Professional Documents
Culture Documents
Finanzas
REV. 05 MARZ=2009
1
Creating Shareholder Value, a Guide for Manager and Investors Value, Alfred Rappaport 1998, The Free Press, página 3.
2
significativo, de forma que sea posible evaluar los avances, comparar las estrategias
alternativas y estimular el comportamiento adecuado.
En consecuencia una fuente de ventaja competitiva es, en estricto rigor, una fuente
de creación de valor. Esto consiste en comprender las oportunidades disponibles en las
industrias en que se participa, para luego desarrollar internamente, a partir de la cadena de
valor, las competencias necesarias que permitan alcanzar una posición competitiva
singular 3.
2
Finanzas en Administración , J. Fred Weston y Thomas E. Copeland, 1995, Novena edición Vol. 1 , Mac Graw Hill, página 14.
3
Gestión de Empresas con una Visión Estratégica, Arnoldo Hax y Nicolás Majluf, 1993, Ediciones Dolmen, Segunda Edición, página
207.
3
1.3.- La Administración Estratégica hacia la Creación de Valor
Dentro de las diversas dimensiones del concepto de estrategia, está el que considera
a la estrategia como una reacción ante las amenazas y oportunidades externas y
debilidades y fortalezas internas, a fin de lograr una ventaja competitiva.
Según Porter, una empresa puede lograr una ventaja competitiva exclusivamente
sobre la base de una de dos estrategias genéricas básicas: liderazgo en costos o
diferenciación. Estas dos maneras genéricas de competir se originan en las habilidades para
comprender y examinar las cinco fuerzas de la estructura de la industria en las que
participa un negocio y la explotación de capacidades internas derivadas de las actividades
de la cadena de valor.
Estas dos maneras genéricas de competir pueden combinarse con el ámbito del
mercado en que la firma intenta lograr una ventaja competitiva. Las alternativas resultantes
llevan a tres estrategias genéricas, dependiendo de sí la empresa busca una posición
competitiva en el total de la industria o si concentra sus actividades en un campo más
reducido del mercado. Estas estrategias genéricas son liderazgo en costos, diferenciación y
segmentación.
4
Estrategia Competitiva, Michael E.Porter, 1995, Primera Edición, Editorial Cecsa, página 23.
4
1.4.- La Función Finanzas y la Creación de Valor
Al iniciar un negocio todo administrador financiero debe enfrentar tres problemas
básicos. Primero, ¿cuánto invertir en la empresa y en que tipo de activos debería hacerlo?
Segundo, ¿cómo conseguir los fondos para tales inversiones?. Tercero, ¿cómo distribuir las
ganancias?. La respuesta a la primera pregunta son las decisiones de inversión de la
empresa. La respuesta a la segunda son las decisiones de financiamiento. Y la respuesta a
la ultima pregunta corresponde a las decisiones de dividendos.
Cada una de estas respuestas debe relacionarse de manera sistemática con los
objetivos de la empresa. La combinación optima de las tres maximizará el valor de la
empresa para los accionistas. Dado que estas tres decisiones están interrelacionadas, se
debe considerar el efecto agregado que estas provocan en el precio de mercado de la
empresa. Por ejemplo, la decisión de inversión en un nuevo proyecto de capital necesita de
financiamiento, a su vez la decisión de financiamiento influye sobre la decisión de
dividendos y recibe al mismo tiempo su influencia, pues las utilidades retenidas que se
utilicen en el financiamiento interno, representan dividendos perdidos por los accionistas.
Con una estructura conceptual apropiada se pueden alcanzar decisiones conjuntas que
tiendan a ser óptimas. Lo fundamental es que el administrador financiero relacione cada
decisión en su efecto sobre el valor de la empresa.
Según Weston y Copeland5, la meta del administrador financiero consiste en
planear, obtener y usar los fondos para maximizar el valor de la organización. A partir de
lo anterior surgen una serie de tareas relacionadas.
5
Finanzas en Aministración, J.Fred Weston y Thomas E. Copeland, 1995, Novena Edición, Vol.I, Mac Graw Hill, página 6.
5
Todas las relaciones anteriores se muestran en la figura 1.1.
Figura 1.1
Activos = Pasivos
Decisiones de Decisiones de
Inversión Financiamiento
Decisiones de
Dividendo
Valor de la Empresa
$
6
1.5.- Decisiones de Inversión
El éxito se juzga normalmente por el valor. A los accionistas les beneficia cualquier
decisión que incremente el valor de su participación en la empresa. De este modo, se
podría decir que una buena decisión de inversión es la que se materializa en la compra de
un activo real que valga más de lo que cuesta, es decir un activo que genere una
contribución neta a la creación de valor. No hay que olvidar que desde el punto de vista de
la estrategia financiera, “no sólo se concibe el proceso de creación de valor, sino que
también los procesos de transferencia de valor y destrucción de valor. Todos ellos tienen
por objeto generar cambios significativos en los valores de mercado de la empresa y/o de
los competidores de la misma”6.
Sin duda que una de las teorías más conocidas, que vinculan la estructura de
financiamiento al valor de la empresa, son las proposiciones desarrolladas por Franco
Modigliani y Merton Miller (M&M).
