Sus límites.
14 Fuentes de conocimiento.
15 Naturaleza del Método en general. Sus elementos.
16 Método científico. Su naturaleza y leyes particulares.
17 Doble procedimiento del método científico.
18 Deducción. Inducción.
19 Paso de la verdad ó falsedad de lo general á la de lo par-
ticular y viceversa.
Párra-
fos.
29 Demostración mediata.
30 » inmediata.
31 » directa.
32 > indirecta.
33 » por la antítesis.
34 » por el absurdo,
35 » a priorj.
36 » á posteriori.
37 Adverteacia general.
38 Definiciones preliminares.
39 Generalización y particularizacion de un problema.
40 Problemas equivalentes.
41 Método analítico.
42 Método sintético.
43 Advertencias comunes al método analítico y al sintético.
Métodos mixtos.
44 Métodos sintético-analíticos.
45 Procederes' analí tico-sintéticos-.
46 Advertencias comunes á los procederes mixtos.
4T Comparación de los procederes mixtos.
48 Escolios generales á la resolución de problemas.
49 Conversión de los problemas en teoremas y viceversa.
CAPITULO FINAL.
50 Compendio.
51 Consecuencias.
SE SUPLICA A L LECTOR
l a corrección previa de las siguientes erratas.