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Enseñanza de la historia*
Celeste Flores
De hecho, los docentes también reconocen la dificultad que enfrentan al enseñar historia y los
obstáculos que deben superar para que el alumno la asimile sin que le parezca una árida
cronología de acontecimientos y personajes.
El título de esta obra plantea un cuestionamiento muy sugestivo: ¿qué enseñamos por
historia? A través de su atenta lectura, encontraremos la respuesta a esta y otras preguntas, lo
que nos ayudará a normar la ruta didáctica más pertinente para verdaderamente enseñar
historia en la escuela primaria.
La autora se une al debate que, hacia el final de la década de 1980, abordaba los problemas en
la enseñanza de la historia; pero, sobre todo, desea contribuir a la instrumentación de
modelos didácticos en los que el profesor muestre la concepción de una historia viva que sigue
en plena construcción, y que pueda crear una nueva conciencia de identidad común entre los
mexicanos en un intento por reculturizar el conocimiento.
Al impartir la materia nos hemos preguntado ¿qué es la historia, para qué la enseñamos y cuál
es la meta que pretendemos alcanzar en la formación de nuestros educandos? La historia tiene
que dejar de ser el aburrido relato del pasado; debe presentarse como resultado de una
relación estrecha entre el historiador que se encuentra en el presente y el pasado que refiere.
Fragmento del Códice De la Cruz-Badiano del siglo XVI. Es un tratado de herbolaria y medicina
elaborado por dos sabios indígenas.
En este título también encontraremos respuesta a la pregunta: ¿la historia es ciencia? León-
Portilla expone que la respuesta es ambigua, ya que se considera ciencia en cuanto a sus
formas de proceder en el sentido metodológico de analizar un hecho, refiriendo archivos o
documentos que lo esclarecen, que son paleografiados de la forma más exacta posible.
Después se traducen para proceder a situar el hecho en un contexto. La información se debe
cotejar con otras fuentes. Este proceso conforma la metodología científica.
Recipiente usado por los pueblos prehispánicos para servir picantes salsas de tomate de
cáscara con chile.
b) La escuela de los Annales. En 1929 los historiadores franceses Lucien Febvre y Marc Block
pusieron en circulación la revista Annales d´Histoire Economique et Sociale. Esta publicación
-fundada en el marxismo- surgió a raíz de la crítica al positivismo.
En 1992, con la aparición de los nuevos libros de texto de la SEP, se manifestó en México un
interés más sistemático y generalizado por la enseñanza de la historia.
La producción editorial de estos libros estuvo a cargo de cada estado, lo cual dio origen a una
nutrida polémica. Diversos grupos de la sociedad cuestionaron el contenido de estos libros y
sus carencias.
Desde luego que el profesor también debe cumplir con el seguimiento de los avances
programáticos diseñados por la SEP para cada grado, pero puede implementar sus propias
propuestas para lograr un aprendizaje más significativo del conocimiento histórico y la
maduración del pensamiento hipotético-deductivo del alumno.
La Universidad Pedagógica Nacional propuso una formación de docentes que incluyera cursos
de actualización y posgrado como la Especialización en estrategias de enseñanza-aprendizaje,
de la Maestría en educación y la Maestría en pedagogía educativa.
El Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) diseñó una línea de actividades para
enseñar historia en zonas con rezago educativo.
Las nuevas propuestas de las diversas instituciones educativas pretenden mostrar la historia
como un objeto de conocimiento que tienda a consolidar diversas líneas de investigación y se
pase de la reflexión teórica al minucioso análisis etnográfico y a la elaboración de didácticas
innovadoras para apoyar la enseñanza-aprendizaje de la materia.
Hay que transformar el discurso historiográfico en un discurso didáctico que descarte los
términos abstractos y generalizados para cautivar al alumno con narraciones que motiven su
interés.
Caballero Tigre.
Para lograr que el devenir histórico que se imparte en el aula no quede en un mar de
información abstracta y hasta cierto punto inútil, deberemos conferir tal coherencia al
contenido, que sea capaz por sí mismo de estimular en el alumno la activación del
pensamiento y posibilitar la espontánea práctica de sus habilidades y destrezas elementales al
leer, escribir, hablar y escuchar mejor. Esto es, promover un enfoque constructivista.
En un nuevo intento de renovación por parte de la SEP en 1993, el libro de texto gratuito
vigente de Historia de México. Sexto grado ha incrementado y actualizado conceptos
didácticos, como la barra o línea del tiempo, para leerse y consultarse de manera
independiente. Se presentan nuevas lecturas al término de cada lección, relacionadas con los
temas estudiados. Al final del libro se sugieren nuevas actividades con el propósito de
incentivar en el educando la investigación, la reflexión, la consulta y la lectura de textos
adicionales. En la presentación de los nuevos libros de texto se invita a profesores, alumnos y
padres de familia a manifestar recomendaciones y críticas con el fin de mejorar los materiales
educativos como una actividad sistemática y permanente.
Nos angustia la actualización, pero hacemos caso omiso de la sugerencia que hacen los
coordinadores editoriales de los libros de texto al solicitar nuestra colaboración.
Tenemos mucho interés, pero también demasiada prisa por cumplir con el avance
programático que es casi imposible cubrir, y por realizar urgentes evaluaciones, y no nos
damos a la tarea concreta y amena de revisar con entusiasmo los títulos de la Biblioteca de
Aula, donde ya está disponible un acervo muy adecuado para vincularlo con la materia de
historia. Los alumnos pueden explorar los libros y seleccionar los títulos del periodo o tema
histórico que les interesa.
La obra que hoy nos ocupa fue producto de la investigación requerida en el curso Docencia y
divulgación, en la Maestría en educación que se impartió en la Universidad Pedagógica
Nacional. Para dar continuidad a esta labor de investigación y llevarla a la práctica, invito a los
profesores de historia de educación primaria a que después de leer la obra y las propuestas de
Julia Salazar nos demos tiempo para consultar el Programa Nacional de Educación 2001-2006,
que propone la visión del 'Enfoque Educativo para el siglo XXI (a 2025)'. En la página 72 de
dicho programa se puntualiza que la educación mexicana será además de equitativa y
pertinente:
Incluyente, porque atenderá la diversidad cultural regional, étnica y lingüística del país.
Formativa, en sentido integral, (.) Cada tipo educativo permitirá dominar conocimientos
pertinentes, códigos culturales.1
Asimismo, menciona que las concepciones pedagógicas con las que funcionará el 'Enfoque
Educativo para el siglo XXI' serán:
Atender a los grupos indígenas con calidad y pertinencia cultural, de manera que alcancen los
objetivos nacionales de la educación básica, logren un bilingüismo oral y escrito efectivo, y
conozcan y valoren su propia cultura.2
Reseña del libro Problemas de aprendizaje y enseñanza de la historia: ¿...y los maestros qué
enseñamos por historia?, de Julia Salazar Sotelo, Universidad Pedagógica Nacional/Correo del
Maestro (Col. Educación, Núm. 10), México, 1999.