6
Comentario de Ramón Ramos A. Profesor titular en el área de Finanzas de la Facultad de Administración y Economía de la
Universidad de Santiago de Chile, en la cátedra Política y Estrategia Financiera del Magíster en Administración de Empresas.
7
Franco Modigliani y Merton Miller, demostraron que las decisiones de
financiamiento son irrelevantes en mercados perfectos7. Su conocida Proposición I
establece que ninguna combinación es mejor que otra, que el valor total de la empresa es
independiente de su estructura de capital. M&M reconocen que el endeudamiento aumenta
la rentabilidad esperada de los accionistas. Pero también aumenta el riesgo de las acciones
de la empresa. Para ellos el incremento del riesgo compensa exactamente el incremento de
la rentabilidad esperada, no pasando los accionistas a estar ni peor ni mejor. Sin embargo,
no hay que olvidar que esta proposición esta sujeta a la existencia de un mercado de
capitales perfecto.
Por otro lado, los oponentes de M&M, sostienen que las imperfecciones del
mercado hacen al endeudamiento personal excesivamente costoso, arriesgado e
inconveniente para algunos inversores. Lo que crea una clientela natural dispuesta a pagar
una prima por acciones de empresas endeudadas. No obstante lo anterior, este argumento
es incompleto. Tal vez haya una clientela para el capital propio con apalancamiento, pero
esto no es suficiente, la clientela debe estar insatisfecha. Existen miles de empresas
endeudadas disponibles para la inversión, frente a esto la pregunta es ¿seguirán existiendo
clientelas insatisfechas?.
7
Modigliani y Miller. The Cost of Capital, Corporation Finance and the theory of Investment. American Economic Review, 1958.
12
Merton H. Miller y Franco Modigliani, Dividend Policy, Growth, and the Valuation of Shares, Journal of Bussines, octubre de 1961.
8
Ellos argumentaron que el valor de una empresa se determina únicamente a través de su
capacidad básica de generación de utilidades y de su riesgo comercial, es decir que el valor
de una empresa depende tan sólo del ingreso producido por sus activos y no de la forma en
que éste ingreso se divide entre los dividendos y las utilidades retenidas (crecimiento).
Para justificar esta teoría, M&M tuvieron que establecer los siguientes supuestos:
V= D + E (1.7)
Donde:
∗
Las lecuras que siguen a continuación son sólo recomendables para cursos mas avanzados de
finanzas.
10
V= Valor de mercado de la empresa
D= Valor de mercado de toda la deuda
E= Valor de mercado del Patrimonio
Para una unidad de negocios o una empresa cerrada, probablemente lo que importa
sea el valor total, pero para empresa que se transan en bolsa, los precios de las acciones
pueden ser del mayor interés. Para obtener un precio de la acción P, de una empresa
individual, se resta el valor de mercado de la deuda actual del valor total y, luego, el valor
del patrimonio se divide por el número de acciones en circulación.
E = V- D P = E / N (1.8)
Donde:
P= Precio de la acción
N= Número de acciones
Este es el método seguido por algunas empresas de inversiones, las cuales no miran
las utilidades por acción, los flujos de caja por acción o la relación precio / utilidad. En vez
de esto, entienden a las acciones como una porción del valor de una empresa. Por lo tanto
adquieren partes de una empresa que se venda en menos de lo que ellos creen que sea el
verdadero valor por acción.
Una segunda limitación común a este tipo de indicadores es que están enfocados al
corto plazo. Lo que se mide es una variable en determinado período, usualmente un año.
Sin embargo, el desempeño de una empresa en determinado período puede estar muy
alejado de lo que se espera sea su desempeño habitual, debido a diversas situaciones que
pueden ocurrir en un año en particular, pero que pueden ser sólo transitorias. Este
problema puede ser solucionado parcialmente aplicando un promedio de estos indicadores
por un período razonablemente largo.
De lo anterior se desprende que más adecuados resultan los indicadores que miden
la rentabilidad final de la empresa, específicamente el retorno sobre los activos (ROA) o
sobre el patrimonio (ROE).
Sin embargo, algunos autores dividen lo que es la rentabilidad neta de los activos
con la rentabilidad bruta que ellos arrojan. Esto último se logra dividiendo el resultado
antes de intereses e impuestos por los activos totales. Otros autores como Hax y Majluf15 ,
definen el ROA como Resultado neto después de impuestos, pero antes de intereses
dividido por los activos totales. Lo anterior se asemeja bastante al concepto de ROI, que se
detalla con mayor análisis en el capítulo siguiente. La forma en que lo proponen Hax y
Majluf, tiene la finalidad de ser aplicado a unidades de negocio, porque deja fuera de la
esfera de decisiones de un gerente a ese nivel la responsabilidad de buscar los medios de
financiar los activos que le han sido confiados.
15
Gestión de Empresas con una Visión Estratégica, Arnoldo Hax y Nicolás Majluf, 1993, Ediciones Dolmen, Segunda Edición, página
252.
