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b) Del radical supino añadiendo: supino lectum: a leer; en voz pasiva: lectu: de ser leído.
1. OR: designa la persona que hace, por ejemplo: doceo: enseñar; supino: docto: ilustrado/a ilustrar,
doctor: el que enseña, el maestro.
2. IO: denota la acción al verificarse. Por ejemplo: oppugno: asaltar; oppugnatum: asaltado;
oppugnatio: el asedio.
3. US: indica la acción como existente o continuando: moveo: mover; motum: a moverse;
por tanto: motus, el movimiento.
4. URA: que tiene significación análoga. Colo: cultivar; cultum: a cultivar; cultura: el cultivo.
5. ELA: que (también) se parece mucho. Tueor: defender; tutela: la tutela, etc.
I.2.2. Substantivos derivados de adjetivos: todos son abstractos, del latín abstractus: separado de,
traído hacia fuera; denotan una cualidad que puede hallarse en diferentes objetos y que mentalmente
se considera abstraída, es decir, independientemente de los objetos en que reside de un modo
inseparable.
1. TAS (a veces ITAS, IETAS, STAS): paupertas: la pobreza; bonitas: la bondad; venustas:
la gentileza, la belleza.
2. TUDO: como similitudo: la semejanza
3. ITIA: (a veces IES) como iustitia: la justicia.
4. IA: como audacia: la osadía.
5. MONIA: como parsimonia: la economía, ahorro, etc.
5. Verbos denominativos: son los que hacen la terminación del participio en ARE, ERE, IRE. ARE
e IRE son transitivos casi siempre, ERE por lo general intransitivo. Mitesco, is, ire: madurar; albeo,
albes, albere: estar blanco; libero, as, are: poner en libertad; frondeo, es, ere: estar frondoso.
Son palabras que se forman por la unión de otras dos. A la última palabra se le llama
elemento fundamental y a la segunda elemento determinativo, puesto que sólo añade una
determinación inmediata. Por ejemplo agrícola viene de agrum y colens el labrador del campo; por
tanto el agricultor, el labrador, etc.
El elemento determinativo aporta la raíz, que se une a la segunda parte por la letra i y en
ocasiones raras, e o u. Arm-i-ger (el escudero), quadr- u-pes (cuadrúpedo), magn-ánimus
(magnánimo y en este caso no hace falta la vocal). En ocasiones, el determinativo es una
preposición; en estos casos, la última consonante se convierte en una análoga a la del fundamental:
por ejemplo se pone efficio, que en realidad era ex-facio; attraho en lugar de ad-traho (atraer). El
elemento fundamental generalmente queda invariable a no ser por alguna modificación fonética.