16
Finanzas Corporativas, Stephen A. Ross, Randolph W. Westerfield y Jaffrey F. Jaffe, 1995, Tercera edición, Mc Graw Hill Irwin,
página 47.
12
capacidad de hacerlo simultáneamente. Así las empresa tienden a enfrentar una
compensación entre la rotación o el margen.
Si bien es cierto que el ROE y el ROA son medidas más completas, también es
cierto que estas no se les ha hecho ningún ajuste por riesgo específico de cada empresa.
Con el hecho de incorporar tanto al ROE como al ROA el ajuste por riesgo, surgen
en definitiva medidas más acabada que permiten confrontar el exceso de retorno obtenido,
por sobre el exigido, tanto sobre los activos (ROA – WACC17) como sobre el patrimonio
(ROE – Ke). Este tipo de indicadores es ampliamente utilizado tanto en la literatura ligada
al tema como por ejecutivos de empresas para medir el valor creado y con ello el
desempeño de una firma.
Es claro que se crea valor sólo en la medida que la rentabilidad obtenida es mayor
que la exigida. Sin embargo, el exceso de retorno no es la única dimensión importante
para medir cuanto valor ha creado un negocio. Si consideramos dos proyectos, A y B,
ambos con un exceso de retorno positivo de 5%, pero B requiere una inversión que es el
doble de la que requiere A. Es claro que ambos proyectos son buenos y crean valor, sin
embargo también es claro que B permite crear el doble de valor que A. Esto equivale a
como si B pudiera realizar dos veces el proyecto A, proyecto que ya era bueno, en
consecuencia si se pudiera repetir sería mucho mejor. Con esto podemos concluir que para
determinar el valor creado por una empresa, no sólo es importante el exceso de retorno,
sino que también es importante el monto que puedo invertir para obtener dicho exceso de
retorno. Esto último es lo que se relaciona con la dimensión de crecimiento de la empresa.
El único indicador financiero que considera estos dos elementos relacionados con el
valor creado por una empresa, el exceso de retorno obtenido y el capital invertido, y que
por lo tanto mide correctamente el valor creado es el Economic Value Added o EVA, y
que se calcula como:
Ahora bien, del resultado de esta proporción se pueden obtener las siguientes
conclusiones:
- Si M/B es igual a 1, se espera que los pagos futuros produzcan una rentabilidad
justa sobre los recursos comprometidos. La empresa no está creando ni
destruyendo valor.
- Si M/B es mayor que 1, hay un excedente de rentabilidad. La empresa esta
creando valor para los accionistas.
- Si M/B es menor de 1, la rentabilidad está por debajo de la cota de referencia
que da el mercado. La empresa está destruyendo valor para sus accionistas.
Cuando nos referimos al valor libro, asumimos que todas las distorsiones inducidas
por reglas de contabilidad han sido corregidas.
Este ratio es similar al ratio precio de la acción / valor libro (M/B), pero hay varias
diferencias importantes. El numerador de q incluye todos los títulos de deuda y acciones de
la empresa. El denominador de q incluye todos los activos no solo el patrimonio neto de la
empresa. Además, estos activos no están valorados a costo de adquisición, como en la
contabilidad de la empresa, sino que a lo que costaría reponerlos.
El argumento de Tobin era que las empresas tienen incentivo a invertir cuando q es
mayor que 1 ( es decir, cuando el equipo de capital vale más que el costo de reponerlo), y
dejarán de invertir sólo cuando q sea menor que 1 ( es decir, cuando el equipo valga menos
que su costo de reposición). Cuando q es menor que 1, puede ser más barato adquirir
activos a través de una fusión que comprar nuevos activos.
Se debería esperar que q fuera alta para empresas con fuertes ventajas competitivas.
Las empresas con las mayores q tienden a ser aquellas que tienen una fuerte imagen de
marca o protección de patentes. Aquellas con los menores valores han sido empresas con
mucha competencia o en declive18.
18
Fundamentos de Financiación Empresarial, Richard A. Brealey y Stewart C. Myers, 1993, Cuarta Edición, Mac Graw Hill, página
834.
15
empresa y por lo tanto su MVA, por lo que maximizar el MVA debiera ser el objetivo
último de toda empresa. MVA es un indicador más completo que EVA, pues por
incorporar el valor de mercado de la empresa, es una medida intertemporal del valor
creado. Sin embargo, este indicador tiene una limitación de orden práctico muy importante:
para su cálculo se requiere conocer el valor de mercado de la empresa, es decir, que sus
acciones sean transadas públicamente en la bolsa. En el caso de un país como Chile, donde
el mercado bursátil aún no alcanza un nivel de desarrollo adecuado y muchas empresas
importantes no transan sus acciones públicamente, esta restricción adquiere especial
relevancia. Más aún, la unidad de análisis podría no ser siempre la empresa. Un propósito
interesante para una empresa diversificada sería, por ejemplo, saber cuanto valor le aporta
cada uno de los negocios que la componen. En esta situación, la unidad de análisis
relevante son justamente los negocios que componen la empresa, y aún cuando estas
empresas transen públicamente sus acciones, es muy poco probable que los negocios que la
componen también lo hagan de manera independiente.//